CUATRO CLAVES PARA ENTENDER LA COP29
QUE COMIENZA HOY EN AZERBAIYÁN
- González – El Mercurio, Vida Ciencia Tecnología, 11/11/2024
Cada nueva conferencia anual de las Naciones Unidas en torno al cambio climático suele estar llena de desafíos. Y la COP29 no es la excepción: a partir de hoy y durante dos semanas, representantes de 198 naciones se reunirán en Bakú (Azerbaiyán) para definir, sobre todo, cómo aumentar el financiamiento frente a la nueva era de desastres climáticos, cómo mejorar la adaptación y la mitigación de emisiones, así como la compensación a los países, en particular los más vulnerables, por pérdidas y daños.
Durante dos semanas, los países negociarán cómo incrementar los flujos financieros mundiales frente al cambio climático. Los expertos coinciden en que ese será el tema estrella de esta conferencia anual de las Naciones Unidas. |
‘La COP es una conferencia con una agenda extensa y compleja’, enfatiza el embajador Julio Cordano, director de Medio Ambiente, cambio climático y Océanos de la Cancillería y a cargo de la delegación chilena durante la segunda mitad de la cumbre.
Sin embargo, agrega, hay temas que tendrán más visibilidad. ‘La COP29 es la oportunidad de dar seguimiento y construir sobre lo que se acordó el año pasado, incluyendo la meta de triplicar la energía renovable y de transitar hacia sistemas energéticos libres de combustibles fósiles’, cita como ejemplo.
A continuación, cuatro datos claves que ayudan a entender lo que será esta cumbre.
En qué se ha avanzado. Las tres letras que designan la COP se refieren a la Conferencia de las Partes (Conference Of the Parties, en inglés) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
Adoptada en Río de Janeiro en 1992, sin carácter vinculante, marcó el compromiso de los países por tomar medidas para limitar las emisiones de gases contaminantes, revertir el calentamiento global y salvar al planeta. Aquí algunos hitos:
- COP1 Berlín (1995): los países se comprometen a reducir los gases causantes del efecto invernadero, pero sin cifras ni plazos.
- COP3 Kioto (1997): se firmó el Protocolo de Kioto; por primera vez los países industrializados acuerdan la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estableciendo plazos. Pero hubo roces y EE. UU. se retiró en 2001.
- COP21 París (2015): año del histórico Acuerdo de París, el mayor pacto climático mundial de carácter vinculante, con el objetivo de contener el calentamiento global por debajo de los 2 ºC. Busca reducir los gases de efecto invernadero rápido y llegar a cero emisiones netas en la segunda mitad de este siglo. Es la primera vez que todas las naciones se comprometen a limitar sus emisiones.
- COP25 Madrid (2019): la capital española acogió la cumbre, ya que Chile renunció a su organización por el estallido del 18-O (sin embargo, la presidió). Se firmó un acuerdo que sienta las bases para que los países presenten compromisos nacionales de reducción de emisiones (NDC).
- COP27 Sharm el Sheikh (2022): se llega a un acuerdo decisivo sobre un nuevo fondo de ‘pérdidas y daños’ para los países vulnerables. Se reafirma el compromiso de los países de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 °C.
- COP28 Dubái (2023): se acordó instar a los estados a iniciar una transición para abandonar los combustibles fósiles
Polémica sede. Desde 1995, y cada año, se reúnen los 198 países y otras partes miembros de la convención, en una ciudad diferente, con una alternancia de continentes. Solo en una ocasión hubo que posponer la cita, en 2020, a causa de la pandemia del coronavirus. Se reagendó para el año siguiente en Glasgow (Reino Unido).
Este año, la ciudad sede es Bakú, la capital de Azerbaiyán, lo que no estuvo exento de polémicas ya que es un país exportador de hidrocarburos. ‘Por segundo año consecutivo, el anfitrión es un país cuya economía depende del petróleo (la COP28 fue en Dubái, séptimo productor mundial de petróleo), lo que hace pensar en una suerte de greenwashing (estrategia para aparentar un cuidado por el medio ambiente mayor que el real)’, plantea Raúl Cordero, académico de la Facultad de Ciencias de la U. de Santiago y experto en cambio climático.
De hecho, al igual que el año pasado, el tema ya ha generado protestas de grupos ambientalistas y Azerbaiyán ha sido acusado de mostrarse reticente a priorizar los combustibles fósiles durante las conversaciones para proteger sus propios intereses en petróleo y gas.
Siruza Sultanzade, miembro del comité organizador de la cumbre, dijo a EFE que Azerbaiyán ha logrado importantes avances en el ámbito de las energías renovables, utilizando su potencial solar y eólico. ‘Es una parte importante del plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero’.
Problema de platas. La COP29 ha sido apodada ‘la cumbre de las finanzas’: uno de sus desafíos claves es acordar recursos para combatir al cambio climático desde diversos frentes.
‘El objetivo es conseguir un consenso para que el financiamiento sea adecuado y accesible, con el fin de que permita aumentar la ambición en mitigación de gases, facilitar la adaptación a sus consecuencias y favorecer la transición energética’, dice Cordano.
Marco Billi, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), explica que un factor en juego será liberar mayores flujos financieros para la acción climática de países en desarrollo. ‘Se trata de establecer una nueva meta a la fijada en el Acuerdo de París de US$ 100 billones (para 2025) por parte de países desarrollados. Pero es importante considerar que no se ha cumplido la meta previa; estamos lejos de eso’.
Cordero es poco optimista sobre lo que se pueda lograr. ‘A los países desarrollados les interesa más discutir el financiamiento para la mitigación del cambio climático (la transición hacia energías limpias y renovables), pero los países en desarrollo y del Sur Global buscan conversar sobre dineros para la adaptación (a los impactos que el cambio climático ya está generando)’.
De hecho, agrega, en la COP28 se creó un fondo de pérdidas y daños, tras más de una década de discusiones, para ir en ayuda de países que no tienen acceso a recursos y son víctimas de eventos extremos. ‘No se trata de un regalo, sino de una compensación’ por parte de los países desarrollados, que son los que más han contaminado.
Asimismo, esta reunión será una oportunidad para revisar cómo avanzan las contribuciones nacionales determinadas (NDC) o planes de reducción de emisiones de cada país, que deben ser actualizadas antes de febrero de 2025, según explica Álex Godoy, director del Centro de Sustentabilidad de la U. del Desarrollo. ‘El objetivo es aumentar la ambición climática de cada país en esta materia y llegar al compromiso de dejar atrás los combustibles fósiles al 2030’, precisa Godoy, quien es parte del Comité Científico para cambio climático del Gobierno de Chile.
Impacto ambiental. Las razones para llevar a cabo estas reuniones están cada vez más a la vista, dicen los expertos: los desastres climáticos aumentan en gravedad, con olas de calor frecuentes, huracanes destructivos, sequías, deshielo de los polos, entre otros efectos irreversibles del cambio climático.
Por ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) instó a los países a aumentar ‘drásticamente’ sus esfuerzos frente al tema. ‘El cambio climático ya está devastando comunidades en todo el mundo, especialmente a las más pobres y vulnerables. Las furiosas tormentas están arrasando hogares, los incendios forestales están acabando con los bosques y la degradación del suelo y la Sequía está degradando los paisajes’, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
En tanto, la OMS dio a conocer dos informes en los que muestra que invertir en medidas para luchar contra el cambio climático, como sistemas de alerta por olas de calor, pueden salvar dos millones de vidas al año, y sus beneficios pueden cuadruplicar el dinero gastado en ellas.
Asimismo, recomienda el desarrollo de energías limpias para uso doméstico o aumentar los precios de los combustibles fósiles para poder lograr ese ahorro en vidas humanas.
Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antoni Varas Clavel