Columna de Opinión

¿Señal de buen corazón?. Blog de Hermógenes Pérez de Arce, sábado 22 de marzo 2014. Bolivia, Chavez y el mar. Fernando Thauby, La Tercera, 17 de marzo 2014.

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Parece indiscutible que no fue Chile quien se alejó de Sudamérica sino parte de Sudamérica, -los bolivarianos Venezuela, Brasil y Argentina y los de Alba, receptores de los subsidios petroleros de Chávez-, los que excluyeron a Chile por razones ideológicas, varios años antes de la existencia de la Alianza del Pacífico y mucho antes del gobierno de Presidente Piñera. Una clara muestra del sectarismo ideológico fundacional del grupo es la mofa que Chávez hacía del Presidente Lagos, quien según Hugo “dice que es socialista” y de Evo que exige a Bachelet que de pruebas de su socialismo cediendo ante Bolivia.
Veo un mal futuro para Chile. Todo lo que se está proyectando va dirigido a demoler lo bueno que queda del modelo que se construyó bajo el gobierno que “le cambió el chip al país”, hoy innombrable hasta en las Declaraciones de Principios de los partidos que lo apoyaron. Ese modelo fue posteriormente preservado por casi un cuarto de siglo con sólo daños secundarios, algunos “rayones en la pintura”. Y ése fue el verdadero “milagro chileno”: que los izquierdistas no lo echaran todo a perder durante casi un cuarto de siglo. Pero ahora está en curso una revolución de izquierda que, como todas las de esa índole, pretende cambiar el modelo por completo, cosa que traerá consigo mucho retraso y sufrimiento.
Pues “la calle”, es decir, una masa primitiva e ignorante, está al mando. A su turno, las élites están ciegas o confundidas. Terriblemente confundidas. El otro día leí con interés en “La Tercera” una entrevista a un escritor e intelectual habitualmente lúcido, Arturo Fontaine Talavera, describiendo el tránsito de Chile hacia la izquierda y haciendo una afirmación inaudita: tras recordársele que alguna vez él había declarado que Sebastián Piñera era muy inteligente, pero debía demostrar que tenía corazón, se le pregunta si ahora ha demostrado que lo tiene, y contesta que sí, “con los derechos humanos, al hablar con ocasión de los 40 años del Golpe y al cerrar el Penal Cordillera”.
Es decir, la jugada política fría, despiadada y cruel del ex Presidente, en el curso de la cual traicionó la palabra empeñada, falsificó la historia, denostó a quienes lo llevaron al poder y castigó y vejó a militares ancianos y enfermos (al costo del suicidio de uno y la muerte del más enfermo de todos), es descrita por este intelectual como prueba de que aquél “tiene corazón”. ¿Es que está la élite aún más ciega que “la calle”?
Pues nadie tiene menos corazón que quien abusa para propio beneficio (remontar en las encuestas) a expensas de los más débiles de nuestra sociedad, como sabidamente lo son los soldados del ’73.
El abogado Adolfo Paúl Latorre, que ha escrito un libro sobre los atropellos al derecho cometidos por los jueces contra esos desventurados, me ha informado de algo que ellos mismos le revelaron: uno de los ministros sumariantes que los procesan ilegalmente les dijo con crudeza: “Ustedes no tienen cómo zafar, porque están solos, no los apoya nadie, ni los activos, ni los retirados, ni los políticos, ni los empresarios, ni las iglesias, ni nadie en Chile ni en el extranjero”. La verdad en toda su crudeza. El Chile de hoy.
Desde luego, se ve que ese ministro conoce a la justicia chilena, ésa que va a “cenas republicanas” bien servidas, en las cuales se hace un elevado recuento y elogio, sin el menor ánimo de rectificación, de las (malas) prácticas políticas y judiciales imperantes, muchas de ellas inconstitucionales, por cierto.
Se ha perdido tanto el sentido de la más elemental decencia y compasión que Teletrece ha exhibido tres veces el penoso y vejatorio traslado a un presidio peor de las desventuradas víctimas de la traición oficial. Familiares de éstas protestan en cartas al diario por la reiteración del vejamen. Pues les resulta doloroso el espectáculo de sus deudos, personas ancianas, algunas de ellas con dificultades para desplazarse (que en cualquier país civilizado habrían obtenido su libertad por razones de edad o salud) siendo sacadas del Penal Cordillera bajo las piedras e insultos de los comunistas oportunamente avisados para funarlos; y luego encerrados en un presidio bajo peores condiciones.
El diario digital “Chile Informa” ha revelado que esa filmación fue obra del gobierno de Piñera y no del Canal 13 que la exhibió, la voz de cuyo locutor fue posteriormente incorporada para presentar la pieza propagandística destinada a asegurar al calculador político, al inspirador de todo, mejoría en las encuestas gracias a la adhesión de los portaestandartes del odio, los adherentes del partido rojo (cuyo emblema de la hoz y el martillo Gendarmería, debidamente autorizada, naturalmente, admitió que se izara en el portón del Penal cuando salían los vehículos trasladando a los desventurados).
¿Qué se puede esperar de un país en que hasta las mentes más lúcidas confunden la perfidia y el cálculo con el buen corazón? ¿Y en que todo el mundo permanece impasible cuando se hace escarnio de la ley, la justicia y la compasión?

Blog de Hermógenes Pérez de Arce, sabado 22 de marzo 2014.

Fernando Thauby, La Tercera, 17 de marzo 2014.

Bolivia, Chavez y el mar.
Los días 11 y 12 de noviembre del año 2004, siete años antes de la creación de la Alianza del Pacífico nacida en 12 de abril del 2011, el comandante Chávez se dirigió a los “señores gobernadores, gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, diputados, diputadas, dirigentes de nuestros partidos políticos, Alto Mando Militar, dirigentes sociales, ministros, ministras, señor vicepresidente y todos ustedes. Presidentes de empresas del Estado, dirigentes de distintos entes públicos de los más diversos”, para explayarse sobre “El nuevo mapa estratégico” en que se movía la Revolución Bolivariana.
El texto del Seminario fue editado por Marta Harnecker, su asesora marxista chilena, quien “suprimió repeticiones y datos de menor interés”, trabajo que sin duda todos agradecemos.
En una de sus intervenciones el Comandante expuso la visión del mundo en que estimaba que se movía Venezuela. Respecto a América Latina señaló:
“En América Latina, vivimos un momento bastante interesante. En América Latina hay un gran forcejeo, es un forcejeo histórico de dos siglos por lo menos. Veamos el mapa de la América Latina y el Caribe. Vamos a mirar América del Sur. Se han venido definiendo dos ejes contrapuestos, Caracas, Brasilia, Buenos Aires. Ese es el eje sobre el cual corren vientos fuertes de cambio con mucha fuerza. El imperio va a tratar de debilitarlo siempre o de partirlo, incluso. Cuando nos dieron el golpe a nosotros antes de que ganara Lula, estaban tratando de evitar la conformación del eje, ya se preveía, pero no pudieron. Además ganó Tabaré Vásquez y el Frente Amplio en el Uruguay, lo cual fortalece el eje que pudiéramos llamar Orinoco-Amazonas-Río de la Plata. … Existe el otro eje, Bogotá-Quito-Lima-La Paz-Santiago de Chile, ese eje está dominado por el Pentágono, es el eje monrroísta y éste (muestra en el mapa) es el eje Bolívar, en referencia al eje Orinoco-Río de la Plata. Bolivia pudiera estarse convirtiéndose en una excepción y pudiera estarse acercando más a este eje. Sin embargo, aún es temprano para concluir en eso, así que Bolivia pudiéramos dejarla todavía allí. Claro que la estrategia nuestra debe ser quebrar ese eje y conformar la unidad Sudamericana y creo que no es un sueño, creo que nunca antes en América se había dado una situación como ésta”.

Parece indiscutible que no fue Chile quien se alejó de Sudamérica sino parte de Sudamérica, -los bolivarianos Venezuela, Brasil y Argentina y los de Alba, receptores de los subsidios petroleros de Chávez-, los que excluyeron a Chile por razones ideológicas, varios años antes de la existencia de la Alianza del Pacífico y mucho antes del gobierno de Presidente Piñera. Una clara muestra del sectarismo ideológico fundacional del grupo es la mofa que Chávez hacía del Presidente Lagos, quien según Hugo “dice que es socialista” y de Evo que exige a Bachelet que de pruebas de su socialismo cediendo ante Bolivia.

Después del fallido golpe de estado del 11 de abril del 2002 que casi lo derriba, Chávez adquirió una sólida antipatía por Lagos y por Chile, a quien acusó de simpatía por los golpistas y a partir de entonces se trasformó en el vocero de la aspiración marítima boliviana. Con la simpatía de los gobiernos de izquierda de la región, mas el apoyo de Fidel Castro el insultador profesional de la izquierda latinoamericana, Hugo las emprendió contra Chile y su Presidente. El 13 de enero del 2004, en la Cumbre de Monterrey, Chávez acusó a Lagos de mentiroso y repitió por enésima vez y en cuanto lugar y auditorio encontró, su voluntad de bañarse en una playa boliviana en el Océano Pacífico. Luego insistió en que Chile debía dar salida al mar a Bolivia y que él le regalaría “todo el asfalto que pudiera necesitar para hacer una carretera hacia al mar”.
En ese mismo contexto, entre Brasil y Venezuela le regalaron un lote de aviones de entrenamiento a la Fuerza Aérea Boliviana. Nada relevante como poder aéreo, pero todo un símbolo político. Poco tiempo después, Evo Morales se declaraba “uno de los admiradores de Fidel Castro y de Hugo Chávez”, y que los consideraba los principales aliados de su gobierno. El 26 de mayo del 2006, Venezuela y Bolivia firman el Acuerdo de Cooperación Técnica “para el mejoramiento y la complementación de las capacidades de defensa de cada país”. Nuevamente, nada para asustarse, pero clara muestra de antipatía hacia nuestro país, ya que se hacían alusiones a la protección de las fronteras bolivianas y la instalación de guarniciones en el Río Silala y otros lugares conocidos por los chilenos.

Brasil, como aspirante a líder regional no podía quedarse atrás, el año 2012, Marco Aurelio García, asesor de Dilma Rousseff para asuntos estratégicos internacionales, propuso que Unasur –una criatura parida por Chávez y adoptada por Brasil a los pocos meses de edad- con el mismo García a la cabeza, tomara cartas en el asunto: “El asesor internacional de Dilma Rousseff aseguró que le gustaría “ayudar” en estos temas”. “estos diferendos se pueden resolver de manera generosa”. Obviamente el peso de la generosidad la pondría Chile. Argentina tampoco se inhibió de dar vuelo al columpio y hacer ruido para que “el problema se resolviera”.

Todo el grupo bolivariano, concertadamente, haciendo fuerza por Bolivia y en contra de Chile.

Es muy curioso que en estos días se diga que, a partir de este gobierno, la política exterior de Chile no tendrá sesgos ideológicos, en circunstancias que hemos sido objeto de un trato excluyente por parte de la izquierda chavista y petista (del PT) precisamente por razones ideológicas.

Morales se creyó el cuento. En su imaginación doblegar a Chile estaba al alcance de la mano, solo faltaba un poco mas de presión y juego de piernas. En uno de sus viajes a Chile los grupos bolivarianos, financiados por Chávez y en parte también por el gobierno argentino, se concentraron en el velódromo del Estadio Nacional para corear “Mar para Bolivia”. Evo se manifestó conmovido y atribuyó este apoyo a la “diplomacia de pueblos”, que saltando por sobre los gobiernos, incluso del que lo había invitado, imponía los deseos de las bases directamente.
Que los concurrentes aplaudieran a Evo y gritaran Mar para Bolivia no era extraño, ya que era la barra organizada y financiada por ellos mismos. El balde agua fría vino pocos días después cuando una encuesta señaló que el 80% de los chilenos ahora se oponía a cualquier dádiva territorial a Bolivia. El tiro había salido por la culata.

Hoy día el bolivarianismo se desfonda y estalla en cámara lenta pero inexorable. Venezuela se aproxima al auto golpe de estado o a la guerra civil, en medio de la quiebra económica, la violencia, el desabastecimiento y la rabia popular, y responde a las demandas de los estudiantes con balas y grupos de choque en motocicletas. Argentina en medio de una crisis económica dramática, con inflación, estancamiento y crisis macroeconómica vuelve al Banco Mundial, el Club de París y al odiado Fondo Monetario Internacional en busca de crédito y Brasil busca ansiosamente como salir del atolladero político y económico en que se metió, haciendo como que no se da cuenta de lo que pasa en Venezuela, lo que muestra en la práctica que su pretendido “liderazgo” no es tal.

El sectarismo y la exclusión no corrió por cuenta nuestra, sino que fue el arma de los bolivarianos y petistas para tratar de forzarnos a ingresar a su grupo, hoy fallido, y que usó la aspiración boliviana como arma contra nuestro país.
Evo Morales perdió esta vuelta y haría bien en tomar nota de ello. La respuesta de la Presidente de Chile respecto al asunto es demoledora: “Aquí hubo una decisión del gobierno de Bolivia de llevar este tema a un tribunal internacional, y Chile expondrá su posición allá”.

No más lloriqueo, quejas de que lo desprecian ni referirse a los chilenos como “hermanos”. Si Morales quiere algo de Chile que lo diga con claridad y concretamente. No más vaguedades. Que por una vez actúe responsablemente y que jamás olvide que conspiró con los enemigos de Chile creyendo que nuestro país estaba débil y vulnerable.

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La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos
de apoyar una causa que creemos que es justa.
Abraham Lincoln

UNOFAR FILIAL VALPARAISO

U al dia

Aplicación de la ley

¿Cuál es entonces el aporte creativo de la magistratura o es ella, como se ha sostenido, una “esclava” de las leyes? La obra del juez nace al momento de singularizar el mandato general y abstracto de la ley para aplicarlo a situaciones particulares y concretas. En esta fase de su tarea, el juez “crea” una regla, de efecto relativo (solo alcanza a quienes han intervenido en el juicio), mediante la cual, utilizando los elementos normativos que le proporciona la ley y no otros, construye el mandato particular, a través del cual hace posible el imperio de la norma.

Es explicable la sorpresa y rechazo que han provocado las declaraciones del presidente de la Corte Suprema sobre el rol que cabe a los tribunales de justicia en la aplicación de la ley. Conviene, por lo mismo, volver sobre una materia que ha sido vastamente analizada y discutida por la doctrina, sin que exista acuerdo a su respecto.

Comencemos por recordar que la aplicación de la ley se realiza mediante la interpretación, tarea fundamental de todo magistrado a la hora de dictar sentencia. No resulta discutible que la norma, a partir de su incorporación al sistema jurídico, se independiza de sus autores y cobra vida propia. Por lo mismo, su sentido y alcance puede cambiar, como consecuencia de las transformaciones científicas, sociales, culturales, etcétera. Nuestro Código Civil, en su Título Preliminar, dispone de qué elementos debe valerse el intérprete para el ejercicio de su tarea, comenzando por lo fundamental: “El tenor literal” de la norma. Más allá de toda discusión, es este el que debe prevalecer porque expresa la voluntad soberana (manifestación de los poderes legislativos), y es dicha voluntad la única idónea para regular la vida social.

Es frecuente que algunos doctrinadores planteen fórmulas y argumentos para ampliar las facultades del juez y reducir la importancia de la norma, sea a pretexto de hacer prevalecer la justicia, imponer ciertos valores o subsanar supuestos errores interpretativos.

Ellos no quieren aceptar, como sucede con el ministro Sergio Muñoz, que más allá del “tenor literal” de la ley, todos los elementos previstos en nuestro Código Civil, al regular esta materia, apuntan a desentrañar el verdadero sentido del precepto, no a facilitar la imposición de los prejuicios o anhelos personales del juez, por respetables que ellos sean.

Para aplicar la norma, cuando esta ofrece diversas lecturas (su tenor es oscuro), el intérprete debe recurrir a la historia fidedigna de su establecimiento (certificado de nacimiento de la ley), a los fines que inspiraron a sus autores (motivaciones), a la coherencia y unidad que ella debe guardar con el sistema y, finalmente, a falta de todos estos recursos, descubrir el sentido de la ley invocando los principios generales de derecho y la equidad natural. En otras palabras, la aplicación de la ley se funda en el respeto y reconocimiento de la autoridad del legislador que, por mandato soberano, está llamado a organizar la convivencia social a través de normas jurídicas.

¿Cuál es entonces el aporte creativo de la magistratura o es ella, como se ha sostenido, una “esclava” de las leyes? La obra del juez nace al momento de singularizar el mandato general y abstracto de la ley para aplicarlo a situaciones particulares y concretas. En esta fase de su tarea, el juez “crea” una regla, de efecto relativo (solo alcanza a quienes han intervenido en el juicio), mediante la cual, utilizando los elementos normativos que le proporciona la ley y no otros, construye el mandato particular, a través del cual hace posible el imperio de la norma.

Singularizar el mandato general y abstracto, completando el marco impuesto por la norma jurídica, es lo que justifica el ejercicio de la jurisdicción. No es ajeno al sistema normativo, tampoco, la ausencia de una norma que resuelva el caso planteado, dificultando el cumplimiento del principio de inexcusabilidad. La integración de las llamadas “lagunas legales”, que en otros ordenamientos jurídicos dan lugar a los “casos difíciles”, está regulada entre nosotros, debiendo el juez ceñirse a los elementos dispuestos en la ley para llenar el vacío.

En suma, entender de otra manera el problema de la interpretación conduce, necesariamente, a una suerte de derogación de la ley por parte de los tribunales de justicia, puesto que se manipula su contenido en pos de lograr objetivos ajenos a ella. En el último tiempo los ejemplos están a la vista. Algunos magistrados, felizmente no todos, prescinden de la ley, por cuanto ella solo rige si se ajusta a sus concepciones y sentimientos de justicia. El contenido axiológico de la norma jurídica es uno de los elementos de que se vale el intérprete, pero con el fin de descubrir su sentido e intención, no de desviar la dirección del mandato.

Si llegara a prevalecer la concepción según la cual es el juez quien, aplicando directamente su íntima noción de los valores expresados en la norma, debe corregir relaciones supuestamente injustas, se habrá diluido la grandeza del derecho como único artífice de la seguridad jurídica, desconocido la función de la potestad legislativa y, definitivamente, politizado la jurisdicción.

Pablo Rodríguez Grez

Decano Facultad de Derecho

Universidad del Desarrollo