Columna de Opinión, News

Conducta de los jueces y concepción del derecho. Carlos Peña

                                                                                CONDUCTA DE LOS JUECES Y

                                                                                   CONCEPCIÓN    DEL DERECHO

                                                                                   

Carlos Peña – El Mercurio, Columnistas, 15/10/2024

El debate acerca de la conducta de los jueces permite volver sobre aspectos fundamentales del Derecho y de las instituciones. Por supuesto la conducta de los jueces puede ser referida a acciones particulares suyas relativas a sus deberes, o, en cambio, a la manera en que conciben su quehacer.

Juzgar una conducta particular de los jueces a fin de decidir si abandonaron o no sus deberes es lo que por estos días examinará el Senado. Analizar y someter a crítica la forma en que los jueces conciben su quehacer, es la tarea que cabe realizar en la esfera pública.

“…las reglas no son herramientas que se entregan a los jueces, son razones finales para decidir, y el rol de juez es una profesión que ha de ejecutarse esforzándose por prescindir de la propia subjetividad…”.

Desde luego, llevar a cabo esto último no es fácil, ni es cómodo; pero es de la máxima importancia pública y los jueces no deben sentirse ofendidos por ello. Someterse a la crítica —decía un gran jurista— es la servidumbre a que obliga la grandeza que se pretende.

El Derecho es un sistema de reglas adoptadas por la comunidad a las que subyacen determinadas razones que, en la medida que han sido fruto de la deliberación democrática, deben ser llamadas razones públicas. Los jueces son quienes están llamados a aplicar esas reglas o, como suele decirse, a administrar justicia.

Pero administrar justicia no quiere decir adoptar una decisión conforme a lo que al juzgador le parece justo, sino que significa decidir en base a las reglas dotadas de autoridad y a las razones que le subyacen. Los jueces no tienen línea directa con la justicia, solo se trata de personas que por su ilustración administran un sistema de reglas.

Por supuesto, en la medida que las reglas están expresadas en un lenguaje natural, no formalizado, suelen poseer ambigüedades e indeterminaciones que favorecen su interpretación. Pero ello no conduce, o no debe conducir, a creer que los jueces están en tal caso y sin más autorizados a decidir conforme a su particular sentido de justicia.

Si así fuera, los jueces carecerían de todo control y cada uno de ellos realizaría lo que Max Weber llama “la justicia del Cadí”. Existe una amplia masa de literatura (lo que los juristas llaman doctrina) y una práctica previa a la que los jueces deben atender a la hora de interpretar. Por eso los jueces han de ser personas ilustradas, conocedoras de esa literatura y de esas prácticas.

Esa concepción del Derecho en una sociedad democrática —una sociedad gobernada por reglas que son fruto de la deliberación común— es la que se pone en peligro cuando los jueces mal entienden su quehacer y piensan, en cambio, que su tarea consiste en hacer justicia material en cada caso.

Esa concepción particularista de la justicia es lo que la tradición llama equidad, y más tarde epiqueya, y que (es cosa de leer a Aristóteles o Santo Tomás y de ahí hasta la literatura contemporánea sin excepciones) se admite solo en casos excepcionalísimos donde hay vacíos o resultados que el Derecho, concebido globalmente, rechazaría.

Por supuesto esa concepción particularista nunca se expone tal cual, sino que se la realiza esgrimiendo valores generales —la justicia, la persona— recurriendo a los cuales se acaba abandonando a las reglas.

Un ejemplo de ello lo constituyen las recientes declaraciones del juez Sergio Muñoz, quien ha confesado la forma en que concibe su quehacer: “Me siento —ha dicho— una persona que con las herramientas que se le entregan trata de administrar justicia y siempre considerando en el centro de las preocupaciones a las personas”.

Pero ocurre que cuando se pone en el centro de la consideración a las personas (ni siquiera a la persona como valor, sino a las personas que comparecen ante la justicia) se arriesga incurrir en lo que la literatura desde muy temprano rechaza. A eso se lo llama acepción de personas y es una forma de injusticia, un abandono de las reglas y de la imparcialidad.

Tomar en cuenta las características o situaciones de las personas a la hora de decidir, es abandonar las reglas, que lo que procuran es justamente lo opuesto: estandarizar las situaciones en base a características generales, única forma de alcanzar la imparcialidad y la igualdad entre quienes comparecen ante la justicia.

Las reglas no son herramientas que se entregan a los jueces, son razones finales para decidir, y el rol de juez es una profesión que ha de ejecutarse esforzándose por prescindir de la propia subjetividad, única forma de que la comunidad cuente con reglas comunes a las que atenerse, ejercer el control público de los funcionarios y por referencia a las cuales sea posible juzgar la conducta propia y la de los otros.

En estos días no se juzgará la manera en que los jueces conciben su quehacer, sino si acaso han incumplido o no sus deberes, lo que incluye discutir si se les exigirá el comportamiento de un hijo de vecino o alguno siquiera un poco más alto.

Pero fuere cual fuere el resultado de lo que el Senado discierna, ello no debiera conducir a abandonar el debate acerca de cómo se concibe el Derecho en Chile.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

La encrucijada de los cascos azules de la ONU en el sur del Líbano. Cristina Cifuentes

 

                                                                                      LA ENCRUCIJADA DE LOS CASCOS AZULES DE

                                                                                   LA ONU EN EL SUR DEL LÍBANO

Cristina Cifuentes – La Tercera, 14/10/2024

Las fuerzas de la ONU en el Líbano se encuentran en medio de la escalada del conflicto entre Israel y Hezbolá. Durante la última semana, la ONU afirmó que el Ejército israelí disparó contra sus fuerzas de paz, entró por la fuerza en su base, detuvo la logística e hirió a más de una docena de sus tropas en el sur del Líbano.

Los ataques de Israel contra la misión de paz, que opera en el Líbano desde hace más de 45 años, han sido ampliamente condenados por la comunidad internacional. La FPNUL (Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano) ha calificado las violaciones de “escandalosas”.

La misión no tiene la capacidad ni la voluntad para entrar en combate, pese a las ofensivas que recibe. La UE advirtió a Israel que los “inaceptables” ataques contra los uniformados violan el derecho internacional.

Cinco soldados de las fuerzas de paz han resultado heridos en ataques contra sus posiciones desde que Israel inició una campaña terrestre contra el grupo militante Hezbolá, y la mayoría de los ataques han sido atribuidos a las fuerzas israelíes.

Los ataques israelíes contra la misión de paz de las Naciones Unidas en el Líbano deben cesar de inmediato, dijeron Italia, Gran Bretaña, Francia y Alemania, según informa Reuters. En una declaración conjunta, los cuatro países reafirmaron “el papel estabilizador esencial” desempeñado por la FPNUL en el sur del Líbano, añadiendo que Israel y otras partes tenían que garantizar la seguridad de las fuerzas de paz en todo momento.

Por su parte, Israel ha acusado a Hezbolá de operar en zonas cercanas a los puestos de la FPNUL. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó las acusaciones de que las fuerzas israelíes atacaron deliberadamente a las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano. “La acusación de que Israel atacó deliberadamente al personal de la FPNUL es completamente falsa”, dijo en un video publicado el lunes.

“Es exactamente lo contrario. Israel ha pedido repetidamente a la FPNUL que se retire del peligro. Les ha pedido repetidamente que abandonen temporalmente la zona de combate, que está justo al lado de la frontera de Israel con Líbano”, asegura Netanyahu.

Dijo que los militares hicieron todo lo posible para evitar dañar al personal de la FPNUL mientras atacaban a los combatientes de Hezbolá. “Israel tiene todo el derecho a defenderse contra Hezbolá y seguirá haciéndolo”, afirmó, y añadió: “Pero la mejor manera de garantizar la seguridad del personal de la FPNUL es que ésta atienda la petición de Israel y se retire temporalmente del peligro”.

Previamente Netanyahu había lamentado que algunos miembros de las fuerzas de paz de la ONU resultaran heridos durante la semana pasada y pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, que retire a los soldados de paz “inmediatamente”.

Guterres afirmó que los ataques contra las fuerzas de paz “pueden constituir un crimen de guerra” y que “la FPNUL y sus instalaciones nunca deben ser objeto de ataques”. La ONU ha dicho que sus tropas permanecen en el Líbano a pesar de los ataques.

Las fuerzas de la ONU constan de 10.500 soldados de unos 50 países cuyo comandante en jefe hasta febrero de 2025 es el teniente general español Aroldo Lázaro. Fue establecida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas después de la primera invasión de Israel al sur del Líbano en 1978.

Su mandato era confirmar la retirada de las fuerzas israelíes del país, restablecer la paz y la seguridad internacionales y ayudar al gobierno libanés a restablecer su autoridad efectiva en la zona.

En junio de 1982, Israel invadió Líbano por segunda vez y posteriormente estableció una zona de seguridad dentro del país, que permaneció hasta su retirada en 2000.

En 2000, la FPNUL estableció la Línea Azul, una zona de 120 kilómetros de longitud a lo largo del sur del Líbano para garantizar la retirada completa de las fuerzas israelíes. Actúa como frontera de facto entre los dos países, ya que Líbano e Israel mantienen una disputa fronteriza en curso.

Las tropas de la FPNUL tienen la misión de vigilar las violaciones fronterizas y mantener segura la zona, que incluye bastiones de Hezbolá. Según la cadena CNN, si bien se trata de una misión de mantenimiento de la paz, las tropas pueden usar la fuerza en determinadas circunstancias, incluida la legítima defensa, para proteger a los civiles ante la amenaza inminente de violencia y para proteger las instalaciones y el equipo del personal de las Naciones Unidas.

En este sentido, fuentes militares consultadas por el diario El País señalaron que “los soldados de la FPNUL tienen las manos atadas”. En este sentido, recordó el periódico lo que el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, cuyo país tiene 870 soldados en el Líbano, se preguntó la semana pasada sobre si los cascos azules deberían responder a los ataques de Israel y entrar en combate con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

“Sin embargo, las capacidades de la FPNUL y la voluntad de los países que aportan tropas distan mucho de contemplar su entrada en combate. La misión se puso en marcha partiendo de la premisa de que existía un alto el fuego entre Israel y Hezbolá que era necesario hacer cumplir. El papel de los cascos azules fue concebido como una subsidiaria de las Fuerzas Armadas libanesas, para apoyar su despliegue en el sur del país. Cuando las tropas de la FPNUL sospechan la presencia de una instalación de Hezbolá en su zona, alertan a los militares libaneses y les piden que la registren. La mayoría de las veces, el Ejército libanés no lo hace”, indicó el diario.

“Hasta ahora, el papel de la FPNUL se ha limitado a tomar nota de las rupturas del alto el fuego, a ser meros notarios de la realidad. Sin embargo, las Fuerzas Armadas libanesas se han retirado del sur, el alto el fuego que venían a verificar se ha desmoronado y los ataques israelíes han convertido a los cascos azules en protagonistas involuntarios de la guerra. Antes de Navidad está previsto que sean relevados numerosos contingentes de la ONU, incluido el español, algo que en las condiciones actuales, según fuentes militares, es inviable. Será el momento de estudiar si se mantiene y en qué condiciones”, añadió.

La Unión Europea condenó el lunes los ataques contra las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano y rechazó las acusaciones israelíes de que la ONU las mantenía allí para obstruir las operaciones militares contra Hezbolá. “Estos ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU constituyen una grave violación del derecho internacional y son totalmente inaceptables”, señaló el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.