Perla O’higginiana. “La sociedad de amigos de Chile. Mario Barrientos Ossa
Con fecha 05 de agosto de 1818, el Libertador emitió, junto con su Ministro de Gobierno, don Antonio José de Irisarri, los estatutos constitutivos de lo que se llamó “Sociedad de Amigos de Chile”. No deja de llamar la atención que tanto la Legión del Mérito, como esta Sociedad, se fundaron en agosto, mes del natalicio del prócer. Agreguemos que la Expedición Libertadora del Perú, zarpó desde Valparaíso un 20 de agosto de 1820, día en que nuestro prócer cumplía 42 años de edad. ¡Don Bernardo sabía hacerse regalos contundentes para su cumpleaños!
El objeto de la Sociedad, conforme sus estatutos, era promover el progreso del país, en su más amplio sentido. Establecía, expresamente, que uno de sus fines sería constituir escuelas patrióticas en que se enseñara a la juventud, destacando que hacía referencia a la creación de escuelas para mujeres, lo que en aquellos años era poco usual. Sin duda, el Libertador era un adelantado para su época.
Se asignaba a la Institución proponer al gobierno las medidas provechosas para el bien general de la población, lo cual nos lleva a concluir que reflejaba el incontenible interés de O´Higgins por sacar al país del atraso de aquellos lejanos años.
Su estatuto disponía que las armas de la Sociedad serían: un escudo con la cornucopia de la abundancia en el centro y al entorno el nombre: “Sociedad de Amigos de Chile”.
El texto fundacional contemplaba la existencia de socios numerarios, que eran aquellos que vivían en Santiago y podían asistir a sus reuniones, socios corresponsales, que eran aquellos que vivían fuera de la capital y del Estado, y socios honorarios, que eran agricultores y artesanos que por sus méritos serían invitados a incorporarse.
Las juntas debían realizarse 2 días a la semana, lunes y jueves, comenzando a las cinco de la tarde.
Sus autoridades eran un Director, un Censor, un Secretario, un Contador y un Tesorero.
El primer Directorio quedó constituido así: Director, don Francisco Antonio Pérez; Censor, don Agustín Vial; Secretario, don Gaspar Marín; Contador, don Domingo Eyzaguirre; y Tesorero, don Juan Agustín Alcalde. Puede apreciarse la calidad y peso de estos cinco próceres y la relevancia que su creación tuvo para la élite de la época: sus más preclaros miembros se incorporaron y asumieron sus cargos directivos.
Los estatutos se explayan en numerosas otras materias, que es imposible reseñar en la brevedad de esta perla, siendo útil considerar la creación de esta Sociedad de Amigos de Chile, como un intento de O´Higgins por comprometer organizadamente a los elementos de más peso social de la época, en la tarea de desarrollar la economía y la cultura de la naciente República.
Muchos historiadores han visto en esta Sociedad de Amigos de Chile, la idea matriz que hoy se pretende llevar a cabo en nuestro Instituto O’higginiano de Rancagua, en cuanto a fomentar y desarrollar principios y valores patrióticos que permitan proyectar a Chile hacia un venturoso porvenir.
Por lo dicho, quienes somos Caballeros O’higginianos, nos sentimos complacidos herederos y sucesores de la Sociedad de Amigos de Chile, recordando que nuestros estatutos se nutren de los otorgados por el Libertador, lo que es un verdadero privilegio, y un compromiso que procuramos cumplir cada día.
Mario Barrientos Ossa. Instituto O’higginiano de Rancagua.