Columna de Opinión

COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO LE HABLÓ FUERTE A POLÍTICOS Y PIDIÓ QUE NO PRESIONEN AL EJÉRCITO. ?

Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR

“Cualquier hecho histórico que vaya a involucrar a una persona que tuvo un rol como comandante de unidad en un proceso anterior, no va a causar una cosa a favor del proceso. Por el contrario, va a producir una alerta”, comentó.?

Un firme Comandante en Jefe del Ejército, rayó la cancha a los políticos y les dijo con firmeza que el Ejército está bastante maduro como para saber qué hacer.

El General con su firmeza dejó en claro que ya existe molestia en la institución con el hecho de que políticos estén diciendo todo el tiempo qué hacer o qué no. Los políticos son transitorios pero el Ejército es permanente, una institución de la República a la que le debemos nuestra libertad, democracia, soberanía y paz.?

Si empezamos a esconder los procesos históricos, puede ser peligroso de no asumir responsabilidades que cada momento de la historia nos entregó”. De este modo, el General defendió la permanencia de la foto del General Contreras en dependencias del Ejército.

Cualquier hecho histórico que vaya a involucrar a una persona que tuvo un rol como comandante de unidad en un proceso anterior, no va a causar una cosa a favor del proceso. Por el contrario, va a producir una alerta”, comentó.?

Oviedo agregó que “las figuras que han estado ahí uno las tiene que reconocer y darles el justo valor de lo que hicieron o no. Las fotos no son honores. Si hay una cosa que le hace mal al Ejército, déjennos a nosotros ver”.?“Entrar por esta vía no sería positivo. Creo que nosotros somos bastante maduros para aprender de los momentos negativos”, dijo.?

Tras estas palabras firmes y severas, los Demócrata Cristianos solo se limitaron a decir de que les parecía que no era bueno para el Ejército el mantener la foto del Gral. Contreras.?

Las palabras de OVIEDO dejan muy tranquilos a los oficiales, quienes se han sentido vulnerados y pisoteados por los políticos, quienes utilizan al Ejército y sus autoridades o ex autoridades, dependiendo de los intereses políticos del momento.?

Columna de Opinión

30 DE AGOSTO, ANIVERSARIO MUERTE GENERAL URZUA (1923-1983)

30 DE AGOSTO, ANIVERSARIO MUERTE GENERAL URZUA (1923-1983)

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

“Este 30 de agosto se cumplen 32 años de su trágico fallecimiento.” Ese día fue cobardemente asesinado junto a su conductor, el Cabo 1° José Aguayo y su escolta, el Sargento 2do. Carlos Riveros. El Intendente y sus escoltas salían de su domicilio cuando fueron atacados por un grupo de individuos que se encontraban dispersos en el sector. Su automóvil fue sometido a fuego cruzado recibiendo 62 impactos de proyectiles. Tanto el, cómo sus escoltas fallecieron en el mismo lugar de los hechos.

Este 30 de agosto se cumplen 32 años de su trágico fallecimiento.” Ese día fue cobardemente asesinado junto a su conductor, el Cabo 1° José Aguayo y su escolta, el Sargento 2do. Carlos Riveros. El Intendente y sus escoltas salían de su domicilio cuando fueron atacados por un grupo de individuos que se encontraban dispersos en el sector.  Su automóvil fue sometido a fuego cruzado recibiendo 62 impactos de proyectiles. Tanto el, cómo sus escoltas fallecieron en el mismo lugar de los hechos.

El General del ejército Carol Urzúa Ibáñez, será recordado por sus innegables cualidades  humanas,  profesionales y  por la huella dejada en cada rincón en que sirvió a la Patria. Carolo como le llamaban sus más cercanos, poseía aquellos rasgos que requiere un buen comandante, virtuoso, exigente y de fiel consecuencia. Siempre puso por delante los intereses de sus compatriotas por sobre los personales,  dejó su alma por Chile, vivió una vida plena al servicio de su país  al  asumir altas responsabilidades en tiempos difíciles para la Patria.

El General Urzúa, ingresó a la Escuela Militar a los quinces años,  desarrollando una exitosa carrera la cual culminó como Mayor General. Previamente fue General de Brigada, Comandante de la Primera División del Ejército e Intendente de la II Región de Antofagasta, Jefe de la Misión Militar de Chile en Estados Unidos, Director del Personal de Ejército.  Comandante y Jefe del Cuerpo Militar del Trabajo, como tal puso en marcha la construcción de la Carretera Austral.  En 1981 fue ascendido a General de División y finalmente nombrado Intendente de la Región Metropolitana.

Entre sus muchas condecoraciones recibió la del Bicentenario Natalicio del Libertador, General Bernardo O’Higgins y entre las anécdotas que describían su carácter se destaca entre muchas otras, aquella en que  en el año 1971 siendo Comandante de Regimiento conminó al Intendente de Santiago de la época para que se retirara de la ceremonia del juramento a la Bandera, por cuanto se presentó en sandalias y sin corbata.  El Intendente presentó un reclamo pero la actitud fue respaldada por la Institución.

Como Intendente será recordado por su sensibilidad  hacia  a los más necesitados, el recorría en forma permanente las poblaciones más desoladas, tratando de resolver sus necesidades más urgentes. El General estaba abocado a resolver la erradicación de múltiples campamentos entre ellos el 4to. Sector de Lo Hermida de Peñalolén que albergaba a más de 2400 familias.  Hacia ese lugar se dirigía el día en que fue brutalmente asesinado.

En su memoria numerosas obras de adelanto, calles, conjuntos habitacionales, consultorios, llevan su nombre en varias comunas del país. En la comuna de Peñalolén, se inauguró en 1987  el Consultorio de Salud Carol Urzúa ya que fue él quien había destinado el financiamiento para su construcción.

Miles de personas, familiares, compañeros de armas, quienes tuvimos la oportunidad de trabajar junto a él, y cientos de personas a quienes les tendió una mano, lo despedimos con un tremendo dolor e incredulidad ante un hecho artero y sin sentido.

A la Comisión Rettig le asistió la convicción de que el Mayor General (R) y sus escoltas fueron víctimas de una violación de sus derechos humanos, cuyo brutal asesinato correspondió a un grupo de militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). No obstante ello, este injusto atentado no ha sido reconocido como tal en el Museo de la Memoria, solamente se ha remitido a hacer referencia del hecho a través de un titular de un diario de circulación Nacional.  Como así tampoco se recuerda como  víctimas de violaciones de Derechos Humanos a numerosos miembros de las FFAA y de Carabineros de Chile asesinados cobardemente y quienes  fueron reconocidos por dicha Comisión.

Sus familias, como la familia del Senador Jaime Guzmán asesinado por el FPMR, han asumido su duelo y su pesar en doloroso silencio, honrando con dignidad y respeto el recuerdo de sus seres queridos, en espera de un juicio justo y de que algún día se les reconozca en la historia y en la sociedad chilena como víctimas y mártires que entregaron su vida en la defensa de nuestra Patria.

Hacer un recuerdo en memoria del General Carol Urzúa Ibáñez es de toda justicia y nos debe llamar a reflexionar sobre todo tipo de violencia y extremismo inconducente, que lastima el alma de una sociedad y la de sus futuras generaciones. Es tarea del Estado de Chile y de todos nosotros  buscar todos  aquellos caminos que nos permitan lograr la paz y continuar impulsando el bienestar y desarrollo que los chilenos tanto necesitamos y merecemos.

CARTA RECIBIDA DE PARTE DE MARÍA ANGÉLICA CRISTI M.

28/8/201

  •  En esta fecha que se nos aproxima, he considerado oportuno recordar a quién fuera un distinguido General, Carol Urzúa Ibáñez a quien tuve la oportunidad de conocer como Intendente de la Región Metropolitana, cuando tuve el privilegio de trabajar en esa repartición.
  • En momentos difíciles para nuestra Patria y en que se olvida a quienes en el pasado fueron víctimas de la violencia mientras servían al País, es de justicia honrar a este distinguido General, brutalmente asesinado junto a sus dos escoltas.
  • Aprovecho la oportunidad para saludarles afectuosamente y para que juntos hagamos votos por nuestro País, que tanto necesita encontrar los caminos de paz y seguridad, y para que nunca se repitan hechos como el ocurrido a quien con respeto recordamos hoy.
  • Les saluda muy afectuosamente

María Angélica Cristi

Columna de Opinión

ULTIMO SHOW DEL GOBIERNO EN EL TEMA DD.HH. ALMIRANTE JORGE ARANCIBIA

ULTIMO SHOW DEL GOBIERNO EN EL TEMA DD.HH. ALMIRANTE JORGE ARANCIBIA
LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
No tengo costumbre de replicar mensajes , pero este contiene una verdad mas grande que una catedral

 “Para competir con las teleseries turcas, los guionistas del actual gobierno recrearon “Los Pactos del Silencio Militar”, pero como estos profesionales han hecho todo mal, no consideraron que los intérpretes de la ficción, no tenían nada que ver con la obra en comento. El actual Comandante en Jefe del Ejército se graduó recién de Alférez el año 1978, cinco años después del Pronunciamiento, Los actuales Suboficiales Mayores, ingresaron el año 1983, diez años después y los que ingresaron el año 1900, cuando terminó el Gobierno Militar, tienen 25 años de servicio y son Sargentos Primeros o Suboficiales es decir, los actuales soldados están fuera de eventuales pactos de silencio porque no estaban cuando las papas  quemaban.

Ahora bien, si lo que se pretende es obtener información del personal retirado, poner a Solís a cargo de la “Oficina de DDHH” en Defensa, es no entender nada y no hacerse cargo de la siniestra imagen que el sector pasivo tiene del personaje en cuestión, aun cuando siempre será posible para el gobierno resucitar un muerto, traer del            extranjero a una funcionaria diplomática con viáticos, recuperar un alcohólico empedernido o vestir para la foto a un ex soldado en situación de calle y así, condenar al margen de nuestro ordenamiento jurídico a un nuevo militar.

Queridos amigos, si están de acuerdo con este comentario, les agradecería “COMPARTIRLO” *

*Jorge Arancibia Reyes”*

Columna de Opinión

Don Hermógenes; derribando mitos. Réquiem Para un Mito Izquierdista.

Don Hermógenes; derribando mitos. Réquiem Para un Mito Izquierdista.
LUNES, 10 DE AGOSTO DE 2015
Las opiniones expresadas en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Bueno, tengo más de algo qué decir sobre el general Contreras. El otro día el presidente de la UDI, Hernán Larraín, declaró que yo lo “defendía”. Con su particular óptica política, que en estas materias es la de la izquierda, creyó que con eso “me liquidaba”. Lo que sucede es que yo digo la verdad sobre ese general, mientras que Hernán, en este tema como en otros relacionados con derechos humanos, sólo repite consignas comunistas y hasta homenajea a una ex terrorista de ese signo.

               Cuando murió el general Contreras me llamó una periodista de Megavisión con el fin de entrevistarme para el noticiero Ahora Noticias. Conversamos unos veinte minutos y en la noche lo sintonicé para verme. Aparecí cinco segundos diciendo: “Fue eficaz en la lucha contra el terrorismo”, y nada más. Cinco segundos. Es que el resto de mis declaraciones contradecía la versión de la izquierda sobre Contreras, que fue la que dio el referido noticiero. Este cumple rigurosamente la regla periodística nacional: los dueños son grandes empresarios, pero la línea editorial la determinan los periodistas de izquierda.
 
          
          El mito sobre ese militar lo presenta como un sanguinario perseguidor de personas inocentes. Se le atribuye muertes, torturas y desapariciones. Pero si se lee, por ejemplo, el sesgado Informe Rettig, que ocultó la mitad de la verdad (las muertes provocadas por las facciones armadas de izquierda) se ve que el mito de Contreras ha sido enormemente sobredimensionado. Por ejemplo, de un total de supuestos “desaparecidos” (lo pongo entre comillas porque hoy no son tales, como luego expondré) de 824 que el Informe Rettig atribuye a alguna institución, sólo asigna 316 a la DINA, dirigida por el general Contreras. Luego, en ese tema su participación fue secundaria.
 
          Otro mito, el de que el general Contreras “guardaba información sobre desaparecidos” también es falso y, de hecho, él ha sido la única persona que ha investigado y dado a conocer los paraderos de personas catalogadas como desaparecidas. En su libro “La Verdad Histórica II ¿Desaparecidos?”, que estuvo entre los más vendidos en 2001, estudió el tema. Posteriormente envió a cada uno de los ministros sucesivamente sumariantes en casos de derechos humanos, y a mí también, una nómina de más de seiscientos supuestos desaparecidos precisando su paradero, entre ellos decenas de casos de “personas sin existencia legal” y “personas que salieron legalmente del país”. Nunca se supo que algún juez, alguien de la Comisión Rettig o de ningún otro organismo desmintiera esas cifras. 
          El mito siempre prevaleció y se siguió hablando de “miles de desaparecidos”, pese a que la Comisión Rettig mencionó 979 y la posterior Comisión de Reparación añadió 123, haciendo un total de 1.102. En mi libro “Terapia para Cerebros Lavados” cité publicaciones según las cuales todos ellos tenían un paradero determinado, es decir, no eran “desaparecidos” (p. 262), aparte de que en los últimos tiempos han ido “reapareciendo” sucesivamente seis que nunca lo fueron.
 
          Otro mito fue el de que el Presidente Pinochet “sabía todo lo que hacía el general Contreras”. También eso es falso. Quedó históricamente comprobado que este general le aseguró tres veces no haber tenido ninguna vinculación con Michael Townley (quien puso las bombas al general Prats y a Orlando Letelier), lo que indujo a la Junta a entregarlo a las autoridades norteamericanas. Ese ocultamiento fue decisivo para disolver la DINA y relevar a Contreras, al comprobarse que escondía cosas a sus superiores, entre ellas la de ordenar dar muerte a terroristas sin forma de juicio, cosa que es practicada hoy día sin objeciones por los Estados Unidos e Israel, pero que las circulares número 1 de la Junta de Gobierno y número 22 del Ministerio del Interior, ambas de enero de 1974, vedaban a todos los uniformados chilenos.
 
          Orlando Sáenz ha publicado en “El Mercurio” un muy buen artículo sobre las iniquidades cometidas en los juicios contra uniformados (r), apelando a que ellos habrían actuado en virtud de la “obediencia debida”. En realidad, la “obediencia debida” justamente les vedaba cometer semejantes crímenes y, cuando se perpetraron, fue en virtud de todo lo contrario, “desobediencias indebidas”, pues las instrucciones superiores y generales eran las de respetar las vidas de quienes rindieran sus armas. En la práctica de los juicios, los inculpados que declaran haber actuado por órdenes superiores, aunque ello fuera falso, son tratados con benevolencia por los jueces de izquierda, porque el propósito de éstos es político: la condena pública del Gobierno Militar. De hecho, el autor comprobado de más de cincuenta fusilamientos ilegales nunca ha pisado Punta Peuco y está en su casa, por haber culpado a sus superiores, pese a que contravino las órdenes de éstos. Pero ello acomoda al propósito político de los jueces, que le han impuesto sólo pena remitida. Todo esto es inmoral, de público conocimiento y no criticado por nadie, lo que pone en evidencia la falta de ética que preside el actuar de la judicatura y el temple de nuestra sociedad.  
 
          En esta hora en que hay un centenar de militares (r) presos con violación del estado de derecho, y cerca de un millar de los mismos procesados, mientras todos los terroristas que actuaron antes de 1990 están libres, por sangrientos que hubieren sido sus crímenes, la muerte del general Contreras, octogenario, enfermo y condenado a más de quinientos años en juicios confesamente ilegales (un pleno de la Corte Suprema lo reconoció así), ha puesto de relieve hasta qué punto la izquierda en general y el comunismo en particular han logrado imponer sus mitos acerca de la verdad histórica del país y ocultar su propia responsabilidad, y la de la izquierda en general, en la generación del terrorismo y la violencia que hicieron indispensable un 11 de septiembre de 1973. 
 
Columna de Opinión

ABUSO JUDICIAL.Igual que Freisler. BLOG DE FERNANDO RAMÓN THAUBY GARCÍA

ABUSO JUDICIAL. Igual que Freisler. BLOG DE FERNANDO RAMÓN THAUBY GARCÍA.

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Roland Freisler fue un abogado, político y Presidente del Tribunal Popular o Corte del Pueblo de la Alemania Nazi, fue uno de los más temidos e implacables jueces del nazismo; escenificaba farsas judiciales y empleaba una manera grosera y humillante de dirigirse a los encausados. Las sentencias estaban dictadas de antemano y el juicio era solo una justificación.

Como pocos saben, ya que la verdad se encuentra enterrada bajo montañas de mentiras, en Chile la izquierda marxista cultivó sistemática y deliberadamente el odio y la violencia como instrumento de acción política. Desde años antes de la Unidad Popular ya se había tomado la decisión de imponer el marxismo “por las buenas o por las malas”, como ahora repite el operador de la retroexcavadora.

El diagnóstico de Eduardo Frei –el padre- en agosto de 1973, es elocuente: Nada puedo hacer yo, ni el Congreso ni ningún civil. Desgraciadamente, este problema sólo se arregla con fusiles”; y también las que pronunció con posterioridad al pronunciamiento militar: “los militares han salvado a Chile” y “los militares nos salvaron la vida y de una degollina”. Raúl Silva Enríquez, el obispo democrático, tampoco se abstuvo: le contestó a William Thayer Arteaga cuando este le preguntó: Dígame, Eminencia, ¿no cree usted que si no es por los militares, a muchos de nosotros nos habrían asesinado? “No solo a ustedes, sino que a mi también. A todos nosotros”.

 

Lamentablemente para salvar a la nación fue necesario usar los fusiles de los que hablaba Eduardo Frei y cuando las rodillas les dejaron de temblar y se sacaron los pañales mojados, marxistas y fronda, hermanados en el odio a los militares, hicieron que lo que para Chile fue una bendición, para los militares fuera una tragedia.

 

Las amenazas de los terroristas que asustaron a Frei, Aylwin, Silva Henríquez y demases, fueron creadas con la técnica propagandística nazi –marxista ya empleada en Alemania y Rusia: proferir amenazas horribles e imprecisas, crear una sensación de inevitabilidad, simular ser mayoría, actuar con violencia en las personas e instituciones, usar la prepotencia sin límites … y lo consiguieron. Hasta las FFAA llegaron a creer que los Partidos Comunista, Socialista, Mapu Izquierda Cristiana y otros grupos, contaban con capacidad de combate real, que eran organizaciones entrenadas y mandadas por líderes capaces.

Así, el 11 de septiembre y meses siguientes, las FFAA salieron al combate. Como lo hacen los combatientes, con decisión y fuerza y con sus mando al frente. Los primeros días fueron un caos, el enemigo había capturado los medios de comunicación, las empresas, los ministerios, las universidades, controlaban todo. Como no usaban uniformes ni distintivos, cualquier persona podía ser uno de sus combatientes.

Algunos –pocos- pelearon. En general fueron estudiantes y trabajadores que también se habían comprado el cuento.

Los líderes –cobardes en grado máximo- escaparon a refugiarse en embajadas y recintos con inmunidad. De ahí al extranjero a “seguir la lucha”. Algunas a Alemania Oriental, a vivir la época mas feliz de sus vidas.

 

A fines de septiembre de 1973, un teniente de la Armada –Infante de Marina- fue trasbordado al Ministerio de Defensa. Su misión, transportar personas sospechosas desde los lugares en que trabajaban o se encontraban hasta el Ministerio de Defensa, para ser interrogadas.

 

Esto es lo que, según la causa sustentada por un funcionario judicial que no me atrevo a denominar juez, consignó después de años de investigación, presiones, arrestos sorpresivos e infundados y trato displicente y prepotente:

“el día 5 de octubre de 1973, una patrulla militar al mando del teniente de la Armada Jorge Osses Novoa, concurrió al Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), organismo dependiente de las Naciones Unidas, lugar donde trabajaba Fernando Olivares Mori, … para conducirlo en calidad de detenido a las dependencias del Ministerio de Defensa Nacional, manifestando que era requerido en ese lugar para prestar declaraciones y que luego quedaría en libertad, para lo cual la encargada del CELADE envió a un funcionario para velar por la seguridad de Olivares Mori”. … “una vez que llegaron a las dependencias del Ministerio de Defensa, Olivares Mori fue llevado a una oficina, perdiéndose su rastro y, en los días siguientes, ante las repetidas consultas hechas respecto de su paradero por quien lo acompañó a aquellas dependencias, además de la propia CELADE, se informó, en un principio, que estaba detenido en el Estadio Nacional, sin embargo, las autoridades militares de la época negaron que se encontrara en tal calidad en alguna de las dependencias del Ministerio de Defensa o en los otros lugares que en la época se habilitaron para ello, sin que hasta el momento haya podido establecerse lo acontecido con posterioridad a su detención” … “en el Ministerio de Defensa se encontraban, en parte de sus dependencias, las oficinas de Inteligencia de la Armada de Chile, lugar en que se llevaba e interrogaba a los detenidos, disponiéndose del destino de los mismos, desde el 11 de septiembre de 1973 hasta una fecha muy posterior al mes de octubre del mismo año (…) no resulta verosímil que un oficial de la Armada de Chile, partícipe en un golpe de Estado, pretenda minimizar su responsabilidad alegando ignorancia de lo que ocurría en la época en que él, precisamente, se desempeñaba en el Ministerio de Defensa Nacional, epicentro de la toma de decisiones y organización de operaciones” … “el condenado, aunque muy joven, era oficial de la Armada, es decir, no se trataba de un marinero haciendo su servicio militar. Se trataba de un engranaje de la institución naval” … “señalar que su participación se limitó a trasladar al detenido, hoy desaparecido, desde el lugar en que ese trabajaba hasta el Ministerio de Defensa, y desde ahí no haber sabido nada más de él” … “es una excusa inaceptable para un oficial, más aun cuando denota un desprecio absoluto por el destino de un ser humano“.

Lo condenó a cinco años y un día de prisión efectivos y se encuentra en el Campo de Prisioneros de Punta Peuco como “autor del delito de secuestro de una persona que fue retenida contra su voluntad desde el 5 de Octubre de 1973 hasta el día de hoy”

Un breve análisis de esta sentencia insulta al sentido común y muestra en toda su magnitud una verdad incontrovertible: el Funcionario debía condenar y encarcelar al Acusado – fuera o no culpable- de hecho, estaba condenado desde que fue inculpado, desde antes que el “juicio” comenzara: igual que las víctimas de Roland Freisler en Alemania.

El Funcionario Judicial reconoce que Osses entregó al detenido a otra persona (actualmente muerta); que el funcionario de CELADE no pudo ubicarlo en esa oficina y que “las autoridades militares de la época” negaron que se encontrara en ese lugar.

El alegato del acusador de que un teniente que “participaba en un golpe de estado pretenda minimizar su responsabilidad alegando ignorancia de lo que ocurría en la época en que él, precisamente se desempeñaba en el Ministerio de Defensa Nacional, epicentro de la toma de decisiones y organización de operaciones” confirma que tiene una curiosa idea de cómo funcionan las organizaciones estatales, en las que, al igual que en su Juzgado, la toma de decisiones y la organización de las operaciones no se hacen en “asambleas ampliadas”. Son procesos verticales y compartimentados, ¿o es que el consulta su parecer a los gendarmes y policías que traen a los acusados?, ¿o les informa de sus decisiones durante el proceso?. O visita a las personas que manda a la cárcel, para hacer su seguimiento y verificar como están?.

Alegar que “el condenado, aunque muy joven, era Oficial de la Armada, es decir no se trataba de un marinero haciendo su servicio militar, se trataba de un engranaje de la institución naval”, es pura retórica para agregar peso a una acusación liviana y sin substancia, y el párrafo exquisito en su simpleza y mala leche es en el que lo acusa de que “señalar que su participación se limitó a trasladar al detenido, hoy desaparecido … es una excusa inaceptable para un oficial, mas un desprecio absoluto por el destino de un ser humano”. El Funcionario parece saber –y tener en alta estima- lo que es aceptable o no para un oficial naval y que para demostrar su preocupación por los seres humanos, -en el caos que había-, debió hacer el seguimiento de todas y cada una de las personas que trasladó de un lugar a otro.

En síntesis, como los que recibieron y se hicieron cargo de Fernando Olivares Mori están muertos y enterrados desde hace años y no hay como interrogarlos, el teniente Osses “tenía” que ser culpable, “había” que condenarlo y así se hizo, igual que Freisler.

Cundo transcurra el tiempo y regrese la imparcialidad y algo de decencia, todas estas condenas se revisarán y los funcionarios que las dictaron recibirán condenas por sus abusos “y desprecio absoluto por el destino de un ser humano”, igual que  Freisler.

Columna de Opinión

ARAUCANÍA, ¿SIN ESTADO DE DERECHO. El Mercurio de Santiago, VivaChile.org, 20/3/2015

ARAUCANÍA, ¿SIN ESTADO DE DERECHO. El Mercurio de Santiago, VivaChile.org, 20/3/2015

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Extremismo y terrorismo campean en esa región, miedo y conciencia de inermidad pesan sobre la población -incluida aquella que se auto identifica como perteneciente a pueblos originarios, pero repudia la violenci

C

hile se enorgullece de su temprana consecución histórica de un “Estado en forma”, de la solidez de su Estado de Derecho y de que “las instituciones funcionan”. La realidad admite matices y, entre ellos, una involución cada vez más compleja en todo lo relativo a La Araucanía. Quizás uno de los episodios más graves que se puede recordar es el asesinato -quemados vivos- de un anciano matrimonio de agricultores, cuyos familiares declaran dos años después su desesperanza de que se haga justicia.

Incontables otros casos, menos dramáticos pero similarmente violatorios del derecho, se acumulan desde que en 1990 comenzó a aplicarse una nueva política indígena cuyo principal instrumento se presumía sería la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena y cuyo hito es el Convenio 169 de la OIT, interpretado como si fuera ley chilena vigente.

Extremismo y terrorismo campean en esa región, miedo y conciencia de inermidad pesan sobre la población -incluida aquella que se auto identifica como perteneciente a pueblos originarios, pero repudia la violencia.

Al respecto, los casos son difíciles de contabilizar, pero en días recientes ha emergido a la conciencia pública uno más, que grafica amargamente todo lo anterior.

En 2002, la diócesis católica de Villarrica adquirió 9 hectáreas en el sector de Padre Las Casas, en las que construyó el Seminario Mayor San Fidel, con capacidad para 70 seminaristas. En 2012 se produjo su toma violenta por grupos autodenominados mapuches. Carabineros desalojó, y 5 personas fueron detenidas y formalizadas por el delito de usurpación violenta.

En el juicio oral el grupo fue absuelto y se le impuso una multa de 81 mil pesos. La diócesis -¿en ánimo apaciguador?- no presentó querella y compareció solo como testigo y víctima. Solo 6 días después del fallo, en abril de 2014, el grupo reocupó el lugar. Al mes siguiente, el obispo de Villarrica, monseñor Stegmeier, decidió trasladar las actividades del seminario a la casa de ejercicios de dicha ciudad: la vida de estudio y oración no era ya posible, el derecho al ejercicio libre de un culto era allí letra muerta.

En lo jurídico, erró la autoridad eclesiástica al no reclamar inmediatamente por el atropello sufrido con todo el vigor de la institucionalidad. Llevado el asunto a la instancia gubernamental, en 2014 el intendente Huenchumilla afirmó que se buscaría una solución mediante la compra de los terrenos para traspasarlos a los ocupantes ilegales, pero en estos días ha informado que “el tema está en manos del Ministerio del Interior”, ya que la Conadi no puede comprar bienes edificados. El subsecretario Aleuy aún no se ha pronunciado, aunque la toma dura ya 11 meses, y los usurpadores, entretanto, ingresaron a un fundo vecino.

Interrogado el obispo de Villarrica por la omisión de emprender acciones legales y pedir desalojo, ha declarado: “Ante los temas mapuches no existe el Estado de Derecho; entonces, no tiene sentido. Estas personas pagaron una multa y al día siguiente fueron de nuevo a tomarse el seminario, y si denunciábamos, habría otro juicio e iba a pasar lo mismo”. Y ante el resultado de la opción política -recurrir al intendente-, es entendible que ya se den por perdidos el terreno y los inmuebles, así como las pertenencias que, en las condiciones imperantes, no pudieron trasladar a la ciudad.

Son estas pésimas señales para nuestra convivencia democrática. Como lo recordó en Chile hace poco el juez Scalia de la Corte Suprema de EE.UU., no se advierte “cómo la democracia podría funcionar” sino “interpretando los textos de las leyes y la Constitución en forma justa”. Eso es lo que no está ocurriendo en La Araucanía, con progresivo empeoramiento, por más de dos décadas.

 Es urgente reforzar la plena vigencia del Estado de Derecho, para impedir que surjan intentos de legitimar opciones de fuerza por parte de los agobiados habitantes de esas zonas.

Columna de Opinión

IZQUIERDA CONTRA LA IZQUIERDA . LA ÉTICA SOCIALISTA por Gonzalo Rojas

IZQUIERDA CONTRA LA IZQUIERDA . LA ÉTICA SOCIALISTA por Gonzalo Rojas

Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR

¿Quiénes son y qué buscan? Los anarquistas, quienes no aspiran más que a darse el gustito del caos total. Los hay muy serios -o sea, teóricamente más peligrosos, pero prácticamente más inofensivos- y otros más frívolos -es decir, los de bombas y más bombas-.

 4/3/2015

 

Yo no puedo dudar de la buena intención del presidente del PS, Osvaldo Andrade. Tantas horas compartidas en las mismas salas de clases en Derecho de la PUC me vinculan a él de modo personal.

Pero ha sido el mismo Osvaldo quien ha puesto en discusión un tema que me exige superar esos vínculos del pasado: es Andrade quien ha insistido en la importancia de la ética socialista.

Como lo ha hecho a raíz del caso Dávalos, se podría pensar que el negocio inmobiliario del hijo de la Presidenta es -en cuanto desafío ético- toda una novedad para los socialistas, quienes hasta ahora habrían exhibido una trayectoria inmaculada: habrían sido un partido de individuos siempre puros, auténticas vestales chilensis. ¿Esa es la realidad de los socialistas chilenos?

De ninguna manera.

Si se escruta el comportamiento de los más destacados socialistas desde mediados de los 60 a la fecha -o sea, de aquellos que en su mayoría aún viven y están en condiciones de defenderse-, se aprecia que una y otra vez se han manifestado y comportado con total desprecio de la ética natural.

Fueron socialistas los que en 1965 y en 1967, en sus congresos de Linares y Chillán, optaron por la vía armada para llegar al poder en Chile; fueron socialistas los que condujeron un gobierno que procuró la conquista del poder total entre 1970 y 1973. Uno de ellos, Allende, lo buscó desde el Ejecutivo; otro, Altamirano, lo intentó desde la estructura partidista y paramilitar; fueron socialistas los que se aliaron con comunistas y miristas para buscar a través de la vía violenta el derrocamiento del gobierno del Presidente Pinochet; fue socialista el Presidente que no ha podido esclarecer el caso Aulas tecnológicas y validar el caso Sobresueldos; fue socialista la Presidenta que aún no logra aclarar ni sus vínculos con un movimiento terrorista ni el modo en que obtuvo su cualificación profesional; son socialistas cientos, miles de personas que reciben beneficios pecuniarios importantes, después de haber colocado a Chile en 1973 al borde del colapso económico y de la guerra civil; son socialistas cientos, miles de funcionarios públicos que se llenan sus bolsillos a cargo de programas que ingresan cien y reparten treinta y dos.

Eran socialistas Dávalos y Compagnon, quienes prefirieron abandonar la colectividad a dejar el dinero. Si el Tribunal Supremo del PS los iba a investigar a fondo o no, es un misterio, pero está claro que ellos privilegiaron la independencia por sobre la ética socialista; es socialista, obviamente, quien hoy preside el PS y sostiene que los procesos judiciales sobre dinero y política deben seguir adelante, “caiga quien caiga“, pero que no aplica ese criterio en los conflictos político-terroristas previos a 1990, porque estima que en esas causas solo deben caer los militares; son socialistas algunos parlamentarios que apoyan la despenalización de la droga, del aborto, de la eutanasia, consecuencias obvias de una ética que se resume en “qué nos importan los más débiles, si no votan“.

Andrade ha insistido en que estamos en un marasmo -lo que significa algo así como una cierta inamovilidad en lo moral-, pero esa palabra no resulta adecuada en esta situación. No estamos en un caso de inamovilidad moral, sino, por el contrario, de alta exigencia ética, y es en esta instancia donde la moral socialista no sirve, no se valida por sus datos.

Por cierto, todos los seres humanos fallamos. Pero lo importante es con qué vara se miden esos errores. La medida del socialismo es ambigua, variable, acomodaticia.

Por eso las personas comienzan a manifestar abiertamente su rechazo a las más connotadas figuras del socialismo mediante un simple “no le creo a esa ética“.

IZQUIERDA CONTRA IZQUIERDA

Allende llevaba apenas un mes en el poder cuando miristas y comunistas se enfrentaron en Concepción. El primero de los muchos muertos que arrojó el período de la UP -olvidados hoy deliberadamente por la campaña de engaño histórico- fue producto de una balacera entre esos connotados grupos de las izquierdas, unos guevaristas, los otros leninistas.

Desde finales del siglo XIX hasta hoy, los izquierdistas de las más variadas facciones se han aplicado mutuamente los mismos criterios con que juzgan a la sociedad toda: se enfrentan entre sí bajo la premisa de la lucha de clases, calificándose unos a otros como burgueses merecedores de una radical eliminación. Ha habido momentos en que a las derechas casi les habría bastado observar cómo los izquierdistas se aniquilaban entre sí.

Anarquistas, stalinianos, trotskistas, socialistas democráticos, socialpopulistas, leninistas, gramscianos, todos han tenido que cuidar primeramente sus propias espaldas, porque sabían que las peores agresiones iban a venir siempre de sus supuestos hermanos de clase; en realidad, de sus enemigos estratégicos.

En Chile, asistimos hoy a otra de las tantas ocasiones en que las izquierdas marginales atacan a la izquierda oficial.

Atentos frente a la posibilidad cierta de un rotundo fracaso de la alianza socialista-comunista en el gobierno Bachelet, el apetito de las izquierdas secundarias se ha abierto: intuyen que hay suficiente degradación ideológica y humana en los partidos marxistas tradicionales como para que opciones menores como las suyas puedan capitalizar -perdón por la maldad verbal- el material combustible que son esas furias y esos odios, esos rencores y esas rabias, que los marxistas tradicionales han cultivado en tantos chilenos, los mismos que hoy están desencantados de esa izquierda histórica. Oportunidad de oro para los marginales, entonces.

¿Quiénes son y qué buscan?

Los anarquistas, quienes no aspiran más que a darse el gustito del caos total. Los hay muy serios -o sea, teóricamente más peligrosos, pero prácticamente más inofensivos- y otros más frívolos -es decir, los de bombas y más bombas-.

Los autónomos de Boric, que desde su matriz gramsciana podrán ir construyendo proyectos de hegemonías parciales en la búsqueda del cambio de paradigma total.

Los progresistas, tan vinculados a un liderazgo concreto, que si Enríquez-Ominami no logra superar la valla de la probidad, tendrán que rearticularse en otros proyectos, seguramente más radicales.

Los revolucionarios demócratas de Jackson, falange tan vital en su capacidad electoral como inorgánica en sus postulados teóricos.

Las agresivas minorías que portan banderas indigenistas, sexuales, animalistas o ecológicas, a las que se les abren enormes posibilidades entre esas masas de chilenos que buscan definir el todo desde una parte de su ser.

Todos los anteriores encontrarán en la nueva legislación sobre partidos políticos una ocasión de consolidar sus influencias, si así lo desean. Y cada nuevo partido, y cada nuevo elector de esos nuevos partidos, significará un voto menos para las izquierdas tradicionales, que ya lo intuyen y por eso ponen trabas a una dispersión asociativa que las afectaría gravemente.

En todo caso, puede ser que varios de los grupos de izquierdas marginales decidan no entrar en el juego electoral. Su apuesta bien podría centrarse en el control de ciertos cuerpos intermedios, de más ámbitos de la cultura, de nuevos movimientos locales y de calle, de medios de comunicación pequeños y virulentos, de una eventual asamblea constituyente.

También esa posibilidad le causaría mucho daño a la izquierda tradicional.