Columna de Opinión

“DÍA DEL RESERVISTA” mensaje del Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Ricardo Martínez Menanteau

“DÍA DEL RESERVISTA” mensaje del Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Ricardo Martínez Menanteau, Portal Institucional, 05/09/2020
Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión
Al celebrarse el 5 de septiembre en todas las unidades militares del país, el “Día del Reservista”, saludo afectuosamente a cada uno de los hombres y mujeres reservistas de la institución, y junto con ello, les expreso lo importante que es para el Ejército de Chile su activa vinculación y participación con las Unidades Base de Movilización y Centros de Reservistas, instancias a través de las cuales expresan en los hechos, la unión imperecedera- física y espiritual- que mantienen con el Ejército.
Al celebrarse el 5 de septiembre en todas las unidades militares del país, el “Día del Reservista”, saludo afectuosamente a cada uno de los hombres y mujeres reservistas de la institución, y junto con ello, les expreso lo importante que es para el Ejército de Chile su activa vinculación y participación con las Unidades Base de Movilización y Centros de Reservistas, instancias a través de las cuales expresan en los hechos, la unión imperecedera- física y espiritual- que mantienen con el Ejército.
Tal es la importancia de la Reserva, que el Estado de Chile, desde sus inicios, ha regulado su estructura orgánica, equipamiento y preparación y ha incentivado la participación de los ciudadanos para salvaguardar los intereses de la nación.
Así fue protocolizado en las instrucciones de la Primera Junta de Gobierno, en las disposiciones legales y reglamentarias para el Ejército de 1817; en la Constitución Política de 1828; en las disposiciones para la movilización durante la Guerra del Pacífico; en la Ley 1.362 de 5 de Septiembre de 1900 “Reclutas y Remplazos del Ejército y la Armada” y en el Decreto Ley 2.306 de fecha 2 de Agosto de 1978, documentos que han permitido que la Reserva Militar, cuando ha sido requerida, contribuya de manera importante a la consecución de los objetivos nacionales.
La gloriosa historia nacional da cuenta fehaciente que miles de chilenos, de la más variada condición y procedencia, fueron movilizados como reservistas para integrarse a las unidades militares, cooperando así a que Chile y, particularmente su Ejército, enfrentara en mejores condiciones los conflictos y crisis que han marcado el devenir de nuestro desarrollo.
Es por ello, que sin lugar a dudas, podemos afirmar que los Reservistas han contribuido significativamente al engrandecimiento del país y del Ejército. Inicialmente hombres y posteriormente mujeres han entregado sus mejores capacidades, talento y energía al servicio de Chile y de los chilenos, constituyéndose en un segmento indispensable, cuyo potencial y valor, hoy al igual que ayer, es decisivo para la Institución.
Cada reservista es un valioso soldado que está imbuido de los valores y tradiciones propias del Ejército de Chile al cual pertenecen por derecho propio.
Valoramos, asimismo, el esfuerzo que realizan al combinar el ejercicio de sus profesiones y oficios con el necesario entrenamiento militar individual y colectivo, única forma de constituirse en un efectivo aporte para que la institución pueda completar sus dotaciones en la paz, aumente el grado de alistamiento y disponibilidad de la fuerza durante la crisis o emergencias, y sostenga el esfuerzo de las operaciones militares de la más variada índole.
En esta fecha tan especial y cuando muchos se encuentran participando activamente en el esfuerzo institucional para enfrentar la pandemia producida por el COVID-19, les reitero que son parte esencial de la fuerza y patrimonio de nuestro querido Ejército y, reiterándoles mi reconocimiento y gratitud por el valioso trabajo y aporte que realizan, los insto a que en sus respectivos ámbitos de desempeño en la sociedad, colaboren en la tarea de hacer del Ejército de Chile, una institución cada vez más querida, respetada y valorada y de todos los chilenos.

Con un fraternal abrazo.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

Apruebo y Rechazo: Trampa constitucional

Apruebo y Rechazo: Trampa constitucional
Las opiniones vertidas en esta columna de opinión son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión
Cartas al Director por Adolfo Paul
          Me resisto a creer que la mayoría de los chilenos no se esté dando cuenta que el proceso constituyente en curso es un arma de la democracia que, conjuntamente con la violencia, está siendo utilizada por quienes pretenden destruir la democracia.
También me resisto a creer que la mayoría de los chilenos no se haya dado cuenta que este proceso ha sido impulsado por sectores políticos de izquierda que pretenden cambiar la actual institucionalidad que nos rige, propia de una sociedad libre, por otra de orientación colectivista, igualitarista y estatista; un sistema que lleva en si el germen del totalitarismo.
Quienes impulsan este proceso pretenden introducir cambios profundos en la estructura política, social y económica de nuestra comunidad nacional lo que es, por definición, un proceso revolucionario.
Publicada en El Austral de Osorno el 16 de agosto de 2020 y en El Mercurio de Calama el 19 de agosto de 2020.
 
Apruebo y Rechazo
          En el Apruebo y Rechazo se enfrentan dos visiones de sociedad. La de la actual institucionalidad que nos rige, propia de una sociedad libre, con otra impulsada por sectores políticos de izquierda de orientación colectivista, igualitarista y estatista, la que lleva en si el germen del totalitarismo.
Quienes impulsan el proceso constituyente en curso pretenden introducir cambios profundos en la estructura política, social y económica de nuestra comunidad nacional lo que es, por definición, un proceso revolucionario.
Publicada en el Diario Austral de Valdivia el 17 de agosto de 2020.
Prescindencia benévola
 El  Presidente quiere cambiar la Constitución.
Enviada a varios diarios el 19 de agosto de 2020.
 
 
Por el Rechazo
La presidente de la UDI Jacqueline van Rysselberghe declaró “no me gusta pautear al Presidente, pero me encantaría que dijera que está por el Rechazo”. Aparentemente ella no se enteró que éste ya se pronunció por el Apruebo el día 18 de agosto, durante una actividad en el santuario del Padre Hurtado, cuando dijo “estoy convencido de que todos los chilenos queremos cambiar, perfeccionar y modernizar nuestra Constitución”.
 
Enviada a varios diarios el 22 de agosto de 2020.
 
Dos polos frente al plebiscito
          En una carta publicada en un diario de Santiago una lectora pregunta: ¿Quién me aclara por qué si gana el Rechazo es triunfo de la derecha y si lo hace el Apruebo el triunfo es de la izquierda? Aun cuando no es preciso aclarar algo evidente, cabría responder que han sido los sectores políticos de izquierda los que durante la última década han estado promoviendo insistentemente el cambio de la Constitución Política de 1980 mediante una Asamblea Constituyente.
Tales sectores políticos pretenden cambiar la actual institucionalidad que nos rige, propia de una sociedad libre, por otra de orientación colectivista, igualitarista y estatista; la que lleva en sí el germen del totalitarismo.
Quienes impulsan el proceso constituyente pretenden introducir cambios profundos en la estructura política, social y económica de nuestra comunidad nacional lo que es, por definición, un proceso revolucionario.
Publicada en El Austral de Temuco y en el Diario Austral de Valdivia el 24 de agosto de 2020. También en El Mercurio de Antofagasta y en el de Calama el 27 de agosto de 2020, bajo el título “Frente al plebiscito”. Y en El Sur de Concepción el 27 de agosto de 2020, bajo el título “Plebiscito”.
Polarización
          El proceso constituyente en curso ha polarizado nuevamente a los chilenos en dos bandos inconciliables; entre quienes optan por el Rechazo y quienes optan por el Apruebo.
          En el primero están las personas más conservadoras, afines a los sectores políticos de derecha, que pretenden mantener la actual institucionalidad o modelo de sociedad que nos rige, propio de una sociedad libre y responsable; y, en el segundo, las personas proclives a los sectores políticos de izquierda, que durante la última década han estado promoviendo insistentemente el cambio de la Constitución Política de 1980 mediante una Asamblea Constituyente y que pretenden sustituir la actual institucionalidad por otra de orientación colectivista, igualitarista y estatista; la que lleva en sí el germen del totalitarismo.
Quienes impulsan el proceso constituyente pretenden introducir cambios profundos en la estructura política, social y económica de nuestra comunidad nacional lo que es, por definición, un proceso revolucionario.
Publicada en El Austral de Temuco y en el Diario Austral de Valdivia el 24 de agosto de 2020, y en el Diario Austral de Valdivia el 26 de agosto de 2020. También el 24 de agosto de 2020 en El Diario de Atacama bajo el título “Plebiscito”.
 
 
 
Dos tercios
Joaquín Lavín Infante en su columna de ayer, titulada “Gobierno de convivencia nacional”, dice que la escritura en conjunto de una nueva Constitución “con la aprobación de al menos dos tercios de los integrantes de la Convención” será mucho más que un ordenamiento institucional distinto. Ella representará “la mirada y la manera de sentir de Chile de esos dos tercios que concurrieron a esos acuerdos” y una gran oportunidad para salir de nuestras trincheras integrando diferentes visiones para lograr un objetivo común.
No soy tan optimista. Por el contrario, pienso que “la regla de los dos tercios” es una trampa que favorece a los sectores políticos de izquierda —que son los que durante la última década han estado promoviendo insistentemente el cambio de la Constitución Política de 1980 mediante una Asamblea Constituyente— y no asegura que una eventual nueva Carta Fundamental logre plasmar acuerdos en materias de gran importancia y que afectan considerablemente la vida de millones de chilenos.
Con dicha regla las disposiciones que no alcancen los dos tercios no quedarán incorporadas en el nuevo texto constitucional y pasarían a ser materia de ley ordinaria las que solo requieren mayoría simple; lo que podría ocurrir con normas tan importantes como las relativas al derecho a la vida del que está por nacer, a la independencia del Banco Central, al Tribunal Constitucional, a desarrollar cualquier actividad económica, al derecho de propiedad, a la libertad de enseñanza, al derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, a la libertad de expresión o a los quórum supramayoritarios para aprobar o modificar leyes que traten sobre derechos o garantías fundamentales.
Enviada a El Mercurio de Santiago el 25 de agosto de 2020.
 
Un tercio más uno
          Efectivamente, como señala el lector Juan José Ríos Gómez-Lobo en su carta de ayer, titulada “Entrevista a Pablo Longueira”, si la Constituyente quedare con un tercio más uno en manos de los sectores políticos más izquierdistas, serán rechazadas todas las ideas de nuestro sector, propias de una sociedad libre y responsable.
¿Qué pasaría en tal caso? Todas las normas que no alcancen el quórum de los dos tercios pasarían a ser materia de ley ordinaria, las que solo requieren mayoría simple para su aprobación; lo que podría ocurrir con las relativas al derecho a la vida, a la autonomía del Banco Central, al Tribunal Constitucional, a las actividades económicas, al derecho de propiedad, a la libertad de enseñanza, al derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, a la libertad de expresión, al estatuto de las Fuerzas Armadas y de Orden, a los quórum supramayoritarios para aprobar leyes que traten sobre derechos o garantías fundamentales e, incluso, al sistema de gobierno.
          El exsenador Longueira, al optar por el “Apruebo, pero no de cero” —lo que nadie garantiza, pues si ganase el Apruebo estaríamos partiendo de “una hoja en blanco”— está actuando de buena fe pero con ingenuidad y pensando que va a prevalecer la racionalidad; racionalidad que no hemos visto en estos últimos meses.
Enviada a El Mercurio de Santiago el 31 de agosto de 2020.
Trampa constitucional
          La disposición de nuestra Carta Fundamental que establece que “la Convención deberá aprobar las normas por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio” (art. 133) no asegura —como aparenta— que una eventual nueva Constitución plasmaría acuerdos mayoritarios en materias trascendentales. Tal disposición es, en realidad, una trampa que favorece a los sectores políticos de izquierda, que son los que durante la última década han estado promoviendo el cambio de la Constitución Política mediante una Asamblea Constituyente, a fin de instaurar “el otro modelo” o “el régimen de lo público” (eufemismos de Estado socialista).
Con dicha disposición las normas que no alcancen los dos tercios no quedarían incorporadas en el nuevo texto constitucional y pasarían a ser materia de ley ordinaria las que solo requieren mayoría simple para su aprobación; lo que podría ocurrir con materias tales como las relativas al derecho a la vida, a la autonomía del Banco Central, al Tribunal Constitucional, al desarrollo de cualquier actividad económica, al derecho de propiedad, a la libertad de enseñanza, al derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, a la libertad de expresión, al estatuto de las Fuerzas Armadas y de Orden o a los quórum supramayoritarios para aprobar leyes que traten sobre derechos o garantías fundamentales e, incluso, al sistema de gobierno.
 
Publicada en el Diario Constitucional el 26 de agosto de 2020. También en El Sur de Concepción el 1 de septiembre de 2020, bajo el título “Trampa”.
Pablo Longueira
            El exsenador Pablo Longueira, al optar por el “Apruebo, pero no de cero” —lo que nadie garantiza, pues si ganase el Apruebo estaríamos partiendo de “una hoja en blanco”— está actuando de buena fe pero con ingenuidad y pensando que va a prevalecer la racionalidad.
¿Qué pasaría si la Constituyente quedare con un tercio más uno en manos de los sectores políticos más izquierdistas? Sería rechazada la mayoría de las ideas propias de una sociedad libre y responsable y todas las normas que no alcanzaren el quórum de los dos tercios pasarían a ser materia de ley ordinaria, las que solo requieren mayoría simple para su aprobación; lo que podría ocurrir con las relativas al derecho a la vida, a la autonomía del Banco Central, al Tribunal Constitucional, a las actividades económicas, al derecho de propiedad, a la libertad de enseñanza, al derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, a la libertad de expresión, al estatuto de las Fuerzas Armadas y de Orden, a los quórum supramayoritarios para aprobar leyes que traten sobre derechos o garantías fundamentales e, incluso, al sistema de gobierno.
En tal caso y considerando que los sectores de izquierda son mayoría en el Congreso, no tendrían obstáculo alguno para instaurar “el otro modelo” o “el régimen de lo público”, que son los eufemismos de “Estado socialista” utilizados por tales sectores.
Publicada en El Mercurio de Calama y en el Diario Austral de Valdivia el 1 de septiembre de 2020. También en El Mercurio de Valparaíso el 2 de septiembre de 2020, bajo el título “Inquietudes”.
 
Estado socialista ad portas
Los sectores políticos de izquierda, a fin de cambiar la actual institucionalidad política, económica y social que nos rige, han promovido activamente el cambio de la Constitución mediante una Asamblea Constituyente. Con el proceso constituyente en curso están a punto de lograrlo. Para ello bastaría que, en caso de que ganase el Apruebo, tales sectores quedaren con un tercio más uno de los constituyentes.
En tal eventualidad serían excluidas del texto constitucional las materias que se opongan al ideario de tales sectores y que no alcanzaren el quórum de dos tercios, las que pasarían a ser objeto de leyes ordinarias que requieren mayoría simple para su aprobación. Ello podría ocurrir con materias tan importantes tales como las relativas al derecho a la vida, a la autonomía del Banco Central, al Tribunal Constitucional, a la libertad económica, al derecho de propiedad, a la libertad de enseñanza, al derecho preferente de los padres para educar a sus hijos, a la libertad de expresión, al estatuto de las Fuerzas Armadas y de Orden, a los quórum supramayoritarios e, incluso, al sistema de gobierno.
Considerando que los sectores de izquierda son mayoría en el Congreso, no tendrían obstáculo alguno para instaurar “el otro modelo” o “el régimen de lo público” que propugnan, eufemismos de “Estado socialista”.
Las personas de buena fe que piensan votar Apruebo —con lo que la nueva Constitución sería redactada “partiendo de una hoja en blanco”— actúan con ingenuidad y pensando que va a prevalecer la racionalidad.
Publicada en El Día de La Serena el 2 de septiembre de 2020.
 
El otro modelo
Salvo que ocurra un milagro, Chile se encuentra ante un inexorable destino: convertirse en una república socialista.
          Los sectores de izquierda, cuyo paradigma político es el socialismo, son los que durante los últimos años han venido promoviendo, tenazmente, el cambio de la Constitución mediante una Asamblea Constituyente a fin de cambiar la institucionalidad política, económica y social que actualmente nos rige. Con el proceso constituyente en curso están a punto de lograrlo. Para ello bastaría que, en caso de que ganase el Apruebo, tales sectores quedaren con un tercio más uno de los constituyentes.
En tal eventualidad serían excluidas del nuevo texto constitucional importantes materias contempladas en la actual Carta Fundamental que se opongan al ideario de tales sectores y que no alcanzaren el quórum de dos tercios, las que pasarían a ser objeto de leyes ordinarias que requieren mayoría simple para su aprobación.
Considerando que los sectores de izquierda son mayoría en el Congreso, no tendrían obstáculo alguno para instaurar “el otro modelo” o “el régimen de lo público” que propugnan, eufemismos de “Estado socialista”.
Las personas de buena fe que están inclinadas a votar Apruebo actúan con ingenuidad, pensando que va a prevalecer la racionalidad y que serán mantenidas las normas esenciales de una sociedad libre y responsable.
Enviada a varios diarios el 3 de septiembre de 2020.
 
Vendedores de ilusiones
Una cualidad de los líderes políticos es la capacidad de persuadir a las personas ofreciéndoles un futuro posible mejor; es decir, alimentándolas con esperanza. La esperanza es un estado de ánimo optimista basado en la confianza de que se alcanzará lo que se desea. Los políticos han inventado un sucedáneo de la esperanza; una representación imaginaria que no corresponde a la realidad: es la ilusión, una esperanza sin fundamento, una expectativa engañosa.
Los líderes políticos se han convertido en vendedores de ilusiones, las que pasado un tiempo se reconocen como falsas esperanzas, como la que actualmente están vendiendo: que una nueva Constitución remediará los males de Chile.
          Al respecto se nos vienen a la mente dos pensamientos célebres: “quien engaña siempre encuentra a alguien que se deja engañar” (Maquiavelo) y  “es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada” (Mark Twain).
Enviada a varios diarios el 4 de septiembre de 2020.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

Identidad chilena: Violencia rural y principio de proporcionalidad Cartas al Director por Adolfo Paul

Identidad chilena: Violencia rural y principio de proporcionalidad
Cartas al Director por Adolfo Paul
Autotutela
En relación con la carta de Miguel A. Vergara Villalobos publicada ayer, bajo el título “La Araucanía en llamas”, cabría comentar que la renuncia, ausencia, postración o incapacidad —material o moral— del Estado para cumplir con su obligación esencial, que es la conservación del orden público, incentiva a los ciudadanos a hacer justicia por mano propia (autotutela) lo que el derecho repudia por representar la negación de la justicia en una sociedad civilizada.
Publicada en La Tercera el 5 de agosto de 2020.
 
Autotutela
El subsecretario del Interior Juan Francisco Galli condenó la autotutela. Lamentablemente la renuncia, ausencia, postración o incapacidad del Gobierno —ya sea material o por falta de voluntad política— para cumplir su obligación esencial, que es la conservación del orden público, incentiva a los ciudadanos a tomar la justicia por la propia mano; lo que el derecho repudia por representar la negación de la justicia en una sociedad civilizada.
Publicada el 5 de agosto de 2020 en El Diario de Atacama, en El Austral de Temuco y el Diario Austral de Valdivia. También en El Llanquihue de Puerto Montt el 7 de agosto de 2020, bajo el título “Ciudadanía y autotutela”. Y en El Mercurio de Antofagasta y en el de Calama el 8 de agosto de 2020.
 
Identidad chilena
Nuestra identidad nacional está influenciada por la cultura y lenguaje araucanos, así como lo está por la de los españoles que en el siglo XVI nos trajeron su civilización y por las de los inmigrantes llegados posteriormente de otras latitudes.
En nuestra patria se ha dado un entrecruzamiento de hombres y de pueblos que han convergido, convivido y compartido una suerte común, lo que ha producido un alto grado de mestizaje y de homogeneidad cultural. La nación chilena la hemos construido entre todos. Somos todos chilenos. No hay razones que justifiquen una discriminación entre chilenos por el origen de sus ancestros: indígenas, europeos, árabes, asiáticos u otros.
Al respecto cabría señalar que el Director Supremo Bernardo O’Higgins, en un decreto firmado el 3 de junio de 1818 bajo el título “Denominación de chilenos”, concluía con la siguiente frase: “entendiéndose que respecto de los indios, no debe hacerse diferencia alguna, sino denominarlos chilenos”.
Publicada en El Austral de Temuco el 7 de agosto de 2020.También en El Sur de Concepción, el 13 de agosto de 2020, bajo el título “Identidad”.
 
Disuasión
 
Hay quienes piensan que con la sola presencia de policías o de militares fuertemente armados es posible disuadir a personas o grupos dispuestos a cometer graves tropelías. Ello no es así. La disuasión es un efecto psicológico que se logra mediante la amenaza de un daño que el agresor no está dispuesto a aceptar y que los beneficios que espera lograr si actúa no compensarían los daños que podría sufrir. La disuasión consiste en hacer temer al enemigo su propia victoria.
Para que el efecto disuasivo se produzca es esencial que el disuasor cuente con la capacidad material para cumplir su amenaza y con la voluntad o capacidad moral para llevarla a cabo.
Si quienes están dispuestos a cometer graves atentados saben que los policías o militares tienen prohibido usar sus armas de fuego o que no se van a atrever a emplearlas —por el temor a que si lo hicieren serían encarcelados por “violar los derechos humanos”— no solo van a cometerlos sino que se van a burlar de ellos, puesto que al no constituir una amenaza real no tienen capacidad disuasiva o represiva alguna y quedan reducidos a la calidad de meros espantajos.
Eso es lo que ocurre actualmente con nuestros militares, que están sometidos a una Reglas de Uso de la Fuerza tan extremadamente restrictivas que los incapacitan para controlar o reprimir a quienes cometen actos terroristas, vandálicos o de violencia insurreccional.
Publicada en El Austral de Temuco el 8 de agosto de 2020. También en El Diario de Atacama el 13 de agosto de 2020.
 
Las cosas por su nombre
Las cosas son lo que son y no lo que se dice que son.
Se dice que en las regiones de La Araucanía existe “violencia rural”, en circunstancias que lo que existe es una “guerra de guerrillas”; una estrategia militar llevada a cabo por pequeños grupos de combatientes armados que ejecutan actos de carácter terrorista y otros hechos de enorme violencia. No se trata de algo parecido a la guerra, es guerra de verdad y debe ser tratada como tal. Ella debe ser enfrentada por fuerzas militares que empleen todo su potencial y bajo las reglas de tiempo de guerra; no por fuerzas policiales restringidas en el uso de la fuerza por protocolos diseñados para controlar a delincuentes comunes en tiempos de paz.
Al respecto, es preciso hacer presente que este tipo de guerra irregular es difícil de neutralizar gracias a la movilidad de los guerrilleros, al conocimiento del terreno, a su habilidad para diluirse entre la población civil y a su fácil dispersión en pequeños grupos y sin uniformes identificativos, lo que les permite operar de manera oculta y sorpresiva, moverse con rapidez y reunirse y dispersarse sin dejar rastro.
Publicada en el Diario Austral de Valdivia el 25 de agosto de 2020 y en El Austral de Temuco el 26 de agosto de 2020. También en El Austral de Osorno el 25 de agosto de 2020, bajo el título “Guerra de guerrillas”. Asimismo, el 29 de agosto de 2020 en El Sur de Concepción bajo el título “Por su nombre” (sin el último párrafo).
 
 
Violencia rural y principio de proporcionalidad
          ¿Hasta cuándo seguiremos calificando la guerrilla rural y los actos terroristas cometidos en el sur con el eufemismo “violencia rural”? Tales actos forman parte de una “guerra de guerrillas”; aquella estrategia militar llevada a cabo por pequeños grupos de combatientes armados que forman un verdadero ejército irregular. No se trata de algo parecido a la guerra, es guerra de verdad y debe ser tratada como tal.
La guerra de guerrillas debe ser enfrentada por fuerzas militares que empleen todo su potencial y bajo los métodos, reglas y procedimientos de tiempo de guerra; no por fuerzas policiales preparadas para restablecer el orden público y para controlar a delincuentes comunes en tiempos de paz y que están extremadamente restringidas en el uso de la violencia física legítima del Estado; limitación que se ve agravada por un equivocado concepto de la “proporcionalidad” en el uso de la fuerza.
La proporcionalidad supone que la fuerza se debe usar solo cuando no haya otra opción y que ella debe estar en proporción a la gravedad del delito y al objetivo legítimo que se persigue. Ella consiste en la respuesta a la pregunta: ¿cuánta fuerza utilizar? El uso de la fuerza es proporcional cuando el nivel de fuerza empleado para alcanzar el objetivo legal que se busca corresponde a la resistencia ofrecida y al peligro representado por las personas a las que se interviene o a la situación que se controla y, en casos extremos, justifica el empleo de medios letales. La desproporción en el uso de la fuerza no solo se puede predicar respecto de la que es excesiva para cumplir con un determinado fin —tales como la conservación del orden público y el resguardo de los derechos humanos y del Estado de Derecho; obligaciones esenciales del Estado— sino que también respecto de la que es insuficiente para lograrlo.
Un comentario final: para alcanzar el éxito en este tipo de guerra irregular las fuerzas militares del Estado deben estar en un relación de fuerzas del orden de 10 a 1 con respecto a las fuerzas paramilitares; puesto que los guerrilleros tienen las ventajas de su gran movilidad, el conocimiento del terreno, su habilidad para diluirse entre la población civil, y su actuación en pequeños grupos y sin uniformes identificativos, lo que les permite operar de manera oculta y sorpresiva, moverse con rapidez y reunirse y dispersarse sin dejar rastro.
 
Enviada a varios diarios el 29 de agosto de 2020.
 
Ley antiterrorista
          El senador Huenchumilla, refiriéndose a la violencia en la región de La Araucanía, declaró recientemente: “lo que ha fallado no es la ley, sino la gestión de las policías”.
Discrepo con tal aserto. La ley 18.314 que determina conductas terroristas y fija su penalidad sí ha fallado, pues exige probar un hecho subjetivo que se basa en los sentimientos de una persona, como lo es la intención de los imputados, algo que no se puede probar. Tal exigencia hace prácticamente imposible condenar a quienes cometen actos terroristas. En efecto, el artículo 1º de dicha ley establece: “Constituirán delitos terroristas los enumerados en el artículo 2º, cuando el hecho se cometa ‘con la finalidad’ de producir en la población o en una parte de ella el temor…”.
Hechos tales como la instalación de artefactos explosivos, quemar vivas a personas, incendiar casas, escuelas, iglesias, vehículos o maquinarias, sin que tales actos vayan en beneficio económico de quienes los cometen, son hechos objetivos que constituyen per se una conducta terrorista.
Publicada en El Austral de Valdivia el 31 de agosto de 2020. También en El Mercurio de Valparaíso y en El Austral de Temuco el 3 de septiembre de 2020.
 
 
Guerra de guerrillas
Desde hace varias décadas La Araucanía y regiones aledañas están siendo asoladas por ataques terroristas, eufemísticamente denominados “violencia rural”. Quienes los realizan son grupos de combatientes organizados fuertemente armados, que forman un verdadero ejército y que utilizan una estrategia denominada “guerra de guerrillas”. No se trata de algo parecido a la guerra, es guerra de verdad y debe ser tratada como tal. Ella debe ser enfrentada por fuerzas militares que empleen todo su potencial, aplicando los procedimientos de tiempo de guerra; no por fuerzas policiales, que están preparadas para restablecer el orden público y para controlar la delincuencia en tiempos de paz.
Para alcanzar el éxito en este tipo de guerra irregular las fuerzas militares del Estado deben estar en un relación de fuerzas del orden de 10 a 1 con respecto a los guerrilleros; ya que estos tienen las ventajas de su gran movilidad, el conocimiento del terreno, su habilidad para diluirse entre la población civil, y su actuación en pequeños grupos y sin uniformes identificativos, lo que les permite operar de manera oculta y sorpresiva, moverse con rapidez y reunirse y dispersarse sin dejar rastro.

Publicada en El Mercurio de Calama el 3 de septiembre de 2020. También en El Austral de Temuco el 4 de septiembre de 2020.

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Presos políticos: Condena a inocente Cartas al Director por Adolfo Paul

Presos políticos: Condena a inocente
Cartas al Director por Adolfo Paul
Presos políticos
Diversas autoridades, en relación con los recientes acontecimientos en la región de La Araucanía, han declarado que “en Chile no hay presos políticos” y que las personas privadas de libertad lo están porque han cometido delitos y por resoluciones de los tribunales de justicia.
Tal aserto no es efectivo en el caso de los militares y policías privados de libertad puesto que lo están no en virtud de la aplicación de las leyes, sino que debido a sentencias que las atropellan por razones políticas. Ellos, en su gran mayoría, son inocentes de los delitos que les fueron imputados, están libres de culpa o exentos de responsabilidad criminal, y fueron condenados por sentencias dictadas contra leyes expresas y vigentes y violando numerosas garantías constitucionales. A todos ellos les fue vulnerado el derecho humano a un debido proceso.
Por otra parte, no constituyen un peligro para la sociedad, lo que no es tan seguro en el caso de los miles de favorecidos recientemente con el beneficio de la libertad condicional; beneficio que a los militares y policías les fue negado.
Publicada en El Austral de Temuco el 9 de agosto de 2020. También en El Mercurio de Antofagasta y en el de Calama el 13 de agosto de 2020.
 
Delitos políticos
Los militares y policías que están cumpliendo penas de prisión por “delitos de derechos humanos” fueron condenados por hechos reprochables cometidos por motivaciones políticas durante un estado de excepción constitucional y de una enorme convulsión social, los que en una situación de normalidad institucional no habrían ocurrido; es decir por “delitos políticos”, no por delitos comunes. Tampoco fueron condenados por “delitos de lesa humanidad”, puesto que tal clase de delitos no existía en la legislación chilena en la época en que habrían sido cometidos. Ellos fueron tipificados por la ley 20.357 que entró en vigor el 18 de julio de 2009 y que dispuso, expresamente, que no podía ser aplicada retroactivamente; reforzando el principio de legalidad garantizado constitucionalmente (nullum crimen, nulla poena sine praevia lege y sus exigencias de lex previa, lex certa, lex scripta y lex stricta).
Enviada a El Mercurio de Santiago el 9 de agosto de 2020.
 
General Orozco
El ministro Jaime Arancibia Pinto de la Corte de Apelaciones de Valparaíso condenó al general Héctor Orozco Sepúlveda a 18 años de prisión porque, según reza la sentencia: “atendida su situación jerárquica, debió conocer y aún más, autorizar aquellas situaciones excepcionales como la ocurrida en autos, en que precisamente resultan dos personas muertas”.
Publicada en El Llanquihue de Puerto Montt el 31 de agosto de 2020, bajo el título “Condena a general”.
 
Condena a inocente
El ministro Jaime Arancibia Pinto, de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, en 2016 condenó a 18 años y un día de presidio al general Héctor Orozco Sepúlveda por el asesinato de dos personas que estaban siendo trasladadas a la cárcel por una patrulla militar; hecho ocurrido en diciembre de 1973 cuando Orozco se desempeñaba como comandante del Regimiento Yungay de San Felipe; condena que fue rebajada a 10 años por las cortes superiores.
Dicho Ministro sin haberle acreditado delito alguno lo condenó porque, según reza la sentencia: “atendida su situación jerárquica, debió conocer y aún más, autorizar aquellas situaciones excepcionales como la ocurrida en autos, en que precisamente resultan dos personas muertas”.
El general Orozco falleció recientemente estando privado de libertad, a los 93 años de edad, en pésimas condiciones de salud, tanto física como mental, y sin haber recibido indulto o beneficio penitenciario alguno.

Publicada en El Austral de Osorno el 29 de agosto de 2020, bajo el título “General Héctor Orozco”. También en El Mercurio de Calama el 31 de agosto de 2020, bajo el título “Condena”.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

Conforme a la ley: Reglas de uso de la fuerza

Conforme a la ley: Reglas de uso de la fuerza
Cartas al Director por Adolfo Paul
Conforme a la ley
          El ministro de Defensa Mario Desbordes, en la entrevista publicada en este diario el domingo 9, declaró que los militares “tendrán el respaldo completo de este ministro en todos aquellos casos que se haya actuado conforme a la ley”. Lo mismo declaró el exministro Alberto Espina en la edición del 27 de julio: “mientras actúen conforme a la ley, tendrán el apoyo de la autoridad civil”.
El problema es que si ellos usaren sus armas de fuego para evitar gravísimos actos de violencia vandálica o terrorista a fin de resguardar la vida, la propiedad, la libertad y los derechos humanos de los ciudadanos, no estarían actuando “conforme a la ley”, puesto que las Reglas de Uso de la Fuerza actualmente vigentes (según decreto publicado en el D.O. el 22/02/2020) son extremadamente restrictivas. Ellas establecen que los miembros de las FF.AA. podrán usar armas de fuego en legítima defensa y “sólo en el caso de enfrentamiento con personas que utilicen o se apresten a utilizar armas de fuego u otras armas letales” en caso de un ataque actual o inminente a un recinto militar o a instalaciones de la infraestructura crítica.
 
Enviada a El Mercurio de Santiago el 10 de agosto de 2020.
 
Armas de la democracia
¿Hasta cuándo permitiremos que diversas personas o grupos utilicen las armas de la democracia para destruir la democracia y el discurso de los derechos humanos como estrategia para lograr que las autoridades de Gobierno se abstengan de utilizar la violencia legítima del Estado contra quienes violan los derechos humanos?
Enviada a El Mercurio de Santiago el 14 de agosto de 2020.
 
 
Reglas de uso de la fuerza
          El ministro de Defensa Mario Desbordes declaró recientemente: los militares “tendrán el respaldo completo de este ministro en todos aquellos casos que se haya actuado conforme a la ley”. Lo mismo dijo su antecesor Alberto Espina a fines de julio: “mientras actúen conforme a la ley, tendrán el apoyo de la autoridad civil”.
          El problema es que en muchas ocasiones el uso de armas de fuego fuera de los casos contemplados en las Reglas de Uso de la Fuerza (RUF), es decir “no actuando conforme a la ley”, es la única forma de evitar el incendio de un supermercado, una escuela, una iglesia o una estación de Metro, o la destrucción de camiones, de una estación eléctrica, de combustible o de agua potable, u otros actos de violencia vandálica, guerrillera o terrorista y así proteger los derechos humanos de los ciudadanos que desean vivir en paz.
Las RUF actualmente vigentes (publicadas el 22/02/2020) son tan extremadamente restrictivas que, prácticamente, dejan a los militares sin capacidad disuasiva o represiva alguna. Ellas establecen que los miembros de las FF.AA. podrán usar armas de fuego en legítima defensa y “sólo en el caso de enfrentamiento con personas que utilicen o se apresten a utilizar armas de fuego u otras armas letales” en caso de un ataque actual o inminente a un recinto militar o a instalaciones de la infraestructura crítica.
Si el Estado no hace uso de la violencia física legítima de la cual tiene el monopolio —la espada en la imagen tradicional de la justicia— con la severidad necesaria, Chile queda en la indefensión y condenado a caer en manos de quienes están promoviendo la anarquía, el caos, la disolución social y la insurrección revolucionaria.

Publicada en El Mercurio de Antofagasta y en el de Calama el 16 de agosto de 2020.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

¡HOMENAJE A UN HÉROE DE LA PATRIA!: GENERAL HÉCTOR OROZCO SEPÚLVEDA

¡HOMENAJE A UN HÉROE DE LA PATRIA!: GENERAL HÉCTOR OROZCO SEPÚLVEDA
Siempre fue un General sabio, prudente, inteligente, generoso y valiente en su actuar, honrado y riguroso en el uso de los recursos fiscales, predicaba con su ejemplo, leal 100% con su subalternos y superiores.
Perdón pero por un imperativo moral, como un subalterno agradecido de Mi General Héctor Orozco Sepúlveda, debo dejar constancia pública y escrita de quién fue mi Superior en el Ejército, recientemente fallecido como un héroe más, de los prisioneros de Punta Peuco. El destino quiso, que estuviera con Alzheimer, y jamás se diera cuenta de su condición de prisionero de los comunistas y sus jueces afines.
Siendo el suscrito subalterno de mi General Orozco, fundamentalmente en el periodo en que Perú y Argentina pretendían invadirnos, pude aquilatar su ejemplar conducta como militar, tanto en lo humano como profesional.
Siempre fue un General sabio, prudente, inteligente, generoso y valiente en su actuar, honrado y riguroso en el uso de los recursos fiscales, predicaba con su ejemplo, leal 100% con su subalternos y superiores.
Siempre fue reconocido como un verdadero líder, en la mente y corazón de sus subalternos. Con seguridad que sus subalternos, lo seguirían hasta la muerte por la Patria.
Sólo quienes, trabajamos directamente con él, sabemos que gracias a las informaciones y orientaciones, producto del trabajo de sus equipos del Servicio Secreto, como también de actividades personales reservadas de orden diplomático en las que lo acompañé, permitió a Mi General Pinochet, tomar las decisiones, correctas y oportunas, logrando que Perú y Argentina, no nos invadieran, como así lo tenían estos países coludidamente definido.
Alguien podría dimensionar: ¿cuántas vidas de chilenos fueron las que los próceres Pinochet y Orozco, lograron salvar al lograr impedir, que nos invadieran los Argentinos y los Peruanos?. Con el valor agregado de haberlo conseguido sin perder un ápice de nuestro territorio.
El General Orozco, jamás fue desleal con mi General Pinochet, o se olvidó de él después que perdió el poder y luego fallecido, como tampoco renegó del Gobierno Militar. Siempre le guardó una gran admiración, al salvador de la Patria. Como testimonio, la fotografía de mi General Pinochet, siempre se mantuvo en un lugar destacado en su hogar.
Estas sentidas letras de esencia militar, son de un subalterno que se siente profundamente orgulloso, por haber servido bajo las órdenes de un General de Verdad (con mayúscula), “JAMÁS” Avestruz ni Desleal.
Mi General Héctor Orozco Sepúlveda, en forma ejemplar dio cumplimiento al juramento que hizo ante Dios y la Bandera de Chile, de servir fielmente a su Patria, hasta rendir la vida si fuese necesario.
Mi General Héctor Orozco Sepúlveda, Q.E.P.D., y gracias por su digno ejemplo : ¡Que Dios lo tenga en su santo Reino!
Fdo. Jaime Manuel Ojeda Torrent
Por la Libertad de nuestros Estoicos Héroes
Teniente Coronel de Artillería del Ejército
Ingeniero Militar Politécnico
Especialista en Inteligencia del Ejército
Miembro del Glorioso Cuerpo de Inteligencia del Ejército

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O QUE SABEMOS Y LO QUE FALTA POR SABER DEL SARS-COV-2

O QUE SABEMOS Y LO QUE FALTA POR SABER DEL SARS-COV-2
Un virus nuevo, para el que no hay inmunidad previa en la población, que se transmite por vía aérea, cuya enfermedad tiene un periodo de unos días en el que el enfermo puede estar presintomático pero contagioso y en la que también hay personas asintomáticas que pueden transmitir la enfermedad es sencillamente la peor pesadilla para un epidemiólogo que intenta controlar una epidemia.
LO QUE SABEMOS Y LO QUE FALTA POR SABER DEL SARS-COV-2
Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra
The Conversation, Covid-19, 24/08/2020
Un virus nuevo, para el que no hay inmunidad previa en la población, que se transmite por vía aérea, cuya enfermedad tiene un periodo de unos días en el que el enfermo puede estar presintomático pero contagioso y en la que también hay personas asintomáticas que pueden transmitir la enfermedad es sencillamente la peor pesadilla para un epidemiólogo que intenta controlar una epidemia.
Aunque ya van más de 42.000 artículos sobre COVID-19 y SARS-CoV-2 en PubMed y obviamente no me he leído todos, ni siquiera una pequeña representación, aquí va un breve resumen de diez ideas de lo que sabemos y lo que falta por saber del SARS-CoV-2.
Lo que sabemos
1.             Sabemos quién es. Los primeros casos de sida se describieron el 1980 y se tardó dos años en descubrir quién era el agente causante, el virus VIH. Ahora, en solo cuestión de días, se supo quién era: un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2.
La obtención de su genoma completo ha permitido investigar sobre su origen y su relación con otros coronavirus, desarrollar sistemas de detección molecular como la RT-PCR, sistemas de identificación y rastreo como Next-Strain, que permite seguir la evolución del virus a tiempo real, e incluso sistemas de prealerta mediante la monitorización de aguas residuales.
Todo esto está permitiendo la detección y rastreo de los nuevos casos y brotes como jamás antes se había hecho en la historia.
El diagnóstico temprano junto con el rastreo de los casos y la cuarentena de los contactos es lo que nos puede evitar el confinamiento de la población.
2.             Conocemos su ciclo biológico, cómo entran a las células. Sabemos cómo el virus SARS-CoV-2 usa la proteína S (spike) de su envoltura para unirse al receptor ACE2 de nuestras células y que las proteasas celulares (la furina y la TMPRSS2) facilitan su entrada al interior. Como ese receptor y esas proteasas están en gran cantidad de tejidos del cuerpo humano, el virus puede infectar muchos tipos de células diferentes: neumocitos, enterocitos, células secretoras nasales, riñón, endotelio, corazón.
Esta información ha sido esencial para proponer posibles tratamientos y el desarrollo de los candidatos a vacunas.
3.             La COVID-19 es mucho más que una neumonía. Conocemos mucho mejor la enfermedad. Aunque en un principio la COVID-19 se describió como una neumonía atípica grave, a diferencia de muchas otras enfermedades respiratorias este coronavirus genera una hipoxemia silenciosa, priva de oxígeno al paciente sin que la respiración se vea afectada, llegando a saturaciones del 70%.
Además, un número alto de pacientes sufre problemas de coagulación (por afectar a los endotelios) y una respuesta inmune exagerada (tormenta de citoquinas) que acaban en embolias pulmonares, infartos, ictus, problemas hepáticos, de riñón, e incluso alteraciones en el sistema nervioso.
Además, ahora se tienen mejor identificados los grupos de riesgo: personas mayores, pacientes con comorbilidad, diabéticos, obesos… y se conoce la influencia de factores hormonales y sexo. Esto ha supuesto que los tratamientos, todavía experimentales, y el cuidado de los enfermos hayan mejorado, porque se monitoriza mejor a los pacientes y se entiende mejor la evolución de la enfermedad.
4.             Entendemos mejor la dinámica de transmisión del virus. El SARS-CoV-2 se transmite principalmente de persona a persona mediante las gotículas respiratorias, por vía aérea y el contacto físico.
La transmisión por gotículas se produce cuando una persona entra en contacto cercano (menos de 1 metro) con un individuo infectado y se expone a las gotículas que este expulsa, por ejemplo, al toser, estornudar o acercarse mucho, lo que da como resultado la entrada del virus por la nariz, la boca o los ojos.
El virus se puede transmitir también por objetos contaminados (fómites) presentes en el entorno inmediato de la persona infectada.
Sabemos que los asintomáticos pueden tener la misma carga viral que los sintomáticos y que pueden ser un vector transmisor importante, aunque todavía no sabemos si de igual forma.
Conocemos también que existen personas y eventos “supercontagiadores”, situaciones en las que el contagio es mucho más fácil: un 10-20% de los infectados que actúan como “supercontagiadores”, en lugares cerrados, concurridos y mal ventilados, con personas muy próximas, y donde se grita, canta, tose o estornuda con frecuencia y sin precauciones.
5.             Un hito en la cooperación internacional. Está siendo fundamental la cooperación internacional, entre entidades públicas y privadas, centros de investigación, gobiernos y empresas que jamás antes se había dado a este nivel: desde el desarrollo de ensayos clínicos para lograr medicamentos promovidos por la OMS y otros países, hasta el diseño, evaluación, fabricación y distribución de las futuras vacunas, muy variadas y con tecnologías muy diferentes.
Lo que nos queda por conocer
1.             ¿Por qué muchas personas no presentan síntomas? Se ha sugerido que puede ser por desarrollar una respuesta inmune rápida, por presentar una inmunidad previa por una reacción cruzada con otros coronavirus, por factores genéticos o porque la carga viral sea muy baja en el momento de la infección.
En los niños pequeños se ha sugerido además que pueden tener un sistema inmune inmaduro que no desarrolle esa tormenta de citoquinas que parece ser uno de los factores que agrava la enfermedad, o que la frecuencia de estímulos inmunológicos recibidos por las vacunas infantiles tengan cierto papel protector inespecífico contra el coronavirus. Pero todavía no lo sabemos a ciencia cierta.
2.             ¿Qué papel juegan la inmunidad cruzada y las reinfecciones? Aunque es una hipótesis que gana peso (personas no expuestas al SARS-CoV-2 que tienen una inmunidad celular T con memoria por reacción cruzada con los coronavirus responsables de los resfriados), no sabemos todavía qué influencia tiene esto en la COVID-19.
Lo mismo ocurre con la posibilidad de reinfectarse: ¿cuánto dura la inmunidad?, ¿de qué depende en este caso concreto?, ¿el haber pasado la enfermedad, protege, cuánto, hasta cuándo?, ¿es posible la reinfección?, ¿qué pasa con esos pacientes que mejoran, están incluso días sin síntomas y vuelven a recaer?, ¿son reinfecciones, recaídas, mal curados, mal diagnosticados?, ¿cuál es la carga viral, la cantidad de virus necesaria para la infección?, ¿influye eso en los síntomas o en la gravedad de la enfermedad?
3.             ¿Qué efecto tiene la COVID-19 a largo plazo? Un porcentaje de los pacientes sufre secuelas más o menos importantes, que van desde la disnea y la fatiga, hasta daños en tejidos y órganos como pulmones, articulaciones y corazón, alteraciones neurológicas e hipertensión. ¿Puede acabar la COVID-19 siendo una enfermedad crónica?
4.             Diagnóstico rápido y diferencial
Tenemos la tecnología, pero necesitamos que llegue al ciudadano. Para el control de los brotes, necesitamos acabar de implementar sistemas de autodiagnóstico rápido, sencillos y baratos que no requieran muestras de sangre, a partir de saliva por ejemplo, que no necesiten personal sanitario y que uno mismo pueda realizarlos en su propia casa o lugar de trabajo y de forma repetida.
Esto permitiría una monitorización individual de la posible infección. Aunque la sensibilidad sea más baja que las técnicas moleculares como la PCR, la sencillez y la posibilidad de repetir el test con frecuencia podrían hacer que este tipo de herramientas fueran muy útiles para el cribado de la población. Esta tecnología ya está desarrollada, solo hay que implantarla.
De la misma manera, como es muy probable que el SARS-CoV-2 conviva en los próximos años con otros patógenos respiratorios, es necesario disponer de sistemas de diagnóstico diferencial que permitan distinguir rápidamente si se trata de una infección por SARS-CoV-2, otros coronavirus, gripe, virus respiratorio sincitial, u otros.
Esta tecnología también está desarrollada: la plataforma de diagnóstico CARMEN que combina microfluídos con tecnología de detección basada en CRISPR.
5.             Transparencia, veracidad y coordinación siguen siendo las asignaturas pendientes. Es sorprendente que todavía no se tengan datos fiables, coordinados y de forma inmediata del número de PCR que se hacen, cuántas son positivas, número de ingresados, enfermos en UCI y fallecimientos. Sin datos es muy difícil gobernar una pandemia.
Por otra parte, sigue siendo fundamental una información veraz y trasparente sobre el virus y la enfermedad para evitar la proliferación de noticias falsas, malas interpretaciones o bulos. La falta de coordinación es desesperante.
¿Está cambiando el virus? Por último, una pregunta frecuente: ahora que se detectan muchos más asintomáticos, ¿se está debilitando el virus?
El virus ni se está debilitando ni se está haciendo más virulento, no tenemos evidencias en este momento de que haya cepas más o menos virulentas. El SARS-CoV-2 es relativamente estable, al menos mucho más que otros virus como el de la gripe, que es el campeón de la variabilidad. Eso es debido a que tiene un mecanismo de control de las mutaciones, una proteína (nsp14-ExoN) que actúa como una enzima capaz de reparar los errores que pueden ocurrir durante la replicación del genoma.
Lo que está ocurriendo ahora, la sensación de que hay menos casos graves, no es debido a una mutación del virus, a que sea menos virulento. Es debido a otros factores extrínsecos al virus: estamos detectando muchos más casos asintomáticos porque se hacen más PCR y se están rastreando los brotes; las medidas que hemos tomado (mascarilla, higiene, distanciamiento…) están evitando que el virus llegue a las personas más susceptibles, que se están protegiendo mucho mejor y toman precauciones; quizá estas medidas también contribuyan a que la carga viral sea menor; el tratamiento médico ha mejorado, ahora sabemos algo más sobre la enfermedad y los médicos saben a qué se enfrentan y comienzan los tratamientos antes; el sistema sanitario ya no está colapsado y se pueden atender mucho mejor los casos que llegan a ingresar y a las UCI.
Pero como digo, el virus no parece que se haya atenuado y si infectara ahora a una persona susceptible (mayor de 75 años con patologías previas, por ejemplo), en principio la enfermedad sería igual de grave.
Sin embargo, esto no quiere decir que no existan mutaciones. Se ha identificado alguna mutación que puede afectar a la capacidad de infección del virus.
En concreto desde hace meses se ha descrito una mayor presencia de aislamientos del coronavirus que portan una mutación denominada D614G.
Se denomina así porque el aminoácido en la posición 614 de la proteína S del coronavirus ha mutado de un ácido aspártico (Asp o D) a una glicina (Gly o G). Los estudios en modelos in vitro, en cultivos celulares, demuestran que la nueva cepa con la mutación G614 infecta con mayor eficiencia las células que la cepa original. Parece ser que el mutante presenta una mayor cantidad de proteínas S en su superficie, por lo que se facilita la entrada a las células.
También se ha demostrado que las personas infectadas con la variante mutante G614 tienen una carga viral más alta (medida como ARN viral) en las vías respiratorias superiores que los infectados con la variante original. Además, esta variante comenzó a circular de manera frecuente a partir de febrero de este año y ya es predominante en Europa, Estados Unidos y también en América del Sur.
Sin embargo, aunque esto sugiere que la variante mutante puede ser más infecciosa, esto no quiere decir que sea más virulenta, más patógena o que produzca una enfermedad más grave. Son dos cosas distintas, la capacidad de transmitirse y ser contagioso, y la virulencia y gravedad de la infección. La mutación no se asocia con un aumento de la severidad de la enfermedad.