Columna de Opinión

No Está Perdida Toda Esperanza.

No Está Perdida Toda Esperanza.

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Esos nueve han demostrado tener un coraje y una firmeza de carácter mayores que muchos de sus superiores uniformados. En medio de un ambiente publicitario y judicial tremendamente adverso, los ex conscriptos, pese a ser mandados ilegal e injustamente presos, prisión que no sufren actualmente ni siquiera los peores delincuentes, se han mantenido firmes. No han cedido a la tentación de traicionar a otros, mentir y sumarse a la corriente dominante, que lo único que les pide, a una sola voz con una judicatura dominada por la politiquería y que contraviene las leyes, es que respalden la “verdad oficial” necesaria para desviar la atención pública de las falencias que afligen al gobierno.

          Cuando mi opinión sobre mis connacionales estaba por los suelos, motivada a ello al presenciar cómo personalidades públicas, incluidos dirigentes de derecha, elevaban a los altares a la portadora de bombas incendiarias destinadas a ser lanzadas a vehículos de locomoción para impedir que la gente fuera a sus trabajos; y la justicia prevaricadora arrasaba con todas las leyes para perseguir a quienes enfrentaron ese terrorismo, el examen de las declaraciones de nueve ex conscriptos del Ejército, de un total de once, que participaron en los hechos, me ha hecho recobrar parte de mi fe en que subsiste una fibra moral intacta en nuestro pueblo.

          Esos nueve han demostrado tener un coraje y una firmeza de carácter mayores que muchos de sus superiores uniformados. En medio de un ambiente publicitario y judicial tremendamente adverso, los ex conscriptos, pese a ser mandados ilegal e injustamente presos, prisión que no sufren actualmente ni siquiera los peores delincuentes, se han mantenido firmes. No han cedido a la tentación de traicionar a otros, mentir y sumarse a la corriente dominante, que lo único que les pide, a una sola voz con una judicatura dominada por la politiquería y que contraviene las leyes, es que respalden la “verdad oficial” necesaria para desviar la atención pública de las falencias que afligen al gobierno.

Y, todavía, uno de ellos ha tenido el coraje de autoinculparse de haber provocado accidentalmente el fuego que quemó a los dos activistas portadores de las bombas incendiarias. Entre paréntesis, ello prueba que los artefactos incendiarios de vidrio eran tremendamente letales, pues bastaba romperlos para que estallaran en llamas. Por supuesto, en los mismos días la justicia penal ha dejado libres a quienes hace poco han quemado a un modesto empleado que no era portador de ningún artefacto incendiario, sino que era un simple hombre de trabajo. Nadie ha oído al senador Larraín horrorizarse por ello, como lo hizo en el caso de los subversivos.

          ¡Qué contraste moral entre las personalidades de esos nueve hombres modestos y una judicatura de izquierda que no tiene miramientos en mandarlos ilegalmente presos! Y sin el menor escrúpulo la misma judicatura premia decidoramente, pues no los encarcela, a los que se prestaron para corroborar las falsas versiones de la propaganda oficial.

Esos únicos dos desertores del grupo ni siquiera están de acuerdo entre sí. Uno inculpa al teniente Castañer de haber iniciado el fuego con un encendedor; el otro al teniente Fernández de haberlo hecho con un fósforo. Pero los otros nueve coinciden en que ambos oficiales estaban alejados del estallido del fuego. Por supuesto, el juez de izquierda atiende a la versión contradictoria de los dos y no a la conteste de los nueve, más la de los dos oficiales, pues es lo políticamente correcto; y manda a todos éstos presos.

          Más aún, como anticipé, entre los referidos nueve ha surgido la voz de Leonardo Riquelme Alarcón, quien, teniendo todo qué perder, da razones de conciencia, expresa no estar movido por ningún interés económico y confiesa que un movimiento accidental suyo propio provocó la ruptura de un envase explosivo y generó el fuego que quemó a Rojas y Quintana, al tiempo que los dos oficiales daban órdenes de que se les apagara.

          Creo que esos nueve chilenos a quienes hoy nadie defiende, y en particular Leonardo Riquelme Alarcón, nos han dado un ejemplo valioso en tiempos de corrupción generalizada, ilegalidad rampante y uso desatado de la mentira para conseguir dividendos políticos.

          Valga añadir que las patrullas que coincidieron en el lugar en 1986 estaban cumpliendo una noble misión: proteger a la población civil de ataques incendiarios terroristas. Eso configura la monstruosidad en que hoy se incurre, de culpar a sus miembros de “violaciones a los derechos humanos”. Suele llamarse “el pago de Chile”.

          Pese a tal monstruosidad, hoy generalizada en nuestro medio, si nueve de cada once chilenos del pueblo son como ha quedado descrito, y si entre cada nueve hay un Leonardo Riquelme Alarcón, en el país no está perdida toda esperanza.

Publicado por Hermógenes Pérez de Arce.

06/12/2015, 20:57

Columna de Opinión

Augusto Pinochet Ugarte: tres decisiones fundamentales para la Historia de Chile.Gonzalo Rojas Sánchez. Historiador

Augusto Pinochet Ugarte: tres decisiones fundamentales para la Historia de Chile.Gonzalo Rojas Sánchez. Historiador

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

“Llego al Mando Supremo de la Nación sin haberlo pensado jamás ni mucho menos buscado. Soy un soldado que ingresó a las filas del ejército sin otro norte que la entrega silenciosa o abnegada a la Patria.”

Los Boldos, 25 de noviembre de 2015.

      Al conmemorar hoy los 100 años del nacimiento del Presidente Augusto Pinochet Ugarte, ante todo doy gracias a Dios, a la Fundación que lleva su nombre y que hoy cumple 20 años de notable labor bajo las presidencias de Hernán Briones y de Hernán Guiloff y a todos ustedes, Sra. Lucía, miembros de la familia Pinochet, colaboradores y amigos del presidente, por el honor que me dispensan al permitirme recordar unas pocas dimensiones de este hombre único.

      Lo haré tomando en buena medida información de mi propio libro, “Chile escoge la libertad, La Presidencia de Augusto Pinochet Ugarte”, en el que el mismo Presidente fuera un actor tan importante, gracias a las cuatro largas entrevistas que me concedió y  sobre todo, por los 130 mil documentos de su presidencia que pude revisar.

      La primera dimensión que quiero recordarles en este día solemne es el liderazgo de Augusto Pinochet Ugarte desde el mismo Once de septiembre de 1973.

      Efectivamente, desde la mañana del Once de septiembre de 1973, a Augusto Pinochet Ugarte le tocará hacer aquello para lo cual nunca fue preparado, ser Presidente de Chile, pero que sólo pudo hacerse gracias a eso otro para lo cual sí había sido formado, ejercer un liderazgo superior.

      Pinochet deberá asumir el mando supremo de la nación cuando sólo un general de ejército puede hacerlo, cuando ningún civil está capacitado, porque las coordenadas del conflicto nacional son fundamentalmente militares, de guerra. Y no había sido precisamente él quién así lo había planteado, sino que era una convicción muy arraigada en la inmensa mayoría de los chilenos.

      ¿Inevitabilidad histórica? No, simplemente el llamado de los tiempos a una tarea determinada para la cual Chile pudo no contar con el hombre adecuado. Pero el hombre existía y tomó la decisión.

      El carácter dramático de la situación, con toda su carga negativa de dolor y de pérdida de vidas humanas, tuvo la única gran ventaja de colocar al Presidente de la Junta de Gobierno, un militar acostumbrado a pensar en términos de seguridad, de vida o muerte, de derrota o victoria, en condiciones de captar la magnitud del suceso político-militar que él estaba encabezando. Por eso, desde el momento mismo en que toma la palabra para dirigirse al país el día del Pronunciamiento, Pinochet comienza a manejar dos conceptos fundamentales: el patriotismo de las FFAA y el caos del gobierno del recién derrocado Salvador Allende. En una situación de normalidad, no parecería haber simetría conceptual entre ambos términos, pero ahora sí se presentan ante el simple ciudadano chileno como las únicas dos alternativas válidas en los dramáticos momentos que se viven. En ese acto Pinochet tiene, además, una clara visión de lo que son las líneas matrices de su acción hacia adelante.

      Al mismo tiempo, marca presencia donde se decide de verdad la disputa militar de la primera hora: en terreno. Pero antes de salir a la calle, ya ha recibido el honor de la conducción del país por sus pares. Es efectivo que Pinochet asume por estructura de mando o antigüedad de las ramas y no por un acuerdo político y que esa decisión refleja su capacidad de mantener la lealtad y la jerarquía en las FFAA. Pero también se hizo evidente con el paso del tiempo que esa designación había sido un claro reconocimiento a su liderazgo personal.

      Las palabras de Pinochet en acción durante el Pronunciamiento mismo han dejado en claro, desde el primer minuto, su  fuerte personalidad y el don de mando que lo caracteriza: “Mira  -le dice a Patricio Carvajal-  es conveniente tirar una proclama por la radio, que hay estado de sitio; en consecuencia no se aceptan los grupos; la gente tiene que estar en sus casas porque se arriesgan a que se encuentren en un problema.”

      Pero Pinochet deja clara constancia de que no quiere destacarse: no es su ánimo, ni su estilo, ni está el país para personalismos: el 27 de septiembre afirma con humor que “la Junta trabaja como una sola entidad. Yo fui elegido Presidente por ser el más viejo; en realidad es porque el Ejército es la institución más antigua… Soy un hombre sin ambiciones, no quiero aparecer como el detentador del poder”.

      Pero algunas especulaciones sobre su ambición se abren paso entre detractores y ciertos colaboradores. El Presidente los enfrenta: “Llego al Mando Supremo de la Nación sin haberlo pensado jamás ni mucho menos buscado. Soy un soldado que ingresó a las filas del ejército sin otro norte que la entrega silenciosa o abnegada a la Patria.”

      Ha nacido a la luz pública uno de los liderazgos más significativos de la historia nacional, un conductor especialmente llamativo para el presente de Chile, en el que tantos, casi todos, parecen moverse en la vida pública nacional por intereses pequeños, por miras de corto plazo, por ambiciones innobles.

      Una segunda dimensión que cabe resaltar hoy es la enorme visión de futuro del presidente

      En este tema vale la pena distinguir las tres dimensiones en que el Presidente enfoca el trabajo gubernamental; por una parte, difunde con persistencia los principios políticos que inspirarán a esta nueva formulación constitucional; por otra, determina las instancias que la estudiarán y, finalmente, aborda los principales problemas jurídicos que son típicos de un período de transición institucional.

      En el plano de los principios, lo primero que diferencia al Gobierno de Pinochet respecto de los demás regímenes militares de Iberoamérica, es que el Presidente haya querido darse un marco de institucionalidad desde el inicio, lo que no es propio de una dictadura, sino de un gran proyecto nacional. A partir de sus lecturas, Pinochet ha llegado a la conclusión de que un hombre sin marco, tiende a desbordarse. Ya desde los primeros momentos del nuevo Gobierno comienzan a aparecer las definiciones, y después la Declaración de Principios, las Líneas de la Junta, etc.

      Es el propio Presidente quién comienza a dar luces. Ya en el mismo mes de septiembre de 1973 afirma que hay que ir a una nueva Constitución, puesto que afianzadas las metas de control del caos subversivo y económico, “las FFAA y de Orden darán paso al restablecimiento de nuestra democracia, para lo cual, afirma que de cada línea ideológica se ha tomado lo mejor, pero “no pretendemos tampoco crear un nuevo sistema”, en cuanto sea una novedad completa en la historia de las instituciones políticas, como se pretendió en otros momentos de la historia nacional. En todo caso, va quedando claro que el propósito fundamental del nuevo Gobierno es reconstruir la democracia. “la que deberá renacer purificada de los vicios y malos hábitos que terminaron por destruir nuestras instituciones.” Se trata de “abrir un nuevo régimen político, de establecer uno duradero y de proyección futura” aunque todavía sus contornos no estén perfilados.

      Poco más de seis meses después el Presidente va caracterizando la democracia a la que aspira: “El objetivo central de la Junta de Gobierno es recuperar a Chile como país auténticamente libre y soberano, dando a todos sus habitantes, la oportunidad de alcanzar mejores destinos y una realización integral, (porque) concebimos la sociedad como un conglomerado humano cuyo eje fundamental es el respeto a la persona humana, en sus más esenciales atributos naturales y espirituales.” A finales de abril de 1974, todas las dudas se están disipando, puesto que se habla claramente de un Objetivo Nacional, consistente en la democracia social, efectiva y moderna, en la erradicación de la pobreza y en la proyección de la imagen de Chile al mundo. A lo anterior, el Presidente liga la idea de que el Gobierno no es transitorio y que, por lo tanto, hay tiempo para hacer los cambios necesarios: “hemos dicho que no somos un Gobierno transitorio de administración, para caer en los mismos vicios anteriores que destruirían definitivamente nuestra patria, como tampoco nos hemos hecho cargo del poder para perpetuarnos en él, lo que sería ajeno a la tradición de nuestra República.” Además, afirma que “la institucionalidad deberá contar con una “nueva generación de chilenos”, porque Pinochet ya esta pensando en aquélla que con él irá madurando para conducir a Chile.

      Mes a mes el Presidente va dando más luces: Se tratará de gestar una democracia “social, efectiva, moderna, “lo que supone una construcción fundada en los valores libertarios de la sociedad occidental y en la democracia como forma de vida indisolublemente ligada a nuestra tradición nacional.” Pero Pinochet matiza, eso sí, que “sería un error grave y suicida confundir la esencia libertaria de la democracia, con las fórmulas institucionales y políticas superadas por los tiempos; (…) si queremos preservar esa esencia más profunda de la democracia, debemos generar nuevas expresiones y mecanismos institucionales que favorezcan su eficacia,” agrega.

      Se va así caracterizando el tipo de autoridad que debe existir: despolitizada, independiente, fuerte, impersonal, justa. Como Chile debe volver a ser un país soberano, centrado en la dignidad de la persona humana, la institucionalidad tiene que reconocer además que existen derechos de las personas que son anteriores y superiores al Estado, todo lo cual se funda en la Declaración de Principios.

      Para poner en práctica todo lo anterior, el Gobierno dispone el estudio y redacción de una nueva Constitución, siguiendo la mejor tradición, es decir, mediante un trabajo meditado y consiguiente al funcionamiento de las instituciones. Tal como durante Portales, desde un comienzo se pretende que las normas estén subordinadas a la realidad.

      Como el texto de 1925 sólo está vigente “en la medida que la actual situación del país lo permita para el mejor cumplimiento de los postulados que (la Junta) se propone, la tarea de un reemplazo constitucional orgánico se encarga a una Comisión que empieza sus reuniones el 24 de septiembre de 1973. El encargo de este grupo de trabajo es trascendental: “estudiar, elaborar y proponer un anteproyecto de nueva Constitución.”

      La Comisión va recibiendo gradualmente los principios que pretenden establecerse en la nueva institucionalidad y el Presidente Pinochet va tomando contacto con sus miembros, en conjunto o por separado.

      Después de un largo camino de años de estudio y ponderación, se llegó al 11 de septiembre de 1980. El acto plebiscitario convocado por la Junta se efectúa con entera calma en todo Chile; al final de la Jornada se da a conocer el resultado. Sí 67.04%, no 30.19%. Augusto Pinochet Ugarte,  el 11 de marzo de 1981, pasa a ser el nuevo presidente constitucional de Chile. Ha cumplido todos sus anuncios sobre el modo y los plazos por los que Chile tendría este nuevo marco. Ha tenido que superar dudas y vaivenes   -especialmente significativa es su famosa definición de Chacarillas en 1977-   y ha consumado el más detenido, profundo y largo estudio de que haya sido jamás objeto una constitución en la historia de Chile.

      Qué diferencia notable con la improvisación, los devaneos ideológicos y la frivolidad con la que algunos quieren impulsar, pronto y mal, una nueva Constitución para Chile.

      La tercera dimensión que quiero comentar, es el cumplimiento de la palabra empeñada en Augusto Pinochet Ugarte, con especial referencia  al plebiscito de 1988.

      Algunas versiones afirman que tres días antes del plebiscito el Presidente lleva a los miembros de la Junta a la sala de computadores y les explica cómo se sabrán los resultados. El almirante Merino le pregunta sobre una posible derrota, pero el Presidente, molesto, simplemente le contesta que de ser así hasta ahí llega la elección, porque la amenaza de Volodia Teitelboim es demasiado grave; enfáticamente asegura que no entregaría el gobierno bajo esas circunstancias de peligro institucional. Ya la noche anterior al plebiscito el general Ballerino rompe en parte la convicción presidencial en su victoria, confidenciándole que una persona muy bien informada le ha manifestado sus dudas.

      Hacia las 20 horas del 5 de octubre no cabe duda que todo va mal y en el Consejo de gabinete de las 12 de la noche se sabe que ya no hay vuelta para la opción presidencial. Pinochet entra a la sala donde sesiona el Consejo de ministros y con emoción contenida simplemente afirma: “señores, hemos tenido un tropiezo; tenemos que asumirlo todos y seguir adelante; la situación es normal en el país y los cursos de acción están dados en la Constitución;” la renuncia del gabinete es enérgicamente rechazada por el Presidente, porque no es un tema del momento; pide atención, coordinación y que sigan las instrucciones dadas a través del ministerio del Interior.

      Conocidos los resultados ya decisivos para la derrota del Presidente, hacia las 2 de la mañana Pinochet sigue muy inquieto por la situación de orden público que pueda producirse y habla de “tomarnos la calle,” pide apoyo a las restantes fuerzas para controlar eventuales brotes de violencia; incluso solicita poderes más amplios, pero cuando se los niegan, simplemente toma todo con ecuanimidad y sin enojo. No parece haber en la mente de Pinochet ningún afán por desconocer el resultado, sino la más obvia preocupación por las consecuencias de un eventual estallido de turbas armadas, consonante con la lentitud en la entrega de los resultados, que se ha estimado “un costo asumido deliberadamente, en aras de la seguridad y el orden.”

      El No gana con el 54,7% (3.959.495 votos), postergando al Sí que obtiene un 43,00% (3.111.875 votos).

      Pinochet trabaja con serenidad, tranquilidad y entereza desde el mismo día siguiente de la derrota, aunque no puede ocultar su sorpresa y desazón. Entiende que tiene que adaptarse a una situación muy dolorosa. Pero sigue trabajando con ese carácter admirable que tiene para sobreponerse a cualquier cosa, “sigue trabajando con el espíritu de un buen soldado.”

      La dura derrota electoral, eso sí,  no implica que el Presidente abandone su convicción en el modelo económico que tanto bienestar le ha dado al país, aunque más de la mitad de los chilenos no lo hayan sabido reconocer e, incluso, muchos de ellos hayan olvidado la situación en la que se encontraban apenas quince años atrás.

      En las postrimerías de su gobierno, Pinochet hace un recuento de sus propósitos en esta materia. Afirma que nunca ha pretendido dar recetas en el plano laboral, “pero si pensáramos en la clave de nuestro éxito, tal vez podríamos sostener que ella se funda en una voluntad común de emprender y de superar todo obstáculo transitorio en busca de mejores oportunidades;” efectivamente, los logros alcanzados son una muestra “de nuestro esfuerzo por dignificar al trabajador chileno; Chile no es apto para sembrar y cosechar proletarios; Chile merece ser un país de propietarios; hacia allá ha estado dirigida nuestra tarea en el campo laboral y los trabajadores así lo han entendido; no sólo tienen derecho a trabajar; también lo tienen a participar.”

      Es el momento de los balances sobre el gobierno, mientras el Presidente se prepara para dejar su cargo. Nadie tiene duda alguna de que Pinochet cumplirá su palabra y entregará el mando de la nación. En eso, no hay dos opiniones.

      Donde sí se plantean las divergencias es en la calidad con que Pinochet sale de su cargo y entra al juicio de sus conciudadanos. Jaime Guzmán cubre de elogios al Primer mandatario, mientras que Andrés Allamand estima que si Pinochet “no hubiera pretendido permanecer 24 años en el gobierno, la historia habría recogido su figura mucho mejor.” En esas dos posturas se prefiguraba lo que vendría: los leales al hombre leal; y los otros.

      El Presidente, por su parte, prepara las últimas horas. Acepta uno que otro homenaje en los días finales de febrero y le pide a la ciudadanía que considere a la unidad nacional “como un objetivo que es consustancial a la acción de todo futuro gobierno, porque Chile ya experimentó suficientemente las nefastas consecuencias que traen consigo la división social, el odio y la estéril lucha de clases.” Por eso, instruye al ministro del Interior para que no autorice manifestaciones políticas o concentraciones de adhesión a su persona y al gobierno antes de la transmisión del mando; quiere que los actos estén revestidos de solemnidad y sobriedad.

      Y comienza la cuenta regresiva. El 10 de marzo se dirige al país y a las 19.48 cruza por última vez como Jefe de Estado las puertas de La Moneda, que se cierran simbólicamente detrás de él.

      Para terminar sólo pide “unirnos en un solo esfuerzo conjunto que asegure el éxito del gobierno que se inicia, en bien de toda la familia chilena y del destino promisorio que se merece.”

      Pero siempre hay un último día: el 11, desde temprano gran cantidad de personas con cartas, ramos de flores y todo tipo de regalos acuden a su casa. Desde ella el Presidente se dirige a la Escuela Militar; a lo largo de todo el recorrido, que hace en un auto descubierto, miles de personas lo vitorean e incluso lo acompañan corriendo a sus costados. Va sereno, a veces sonríe, pero sin duda sufre por la incertidumbre que se cierne por su Patria tan amada.

      Finalmente, llega al Congreso en Valparaíso. Preparar este día ha costado mucho, por las absurdas exigencias de la Concertación, como que no se ejecute el Himno nacional cuando entre el Presidente Pinochet. Los acuerdos han sido largamente trabajados, pero podrían romperse. Aun bajo esa sospecha, la ceremonia resulta solemnísima -sólo empañada por aislados actos de violencia fuera del recinto y algún desagrado dentro de la sala-  y muchos de sus detractores no pueden creer lo que están viendo: Augusto Pinochet Ugarte se despoja de la banda presidencial, la entrega y felicita amablemente a Patricio Aylwin. La piocha, eso sí, la entrega directamente al nuevo Presidente, para dejar en claro el término de la misión histórica realizada.

      “Hemos concluido una exitosa jornada,” afirma el ahora ex presidente Pinochet.

      Una exitosa jornada de 16 años y medio. Palabra empeñada, misión cumplida: a través de Augusto Pinochet Ugarte, Chile ha escogido la libertad.

Muchas gracias

Columna de Opinión

Acta de escrutinio elecciones UNOFARDN. Campaña comunicacional exige orden en casa. Por Roberto Ampuero

Acta de escrutinio elecciones UNOFARDN. Campaña comunicacional exige orden en casa. Por Roberto Ampuero

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Perjudica a Chile que figuras y partidos oficialistas hayan expresado o mantengan su respaldo a la aspiración boliviana

  

ACTA DE ESCRUTINIO

 

En Santiago de chile, a 12 días del mes de Noviembre del 2015 y siendo las 17:00 hrs., y habiéndose cerrado el proceso de emisión de votos de la elección de Directorio de la UNION DE OFICIALES (R) DE LA DEFENSA NACIONAL para el período 2016 – 2018, el Co Presidente CDA. ROBERTO SERON CARDENAS y el Secretario Administrativo TCL. OSCAR P. VILLEGAS DIAZ, procedieron a abrir las urnas receptoras de sufragios y a efectuar el recuento de los votos, el que arrojó los siguientes resultados:

A.- EJÉRCITO:

Directores

TCL. ANTONIO VARAS CLAVEL                       :       40 VOTOS (Electo)

BGR. GUSTAVO BASSO CANCINO                  :       39 VOTOS (Electo)

CRL. RICARDO IBARRA CEBALLOS                :       35 VOTOS (Electo)

CRL. VICTOR VERGARA VILLALOBOS            :       30 VOTOS (Electo)

MAY. SONIA ESPINOZA CASTRO                    :       29 VOTOS (Electa)

CRL. EDUARDO CATALAN BRUNET                :      26  VOTOS

Comisión Revisora de Cuentas

TCL ENRIQUE ROSALES EGLI                         :         42  VOTOS (Electo)

B.- ARMADA:

Directores

CN ADOLFO PAUL LATORRE                          :        15 VOTOS (Electo)

CF FRANCISCO ALOMAR MARCHANT           :        13 VOTOS (Electo)

CN ALEJANDRO ARMSTRONG DE A.             :        13 VOTOS (Electo)

CF JORGE ILABACA ACHARAN                      :         13 VOTOS (Electo)

CN GASTÓN MENDOZA GÓMEZ                     :        12 VOTOS (Electo

Comisión Revisora de Cuentas

  1. ENRIQUE PIZARRO PIZARRO                  :        13 VOTOS (Electo)

C.- FUERZA AEREA:

Directores

CDA ROBERTO SERON CARDENAS                   :    30 VOTOS (Electo)

CDA JAIME PARRA SANTOS                               :     28 VOTOS (Electo)

CDA PATRICIO PROVOSTE HEREVIA                :     27 VOTOS (Electo)

CDA OSCAR SAA HERRERA                               :     27 VOTOS (Electo)

CDG VICENTE VON TEUBER LIZAMA                :     25 VOTOS (Electo)

Comisión Revisora de Cuentas

CDA ENRIQUE VILLALOBOS AMIGO                 :     30  VOTOS (Electo)

NOTA: Votos NULOS :  1

 

Con este acto se dio por terminado el proceso eleccionario para el Directorio años 2016 – 2018, quedando en consecuencia elegidos las cinco primeras mayorías de cada Institución.

Campaña comunicacional exige poner orden en la casa

“Solo quien acepta la derrota como tal puede crear las bases para un triunfo futuro”, dice el escritor alemán Volkmar Frank. Por eso, adquirir conciencia de la derrota resulta esencial para litigar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). La otra alternativa, es decir, maquillar como triunfo la derrota, es populismo, es engañarnos. Hoy corresponde que el Gobierno y la clase política asuman la derrota, la estudien y analicen, aprendan de ella y propongan una estrategia que nos evite repetir la experiencia.

Sin embargo, no solo sufrimos una derrota jurídica. Fue también comunicacional. Evo Morales transmitió al mundo su discurso, logró despertar compasión con Bolivia, atribuir su subdesarrollo a Chile, y tras el fallo salió jugando con técnica: mientras la Presidente, rodeada de políticos, leía ante las cámaras unas cuartillas, Evo improvisó un inspirado discurso populista y latinoamericanista, a ratos magnánimo con Chile.

Fue también una derrota en el arte de las alianzas. Evo convocó a su país en torno a una causa que puede mantenerlo en el poder hasta 2030 mientras Chile apenas pudo disimular ese día su desconcierto y divisiones. Evo logró despertar solidaridad en el mundo, sumar personalidades -hasta al Papa- y agradeció el apoyo a agrupaciones chilenas. Nuestro país se vio solo, convencido de que la batalla se daba en torno al Tratado de 1904 y solo se desplegaba en la CIJ.

Y fue asimismo una derrota de imagen. Bolivia supo proyectarse internacionalmente como víctima y presentar a Chile como país abusivo. Chile no logró aclarar que fue Bolivia quien cortó las relaciones Diplomáticas y ha rechazado el diálogo, ni supo publicitar las ventajas que brinda al tránsito y almacenamiento de carga boliviana, ni destacar que gran parte del comercio internacional vecino circula por puertos nacionales.

Son deficiencias que hay que superar, lo que llevará tiempo. Existe una deficiencia, en cambio, relacionada con la futura campaña comunicacional, que debe ser abordada a la brevedad: la incongruencia entre la posición de Chile y las divergencias que han mostrado y/o muestran en años recientes las fuerzas oficialistas respecto de Bolivia. Esto adquiere relevancia porque todo indica que el juicio acompañará al Gobierno hasta marzo de 2018.

En concreto: perjudica a Chile que figuras y partidos oficialistas hayan expresado o mantengan su respaldo a la aspiración boliviana. El Ministro de Defensa, José Antonio Gómez, por ejemplo, aseveró en 2013, como candidato Presidencial, que “a Bolivia hay que darle una salida al mar, incluso con soberanía”. Si bien Gómez se desmarcó de la afirmación tras asumir Defensa, su nombramiento arrancó aplausos a su par boliviano, fue celebrado por la prensa de ese país, causó sonrisas en el Palacio Quemado y seguro no pasó inadvertido en La Haya. El titular no encaja cómodamente con nuestra postura y representa un blanco ideal para campañas bolivianas.

Hay también Parlamentarios oficialistas que respaldan a Bolivia. Camila Vallejo, Diputado comunista, manifestó en 2013 estar “de acuerdo con una salida soberana al mar para Bolivia en el marco de una política de integración”. Su camarada Hugo Gutiérrez coincide: “Bolivia debe tener una salida soberana al mar, debe tener la posibilidad de tener un buen puerto frente al Pacífico”. En 2009 el Senador del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, apoyó la exigencia de Fidel Castro de mar para La Paz, y en 2011 afirmó que “el acceso al mar para Bolivia es un imperativo ético y moral”.

Corresponde subrayar que algunas de estas declaraciones fueron morigeradas posteriormente y que a nadie puede negársele el derecho a pensar como estime pertinente. Por eso, tal vez la situación es más compleja con los partidos oficialistas que integran el Foro de Sao Paulo (FSP): Partido Socialista, Partido Comunista y MAS. Declaraciones de esa poderosa coordinadora de un centenar de partidos latinoamericanos que simpatizan con los regímenes de Cuba y Venezuela expresan su “apoyo al derecho boliviano de una salida soberana al mar como aspecto fundamental para la integración sudamericana y de la Patria Grande Latinoamericana”. Es decir, hay partidos oficialistas chilenos que a nivel continental respaldan la aspiración boliviana, pero a nivel nacional, la posición chilena, una contradicción que requiere explicación. Después de todo, en el FSP los partidos chilenos suscriben entusiastas declaraciones con la causa boliviana, el socialismo y la creación de una “Patria grande” latinoamericana, a la que deben supeditarse las naciones.

Si La Moneda se propone en esta nueva fase del juicio acompañar su labor jurídica con una imprescindible campaña internacional que divulgue la posición chilena, es prudente que exija a sus Ministros, Parlamentarios y partidos una identificación nítida y unívoca con Chile. Sin lugar a dudas, la Diplomacia boliviana, más alerta y eficaz de lo supuesto, y respaldada por experimentados aliados bolivarianos, sabrá aprovechar toda incongruencia nuestra para mantenernos a la defensiva también en lo comunicacional.

Columna de Opinión

De los militares ( R ) a los civiles por Gonzalo Rojas Sánchez, historiador. Ver entrevista al general Roberto Viaux por Miguel Herberg

De los militares ( R ) a los civiles por Gonzalo Rojas Sánchez, historiador. Ver entrevista al general Roberto Viaux por Miguel Herberg (4 de abril 1973) www.youtube.com/watch?v=CfJ8W8YX5Vw
LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Yo no soy político, ni soy militar; sólo soy cabo de caballería (porque hice el servicio militar-escolar) y mis vínculos con las Fuerzas Armadas se han limitado a clases, conferencias y alguna breve asesoría.

  Si la mayoría de los políticos chilenos que apoyó el Pronunciamiento militar hubiese actuado en consecuencia, quizás no habría hecho falta que  dirigentes de 182 organizaciones de funcionarios en retiro de las Fuerzas Armadas y de Orden hubiesen tenido que reunirse para conformar una organización a nivel nacional, que les permita hablar con una sola voz.

Yo no soy político, ni soy militar; sólo soy cabo de caballería (porque hice el servicio militar-escolar) y mis vínculos con las Fuerzas Armadas se han limitado a clases, conferencias y alguna breve asesoría. Tampoco fui nunca funcionario del Gobierno militar. O sea, podría estar ahora contemplando el drama de los uniformados ( R ) desde mi consolidada posición universitaria y profesional, sin involucrarme para nada, como lo hacen tantas personas que todos conocemos.

(Bueno, eso de “sin involucrarse” debe ser matizado, porque uno de los deportes bucales favoritos del chileno de mi generación es destrozar a los uniformados ( R ) a punta de los mismos adjetivos y verbos que antes solían utilizar contra las izquierdas marxistas y que quizás ahoraŠ vuelven a dirigir contra ellas y contra los delincuentes comunes. Es esa gente que habla para oírse, liberarse de responsabilidades y validarse en grupos de referencia donde todos tienden a pensar como ellos).

Retomemos.

La organización que los uniformados ( R ) han constituido, pudo no haber existido jamás si los civiles hubiésemos sido responsables de nuestra profunda adhesión al Gobierno militar y la hubiésemos prolongado en el tiempo. Pero la inmensa mayoría no lo ha hecho: tantos políticos acomodaticios, tantos intelectuales olvidadizos, tantos profesionales y empresarios dedicados al dinero.

Ya que han tenido que ser los propios militares ( R) los que asuman esta tarea, cuando no eran los naturalmente llamados a ella, es imprescindible que en la conciencia de muchos civiles se abra la posibilidad de que despierten, de que se sumen a su causa, de que los apoyen en todo lo que sea digno y noble y rediman décadas de frívola negligencia.

Más que un desafío para los propios militares ( R ) esta es sin duda alguna la última oportunidad de compromiso para los civiles que conservan aún una cierta rectitud interior……………….

Gonzalo Rojas Sánchez

Columna de Opinión

ACLARACION OFICIAL DEL CURSO MILITAR 1971, EN RELACION AL FALLECIMIENTO DE NUESTRA QUERIDA AMIGA SEÑORA VERONICA AEDO DE RETAMAL.(QEPD)

ACLARACION OFICIAL DEL CURSO MILITAR 1971, EN RELACION AL FALLECIMIENTO DE NUESTRA QUERIDA AMIGA SEÑORA VERONICA AEDO DE RETAMAL.(QEPD)

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

El Honor Militar nos obliga a ser veraces, ecuánimes y hacer prevalecer la verdad por sobre las emociones y lo subjetivo.

En conocimiento de 2 artículos publicados en Chile Informa de su digna dirección, en su Nº 2029 de fecha 15 de Octubre bajo el titulo “ Humillación, Impotencia, Rabia Casi Incontenible en La Capilla de la Academia de Guerra” y Nº 2030 de fecha 16 de octubre, bajo el título “ Grito de Dolor y Angustia en el Desierto”, a requerimiento de los hijos del Coronel MOISES RETAMAL BUSTOS y en particular de los integrantes de la Promoción Escuela Militar 1971, se nos hace un deber moral de soldados, el aclarar y puntualizar aspectos y situaciones que a todas luces carecen de veracidad, seguramente originados y motivados por diferentes percepciones y sensibilidades del momento, pero que no se compadecen con lo visto por 62 compañeros de curso y sus esposas, allí presentes.

El Honor Militar nos obliga a ser veraces, ecuánimes y  hacer prevalecer la verdad por sobre las emociones y lo subjetivo.

Los Hechos:

Clínica Alemana:

En relación a la visita a la Clínica Alemana, Moisés concurrió el día  Miércoles 07 de Octubre en horas de la tarde y pudo visitar a su amada esposa Verónica, por un lapso de 40 minutos, no por 2 horas como erradamente se informa.

Lo que ocurrió en el interior, es sólo de conocimiento de ambos esposos, habida consideración que por decisión de sus hijos, ingresó sin compañía a la habitación.

El personal de Gendarmería que lo acompañaba, mantuvo en todo momento una actitud distante, prudente y respetuosa, acorde al momento y la situación que se vivía.

Cualquier cosa diferente que se diga al respecto, carece de veracidad.

Capilla de la Academia de Guerra.

Moisés ingresó a la Capilla a las 15:00 horas del día Sábado 10 de Octubre. Lo anterior, acorde con la información que manejaba Gendarmería en el sentido que la misa sería a dicha hora y no a las 16:00 como realmente se había programado.

El Mayor a cargo del dispositivo de traslado y custodia, por iniciativa propia, se comunicó con sus mandos superiores planteando la situación y a la vez obtuvo de inmediato la autorización para postergar la permanencia hasta el término del oficio religioso.

Acto seguido el Mayor de Gendarmería tomó contacto y coordinó con un Coronel compañero de curso de Moisés el procedimiento a seguir, el cual consignaba:

Fuera acompañado en forma cercana por el señalado Coronel

Al término de la misa, estaba autorizado para despedirse de sus hijos, nietos y familiares mas cercanos que se encontraban en primera fila.

Salir de la capilla acompañado por el ya mencionado.

Entre las 15:00 y 16:00 horas, Moisés recibió las condolencias de todos quienes en forma masiva concurrieron a despedir los restos de su esposa. Jamás estuvo custodiado con un gendarme a su lado durante todo este doloroso proceso.

Incluso, se dio una pausa de aproximadamente 10 minutos para salir de la capilla a fumar un cigarrillo.

A las 16:00 horas puntualmente, el sacerdote solicitó tomar asiento para iniciar la misa y en consecuencia, quedaron algunos amigos sin poder acercarse a él.

El Mayor de Gendarmería permaneció en todo momento en la línea de la primera fila, a unos 6 metros de Moisés y un Subteniente en el otro extremo de la Capilla. El Mayor nunca hizo ostentación de su presencia y función, y menos aún se acercó a él.

Alrededor de las 17:00 horas, se puso término al Oficio Religioso y Moisés; previamente en conocimiento del procedimiento, se levantó y procedió a despedirse de sus hijos, nietos y familiares mas cercanos.

Acto seguido se acercó a la urna, levantó la cubierta y con un beso en el cristal, dio el ultimo adiós a su esposa. (hecho que debió haber sido percibido por muy pocos)

Fue precisamente en ese momento, en el cual uno de sus hijos le hizo entrega de la fotografía que había permanecido sobre la urna durante toda la ceremonia. No afuera y en la forma dramática como se señala.

A continuación y como estaba coordinado, inició su salida de la capilla acompañado de un Coronel primo hermano y del Coronel compañero de Curso ya mencionado.

En ningún momento existió la figura de los 4 gendarmes que lo tomaron y lo sacaron de la Capilla.  El Mayor y el Subteniente iban un par de pasos atrás.

O la versión del día Jueves 15 que señala: “abruptamente, lo toman los dos gendarmes que custodiaban a Moisés y lo escoltan y lo sacan de la Iglesia por el pasillo central de ella”…

Efectivamente, en ese instante se genera un aplauso espontáneo de todos los presentes tanto en el interior como exterior de la Capilla, pero Moisés no iba llorando, ni con un gendarme a cada lado y no levantó la mano tímidamente como se señala; sino que lo hizo con el temple y la hombría que siempre lo han caracterizado.

Finalmente y si querer cuestionar ambos artículos publicados, toda vez que por la impresionante cantidad de asistentes, es muy probable que se haya tenido otra óptica y percepción de la ceremonia, queremos dejar expresa constancia que el proceder de los funcionarios de Gendarmería, fue en todo momento respetuoso, deferente, cordial y sin dar en ningún momento la imagen de estar custodiando a un preso; lo anterior, sin dejar de cumplir su función.

Esta es la realidad de los hechos y la opinión unánime de sus hijos y de nuestra Promoción,  por lo que  estimamos un deber justo y ético, el hacerla saber.

La Directiva

Promoción Escuela Militar 1971

Columna de Opinión

La Haya y la Quinta Columna

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Nuestras autoridades y clase política deben terminar con el sentimiento de culpa por haber ganado la Guerra del Pacífico; fue una guerra que no buscamos y que ganamos gracias al valor y el patriotismo de nuestros soldados y marinos. En esas tierras está la sangre del pueblo chileno.                                

Después de la derrota que hemos sufrido en La Haya, ante la demanda boliviana para obtener un acceso soberano al Océano Pacífico, lo que constituye un nuevo fracaso de nuestra diplomacia, es preciso detenerse y ver qué es lo que está pasando con nuestra Patria y que podemos hacer para mejorar:

En primer lugar, podemos decir que Chile se encuentra en un estado de gran debilidad; sus Instituciones, de acuerdo a las encuestas, están muy mal evaluadas, siendo las  FFAA y las Policías por lejos,  las mejor valoradas por los chilenos en este momento. Existe un ambiente tenso  y una desconfianza en las autoridades. En los procesos que se siguen contra los militares, por violaciones a los derechos humanos, no se aplican las normas del Estado de Derecho, cometiéndose una injusticia brutal en contra de los que arriesgaron sus vidas para evitar una Guerra Civil y la instauración de una Dictadura Comunista en nuestro país. En la Araucanía impera el Terrorismo y la Guerrilla y, según las víctimas, en ese territorio no existe el Estado de Derecho, se sienten indefensas y desamparadas. Ningún Gobierno ha podido o ha querido terminar con este problema que cada vez es más grave.

En segundo lugar, estimo que debemos terminar con esta especie de obsesión de estar  discutiendo permanentemente nuestras fronteras y soberanía y colocándolas en manos de extranjeros incompetentes y parciales como  han demostrado ser los jueces de la C I J  de La Haya. Debemos entender que ellos no actúan en base a derecho y que deciden los asuntos políticamente. Ya fuimos víctimas de un fallo injusto y absurdo con el Perú, en el que después de haber, ese país, inventado y montado un caso, salió victorioso recibiendo 22000 Kilómetros cuadrados de  territorio marítimo que nos pertenecía. Colombia ha sido perjudicada recientemente y ha vivido una experiencia similar en el litigio con Nicaragua. En la práctica, este tribunal existe sólo para los países del tercer mundo; las naciones desarrolladas y poderosas no se someten a su jurisdicción.

En tercer lugar, por diferentes medios de comunicación y por ciertos hechos ocurridos, nos hemos enterado que hay partidos y políticos chilenos que están a favor de la causa de Bolivia, y esto no es de extrañar, porque si analizamos los objetivos que persigue el Foro de Sao Paulo, al cual pertenecen el partido Comunista, el partido Socialista, el MIR, el MAS, el partido Humanista,  el partido Revolución Democrática y la IC, veremos que éste apoya a Bolivia para que obtenga una salida soberana al mar. Así está determinado en la “Declaración Final del XX Encuentro del Foro de Sao Paulo” efectuado en La Paz, Bolivia  entre el 25 y 29 de agosto de 2014 y  en la del XXI Encuentro efectuado en Ciudad de México   entre el 21 de julio y el 01 de agosto de 2015, sin que exista en ellas alguna objeción por parte de los partidos chilenos que lo integran. Lo grave de esta situación es que algunos de éstos forman parte del Gobierno. Debemos señalar que el Foro de Sao Paulo es una organización marxista que abarca America Latina y el Caribe y que fue fundada en 1990 por Fidel Castro y Lula da Silva, ex presidente de Brasil. Esta información se puede encontrar en: “forodesaopaulo.org”

Consecuente con lo anterior, debemos recordar que el año 2006 Evo Morales fue invitado a una manifestación en apoyo a Bolivia en el Estadio Nacional, en la que los asistentes, marxistas chilenos, gritaban “Mar para Bolivia”.

Asimismo, sabemos que hay parlamentarios comunistas y otras autoridades y personajes de la política nacional que han declarado, en algún momento, su apoyo a la causa boliviana.

A lo anterior, debemos agregar que, según la prensa, el día en que se conoció el fallo, el miembro de la dirección nacional del Frente Manuel Rodríguez, Marcos Riquelme, movimiento que apoya la demanda boliviana y que es el “brazo armado del Partido Comunista”, se encontraba apoyando la demanda de “Mar para Bolivia” en la Plaza Murillo de La Paz, siendo   naturalmente el entrevistado estrella de los medios bolivianos.

 Con lo señalado, es dable preguntarse, ¿cuánta de nuestra información confidencial o reservada, relacionada con nuestra defensa en el litigio y en otras materias de seguridad nacional, va a parar a manos de Evo Morales?.

Así las cosas, no es verdad que en nuestro país existe unidad sobre este asunto , como lo han señalado nuestras  autoridades; la realidad cruda y demoledora es que tenemos una Quinta Columna dentro de nuestro querido Chile que está con la causa boliviana y que le está haciendo un gran daño a la defensa de nuestra soberanía. Sin duda, la posición a favor de Bolivia, que sostienen los partidos que integran el Gobierno, debe estar en conocimiento de los jueces del Tribunal.

En cuarto lugar, estimo que ya es tiempo que la clase política  entienda que las FFAA. no están sólo para  desfiles o para evitar saqueos en situaciones de catástrofe o emergencia nacional; ellas existen esencialmente para defender la soberanía nacional y  constituyen un brazo importante de nuestras Relaciones Exteriores en el cual se debe apoyar nuestro país. De acuerdo a nuestra actitud permanente,  pareciera ser que somos un país indefenso, sin FFAA.

De lo señalado podemos concluir lo siguiente:

Nos debemos  retirar del Pacto de Bogotá.

Evaluar  la conveniencia, para nuestro país, de continuar en este momento exponiendo nuestra soberanía en manos de una Corte incompetente y parcial. La defensa de nuestra soberanía y de nuestros intereses debe estar por sobre cualquier otra consideración.

Exigir a los presidentes de los partidos miembros del Foro de Sao Paulo: el partido Comunista,  el Socialista, el MIR, el MAS , el partido Humanista, Revolución Democrática y la IC, que de cara al país expliquen porqué están a  favor de Bolivia en esta controversia; deben aclarar su posición.

En el manejo de nuestras RREE, apoyarse en nuestras FFAA; ellas son valiosas,            eficientes y poseedoras de una gloriosa tradición guerrera. No somos un país indefenso.

Actuar con dignidad y con honor; no podemos seguir manifestando nuestro deseo de continuar dialogando con Bolivia, mientras ésta sigue desconociendo el Tratado de 1904, insulta a nuestro país y a nuestras autoridades, miente descaradamente ante la comunidad internacional , tergiversa la historia, nos agrede permanentemente y nos trata de producir el mayor daño posible. Es evidente que ya no se debe discutir más sobre buscar nuevas soluciones, de ningún tipo, para satisfacer su problema mediterráneo. Sólo debemos cumplir cabalmente con el Tratado de 1904, como siempre lo ha  hecho Chile, y nada más en esta materia; es tiempo también para actuar con firmeza y decisión.

Nuestras autoridades y clase política deben terminar con el sentimiento de culpa por haber ganado la Guerra del Pacífico; fue una guerra que no buscamos y que ganamos gracias al valor y el patriotismo de nuestros soldados y marinos. En esas tierras está la sangre del  pueblo chileno.

Lo que nos está ocurriendo ahora, es un nuevo aviso para los soñadores, los ingenuos, los ignorantes  y los americanistas;  estamos rodeados de países que han actuado, históricamente, siempre en contra nuestra, lo que nos obliga a mantener FFAA fuertes y bien equipadas, a protegerlas, a cuidarlas, a respetarlas, a quererlas. Ellas son un pilar fundamental de nuestra nación, y un orgullo para Chile desde su nacimiento  como nación independiente hasta el día de hoy.

Nuestros políticos  deben entender que en la permanente lucha de los pueblos por sobrevivir, los débiles sucumben y sólo los fuertes prevalecen.

Finalmente, en este contexto, podemos decir que en 1978, durante la crisis del Beagle provocada por Argentina, al declarar “Insanablemente Nulo” el Fallo que confirmaba nuestra  soberanía sobre las Islas Picton, Nueva y Lenox,  el Gobierno Militar mantuvo una actitud firme y decidida y estuvo dispuesto a defenderlas e ir a la guerra si era necesario; esta actitud evitó  que perdiéramos ese territorio. Así se defiende a Chile.

01 de Octubre de 2015

                                                            Rafael González Rees

                                                             Cotraalmirante ( R )

Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

La Haya y la Quinta Columna

LAS OPINIONES EMITIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, ES DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Nuestras autoridades y clase política deben terminar con el sentimiento de culpa por haber ganado la Guerra del Pacífico; fue una guerra que no buscamos y que ganamos gracias al valor y el patriotismo de nuestros soldados y marinos. En esas tierras está la sangre del pueblo chileno.

                                  

Después de la derrota que hemos sufrido en La Haya, ante la demanda boliviana para obtener un acceso soberano al Océano Pacífico, lo que constituye un nuevo fracaso de nuestra diplomacia, es preciso detenerse y ver qué es lo que está pasando con nuestra Patria y que podemos hacer para mejorar:

En primer lugar, podemos decir que Chile se encuentra en un estado de gran debilidad; sus Instituciones, de acuerdo a las encuestas, están muy mal evaluadas, siendo las  FFAA y las Policías por lejos,  las mejor valoradas por los chilenos en este momento. Existe un ambiente tenso  y una desconfianza en las autoridades. En los procesos que se siguen contra los militares, por violaciones a los derechos humanos, no se aplican las normas del Estado de Derecho, cometiéndose una injusticia brutal en contra de los que arriesgaron sus vidas para evitar una Guerra Civil y la instauración de una Dictadura Comunista en nuestro país. En la Araucanía impera el Terrorismo y la Guerrilla y, según las víctimas, en ese territorio no existe el Estado de Derecho, se sienten indefensas y desamparadas. Ningún Gobierno ha podido o ha querido terminar con este problema que cada vez es más grave.

En segundo lugar, estimo que debemos terminar con esta especie de obsesión de estar  discutiendo permanentemente nuestras fronteras y soberanía y colocándolas en manos de extranjeros incompetentes y parciales como  han demostrado ser los jueces de la C I J  de La Haya. Debemos entender que ellos no actúan en base a derecho y que deciden los asuntos políticamente. Ya fuimos víctimas de un fallo injusto y absurdo con el Perú, en el que después de haber, ese país, inventado y montado un caso, salió victorioso recibiendo 22000 Kilómetros cuadrados de  territorio marítimo que nos pertenecía. Colombia ha sido perjudicada recientemente y ha vivido una experiencia similar en el litigio con Nicaragua. En la práctica, este tribunal existe sólo para los países del tercer mundo; las naciones desarrolladas y poderosas no se someten a su jurisdicción.

En tercer lugar, por diferentes medios de comunicación y por ciertos hechos ocurridos, nos hemos enterado que hay partidos y políticos chilenos que están a favor de la causa de Bolivia, y esto no es de extrañar, porque si analizamos los objetivos que persigue el Foro de Sao Paulo, al cual pertenecen el partido Comunista, el partido Socialista, el MIR, el MAS, el partido Humanista,  el partido Revolución Democrática y la IC, veremos que éste apoya a Bolivia para que obtenga una salida soberana al mar. Así está determinado en la “Declaración Final del XX Encuentro del Foro de Sao Paulo” efectuado en La Paz, Bolivia  entre el 25 y 29 de agosto de 2014 y  en la del XXI Encuentro efectuado en Ciudad de México   entre el 21 de julio y el 01 de agosto de 2015, sin que exista en ellas alguna objeción por parte de los partidos chilenos que lo integran. Lo grave de esta situación es que algunos de éstos forman parte del Gobierno. Debemos señalar que el Foro de Sao Paulo es una organización marxista que abarca America Latina y el Caribe y que fue fundada en 1990 por Fidel Castro y Lula da Silva, ex presidente de Brasil. Esta información se puede encontrar en: “forodesaopaulo.org”

Consecuente con lo anterior, debemos recordar que el año 2006 Evo Morales fue invitado a una manifestación en apoyo a Bolivia en el Estadio Nacional, en la que los asistentes, marxistas chilenos, gritaban “Mar para Bolivia”.

Asimismo, sabemos que hay parlamentarios comunistas y otras autoridades y personajes de la política nacional que han declarado, en algún momento, su apoyo a la causa boliviana.

A lo anterior, debemos agregar que, según la prensa, el día en que se conoció el fallo, el miembro de la dirección nacional del Frente Manuel Rodríguez, Marcos Riquelme, movimiento que apoya la demanda boliviana y que es el “brazo armado del Partido Comunista”, se encontraba apoyando la demanda de “Mar para Bolivia” en la Plaza Murillo de La Paz, siendo   naturalmente el entrevistado estrella de los medios bolivianos.

 Con lo señalado, es dable preguntarse, ¿cuánta de nuestra información confidencial o reservada, relacionada con nuestra defensa en el litigio y en otras materias de seguridad nacional, va a parar a manos de Evo Morales?.

Así las cosas, no es verdad que en nuestro país existe unidad sobre este asunto , como lo han señalado nuestras  autoridades; la realidad cruda y demoledora es que tenemos una Quinta Columna dentro de nuestro querido Chile que está con la causa boliviana y que le está haciendo un gran daño a la defensa de nuestra soberanía. Sin duda, la posición a favor de Bolivia, que sostienen los partidos que integran el Gobierno, debe estar en conocimiento de los jueces del Tribunal.

En cuarto lugar, estimo que ya es tiempo que la clase política  entienda que las FFAA. no están sólo para  desfiles o para evitar saqueos en situaciones de catástrofe o emergencia nacional; ellas existen esencialmente para defender la soberanía nacional y  constituyen un brazo importante de nuestras Relaciones Exteriores en el cual se debe apoyar nuestro país. De acuerdo a nuestra actitud permanente,  pareciera ser que somos un país indefenso, sin FFAA.

De lo señalado podemos concluir lo siguiente:

Nos debemos  retirar del Pacto de Bogotá.

Evaluar  la conveniencia, para nuestro país, de continuar en este momento exponiendo nuestra soberanía en manos de una Corte incompetente y parcial. La defensa de nuestra soberanía y de nuestros intereses debe estar por sobre cualquier otra consideración.

Exigir a los presidentes de los partidos miembros del Foro de Sao Paulo: el partido Comunista,  el Socialista, el MIR, el MAS , el partido Humanista, Revolución Democrática y la IC, que de cara al país expliquen porqué están a  favor de Bolivia en esta controversia; deben aclarar su posición.

En el manejo de nuestras RREE, apoyarse en nuestras FFAA; ellas son valiosas,            eficientes y poseedoras de una gloriosa tradición guerrera. No somos un país indefenso.

Actuar con dignidad y con honor; no podemos seguir manifestando nuestro deseo de continuar dialogando con Bolivia, mientras ésta sigue desconociendo el Tratado de 1904, insulta a nuestro país y a nuestras autoridades, miente descaradamente ante la comunidad internacional , tergiversa la historia, nos agrede permanentemente y nos trata de producir el mayor daño posible. Es evidente que ya no se debe discutir más sobre buscar nuevas soluciones, de ningún tipo, para satisfacer su problema mediterráneo. Sólo debemos cumplir cabalmente con el Tratado de 1904, como siempre lo ha  hecho Chile, y nada más en esta materia; es tiempo también para actuar con firmeza y decisión.

Nuestras autoridades y clase política deben terminar con el sentimiento de culpa por haber ganado la Guerra del Pacífico; fue una guerra que no buscamos y que ganamos gracias al valor y el patriotismo de nuestros soldados y marinos. En esas tierras está la sangre del  pueblo chileno.

Lo que nos está ocurriendo ahora, es un nuevo aviso para los soñadores, los ingenuos, los ignorantes  y los americanistas;  estamos rodeados de países que han actuado, históricamente, siempre en contra nuestra, lo que nos obliga a mantener FFAA fuertes y bien equipadas, a protegerlas, a cuidarlas, a respetarlas, a quererlas. Ellas son un pilar fundamental de nuestra nación, y un orgullo para Chile desde su nacimiento  como nación independiente hasta el día de hoy.

Nuestros políticos  deben entender que en la permanente lucha de los pueblos por sobrevivir, los débiles sucumben y sólo los fuertes prevalecen.

Finalmente, en este contexto, podemos decir que en 1978, durante la crisis del Beagle provocada por Argentina, al declarar “Insanablemente Nulo” el Fallo que confirmaba nuestra  soberanía sobre las Islas Picton, Nueva y Lenox,  el Gobierno Militar mantuvo una actitud firme y decidida y estuvo dispuesto a defenderlas e ir a la guerra si era necesario; esta actitud evitó  que perdiéramos ese territorio. Así se defiende a Chile.

01 de Octubre de 2015

                                                            Rafael González Rees

                                                             Cotraalmirante ( R )