RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

TANQUES PARA UCRANIA

TANQUES PARA UCRANIA

El Mercurio, Editorial, 25/01/2023

La invasión rusa a Ucrania ya cumplió 11 meses, en un escenario marcado por un crudo invierno, una población civil carente de energía y la reciente captura de la ciudad de Soledar por las fuerzas rusas.

Es en este difícil panorama que, precisamente, surgió el debate en torno al envío de tanques occidentales, que en las últimas semanas generó una preocupante tensión dentro de la OTAN.

El Reino Unido ya comprometió la entrega de 14 tanques Challenger 2 a Ucrania, lo que fue agradecido por el gobierno del Presidente Volodimir Zelenski. Y ayer se conocieron versiones de prensa que afirman que otros países se sumarían.

De acuerdo con The Wall Street Journal, Estados Unidos se comprometería con el envío de tanques M1 Abrams, mientras que el semanario Der Spiegel adelantó que Alemania enviaría al menos una compañía de tanques Leopard 2, modelo A6, y autorizaría a Polonia a hacer lo mismo.

De esta forma, se resolvería la compleja situación que tensionó la relación entre ambos gobiernos europeos, ya que Polonia estaba dispuesto a entregar a Ucrania tanques Leopard 2, modelo A4 (como los que tiene Chile), incluso sin la autorización del gobierno del canciller Olaf Scholz.

¿Se abre la puerta para otros equipos militares aún más poderosos?

El punto era que la venta de armas alemanas a terceros países incluye una cláusula que impide revender ese equipamiento sin la autorización de Berlín. Y el canciller Scholz no parecía convencido de tomar esa decisión.

Más que la opinión del Kremlin, es probable que le preocupara la reacción de ciertos sectores de su coalición, de la opinión pública alemana y de otros países del este de Europa. Esto, porque podía revivir algunos fantasmas de la Segunda Guerra.

Después de todo, algo similar ocurrió en 1999, en el marco de la Guerra de Kosovo, cuando aviones de combate de la Fuerza Aérea Alemana se sumaron a los bombardeos de la OTAN sobre Serbia. Era la primera vez que la Luftwaffe participaba en operaciones de combate desde el término de la Segunda Guerra, y eso generó controversia.

Es posible que, en el corto plazo, la entrega de tanques a Ucrania no marque una diferencia categórica, pero a mediano plazo, sí. Rusia está demorando demasiado en reemplazar sus unidades destruidas, mientras que Ucrania las repone mucho más rápido, gracias a la ayuda internacional.

Si logra dotarse de una cantidad importante de tanques y los utiliza de manera estratégica, podría tener —finalmente— la capacidad de romper líneas enemigas e intentar la recuperación de territorio capturado.

Sin embargo, la entrega de tanques occidentales también tiene otras implicaciones, porque abre la puerta para el eventual traspaso de otros equipos militares más complejos y poderosos.

  1. UU. ya comprometió en diciembre el envío de baterías de misiles Patriot y ahora los tanques M1 Abrams. ¿Cuál podría ser el siguiente paso?

Probablemente, el ofrecimiento de aviones de combate. Y eso sí llevaría la guerra a un nuevo escenario, ya que con ellos Ucrania tendría la capacidad para hacer retroceder a las fuerzas rusas y cambiar radicalmente el curso de este conflicto.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

EL IDIOLECTO

 

EL IDIOLECTO

Carlos Peña

El Mercurio, Columnistas, 22/0172023

Desde aquella ocasión memorable en que un joven Giorgio Jackson (quien por un pelo no fue destituido esta semana) juró ante las cámaras que donaba la mitad de su dieta (lo hizo ante el requerimiento enfurecido de E. Bonvallet), su figura se ha ido estropeando poco a poco.

Lo que entonces ocurrió fue que lo que él llamaba donación era, en realidad, un ahorro colectivo en el que participaba para financiar su propia actividad política. En otras palabras, él llamaba donación a un acto autointeresado, en beneficio propio y carente de todo altruismo.

Y lo notable del incidente es que muestra —como en un ejemplo— un rasgo de la generación a la que él y el Presidente Gabriel Boric pertenecen.

¿En qué consiste ese rasgo?

Consiste en el extraño significado que asignan a los conceptos y a los enunciados que construyen con ellos. Esos conceptos que a veces utilizan y que forman parte de la identidad ideológica que han construido, no tienen una exacta contrapartida en la realidad.

Y al igual que la donación que mes a mes decía practicar Giorgio Jackson, entre los conceptos que utilizan y la realidad a la que aparentan referirse, hay apenas un pálido parentesco, tan sutil y ligero como el que mediaba entre ese ahorro al que el diputado llamaba donación, y la genuina donación que nada o muy poco tenía que ver con ese ahorro colectivo con fines partidarios y autointeresado.

“Cuando el Presidente declara su propósito de perseguir por cielo, mar y tierra a quien atenta contra la vida de un policía, no está diciendo lo que cualquier persona entendería. Se parece a la donación del ministro Jackson, quien juró donar cuando en realidad ahorraba”.

En otras palabras, se trata de una generación para la cual el significado de los conceptos que emplean o de las declaraciones que formulan se distancia del que poseen ordinariamente.

Algunos ejemplos lo muestran.

Perseguir por cielo, mar y tierra a los asesinos de un detective —el propósito que el Presidente Boric acaba de declarar—, no significa en realidad que él esté dispuesto a castigar con severidad a quienes atenten contra la vida de un policía, puesto que poco antes de esa declaración había procedido a ejecutar un acto que relativizaba su significado: indultó a un sujeto que había sido condenado por homicidio frustrado de una detective.

Así entonces, el rigor obliga a aceptar que declarar el propósito de perseguir a quien atenta contra la vida de un policía y hacerlo por cielo, mar y tierra, no significa lo que aparenta. Se parece a la donación de Jackson.

De la misma forma que la donación de Jackson no era donación sino un ahorro para sí mismo, el propósito de perseguir a quien atente contra la vida de la policía no es exactamente ese puesto que, a la luz de los actos del Presidente, cuenta con excepciones calificadas que indican que habrá ocasiones en que en vez de perseguirlo se le perdonará (y no precisamente en el sentido evangélico de este término).

¿Otro ejemplo de este idiolecto generacional? El Gobierno, desde el inicio, se ha declarado ecologista y el Comité de Ministros, homenajeando ese rasgo suyo, ha rechazado el proyecto Dominga. ¿Qué otra cosa podría haber hecho un gobierno declaradamente ecologista y atento al destino del planeta?

Pero la declaración de ser un gobierno ecologista, preocupado de conservar el medio ambiente y atento a evitar que se le ensucie y se le estropee, tampoco significa exactamente lo que cualquier lector confiado de buena fe en el significado del español entendería, puesto que, según se supo, el Gobierno destinó una ingente cantidad de recursos —más de dos mil millones de dólares el año 2022— a subsidiar, es decir, a transferir recursos obtenidos con impuestos a quienes usan combustibles fósiles.

Así entonces, la expresión gobierno ecologista habrá de entenderse, como la donación del entonces diputado Jackson, atendiendo a su significado idiosincrásico, y concluir, desmintiendo al diccionario, que proteger el medio ambiente incluye alentar (no otra cosa es un subsidio) el empleo de combustibles fósiles.

Es probable que este rasgo generacional sea infeccioso a juzgar por la conducta del ministro Mario Marcel, quien parece haber aprendido rápidamente el idiolecto generacional, como lo prueba el hecho de que concurrió a rechazar el proyecto Dominga y, a la vez, no parece haber chistado para subsidiar, o sea transferir rentas generales, a quienes usan combustibles fósiles.

No se trata de eso —se dirá—, es que es la realidad la que relativiza lo que se declara. Jackson podría argüir que él quería donar, pero la realidad partidaria le obligaba a hacer este aporte torcido que él llamaba donación, y el Presidente Gabriel Boric podría decir que él en realidad quiere perseguir a quien atente contra la vida de un policía, pero que la necesidad de mantener su coalición lo obligó a indultar a uno que lo hizo.

Bien; pero en tal caso, ello significaría reconocer que en política la voluntad tiene límites y se hace lo que se puede dentro de lo que se debe, que es justamente lo que tanto y por tanto tiempo criticaron, ¿verdad?

Cuando se escucha un idiolecto en boca de los jóvenes es posible sorprenderse y hasta emocionarse por la plasticidad del lenguaje; pero cuando es un político quien inventa un idiolecto y sigue usándolo con frecuencia, y sin pudor, y sin arrugarse, la verdad es que ya se acerca peligrosamente a erigirse en motivo de indignación.

Y es de esperar que el diputado que ayer llamaba donación a lo que era ahorro en beneficio propio, se seque el sudor de esta semana y aconseje a su coalición, una vez que pasó el miedo, a abandonar el idiolecto y ponerse a hablar en serio.

Un aporte del director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional