Tuvimos un diputado que cantaba y se disfrazaba; una convencional que se hacía llamar tía Pikachú; un ministro a quien le robaron la caja fuerte en sus propias dependencias ligada al escandaloso caso fundaciones; ahora, un subsecretario que renuncia tras denuncia de abuso. Y, mientras tanto hay cientos de personas que sufren portonazos y asaltos bajo amenaza de muerte, millares de damnificados en Viña por ese voraz incendio en el periodo estival y otros en el sur por las inclemencias del tiempo, etcétera.
Los primeros se decían que trabajaban por el pueblo y los segundos (el pueblo) que está impresionado por lo que pasa y se siente abandonado.
JORGE VILLARROEL CARMONA