Causa abierta contra Baltasar Garzón por prevaricación y cohecho
Las opiniones vertidas en esta columna de opinión, son de responsabilidad se sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Los peritos también descubrieron que Garzón ocultaba una segunda cuenta en el Citibank de Nueva York, según reveló entonces este diario. Garzón dirigió un escrito a Marchena el pasado mes de noviembre en el que aseguraba que disponía de una sola cuenta bancaria en el Citibank, a través de la cual, supuestamente, ingresó los pagos de la Universidad de Nueva York.
El Tribunal Supremo ha reactivado la causa abierta contra Baltasar Garzón por prevaricación y cohecho a raíz de los cursos patrocinados por las principales multinacionales españolas que el juez de la Audiencia Nacional impartió durante su estancia académica en Estados Unidos. El magistrado Manuel Marchena le ha citado a declarar el próximo 14 de diciembre en calidad de imputado para interrogarle acerca del origen de unos ingresos en una cuenta que Garzón tenía abierta en una sucursal de Citibank.
Marchena también ha citado, un día antes que a Garzón, a los peritos de la Guardia Civil que elaboraron el informe sobre los ingresos y declaraciones de Hacienda del juez ahora suspendido de funciones. El Grupo de Delincuencia Económica del instituto armado, como ya adelantó El Confidencial, no descarta que Garzón fraccionase sus cobros de la Universidad de Nueva York con el fin de “dificultar su seguimiento”, según consta en el Informe relativo al análisis de cuentas bancarias y declaraciones tributarias. Los guardias civiles deberán ratificar la autoría de ese documento.
Los peritos también descubrieron que Garzón ocultaba una segunda cuenta en el Citibank de Nueva York, según reveló entonces este diario. Garzón dirigió un escrito a Marchena el pasado mes de noviembre en el que aseguraba que disponía de una sola cuenta bancaria en el Citibank, a través de la cual, supuestamente, ingresó los pagos de la Universidad de Nueva York. Sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional ocultó a Marchena que tiene abierta una segunda cuenta en esa entidad, según las fuentes de la investigación consultadas.
Declara su asistenta personal
Ese mismo día comparecerá ante Marchena, en calidad de testigo, la funcionaria judicial María del Mar Bernabé, que fue asistente personal de Garzón durante el permiso por estudios que le concedió el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para su estancia académica en EEUU, entre 2005 y 2006. Los más de 300.000 dólares que el Banco Santander pagó a Garzón para sus ciclos de conferencias sirvieron también para cubrir el salario de Bernabé -auxiliar de Justicia destinada en el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid- y el alquiler del apartamento que ésta ocupó en Nueva York.
La decisión de Marchena de citar a Garzón, su ex asistente personal y los guardias civiles que han investigado sus cuentas se produce después de que el magistrado de la Audiencia Nacional haya recibido nuevos datos de las autoridades académicas de Nueva York a través de la comisión rogatoria que envió este mismo año. La acusación particular contra Garzón, que ejercen los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea, reclamaron a Marchena que remitiera un “recordatorio” a las autoridades de EEUU para que acelerasen el envío de esos datos, que, según los letrados, se estaban retrasando de forma injustificada.
EL MAGISTRADO MARCHENA LE CITA A DECLARAR EL PRÓXIMO DÍA 14 COMO IMPUTADO
El Supremo vuelve a la carga contra Garzón para que aclare sus ingresos en Citibank
José Luis Lobo
LOS ALPINISTAS
EL DISCURSO de Hermogenes Pérez de Arce ; Club Providencia 21/11/2011. HOMENAJES VARIOS, LOS COBARDES MUESTRAN LA CARA Y ACLAREMOS LAS COSAS
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¿Por qué estamos reunidos aquí hoy? Supongo que para nadie ha sido fácil venir, en medio de las amenazas que se ha voceado públicamente. Hasta hubo un invitado que declinó asistir y, no contento con eso, despidió a su secretaria por haber respondido deseando que este acto fuera exitoso.
LIBRO MIGUEL KRASSNOFF 21.11.11
¿Por qué estamos reunidos aquí hoy? Supongo que para nadie ha sido fácil venir, en medio de las amenazas que se ha voceado públicamente. Hasta hubo un invitado que declinó asistir y, no contento con eso, despidió a su secretaria por haber respondido deseando que este acto fuera exitoso.
Otros han dicho que la presentación de este libro es una provocación. Y preparan un proyecto de ley que penalice como delito publicar un libro como el que se presenta hoy.
Pero no he respondido mi pregunta inicial: ¿por qué estamos reunidos aquí hoy? Sólo puedo responder por mí mismo. He venido por muchas razones.
La primera es que en Chile se ha instalado una flagrante y sostenida falsificación de la verdad histórica, la cual el libro cuya cuarta edición se presenta hoy contribuye a restablecer. Y eso es bueno.
La segunda es que, como país, hemos dejado que esa distorsión histórica suceda, en términos de que una gran mayoría de la población ha llegado a compartir la versión falsificada de lo acontecido entre 1970 y 1990. Y en esa mayoría hay mucha gente de nuestras mismas ideas que ha sido objeto de un verdadero lavado cerebral y ha cambiado su juicio acerca de lo que sucedió en Chile en ese período. Peor es la condición de los más jóvenes, que sólo han conocido la versión falsificada predominante.
La tercera razón por la cual estoy aquí es que nuestra inacción ha conducido a un estado de cosas que compromete el futuro del país. Hay un antiguo dicho, que se ha aplicado a otras naciones que han perdido el rumbo debido a la falsificación de su verdad histórica: “para que el mal triunfe, basta que las personas de bien no hagan nada”. En Chile las personas de bien, entendiendo por tales a las que queremos un país libre, pacífico y democrático, nos estamos dejando avasallar por los que profesan un credo totalitario.
La cuarta razón es que estoy convencido honestamente de que, si en algo apreciamos la convivencia civilizada en nuestra Patria, no podemos permanecer indiferentes cuando a una persona o a un grupo de personas se las priva de los derechos que les reconocen las leyes. Este es un camino que se sabe dónde comienza y se puede sospechar muy bien dónde termina, porque ya lo recorrimos una vez. Hoy en Chile no puede hablarse de libertad, de democracia ni de estado de derecho si un juez o muchos jueces fallan sistemáticamente contra lo que ordenan no una, sino numerosas leyes expresas y la propia Constitución de la República. Y el libro que presentamos hoy en su cuarta edición, incorpora un capítulo, escrito por el abogado Carlos Portales, que precisa esas numerosas prevaricaciones en que han incurrido los jueces en perjuicio de la persona de Miguel Krassnoff. Denunciar eso es de la más extrema necesidad.
Durante más de veinte años se ha destinado muchos miles de millones de pesos del erario público a financiar instituciones, museos, filmes, teleseries, publicaciones y escenificaciones para convencer al país de una versión errónea y sesgada de su pasado. Se creía que este proceso, que yo he denominado “de lavado cerebral masivo”, iba a terminar o cambiar si los gobiernos de la Concertación , que lo habían llevado a cabo, eran desplazados del poder por un régimen de centroderecha. Pero en la práctica ha continuado en la misma línea establecida por todos sus antecesores concertacionistas. Toda la institucionalidad financiada con fondos públicos destinada a ocultar la responsabilidad de la izquierda en la lucha armada y la preparación de su golpe totalitario, y a presentar como atropellos a los derechos humanos la necesaria acción de las fuerzas armadas, carabineros e investigaciones apara combatir el terrorismo, continúa recibiendo del presupuesto público un financiamiento multimillonario. Decenas de abogados de izquierda, cuya misión es, justamente, mantener la persecución ilegal contra quienes debieron enfrentar el desafío terrorista totalitario que nuestras fuerzas uniformadas fueron llamadas (por la civilidad) a combatir y vencer en 1973, siguen siendo pagados por el Ministerio del Interior. Los reales enemigos de la libertad y la democracia son los ejecutores de la venganza contra nuestros uniformados y están en el seno mismo del Ministerio del Interior.
La situación de completa anormalidad del juicio público prevaleciente en nuestra patria ha llevado a que una conducta perfectamente civilizada, moral y hasta imperativa, como es la de buscar restablecer la verdad y la legalidad respecto de una persona, en este caso Miguel Krassnoff, esté siendo descrita generalizadamente como un acto escandaloso y que no puede siquiera tolerarse. ¿Por qué sucede esto? Porque, precisamente, se ha consagrado generalizadamente la falsedad.
Ayer un columnista de izquierda se preguntaba cómo es posible que se rinda un homenaje al autor de más de sesenta crímenes. Pero la verdad es que el homenaje se le rinde, aprovechando la presentación de la cuarta edición de su biografía, porque él es inocente de esos delitos y porque al enjuiciarlo no se han respetado las leyes.
¿Cómo no va a ser una escandalosa falsificación de la verdad el solo decir que un grupo de personas se va a reunir para rendir homenaje al autor de sesenta crímenes? El autor de esa descripción sabe que él está faltando a la verdad y sabe que si estamos reunidos aquí es, precisamente, porque estamos convencidos de la inocencia de Miguel Krassnoff. Si se le rinde homenaje es, precisamente, porque es inocente y no porque haya cometido esos delitos.
Además, todo esto se da en un contexto de extrema discriminación. ¿Se oye alguna voz, siquiera, que se pregunte por qué en Chile se ha indultado a 905 extremistas de izquierda procesados o condenados por toda suerte de delitos terroristas, muchos de ellos autores de crímenes sangrientos y, en cambio, sólo se ha indultado a un uniformado procesado por atropellos a los derechos humanos?
Nadie parece recordar que la lucha contra el terrorismo de izquierda en Chile tuvo que darse porque ese terrorismo le declaró la guerra a la democracia. Explícitamente sostenía que era preciso tomar el poder por las armas para establecer un régimen totalitario, porque su modelo era el entonces vigente en la Unión Soviética , Europa Oriental y Cuba.
Este proceso de deformación de la conciencia interna ha convertido a Chile en un país en que nadie recuerda quién prendió el fuego, pero todos de lo único que se preocupan, es de condenar, castigar y desprestigiar a quienes apagaron el incendio. Se juzga severamente todas sus actuaciones, reales o inventadas, y se olvida por completo, perdonándolos y hasta glorificándolos, a los incendiarios..
Un gobernante totalitario dijo una vez que una mentira mil veces repetida se convertía en verdad. Aquí en Chile ha sucedido exactamente eso. El predominio sin contrapeso de la izquierda en los medios de comunicación le permite repetir una y otra vez y remachar en sus escritos, discursos, teleseries y películas (pues los fondos estatales de cultura parecen exclusivamente destinados a eso) la idea de que los uniformados chilenos violaron los derechos humanos, asesinaron y torturaron. Y han convencido al país de eso. Han convencido a muchos de los propios partidarios del Gobierno Militar. Hace días un joven columnista de derecha escribía que una de las razones por las cuales el senador Carlos Larraín debía dejar de ser presidente de RN era que no había condenado a los militantes que participaban de un acto como éste en que nos encontramos. Es que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad. Es que los hombres de bien, por el solo hecho de no hacer nada, hemos dejado que eso suceda. Y hoy parece que somos parias en una sociedad cuya inmensa mayoría se escandaliza de que estemos aquí, mientras se gesta una moción de ley para criminalizar el hecho de que alguien discuta la mentira miles de veces repetida.
¿No se está pareciendo Chile cada vez más al estado totalitario que describía George Orwell en su novela futurista “1984”? Cuando la escribió, en los años 30 o comienzos de los 40, era ciertamente futurista. Y lo que sucede en el Chile de hoy es muy parecido a lo que él anticipaba en el estado totalitario regido por el “Big Brother”, el Hermano Mayor o, como otros prefieren traducirlo, el “Gran Hermano”.
En la novela se convocaba periódicamente a la ciudadanía a “un minuto de odio” contra el único opositor del régimen totalitario. En Chile, en estos días, con motivo de la presentación de la cuarta edición de este libro, hemos vivido nuestro “minuto de odio” contra Miguel Krassnoff porque él y unos pocos hemos tenido la osadía de defender su inocencia y denunciar que, para juzgarlo y condenarlo, se han atropellado las leyes.
Yo hace años mantuve largas conversaciones con Miguel Krassnoff, porque quise conocer a fondo su caso. En esas conversaciones él me describió en detalle la misión que desempeñó dentro de la DINA , como joven teniente: interrogar detenidos y analizar y cotejar sus declaraciones. Detenidos a los cuales él no había apresado. De hecho, él me dijo textualmente: “Yo nunca detuve a nadie”. Simplemente, no era su función. Yo le pregunté si en esos interrogatorios se les aplicaban apremios a los detenidos, y él me contestó categóricamente, también en forma textual: “No; y nunca en mi presencia se torturó a nadie”.
Ya he dicho que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad. Un manual de la guerrilla terrorista, conocido como “Manual de Marighela”, por el apellido de su autor, un terrorista brasileño, establece como norma de conducta de todo extremista detenido la de declararse torturado. Y todos lo hacen. Pero nunca lo denunciaron a los tribunales en su tiempo. Bajo el Gobierno Militar hubo casos, y fueron denunciados y comprobados, por lo que los autores de las torturas sufrieron condenas. Pero nunca hubo una denuncia contra Miguel Krassnoff, sin perjuicio de lo cual periodistas y columnistas de izquierda y derecha lo proclaman “torturador”. Es que una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad.
Me explicó Miguel en nuestras conversaciones que, en realidad, nunca tuvo problema para obtener declaraciones de los detenidos, porque ellos se explayaban espontáneamente para responder sus preguntas. Al parecer, hacía los interrogatorios con mucha habilidad, como lo prueba el que muchos años después, a comienzos de los años 90, cuando se abrieron procesos para investigar casos de supuestos atropellos a los derechos humanos, en uno de ellos la parte querellante, bien provista de medios, trajo a un ex jefe mirista de Valparaíso que se encontraba exiliado en Inglaterra, trabajando en la BBC de Londres, de nombre Eric Zott. Y éste, ante la ministra sumariante Gloria Olivares, declaró dos cosas de interés: la primera, que Miguel Krassnoff era reconocidamente hábil interrogador y había obtenido información que había permitido la destrucción de la actividad terrorista del MIR en mayor grado que ningún otro factor; y la segunda cosa que dijo fue que nunca había oído decir a nadie decir que Miguel Krassnoff hubiera empleado la tortura en sus interrogatorios. Su exilio en Inglaterra había cambiado al ex mirista Zott y allá había aprendido a hablar con la verdad, para gran desilusión de quienes le habían pagado el viaje.
El testimonio de Eric Zott está reproducido en el libro cuya reedición se presenta hoy. Y forma parte de un caso paradigmático de la injusticia en la persecución contra Miguel Krassnoff. Porque ese proceso en que aquél vino a declarar se abrió en relación con la desaparición de un mirista de ascendencia francesa, Alfonso Chanfreau, quien, en primer lugar, no desapareció, sino que murió en un enfrentamiento; en segundo lugar, se trata de un caso prescrito, porque aconteció en 1974; por lo mismo, está cubierto por la ley de amnistía de 1978; en tercer lugar, por declaraciones como la del mirista Eric Zott y otras, se comprobó la inocencia de Miguel Krassnoff en él (porque en Chile, en relación a uniformados, rige una especie de “anti-estado de Derecho”, pues hay que probar la inocencia, en lugar de ésta presumirse, como en el resto de los estados de derecho). Además, ese caso fue investigado y juzgado a comienzos de los años ’90 y la ministra sumariante absolvió de toda responsabilidad en él a Miguel Krassnoff. Recurrido el caso ante la Corte Suprema , ésta confirmó el sobreseimiento. Hubo cosa juzgada, lo que significa que en derecho ese caso no puede volver a juzgarse. Pero eso es en los estados civilizados. En Chile este año un juez de izquierda, el ministro Jorge Zepeda, reabrió el proceso, inculpando a Miguel Krassnoff y violando las leyes sobre amnistía, prescripción y cosa juzgada, es decir, todas las aplicables al caso, amén de la presunción de inocencia, que además estaba probada en el anterior proceso de comienzos de los ’90.
En Chile se da una situación muy particular, además, pues hay un juez que se ha caracterizado por incluir en sus procesamientos a Miguel Krassnoff. Se trata de Alejandro Solís, de reconocido pasado vinculado a la izquierda, como ya en los años ’70 el Gobierno Militar le hizo ver a la Corte Suprema. Pero el presidente de ésta en esos años, don Enrique Urrutia, le aseguró al Presidente Pinochet que velaría por la independencia de Solís en sus sentencias. Pero todo el mundo sabe que no es un juez imparcial en el juzgamiento a uniformados.
Desde luego, asimila al entonces teniente Krassnoff a la llamada “cúpula de la DINA ” en los años ’74 y ’75, siendo que entre ese teniente y dicha cúpula mediaban centenares de oficiales de mayor rango. Nunca perteneció a dicha cúpula, Solís le asimila a ella y le condena por presunción de haber cometido delitos que se le atribuyen a la misma y de los cuales ni siquiera tuvo conocimiento. Purga penas de presidio por tener secuestradas a personas que nunca ha visto en su vida.
¿Por qué los jueces de izquierda le hacen lo que le hacen? A ellos el código aplicable les ordena todo lo contrario: siendo evidente que en su caso hay no sólo una, sino varias causales de extinción de responsabilidad penal; no hay pruebas que lo incriminen, y en algunos, peor aún, hasta consta su inocencia, como en el de la muerte de la mirista Lumi Videla , en que un hermano de la misma declaró que Krasnoff no había tenido participación; o en el de Chanfreau, en que el citado jefe del MIR acreditó que no era responsable. Bueno, existiendo todos esos antecedentes, los jueces reinciden en procesarlo y condenarlo, contrariando lo que les ordena el código.
Sobre todo que éste obliga a todo juez a investigar con igual celo tanto las pruebas de la participación del inculpado como las de su inocencia o las razones para sobreseerlo. Pese a todo eso, insisten en condenarlo.
Las razones, ya que no son legales, hay que buscarlas en otra parte, y son evidentemente políticas. Se nos ocurren básicamente dos. La primera, que Miguel Krassnoff representa la quintaesencia del anticomunismo. Su padre y su abuelo fueron ajusticiados en Rusia por ser anticomunistas. Él también siempre lo ha sido. Para los jueces rojos eso es suficiente motivo para condenarlo. Y la segunda razón es que en sus interrogatorios, hábiles y sin salirse de la legalidad, como lo ha reconocido el ex mirista Eric Zott, Krassnoff obtuvo, entre otros antecedentes, el paradero del jefe del MIR, Miguel Enríquez. Acudió al lugar y, tras un enfrentamiento que iniciaron el propio Enríquez y sus cómplices, pues dispararon a través de la puerta ante la cual se encontraba nuestro homenajeado, que salvó ileso gracias a un suboficial de carabineros que lo empujó a un lado al oír amartillar los fusiles, se hizo posible eliminar al cabecilla del principal grupo terrorista que existía en Chile en esa época.
Los detalles de la captura de Enríquez, que le valieron a Krassnoff una condecoración del Ejército, se encuentran en el libro cuya reedición se presenta hoy.
Este contiene elementos nuevos, como todo lo relacionado con su publicación en Rusia, donde ha concitado gran interés público. La televisión rusa ha enviado equipos a nuestro país para interiorizarse de la situación de Miguel Krassnoff. En ese país el Gobierno Militar chileno merece gran admiración. Cuando se enteran de que el Informe Rettig dio cuenta de 2.279 caídos en los 17 años desde el 11 de septiembre de 1973, entre los que hay medio millar de víctimas de los propios terroristas de izquierda, no pueden dejar de pensar en los cien millones de muertos que ha sembrado el comunismo en los 70 años en que tuvo hegemonía sobre gran parte del mundo, y encuentran que el costo pagado en Cjhile por librarse de él es ridículo. A los rusos la izquierda chilena no puede venderles la misma pomada que ha vendido al resto del mundo y, durante los últimos veinte años, también a Chile.
Esta cuarta edición de la biografía va a tener seguramente más eco que las anteriores, que ya lo tuvieron muy grande y se mantuvieron muchas semanas en la lista de libros más vendidos. Y esto lo digo porque esta vez los enemigos de la democracia y partidarios de la violencia se han encargado de promover la edición como ninguna de las anteriores.
Gracias a ellos por eso. También hay que dar gracias al infatigable editor de los libros de la recta doctrina, Alfonso Márquez de la Plata y, por supuesto, a la historiadora y escritora Gisela Silva Encina, que, como heredera de su tío Francisco Antonio, ha hecho con este libro otro aporte para que los chilenos conozcamos la realidad de nuestro pasado. También merece nuestro agradecimiento el organizador de este acto, tarea en la cual ha desplegado grandes esfuerzos, el ex oficial naval Patricio Malatesta, que no omitió detalle e incluso recordó invitar al Presidente de la República , que por las razones de todos conocidas no pudo asistir.
Y, en fin, gracias a ustedes por haber venido a apoyar este gran esfuerzo por la justicia, la verdad y la libertad que implica divulgar entre los chilenos la realidad de la persecución contra el brigadier Miguel Krassnoff, cuya libertad esperamos más temprano que tarde conseguir.
Gran aspaviento se ha hecho por la presentación de la Cuarta edicion del libro del Brigadier Krassnoff ” Prisionero por servir a Chile ” , en la que el Oficial relata su vida familiar, profesional y la persecución político-judicial a que ha sido sometido desde 1990 a la fecha, ello en dependencias de la I. Municipalidad de Providencia , autorizado por su Alcalde Cristian Labbé , quién ha sido atacado con saña por facilitar una dependencia a su camarada de armas. La Moneda rechazó el acto , echó a la funcionaria que contestó la invitación y su partido UDI le llamó la atención al edil pués lo que hizo sería ” politicamente incorrecto “. Lo ” políticamente correcto ” , son los homenajes que ha hecho la Concertación , con a anuencia de la derecha que mira para otro lado, veamos algunos ejemplos de los últimos años :
1) Monumento frente a la Moneda a quién condujera el peor gobierno de la historia de Chile y llevara al país al caos .Dentro de Palacio el Ministro del Interior “de Derecha ” tiene un cuadro enorme de Allende que adorna su despacho !!!!.
2) La conocida Avenida Pajaritos , que conduce a la comuna de Maipu , pasando antes por Estación Central , el Concejo Comunal de dicha comuna optó por cambiar el nombre de Pajaritos por
Gladys Marín . Quien aportó sólo odio , violencia y clandestinidad a Chile. Por ironía del destino la Escuela de Investigaciones queda en avda. Gladys Marin , Institución a la que la homenajeada
siempre se enfrentó , tanto en la vida civil como en la clandestinidad.
3) Calles y avenidas llevan el nombre de Salvador Allende .
4) En 2006 grupos subversivos como el MIR y FPMR fueron homenajeados por la Cámara de Diputados .Entre ellos Pascal Allende.
5) Homenajes varios incluyendo un intento de hacer un monumento a Miguel Enríquez , fundador del MIR , por parte del Alcalde Socialista de San Miguel Sr. Palestro .Enríquez y su banda fueron autores de asalto a bancos (expropiaciones revolucinarias , las llamaban ) , asesinatos de civiles y Carabineros,miembros de las FFAA , secuestros extorsivos , entre otras obras de adelanto.
6) Homenajes surtidos , de caracter Oficial, a artistas íconos de la izquierda , con gran presupuesto fiscal, como a Violeta Parra,Roberto Matta , Juan Radrigán entre otros.
7) Homenaje de Bachelet en Cuba a su compañero Fidel , cuando este la llamó por fono al lugar de la reunión en que se econtraba y ella salió corriendo exitadísima a contestarle al Comandante.
9) Auto-homenaje de la izquierda que mediante varios Diputados pretenden pasar un proyecto de Ley por al Congreso , eliminando todo vestigio de la obra del Gobierno Militar.
10) Que mejor homenaje que cancelarse Pensiones y beneficios a quienes ni siquiera reúnen los requisitos , con patrocinio de Congresistas de izquierda.
En tiempos de la Unidad Popular estos Homenajes eran francamente grotescos : Monumento al Che Guevara en Gran Avenida patrocinado por los Hermanos Palestro, poblaciones asentamientos con nombres iconos para la izquierda como : Viet Nam Heroico , Ho Chi Min , 26 de Julio (asalto al Cuartel Moncada ) , La Habana , La Victoria (por la toma ).Entre muchos otros semejantes.
Y EN ESTAS OPORTUNIDADES NADIE DIJO NADA , PORQUE AL PARECER ESO ES LO POLITICAMENTE CORRECTO . En cambio el Brigadier Krassnoff y al Alcalde Labbé hay que darles con todo,desde todos los sectores , lo importante es que no levanten cabeza , pareciera ser la consigna !!!! Después se habla de que nos encontramos en un Estado Democrático de Derecho.
Marcelo Elissalde M.
ABOGADO.
Aclaremos las cosas:
Respecto al acto de homenaje al preso político militar y lanzamiento de la 4ª edición del libro “Miguel Krassnoff, preso por servir a Chile”, es obligatorio hoy aclarar las cosas, a partir de los asertos mayoritarios de la prensa que ha titulado sus notas sobre el acto realizado en el Club Providencia con la oración “Graves enfrentamientos”…
Aclaremos que eso no es cierto. De parte de los asistentes no hubo enfrentamiento alguno. Todo lo contrario, los asistentes fuimos agredidos, insultados, vejados, golpeados, heridos, apedreados, escupidos y varios a punto de ser asesinados por una turba dominada por el odio sembrado y cultivado con esmero por la bestia roja.
Aclaremos que en todas las imágenes, fotografías y videos disponibles se observa una muchedumbre embrutecida, retrocedida a edades previas al homo sapiens, destruyendo todo a su paso, intentando ingresar al lugar del evento y no se observa a ninguno de los nuestros en actitud semejante.
Aclaremos que resulta extraño que la turba enardecida llegara hasta la misma puerta principal de ingreso al Club Providencia, con una oposición mínima y absolutamente precaria de la fuerza policial.
Aclaremos que lo anterior permitió que numerosos asistentes al acto – casi todos ancianos y mujeres – que llegaban después que la turba se instalara en el frontis del club, fueran agredidos de pies y manos, escupidos y pateados en el suelo.
Aclaremos que muchos de los nuestros ingresaron sangrando, con sus ropas destrozadas, pero con sus rostros serenos y enteros.
Aclaremos que a pesar del accionar de estos delincuentes, el acto se realizó en su integridad y no logró ser interrumpido, salvo por la esperada amenaza anónima de colocación de un artefacto explosivo, antes de iniciarse.
Aclaremos que las agresiones a los asistentes que llegaban al acto, a los diversos recintos del Club Providencia y al entorno fueron posibles y gracias a las exiguas fuerzas de Carabineros que actuaron en el perímetro. Mientras un grupo de carabineros intentaba contener, varias veces sin éxito, a los que intentaban ingresar por el un sector, partes de la turba, perfectamente coordinada, atacaba por otro sector, en demostración evidente de una preparación para el combate urbano lograda después de casi 40 marchas con disturbios ejecutadas en la capital y principales ciudades de Chile durante este año.
Aclaremos que entre los asistentes al Club Providencia, en la medida que arreciaba la agresión de los llamados “funadores”, más crecía la determinación en defender a nuestros presos.
Aclaremos que una “funa” es una actividad ilegal, porque su propósito es agredir físicamente a quienes sus organizadores señalan, como ayer quedó manifiestamente demostrado.
Aclaremos que son cómplices de esta barbaridad, las actuales autoridades políticas de la nación, quienes conscientes de los propósitos de esta actividad ilegal, permiten que se realicen.
Aclaremos que también son cómplices los actuales dirigentes, parlamentarios y miembros de las colectividades políticas de gobierno que olvidados convenientemente que a los militares les deben vidas y hacienda, hoy son capaces de mirar para el lado, reprobar una actividad legal y amparada por la libertad de expresión e incluso apoyar a las bestias que rondaron gruñendo su odio, ayer, por el perímetro del Club Providencia.
Aclaremos que los escasos carabineros destinados a resguardar el acto del Club Providencia, lucharon con profesionalismo, arriesgando sus vidas a cada instante, como siempre lo han hecho.
Aclaremos que la misma bestia roja se enorgullece de su odio, es cosa de leer lo que hoy publican en La Nación; http://www.lanacion.cl/la-batalla-campal-del-club-providencia-por-dentro/noticias/2011-11-21/230915.html
Aclaremos que el contubernio clandestino entre los representantes de la bestia roja y los que prefieren mantener así las cosas, los primeros ejerciendo una violencia inusitada – reflejo de su esencia – y los otros mirando para el lado y arriscando la nariz – reflejos de sus conveniencias – no lograrán amilanarnos en nuestra lucha por lograr la libertad de nuestros presos políticos militares y el término de la persecución político – judicial.
“LA VERDAD

DECLARACIÓN JUDICIAL DEL EX mirista ERIC ZOTT
Cuando entró a la oficina tal persona, le pareció conocido su rostro, aún cuando no logró identificarlo. “Buenas tardes”, dijo el recién llegado, de pie en el umbral de la puerta. “Señor, ¿Usted conoce al coronel que está sentado aquí? Tome asiento, por favor”, le respondió la Ministro. “No, no me voy a sentar, gracias.”
El Coronel Krassnoff creyó que el hombre iba a iniciar la misma verborrea de falsedades ya latamente escuchada con anterioridad. “Señora, mi nombre es Eric Zott.” En este momento, el oficial logró reunir el rostro y el nombre. Por cierto que sabía quién era, aunque nunca antes había tenido la oportunidad de verlo personalmente.
Él había sido, durante los tiempos más crudos de la lucha anti-terrorista, el jefe del MIR en la Región de Valparaíso, cercana a Santiago y miembro de su Comité Central. En esa época no lo había conocido personalmente, por cuanto su área de trabajo era Santiago. Pero, ciertamente, había visto cientos de veces su nombre en diversos informes y había visto su foto.
“Mire, señora Ministro, son la una diez de la tarde. A mí me invitaron a esto, a participar en este proceso como testigo. Al saber que se trataba del señor Krassnoff, acepté de inmediato. Felizmente me pagaron el pasaje, la estadía y todo. Mi avión aterrizó, aproximadamente, a las once de la mañana. Yo vivo en Londres actualmente y trabajo en la BBC. Pero no estoy aquí para lo que usted cree señora Ministro, yo vine exclusivamente porque quería conocer personalmente al, en esa época, señor Teniente Krassnoff”.
“Pese a no haber tenido jamás ningún contacto con él, quería conocerlo. A este señor yo no lo vi nunca antes, para que usted sepa, señora Ministro. Que quede claro, él no me detuvo, ni me torturó, ni nada. Sin embargo, mientras yo estaba en actividades, cuando estaba a cargo del MIR en mi región, escuché hablar mucho de él. Porque él, evidentemente, cooperó bastante en nuestra derrota.”
El Coronel Krassnoff miraba de reojo. “En nuestras conversaciones clandestinas internas se hablaba mucho del Teniente Krassnoff. Él hizo, realmente, un trabajo de inteligencia. Conversó mucho con cada uno de los capturados, habló mucho con los nuestros. La verdad es que yo no tuve acceso a ninguna información relacionada ni con tortura, ni con nada parecido, practicada o supuestamente practicada por el entonces Teniente Krassnoff, que es el Coronel que está sentado aquí. Por eso me llamó mucho la atención, porque realmente con su trabajo quebró muchos compañeros nuestros. Muchos terminaron delatando depósito de armas, depósitos logísticos, casas de seguridad. Por nuestras redes me llegó también la información sobre la historia de su familia. Con todo respeto, mi Coronel, qué carajada le hicieron los marxistas a su familia, ¿no? Me interesó tanto esto que, tras ser detenido, cuando fui expulsado y exiliado del país, decidí irme a Austria. ¿Sabe por qué escogí Austria? Porque quise comprobar la historia del Teniente Krassnoff. Efectivamente, me fui a Austria, porque usted nació en el Tirol, ¿cierto?” “… Sí, efectivamente…”, respondió el oficial. “¿Y fue bautizado en la Iglesia de San Miguel?” “…Sí…” “Yo vi su partida de nacimiento, señora Ministro. Nació ahí. Vi también un monumento a los caídos, a los Cosacos, a los combatientes del Ejército Ruso Blanco, caídos y traicionados por los ingleses y entregados a los soviéticos. Eso fue una barbaridad, eso fue un holocausto. Los soviéticos se encargaron de liquidar a toda una casta, una casta privilegiada, hombres intelectuales, gente guerrera, que representaba la máxima tradición del alma rusa. Ellos los martirizaron. Al papá y al abuelo de mi Coronel, que está sentado aquí, se los llevaron después a Moscú. Estuvieron dos años en la cárcel de Luvianca. ¿Sabe usted, señora, que le ofrecieron al papá y al abuelo trabajar para los marxistas y que ellos se negaron? ¿Sabe que fueron colgados y sus cuerpos fueron hechos desaparecer? ¿Sabía usted esto, señora Ministro?”
El Coronel, ante este insólito testimonio de la supuesta parte contraria, escuchaba atónito sin decir palabra. La sorpresa había también alcanzado a la Ministro y a su actuario, quienes no podían dar crédito a lo que escuchaban. Menos considerando que era la declaración de un ex jefe del MIR.
“Ya le conté que en la actualidad yo trabajo en la BBC de Londres. Nosotros estamos esperando obtener la autorización de desclasificación de los últimos documentos de la Conferencia de Yalta. Este fue el último de los horrendos crímenes cometidos por los aliados y manejado por Moscú. Esto no puede quedar en la impunidad. Nosotros, la BBC de Londres, estamos esperando la desclasificación de los documentos, porque vamos hacer un documental al respecto. Señor Krassnoff, aquí tiene mi tarjeta. Señora Ministro, usted me va a perdonar, pero yo tengo vuelo a las cuatro de la tarde. Señor Coronel, con todo respeto, ha sido un honor, me tiene su disposición, lo que se le ofrezca. Con permiso. Hasta luego.”
Saludos Mario Oneto Godoy
Buscar la verdad

¡A SACARSE LA CARETA!
Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de UNOFAR
Así como el distinguido Brigadier Krassnoff, hoy existen muchos militares más en la condición de presos políticos. La verdad comienza tímidamente a aparecer y la sociedad chilena empieza a despertar gracias a la información que fluye lentamente desde la oscuridad. Es de esperar que el valor alcance también el espíritu de aquellos que hoy por temor no se atreven a manifestar públicamente su reconocimiento a lo que hicieron las FF.AA. y de Orden para restablecer el orden y la paz en Chile. Quienes sabemos claramente a que lado del muro estamos, no tenemos disculpa para no defender a los nuestros y exigir su libertad.
El aparente error de una asesora presidencial y las reacciones posteriores de la clase política nacional han confirmado que el conflicto de fondo entre los chilenos sigue vivo y que la manoseada reconciliación no es más que otra falsedad, entre aquellas de las que se vale la sociedad para aparentar ser mejor de lo que realmente es. La invitación al acto de homenaje al Brigadier Krassnoff no representa en sí misma el verdadero problema, si no que la posibilidad de que se esté produciendo un cambio de actitud y que los hasta ayer supuestamente aplastados simpatizantes del gobierno militar comiencen a salir de su trinchera y respondan el fuego con actos que reivindiquen la magna obra realizada.
Luego, el real quid del asunto radica en la publicidad otorgada a dicha invitación y en el consecuente rompimiento del asimétrico statu quo impuesto durante años por una izquierda vengativa. Gracias al escándalo desatado, la simple ceremonia de lanzamiento de la cuarta edición de un libro adquiere una relevancia que ni en sus mejores sueños esperaron los organizadores del acto, haciendo saber a la opinión pública que existe una visión diferente de aquella que durante años nos ha sido vendida por la propaganda marxista.
Entretanto y para quien no lo sepa, el Brigadier Miguel Krassnoff Martchenko, es el heredero directo del último soberano del heroico pueblo cosaco, aniquilado casi en su totalidad por la dictadura bolchevique. Fue traído a Chile recién nacido, para preservar la estirpe de su familia del odio comunista. Siguiendo una vocación transmitida por generaciones de guerreros, entró a la Escuela Militar siendo un niño. Con el grado de Teniente del Ejército de Chile, fue destinado
?como tantos otros oficiales? a prestar servicios por algunos años en la Dirección de Inteligencia Nacional, donde cumplió sus deberes con la misma disciplina y eficiencia que en cualquiera de sus otras destinaciones. En medio de la lucha contra la subversión y el terrorismo que asolaba a Chile, le correspondió participar en el enfrentamiento en que resultó muerto el líder mirista Miguel Enríquez, lo que le valió hacerse merecedor de una persecución implacable, donde se usaron los recursos más increíbles para encarcelarlo, incluyendo el reconocimiento por parte de una de sus supuestas víctimas de 30 años atrás, tan solo por el olor de su perfume…
De nada ha valido su irreprochable conducta y su acendrado sentido del honor para enfrentar una desigual batalla jurídico-comunicacional, donde se le ha involucrado en cuanto caso se les ha ocurrido a sus enemigos, acusándolo de haber formado parte de la “cúpula de la DINA”, atribuyéndole una etiqueta de poder al que jamás pudo acceder por el grado subalterno que ostentaba. La hombría de bien de este distinguido oficial es tal que a pesar de haber recibido del embajador de una Rusia recién liberada del marxismo el ofrecimiento de adoptar la ciudadanía que por derecho le corresponde y así poder exigir al gobierno de Chile su liberación, el Brigadier Krassnoff se negó, aduciendo que ésta era la Patria que lo había acogido recién nacido y a la cual había jurado defender, razón por la cual no renunciaría a la ciudadanía chilena.
¡Ese es el “criminal” que afecta los delicados sentimientos y el pudor de muchos izquierdistas mugrientos y corruptos, incapaces de reconocer la enorme diferencia que separa a un gran hombre de sus ídolos de paja como Hoenecker, Castro y Gadaffi, mientras languidecen en las húmedas verijas de Chávez.! Ya es hora de que nuestra clase política se saque de una vez por todas la careta para mostrase tal como es y a que lado está. Nos guste o no, hay dos Chile totalmente irreconciliables, separados por la barrera indestructible de la herencia ideológica de unos y los valores patrios irrenunciable de los otros. No parece haber intención ni deseo en la clase dirigente de que la sociedad se reencuentre, especialmente en una izquierda fracasada y amoral que junto a sus socios pseudo cristianos y aprovechadores de siempre, vuelve a encontrar en la violencia física y verbal la última de sus cartas para evitar que el estado de bienestar y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población les haga perder la base de su poder ?gracias a la condescendencia cobarde de un derecha inconsecuente? construyó el muro virtual que hoy nos separa en “víctimas” y “victimarios”, dejando en aquel lado no solo a los supuestos violadores de los derechos humanos, si no que a todo quien ose manifestar su aprecio por la obra del gobierno militar o por el General Pinochet. Ellos, por su parte, aprovechando su condición doliente, no han cedido un milímetro de su posición y siguen adorando y homenajeando a sus íconos políticos, sin reconocer los atroces crímenes cometidos por éstos en nombre de la “revolución socialista”.
político: la lucha de clases. Debido a ello, nadie debe esperar que en nuestro país se vaya a alcanzar una política de convivencia y de acuerdos, si no que por el contrario, seremos testigos de la escalada de todo tipo de conflictos sociales, destinados a producir el fracaso de la derecha, hasta conseguir la retoma del poder por la izquierda. Este es el precio que hacen pagar a sus contrincantes por haberlos llevado a la derrota en las elecciones de 2010. No digo por “haberlos derrotado”, puesto que cada día es más claro que la derecha no conquistó el poder por sí misma, si no más bien fue la izquierda quien no fue capaz de conservarlo.
Con excepción del fútbol y de las amenazas externas, la “unidad nacional” simplemente no existe. Aunque nos duela reconocerlo, nos encontramos divididos entre “ellos” y “nosotros”, firmemente escindidos por una historia reciente arteramente manipulada por una ideología perversa que
Ante la noticia de que se rendirá homenaje a una de sus presas recurrentes, la horda marxista salta de sus covachas para agredir a quien se le ponga la frente, en especial al valiente Alcalde Labbé, a quien hacen blanco de sus diatribas. Los secunda un amilanado gobierno, que en su patética búsqueda de simpatías busca no herir ni provocar rechazo en el mundillo de los derechos humanos. El tenor de las reacciones de los actores políticos va así desde una anodina disculpa de algún funcionario de gobierno, señalando que “no habría asistido aunque lo invitaran…, hasta propuestas increíbles, como la de aquel politicucho picante que ofrece no presentar candidatos de izquierda a la alcaldía de Providencia, a cambio de que la UDI niegue el patrocinio a la reelección de Labbé. ¡Que descaro! Quien hace la propuesta es de los mismos que se vanaglorian de haber otorgado asilo al criminal Hoenecker y aplauden sin disimulo al mayor dictador de todos los tiempos: Fidel Castro.
Así como del gobierno nada se puede esperar, salvo las chambonadas a que nos tiene acostumbrado, de los partidos de derecha tampoco. Inmersos ellos en sus divergencias traicioneras, nada podría sorprendernos, como por ejemplo, el que ya anden ofreciéndose potenciales candidatos para reemplazar a uno de los mejores alcaldes que la derecha ha tenido en su historia. Luego, no sorprendería a nadie si la UDI, en un acto de suprema cobardía, acepta la inmoral propuesta de quitar el piso a Labbé, tal como aceptó junto a Renovación Nacional que se erigiera en plena Plaza de la Constitución una estatua del infeliz que casi terminó con Chile.
Así como el distinguido Brigadier Krassnoff, hoy existen muchos militares más en la condición de presos políticos. La verdad comienza tímidamente a aparecer y la sociedad chilena empieza a despertar gracias a la información que fluye lentamente desde la oscuridad. Es de esperar que el valor alcance también el espíritu de aquellos que hoy por temor no se atreven a manifestar públicamente su reconocimiento a lo que hicieron las FF.AA. y de Orden para restablecer el orden y la paz en Chile. Quienes sabemos claramente a que lado del muro estamos, no tenemos disculpa para no defender a los nuestros y exigir su libertad.
18 de Noviembre de 2011
Patricio Quilhot Palma