U al dia

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LA LEY N° 20.735

Antecedentes para entender lo que trae la Ley Nº 20.735

 

  1. ¿Cuándo se deja de descontar el 6% del Fondo de Retiro?

La ley establece que este descuento dejará de aplicarse a los pensionados y montepiadas de la CAPREDENA mayores de 65 años de edad.

Sin embargo, la misma ley establece que, a partir de la pensión del mes de junio de este año, la eliminación del descuento será en forma gradual, como sigue:

–        A quienes perciban pensiones inferiores a $ 453.217 se suspenderá ese descuento a partir del 1 de junio de 2014.

–        A quienes perciban pensiones iguales y superiores a $ 453.217 y hasta $ 670.936, el 1 de junio de 2014 se les rebajará el descuento a un 3% y a partir del 1 de junio de 2015 se suspenderá definitivamente.

–        A quienes perciban superiores a $ 670.936, el 1 de junio de 2014 se les rebajará el descuento a un 4%. Posteriormente, a partir del 1 de junio de 2015 se disminuirá a un 2% y desde el 1 de junio de 2016 se suspenderá definitivamente.

En consecuencia, a partir del mes de junio de 2016, todos los beneficiarios de pensión de retiro o montepío que sean mayores de 65 años de edad no estarán afectos al descuento del 6% para el Fondo de Retiro.

  1. ¿Qué pasa con el descuento del 0.5% que era para el Fondo Revalorizador de Pensiones?

Para aquellos pensionados mayores de 65 años ese descuento se destina a aporte de salud, ya sea en CAPREDENA, ISAPRES, FONASA y sistemas de salud de las Fuerzas Armadas, dependiendo de dónde se encuentre afiliado.

  1. ¿Qué pasa con las actuales pensiones de montepío de las hijas solteras mayores de 24 años?

En el caso de las hijas solteras que están percibiendo pensiones de montepío al 31 de mayo de 2014, las mantienen mientras sigan siendo solteras. A partir del 1 de junio de 2014, el beneficio sólo podrán solicitarlo las hijas solteras menores de 18 años de edad, como también las mayores de 18 años y menores de 24 años si son estudiantes. Es decir, en la circunstancia anterior (estudiantes), el beneficio sólo se extiende hasta el momento de cumplir los 24 años.

  1. ¿En cuanto al sistema de salud de la CAPREDENA, las hijas solteras  que no son cargas familiares legalmente reconocidas y que viven a expensas de los padres dejarán de percibir el beneficio de atención de salud a partir del 1 de junio de 2014?

  1. ¿Qué pasa con la atención de salud de las hijas solteras mayores de 21 años de edad que viven a expensas de los padres?

Las hijas solteras que sean cargas familiares legalmente reconocidas continuarán recibiendo ese beneficio en tanto mantengan esa calidad.

En cuanto al sistema de salud de la CAPREDENA, las hijas solteras mayores de 21 años que vivan a expensas de los padres dejarán de percibir el beneficio de atención de salud a partir del 1 de junio de 2014.

  1. ¿En el caso de que algún pensionado sea contratado como profesor en las Fuerzas Armadas, puede efectuar imposiciones en la CAPREDENA?

No, ya que la ley establece que ese servicio queda afecto al Decreto Ley N° 3.500 de 1980. Es decir, a partir del 1 de junio de 2014, el pensionado que sea contratado como profesor en las Fuerzas Armadas debe efectuar imposiciones en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

  1. ¿Si un pensionado vuelve al servicio activo en alguna institución de las Fuerzas Armadas, tiene derecho a reliquidar su pensión?

Si, por una vez; pero de acuerdo a un procedimiento de cálculo distinto al actual. El nuevo procedimiento no permite actualizar la pensión con relación a los sueldos del mismo grado económico en servicio activo, sino que posibilita un aumento progresivo sobre la base de distintos porcentajes según los años que se permanezca contratado.

Gentileza de Cámara Nacional Chile Mi Patria A.G.

U al dia

Carta de Carmela Carvajal a Miguel Grau. Saludo de UNOFAR con motivo de las Glorias Navales

No puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.

 

Valparaíso, agosto 1º de 1879.

Señor Miguel Grau.

Distinguido señor:

Recibí su fina y estimada carta fechada a bordo del Huáscar en 2 de junio del corriente año. 

 

En ella, con la hidalguía del caballero antiguo, se digna usted acompañarme en mi dolor, deplorando sinceramente la muerte de mi esposo, y tiene la generosidad de enviarme las queridas prendas que se encontraron sobre la persona de mi Arturo, prendas para mí de un valor inestimable por ser, o consagradas por su afecto, como los retratos de familia, o consagradas por su martirio como la espada que lleva su adorado nombre.

Al proferir la palabra martirio no crea usted, señor, que sea mi intento inculpar al jefe del Huáscar la muerte de mi esposo. 

Por el contrario, tengo la conciencia de que el distinguido jefe que, arrostrando el furor de innobles pasiones sobrexcitadas por la guerra, tiene hoy el valor, cuando aún palpitan los recuerdos de Iquique, 
de asociarse a mi duelo y de poner muy alto el nombre y la conducta de mi esposo en esa jornada, 
y que tiene aún el más raro valor de desprenderse de un valioso trofeo poniendo en mis manos una 
espada que ha cobrado un precio extraordinario por el hecho mismo de no haber sido jamás rendida; 
un jefe semejante, 
un corazón tan noble, se habría, estoy cierta, interpuesto, a haberlo podido, entre el matador y su víctima,
 y habría ahorrado un sacrificio tan estéril para su patria como desastroso para mi corazón.

A este propósito, no puedo menos de expresar a usted que es altamente consolador, en medio de las calamidades que origina la guerra, presenciar el grandioso despliegue de sentimientos magnánimos y luchas inmortales que hacen 
revivir en esta América las escenas y los hombres de la epopeya antigua.
 
Profundamente reconocida por la caballerosidad de su procedimiento hacia mi persona y por las nobles palabras con que se digna honrar la memoria de mi esposo, me ofrezco muy respetuosamente de usted atenta y afma. S.S.

 
CARMELA CARVAJAL DE PRAT


Saludo con motivo de las Glorias Navales

Al conmemorarse un nuevo aniversario de las Gloria Navales la Unión de Oficiales en retiro de la Defensa Nacional saluda a la Armada de Chile y a su personal en condición de retiro. Un afectuoso saludo a nuestros socios que prestaron servicios en la Marina de hoy, de ayer y siempre.

“Levantemos nuestros corazones y hagamos subir hasta Dios la gratitud que sentimos por haber protegido a Chile en los momentos del combate y por haber impreso en el alma del capitán Prat la inspiración del heroísmo por la Patria y por la gloria de la marina nacional”.

“Pasarán los años y las generaciones, y desde el fondo de la rada de Iquique, lo mismo que desde el seno de esta cripta o desde lo alto de este monumento, brillará en la historia, como la estrella polar en nuestros mares del sur, una constelación de valientes que no eclipsarán 
los siglos ni los héroes venideros”.

José Manuel Balmaceda




Columna de Opinión

CUALQUIERA PUEDE SER GUERRILLERO EN CHILE.Fallo judicial por acciones de contraguerrilla

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Cumplieron destinaciones en organismos de inteligencia de válida existencia legal y aún cuando todas ellas fueron ejecutadas con conocimiento y aprobación de la Contraloría General de la República.

Aunque parezca extraño, esto es lo que se deduce de la lectura del fallo de la Corte de Apelaciones de Valdivia, a través del cual se desaforó al Diputado Rosauro Martínez Labbé, por haber dado la orden que causó la muerte de tres guerrilleros en la zona de Neltume, cuando en el año 1981 se desempeñaba como Comandante de la Compañía de Comandos N° 8, hecho calificado por la Corte como un “asesinato”. No sería raro que más de alguien considere exagerada una aseveración de esta naturaleza, sin embargo, la simple lectura de esta resolución judicial nos indica claramente que para el sistema judicial chileno actual es mejor ser enemigo del Estado antes que cumplir con las tareas que la Defensa Nacional impone a sus Fuerzas Armadas.

No hay otra interpretación posible cuando los ministros de la Corte de Apelaciones de Valdivia señalan en su fallo que una acción militar de este tipo, desarrollada por una unidad del Ejército, en plena vigencia del Estado de Sitio y previa orden escrita de la autoridad jerárquica competente, es considerada como un acto criminal, destinado a eliminar a un grupo de inocentes guerrilleros que pretendían operar en el sur del país. No cabe duda posible cuando se lee uno de los párrafos del fallo que dice textualmente: “…resultan pertinentes el oficio y documento adjunto de fojas 828 y 829, que dan cuenta de la orden secreta que debía ejecutar la Compañía de Comandos Nº 8 a cargo de su Comandante con el objeto de neutralizar la guerrilla que pretendía operar en la zona cordillerana del Neltume, autorizándose, al efecto, el empleo de técnicas de contraguerillas en el marco de la denominada Operación Machete…”

Como se observa, el fallo no deja lugar a interpretaciones, al establecer: 1) que se trató de una operación militar; 2) que su ejecución fue debidamente ordenada al Comandante de una Compañía de Comandos a través de un documento emanado de su mando superior; 3) que la misión recibida por este comandante de compañía fue neutralizar una fuerza guerrillera; 4) que se le autorizaba el uso de las técnicas de combate que la doctrina institucional establecía para luchar contra este tipo de enemigos del estado.

Lo que la resolución de los ilustrísimos ministros está sugiriendo es gravísimo, al plantear a través de ella que una unidad de las Fuerzas Armadas chilenas no estaría facultada para emplear sus armas ni las técnicas de combate establecidas en sus reglamentos –debidamente aprobados por las autoridades políticas del país− para accionar contra una amenaza a la seguridad del Estado. No hay que ser un experto en materias militares para comprender que la dicha calificación de amenaza y la consecuente declaración de un estado de excepción constitucional, jamás podría estar al alcance del comandante de una compañía, unidad básica que siempre dependerá orgánicamente de una unidad superior, encuadrada ésta a su vez en otra de mayor porte. El fallo en cuestión pareciera indicar que los militares se mandaban solos, basándose en la típica y torcida interpretación introducida por la izquierda política, más que en un acucioso estudio del origen del empleo de la fuerza militar en nombre del Estado de Chile, realizado por una pequeña unidad de comandos. Con ello, esta resolución se plantea como una variante innovadora de otros fallos que –haciendo caso omiso de la obediencia debida que fundamente la vida militar− han llegado a acusar de “asociación ilícita” a los militares que

cumplieron destinaciones en organismos de inteligencia de válida existencia legal y aún cuando todas ellas fueron ejecutadas con conocimiento y aprobación de la Contraloría General de la República.

Esta escalada de aberraciones judiciales no parece tener fin y sus efectos sin duda estimulan a los jóvenes a participar en acciones subversivas, tales como el sabotaje y la guerrilla, al presentarlas como actividades no criminales. Ante una resolución como ésta, cabe preguntarse si un miembro de las FF.AA. actuales –enfrentado a una crítica situación de combate− puede realmente confiar en las órdenes que reciba de sus mandos, sabiendo que su cumplimiento puede llevarlo a ser acusado criminalmente, quien sabe cuántos años después. En el caso del Capitán Martínez de 1981 y hoy Honorable Diputado, han pasado 32 años y su actuación será tratada una vez más como “delito de lesa humanidad”, aplicando con efecto retroactivo un cuerpo legal vigente en Chilesólo a partir del año 2009 y que señala expresamente en su texto su inaplicabilidad para hechos ocurridos con anterioridad. Lo peor de todo, es que los jueces lo saben; que los abogados lo saben; que las facultades de Derecho de las Universidades chilenas lo saben; que la Contraloría lo sabe; que el Gobierno lo sabe; que los ciudadanos más ilustrados (incluso algunos políticos) también lo saben; y nadie dice ni dirá nada… ¿hasta cuándo…?

La ideologización de una parte del sistema judicial chileno es evidente, en especial al observar el vocabulario empleado por los redactores de este fallo, cuando dicen respecto del Capitán Rosauro Martínez que éste “…detentaba el brazo armado operativo del ejército a cargo de la neutralización de la guerrilla…”. Ello nos debe llevar a pensar en un grave abandono de deberes por parte de quienes –por principio− deben ser apolíticos, confirmando con este tipo de actos el compromiso creciente de un sector de la judicatura con esta nueva versión de la justicia popular, impuesta por los neo-revolucionarios socialistas, hoy empeñados en llevarnos de vuelta al pasado oscuro de Allende y su Unidad Popular. Junto a ello, se confirma el asentamiento definitivo de la filosofía del Juez Carlos Cerda, quien dejó en claro ante el Senado que –según su peculiar criterio− los jueces no deben limitar su acción a aplicar la Ley, sino que deben interpretarla, siendo válido para él el involucramiento emocional, es decir el predominio de sus sentimientos respecto de la materia que deben juzgar.

Curiosamente, ante un desafuero tan impropio como injusto y que afecta a un diputado que ha sido reelecto nada menos que seis veces en su distrito, observamos que −en términos comunicacionales− la reacción de sus camaradas de partido y de alianza se asemeja a lo ocurrido con el mejor alcalde que ha tenido la Comuna de Providencia, brillando por su ausencia la cerrada defensa esperable ante la eventual pérdida de uno de los suyos y que agravaría aún mas la precariedad de su presencia en el parlamento. El silencio corporativo en este caso, hace pensar en una reiteración de la búsqueda de una inmunidad profiláctica respecto del tema militar, aún cuando estén conscientes de la inconstitucionalidad de la resolución judicial que afecta a Martínez y que ésta traerá graves consecuencias sobre las instituciones armadas y la forma de encarar por sus integrantes el futuro cumplimiento de sus misiones, estimulando la comisión de nuevos y mayores delitos subversivos.

16 de Mayo de 2014

Patricio Quilhot Palma

U al dia

Parte del Carlos Condell. y “Todos cumplieron con su deber, sin arriar el pabellón, aunque el enemigo fuera inmensamente superior!…”

La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa. Abraham Lincoln

Comandancia de la goleta Covadonga.

Señor Almirante:

Antofagasta Julio 6 de  1879.

Tengo el honor de dar cuenta a  V. E. del combate ocurrido eI día 21 próximo pasado en las aguas de Iquique, entre el buque ami mando y la Esmeralda, contra los blindados peruanos Huáscar, Independencia. Cumpliendo las órdenes de V. S., nuestros dos buques .continuaban desdé el 17 sosteniendo el bloqueo del puerto de Iquique. Al amanecer del citado día 21; nos encontrábamos haciendo Ia guardia la entrada del puerto, mientras la Esmeralda, vigilaba el interior.

A las 6 h. 30 m. se avistaron dos humos a 6 millas al N, pudiendo reconocer al blindado Huáscar y momentos después al Independencia. Para mayor seguridad avancé dos millas en su dirección y reconocidos los buques enemigos volví al puerto, poniendo señales a la Esmeralda, de dos vapores a la vista, disparando. Un cañonazo de aviso, Comprendida la señal por la Esmeralda., preguntó: ¿almorzó la gente? Y contestando afirmativamente, puso nuevas señales, ordenándonos reforzar las cargas y. En seguida de seguir sus aguas. Nuestros buques avanzaron tres millas al Norte en dirección al enemigo, enfrentando a la quebrada de Iquique y en disposición de batirnos.

 En este lugar y estando al habla nuestros dos buques a distanciarle 100 metros, el Comandante Prat nos dijo al habla; Cada uno cumplir con su deber . Y a distancia de 100 metros cayó el primer disparó del Huáscar en el claro que nos separaba. Ambas tripulaciones saludaron esta primer demostración del enemigo con un ¡Viva Chile! y ordenándonos la Esmeralda a abrigarnos, con Ia población, volvimos al puerto, tomando aquel buque su primera posición, colocándome con el mío con los bajos de la isla. Colocados así, rompimos nuestros fuegos sobre el Huáscar, que nos atacaba rudamente.

 La Esmeralda dirigía también sus proyectiles aI mismo buque, haciendo por nuestra parte abstracción de la Independencia, la que nos hacia fuego por batería, pero cuyas punterías eran poco certeras. Una hora habría pasado en este desigual combate, cuando observé que el Huáscar gobernaba sobre la Esmeralda, dejando pasar por su proa a la Independencia, que se dirigió rectamente atacarnos. En ese momento estábamos a 50 metros de los rompientes de los bajos, corriendo el peligro de ser arrastrados a Ia playa; de tierra se nos hacia fuego de fusilería y la Independencia se acercaba para atacarnos con su espolón. Comprendí entonces que mi posición no era conveniente; desde ese punto no podíamos favorecer a la Esmeralda que se batía desesperadamente.

 Una bala de a 300 del Huáscar había atravesado mi buque departe a parte, destrozando en su base el palo de trinquete. Goberné para salir del puerto, dirigiendo todos mis fuegos sobre la Independencia, que a distancia- de 200 metros enviaba sus proyectiles.

Al salir de los bajos de la isla, fui sorprendido por una cantidad de botes que intentaron abordarnos. Rechazado este ataque con metralla de a 9 y fusilería, continué rumbo aI Sur seguido por Independencia, que intentó tres veces alcanzarnos con su espolón.

Nuestra marcha en retirada era difícil; para utilizar nuestros- tiros teníamos que desviarnos de la línea de la costa, aprovechándose la Independencia, para acercarse y hacernos algunos certeros tiros por baterías, y con su coliza de proa y las ametralladoras de sus cofas.

El tercer ataque parecía ser decisivo: nos hallábamos a 250 metros del enemigo, que sin disminuir sus fuegos, se lanzó a toda fuerza de máquina sobre nuestro buque. En ese instante teníamos por la proa el bajo de Punta Gruesa. No trepidé en aventurarme pasando por sobre él rozando las rocas; el buque enemigo no tuvo Ia misma suerte: al llegar al bajo se varó, dejando su proa levantada. inmediatamente viré y colocándome en, posición de no ser ofendido por sus cañones, que seguían haciéndonos fuego, le dirigí dos balas de a 70 que perforaron su blindaje. Fue en este instante cuando el enemigo arrió su bandera, junto con el estandarte que izaba al palo mayor, reemplazando sus insignias con la señal de parlamento. Ordené la suspensión del fuego y péseme al habla con eI Comandante rendido, quien de viva voz me repitió lo que ya me había indicado el arriar su bandera, pidiéndome aI mismo tiempo enviase un bote a su bordo. Esto no fue posible verificar, no obstante mis deseos, porque en ese momento el Huáscar se aproximaba.

Además nuestra máquina solo podía trabajar con cinco libras de presión y el buque haría mucha agua a causa de los balazos recibidos; por todo esto creía aventurado pasar a bordo del buque rendido. Intertanto la tripulación de la Independencia se refugiaba en tierra, parte en botes y parte a nado, abandonando al buque que quedaba completamente perdido.

 El desigual combate anterior había durado hasta las 12 horas 35 minutos, es decir, cuatro horas. Durante él se dispararon: 38 balas sólidas de a 70. 27 granadas de a 70 30 id. comunes de a 9. 4 Id. de segmento de a 9. 15 tarros de metralla y 34 balas de a 9. 3,400 tiros a bala y 500 tiros revólveres.

Las pérdidas de vidas son las siguientes: Cirujano 1.o don Pedro B. 2o Videla que una bala le destrozos pies y murió a las siete de la noche. Grumete Blas 2.o Téllez. Mozo Felipe Ojeda. Heridos don M. Enrique Reynolds, en un brazo, en circunstancias de hallarse en el puente de Ayudante del que suscribe, Contramaestre 2.o Serapio Vargas. Fogonero 2.o Ramón Orellana. Marinero 2.o José Salazar. Soldarlo Domingo Salazar.

Los daños causados por las balas enemigas son: Una bala de cañón de a 300 que atravesó el buque de babor estribor, rompiendo el palo de trinquete en el entrepuente y salió a flor de agua. Este proyectil fue el que en su trayecto hirió al al Cirujano y al mozo. Dos balazos dados, uno en la carbonera de popa y el otro en la de proa, ambos a estribor a flor de agua. – El segundo bote destrozado y la chalupa perdida, totalmente con uno de sus pescantes.

La jarcia del palo mayor y trinquete cortados de banda a banda, y la del segundo a estribor.

A popa, en la bovedilla, una bala dejó su forma sin penetrar e innumerables tiros de rifles como de ametralladoras, en todo el buqué.

 Según he expuesto, al dejar el costado de la Independencia avistamos al Huáscar que se nos acercaba a toda fuerza de máquina.

La presencia de este buque nos hizo temer la pérdida de la Esmeralda incapaz de resistir por mucho tiempo los ataques de tan poderoso enemigo.

Sin embargo de lo desventajoso de nuestra situación, pues estábamos casi destrozados, las municiones agotadas, sobre todo las balas sólidas, y la tripulación rendida con cinco horas de trabajo constante, tomé todas las precauciones para emprender un segundo combate.

 Poco después y cuando el enemigo estaba a 5 rnillas de nuestra popa, y por la cuadra del vencido, vi dirigir su proa en su auxilio.

Este retraso nos permitió avanzar, distinguiéndolo nuevamente a l0 millas y siempre en nuestra persecución.

 En la oscuridad de la noche perdimos de vista al enemigo, y aprovechando la brisa que soplaba, hice rumbo al O. Proseguí en esa dirección hasta las 12 h. M., hora en que, creyendo que el Huáscar hubiese cesarlo de su propósito, me dirigí hacia tierra.

 Antes de terminar Ia narración de los sucesos de ese día, me permitiré manifestar a V. S. que los oficiales, tanto de guerra como mayores, se condujeron valientemente, estando cada uno a la altura de las circunstancias, cumpliendo como oficiales y como chilenos.

La tripulación toda sin excepción, ha hecho cuanto podía exigirse estando en el animo de todos la resolución de morir, sin arriar nuestra bandera.

 Hago una recomendación especial del Teniente 1o don Manuel J. Orella, cuyo valor, resolución y serenidad en su puesto, son dignos de elogio. A la vez hago mención especial del buen desempeño del ingeniero 2o don Emilio Cuevas, bajo cuya dirección está Ia máquina.

 Al amanecer del día siguiente 22, recalamos al río Loa, fondeando en Tocopilla a las 8h. 30m. M. P. En este punto fuimos auxiliados por gente de tierra que ayudó a achicar el buque, y por carpinteros que hicieron las reparaciones mas urgentes y necesarias para poder continuar el viaje.

 Antes de salir, cumplimos con el penoso deber de enviar a tierra y depositar solemnemente en la iglesia del pueblo, los cadáveres de las tres personas fallecidas en el combate acompañando a este acto una comisión compuesta del teniente Lynch y del contador Reynolds y  parte de la tripulación.

 En la tarde del día 23 salimos de Tocopilla con rumbo al Sur hasta las once de la noche, en que a causa, del fuerte viento y no avanzando sino una milla por hora, resolví volver al puerto indicado y esperar mejor circunstancia

 A las 5 A. M. del 24 zarpé nuevamente al sur, aprovechando la calma de la mañana. Una floja brisa del norte me permitió largar velas, fondeando en Cobija a las 12h. M. En este puerto nos pusimos al habla con eI vapor Santa Rosa, que venla del norte, ,embarcando en él, con destino a Antofagasta a los herirlos y al contador que debía solicitar del general en  jefe eI envío de algún vapor quo nos diera remolque.

 Salí de .Cobija a las 3h. P. M. y navegando muy cerca de Ia costa, pasamos muy a la vista de Mejillones y aprovechando Ia brisa terral, seguimos rumbo a Antofagasta hasta la mañana del día siguiente, día en que a veinte millas de este puerto recibimos remolque del vapor Rímac que nos condujo al fondeadero, largando el ancla a las 3h. P. M. del 25.

 A las 3h. A. M. un fuerte temporal del E. rompió el ancla y tres espías que amarraban el buque, y a pesar de fondear la segunda ancla con 90 brazas de cadena, fuimos arrastrados 5 millas afuera.

A las 8h. A. M. fuimos tomados a remolque por dos vaporcitos del puerto y conducidos a Ia dársena, donde fuimos amarrados convenientemente con una ancla y varias espías.

 A Ia una de este mismo día cuando creíamos estar en seguridad, nuestro vigía anuncia la aparición del Huáscar por el S. O. y apoca distancia del puerto. Tomé inmediatamente una posición que me permitiera defenderme; y percibiendo al buque enemigo que se dirigía a  apresar. al trasporte Rimac que huía al N., le dirigí dos tiros con el fin de distraerlo y dar tiempo para la salvación del transporte.

 Esto se consiguió porque el Huáscar  paralizó. un momento su marcha, siguiendo momentos después en su propósito, pero inútilmente. A Ias 4h .P.M. .el Huáscar volvió al puerto y después de un prolijo estudio de la costa, lanzó su primer tiro a nuestro buque.

Inmediatamente; fué contestado por nuestros cañones y los fuertes o baterías de tierra, siguiéndose un tiroteo de dos horas sin resultado notable, habiéndose consumido por nuestra parto 35 tiros de bala sólida.

 La tripulación de la Covadonga, a pesar de solo haber recibido tres o cuatro instrucciones sobre el manejo de la artillería, estaba ya en aptitud de desempeñar su puesto en combate. No obstante, los oficiales que comandaron las colizas de a.70, solicitaron de ml como un honor el ocupar los puestos de cabos de cañón.

Así, el teniente Orella, en la coliza de proa, y el teniente Lynch en la de popa, apuntaron y dieron fuego durante todo el tiempo, obteniendo el manejo mejor que pudiera desearse.

 Al presente me hallo con eI buque de mi mando fondeado en la dársena del puerto, que solamente tiene 2 a 3 brazas de agua; y por consiguiente, al descomponerse la barra con la marejada, la quilla toca en el fondo y hace sufrir aI buque, circunstancias quela hago notar para que V. S. se sirva tomar a la mayor brevedad la  resolución mas conveniente.

 El departamento de la máquina qué, como ya he dicho a V..S. ha sido atendido por el ingeniero Cuevas y sus subordinados, se halla a la fecha lista con un solo caldero (pues el otro esta inutilizado) y después de haber cambiado un émbolo que oportunamente recibimos de Valparaíso.

 No omitiré la circunstancia de hacer presente a V.S.  que el mayor andar conseguido durante el combate del 21 nunca fue mas de 4 millas.

 Es cuanto tengo el honor de dar cuenta a V.S.

(Firmado)  CARLOS A. CONDELL

Extracto de la opinión del diario peruano, El Comercio de Iquique, que publicó un artículo el 22 de mayo de 1879, pues el articulista fue testigo presencial del combate y cuyos párrafos más notables son los siguientes: 

– “Al habla ambos buques, el Comandante Grau intimó rendición a la “Esmeralda”, pero el jefe de la corbeta chilena se negó a arriar su bandera”… 

– “Era preciso que se diese fin a un drama tan sangriento y que no reconoce ejemplo en la historia del mundo”… 

 

– “En efecto, la “Esmeralda” se inclinó hacia estribor que fue por donde el ariete la cortó y segundos después se hundió siempre de proa… 

 

– “El pabellón chileno fue el último que halló tumba en el mar”… 

 

– “Al hundirse la “Esmeralda”, un cañón de popa por el lado del estribor hizo el último disparo, dando la tripulación vivas a Chile”… 

 

– “Después de la catástrofe, que apagó los gritos de entusiasmo con que desde el principio eran saludados los tiros del “Huáscar” por el pueblo y el ejército, siguió el estupor y silencio de todos”… 

 

– “La impresión que en los habitantes produjo el hundimiento del buque enemigo, pudo más que la alegría y la apagó. Tremendos misterios del corazón humano!…” 

 

– “Lo último que desaparece en las aguas es el pabellón chileno; no se oye el más leve grito, ni clamor alguno de socorro; ni siquiera resuenan vítores… a todos nos tiene anonadados el horror de aquella tremenda escena”… 

 

– “El Comandante John B. Rodgers, de la Fragata norteamericana “Pensacola”, comentó después de haber presenciado el Combate Naval de Iquique :”Desde que hay mar y hay Marina, jamás había presenciado nada más grande y heroico, que la conducta de Prat y sus compañeros…” “El “Times” de Londres publicó :”Este es uno de los Combates más gloriosos que jamás haya tenido lugar. Un viejo buque de madera casi cayéndose en pedazos sostuvo la acción durante casi tres horas y media contra una batería de tierra y un poderoso acorazado, y concluyó con su bandera al tope”… 

 

VIDA DE PRAT VER PDF

Fotografías Históricas de La Guerra del Pacifico 1879_1884 VER PDF

Columna de Opinión

EL MITO DE LA “EXCELENCIA” DIPLOMÁTICA CHILENA. Carlos G. Maldonado, Abogado, El Diario, Bolivia, 29/4/2014

Las opiniones en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Recordemos a propósito hechos históricos, como su abstención e inamistoso antagonismo al tratado de asistencia recíproca en ocasión del conflicto de las Malvinas o su desesperado clamor de mediación papal en su disputa con la Argentina por el caso Beagle.
“La guerra es la continuación de la diplomacia por otros medios”. Carl von Clausewitz.

La representación jurídica-diplomática de Chile, luego de haberse presentado, aceptó plenamente las reglas y condiciones en la primera audiencia de programación de fechas ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, admitida por la propia
presidenta Michelle Bachelet en ocasión de su posesión -a tiempo de rechazar la política de cuerdas separadas intentada por nuestro mandatario-. Pero 48 horas después, según declaraciones de su vocero Jorge Burgos, no descartó ¡impugnar la competencia del alto tribunal de La Haya!, es decir, plantear mañosa y habilidosamente el retiro de su representación o, en
caso contrario, tratar de diferir o retardar el proceso, no obstante encontrarse el recurso de excepción de incompetencia “in límine”, fuera de plazo.
Conforme lo precedente, la avezada amenaza anterior -al margen del descalabro chileno ante el Perú, que había presentado una demanda en La Haya, por cuyo fallo Chile perdió 22.000 Km2 de zona exclusiva, al tratar de convertir un convenio pesquero en un tratado jurídico (ofendiendo con esto la experiencia e inteligencia de la Suprema Corte)-, suma un nuevo “eslabón” en su cadena diplomática de fracasos, y revela definitivamente la patraña de la otrora supuestamente eficiente, activa y eficaz diplomacia araucana. Contrariamente, hoy en opinión de expertos de la Unión Europea, por ejemplo, Chile al presente exhibe una débil política exterior que no le permite forjar alianzas estratégicas para defender sus propios intereses, lo que concluyentemente lo ha convertido en un país paria.
Lo anterior parodia las palabras del propio flamante Ministro de Defensa chileno al reconocer que “nuestro país es un buen alumno, pero mal compañero”.
Recordemos a propósito hechos históricos, como su abstención e inamistoso antagonismo al tratado de asistencia recíproca en ocasión del conflicto de las Malvinas o su desesperado clamor de mediación papal en su disputa con la Argentina por
el caso Beagle.
Es reciente, asimismo, el fracaso de su representación económica y diplomática al tratar de conseguir gas del Perú, país que -a través de Camisea- envía ingentes cantidades al lejano México.
Así, pues, queda al descubierto que la verdadera fortaleza y competencia chilena es su aparato militar, representado por su generalato y almirantazgo, agrupados en el amenazante COSENA, que se constituye -en la penumbra- en la palabra oficial e insoslayable de nuestro oponente (gobierne quien gobierne), hoy sumado deplorablemente al perfil de su actual presidenta
constituida en un verdadero paradigma militar.
Recordemos también que en ocasión de cualquier inicio o intento histórico de diálogo bilateral y/o “monólogo estéril”, como en los casos del desvío del río Lauca, las aguas del Silala, el desminado de fronteras, traslado de hitos, etc., por ejemplo, se lo
realizó curiosa e invariablemente en el marco de una notoria intimidación, exhibiendo el país vecino material de guerra, juegos de guerra, paradas militares, etc., como el último denominado “salitre-2009”, con el lanzamiento paralelo de su segundo
satélite de aplicación militar. Tales actos culminan hoy con las declaraciones de su actual Comandante en Jefe -ante la oficiosa pregunta de un reportero en cuanto a la supuesta probable escasez de recursos y energía en el mediano plazo-, al decir que “pueden producirse conflictos y rivalidades difíciles de superar, por lo que no podemos sesgar nuestra razón de ser, cuál es:
combatir”.
Al margen de la apocalíptica visión anterior, recordemos finalmente el caso de conscriptos bolivianos detenidos en la frontera, soberano aplazo diplomático ante la comunidad internacional, que obligó a liberarlos sin culpa alguna.
Pero actualmente para satisfacción nuestra, la jurisprudencia basada y originada en la revisión de tratados iniciada por la Corte Internaciona de Justicia de La Haya (casos Colombia-Nicaragua, EEUU-Panamá, etc.), en el marco del moderno DI público, se constituye al presente en el “azote” de la postura chilena, por lo que nuestro expediente se fortalece y refuerza aún más.
Finalmente, Chile debe entender de una buena vez que la integración es una obligación para que las soluciones tomen otro cariz, ya que una cosa es tratar de forzar soluciones por la vía de la intimidación, la demostración militar o el poder económico y otra es hacer las cosas de manera fraternal, con negociaciones en las que todas las partes ganen

 

Columna de Opinión

NUEVOS EXPERIMENTOS por Fernando Navajas I. Vicealmirante.La misteriosa visita del canciller ruso a Chile.

Las opiniones en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente el pensamiento de UNOFAR
El canciller chileno afirmó que conversaron “sobre potenciar el intercambio militar” y que después hablarían con el Ministro de Defensa, Jorge Burgos, sobre la “ratificación de la cooperación de este tipo entre ambos países”. ¿Qué puede ganar en Chile con este intercambio militar? Lo que sí está claro es lo que Rusia puede ganar.

En una oportunidad, escribí que nuestro país, ha sido objeto de cuanto experimento político social y económico que se les ha ocurrido a los políticos de turno, cuyos resultados por lo general han sido negativos para el progreso de Chile. Este afán de cambiar todo POR CAMBIAR o copiar lo que se hace en otras latitudes, se debe al interés de lucimiento más que el de un espíritu realizador que realmente mejore aquellas cosas que no funcionan y reemplace aquellas que sean fuente de ineficiencia. PERO NO, EN CHILE CADA NUEVO GOBIERNO DESEA CAMBIAR TODO Y comenzar desde cero, como si la república hubiera nacido ayer.

El fracaso de estos experimentos, a mi juicio se debe al impulso de las diferentes corrientes políticas por imponer a todo costo sus ideas, sin importar si la ciudadanía entiende que se desea cambiar y las razones para ello.

Hoy día el Nuevo Gobierno, nos enfrenta a una nueva batería de cambios y reformas, muchas de las cuales son innecesarias. Pareciera que el lema fuera: cambiar! cambiar –cambiar; reformar, reformar, reformar.

Me pregunto ¿Cuántas personas habrán leído y comprendido de que se tratan estos cambios y como les afectará a sus vidas? Por ejemplo ¿Sabrán de que se tratan los cambios a la constitución?

¿Habrán comparado lo que dice el texto constitucional con lo que se pretende reformarlo mismo con las otras reformas? lo dudo muchísimo y creo que un reducido número de ciudadanos lo hace. Entonces si tenemos una masa de ciudadanos no ilustrados en los diferentes temas y que actúa emocionalmente, nunca tendrá éxito ningún cambio, bueno o malo, porque el ciudadano medio es incapaz de oponerse a las cosas negativas y el político aprovecha este desconocimiento generalizado para lograr aprobar sus ideas.

Esto es lamentablemente, pésimo para Chile pues así nunca alcanzaremos el grado de desarrollo que deseamos y seguiremos quejándonos y culpando de nuestros males a cuanta cosa se nos ocurra, sin reparar que la raíz de nuestra ineficiencia está en nuestra precariedad como ciudadanos por falta de educación cívica adecuada que permita comprender los fenómenos sociales, políticos y económicos y cómo actúan e influencian la conducción de un país.

Fernando Navajas I.

Vicealmirante.
La misteriosa visita del canciller ruso a Chile
La reciente visita del Canciller ruso Serguéi Lavrov a Chile se caracterizó por un notorio y misterioso hermetismo de parte del Gobierno de nuestro país. Las noticias informan de modo genérico que el canciller visitante estuvo en nuestro país realizando una serie de compromisos bilaterales.

En un momento de tensión internacional, debido a la anexión de Crimea y a la agitación en diversas provincias de Ucrania promovida por Rusia, tal escasez de informaciones se vuelve sospechosa, como si se desease esconder algo a la opinión pública chilena.

Vamos a los hechos conocidos.

Por una parte, la Presidente Bachelet manifestó su intención de invitar a científicos rusos para realizar investigaciones en la Antártica. ¿Investigaciones? ¿Cuáles? ¿Por qué invitar a los rusos y precisamente en este momento? ¿Tiene noticias la Presidenta de algún caso en que los rusos instalados en otro país lo hayan dejado después por su propia iniciativa?

Por otro lado, el canciller chileno afirmó que conversaron “sobre potenciar el intercambio militar” y que después hablarían con el Ministro de Defensa, Jorge Burgos, sobre la “ratificación de la cooperación de este tipo entre ambos países”. ¿Qué puede ganar en Chile con este intercambio militar? Lo que sí está claro es lo que Rusia puede ganar.

Finalmente, el representante chileno afirmó que escuchó la postura de Rusia en relación al conflicto con Ucrania y que “hemos apreciado sus puntos, que serán muy útiles para el desempeño de Chile en el Consejo de Seguridad”. En otras palabras, se insinúa que Chile apoyará a Rusia en el Consejo de Seguridad.

Este conjunto de hechos muestra un manifiesto deslizar de Chile hacia la órbita de influencia rusa, y esto en medio de la peligrosa situación internacional actual, la que además tiende a agravarse.

Ante la pregunta de un periodista si la presencia del ministro ruso en Latinoamérica era una forma de responder a los Estados Unidos, se produjo un momento de tensión, que Lavrov trató de disipar declarando: “No se puede pensar que por ser socio de Estados Unidos, Chile no pueda serlo de Rusia”. Realmente el ministro ruso parece pensar que los chilenos no son suficientemente inteligentes para comprender la situación.

Y después agregó, de modo no explicado, “Nuestras relaciones con Chile tienen valor propio y con Bachelet se demostró, al basarse en el convenio de asociación que entró en vigor“. ¿A qué convenio se refiere? El chileno común, entre los cuales me incluyo, no ha sido informado en qué consiste este convenio de asociación que ya se encuentra en vigor.

No es aceptable el secretismo gubernamental en cuestiones de tanta trascendencia para el futuro nuestra Patria. Aquí sí debe existir una mucho mayor “transparencia”. Si no la hay, por algo será…

Fuente: La Tercera, 01/05/2014

Gentil aporte de nuestro socio Aníbal Jerez C

Columna de Opinión

DEGRADACIÓN DE LA CLASE POLITICA CHILENA Una historia repetida, por Patricio Quilhot Palma. Los MISERABLES y como el Duopolio se ríe de nosotros, por Hermógenes Pérez de Arce. La demanda artificiosa por Axel Buchheister, Abogado, La Tercera, 20 04 2014

Las opiniones en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente el pensamiento de UNOFAR
A veces se van los mejores, mientras nosotros seguimos aquí. Lo digo pensando en Alfonso Márquez de la Plata, que iba a visitar a los presos políticos militares a Punta Peuco y les prestaba ayuda, mientras tantos de nosotros no los visitamos ni les mandamos nada.
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Como el duopolio se ríe de n…
Usted, se supone, es un cerebro lavado y debe pensar sólo las cosas que le permita el lavador, que es el Duopolio formado por la Nueva Mayoría y la Alianza. A usted le han dicho que el sistema binominal, para emplear las palabras de Michelle Bachelet anoche, “es una espina clavada por la dictadura en nuestra democracia”. Entonces ella anuncia que va a extraer esa espina y envía un proyecto para sustituir el binominal. Usted aplaude, porque lo han condicionado para eso durante los cinco gobiernos de la Concertación (pues el último también lo fue, aplicó las ideas de la Concertación, subió los impuestos según lo propiciaba la Concertación y crucificó a los militares en los términos en que lo hacía la Concertación).

Pero si usted lee el proyecto de Michelle Bachelet, que a la hora en que escribo no ha aparecido en los diarios sino sólo en resúmenes escuetos, se dará cuenta de que en materia de senadores él deja la mitad de “la espina de la dictadura” adentro, porque en siete de las catorce regiones continuará habiendo binominal y eligiéndose a dos “padres conscriptos”. En materia de diputados se introduce mayor proporcionalidad, pues se elegirá 3, 4, 5 y hasta 8 en algunos distritos. La Cámara será muy distinta del Senado, entonces. En el fondo el problema del Duopolio es que tiene demasiados caciques deseosos de acceder a la dieta de ocho millones y tanto y las asignaciones de doce millones mensuales para los diputados y todavía más para los senadores, entonces lo que se hace es aumentar de 38 a 50 estos últimos y de 120 a 155 los primeros, porque ya la presión de los caciques, que tienen pocos indios pero muchas aspiraciones, era insoportable en cada elección y quedaban demasiados muertos en el camino. Y suelen ser muertos que hablan cosas incómodas, como Camilo Escalona.

Pero lo que el Duopolio nunca, jamás, va a permitir es que exista verdadera competencia electoral. Para que la hubiera bastarían dos reformas que él nunca propondrá ni aprobará: la primera, que sea elegido el candidato que tenga más votos propios; y la segunda, que los requisitos para presentar candidaturas sean iguales para todos. Pues el Duopolio tiene reglas según las cuales puede presentar candidatos sin necesidad de reunir firmas, y en cambio a sus competidores les exige muchos miles de ellas y ante Notario, y si advierte cualquier irregularidad en algunas firmas se querella contra los que se hubieren prestado para desafiarlo. Y, además, a la hora de contarse los votos el Duopolio hace valer todos los que obtengan en conjunto sus candidatos (votos de lista), mientras los independientes no pueden formar listas ni hacer pactos entre ellos y deben competir con sus solos votos personales. Entonces el Duopolio reúne su “cifra repartidora” y así derrota a cualquiera que haya osado competir con él. Todo eso, por supuesto, es inconstitucional, porque la Carta asegura que los partidos políticos no tendrán ventaja alguna sobre los independientes en las elecciones, pero esto es letra muerta porque la interpretación oficial de la Constitución y las leyes la hacen los gobiernos, los parlamentarios y los jueces del Duopolio (aunque en el caso de estos últimos el control corre por cuenta de la Nueva Mayoría, pero con la tácita complicidad, o “complicidad pasiva”, si usted prefiere, de la Alianza).

Entonces, distinguido y amable cerebro lavado, usted aplaude porque por fin se termina el binominal que era una espina clavada en nuestra democracia, pero si no tuviera el cerebro cuidadosamente lavado debería llorar, porque nuestra democracia no es tal sino un mecanismo para asegurar a un Cartel de gente poderosa, el Duopolio, los cargos y los dineros públicos; y usted nunca va a tener real posibilidad de desafiar su poder ni de competir con ellos y va a tener que seguir gritando como autómata, periódicamente, tal como lo anticipó “1984”, de Orwell, los improperios contra Pinochet que le dicte el Duopolio, y aplaudiendo a los representantes de éste por sacar la espina que aquél le dejó clavada a la democracia, aunque en la mitad del Senado la espina siga adentro; y por favor no pida explicaciones por eso porque usted está para aplaudir y no otra cosa, y para eso le dan un bono de vez en cuando, así es que no venga con preguntas odiosas. Por Hermógenes Pérez de Arce

DEGRADACIÓN DE LA CLASE POLITICA CHILENA Una historia repetida, Patricio Quilhoy Palma
Cuando vemos las noticias de nuestro país, no nos queda duda acerca de la degradación progresiva de la clase política nacional. Las encuestas –hasta donde se pueda creer en ellas− dejan sentir el rechazo que los políticos provocan en la población, en especial aquellos que ocupan cargos en el Congreso Nacional. Como signo de los tiempos, una vez más parece que la historia se repite, observándose señales preocupantes de encontrarnos en los prolegómanos de una nueva crisis política, similar a las de épocas pasadas.
Las generaciones presentes tendemos a mirar todo bajo el prisma de lo que hemos experimentado en persona o –como máximo− lo que nos han contado nuestros padres. Viendo con preocupación la creciente la similitud que comienza a observarse en la situación actual con la triste época de Allende y su Unidad Popular, la búsqueda de referencias históricas nos lleva hacia la Guerra Civil de 1891, cuyo corolario fue –entre otros efectos políticos− la consolidación de una clase política oligárquica, al decir de la Real Academia de la Lengua Española: aquella que detenta “una forma de gobierno en la cual el poder es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social”.
En los años posteriores a la caída de Balmaceda, la clase política, fuertemente dominante por la imposición del parlamentarismo sobre el rol presidencial, fue abandonando progresivamente su responsabilidad respecto de la búsqueda del bien común, sustituyéndola por la defensa a ultranza de sus propios intereses. Así, el primer experimento chileno cercano al modelo parlamentarista culminó con un empoderamiento de la clase política que no dejaba espacio a las iniciativas que no estuvieran relacionadas con sus intereses personales, familiares o de grupo, hasta culminar en la vergonzosa situación conocida como el “ruido de sables”, ocurrida durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma.
En aquella época y a raíz de la detención del trámite parlamentario de todas las leyes enviadas por el presidente al Congreso −incluida la que mejoraba el equipamiento y los sueldos al Ejército y a la Marina− el día 3 de Septiembre de 1924 y en conocimiento de que los parlamentarios votarían una ley en que se auto-otorgarían una suculenta “dieta”, un grupo de oficiales del Ejército se hicieron presentes de uniforme en la sesión del Senado, golpeando sus sables −que en aquella época formaban parte de su tenida de calle− contra el piso y los muros.
Los diligentes parlamentarios, acusando recibo del mensaje militar, demoraron tan solo dos días para aprobar una enorme cantidad de leyes que dormían el sueño de los justos en el Congreso, desde hacía varios años. Entre otros cuerpos legales, aprobaron la que regía los contratos de trabajo, la organización de los sindicatos profesionales, la indemnización por accidentes del trabajo, el seguro obrero obligatorio, cajas de previsión, el derecho a huelga, etc., o sea, una serie de leyes de alto contenido social.
Vemos hoy en el Congreso una nueva versión de este tipo de malos políticos, donde se sabe de leyes que llevan 10 años en espera de ser discutidas, al no tener trato de “suma urgencia”.
Hemos visto a parlamentarios que abandonan sus partidos por no haberse incluido a su hijo como candidato en las elecciones recién pasadas, otros que se ufanan del legado familiar que dejan al país al ver instalado a su primogénito en la Cámara de Diputados, etc.
Somos indeseados testigos de los malabares que los políticos realizan para hacer parecer que reforman el difamado sistema binominal, mientras en realidad lo seguirán usando para fortalecer la posición de unos pocos partidos y grupos políticos.
Parodiando el episodio de la dieta de 1924, hemos llegado al colmo de ver cómo se pretende aumentar la cantidad de parlamentarios, a un altísimo costo para el país, mientras la solución a los problemas reales de los chilenos sigue sin ser afrontada por quienes se supone que nos representan precisamente para ello. ¿Será que el repudio público no basta a los malos políticos para darse cuenta que tienen que abandonar su estilo desvergonzado y cínico? ¿Será que tendrá que llegar un “ruido de sables” para que de una vez por todas dejen de hacer lo que se les antoja y realicen el trabajo para el cual se les eligió? Por supuesto que el ruido aquel jamás provendrá de las filas uniformadas actuales, ya que la clase política –de izquierda y derecha− se ha encargado muy bien de alejar toda posibilidad de que ello ocurra una vez más en Chile, persiguiéndolos los unos y traicionándolos los otros.
La modernidad ha traído otras formas de expresión de los “ruidos de sables”, entre las cuales se observa la protesta incómoda y singularmente violenta de los grupos estudiantiles.
Esta vez, eso sí, poniéndose peligrosamente al servicio de una ideología claramente anárquica. La otra, la de los sables de hierro, ha quedado en el pasado histórico, acorralada por la persecución ignominiosa hacia sus portadores del ayer que −habiendo cumplido su deber militar y colaborado lealmente a la tarea de refundación de un estado destruido por los malos manejos políticos− han llegado al final de sus vidas recibiendo el pago de Chile.
Después del episodio de los sables, en 1924, la situación derivó en una inestabilidad política que se mantuvo por varios años, hasta que la razón volvió a morigerar las pasiones y se logró una estabilidad temporal que fue destruida por la porfiada y violenta aventura marxista, hasta que fuera contenida en forma efectiva en 1973. Hoy no sabemos hacia dónde vamos, hacia donde nos llevará la soberbia de una clase política cada vez más desvergonzada y que ahora expone a nuestro país al patíbulo político de una Asamblea Constituyente. Todo ello, mientras se aumentan los sueldos y los cupos para los mismos de siempre, al más puro estilo de la oligarquía de principios del Siglo XX.
Quiera Dios que la razón llegue a tiempo para evitar que el “nunca más” −tan aplaudido justamente por quienes debieron ser desalojados de sus sitiales de poder mal usados− no vuelva a ser superado por la necesidad de supervivencia de un pueblo que agobiado por una tiranía política inconsecuente y desvergonzada se vuelque a las calles a exigir su desalojo.
Está claro que si ello llegase a ocurrir, la vía resultante será muy distinta a aquella en que las 4 espadas se unieron para salvar a los chilenos de una nueva guerra civil, refundando una patria en ruinas para dejarla en condiciones de alcanzar la posición que hoy disfruta.
26 de Abril de 2014
Patricio Quilhot Palma

Los Miserables por Hermógenes Pérez de Arce
A veces se van los mejores, mientras nosotros seguimos aquí. Lo digo pensando en Alfonso Márquez de la Plata, que iba a visitar a los presos políticos militares a Punta Peuco y les prestaba ayuda, mientras tantos de nosotros no los visitamos ni les mandamos nada.

También Alfonso escribía y publicaba libros en defensa de la verdad histórica que ninguna otra editorial se interesa por publicar y (casi tan meritorio) obtenía una ganancia, porque hay una opinión pública silenciosa, si bien minoritaria, que se interesa por la verdad y compra esos libros. Distribuyó algunos de los míos y periódicamente me mandaba un cheque. Hubo un tiempo en que estuvo enojado conmigo porque yo llamaba a no votar por Piñera, pues no se le podía creer e iba a destruir a la derecha. Pero después no sólo me perdonó, sino que el año pasado me dijo textualmente: “Tenías toda la razón”, en particular tras la mayor traición del señalado sujeto, cuando trasladó a un decena de los presos políticos militares a un penal peor, sólo para ganar el apoyo de la izquierda más odiosa en las encuestas, siendo que antes, siendo candidato y para ganarse los votos de la familia militar, le había prometido a ésta velar por un debido proceso y por la aplicación de la prescripción a los uniformados procesados y presos.

Pero el Gulag de Punta Peuco, donde están los militares, sigue peor. El otro día me escribió el hijo de un general preso, que fue a ver a su padre octogenario y enfermo. Almorzó con él la vianda del penal, que les fue servida por un anciano brigadier, porque Gendarmería no cumple esa tarea. Y si los oficiales presos políticos no hicieran también el aseo de las celdas y las letrinas, nadie lo haría. Son ellos, personas honorables que en su vida civil jamás han cometido un delito, que están presos por haber prestado oídos a los políticos (“¡esto se arregla sólo con fusiles!”) y combatido a los terroristas en una guerra declarada por éstos, no por aquéllos, para tomarse el poder por las armas y someternos a todos a una dictadura indefinida y totalitaria.

Como buenos chilenos, les hemos pagado metiéndolos presos, no sólo contra la ley, sino a veces contra la verdad de los hechos. Hay algunos oficiales purgando prisión perpetua por haber ordenado matar a un grupo de terroristas entrenados en Cuba. Uno de ellos niega siquiera haber dado la orden de matarlos. Uno se pregunta en qué mundo vive cuando lee en el diario y en la revista “Time” que los “drones” norteamericanos mataron días atrás a 40 terroristas de Al Quaeda en Yemen del sur, sin forma de juicio y, claro, con algún daño colateral, como el de haber dado muerte a varias mujeres y niños. Pero el mundo aplaude y le da el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama mientras renueva sus periódicas imprecaciones contra Augusto Pinochet, el culpable de haber acudido al salvataje de Chile ante la invocación de los demócratas y haberlo transformado en una sociedad pacífica y próspera.

Un brigadier anciano, indiferente y con la cabeza gacha sirvió las viandas al general y su hijo. Pues si aquél saluda o conversa pierde el derecho a los beneficios penitenciarios que el reglamento reconoce a los que prestan servicios de aseo y alimentación. Gendarmes flojos y barrigones están vigilantes de que altos oficiales hagan bien el aseo y sirvan las viandas sin conversar con los demás presos, so pena de perder puntos para una posible salida dominical. Caballeros que nunca transgredieron la ley se someten cumplidamente en el presidio a las mayores indignidades impuestas por burócratas de izquierda y sus “cómplices pasivos”. En cambio ahora mismo un sujeto que cometió incendios terroristas en el sur está optando al indulto de Michelle Bachelet, porque padece de una enfermedad. Los presos políticos militares enfermos mueren, en cambio, en la cárcel. ¡Qué país miserable!

Los periodistas que publican el diario digital “Chile Informa”, Bernardita Huerta y Fernando Martínez, les llevan a los condenados del Gulag chileno algunas menestras y ayudas para mitigar sus carencias. En la última edición relatan cómo, en una celda de dos por tres metros donde cumplen condena dos oficiales, que duermen en una litera de hierro con una cama arriba y otra abajo, conversaron con ellos en el reducido espacio. Si no fuera por la ayuda de personas de buena voluntad, carecerían de elementos esenciales para la existencia y hasta de abrigo cuando arrecia el frío. Cuatro años, cinco años y un día, diez años y cadena perpetua, sin derecho a la garantía de las eximentes legales de responsabilidad ni a la cosa juzgada, la presunción de inocencia, la verdad de los hechos, el principio de legalidad y demás instituciones básicas del derecho penal inmemorial, porque un abogado comunista dictaminó “¡lesa humanidad!”, delito establecido en Chile en 2009 y cuya tipificación ni siquiera se ajusta a los hechos; o “¡secuestro permanente!”, según el cual los condignos ministros de las cortes superiores de justicia sostienen que los militares presos tienen todavía privados ilegalmente de libertad en sus celdas de dos por tres a extremistas que habrían detenido en 1973, ardid constitutivo de una “verdad judicial” que la sabia opinión pública chilena, la gran “prensa libre” del país y tanta persona dotada de algún “ascendiente moral” presume de compartir expresa o tácitamente. Es que “la justicia ha hablado”, dicen. ¡Qué país miserable!

Pero, por lo menos, la estatua de Juan Pablo II ha sido indultada. La Universidad San Sebastián la mandó confeccionar a alto costo, para instalarla ante su frontis, en Bellavista. Pero entonces el Consejo de Monumentos Nacionales, donde dominan izquierdistas ateos furiosos por la caída del Muro de Berlín, dictaminó que no podía estar ahí: era demasiado grande y no condecía con el entorno. Pero el mismo Consejo no había objetado un gigantesco letrero instalado a pocos metros y desde hacía años. Es que la izquierda jamás perdonará el papel fundamental que jugó Juan Pablo II en la caída de los totalitarismos socialistas. Ni siquiera un asesino venido desde detrás de la Cortina de Hierro pudo silenciarlo. Afortunadamente, los vecinos pobres de Bajos de Mena se han beneficiado y hoy están orgullosos de que entre ellos se erija la monumental estatua. No temen que “contamine su entorno”, como el Consejo de Monumentos Nacionales. ¡Qué país miserable!

Entretanto, generales, brigadieres, coroneles y mayores siguen con la cabeza gacha limpiando letrinas, sirviendo y retirando viandas, para luego lavar escrupulosamente los recipientes en que vendrán las del turno siguiente, y luego se recluyen en sus celdas de dos por tres metros, bajo la mirada vigilante de gendarmes dotados de barriga prominente.

Esos militares presos salvaron a un país miserable. Tal vez bien merecido se lo tienen.

La Demanda Artificiosa por Axel Buchheister
Evo Morales presentó personalmente la memoria demanda de Bolivia en la Corte Internacional de Justicia, diciendo que no tenía nada contra el Tratado de 1904, sino que buscaba obligar a Chile a negociar pronto y de manera efectiva una salida soberana al mar. Una “tinterillada” (demanda artificiosa, como dijo más diplomáticamente nuestro Canciller), porque el objetivo de la demanda es saltarse ese tratado, lo que no puede reconocer, ya que los diferendos que surjan en torno a él están sometidos a un arbitraje, y cuando además la corte carece de autoridad para alterar fronteras establecidas en un tratado.

Chile enfrenta dos opciones: interponer una excepción de incompetencia de la corte o entrar a una defensa de fondo. El mismo dilema que encaró ante Perú. Los especialistas recomendaron en esa oportunidad desechar el primer camino, porque era algo que no se estila, que podía caer mal en el tribunal. El resultado de no haber enviado una señal clara de inmediato, está a la vista: la corte consideró que no tenía que apegarse al derecho, sino que podía ponerse dadivosa. En efecto, nos dio toda la razón y parte del mar al Perú. Lo entregó leyendo “80 millas” en los documentos que dicen “200 millas”, los mismos que tuvo en vista para encontrarnos la razón.

Entonces, hay que cambiar la estrategia. Chile adhirió a la Corte de La Haya fundado en su vocación jurídica y para obtener una solución pacífica de las controversias, pero siempre conforme a derecho. La demanda de Bolivia constituye un pretexto para obtener un cambio de fronteras y obtener territorio soberano por secretaría, lo que determina la incompetencia de la corte. Para que eso se reconozca, existe un trámite de pronunciamiento previo y nuestro país tiene derecho que así se declare; y el tribunal no puede respingar la nariz si se invoca.

Hay quienes dicen que es mejor ir al fondo del litigio, ya que sin duda ganaremos y la pretensión boliviana quedará definitivamente derrotada. Pero ganar de entrada es una victoria más intensa aún y hay que considerar que en la medida que se extienda el juicio, existe más riesgo que al final se le otorgue algo a Bolivia, aunque sea una declaración a la pasada que nos complique. En cambio, si Bolivia pierde, nunca lo considerará como una sepultación de su pretensión, pues igual seguirá reclamando por su enclaustramiento y buscando solidaridad internacional por otros derroteros.

Pero no sólo eso. Nuestro país debe agregar a la interposición de la excepción de incompetencia un mensaje político claro: si no es acogida, se retirará del Pacto de Bogotá y, por ende, de la competencia de la Corte, aunque sólo tenga efecto para futuros litigios. La Corte de la Haya se nutre de países serios que estén dispuestos a litigar ante ella, por considerarla un referente confiable. Si ya se retiró Colombia por el regalo que le dio a Nicaragua y luego se sumara Chile, países prestigiados en el contexto sudamericano, para la Corte eso no podría ser indiferente.

Los que acusen una posición extremista en lo anterior, sería bueno que expliquen de qué sirvieron las delicadezas en el litigio con Perú. Simplemente no podemos seguir admitiendo que la Corte Internacional nos tenga de “caseros” en sus devaneos justicieros.