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Cómo la retórica mesiánica de Trump cimienta su liderazgo y apela a la identidad americana. Juan Manuel Castro Carracedo. The Conversation

 

                                                                                 CÓMO LA RETÓRICA MESIÁNICA DE TRUMP CIMENTA

                                                                                    SU LIDERAZGO Y APELA A LA IDENTIDAD AMERICANA

Juan Manuel Castro Carracedo, Chair professor, Universidad Pontificia de Salamanca – The Conversation, 12/02/2025

 

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado una oleada de declaraciones catastrofistas y anuncios agoreros por parte de analistas, politólogos y comunicadores de todo tipo que han reavivado la retórica apocalíptica a veces latente en el subconsciente colectivo.

Nada provoca de forma intencional nuestro recurrente retorno a la ilusión del fin como cuando el futuro no responde a nuestros ideales o expectativas. El discurso inaugural del restablecido presidente el pasado 20 de enero estuvo (pretendidamente) lleno de elementos mesiánicos y apocalípticos que potencian su mensaje tratando de justificar las transformaciones drásticas que sus primeras medidas están mostrando.

Trump no ha inventado nada nuevo en su reciente discurso. La imaginería apocalíptica o mesiánica ha sido una constante en la historia política de Estados Unidos, desde sus fundadores hasta los líderes contemporáneos.

Presidentes como John F. Kennedy, Ronald Reagan o George W. Bush son recordados por su habilidad para presentar a Estados Unidos como un “faro de esperanza” (beacon of hope) o “la ciudad sobre la colina” (the city upon a hill), implicando una misión celestial milenarista y un destino providencial para liderar el mundo.

Más allá de su posible influencia en la política exterior, estos mensajes buscaban fortalecer un sentimiento de redención universal entre los propios compatriotas apelando a sus emociones mezcladas de esperanza y temor.

El papel americano en la lucha entre el bien y el mal. Son muchos los estudios que nos retrotraen a los orígenes puritanos del país para explicar su propia visión como protagonista central en una lucha maniquea cósmica entre el bien y el mal. El americano medio se ve como participante activo en este conflicto, lo que moldea su percepción de responsabilidad y ética en el mundo.

Examinando el discurso inaugural desde la perspectiva del análisis retórico, observamos que Trump retoma muchos de estos motivos apocalípticos, especialmente aquellos con connotaciones mesiánicas y evangélicas.

No obstante, hay dos aspectos diferenciales frente a sus predecesores: el abandono de la imaginería explícitamente religiosa de sus alusiones apocalípticas y la personalización parcial del mesianismo en su propia figura, en vez de proyectarlo sobre la nación entera.

Frente al ángel que cabalga el torbellino y dirige la tormenta”, con el que George W. Bush describía el papel de América como salvador universal, hemos pasado a un secularizado “estamos a las puertas de los mayores logros de la historia de la libertad” dentro de “mi legado como pacificador y unificador” argüido por el nuevo presidente.

La adopción de un rol casi profético, pero exento de conexiones manifiestamente religiosas, permite a Trump invocar la restauración de un orden ideal por mandato divino, pero sin posibilidad de ser acusado de fanatismo religioso (“religious bigotry”), como lo hicieran rivales políticos en el pasado.

Desde el inicio, Trump dibuja un escenario de crisis sin precedentes ante el cual “una marea de cambio arrasa el país y la luz del sol se derrama sobre el mundo entero”. Este tipo de lenguaje es común en la retórica apocalíptica.

Las batallas apocalípticas siempre parten de un momento de tribulación extrema antes de la restauración salvífica, acentuando la urgencia que la intervención del agente mesiánico tiene para asegurar la “prometida nueva era”.

Trump recupera la narrativa del rescate (que tan efectiva resultara con Franklin D. Roosevelt o Ronald Reagan) para postularse como guía que lleva a su pueblo hacia el renacimiento y la redención.

Esta restauración no parte de un posicionamiento neutral, sino que se articula a través de un lenguaje de confrontación.

Utilizando una retórica divisiva de “nosotros” contra “ellos”, Trump transforma las aspiraciones de una recuperación económica y social en un acto de liberación que representa tanto una lucha contra las fuerzas malévolas como una cruzada para reclamar un destino glorioso para sus compatriotas: “Para los ciudadanos americanos, el 20 de enero de 2025 es el día de la liberación”.

Salvado por Dios para cumplir una misión. Sin lugar a duda, el elemento más mesiánico del discurso de Trump es su afirmación de haber sido salvado por Dios tras el intento de asesinato de julio del año anterior para cumplir con una misión superior: “Sentí entonces, y creo aún más ahora, que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer a América grande de nuevo”.

El nuevo presidente supera las aspiraciones mesiánicas de Abraham Lincoln o de George W. Bush, quienes expresaron su creencia en el mandato divino de Estados Unidos para llevar la libertad al resto del mundo, y se autoproclama como la figura elegida por la divinidad para cumplir con el cometido de liderar al país hacia el estado de perfección del destino manifiesto al que alude en su propósito de llegar a Marte.

Su auto identificación como instrumento de un plan divino, jugando con las afirmaciones de distintos comentaristas evangélicos y sus teorías del “factor Ciro” –la idea de que Dios puede usar a una persona imperfecta para lograr una tarea divina– proporciona a Trump un poderoso argumento para movilizar a sus seguidores y cimentar un legado como líder predestinado por fuerzas celestiales.

La autoproclamación de Trump como un salvador enviado por Dios, sumado a la marcada retórica de la “liberación”, conectada pero no directamente extraída de la narrativa apocalíptica, confiere a su discurso un carácter distintivo frente al de los presidentes anteriores.

Los discursos inaugurales de los presidentes norteamericanos tradicionalmente han mostrado una tonalidad más vinculada al civismo y al sentido de responsabilidad hacia el pueblo, dejando el papel providencial relegado a sustentar el excepcionalismo americano y la idea de un destino especial.

La postulación como un líder redentor, que rescatará su país de un trance de dimensiones cósmicas, apela directamente a las raíces ideológicas de sus compatriotas que, en diversos grados, han sido educados en fundamentos morales basados en la dramatización permanente de crisis y conflictos.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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La extraña psicología de los aeropuertos. Steve Taylor. The Conversation

 

                                                                   LA EXTRAÑA PSICOLOGÍA DE LOS AEROPUERTOS

Steve Taylor, Senior Lecturer in Psychology, Leeds Beckett University – The Conversation, 11/02/2025

Muchos de nosotros hemos sido testigos de comportamientos inusuales e incluso antisociales en un aeropuerto o en un vuelo. Estos pueden ir desde actos benignos, como dormir en el suelo o hacer yoga frente a las pantallas de información, hasta incidentes graves como discusiones de personas ebrias. O incluso intentos de abrir las puertas del avión en pleno vuelo.

Las situaciones extremas en el aire se han agudizado en los últimos años, en muchos casos obligando a desviar vuelos. Para solventarlo, muchas voces sugieren que se reduzca –o incluso se prohíba– la venta de alcohol en los aeropuertos y en los aviones.

Sin ir más lejos, la compañía RyanAir ya ha pedido que se limite a dos la cantidad de bebidas alcohólicas que se pueden consumir en los bares de los aeropuertos para evitar incidentes provocados por las borracheras.

Pero ¿es el alcohol el culpable? ¿O quizás los aeropuertos tienen algo que hace que nos comportemos de manera diferente? Echemos un vistazo a la psicología.

Expectativas, estrés y ansiedad. Muchos veraneantes a punto de viajar sienten que su aventura comienza en el aeropuerto, lo que les hace llegar a ellos en un estado de ánimo diferente al habitual, ansiosos por comenzar días de hedonismo y relax. En el extremo opuesto, hay quienes sienten ansiedad por volar, lo que puede hacer que actúen de forma inusual o que se refugien en el alcohol.

El ruido y las multitudes de los aeropuertos tampoco ayudan. Como revelan estudios recientes de psicología ambiental, los seres humanos somos muy sensibles a nuestro entorno inmediato y podemos sentirnos fácilmente saturados por factores estresantes como las multitudes y el ruido.

El estrés y la ansiedad producen irritabilidad, tanto de forma temporal como permanente, lo que nos hace más propensos a enfadarnos y experimentar arrebatos de ira.

En tierra de nadie. En mi opinión, también debemos considerar el aeropuerto desde una perspectiva psicogeográfica, es decir, teniendo en cuenta el efecto de los lugares en las emociones y el comportamiento de las personas, en particular en los entornos urbanos.

En las culturas celtas, se habla de “lugares delgados” para referirse a bosques o arboledas sagradas donde la línea divisoria entre el mundo material y el espiritual es muy, muy fina. En los lugares delgados estamos entre dos reinos, ni completamente en un lugar ni en otro.

En el mundo tecnológico moderno, los aeropuertos también pueden verse como “lugares delgados”, zonas donde los límites se desvanecen. Entre otras cosas porque, literalmente, las fronteras nacionales se disuelven.

Una vez que pasamos por los controles de seguridad, entramos en una tierra de nadie, entre países. El concepto de lugar se vuelve, por lo tanto, confuso.

De manera similar, el concepto de tiempo se diluye. Cuando subimos a un avión nos encontramos en un espacio limítrofe entre dos zonas horarias, a punto de dar un salto en el tiempo o incluso de regresar al pasado.

Algunos vuelos que cruzan los EE. UU., por ejemplo el que viaja de Atlanta a Alabama, aterrizan antes de la hora de salida. Perder nuestra sensación de control del tiempo puede convertirse en otra fuente de ansiedad.

Debido a la vaguedad del tiempo y el espacio, los aeropuertos pueden crear una sensación de desorientación. Después de todo, sabemos quiénes somos en relación con nuestras rutinas diarias y nuestros entornos familiares. Y también nos definimos en términos de nacionalidad. Sin esos marcadores, podemos sentirnos a la deriva, y esa desorientación temporal puede tener efectos perjudiciales

Mirando al futuro. En otro sentido, los aeropuertos son una zona donde el momento presente no es bienvenido. La atención de todos se dirige hacia el futuro, hacia sus vuelos y las aventuras que les esperan cuando lleguen a su destino. Este intenso enfoque en el futuro a menudo acarrea frustración, especialmente si los vuelos se retrasan.

Los límites personales también se vuelven fluidos. A la vez que comportamientos antisociales, los aeropuertos pueden albergar conductas prosociales, mediante las que extraños comparten sus planes de viaje y vacaciones, hablando con una intimidad inusual.

En tierra de nadie, no se aplican las inhibiciones sociales normales. Y el alcohol puede lubricar aún más esta cohesión.

Efectos liberadores. En el lado positivo, todo esto puede tener un efecto liberador para algunos de nosotros. Como señalo en mi libro Time expansion experiences (Experiencias de expansión en el tiempo), normalmente vemos el tiempo como un enemigo que nos roba los momentos de nuestras vidas y nos oprime con las fechas límite. Así que salir del tiempo, a veces, es una experiencia equivalente salir de la cárcel.

Lo mismo se aplica a la identidad. El sentido de identidad es importante para nuestra salud psicológica, pero puede llegar a ser limitante. Al igual que los actores que se ven obligados a interpretar el mismo personaje en una telenovela semana tras semana, disfrutamos de la seguridad de nuestros papeles, pero anhelamos ponernos a prueba y superarnos con nuevos retos.

Así que salir de nuestras rutinas y entornos habituales resulta estimulante. Lo ideal es que la libertad que comienza en el aeropuerto continúe a lo largo de nuestras aventuras en el lugar de destino.

Sin embargo, es mejor que sea una libertad sobria. De acuerdo con las teorías del psicólogo Sigmund Freud, lo que nos sucede en los aeropuertos podría interpretarse como un cambio de nuestro ego civilizado a la parte primitiva e instintiva de la psique, que Freud llamó el ello, donde se ubican nuestros deseos e impulsos, que exige gratificación instantánea.

Fuera de las restricciones normales, algunos veraneantes permiten que su ello se exprese en cuanto pasan por el control de seguridad. Y si se embriagan, ese ello es susceptible de causar estragos.

Prohibir el alcohol en los aeropuertos puede parecer draconiano. Pero, dado que hay tantos factores que fomentan el comportamiento antisocial, es difícil pensar en otra solución. En una situación en la que se diluyen los límites, lo que puede conducir al caos, poner un límite legal puede ser la única esperanza.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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Kaiser, el Boric de la derecha. Patricio Navia. El Líbero

 

                                                 KAISER, EL BORIC DE LA DERECHA

Patricio Navia – El Líbero, 14/02/2025

 

El rápido ascenso de Johannes Kaiser en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de noviembre de 2025 es ciertamente noticioso, pero no debiera ser demasiado sorprendente.

Hace cuatro años, un candidato de características similares a las de Kaiser, pero del extremo político opuesto, comenzó a subir como la espuma cuando anunció su intención de lanzarse a la carrera presidencial.

Aunque defienden posiciones ideológicamente opuestas, Gabriel Boric y Johannes Kaiser se parecen en muchas otras dimensiones que son importantes para lograr viabilizar una candidatura presidencial.

Kaiser ha venido a sembrar dudas sobre la viabilidad de la candidatura de Evelyn Matthei, el escenario que hasta hace poco la derecha veía como lo más probable, tranquilizador y seguro.

Aunque correrá mucha agua bajo el puente antes de que se terminen de definir las candidaturas que competirán por llegar a La Moneda, es innegable que, hoy por hoy, el candidato presidencial del que más se habla es Johannes Kaiser.

Kaiser y Boric se parecen en muchas dimensiones. Ambos vivieron sus años formativos en el sur de Chile y crecieron en familias poco tradicionales donde las madres no ocupaban el rol que comúnmente tienen las madres chilenas.

Siendo inteligentes, nunca lograron encajar exitosamente en el sistema educacional chileno. Ni Kaiser ni Boric terminaron sus carreras universitarias. Ambos tuvieron una historia de vida caracterizada por el rupturismo y la disrupción. Kaiser, padre de tres hijos, actualmente está casado con la madre de su tercer hijo. Boric nunca ha estado casado y está a punto de ser padre.

Pero mientras Boric canalizó su rebeldía hacia ideales de izquierda extrema, Kaiser fue un rebelde que abrazó ideales de derecha extrema. Si bien Kaiser es 10 años mayor que Boric (el diputado derechista acaba de cumplir 49 años, Boric por su parte recién celebró los 39 años), ambos pertenecen a una generación que sabe más de años de crecimiento y desarrollo que de años de estancamiento y crisis.

Gabriel y Johannes tienen una especial habilidad para comunicar mensaje y un incuestionable carisma. Ambos están convencidos de que sus cosmovisiones son las correctas y que el resto del país estaría mucho mejor si abrazaran los mismos principios y valores que ellos abrazan.

Los dos creen tener la receta para que el país logre retomar el buen camino del desarrollo sostenible y la creación de riqueza. Los dos creen que los que no piensan como ellos están profundamente equivocados. Peor aún, ambos están convencidos de que aquellos que, compartiendo sus respectivos domicilios ideológicos, tienen visiones más moderadas no sólo están equivocados, sino que hacen un profundo daño a las prístinas causas de sus respectivos sectores.

Hace cuatro años, Boric se alzó como exitoso candidato prometiendo un recambio generacional de corte fundacional. Cuando ganó las primarias de julio de 2021, Boric declaró que, así como Chile había sido la cuna del neoliberalismo, también sería su tumba.

Hoy, Kaiser lidera una campaña que busca enterrar de una buena vez los trasnochados sueños estatistas que existen en el país, especialmente en esa izquierda que personifica Boric. Así como Boric creía que su misión en la política era sepultar el neoliberalismo, Kaiser cree ser un enviado que viene a enterrar el estatismo.

Es cierto que Gabriel y Johannes están en polos ideológicos opuestos. Pero la forma en que ambos se comunican con sus electores, el estilo rupturista que cultivan ambos respecto a sus propios sectores, la convicción profunda de que el país necesita un cambio radical, y la capacidad para convencer a muchos de que ellos son los llamados para liderar ese cambio hacen imposible desconocer las similitudes entre ambos.

En 2021, el país pedía un cambio profundo y la izquierda supo responder mucho mejor que la derecha a esa demanda popular. Hoy, los chilenos también parecen querer un cambio profundo.

Como gobierna la izquierda, la demanda por cambio bien pudiera terminar alimentando el apoyo a una oferta que represente exactamente lo opuesto a lo que defiende el gobierno hoy. Eso representa una gran oportunidad para Kaiser.

Pero como la gente también aprende de sus errores, al menos en el corto plazo (en el largo plazo muchos vuelven a tropezar con la misma piedra), el estilo rupturista de Kaiser pudiera recordar a muchos que, la última vez que votaron por un candidato rupturista, las cosas no cambiaron para mejor.

Si tenemos suerte, el país pudiera estar ya inmune al rupturismo. Si, en cambio somos como el resto del mundo, la gente bien pudiera creer que otro tipo de rupturismo funcionará después que el primer intento rupturista fracasó.

Es un error minimizar el apoyo que está generando Kaiser como candidato presidencial. Entre sus simpatizantes y detractores, Kaiser genera más interés e intensidad que lo que generan otros presidenciables, como José Antonio Kast, Evelyn Matthei o Carolina Tohá.

Todavía falta mucho para la elección de noviembre, pero mientras Kaiser genera interés, otras candidaturas están estancadas en pantanos de aburrimiento y desinterés.

Precisamente porque el electorado todavía no está poniendo demasiada atención a la próxima elección presidencial, el entusiasmo que genera Johannes Kaiser en un electorado más bien apático y despreocupado lo convierten en una amenaza real y sumamente peligrosa para la candidatura de Evelyn Matthei.

Kaiser ha venido a sembrar dudas sobre la viabilidad de la candidatura de Evelyn Matthei, el escenario que hasta hace poco la derecha veía como lo más probable, tranquilizador y seguro.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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Baquedano… una Derrota Vergonzosa. Cristián Labbé Galilea

 

                                                    Baquedano… una Derrota Vergonzosa

Cristián Labbé Galilea

Imposible negarlo, han sido noches estivales de largos desvelos. Si bien el desvelo puede ser ocasionado por algo positivo, apasionante o motivador, como escribir algo original o creativo, también puede ser causado por algún impacto emocional negativo, transformándose en una batalla silenciosa entre el deseo de descansar y la mente que se niega a enmudecer; esto último es lo que le ha ocurrido a esta pluma a raíz del “caso Baquedano”.

Los detalles son por todos conocidos, el monumento del insigne General y la Tumba del Soldado Desconocido no vuelven al lugar donde estuvieron desde 1928 y del que fueron removidos en mayo del 2021. Así lo informó la Subsecretaria del Patrimonio Cultural y Presidente del Consejo de Monumentos Nacionales, la misma que, en varias fotografías, aparece desafiante con el puño en alto sobre el plinto donde se encontraba la escultura ecuestre de Diego de Almagro que, al igual que 1300 (si, 1300) bienes patrimoniales, fue vandalizada por el octubrismo el 2019.

¿Qué patriota o qué simple ciudadano puede evitar desvelarse al conocer esta ignominia y humillación a uno de los héroes más importantes de nuestra historia, y al reconocimiento que el país otorga a aquellos desconocidos soldados que dieron su vida por la libertad y grandeza de la patria?… ¡Nadie!

Para nadie puede ser fácil conciliar el sueño al enterarse de esta decisión que el Consejo de Monumentos justifica señalando obedecer a una solicitud del MOP y por recomendaciones del sector Defensa, agregando además que, “con mucho respeto”, han canalizado la solicitud del Ejército, quien habría presentado tres lugares para su reubicación, teniendo en consideración que un nuevo emplazamiento debe asegurar la preservación y dignidad del monumento. ¡Increíble por decir lo menos!

Lo que estamos viviendo en estos días es algo más que un insomnio. Es una verdadera pesadilla, que refleja nuestra profunda preocupación al ver cómo se consolida, en nuestra realidad un “movimiento contracultural” dirigido por la izquierda más radical, a vista y paciencia de una oposición encapsulada en intereses que no se condicen con su responsabilidad de volver al país al cauce de bienestar y progreso que en algún momento lo transformó en un faro de la Sociedad Libre.

Son muchas las reflexiones que a esta pluma le asaltan durante sus desvelos, ocasionados al comprobar que no hay reacción adecuada a la gravedad de los hechos en curso, incluso al estar estos al margen de la ley, porque el Consejo (CMN) carece de facultades para resolver por sí solo sobre la suerte del Monumento en cuestión.

Por último, esta pluma se pregunta: ¿Cómo va a ser posible que se pierda la batalla por volver a Baquedano y al Soldado desconocido al lugar de donde nunca debieron salir? ¿Cómo va a ser posible que no sólo se trate de una derrota (porque las hay que fueron determinantes para un futuro de gloria, como Rancagua, la Termópilas, etc.), sino que se trate de “una derrota vergonzosa”, poniendo en entredicho el honor de un Ejercito “siempre vencedor y jamás vencido”?

Coincidirán mis patrióticos contertulios con que hay… ¡Razones hay para estar desvelado!

 

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Francisco Bartolucci habla del Santiaguillo y del descubrimiento de Valparaíso.

 

                                                                                     Bartolucci habla del Santiaguillo y del descubrimiento

                                                                       de Valparaíso

 

El 12 de octubre de 1986, Valparaíso fue testigo de un espectáculo sinigual,  el arribo de la carabela Santiaguillo II. Era la replica de la primera nave que llegó a esta bahía en 1536 como apoyo a la expedición de Diego de Almagro. La llegada de la Santiaguillo II, fue el evento principal de la celebración de los 450 años del descubrimiento de Valparaíso. Evento organizado por la Municipalidad, siendo su alcalde Francisco Bartolucci.

Los invitamos a ver este interesante video sobre la historia del Santiaguillo y de Valparaíso

https://youtu.be/VL8LNRtkiis?si=vMP4lujXQQZtt75S

Un aporte de nuestro director V Región Francisco Alomar
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A propósito de Baquedano. Jorge Villarroel Carmona

 

                        A propósito de Baquedano

Con tan solo 14 años de edad, escondido como polizón se trasladó en una de las naves que transportaba al Ejército desde Valparaíso al Callao. Cuando fue sorprendido por su padre a la sazón comandante de Cazadores, se le prohibió acercarse a la unidad empeñada en la guerra contra la confederación Perú Boliviana. No obstante, en esa corta edad obtiene su bautizo de fuego en la batalla de Yungay. De ahí en adelante se enroló en el Ejército.

Ya como General de brigada en 1879 fue movilizado en la Guerra del Pacífico al mando de la caballería. Se destacó el 22 de marzo de 1880 en el combate de los Ángeles, que le valió ser nombrado como general en jefe. En esa condición solamente obtuvo victorias en las batallas de Tacna, Arica, Chorrillos y Miraflores.

De regreso a Chile, se acogió a retiro, rechazó la candidatura a presidente, se le otorgó el rango de General en Jefe en Campaña para el resto de su vida; fue parlamentario y se concentró en ayudar a quienes fueron sus soldados en la guerra del Pacífico, dejó un día a la semana para desayunar con éstos en el mercado central.

En la guerra civil de 1891, no tomó partido por ningún bando, fue tan intachable que Balmaceda antes de refugiarse en la Legación Argentina le pidió asumir en su reemplazo como Presidente provisional, nombramiento que aceptó.

Dejó en su testamento como herencia entre otros, para las viudas de quienes combatieron.

En su lápida dice: “Aquí yace Manuel de Jesús Baquedano González, caballero de cuna, soldado de niño”

JORGE VILLARROEL CARMONA
Presidente del Círculo Ignacio Carrera Pinto
Academia de Historia Militar

Nota del Editor: Carta enviada al Director

 

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