O’HIGGINS Y EL PODER
Autor: Antonio Yakcich Furche.
Presidente del Instituto O´Higginiano de Rancagua.
Innumerables hombres públicos a lo largo de la historia, se han enfrentado a tener que entregar por diversas circunstancias el poder que ejercían, siendo en muchas ocasiones un momento complejo.
O`Higgins vivió esa disyuntiva en tres oportunidades, dos de ellas durante la Patria Vieja y la última en las postrimerías de la Nueva.
La primera ocasión ocurrió en el año 1811, cuando en representación de Juan Martínez de Rozas, que se encontraba en Concepción, Bernardo integró una Junta de Gobierno con José Miguel Carrera y Gaspar Marín.
El accionar del Húsar de Galicia, de temperamento exaltado, provocó diferencias con los demás integrantes del triunvirato, ante lo cual O´Higgins decidió alejarse de la Junta y viajar al sur, evitando conflictos. Aún más, aceptó ser emisario de Carrera para mediar ante Martínez de Rozas, ya que se presentaban profundas diferencias entre ambos.
Los vaivenes del proceso libertario continuaron, José Miguel debió abandonar el poder político y el militar luego de los primeros reveses en el campo de batalla, ocurridos durante 1813.
Un año después Carrera llevó a cabo una nueva asonada, asumiendo otra vez el poder político y O`Higgins, al mando del Ejército Patriota, se le enfrentó en Tres Acequias con el fin de restituir las autoridades expulsadas del poder.
Todo indicaba que el combate de resultados inciertos prolongaría la lucha.
Sin embargo, una noticia desalentadora llegó desde el sur, el Brigadier Mariano Osorio había desembarcado tropas realistas veteranas, dispuesto a restituir el poder de la monarquía en Chile.
Al enterarse de aquello, Bernardo O´Higgins, luego de negociaciones infructuosas con Carrera, decidió entregarle el mando del Ejército a fin de lograr la necesaria unidad, asumiendo como uno de sus subordinados.
Finalmente, en 1823, luego del proceso fundacional de la República que O´Higgins había asumido en 1817, la situación interna en el país provocó un descontento que amenazó su gobierno y ante la posibilidad de un enfrentamiento fratricida, decidió dejar el poder voluntariamente y autoexiliarse.
Bernardo el hombre público, que se sentía responsable por la conducción del país, pese a tener la fuerza armada a su lado y el control político de la nación, se desprendió del poder como ya lo había hecho antes.
Sin lugar a dudas, su interno convencimiento que; por sobre sus propios intereses estaban los de la Patria, motivó en las tres ocasiones la decisión que adoptó.
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