LA COHESIÓN EN LAS INSTITUCIONES DE LA DEFENSA Y DE ORDEN DE CHILE : EL CUERPO SOCIAL INSTITUCIONAL
Con frecuencia se menciona la existencia de una “familia militar” o en forma más específica, la “familia naval”. ¿De dónde surge este concepto? ¿Cuál es su origen y fundamento? El presente documento pretende dar respuesta a esas preguntas, o al menos sentar las bases para una discusión que busque las motivaciones y la real existencia de un “cuerpo social” en las instituciones de la defensa y de orden, que reúna a quienes se identifican con el concepto.
LA COHESIÓN EN LAS INSTITUCIONES DE LA DEFENSA Y DE ORDEN DE CHILE
EL CUERPO SOCIAL INSTITUCIONAL
Daniel Arellano Walbaum
Contraalmirante (R)
Magister en Etnopsicología PUCV
Introducción
Con frecuencia se menciona la existencia de una “familia militar” o en forma más específica, la “familia naval”. ¿De dónde surge este concepto? ¿Cuál es su origen y fundamento?
El presente documento pretende dar respuesta a esas preguntas, o al menos sentar las bases para una discusión que busque las motivaciones y la real existencia de un “cuerpo social” en las instituciones de la defensa y de orden, que reúna a quienes se identifican con el concepto.
Desde un principio, dejo claramente establecido que personalmente creo en la existencia de un cuerpo social que une individualmente a cada una de las instituciones a las que se hace referencia, y otro de mayor alcance que cobija a todas ellas.
El sentido de pertenencia
Antes de entrar en materia, es útil tener presente algunas definiciones, conceptos y situaciones que son propios al tema que nos preocupa, destacando en primer lugar el sentido de pertenencia, que es el sentimiento de vinculación o dependencia que experimenta un miembro de un grupo social. Este sentimiento tiende a fortalecerse cuando el grupo es amenazado o atacado, incrementando su cohesión.
Los ataques a las Instituciones
En los últimos años, los permanentes ataques que han recibido las FFAA y de Orden por parte de diversos estamentos, en particular mediante algunos medios de comunicación, han provocado la cohesión de ciertos círculos de personal de las FFAA y de Orden en retiro.
Razones para estos ataques son de variada índole, muchos de ellos generalizando situaciones puntuales y cuyas motivaciones provienen desde el ámbito político partidista. Agresiones e insultos a la Fuerza Pública, escarnio mediático de temas sexuales personales, malversación de fondos, etc., son utilizados para desprestigiar a las Instituciones ante la ciudadanía, sin dejar de mencionar la absoluta indiferencia de los gobiernos de las últimas décadas, que han menoscabado la autoridad de las Policías y limitado (y quitado, en un principio) a las Fuerzas Armadas su participación en actividades de bien y orden público.
Surge la pregunta: ¿a qué se debe esa actitud de los últimos gobiernos?
Sin duda una posible primera respuesta es el complejo del estamento político partidista que no fue capaz de efectuar la labor realizada por del Gobierno Civil Militar, que en 17 años sentó las bases del Chile del siglo 21, transformando a la Nación y dotándola de un proyecto país que le permitiría salir del subdesarrollo.
Es el mismo estamento político partidista que se niega a aceptar que fueron ellos quienes generaron las condiciones de caos interno que llevó a la FFAA y Carabineros a asumir el control del país en un escenario de guerra interna contra fuerzas irregulares, con todo lo que ese tipo acción significa. Pero al margen de esa discusión, es importante tener siempre presente que las FFAA y de Orden son y han sido referentes históricos para la formación de la identidad chilena.
Podemos plantear que hay una suerte de pugna entre las FFAA y de Orden y algunos estamentos públicos, como son el Gobierno, los Tribunales de Justicia, los Partidos políticos y otros que mencionaremos en nuestro análisis, recurriendo a encuestas de opinión.
La evidencia de las encuestas
En la encuesta CEP de mayo de 2017, en lo que dice relación con el índice de confianza ciudadana, las FFAA, PDI y Carabineros ocupan los tres primeros lugares de preferencia, mientras que los Tribunales de Justicia, Gobierno, Congreso y Partidos Políticos, ocupan los 4 últimos lugares. En la misma encuesta, en lo referido a la corrupción en 11 Instituciones, la PDI figura como la menos corrupta, seguida de las FFAA. Carabineros ocupa el 5º lugar, indicando como los más corruptos a los Tribunales de Justicia (8º), al Gobierno (9º). Congreso (10º) y en el último lugar a los Partidos Políticos (11º).
En la encuesta CADEM de mayo de 2018, en la evaluación del desempeño de 23 Instituciones, la PDI ocupa el 2º lugar, la Fuerza Aérea el 3º y la Armada y Ejército el 4º y 6º respectivamente; Carabineros ocupa el lugar 13º mientras que Chile Vamos (Gobierno) se sitúa en el lugar 16º; Fiscalía en el 17º y en los dos últimos lugares, el Congreso (22º) y los Tribunales de Justicia (23º).
Por último, nuevamente recurriendo a la encuesta CADEM de marzo de 2019, ante una consulta relacionada con la gestión de 8 instituciones y personas en emergencias en el norte y sur del país, Carabineros y las Fuerzas Armadas ocupan el 2º y 3er lugar, mientras que el Ministerio del Interior (Gobierno) ocupa el 7º.
De la evidencia reflejada en las encuestas mencionadas, definitivamente algo “no cuadra”.
Mientras las Fuerzas Armadas, Carabineros y la PDI son mayoritariamente bien evaluadas y consideradas por la ciudadanía, resulta curioso, por decir lo menos, constatar el permanente ataque a las Fuerzas Armadas y de Orden en los medios de comunicación, las limitaciones que han impuesto los últimos gobiernos a la autoridad de la Fuerza Pública y la indolencia y pasividad de los dirigentes políticos ante la violencia terrorista que se ha desatado en algunas regiones del país y la delincuencia.
La confianza ciudadana en las Instituciones
Como una primera conclusión, pese a los sistemáticos ataques a las FFAA y de Orden en las últimas décadas, y los problemas de probidad que se han detectado, el pueblo chileno mantiene su confianza en ellas. Esta es una realidad que no ha querido ser reconocida por algunos estamentos civiles, y que definitivamente no ha sido difundida y explotada por las Instituciones de la Defensa y de Orden.
El conflicto artificial
¿Qué situación están viviendo las FFAA y de Orden?
Un grupo bastante limitado de un sector de intelectuales, políticos y jueces crearon un conflicto contra las FFAA y de Orden y mantienen, artificialmente, una pugna entre civiles y militares que la han “generalizado” haciéndola, ficticiamente, extensiva a toda la ciudadanía. Es importante destacar que este conflicto no es recíproco, lo que explicaría el hecho que las Instituciones atacadas no han reconocido plenamente su existencia.
La mente humana. El inconsciente colectivo.
Hay un amplio consenso en que la mente humana posee una parte consciente y una inconsciente. Sin entrar en detalles y recurriendo al modelo de Karl Jung, la parte inconsciente de nuestra mente contiene la memoria evolutiva, las pulsiones o instintos, las emociones y las memorias genética, transgeneracional y cultural.
La parte inconsciente o irracional constituye un alto porcentaje de nuestra mente, siempre está presente y se manifiesta, y no se puede controlar racionalmente. Esta parte inconsciente de nuestra mente tiene a su vez una componente individual y una colectiva.
La parte colectiva es la que nos interesa destacar y corresponde a aquellos registros y conocimientos que compartimos como seres humanos. Eso es el inconsciente colectivo, definido como “una percepción formada por vivencias acumuladas en el devenir de una comunidad, que inconscientemente es transmitida de generación en generación”.
Hay un inconsciente colectivo mundial, nacional, comunitario, familiar, etc., y como característica propia, el inconsciente no es posible de manipular o cambiar por medios físicos o construcciones culturales humanas (creaciones del hombre).
En resumen, es una forma de ser, una forma de actuar, que se expresa, se practica y a la que se es leal. (Y generalmente los miembros próximos de la familia también).
Habiendo definido el sentido de pertenencia, mencionado los continuos ataques a las Instituciones, mostrado la evidencia de los resultados de encuestas en lo que dice relación con la confianza y desempeño de las instituciones, enunciado las existencia de un conflicto ficticio y presentado el concepto del inconsciente colectivo, a continuación se desarrollará cómo este concepto se puede transformar en una herramienta para enfrentar la adversidad que afecta a las Instituciones.
La identidad institucional
La identidad institucional está conformada por el inconsciente colectivo humano, el nacional y el institucional. Como ejemplo de algunos componentes que formaron el inconsciente colectivo nacional, se puede mencionar como hito fundacional de la identidad chilena a las guerras de la Independencia; como hitos fundacionales primarios, la batalla de Chacabuco, la batalla de Yungay, el holocausto de Prat en Iquique durante la Guerra del Pacífico, la Guerra Civil de 1891, el terremoto de 1960 y la intervención militar de 1973. Hitos secundarios serían, por ejemplo, la crisis del salitre y la campaña de 1978.
El inconsciente colectivo institucional se ha formado a lo largo del devenir de cada Institución y es la consecuencia de la práctica, entre otras manifestaciones, de ritos, formas, principios, costumbres, creencias, valores, vivencias, tradiciones, lenguaje, inter relaciones y de su historia específica.
La base común del inconsciente colectivo de las FFAA y de Orden
En el caso chileno, la base del inconsciente colectivo de todas las instituciones de la Defensa y de Orden es común.
En efecto, recordemos que los primeros oficiales de la Armada provenían del Ejército. Del Ejército surge Carabineros de Chile, y la Fuerza Aérea nace de la fusión de las ramas aéreas del Ejército y Armada. Por último, la PDI tiene su origen en Carabineros de Chile. Por lo anterior, se puede afirmar que el inconsciente colectivo de las instituciones de la Defensa y Orden se ha formado en más de 200 años, agregándose que su presencia ha sido permanente y fundamental para el desarrollo del país.
Entre las fortalezas de las instituciones de Defensa y Orden, podemos mencionar: la cantidad de personas que han servido y sirven en ellas, la formación e ideales comunes, el ser “transversales en la sociedad” y tener presencia en todo el país; el contar con la confianza de una gran mayoría de nuestros compatriotas; el respeto a nuestras diferencias y la unión en torno al servicio a Chile. El estar en condición de retiro de las FFAA y de Orden no significa, en caso alguno, dejar de contar con el inconsciente colectivo institucional.
De lo anteriormente expuesto, podemos concluir que el inconsciente colectivo institucional es una fuerza cohesionadora de carácter permanente, no modificable y que no es exclusivo al personal que se encuentra en servicio activo, formando parte de quienes sirvieron, sirven y servirán en las instituciones. Además, es útil tener presente que el número de personas que sirvieron en ellas es mayor al que sirve en la actualidad, y que quienes actualmente sirven, en algún momento próximo también pasarán a ser “ex servidores”.
El cuerpo social institucional
Está formado por las personas cohesionadas por el inconsciente colectivo de una institución determinada.
Se adquirió y formó en el devenir histórico de la institución, reforzándose en las villas y poblaciones fiscales, en el apoyo mutuo entre familias, en las escuelas matrices y de especialidades, en las unidades y reparticiones, en el desempeño profesional, en el aislamiento geográfico, en los vínculos sociales, en la estrechez económica, en la adversidad, en la proyección e historia familiar, en la tragedia y en la condición de retiro.
Este cuerpo social institucional es parte fundamental de la identidad chilena, constituyendo una referencia para muchos ciudadanos que se identifican con él, ya sea porque temporalmente formaron parte de una institución, o sencillamente porque comparten sus valores y principios.
La necesidad de destacar el cuerpo social institucional
Destacar este cuerpo social ante la comunidad nacional o en el seno de las instituciones, deja en evidencia ante organismos y personas de interés, la existencia de un grupo social cohesionado en torno a motivaciones que no responden a ideologías políticas y menos, de origen foráneo, al mismo tiempo de mantener y fomentar la cohesión entre personal en servicio activo y en retiro.
Adicionalmente, permite recordar al personal en servicio activo que su destino final será el retiro de la institución, y la necesidad de dar y exigir un buen trato al personal ya retirado es decir “hacer escuela”. Ese buen trato será el mismo que recibirá el servidor en servicio activo cuando, inexorablemente, esté en retiro.
A lo expresado en los párrafos precedentes, hay dos evidencias que se pueden agregar: frente a temas conceptuales, de principios y valores, no existen diferencias significativas entre miembros de las instituciones en servicio activo y en retiro, y ante la civilidad, las instituciones uniformadas se presentan como un gran cuerpo cohesionado y no hacen distinción entre la condición de activos o retirados.
La realidad de las organizaciones de personal en retiro
Existe un gran número de organizaciones de personal en retiro formadas en torno a diferentes motivaciones tales como armas, unidades, reparticiones, especialidades, escuelas, etc., que fundamentalmente satisfacen necesidades de orden social.
Es importante destacar que no todo el personal en retiro pertenece a alguna organización de retirados y que las Federaciones y Confederaciones existentes, no agrupan a todas las organizaciones en torno a temas de orden gremial que son comunes, tales como salud y pensiones, perdiéndose una importante fuerza de influencia y negociación.
Esta falta de unidad provoca que las instituciones en retiro tengan una diversidad de canales de comunicación con los organismos de Gobierno (Ministerios de Defensa e Interior), permitiendo, adicionalmente, el acercamiento puntual, aleatorio e interesado de miembros del estamento político a la vez que no se presentan las demandas con el respaldo de un significativo número de personas. Es una debilidad que, convenientemente aprovechada, mantiene al personal en retiro diseminado y sin capacidad negociadora o influencia.
Esta ausencia de unidad se manifiesta también frente a las Instituciones cuando se trata de enfrentar temas en áreas que son comunes para activos y retirados, tales como prestaciones de salud y servicios de bienestar.
Las relaciones entre los retirados.
Dada la formación militar, las relaciones entre el personal en retiro presenta ciertas características que es necesario considerar, fundamentalmente lo que dice relación con la jerarquía. La realidad de las organizaciones de retirados, por múltiples razones, entre ellas la edad y conocimientos específicos, impone que estas sean dirigidas por gente voluntaria, capaz e idónea, lo que significa aceptar y reconocer las capacidades individuales por sobre la jerarquía.
Esto último es difícil por cuanto implica desprenderse del ego propio. Por otra parte, esa misma formación militar nos asegura que entre los integrantes de la organización se mantendrán las normas de respeto y convivencia que corresponden.
Modificando la realidad actual
Si las Instituciones de la Defensa y de Orden quieren ser consideradas y escuchadas por el estamento político y judicial, es absolutamente necesario que se cumplan como mínimo, las siguientes condiciones.
· Entender y hacer propio el concepto del cuerpo social institucional.
· Promover que todo el personal en retiro pertenezca a alguna organización de retirados y esa organización a su vez, lo haga a una federación u organización multigremial.
· Establecer los canales de comunicación entre las organizaciones que aglutinan al personal en retiro con sus respectivas instituciones de origen.
· Establecer canales de comunicación entre las organizaciones de personal en retiro de las diferentes instituciones, coordinando acciones coordinadas y convergentes en la consecución de objetivos comunes.
· Reconocer que el personal en servicio activo está severamente limitado en cuanto a sus expresiones públicas, toda vez que no se les da el espacio y se les tergiversa en sus declaraciones. La limitación en la expresión oral o escrita no ocurre para el personal en retiro.
Conclusiones finales
· La fortaleza de las Instituciones de la Defensa Nacional y de Orden descansa en su cuerpo social, formado por quienes están en servicio activo y en retiro, y cuentan con la confianza permanente de una gran mayoría de compatriotas.
· La cantidad de personal en retiro, que supera a quienes están en servicio activo, además de estar presente en todo el país y en múltiples actividades en contacto con civiles, es una fuerza que convenientemente aprovechada permitiría contrarrestar y anular el permanente ataque que experimentan las FFAA y Carabineros.
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