ÚLTIMAS CARTAS AL DIRECTOR PUBLICADAS. Por Adolfo Paúl Latorre
LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Durante los últimos veinticinco años los ministros de los tribunales superiores de justicia han sido condescendientes con los designios de los gobernantes y han actuado solícitamente en la persecución y condena de militares y carabineros que habrían cometido “violaciones de los derechos humanos”;
Media asta
En el mástil de mi casa icé la bandera chilena a media asta en señal de duelo y luto por los militares y carabineros injusta e ilegalmente condenados que han muerto en cautiverio y de los que han puesto fin a sus vidas porque no fueron capaces de soportar la inicua e ignominiosa persecución política en sede judicial de la que tales servidores de la patria están siendo víctimas.
Adolfo Paúl Latorre
Publicada en La Segunda, 21 de septiembre de 2016.
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Rol de la Corte Suprema
Carlos Peña dijo que la Corte Suprema de la época del gobierno militar “no solo se habría doblegado ante Pinochet; se habría mostrado, además, solícita para cooperar con sus designios”.
Normalmente los gobiernos tratan de influir soterradamente en las decisiones judiciales que tienen trascendencia política. Sin embargo, a veces lo hacen desembozadamente, como lo hizo el presidente Aylwin al enviarle el 4 de marzo de 1991 un oficio a la Corte Suprema en el que le indicaba cual debía ser, en su concepto, la interpretación que debería dársele a la ley de amnistía. Dicho Alto Tribunal aceptó las instrucciones de Aylwin, doblegándose ante él, mostrándose solícita para cooperar con sus designios.
Durante los últimos veinticinco años los ministros de los tribunales superiores de justicia han sido condescendientes con los designios de los gobernantes y han actuado solícitamente en la persecución y condena de militares y carabineros que habrían cometido “violaciones de los derechos humanos”; sin considerar la situación de guerra subversiva que se vivía en el país —antes y después del 11 de septiembre de 1973—, atropellando principios esenciales del derecho penal —como lo son el de supremacía constitucional, el de legalidad y las normas del debido proceso— y fallando contra leyes expresas y vigentes.
Adolfo Paúl Latorre
Publicada en El Mostrador, 28 de septiembre de 2016.
COMENTARIOS A COLUMNISTAS EN SUS BLOG
Gonzalo Rojas Sánchez, “Destrucción de la memoria”, video “biobiochile tv”, 16 de septiembre de 2016.
Durante el presente mes de septiembre hemos visto cientos de publicaciones que se refieren a los “militares que mataron sin piedad y que dejaron huellas imborrables de dolor”. Lamentablemente, salvo en una inserción pagada publicada en el diario “La Tercera”, nada se ha dicho sobre los guerrilleros, terroristas y “combatientes” que asesinaron a cientos de militares, carabineros y a otras personas inocentes.
Se ha producido la paradoja de que los miles de “combatientes” que estaban dispuestos a matar y a morir por la revolución y que llevaban a efecto una cruenta guerra subversiva a fin de instaurar en Chile un régimen totalitario marxista han pasado a convertirse en “víctimas” y en héroes, y quienes tuvieron la obligación de combatirlos están siendo perseguidos y castigados como criminales, por medio de juicios en los que son atropelladas brutalmente la Constitución y las leyes.
En relación con este tema la senadora Isabel Allende declaró: “La única manera de consolidar una democracia es con total justicia”. Para que hubiese total justicia —y como corresponde en un Estado de Derecho— habría que procesar no solo a los militares, sino que también a los referidos “combatientes”. Al respecto me pregunto: ¿Por qué nuestros tribunales no imparten justicia y se empeñan en condenar solo a los primeros y no a estos últimos? ¿Será porque los jueces carecen de imparcialidad y son solo instrumentos de venganza política y de exacción de las arcas fiscales o del “negociado de los derechos humanos”?
Por otra parte, no debemos olvidar que la responsabilidad principal de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la etapa posterior al 11 de septiembre de 1973 corresponde a los dirigentes de los partidos de la Unidad Popular y de los movimientos extremistas que promovieron y llevaron a efecto violentas acciones propias de una guerra subversiva, más que a aquellos militares que cometieron actos reprochables como parte de la difícil tarea de conjurarlas.
En relación con lo dicho por el profesor Gonzalo Rojas cabría citar a Milan Kundera: “Para liquidar a las naciones lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido”.
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Axel Kaiser, “Monumento para los Chicago”, El Mercuriode Santiago, martes 20 de septiembre de 2016.
Concuerdo plenamente con lo manifestado por Axel Kaiser en su columna “Monumento para los Chicago”, en el sentido de que si no fuera por las reformas iniciadas por ellos seríamos —como decía Álvaro Bardón” un país “basurita latinoamericano”. Asimismo concuerdo con que “debemos decir las cosas como son”, aunque más de alguno se atragante. Es por esto último, precisamente, que me llama la atención el hecho de que el autor haya omitido que tales reformas solo fueron posibles gracias a la visión, la intuición y la perseverancia del presidente Pinochet, quien apoyó decididamente las ideas y la acción de esos jóvenes economistas —las que eran muy resistidas en esa época marcada por el estatismo— con las que se logró reconstruir la nación desde sus cenizas
La verdad, dicha sin ambages, es que el gobierno militar encabezado por el general Pinochet con la colaboración de los “Chicago boys” son los fundadores del Chile moderno.
Adolfo Paúl Latorre
http://www.elmercurio.com/blogs/2016/09/20/45176/Monumento-para-los-Chicago.aspx
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Hernán Corral, “Eufemismos con el aborto”, El Mercuriode Santiago, jueves 22 de septiembre de 2016.
¿Hasta cuándo seguiremos utilizando la expresión “interrupción del embarazo” para referirnos al brutal asesinato de seres humanos inocentes e indefensos que están en el vientre de sus madres, mediante acciones directas cuyo fin es provocar un aborto con métodos tan terapéuticos como lo son la trepanación del cráneo, el descuartizamiento o el envenenamiento?
Lamentablemente los fetos no pueden protestar o hacer manifestaciones callejeras y no tienen derecho a voto.
Adolfo Paúl Latorre
http://www.elmercurio.com/blogs/2016/09/22/45212/Eufemismos-con-el-aborto.aspx
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Carlos Peña, “Pinochet y la Corte Suprema”, El Mercuriode Santiago, domingo 25 de septiembre de 2016.
Corte Suprema y condescendencia.
Carlos Peña dice que la Corte Suprema de la época del gobierno militar, “con amable docilidad, aceptó las instrucciones de Pinochet” y que ella “no solo se habría doblegado ante Pinochet; se habría mostrado, además, solícita para cooperar con sus designios”.
Normalmente los gobiernos tratan de influir soterradamente en las decisiones judiciales que tienen trascendencia política. Sin embargo, a veces lo hacen desembozadamente, como lo hizo el presidente Aylwin al enviarle el 4 de marzo de 1991 un oficio a la Corte Suprema en el que le indicaba cual debía ser, en su concepto, la interpretación que debería dársele a la ley de amnistía. Dicho Alto Tribunal, con amable docilidad, aceptó las instrucciones de Aylwin, doblegándose ante él, mostrándose solícita para cooperar con sus designios.
Durante los últimos veinticinco años los ministros de los tribunales superiores de justicia han sido condescendientes con los designios de los gobernantes y han actuado solícitamente en la persecución y condena de militares y carabineros que habrían cometido “violaciones de los derechos humanos”; sin considerar la situación de guerra subversiva que se vivía en el país —antes y después del 11 de septiembre de 1973—, atropellando principios esenciales del derecho penal —como lo son el de supremacía constitucional, el de legalidad y las normas del debido proceso— y fallando contra leyes expresas y vigentes.
Adolfo Paúl Latorre
http://www.elmercurio.com/blogs/2016/09/25/45275/Pinochet-y-la-Corte-Suprema.aspx
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Fernando Villegas, “Perdón, perdón, perdón…”, La Tercera, domingo 2 de octubre de 2016.
Acerca del perdón.
En relación con el tema del perdón, me permito formular los siguientes comentarios:
Jesús advierte severamente que quien no esté dispuesto a perdonar, no puede tampoco esperar para sí el perdón de Dios (Mt. 18, 21-14). El acto de concesión de un indulto o de una amnistía es un acto político cuya decisión está condicionada moralmente por la virtud de la prudencia.
En Chile, después de la guerra civil de 1891, con 10.000 bajas en una población de 2,5 millones de habitantes, un Presidente que se suicida y centenares de vendettas, se promulgaron leyes de amnistía que fomentaron la reconciliación.
El cardenal Silva Henríquez era partidario del perdón para que la población de Chile, tan dividida, pudiera encaminarse hacia una convivencia democrática y pacífica. Estaba convencido de que la mejor forma de asegurar la futura democracia era abandonar toda clase de venganza contra los militares.
Lamentablemente en Chile hemos elegido odiarnos y la marea del odio ha prevalecido. Hay una perfecta asimetría al abordar los atropellos a los derechos humanos cometidos durante el régimen militar. El perdón, los indultos y la Ley de Amnistía solo han sido aplicados a los subversivos armados, guerrilleros y terroristas que cometieron cientos de asesinatos y otros gravísimos crímenes, pero no a los militares que cometieron abusos, excesos o delitos en su penosa e ingrata tarea de reprimir la acción de aquellos, vulnerándose así la igualdad ante la ley y el Estado de Derecho, que exige que a todas las personas les sean aplicadas las mismas leyes, garantías y derechos.
Adolfo Paúl Latorre
http://voces.latercera.com/2016/10/02/fernando-villegas/perdon-perdon-perdon/#comments
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Gonzalo Cordero M., “El Estado en un Estado de Derecho”, El Mercurio de Santiago, sábado 8 de octubre de 2016.
El Estado en un Estado de Derecho.
La persecución política en sede judicial y la aplicación del “derecho penal del enemigo” a los militares y carabineros que estuvieron en servicio en las FF.AA. y de Orden entre los años 1973 y 1990 atenta gravemente contra el Estado de Derecho, cuyo principio fundamental —como bien dice Gonzalo Cordero— radica en que “las normas actúan como un instrumento esencialmente igualador, otorgando certeza de que nadie puede ser un medio al servicio de la realización de los objetivos o concepciones de otros, aunque estos ejerzan poderes públicos”.
Adolfo Paúl Latorre
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Axel Buchheister, “Premio injusto”, La Tercera, domingo 9 de octubre de 2016.
Premio injusto
Concuerdo con lo expresado por Axel Buchheister en su brillante columna y con su aserto de que “la paz que se logre en Colombia se deberá realmente a lo que hizo Álvaro Uribe”. Efectivamente, el presidente Uribe tenía muy claro que una organización criminal como las FARC no es sujeto de una negociación de igual a igual con un Estado y que la obligación del gobernante es actuar decididamente para proceder a la represión, neutralización, destrucción o aniquilamiento de los grupos terroristas, utilizando para ello la violencia legítima del Estado, que es ejercida por las FF.AA. y por la Fuerzas de Orden y Seguridad del Estado, que para eso existen: para la defensa de la nación de la violencia ilegítima y del crimen y así proporcionar el orden y la seguridad necesarios para acometer las diversas empresas o tareas públicas o privadas que se proyecten y, en definitiva, para alcanzar el fin del Estado que es el bien común.
Afortunadamente ganó el NO en el plebiscito. Ello no significa que los colombianos no quieran la paz, lo que no quieren es paz a toda costa.
Adolfo Paúl Latorre
http://diario.latercera.com/2016/10/09/01/contenido/opinion/11-224765-9-premio-injusto.shtml
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Cristián Larroulet, “Desafío de Chile Vamos”, La Tercera,martes 11 de octubre de 2016.
País justo
Disiento de la opinión de Cristián Larroulet en el sentido que Chile fue un país justo durante el gobierno del presidente Piñera, en circunstancias que durante su mandato se intensificó la persecución política en sede judicial contra los militares y carabineros que debieron enfrentar la guerra subversiva y el terrorismo existente en las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado. En efecto, contrariamente a lo que el candidato Piñera había prometido durante su campaña presidencial, durante su gobierno la cantidad de juicios sobre “violación de derechos humanos” aumentó explosivamente. En dichos juicios los jueces fallan contra leyes expresas y vigentes, atropellan garantías constitucionales y el principio de legalidad —principio esencial del derecho penal que no puede ser suspendido bajo ninguna circunstancia— y condenan sobre la base de ficciones jurídicas o sin pruebas suficientes como para adquirir la convicción, más allá de toda duda razonable, de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y que en él le hubiere correspondido al acusado una participación culpable. En dichos juicios los jueces no someten su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, incumplen los deberes de su función, contravienen el ordenamiento jurídico que están obligados a aplicar y respetar, abusan de sus facultades jurisdiccionales e imponen arbitrariamente su voluntad por sobre el mandato explícito de la norma, con el propósito de condenar a toda costa a los militares y carabineros. En dichos juicios lo que se busca no es justicia, sino venganza.
Adolfo Paúl Latorre
http://diario.latercera.com/2016/10/11/01/contenido/opinion/11-224853-9-desafio-de-chile-vamos.sht
Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional