Francisco Aravena
La Tercera, 30/08/2023
LOS 22 DÍAS QUE SACUDIERON A CHILE
LOS ESTUDIANTES: LOS DUEÑOS DE LAS CALLES
El 29 de agosto, las federaciones de estudiantes de la Universidad Católica de Chile y de la Universidad Católica de Valparaíso, ambas controladas por el movimiento gremial, publicaron un documento titulado “Hacia una nueva institucionalidad a través de la renuncia de Allende”.
Como todos los textos de ese grupo en esos años, había sido revisado por Jaime Guzmán. Declaraba que “sólo bajo la dirección unitaria de nuestras Fuerzas Armadas, Chile puede reunir a sus mejores hombres en la misión de proponer la nueva institucionalidad que el país necesita para restablecer su democracia”.
Aunque las actividades de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) lograron “cada vez más convocatoria”, dice su expresidente Javier Leturia, la coordinación con la Federación de Estudiantes Secundarios (Feses), que encabezaba el DC Miguel Salazar, era bastante informal.
Tampoco estaban enterados de los planes del golpe más allá de los rumores. “Lo más concreto que supimos fue cuando una vez alguien llegó con el aviso de que si los militares salían, nosotros teníamos que hacernos a un lado”.
El movimiento estudiantil estaba partido en dos. En 1969, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la más antigua y mayor del país, había elegido presidente al comunista Alejandro Rojas, conquistando un bastión clave para la izquierda.
En la noche del 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende pidió celebrar su victoria en la sede de la Fech, en la Alameda. Desde uno de los balcones del segundo piso le dijo a una multitud histórica: “He querido hablar al pueblo desde los balcones de la Fech porque los estudiantes han sido vanguardia en esta lucha”.
Rojas fue reelegido presidente en los años 1970, 1971 y 1972, y en marzo de 1973 se convirtió en uno de los 25 diputados de la nueva bancada del PC. Sus rivales lo llamaban “el estudiante eterno” -cursaba Odontología- y también “la Pasionaria Rojas”, porque era tan intenso como la española Dolores Ibárruri (una vez interrumpió una conferencia de prensa del rector Edgardo Boeninger bailando cueca sobre el escritorio).
La Fech de Rojas fue una defensora leal y movilizada de la UP. “La Fech contra el imperialismo yanqui”; “Fidel, Fidel, ¿qué tiene Fidel, que los imperialistas no pueden con él?”; “A los momios, pala, a los fachos, bala”, eran algunas de sus consignas favoritas.