News, Seguridad y defensa

LAS RUF Y EL DESCALABRO DE LAS FF. AA. Julio Leiva y John Griffiths. La Tercera


                                                                          LAS RUF Y EL DESCALABRO DE LAS FF. AA.

Julio Leiva y John Griffiths

La Tercera, 21/03/2024

De acuerdo con la legislación vigente, principalmente el artículo 208 del Código de Justicia Militar, los militares se encuentran —y siempre se han encontrado, por la vigencia del código— afectos a las “causales eximentes de responsabilidad penal, cuando cumplan funciones de guardadores del orden y seguridad públicos”.

Más aún nuestra actual legislación y código penal chileno consagra el derecho a la legitima defensa a todo evento, cuando ocurran algunas de las siguientes circunstancias:

  • Agresión ilegitima;
  • Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla
  • Que se establezca una falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

De allí que las Fuerzas Armadas (FF. AA.) en cumplimiento a misiones de seguridad interna, en los denominados estados de excepción constitucional, deban contar como piso con las atribuciones y respaldo legal anteriormente explicitado.

Ninguna “Regla del Uso de la Fuerza” (RUF), puede degradar o afectar este legítimo y mínimo derecho jurídico. Más aún, cuando las FF. AA. se despliegan por orden presidencial y ratificación del poder legislativo. De esta manera se alinean responsabilidades y atribuciones, protegiendo a la fuerza de sus derechos básicos.

La actual propuesta de RUF, en la que se definen un gran número de condiciones, definiciones, deberes, principios, grados de resistencia y clasificación del agresor o de la agresión, etapas de uso de la fuerza, modelos para subir o bajar su uso y los correspondientes medios para cada modelo, afectan considerablemente el principio sobre el que se establece una RUF.

Dicho principio sanciona conductas y no condiciones, muchas veces difíciles de discernir o identificar, máxime en condiciones de alta complejidad.

A modo de ejemplo, no es relevante la condición de origen, género u otra del que comete la agresión, sino precisamente el hecho y conducta de querer causar daño a quienes están velando por la seguridad y el orden público.

A mayor abundamiento, analizadas en estudio comparado las distintas reglas del uso de la fuerza, tanto en la fuerza pública, como en despliegues de operaciones de paz, ninguna afecta —como base o piso— el derecho a la legítima defensa de los representantes del Estado.

Adicionalmente, las RUF poseen como característica principal ser claras y objetivas, basadas en principios de apreciación general y no pueden contener un conjunto de detalles que al ser aplicadas inhiban el cumplimiento de la misión principal. Vale decir, en situaciones extraordinarias donde autoridades políticas y fuerzas de orden y seguridad están sobrepasadas.

Por otra parte, las RUF cuando operan en estados de excepción constitucional deben estar sujetas a la competencia de tribunales militares, dada la naturaleza de la decisión que requirió su empleo, no debiendo quedar al amparo de tribunales ordinarios de tiempo de paz y normalidad, con fiscales que establecen responsabilidades, obviando el contexto que dispuso su empleo.

Así las cosas, si las Reglas de Uso de la Fuerza que se proponen al país se mantienen, serán completamente inútiles, inhibirán a quién se espera deba aplicarlas y, en caso de su empleo, solo producirán como consecuencia la persecución penal y el encarcelamiento de militares, mientras los delincuentes ampliarán su actividad criminal a límites inimaginables, por las ventajas concedidas.

Apelamos a que, en esta materia, nuestras fuerzas de orden y seguridad, así como las FF. AA., cuenten con los vitales respaldos políticos y jurídicos, para que puedan contribuir a recuperar el estado de derecho y la grave situación de seguridad que afecta a toda la sociedad.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

News, Seguridad y defensa

¿LOS MILITARES AL PAREDÓN?. Vanessa Kaiser. El Líbero

 

                                                                     ¿LOS MILITARES AL PAREDÓN?

Vanessa Kaiser

El Líbero, 18/03/2024

Carabineros logró resistir, pero es fundamental que los miembros de las FF.AA. y la ciudadanía tengan a la vista su experiencia posterior a los tiempos de caos ahora que se quiere a los militares en la calle.

Imagine que en Chile hay varios alcaldes pidiendo al gobierno que los militares salgan de sus cuarteles y pasen tiempo en las calles para colaborar con Carabineros en funciones de orden público.

Imagine también que uno de esos alcaldes twitteaba el 23 de octubre lo siguiente: “Cuesta dormirse viendo tanto video de abusos de poder y violencia de parte de carabineros. Velar por la defensa de DD. HH. debe ser nuestro foco principal hoy. No podemos permitir que se siga normalizando esta situación”.

La situación era ni más ni menos que un golpe de Estado dado por dos titanes: cierto sector político que intentó derrocar al fallecido Presidente Piñera en el Congreso mientras apoyaba la violencia y el crimen organizado.

Este último actuó volando bajo el radar del derecho gracias al estallido social que se desató en paralelo.

La pregunta sobre cuál es el vínculo entre los dos titanes se ha silenciado sistemáticamente. Otro interrogante que se silencia es por qué los comunistas, frenteamplistas y medios de comunicación necesitaban desprestigiar a las fuerzas de Orden y Seguridad Públicas.

Siempre en el mundo imaginario del que hablamos al principio de esta columna, creo que el desprestigio de Carabineros era clave para derrocar al gobierno por la fuerza del caos, puesto que contaban con la negativa de las FF. AA. a inmiscuirse en la medida de que se trataba de un “estallido social”.

El trabajo fue de joyería. Como nunca se habló de un golpe de Estado (y hasta hoy pocos quieren asumir la verdad, aunque muchos tiritaban de miedo en las semanas posteriores al 18-O), las FF. AA. no tenían espacio para la acción.

Sólo quedó una delgada línea verde entre la caída del gobierno, su reemplazo por algún miembro del grupo golpista y la imposición de un proceso constituyente bolivariano muy bien diseñado por ciertos intelectuales de la nueva izquierda que todos conocemos.

Carabineros logró resistir, pero es fundamental que los miembros de las FF. AA. y la ciudadanía tengan a la vista su experiencia posterior a los tiempos de caos ahora que se quiere a los militares en la calle.

No sólo porque tras su sacrificio para salvar la República han sido perseguidos -por ejemplo, el INDH interpuso querellas en contra de más de 3.000 efectivos- y, algunos, ya están tras las rejas sentenciados por jueces y fiscales con claro sesgo ideológico, sino porque quienes ahora piden militares en las calles podrían estar jugando un doble juego que sirva al golpe final del proceso revolucionario iniciado el 18-O.

Para entender a qué me refiero es necesario preguntarse: ¿qué significa la introducción hecha por la ministra Tohá a la ley que se discute sobre las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF), estableciendo especificaciones para un uso diferenciado de la fuerza en caso de niños, niñas o adolescentes, mujeres, diversidades sexuales, personas con discapacidad, migrantes, indígenas o personas adultas mayores?

¡Ideología! Gritan muchos, como si con eso se libraran de sus efectos prácticos e implicancias políticas. Por ideología se apoyó el golpe de Estado, se retiraron las querellas por Ley de Seguridad Interior, se indultó y dieron pensiones de gracia a criminales, se puso freno a todas las leyes que dificultaban el avance del crimen organizado, se firmó un acuerdo de “seguridad” con una narcodictadura, se ha perseguido a carabineros y militares violando principios fundamentales como la igualdad ante la ley y se trajo en líneas aéreas a miles de haitianos de forma ilegal.

También, “por ideología” se dejan las fronteras abiertas y se autoriza, pocos días antes del comienzo de los incendios en la Quinta Región, a criminales de la Cárcel de Alta Seguridad a hacer videollamadas. Podría seguir ad infinitum desde los asesores cubanos de Manuel Monsalve hasta el intento de desarme de la población civil que ha cumplido con todos los requisitos que exige la ley para tener un arma.

Echarle la culpa de lo que hacen quienes detentan el poder a sus convicciones ideológicas, como si con eso los aliviáramos de la responsabilidad por haber convertido a Chile en la tumba no sólo del neoliberalismo, sino, además, de la seguridad, la educación, la salud y de la moral y las buenas costumbres, no sólo es irresponsable; es poco inteligente.

¿Se imagina que uno fuera a decirle a un cubano preso político, o sumido en la eterna miseria, que Fidel Castro igual era buena persona, lo que pasa es que, en realidad, el problema era su ideología?

Eso es exactamente lo que está sucediendo en Chile y es patético. ¡Justamente de ideología se trata la política! Y si, siguiendo en nuestro mundo imaginario, tenemos un sector político que avanza su proyecto de destrucción del país, aunque fue rechazado y ha hecho alianzas con una narcodictadura y sus secuaces, entonces, ¿cómo podemos entender el llamado a que los militares salgan de su cuartel?

Voy a ser malpensada porque estoy aburrida de la cerrazón, genuflexión y buenismo de quienes debiesen estar denunciando todo lo que sabemos y guardan incómodo silencio. Una imaginación muy nutrida me lleva a creer que quizás no es tan descabellado pensar que el propósito de sacar a los militares de sus cuarteles no tenga nada qué ver con la seguridad de los ciudadanos, sobre todo teniendo a la vista la indicación de la ministra Tohá a las RUF. Y es que no hay que ser muy inteligente o imaginativo para juntar algunas piezas del puzle.

Primero, si salen a la calle no tendrán respaldo político para hacer nada. Segundo, si hacen algo, terminarán presos, basta con tener a la vista el nombramiento del Presidente Boric de 95 jueces octubristas en la Corte de Apelaciones y de 12 en la Corte Suprema.

En consecuencia, si son agredidos por miembros del crimen organizado tendrán dos opciones, o se dejan asesinar o terminan tras las rejas. En otras palabras, sacar a los militares a la calle bajo este gobierno sólo puede significar una cosa: su neutralización definitiva.

Y no sería extraño, dado que, a diferencia de otros lugares del mundo, nuestras FF. AA. no han sido penetradas por esa “ideología” culpable de tantas cosas malas que hacen los niños “puros” y “buenos”, tan faltos de experiencia política.

La verdad, es que tienen el país como sartén por el mango. Solo les falta desarmar definitivamente a la población civil, saber en qué casa hay miembros de las FF. AA. y de Orden, terminar de socavar las relaciones con Israel para pasar a ser miembros de la esfera iraní -cuyos líderes están estrechamente vinculados con Bolivia y Venezuela- y el golpe de gracia: llevar a los militares al paredón que integran jueces y fiscales activistas.

Una vez neutralizados, el camino quedará libre de cualquier obstáculo para cumplir con el sueño de una “vanguardia” tan mal comprendida por el pueblo.

Lo más grave del asunto es que, quienes debiesen oponer resistencia, denunciar y hacer uso de todos los instrumentos legales de que aún disponemos, están convencidos de que el octubrismo fracasó.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

DE “OPERACIÓN MILITAR ESPECIAL” A “GUERRA” EN UCRANIA: EL CAMBIO DE TONO DE RUSIA QUE INQUIETA A OCCIDENTE. Bastián Díaz. La Tercera

 

                                                                   

                                                                      

DE “OPERACIÓN MILITAR ESPECIAL” A “GUERRA” EN UCRANIA: EL CAMBIO DE TONO DE RUSIA QUE INQUIETA A OCCIDENTE

Bastián Díaz

La Tercera, 22/03/2024

El portavoz del Kremlin admitió por primera vez que Rusia está en “estado de guerra” luego de que Occidente “se convirtió en participante del lado de Ucrania”.

Los últimos en rendirse a la evidencia. El Kremlin reconoció este viernes, después de más de dos años de conflicto bélico, que aquello que está ocurriendo en Ucrania es una “guerra”.

Esta cesión lingüística no es gratuita, de todos modos: según Moscú, este cambio frente a lo que antes era su “operación especial en Ucrania” se debe al involucramiento que ha tenido Occidente y el respaldo que ha dado a Kiev.

Así lo afirmó por primera vez el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, casi 25 meses después de que comenzara el conflicto. “Estamos en un estado de guerra. Sí, comenzó como una operación militar especial, pero tan pronto como se formó este grupo allí, cuando el Occidente colectivo se convirtió en participante del lado de Ucrania, para nosotros ya se convirtió en una guerra. Estoy convencido de ello. Y todo el mundo debería entenderlo, por su motivación interna”, afirmó Peskov en una entrevista concedida al periódico Argumenty i Fakty (Argumentos y hechos), publicada el viernes.

La línea del Kremlin hasta ahora había sido que el conflicto comenzado el 24 de febrero de 2022 era una “operación militar especial” y se cuidaba mucho de evitar la palabra guerra.

De hecho, ciudadanos rusos han sido condenados por referirse al conflicto como guerra o por describir el ataque de Moscú a Ucrania como una invasión, en virtud de leyes que fueron aprobadas en marzo de 2022 para reprimir este tipo de expresiones.

Con esto, Peskov habría violado incluso las propias leyes rusas al usar la palabra guerra para referirse al conflicto, pero es cierto que la legislación ha sido mucho menos estricta en estos últimos meses.

El Parlamento ruso aprobó una legislación en marzo de 2022 que impone penas de prisión de hasta 15 años por difundir intencionalmente noticias “falsas” sobre el Ejército ruso.

El Kremlin ha utilizado la ley para reprimir a quienes se desvían de la narrativa del presidente Vladimir Putin sobre la guerra, aun cuando para hablar del conflicto digan “operación militar especial”. Irónicamente, ya en diciembre 2022, al mismo Putin se le escapó la palabra prohibida, cuando por primera vez en público habló de una “guerra en Ucrania”.

Hablando con la prensa, Putin abogaba por el fin de la “guerra”. “Nuestro objetivo no es avivar las llamas de este conflicto militar, al contrario, es poner fin a esta guerra”, afirmó en ese entonces.

De todos modos, Putin todavía se refiere al conflicto como una “operación militar especial”, aunque haya intensificado su retórica nuclear y sus diatribas contra Occidente desde que el presidente francés Emmanuel Macron sugiriera que los miembros de la OTAN podrían enviar tropas terrestres a Ucrania.

El propagandista del Kremlin Vladimir Solovyov, a quienes algunos llaman “la voz de Putin” por sus opiniones estridentes a favor del régimen, también utilizó la palabra “guerra” para describir la situación en Ucrania, en su programa de Rusia-1, “Noche con Vladimir Solovyov”.

Ahora bien, el cambio retórico no es menor y, según los expertos, podría estar íntimamente ligado con un posible llamado para que más rusos vayan al frente. Konstantin Sonin, un economista de la Universidad de Chicago nacido en Rusia, había declarado a Newsweek que un factor que disuadió a Putin de una movilización masiva abierta fue que la narrativa propagandística que se impulsaba era que Moscú no está librando una guerra, sino que está llevando a cabo “operación militar a escala limitada”.

“Esto es lo que le dicen los informes del Ejército y de la policía, y este es el lenguaje que habla a sus subordinados y al público en general” afirmó en ese entonces Sonin. “Anunciar una movilización abierta y amplia sería un alejamiento drástico de esta visión del mundo, casi como estallar de una burbuja informativa”, comentó.

En la misma entrevista en que Peskov habló del nuevo “estado de guerra”, se refirió a las “nuevas regiones” de Rusia, aquellas que se habrían “anexado” de Ucrania luego de los plebiscitos de 2022. Peskov dijo que Rusia debe “liberar” completamente sus “nuevas regiones” para garantizar la seguridad de las personas allí.

La corresponsal de The Economist, Oliver Carroll, escribió en la red social X al respecto del cambio retórico: “Mientras tanto, el portavoz de Putin, Peskov, dice que Rusia ha pasado de una ‘operación militar especial’ al ‘estado de guerra’. Posiblemente sea una señal de que están preparando el terreno para una movilización adicional”.

En tanto, la fundadora de la consultora R. Politik, Tatiana Stanovaya, comentó: “Ahora es oficial: la OMS (Operación Militar Especial) se reconoce como una guerra. Por supuesto, la OMS se convirtió de facto en una guerra hace mucho tiempo, pero se trata de una cierta frontera psicológica, más allá de la cual se pueden hacer a la población y a las elites demandas diferentes a las que se hacían durante la SMO”.

Por su parte, Mark Galeotti, autor de varios libros sobre Putin y Rusia, indicó en X que las palabras de Peskov son una señal poderosa para el público ruso. “Esa ‘movilización interna’ es en realidad la clave: la exigencia del Kremlin de que todos los rusos adopten una mentalidad de tiempos de guerra y se den cuenta de que ahora no hay término medio entre ser un patriota y un traidor (como los define Putin)”, escribió.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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