O”HIGGINS Y LA GRANDEZA DEL PERDÓN
Autor: Antonio Yakcich Furche.
Presidente del Instituto O´Higginiano de Rancagua.
En 1819 por expresa disposición del Director Supremo Bernardo O´Higgins Riquelme, se celebró con enorme alegría y entusiasmo, un aniversario más de los hechos ocurridos el 18 de septiembre de 1810.
Las celebraciones fueron públicas y variadas, participando en ellas gran parte de la ciudadanía.
Ahora bien, la situación nacional era muy compleja, la Guerra a Muerte se enseñoreaba en la zona centro sur del país, mientras que la población, en especial la de las grandes ciudades, sufría las repercusiones de una situación económica grave, producto del elevado gasto de los recursos del erario nacional, en beneficio de poder organizar la Expedición Libertadora al Perú.
Como se comprenderá, en un estado de guerra y con problemas económicos que podrían llegar a alterar la tranquilidad ciudadana, el cumplimiento de las leyes y en especial su sanción, con las consabidas condenas a presidio, eran una forma de mantener el orden público, de evitar riesgos y de consolidar la unidad nacional.
Pese a ello, O´Higgins, en uso de sus atribuciones como Jefe de Gobierno, concurrió a la Cárcel Pública, perdonando a muchos de los presidiarios, como una forma de evidenciar que la Patria cubría con su manto protector a todos, incluso a los privados de libertad.
El Doctor Mariano Egaña, cuya imagen adjuntamos, quién acompañó a nuestro prócer a la Cárcel, señaló por escrito lo siguiente; “Vuestra Excelencia…. consagra el día de hoy a sellar la solemnidad de este memorable aniversario con la función más notable de la magistratura y con el uso de la más augusta prerrogativa del poder, visitar las cáceles y perdonar a los afligidos”.
A juicio del destacado hombre público, O´Higgins demostraba con la acción aludida, poseer una gloria aún mayor que la obtenida en los campos de batalla. Agregando en forma textual; “Ejerza V.E. en hora buena y rodeado de la admiración pública, el tributo más bello y que asemeja a los hombres con Dios…. tocado por la compasión que inspiren las desgracias de nuestros semejantes”.
De lo expuesto dos reflexiones, la primera nos permite evidenciar que O´Higgins, pese a las críticas que se hacen a su persona, era, como lo dijo San Martín, “Más cera que acero”, en lugar de un sanguinario como nos pretenden hacer creer.
La segunda nos impulsa a pensar que el perdón debe extenderse, cuando se aplica, a todos los sectores e integrantes de la sociedad, no solo a algunos.
Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.