HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS

EL REGIMIENTO ATACAMA RECLAMA EL HONOR DE HABER SIDO EL PRIMERO QUE CLAVÓ SU BANDERA EN LA CIMA DEL CERRO DE SAN JUAN.

EL REGIMIENTO ATACAMA RECLAMA EL HONOR DE HABER SIDO EL PRIMERO QUE CLAVÓ SU BANDERA EN LA CIMA DEL CERRO DE SAN JUAN.

Aniversario Batalla de Chorrillos – 13 de enero de 1881

Señor General:

Según aparece de todos los diarios que han venido de Chile, ha sido ascendido a capitán el sargento del Regimiento Buin 1° de Línea don Daniel Rebolledo, por haber sido el primero que pusiera nuestra bandera en las trincheras enemigas, en la batalla de Chorrillos, el 13 de enero próximo pasado.

En esta batalla, señor General en Jefe, cupo al Regimiento Atacama, que tengo el honor de mandar, y al Regimiento Talca, a las órdenes de su comandante don Silvestre Urízar Garfias, ser los primeros que a las 6 A.M. de ese glorioso día tomaron las primeras trincheras enemigas.

Eran los regimientos de vanguardia.

En seguida, después de un momento de descanso, el Atacama y el Talca, unidos, asaltaron y tomaron el cerro fortificado que les había sido designado de antemano.

Tanto en las trincheras como en la cima del cerro, cuyo acceso fue muy difícil, flamearon los estandartes del Atacama y del Talca, los que llegaron en este orden: primero, el del 1° Batallón del Atacama, llevado por el subteniente don Carlos Escutti, joven que para llegar donde clavó el estandarte tuvo que dar pruebas de un valor y arrojo extraordinarios; segundo, el del Talca, conducido por su respectivo porta-estandarte, cuyo nombre siento ignorar  y no poderlo consignar juntamente con el de sus compañeros de gloria; y tercero, el del 1er. Batallón Atacama, sostenido por el denodado subteniente don Enrique Lavergne. a la vez que, señor General en Jefe, los demás regimientos que constituían la 1ª División tomaban las trincheras y alturas de las posiciones enemigas, llevando sus estandartes y banderas.

Desde las cimas de los cerros que ocupó la 1ª División, posiciones tomadas al enemigo con grandes dificultades y perdiendo un tercio de gente, vimos que la 2ª División salía de entre los cerros del valle por el cual hizo la marcha desde Lurín.

El Regimiento Buin pertenecía a esta división y venía en ella, de consiguiente no pudo ningún individuo de ese cuerpo ni de esa división ser el primero que pusiera la bandera chilena en trincheras enemigas.

Hacía mucho tiempo que la 1ª División había asaltado y tomado las posiciones del ala derecha enemiga cuando apareció la 2ª División.

A nombre del Regimiento Atacama, pongo estos hechos en conocimiento de V. S., a fin de que se sirva, no obstante la notoriedad de ellos, establecer la verdad histórica en la forma y modo que V. S. estime por conveniente.

El Regimiento Atacama está dispuesto a reconocer y reconoce con entusiasmo la acción heroica del sargento Rebolledo, ejecutada en el cerro de San Juan, según se dice, y aplaude calurosamente la recompensa que por ella ha merecido, pero no puede aceptar que ningún otro sino el estandarte del 2° Atacama fuera el primero que flameara en las trincheras y posiciones enemigas en la batalla de Chorrillos.

Me hago un honor en expresar a V. S. que al hacer esta manifestación los oficiales del Atacama, principalmente los portaestandartes, no pretenden recompensa de ninguna clase; para ellos es suficiente la satisfacción del deber cumplido.

Lo único que desean es que se restablezca la verdad. No conceden a nadie el honor de haber sido los primeros en ocupar las posiciones enemigas, y mucho menos que otro que el estandarte del 2° Atacama fuera el primero en flamear en ellas.

Dios guarde a V. S.

Diego Dublé Almeyda.

Al señor General en Jefe del ejército chileno expedicionario sobre el Perú y Bolivia.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel.

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Seguridad y defensa

RELACIONES POLÍTICO-MILITARES. UNA REVISIÓN A LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN CHILE. MÁS LUCES QUE SOMBRAS

RELACIONES POLÍTICO-MILITARES. UNA REVISIÓN
A LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN CHILE.
MÁS LUCES QUE SOMBRAS
Jaime Abedrapo*

En el proceso de transición hacia la democracia, uno de los temas más complejo de abordar en Chile fueron las violaciones a los derechos humanos durante el gobierno militar-dictadura. En esa perspectiva, el éxito de la Reconciliación Nacional dependía de la forma en que se abordaran la verdad (hechos), justicia, perdón y reparación.

En ese escenario, las Fuerzas Armadas fueron un actor esencial para dar algún grado de respuesta a dichas demandas, allanando el camino hacia el entendimiento nacional. Proceso que tenderá a ser desconocido por la nueva elite política que hoy está en el gobierno.
Palabras claves: Reconciliación Nacional, Derechos Humanos, Transición, Comisión de Verdad y Reconciliación, Mesa de Diálogo y Fuerzas Armadas.

Ver texto completo:

04-ABEDRAPO+DERECHO+Nº27

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

PETRO EN CHILE

PETRO EN CHILE

Hernán Felipe Errázuriz

El Mercurio, Columnistas, 14/01/2023

La visita de Estado del Presidente Gustavo Petro pareció lamentablemente marcada por el ideologismo, activismo y personalismo del mandatario colombiano, por sobre la conmemoración del bicentenario de las relaciones bilaterales, su valoración y proyección.

Chile y Colombia ostentan una histórica y fructífera relación en lo político y económico que no debe ser ignorada.

Colombia, con una población que más que duplica a la chilena, registra una economía de tamaño similar, inversiones recíprocas directas importantes y en alza, en los dos países; en nuestro caso, las segundas en importancia con países latinoamericanos, y a diferencia de los demás, con relevante y diversificada inversión de empresas colombianas en Chile.

El intercambio comercial, aunque mayormente dependiente de importaciones de carbón, es creciente. Comercio, además, amparado por el acuerdo de integración regional de más proyecciones, moderno, reconocido y eficiente, la Alianza del Pacífico, prácticamente obviada en la visita.

Correctamente se incluyeron en la agenda acciones conjuntas para el fortalecimiento de la democracia y la integración en América Latina, políticas ambientales, colaboración nacional al proceso de paz en Colombia, intercambio cultural y cooperación en materias antárticas, satelital y en otros rubros de interés compartido.

”El ideologismo del visitante opacó la conmemoración histórica”.

Imposible de omitir fue la esperada colaboración en aspectos migratorios. La migración procedente de Colombia, que además facilita el tránsito a venezolanos, es de altísima preocupación nacional, especialmente en la zona norte, donde abundan el descontrol fronterizo y los ingresos ilegales. Habrá que seguir con atención la realidad de la colaboración colombiana ofrecida y pactada.

La visita se vio interrumpida —se dijo— por el anticipado regreso de Petro para atender los derrumbes en el departamento del Cauca (donde llegó dos días después), dejando pendiente su reunión con el presidente de la Corte Suprema.

Al mismo tiempo, la coincidencia y atención derivadas de la asonada en Brasil, las violentas protestas e inseguridad en Perú, y la controversia y crisis de gabinete nacional causadas por los indultos presidenciales opacaron la conmemoración del bicentenario de las relaciones bilaterales.

Interesante es destacar los distintos enfoques de los presidentes de Chile y Colombia a la diplomacia. Siendo ambos de izquierda y con afinidades en políticas públicas, el Presidente Boric exhibió una visión y conducción bajo políticas de Estado, respetuoso de la situación interna de Colombia. No fue así por parte del visitante.

Chile y Colombia tienen un amplio espacio y potencial de renovada cooperación, valores compartidos y una considerable agenda pendiente que exige, por encima de las relaciones personales entre los mandatarios, una diplomacia profesional.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

Columna de Opinión

INDULTOS: ¿ES POSIBLE REVOCAR?

INDULTOS: ¿ES POSIBLE REVOCAR?

El Mercurio, Editorial, 13/01/2023

Junto a las dimensiones políticas de los indultos concedidos por el Presidente Boric invocando razones de paz social, pero que incluyen entre sus beneficiarios a personas con reincidencia múltiple en delitos violentos ajenos al estallido, está la dimensión jurídica.

Esta arista adquirió relevancia principalmente por las declaraciones de la ministra vocera de gobierno, quien señaló que si el Presidente hubiera conocido todos los antecedentes de los favorecidos, “la situación habría sido distinta”.

En definitiva, al menos algunos indultos se habrían otorgado sobre la base de información errónea o incompleta, como consecuencia de actuaciones realizadas de buena o de mala fe por funcionarios subalternos del Presidente, quien por su parte tampoco se interiorizó de los detalles al momento de decidir.

Asimismo, en el caso particular del exfrentista Jorge Mateluna, se le habría otorgado un segundo indulto sin fundamentar la decisión en los términos que exige la normativa aplicable.

Los requerimientos de la oposición para que se dejen sin efecto los indultos así otorgados plantean diversas preguntas jurídicas. Por ejemplo, si las razones anteriores, de ser efectivas, son suficientes para anular o revocar los beneficios; si resulta siquiera posible la revocación al estar en juego “derechos adquiridos”; y si, aunque sea posible, ella tendría sentido por los plazos que implican los correspondientes procedimientos administrativos y judiciales.

Nadie puede adquirir derechos permanentes a partir de actos administrativos viciados de nulidad, si esta efectivamente se configura.

De todas estas cuestiones, la más sencilla parece ser la última. Un procedimiento de invalidación de los actos administrativos no debería tomar mucho tiempo, mientras que la reclamación judicial debería tramitarse de un modo breve y sumario, como dice la ley.

Y aunque todo el procedimiento tarde algunos años, la revocación de un acto contrario al derecho público chileno parece mejor que su ostentosa y tal vez indigna tolerancia, en especial considerando la materia a la cual se refiere.

La cuestión de la nulidad o revocación de los actos es más compleja. El indulto es un acto administrativo discrecional, sujeto a escasas exigencias de fundamentación.

Aunque ni siquiera este mínimo parece haberse cumplido en el caso de Jorge Mateluna, es probable que en los demás no sea posible constatar un déficit que pueda provocar la nulidad del acto, a no ser que se demuestre que la decisión se basó en un error o que se obtuvo de un modo fraudulento, ocultando información o distorsionando por acción u omisión la que se presentó al Presidente.

Si este fuera el caso, ¿podrían invalidarse o anularse los actos administrativos, a pesar de que ya han surtido efectos favorables respecto de sus beneficiarios? La respuesta es afirmativa, pues nadie puede beneficiarse a perpetuidad ni adquirir derechos permanentes a partir de actos administrativos obtenidos con fraude o viciados de nulidad.

Distinto sería el caso de una mera revocación de los indultos por razones que no tienen que ver con su validez, sino con la oportunidad o conveniencia técnica o política de lo resuelto en ellos. Estas revocaciones, conforme a las normas generales, no afectan los derechos adquiridos.

Desde la perspectiva penal, que resulta indispensable considerar en esta discusión, podría trazarse además una analogía con las leyes penales más favorables, que no solo tienen efecto retroactivo, sino también, según se acepta mayoritariamente, pueden surtir efectos aunque hayan sido derogadas, si tuvieron vigencia en algún momento posterior a la comisión del delito.

En esta misma analogía, sin embargo, podría estar el argumento que legitime la revocación de los indultos. Pues el indulto no quita la calidad de condenado, sino que conmuta la pena de cárcel por otra pena que se cumple en libertad, como la remisión condicional. Es decir, se trata de un asunto relativo a las sanciones y su forma de ejecución.

No pocos ordenamientos jurídicos y parte de la literatura especializada consideran que algunas de estas materias no quedan sujetas al principio de legalidad, y por eso el Tribunal Constitucional chileno ha fallado en reiteradas ocasiones que un cambio desfavorable en las condiciones de acceso a la libertad condicional se puede aplicar también a los que ya habían sido condenados mientras estaba vigente el régimen más favorable.

Si esto fuera correcto, entonces el indulto no concedería propiamente derechos, ni su revocación los quitaría.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

 

 

HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS

EL FIN DE BAQUEDANO

EL FIN DE BAQUEDANO

Joaquín Fermandois

El Mercurio, Columnistas, 10/01/2023

Al igual que el Consejo de Monumentos Nacionales cuando se retiró la estatua erigida al general Manuel Baquedano el 2021, el anuncio del cambio de la configuración vial que se hace en nombre de un sinnúmero de ideales no disimula la pátina de maquillaje tecnocrático.

Se dice ahora que es para facilitar el tránsito y que se resguardará el homenaje a quienes allí dieron testimonio. No he escuchado que algo así se haya propuesto con los Campos Elíseos, en París, para hacer fluido el tránsito derribando el Arco de Triunfo y expulsando la tumba del soldado desconocido; ni tampoco ha sucedido nada parecido con la Columna de la Independencia en el paseo de la Reforma, en México. Solo en Santiago de Chile se nos ocurren estas necedades.

La retirada que se percibía definitiva de la estatua vino a ser una formidable derrota del Estado, al que por otra parte se le endiosa en tantas acciones. Para hacer lugar a un nuevo objeto de memoria y culto se elimina a otro.

¿No perciben que se va creando una dinámica de sociedad sin memoria?

Una verdad elemental de la evolución de cualquier sociedad humana es que ésta a la vez permanece y cambia, lo que es parte de su memoria. De otra manera, no requeriríamos de memoria porque, como todo se iría eliminando de la misma, no habría nada de qué acordarse, salvo del presente, una entidad muy metafísica por lo demás. Por ello, a un país no se le borran experiencias, se le agregan otras nuevas.

“El desplazamiento del monumento al general Baquedano se dirige contra una amplia franja de la historia de Chile”.

Nada costaría recordar algunos hechos que hayan expresado con real dignidad un sentimiento profundo, herido —como podría haber sido la manifestación del 25 de octubre del 2019—, y sería posible colocar el monumento al general Baquedano y al Soldado Desconocido (testimonio de la era democrática) en el mismo sector en un emplazamiento más protegido.

No somos inocentes. Sabemos que se quiere eliminar de nuestra existencia todo lo relacionado con la historia militar y bélica, y esto sucede justo en los días en que se celebran los 200 años del nacimiento del general Baquedano y un nuevo aniversario de las batallas de Chorrillos y Miraflores.

Tras la Independencia, la Guerra del Pacífico ha sido la coyuntura internacional más importante del Chile republicano. Ayudó a consolidar una parte de nuestra cultura cívica con gran presencia desde fines del XIX y gran parte del siglo XX.

Una mirada hacia ella evocaba con fuerza lo que en otro caso es una frase vacía, la unidad nacional. Como toda historia, y más todavía una guerra, puede ser sometida al mismo análisis y producir distintas visiones; y siempre suscitará controversias. Querer erradicarlas para imponer una verdad, tácita además, parece ser el fin estratégico no confesado.

El desplazamiento del monumento al general Baquedano se dirige contra una amplia franja de la historia de Chile.

Solo que hay un problema: el que borra también será borrado. Ya existen las primeras señales de eclipse de los protagonistas del Estallido.

Recordemos la épica desarrollada en las semanas que siguieron al 26 de julio de 1931, la caída de Ibáñez. La muerte trágica en las trifulcas con carabineros del estudiante Jaime Pinto Riesco y del joven profesor Alberto Zañartu Campino hizo de ellos los héroes del día. Donde cayó este último se pintó una cruz en la calle que duró unos años. Iba a ser un momento grabado a fuego. ¿Quién lo recuerda ahora?

Malo está que las cosas se arrojen por la borda del olvido; más malo que se quiera crear un vacío estalinista en torno a un pasado reverenciado por tantos chilenos. No se trata de hacer lo mismo con nuevas perspectivas que merecen su puesto bajo el sol.

A un país no se le borran, se le agregan nuevas experiencias.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel.

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.