RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

UN AÑO DE GUERRA CONTRA UCRANIA: ACTUAR JUNTOS PARA QUE PREVALEZCA EL DERECHO INTERNACIONAL

UN AÑO DE GUERRA CONTRA UCRANIA: ACTUAR JUNTOS PARA QUE PREVALEZCA EL DERECHO INTERNACIONAL

Josep Borrell, High Representative of the EU for Foreign Affairs and Security Policy/Vice-President of European Comission

El Mostrador, 20/02/2023

El 24 de febrero de 2022 se recordará para siempre como el día en que Rusia inició su brutal, no provocada e ilegal invasión de Ucrania. Fue y sigue siendo un caso de pura agresión y una clara violación de la Carta de las Naciones Unidas.

Esta guerra no es “sólo una cuestión europea”, ni se trata de “Occidente contra el resto“. Se trata del tipo de mundo en el que todos queremos vivir: nadie está a salvo en un mundo en el que el uso ilegal de la fuerza —por parte de una potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad— se “normalice” de algún modo.

Por eso, el derecho internacional debe aplicarse en todas partes para proteger a todos de la política de poder, el chantaje y el ataque militar.

Un año después, existe el riesgo de que la gente se acostumbre a las imágenes de crímenes de guerra y atrocidades que ve, porque son muchas; de que las palabras que utilizamos empiecen a perder su significado, porque tenemos que repetirlas muy a menudo; de que nos cansemos y se debilite nuestra determinación, porque el tiempo pasa y la tarea que tenemos entre manos es dura.

Esto es algo que no podemos hacer. Porque cada día, Rusia sigue violando la Carta de la ONU, creando un peligroso precedente para todo el mundo con su política imperialista.

Cada día, Rusia sigue matando a mujeres, hombres y niños ucranianos inocentes, lanzando sus misiles sobre ciudades e infraestructuras civiles.

Cada día, Rusia sigue difundiendo mentiras e invenciones.

Para la Unión Europea y nuestros socios, no hay otra alternativa que mantener el rumbo de nuestra “triple estrategia”: apoyar a Ucrania, presionar a Rusia para que ponga fin a su agresión ilegal y ayudar al resto del mundo a hacer frente a las consecuencias.

Esto es lo que venimos haciendo desde hace un año, y con éxito. Hemos adoptado sanciones sin precedentes; reducido nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos; y, en estrecha colaboración con socios clave, reducido en un 50% los ingresos energéticos que el Kremlin obtiene para financiar su agresión.

No basta con decir que queremos que Ucrania pueda defenderse: necesita los medios para hacerlo. Así que, por primera vez, la UE ha suministrado armas a un país atacado. De hecho, la UE es ahora el principal proveedor de formación militar para que el personal ucraniano pueda defender su país. También estamos ofreciendo una importante ayuda macro-financiera y humanitaria para apoyar al pueblo ucraniano. Y hemos decidido responder positivamente a la petición de Ucrania de ingresar en la UE. Por último, estamos trabajando para garantizar la rendición de cuentas por los crímenes de guerra que ha cometido Rusia.

Trabajando juntos, también hemos mitigado el efecto dominó mundial con la bajada de los precios de los alimentos y la energía, en parte gracias a nuestras Rutas de la Solidaridad y a la Iniciativa de Cereales del Mar Negro.

No basta con decir que queremos que Ucrania pueda defenderse: necesita los medios para hacerlo. Así que, por primera vez, la UE ha suministrado armas a un país atacado.

De hecho, la UE es ahora el principal proveedor de formación militar para que el personal ucraniano pueda defender su país. También estamos ofreciendo una importante ayuda macro-financiera y humanitaria para apoyar al pueblo ucraniano.

Y hemos decidido responder positivamente a la petición de Ucrania de ingresar en la UE. Por último, estamos trabajando para garantizar la rendición de cuentas por los crímenes de guerra que ha cometido Rusia.

Ucrania ha demostrado su notable capacidad de resistencia, en parte gracias a este apoyo. Y Rusia ha quedado más aislada, gracias a las sanciones mundiales y a la condena internacional de la abrumadora mayoría de los Estados en la Asamblea General de la ONU.

Nuestro objetivo colectivo es y sigue siendo una Ucrania democrática que prevalezca; expulsando al invasor, restaurando su plena soberanía y, con ello, restableciendo la legalidad internacional.

Por encima de todo, queremos la paz en Ucrania, una paz global y duradera que se ajuste a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional. Apoyar a Ucrania y trabajar por la paz van de la mano

Las acciones de Rusia son un ataque frontal a los principios de integridad territorial, soberanía y derecho internacional. Si Rusia tuviera éxito, las repercusiones se extenderían por todo el mundo, ya que esta agresión es, de hecho, un ejemplo de manual de una mentalidad imperialista.

El apoyo de los países latinoamericanos y caribeños en la ONU y en otros foros es, por tanto, crucial.

Debemos tener claro que las acciones rusas son responsables de las sacudidas económicas que se están experimentando.

La UE está trabajando con la región para hacer frente a las necesidades económicas y hemos aumentado nuestra financiación, también para los países más afectados de América Latina.

La invasión rusa ha puesto de relieve la necesidad de que tanto Europa como América Latina y el Caribe eviten dependencias excesivas. Tenemos intereses comunes en forjar una asociación moderna para construir economías más resistentes e integradoras, proteger nuestras democracias y reforzar la cohesión social.

Tenemos que lograr avances prácticos en nuestra ambiciosa agenda de cooperación antes de la Cumbre UE-CELAC que se celebrará este año.

La historia y la justicia están del lado de Ucrania. Pero para acelerar la historia y lograr la justicia, necesitamos ampliar nuestra “triple estrategia”. Sabemos que se trata de una tarea colectiva.

Por eso la UE cuenta con todos sus socios, para actuar con un espíritu de responsabilidad conjunta y solidaridad: para garantizar que fracase la agresión y prevalezca el derecho internacional.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

18 DE OCTUBRE: NECESITAMOS SABERLO TODO

18 DE OCTUBRE: NECESITAMOS SABERLO TODO.

Sergio Muñoz Riveros

Ex-Ante, 16/10/2022

Aún desconocemos la trama de la revuelta que se inició en la noche del 18 de octubre de 2019 en Santiago y otras ciudades, y cuya ola de violencia, destrucción y pillaje causó inmensos daños, degradó nuestra convivencia y llevó al país al borde del quiebre institucional.

Pasados tres años, no se sostiene el relato del estallido social, que fue el calificativo ennoblecedor consagrado por la TV, pero que rechazan los propios “presos de la revuelta”, que están convencidos de haber luchado por la revolución (con métodos tipificados en el Código Penal, por cierto).

Aunque entonces hubo expresiones genuinas de descontento, lo que define al 18/O no fue el deseo de mejorar la sociedad, sino de demolerla.

La proclama “hasta que la dignidad sea costumbre” fue una nueva versión del lema “el fin justifica los medios”. Y ya vimos lo que realmente se hizo costumbre. Si hubiera dudas, habría que preguntarles a quienes vivían o trabajaban en la zona de plaza Italia, y debieron emigrar de allí.

Pese a los afanes de la izquierda gobernante por exaltar el 18/O como una epopeya, lo que resalta es la irracionalidad y la devastación que trajo, y que de ninguna manera brotaron espontáneamente. Su potencia destructiva requirió mando, planificación, coordinación y muchísimo dinero. ¿Alguien sostiene todavía que no hubo objetivos políticos detrás de todo lo que pasó?

Una coalición muy oscura actuó el 2019. Confluyeron allí la izquierda castro/chavista, las tribus anarquistas, las bandas del narcotráfico y la mano de obra contratada para saquear, destruir y quemar, o sea, el lumpenfascismo, descrito certeramente por Lucy Oporto.

El propósito fue empujar a Chile al caos y, en lo posible, derribar al gobierno. Antes de que se cumplieran 24 horas de los primeros saqueos, Guillermo Teillier, jefe del PC, pidió la renuncia del presidente Piñera. Nada fue casual.

El ataque al Metro tuvo características de operación de guerra ejecutada por profesionales, con el fin de quebrar la columna vertebral de la capital. Las 20 estaciones más dañadas exigieron el uso de elementos químicos, manejados probablemente por conocedores de las técnicas de sabotaje que son propias de la guerrilla urbana. Quienes actuaron allí, como en los ataques a cuarteles policiales y unidades militares, veían a Chile como enemigo.

Hemos comprobado que la democracia puede debilitarse a un grado extremo si no puede defenderse eficazmente. Por ello, debe cesar la connivencia política con los violentos (…) Nada es más decisivo que resolver la crisis de seguridad pública. Hay que poner fin a la impunidad. El Estado que sostiene las libertades no puede retroceder.

Hubo un momento en que la Primera Línea, el grupo de choque más audaz en las provocaciones contra Carabineros, estuvo a 200 metros de La Moneda. Fue real la posibilidad de asalto. En aquellas horas, las FF. AA. se mantuvieron atentas a las instrucciones de sus mandos y de las autoridades. Si se hubiera producido tal asalto, tenían el deber de actuar con todo su poder.

Debe investigarse a fondo la intervención extranjera. El 19 de julio de 2021, la fiscal de Valparaíso, Claudia Perivancich, le preguntó a Piñera si era cierto que la Dirección de Inteligencia del Ejército había entregado, poco después del 18 de octubre, un informe al ministro de Defensa de entonces, Alberto Espina, que sostenía que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) había logrado introducir en Chile “un batallón de 600 agentes clandestinos, expertos en guerrilla urbana”, para llevar a cabo operaciones de insurrección.

Piñera reconoció la existencia del informe, y afirmó que allí se mencionaba el ingreso de cubanos y venezolanos.

Lo ocurrido el 18/O no puede desvincularse del viaje del exmandatario, en febrero de 2019, a la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, a instancias del entonces presidente Duque, con el fin de apoyar a Guaidó, el líder opositor venezolano, en un momento en que parecía tambalear el régimen de Nicolás Maduro.

Fue una decisión imprudente, que no midió las consecuencias de desafiar a un régimen sin escrúpulos. No hay duda de que Maduro se desquitó de un modo terrible. Y la forma en que actuaron entonces los amigos chilenos de las dictaduras de Cuba y Venezuela desnudó la comunidad de intereses.

Necesitamos saberlo todo. ¿Cuánto han logrado averiguar los organismos de inteligencia de las FF. AA. y de las policías? ¿Tiene alguna información el Ministerio Público? ¿Y en el Congreso, existe una mínima inquietud por investigar? Es evidente que hay sectores que prefieren echarle tierra a todo, por el riesgo de que una indagación los deje en posición inconfortable. Por ejemplo, como quintacolumnistas. En todo caso, por alguna vía tendrá que abrirse paso la verdad.

El 18 de octubre dejó una herencia envenenada en la vida nacional. Retrocedieron el civismo y la seguridad, crecieron el bandidaje y el terrorismo, se debilitó el orden legal. Al amparo del régimen de libertades, siguen actuando grupos político/delictuales dispuestos a socavar la legalidad construida precisamente para proteger la vida en libertad.

Si el gobierno de Boric no lo entiende, no podrá evitar el naufragio.

Es claro que el extremismo y el crimen organizado tienen intereses convergentes, y que sus acciones plantean un inmenso desafío en el campo de la seguridad interior.

En tal contexto, las FF. AA., Carabineros y la Policía de Investigaciones necesitan contar con el firme respaldo de los poderes del Estado para que ejerzan plenamente el monopolio de la fuerza. Hay que terminar con las ambigüedades en este terreno.

Hemos comprobado que la democracia puede debilitarse a un grado extremo si no puede defenderse eficazmente. Por ello, debe cesar la connivencia política con los violentos.

Es imperioso desarticular a los grupos dedicados al bandolerismo y al terrorismo en el sur, como también a las mafias que actúan en el norte.

Se necesita cortar de raíz el vandalismo que tiene como centros de operaciones a varios liceos de Santiago. Nada es más decisivo que resolver la crisis de seguridad pública.

Hay que poner fin a la impunidad. El Estado que sostiene las libertades no puede retroceder.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

 

 

 

RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

CUÁLES HAN SIDO LOS PRINCIPALES OBSTÁCULOS PARA QUE AMÉRICA LATINA TENGA UNA MONEDA ÚNICA

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CUÁLES HAN SIDO LOS PRINCIPALES OBSTÁCULOS PARA QUE AMÉRICA LATINA TENGA UNA MONEDA ÚNICA

BBC News Mundo, 16/02/2023

“En el comercio de América Latina ya hay una moneda única. Se llama dólar”.

Esta mezcla de ironía y escepticismo que destilan las palabras de Juan Batteleme, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Buenos Aires, sobre el anuncio de Brasil y Argentina de articular una divisa común, es la misma que se extiende entre muchos analistas.

El execonomista jefe del FMI, Olivier Blanchard, respondió a la noticia con cuatro palabras: “Esto es una locura”, al tiempo que la prestigiosa revista The Economist tachó el proyecto de “estrambótico”.

“Uniría a la economía más grande de América del Sur con una de las más enfermas”, afirmó el semanal en referencia a Argentina, un país que trata estos meses de evitar a toda costa el que sería su décimo default de deuda soberana desde su independencia en 1816.

Y es que tras el anuncio muchos creyeron que las principales economías de América del Sur pretendían crear algo como el euro que reemplazaría tanto al peso argentino como al real brasileño.

La sugerencia de invitar más adelante a otras naciones latinoamericanas a unirse tendría potencial de crear el segundo bloque monetario más grande del mundo, tras la Unión Europea.

Una unión monetaria que cubriera toda América Latina representaría alrededor del 5% del PIB mundial. Por comparar el euro, abarca alrededor del 14% del PIB mundial cuando se mide en términos de dólares.

Pero esta aspiración, coinciden los economistas, carece de fundamento ya en su origen.

“No tendría ningún sentido que un país como Brasil, que tiene una inflación del 5,8 % y 330.000 millones de dólares de reservas internacionales, vinculara su destino monetario a un país que incurre en impagos en serie como Argentina, con una inflación del 95 % anual y menos de 10.000 millones de dólares de reservas internacionales netas”, argumenta Thierry Larose, gestor senior de la firma Vontobel.

Antecedentes. Sin embargo, no es la primera vez que Brasil y Argentina se han sentado hablar de una moneda común. Las conversaciones fracasaron en el pasado debido, sobre todo, a la oposición del banco central de Brasil.

Pero el antecedente histórico que más podría aproximarse a la idea de “Sur”, que es como han bautizado Argentina y Brasil a su moneda, es el Sucre un acrónimo en español que significa “Sistema Unificado de Compensación Regional”.

Fue propuesto inicialmente por Cuba para facilitar el comercio transfronterizo entre los países “bolivarianos” (Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela).

“Esa iniciativa pretendía liberar a esos países del yugo del dólar, no solo porque los regímenes bolivarianos son anti americanistas por naturaleza, sino también porque la mayoría de esos países tienen reservas internacionales bajas y acceso limitado a financiamiento en dólares para sus importaciones”, recuerda Larose.

Afinidad política. Los objetivos de este y los proyectos regionales que le siguieron con igual suerte son casi siempre los mismos: esquivar al dólar, impulsar el comercio y forzar a mayores cotas de disciplina fiscal.

Y casi todos nacen cuando la afinidad política de los países va en la misma dirección. Es decir, cuando los gobiernos son de izquierdas o de derechas.

“Desafortunadamente para ellos, la iniciativa fue un completo fracaso con solo unas pocas transacciones completadas y todas muy pequeñas”, añade.

Para el economista, la razón de aquel fracaso es que un proyecto como ese “inevitablemente termina siendo una forma para que los países con reservas bajas y un déficit comercial obtengan préstamos baratos de aquellos con reservas altas y un superávit comercial”.

Por eso estos últimos suelen tener muy pocos incentivos para adherirse a tal sistema, “más allá quizás de una satisfacción ideológica”.

Una unión monetaria que cubriera toda América Latina representaría alrededor del 5% del PIB mundial. Por comparar el euro, abarca alrededor del 14% del PIB mundial cuando se mide en términos de dólares.

Proyectos que se desvanecen. Lo que nos dice la historia sobre los intentos de América Latina de tener una moneda común es que todos los intentos murieron en la orilla y casi todos cumplieron el mismo patrón: éxitos en su etapa inicial para pasar a una fase en la que la idea se va desdibujando hasta perderse.

Mercosur y Unasur también lo intentaron.

Hay obstáculos políticos, económicos y sociales, pero por encima de todos ellos sobre vuela uno de más peso: la integración.

“En América Latina no todos percibimos el valor neto de la integración. Queremos cosas distintas. México está integrado con Estados Unidos, Uruguay está pugnando por tener acuerdos de libre comercio, igual que Chile, igual que Ecuador”, dice el profesor Batteleme.

“Y luego tenemos a Argentina, que no quiere ningún tipo de acuerdo de libre comercio. Al no tener los medios para poder pagar, no podemos importar. La mirada ahora es que tenemos que vivir con lo nuestro”.

“Al final son más las diferencias que tenemos los latinoamericanos en relación a cómo integrarnos que los acuerdos”, explica en una entrevista con BBC Mundo.

Posiciones distintas frente al mundo. “O sea, creemos en la integración, pero cuando tenemos que transformar eso en políticas que impliquen por un lado, ceder nuestra soberanía, coordinar, armonizar, etcétera, empiezan a jugar las diferencias del sistema político, las diferencias ideológicas, las diferencias en las estructuras económicas, las diferencias en las posiciones que los países tienen en relación a los Estados Unidos, a China, a Europa, y eso atenta contra cualquier proyecto de integración latinoamericano”.

“¿Cómo te integras con el régimen cubano, que ni siquiera es democrático? ¿Por qué no podemos ponernos de acuerdo en una definición de Derechos Humanos?”, se pregunta el experto.

Así que a las diferencias de tamaño de las economías y de sus distintas fortalezas relativas, el que a simple vista sería el primer obstáculo en la región, hay que sumar los problemas ideológicos, de exceso de soberanía y de diferencias en los procesos aprobatorios de cada país.

Exceso de soberanismo. “El éxito europeo se basa en la intergubernamentalidad sumado a un proceso de supranacionalidad. En América Latina no hay intergubernamentalidad o es muy limitada como el caso Mercosur o el caso de la Alianza del Pacífico. Y a ello se suma además exceso de soberanismo que hace que sea muy difícil coordinar políticas”, dice Batteleme.

Otro de los obstáculos es de corte social.

“Los indicadores de pobreza, los indicadores sociales… no hay un punto de partida común. Esto genera una percepción de que la integración no nos beneficia a todos por igual y también genera problemas de articulación de políticas”.

Batteleme cree que una moneda común en América Latina no cambiaría nada, porque “en definitiva, la política económica e industrial y la política propiamente dicha, sigue siendo de base nacional”.

“En el comercio de América Latina ya hay una moneda única. Se llama dólar. La fantasía de República Argentina de poder tener una moneda alternativa se debe a que no tiene dólares. Esa es la realidad”, dice.

La llave de la región. Entonces, ¿por qué Lula apoyó a Alberto Fernandez en esta “aventura” del Sur?

Las razones, según Batteleme, se enmarcan en el contexto de salida de Jair Bolsonaro al frente de Brasil y la llegada del líder de izquierda Luis Inácio Lula da Silva a la presidencia.

“Lula hizo una declaración políticamente correcta dándole a Alberto Fernández lo que necesitaba en términos de ganar confianza en los mercados”, dice.

“Y el mensaje que lanza Lula es esta idea de que una América Latina no unida, sino alineada detrás del liderazgo de Brasil le da el estatus suficiente para hablar de igual a igual con Estados Unidos, con Putin, con Xi Jinping, y que Brasil vuelve a ganar esa estatura. Se presenta como el estado llave de la región”, opina.

Quizás la idea de una moneda común sea demasiado ambiciosa, pero hay una intención de mostrar al mundo que Brasil tiene espíritu de cooperación regional.

RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

¿ESTAMOS PREPARADOS FRENTE A LA AMENAZA DE LOS ASTEROIDES? LOS DESAFÍOS DE LA DEFENSA PLANETARIA

¿ESTAMOS PREPARADOS FRENTE A LA AMENAZA DE LOS ASTEROIDES? LOS DESAFÍOS DE LA DEFENSA PLANETARIA

Juan Luis Cano González, Coordinador del Servicio de Información del NEOCC, European Space Agency

The Conversation, 15/02/2023

Este 15 de febrero se ha cumplido el décimo aniversario del llamado evento de Cheliábinsk. En aquella fría mañana, y sobre esa ciudad rusa en las estribaciones de los Urales, un asteroide de entre 17 y 20 metros de diámetro impactó contra la atmósfera de la Tierra, provocando una explosión equivalente a 500 kilotones de TNT (unas 35 veces la energía liberada por la bomba de Hiroshima).

Por primera vez, un suceso de tal magnitud pudo ser seguido y estudiado en detalle gracias a la multitud de cámaras disponibles en los vehículos que circulaban esa mañana hasta distancias de varios cientos de kilómetros del punto de impacto.

La explosión aérea tuvo lugar a una altura de unos 30 kilómetros. Cuando la onda de choque llegó al suelo unos minutos más tarde, produjo la rotura de multitud de cristales y los techos de algunas instalaciones. Unas 1.500 personas tuvieron que ser atendidas de diversa gravedad.

El evento de Cheliábinsk marcó un antes y un después en la percepción de la sociedad sobre el riesgo que suponen los cuerpos cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés). Sin embargo, esta señal de alerta hacía tiempo que había sido captada por las autoridades internacionales.

Los vigilantes del cielo. A finales de los años 90 del siglo pasado, la NASA había recibido la instrucción de su gobierno de encontrar todos los asteroides mayores de 1 kilómetro antes de 20 años. En 2005, aceptó el encargo de rebajar ese tamaño a los 140 metros.

En el lado europeo y desde 2002, la Agencia Espacial Europea (ESA) estaba ya estudiando misiones espaciales para desviar asteroides. A ambos lados del Atlántico había sistemas de monitorización del impacto de estas rocas espaciales desde inicios de siglo, como el implantado en el Centro de Coordinación de NEO de la ESA.

Cabe reseñar que la población de NEO sigue una distribución exponencial. Esto significa que aunque hay pocos objetos muy grandes, los números aumentan muy rápidamente según reducimos el tamaño.

En total, estimamos que existen del orden de 900 objetos mayores de 1 kilómetro y unos 25.000 mayores de 140 metros. Cuando rebajamos el tamaño a los 50 metros, hablaríamos de entre 200.000 y 300.000 NEO, y si nos referimos a objetos como el que impactó sobre Cheliábinsk, estaríamos entre los 5 y 10 millones.

La buena noticia es que la humanidad ha conseguido detectar casi todos los objetos mayores de un kilómetro, que son los que podrían provocar desastres a nivel global. En el rango hasta los 140 metros, hemos encontrado alrededor del 40 %, y según seguimos bajando las cotas de descubrimiento se reducen mucho. A día de hoy conocemos un poco más de 31.000 NEO.

Un riesgo que se puede prevenir. Si bien los sistemas de descubrimiento y monitorización de los NEO existen desde comienzos del siglo actual, el evento Cheliábinsk supuso un mayor grado de concienciación sobre la necesidad de emprender acciones que nos ayuden a proteger nuestras sociedades de la amenaza; una amenaza que, por otro lado, es de las pocas que se pueden prevenir.

En ese sentido cabe destacar diversas iniciativas tomadas en los últimos años para aumentar nuestro grado de protección. De un lado, se está potenciando el cumplimiento del mandato a la NASA de descubrir todos los asteroides mayores de 140 metros en un plazo razonable mediante el diseño del telescopio espacial NEO Surveyor, que deberá ser lanzado antes de mediados de 2028.

Por su parte, la ESA se ha embarcado en una misión complementaria llamada NEOMIR que está comenzando a ser estudiada.

A nivel global, la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de Naciones Unidas (UNOOSA) encomendó ese mismo año de 2013 la creación de dos instituciones supranacionales para asesorar en estas cuestiones a la comunidad internacional: IAWN y SMPAG.

La Red Internacional de Alerta Asteroidal (IAWN) tiene la tarea de desarrollar una estrategia de respuesta al riesgo NEO utilizando planes y protocolos de comunicación bien definidos para ayudar a los gobiernos en el análisis de las consecuencias del impacto de asteroides y en la planificación de respuestas de mitigación. Esta red agrupa también a todos los observatorios y centros de vigilancia que monitorizan el peligro que suponen los asteroides.

Por otro lado, la misión del Grupo Consultivo para la Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG) es la de prepararse para dar una respuesta internacional al riesgo de los asteroides a través del intercambio de información y el desarrollo de opciones de investigación colaborativa y oportunidades de misión, y para llevar a cabo actividades de planificación de mitigación de amenazas NEO.

DART y Hera, misiones compañeras. Desde el punto de vista de la preparación para afrontar la amenaza, durante la última década se ha hecho realidad la primera misión de demostración de defensa planetaria: el impacto de la misión DART de la NASA contra la luna Dimorfo del asteroide binario Dídimo.

DART es la compañera de la misión Hera de la ESA, que será lanzada en octubre de 2024 para estudiar con todo lujo de detalle los resultados de la colisión. Gracias a estas dos misiones seremos capaces de comprender mucho mejor las tecnologías necesarias y los efectos que se puedan producir tras el impacto a hipervelocidad de un satélite contra un asteroide. Todo eso es preciso para preparar una futura respuesta a las amenazas.

Poco probable, pero muy devastador. Tal y como he tratado de exponer en este artículo, si bien el evento de Cheliábinsk supuso una llamada de atención a nivel global, la comunidad de científicos e ingenieros que colaboramos a nivel internacional en defensa planetaria llevamos trabajando en ello desde hace unas décadas. En este último decenio se han empezado a ver los resultados de todo ese trabajo.

El riesgo NEO tiene muy poca probabilidad de ocurrir, pero sus consecuencias pueden ser devastadoras. Afortunadamente, también entra en la categoría de las amenazas previsibles (por desgracia esto no sucede con muchas otras, tal y como hemos visto recientemente con los terremotos de Turquía y Siria).

Por lo tanto, se imponen acciones que no requieran grandes niveles de gasto pero permitan inversiones continuadas en el tiempo para detectar poco a poco todos los objetos que nos faltan por descubrir y tener preparadas misiones espaciales que nos permitan eliminar el riesgo, si se diera el desafortunado caso de que detectáramos algún objeto con dirección a la Tierra.

En resumen, tanto en la ESA como en la NASA contamos con programas específicos para entender y afrontar ese peligro y permitir que nuestra sociedad esté preparada para afrontar en el futuro cualquier amenaza que nos llegue desde las inmediaciones del Sistema Solar.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

LAS REVOLUCIONES Y SUS TRAGEDIAS

LAS REVOLUCIONES Y SUS TRAGEDIAS

Gonzalo Martner

El Mostrador, 14/02/2023

A propósito de la expulsión de 222 presos y presas por razones políticas en manos de la dictadura de Ortega-Murillo, cabe preguntarse qué pasó con la revolución nicaragüense, esa que reunió a un pueblo en una lucha insurreccional heroica contra una dictadura familiar entronizada desde 1937 y que culminó con éxito en 1979, dirigida por el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La contrarrevolución, con ingente apoyo norteamericano, no le hizo la vida fácil a la novel revolución, que mantuvo su promesa democrática y terminó derrotada en las urnas al cabo de una década.

Esa derrota fue aceptada por el sandinismo, pero manteniendo el control de la policía y el ejército y al precio de una “piñata” que llevó a una parte del FSLN a la apropiación privada de bienes públicos.

Otro sector, encabezado por Sergio Ramírez y Dora María Téllez, inició el rumbo de una disidencia de izquierda y democrática.

Daniel Ortega, uno de los comandantes de la revolución, logró poner fin al carácter colegiado del FSLN y terminó haciéndose con el poder luego de perder las elecciones de 1996 y 2001 y de ganar las de 2006.

A pesar de una prohibición constitucional expresa, desde entonces ha sido reelegido en tres ocasiones, luego de obtener el control del poder legislativo y judicial mediante compromisos espurios con sectores de la derecha, de la Iglesia y del empresariado.

En la última reelección, la de 2021, luego de la represión a las manifestaciones populares de 2018 que costó 350 muertos, se llegó a la caricatura tragicómica del encarcelamiento de todos los candidatos presidenciales opositores, los mismos que ahora Ortega expulsó y despojó de su nacionalidad acusándolos de “traidores a la patria”.

Ya no hay en el clan Ortega ideología alguna ni proyecto de sociedad que no sea el control y conservación del poder, que incluye la propiedad en manos de sus hijos y familiares de los principales canales de televisión y de diversas áreas de la economía, en uno de los países más pobres de América Latina. Salvo uno, los comandantes del FSLN de 1979 aún vivos no apoyan a Ortega. El legendario guerrillero y ex ministro de planificación Henry Ruiz considera, en una entrevista de 2019, que hay “una dictadura desgraciada liderada por Ortega” que es “la antítesis más horrible” de la revolución de la cual fue parte.

Ya no hay en el clan Ortega ideología alguna ni proyecto de sociedad que no sea el control y conservación del poder, que incluye la propiedad en manos de sus hijos y familiares de los principales canales de televisión y de diversas áreas de la economía, en uno de los países más pobres de América Latina.

Salvo uno, los comandantes del FSLN de 1979 aún vivos no apoyan a Ortega. El legendario guerrillero y ex ministro de planificación Henry Ruiz considera, en una entrevista de 2019, que hay “una dictadura desgraciada liderada por Ortega” que es “la antítesis más horrible” de la revolución de la cual fue parte. “La revolución era para acabar con el somocismo, pero fuimos condescendientes con la corrupción que se daba en el gobierno, con el culto a la personalidad. Sobre el somocismo se montó el orteguismo. Daniel Ortega es un producto de lo que no fue la revolución”.

El siglo XX fue testigo de la involución de algunas de las mayores revoluciones sociales hacia regímenes despóticos como espejo de los que derrocaron.

La revolución rusa de 1917 devino en un régimen que no fue la dictadura del proletariado sino la de un partido único sobre el proletariado y, peor aún, en un régimen de despotismo del jefe de ese partido, Stalin, como un espejo del despotismo los zares.

No trepidó en asesinar a casi todos los dirigentes de la revolución de octubre y a millones de personas para obtener el control autoritario de la economía y la sociedad y construir así un régimen burocrático que le sobrevivió pero terminó por colapsar por su propia ineptitud en 1991, aunque volvió a reconstruirse como régimen despótico y de agresión territorial por su actual gobernante, Putin.

La revolución sandinista evolucionó progresivamente en el siglo XXI, por su parte, hacia un régimen de dictadura familiar, con un nuevo clan que controla la totalidad del poder, como espejo caricatural del clan Somoza.

Se cumplió en Nicaragua la ley de la historia según la cual si las instituciones políticas no evolucionan hacia la democracia (lo que pareció ocurrir cuando el sandinismo aún colegiado aceptó su derrota ante Violeta Chamorro en 1990 en las urnas) entonces las revoluciones sociales que se alzaron originalmente contra el orden oligárquico tradicional se transforman en nuevos órdenes autoritarios en manos de nuevos caudillos.

Una vez más la conclusión es que el socialismo, como movimiento emancipador del trabajo y la cultura dotado de un proyecto de sociedad basado en libertades efectivas y en la justicia distributiva, solo puede florecer sin desmentirse a sí mismo en un régimen democrático que acepta la alternancia política.

Su tarea histórica es hacer efectivos los derechos civiles y políticos junto a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de los pueblos, con los deberes ciudadanos respectivos.

Si esta tarea no se lleva adelante con la adhesión de la mayoría y en base a reglas racionales democráticamente establecidas y controladas, entonces tendrá pies de barro.

Los enemigos de la democracia social y la intervención extranjera se combaten primero políticamente y con las armas de la ley, según el principio de la legítima defensa, y no con violencias arbitrarias. Sus adversarios, además, deben poder concursar por el poder y obtenerlo si logran la mayoría en alguna elección periódica.

La historia enseña que las alternancias democráticas hacia la derecha no consiguen regresiones en materia de conquistas logradas por la mayoría social sino en el margen. Además, los pasos a la oposición permiten a las izquierdas desburocratizarse e interpretar mejor a la sociedad, y así volver a concursar ante la soberanía popular con legitimidad, propuestas y liderazgos renovados.

Esos son los procesos de representación y síntesis de los intereses de la mayoría social que son propios de las izquierdas plurales, que no buscan el poder para sí mismas sino para consolidar la democracia y la igualdad de derechos y oportunidades efectivas como orden social.

Solo respetando esos procesos cumple con su finalidad última: avanzar hacia un bienestar colectivo equitativo y sostenible que permita tratar a todos con igual consideración y obtener los mayores grados posibles de libertad y de autonomía personal en las condiciones existentes en la sociedad.

Esa es su razón de ser, y no buscar el poder para grupos que luego se autonomizan, actuando en nombre del pueblo pero al margen del pueblo, y finalmente contra el pueblo, como es el caso emblemático de la dictadura de Ortega y Murillo.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

 

 

 

RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

LA GUERRA EN UCRANIA Y EL NO ALINEAMIENTO ACTIVO

LA GUERRA EN UCRANIA Y EL NO ALINEAMIENTO ACTIVO

Jorge Heine

El Mostrador, 15/02/2023

En una columna reciente en este medio, el analista alemán Detlef Nolte sostiene que “Ucrania divide a América Latina y complica una asociación estratégica”.

Aludiendo a la próxima reunión cumbre AL-UE a realizarse en julio en Bruselas, señala que la ausencia de apoyo unánime en la región a las posiciones de la UE, la OTAN y el G7 en Ucrania, obstaculizaría profundizar las relaciones con la UE.

Como es sabido, uno de los propósitos principales de la reciente visita del Canciller alemán Olaf Scholz a Sudamérica fue solicitar que los países envíen armas a Ucrania, involucrándolos en el conflicto más violento que ha sacudido a Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Es admirable (por no decir enternecedor) que Europa de súbito redescubra su interés en América Latina. Desde 2015 que no se realiza una Cumbre AL-UE, y ello por una razón muy sencilla: Europa estaba “en otra”, y no le interesaba la región. Ahora que hay una guerra, cambió.

La de Ucrania es una guerra europea que Europa quiere transformar en una guerra global. Como ha dicho el canciller indio S. Jaishankar, “Europa tiene que dejar atrás la mentalidad que los problemas de Europa son problemas del mundo, pero que los problemas del mundo no son problemas de Europa”.

Para Europa, la guerra en Ucrania sería un parteaguas entre democracias y autocracias, encarnando el principal clivaje del sistema internacional. Sin embargo, algunas de las mayores democracias del mundo hoy, como India, Sudáfrica, Indonesia y Pakistán, se han mantenido neutrales.

En realidad, un 80 % de la población del mundo está en países que no comparten la posición del G7 y de la UE. Lo que la guerra en Ucrania subraya es que el principal clivaje en el mundo de hoy está entre el Norte y el Sur Global, y no entre democracia y autoritarismo. El G7 se ufana de estar más unido que nunca, pero solo representa una mínima fracción de la población del mundo.

Las posiciones de los jefes de estado de Argentina, Brasil y México, y las de la CELAC en relación a la guerra en Ucrania, lejos de constituir una anomalía, reflejan un creciente consenso en el Sur Global, de que el actual orden internacional no expresa sus intereses. La obsesiva rivalidad entre las grandes potencias, la incapacidad de enfrentar en forma coordinada desafíos globales como el Covid-19, la negligencia frente al cambio climático, y las dificultades en responder a las crisis financieras de países en default, son indicadores de la bancarrota del Orden Internacional Liberal que rigió por siete décadas, pero que ya llegó a su fin. Llamados a defenderlo no encuentran eco.

La gran mayoría de los países de Asia, África y América Latina han condenado la invasión rusa de Ucrania. Lo que no han hecho es abanderizarse en el conflicto mismo.

Guerras hay muchas en el mundo. En la del Yemen, países miembros de la OTAN proveen de armas a Arabia Saudita, para que continúen un conflicto de ya ocho años, y que ha costado un cuarto de millón de vidas. Las potencias occidentales no solo hacen la vista gorda, sino que constituyen el arsenal de uno de los regímenes más sanguinarios del Medio Oriente, olvidando los llamados a la defensa de la democracia y los derechos humanos que despliegan en otros lares.

Como no ocurre en Europa, la guerra en el Yemen no es tema.

Si Europa condiciona el profundizar relaciones con otras regiones al apoyo a su posición en Ucrania, se va a quedar sola. Casi ningún país en desarrollo ha apoyado las sanciones políticas y económicas impulsadas por el G7 en contra de Rusia. Brasil, una potencia exportadora agroalimentaria, importa la cuarta parte de sus fertilizantes de Rusia. ¿Va a dejar de hacerlo y sacrificar su agro en aras de una guerra en Europa en que Brasil no tiene ni arte ni parte?

No contento con criticar las posiciones de los presidentes de los principales países de América Latina, como Argentina, Brasil y México ante la guerra, y la reciente cumbre de CELAC, Nolte también las emprende contra el No Alineamiento Activo (NAA).

Señala que “si no es posible que una política de no alineamiento activo implique no tomar partido indirectamente al poner al agresor en pie de igualdad con la víctima”. Alemania, y varios otros países europeos venden armas a Arabia Saudita y lo han hecho por muchos años en plena guerra con Yemen. En otras palabras, el no tomar partido en una guerra es muy grave, pero el venderle armas a una potencia agresora es aceptable.

Las posiciones de los jefes de estado de Argentina, Brasil, México y las de la CELAC en relación a la guerra en Ucrania, lejos de constituir una anomalía, reflejan un creciente consenso, en el Sur Global, de que el actual orden internacional no expresa sus intereses.

La obsesiva rivalidad entre las grandes potencias, la incapacidad de enfrentar en forma coordinada desafíos globales como el Covid-19, la negligencia frente al cambio climático y las dificultades en responder a las crisis financieras de países en default, son indicadores de la bancarrota del Orden Internacional Liberal que rigió por siete décadas, pero que ya llegó a su fin.

Llamados a defenderlo no encuentran eco.

En este nuevo cuadro, el No Alineamiento Activo, descrito en una reseña del libro ‘‘El no alineamiento activo y América Latina: una doctrina para el nuevo siglo’’ (Catalonia), como “el desarrollo más significativo en la región en materia de política exterior desde el fin de la Guerra Fría’’, provee una guía para la acción, una hoja de ruta en un mundo convulsionado.

Lo que hace es llamar a los países latinoamericanos a poner sus propios intereses por delante, no dejarse presionar ni por Washington, ni Beijing, ni Bruselas ni Moscú, a dar batallas que no son propias.

Hay buenas razones por las cuales una revista como Foreign Policy, al hacer su balance del año 2022 en América Latina, lo describió como el año del No Alineamiento.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO SOBRE FILOSOFÍA, INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) Y ÉTICA

A propósito de un artículo sobre filosofía, inteligencia artificial (IA) y ética

A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO SOBRE FILOSOFÍA, INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) Y ÉTICA

Fernando Fuica García

El Mostrador, 16/02/2023

En el artículo de opinión titulado “La IA llamada “Charles Darwin” y el potencial epistemológico de la tecnología”, que trata respecto del potencial epistemológico de la tecnología, se echa en falta una revisión más sistemática y prolija respecto de lo que los filósofos han reflexionado en torno de la tecnología.

No sólo se piensa en Heidegger, sino también en Ortega y Gasset entre otros. El propio Heidegger, al reflexionar sobre el tema, no le confiere un carácter demonizante al imperio de la tecnología, más bien devela la relevancia ontológica que ésta tiene y que va a tener en un futuro inmediato.

Futuro para Heidegger, presente para nosotros.

Lo que le preocupa en este ámbito al pensador de Friburgo es, sobre todo, la degradación del lenguaje que trae aparejado el desarrollo de la “cibernética”, concepto que usa para referirse a las incipientes “Tecnologías de la Comunicación e Información”.

Para Heidegger, en el contexto del siglo XX, nuestra época es una época técnica (al respecto ver del autor “La pregunta por la técnica, Ciencia y meditación”), en el sentido que el desocultamiento o develamiento del ser se realiza a través y por medio de la técnica. Esta deja de ser un medio para ser un fin en sí mismo.

Esto es lo relevante de ser pensado, entendiendo pensar en el sentido ontológico del filósofo alemán.

Por su parte, Ortega y Gasset también había anticipado en la “Meditación de la técnica” el imperio que iba a lograr la tecnología, en una reflexión temprana pero anticipadora.

Invito a que los lectores, a partir de las referencias, procuren hacerse de estos textos y así puedan reconocer que la Filosofía sí ha pensado sobre la técnica.

Por otra parte, también los filósofos latinoamericanos han reflexionado sobre este tema. La preocupación por la ciencia y la técnica no es sólo un tema europeo, también permea a nuestros pensadores, como Rodolfo Kusch (América profunda), Mario Bunge (La ciencia: su método y su filosofía) o Hugo Zemelman (Pensar Teórico y Pensar Epistémico: los retos de las Ciencias Sociales latinoamericanas). No es un tópico excluyente para la filosofía de nuestro continente.

La intención de esta columna al respecto es dar cuenta que la Filosofía no ha estado al margen de la preocupación y reflexión sobre nuestra era tecnológica.

No sólo no ha llegado tarde en muchos de estos tópicos, incluso ha sido capaz de adelantarse, por ejemplo, en el ámbito de la bioética.

Basta destacar al respecto los trabajos de pensadores chilenos como Fernando Lolas, Raúl Villarroel o Miguel Kottow, quienes han sido capaces de dar cuenta del alcance ético y axiológico que implica el predominio de la técnica, en tanto que concreción fáctica del quehacer científico, en el área de la Biomedicina.

La intención de esta columna al respecto es dar cuenta que la Filosofía no ha estado al margen de la preocupación y reflexión sobre nuestra era tecnológica. No sólo no ha llegado tarde en muchos de estos tópicos, incluso ha sido capaz de adelantarse, por ejemplo, en el ámbito de la bioética. Basta destacar al respecto los trabajos de pensadores chilenos como Fernando Lolas, Raúl Villarroel o Miguel Kottow, quienes han sido capaces de dar cuenta del alcance ético y axiológico que implica el predominio de la técnica, en tanto que concreción fáctica del quehacer científico, en el área de la Biomedicina. Es importante relevar este punto ya que la Filosofía sí ha pensado este tema. De aquí la importancia de la rigurosidad, la revisión de fuentes, así como del conocimiento disciplinar que se exige a quienes escriben sobre Filosofía, de manera de poder instalar un debate serio y argumentado.

Es importante relevar este punto ya que la Filosofía sí ha pensado este tema. De aquí la importancia de la rigurosidad, la revisión de fuentes, así como del conocimiento disciplinar que se exige a quienes escriben sobre Filosofía, de manera de poder instalar un debate serio y argumentado.

En este sentido, y revisando las publicaciones anteriores del autor que suscita esta columna, no podemos dejar de poner en cuestión algunas de sus aseveraciones, por ejemplo, en lo que respecta al Día Mundial de la Filosofía, sobre todo en lo que respecta a la rigurosidad inherente al momento de escribir reflexivamente sobre este espacio del saber.

La formación y cultivo de la Filosofía no es, en sí misma, una experiencia sencilla. Sus resultados no son inmediatos, exigen la lectura de una multiplicidad de autores al momento de poner en situación un tema a ser discutido, procura poner a dialogar diversos pensadores, se sostiene en la premisa del encuentro dialógico de uno con uno mismo, con vistas a llegar a una propuesta que permita abrir un debate al respecto.

El conocimiento no es algo dado, es producto de una creación, de una invención y reinvención constante. No hay verdades absolutas.

No podemos hacer de la enseñanza y formación en Filosofía un ejercicio mediado por la didáctica estilo Patch Adams (con el respeto que me merece su enfoque terapéutico).

Quien se atreve a enfrentar a los grandes dilemas que asolan al ser humano, sabe que su abordaje es difícil, complejo, constante y sistemático. No implica, necesariamente ser entretenido, como cuando leemos una novela de misterio; o gozoso en sí mismo al leer poesía o cuentos.

El goce inherente al leer a un filósofo radica en la comprensión que obtenemos al final de su escrito o durante su lectura. Leer filosofía es, en sí mismo, un ejercicio de hermenéutica, de interpretación, de exigencia léxica. Demanda concentración, necesidad de comprensión y un tiempo para meditar lo leído.

Se debe recordar que a lo largo de toda su historia la Filosofía permanentemente ha tenido que validarse, justificarse y, una y otra vez, su ejercicio reflexivo termina por establecer los fundamentos que interpretan una época y anticipan lo porvenir.

Es importante ser riguroso al momento de hacer evaluaciones sobre esta disciplina, se debe partir de premisas sólidas y fundamentadas. La validación y pertinencia de la reflexión filosófica, más aún, en épocas de incertidumbre, exige que no se abran flancos de impostura intelectual.

No toda disciplina tiene una utilidad, menos aún la Filosofía. Basta recordar las palabras de Deleuze: “Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz; la Filosofía sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene este uso: denunciar la bajeza del pensamiento en todas sus formas.”