CHILE PODRIDO
Magdalena Merbilháa
La Tercera, Opinión, 18/01/2024
Despertar no basta, llegó la hora de hacer “el aseo”, limpiar y ordenar. Si no lo hacemos “las ratas” carcomerán lo que queda de República. Hay que volver a recuperar el eje, volver al bien a lo que corresponde o habremos perdido a nuestro Chile.
Chile despertó, pero no en octubre de 2019. El “Estallido delictual” representó un momento en el que el lema “el fin justifica los medios” llegó a la máxima expresión.
Un grupo de “intelectuales de elite” estuvo dispuesto a todo para lograr el poder. Incluso a quemar el país. No sólo eso, bajo la promesa de mejorar la vida de las personas, solo lograron que nadie esté mejor.
A cuatro años de ese “estallido” con dos procesos constitucionales a cuesta, nadie está mejor. Todos estamos peor. Pero aprendimos y despertamos.
Chile despertó, abrió los ojos y entendió que “la constitución” no cambia la vida de las personas y que no es una varita mágica. Comprendió que las constituciones son para limitar el poder del Estado y defender a las personas de los excesos de éste. Entendió que la constitución vigente era y es buena y decidió quedarse con ella.
Chile despertó y se dio cuenta que no era el “oasis de Latinoamérica” sino que un país “sudaca” más.
Corrupto, inmensamente corrupto donde muchos buscan vivir de lo que otros producen y ven al Estado como un botín a repartir.
Malgastan las platas públicas como si fuese “maná caído del cielo”. El “caso Fundaciones” minó la “superioridad moral” de los “jóvenes soñadores” que venían a renovar la política y terminar con la “vieja cocina”. Eran lo mismo, eran grandes “cocineros” y negociaban a espalda de la ciudadanía.
Chile corrupto era más bien un Chile podrido donde el crimen organizado se tomó las calles y permeó las instituciones. El flagelo fue usado para lograr el poder.
No olvidemos los “laser narcos” en la mal llamada “Plaza Dignidad”. La “paga” a los “picapedreros” y las van con “sándwiches” para los “dueños de la calle”.
La guinda de la torta, fueron las “prebendas del monarca” que se manifestaron en los indultos a los delincuentes con prontuario y las pensiones de gracia para pagar favores políticos.
Estas prebendas pueden tener una razón de ser y sin duda, siendo discrecionales requieren justificación clara y distinta. Los indultos fueron inmorales, ya que el presidente realmente cree que no eran delincuentes y lo eran.
Su visión del bien y el mal está errada y confundida. Para él habían sido serviles a la causa y requerían un premio.
Esta acción quebró la mesa de seguridad, ya que la hipocresía y la disonancia cognitiva no pudo más. Los que hoy son gobierno minaron las instituciones y votaron en contra de todo lo que pudiera dar más seguridad al país.
Sabían que a “Río Revuelto, ganancia de pescadores” y ellos lograron el poder.
Hoy dan pensiones de gracia vitalicias con plata de los chilenos a personas que sufrieron “daños temporales”, no permanentes en el marco del supuesto “Estallido social”.
Esto atenta contra el espíritu de la prebenda misma, premiar a quienes son emblemas nacionales. A esas personas que desde sus disciplinas hacen un Chile mejor, que elevan al país. Ni Martín Vargas, quien elevó a Chile en el Boxeo y que terminó en penurias recibió esta prebenda.
Estas pensiones de gracia no responden a méritos, son abiertamente “pagar favores políticos”. Ni siquiera vieron los antecedentes de los beneficiados y premiaron a delincuentes.
Para postular a cualquier licitación pública, recibir platas del estado a rendir, un ciudadano común debe presentar un certificado de antecedentes penales. Para recibir un sueldo de por vida pagado por todos los chilenos, no.
Chile está podrido, es mejor, más rentable hacer lo incorrecto, delinquir pero ser ideológicamente cercano al gobierno. Con eso las “indulgencias plenarias” del “líder supremo” se reparten a la orden del día.
Chile despertó y constató que el país está podrido. Que la justificación es que otros hacían lo mismo y que siempre se ha hecho así.
Éramos un país más de la región, corruptos, ladrones, mediocres y “pencas”.
Despertar no basta, llegó la hora de hacer “el aseo”, limpiar y ordenar. Si no lo hacemos “las ratas” carcomerán lo que queda de República.
Hay que volver a recuperar el eje, volver al bien a lo que corresponde o habremos perdido a nuestro Chile.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel