UN PEDIDO DE AUXILIO
Autor:Antonio Yakcich Furche.
Historiador.
Este catorce de noviembre se celebra desde 2019 el “Día Internacional Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales”, fecha creada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Este delito afecta en forma específica y notoria la cultura, la identidad y la historia de las naciones, ya que es de toda lógica y absolutamente indispensable proteger dicho patrimonio, para que las futuras generaciones mantengan la identidad y el contacto con el pasado, tan necesario para conservar nuestra identidad a futuro.
Existen en nuestro país evidencias palpables de tráfico de patrimonio nacional, histórico y cultural, sancionables por diversas leyes, que debidamente promulgadas y por supuesto en vigencia, pretenden protegerlo.
Dentro de lo amplio del tema y sus aristas, mencionemos a modo de ejemplo, la casi total pérdida debido a robos, de placas de bronce de muchísimos de nuestros monumentos históricos.
Pero, además del tráfico de patrimonio, de carácter claramente ilícito y efectuado conscientemente por personas inescrupulosas, hay otra arista que lo afecta notoriamente.
Me refiero a innumerables particulares que, en posesión de diversas piezas patrimoniales pertenecientes a sus familias, se niegan rotundamente a entregarlas, sin percibir que muy probablemente, al no poseer los conocimientos específicos para restaurarlas y preservarlas, solo obtendrán la degradación del objeto, llegando en algunos casos a que su total deterioro sea inevitable.
Pero más compleja aún, es la situación de familias o particulares, que en posesión de un objeto patrimonial, no tienen conciencia de su importancia, por desconocer su relación con el pasado.
La experiencia dice, como lo hemos comprobado en innumerables ocasiones que, aunque una persona esté clara sobre lo expresado en los párrafos anteriores, sus descendientes probablemente, no tengan conciencia de la importancia del objeto patrimonial en manos de la familia, terminando por perderlo.
Entonces, ¿Cuál es el llamado a los lectores?, cooperar en denunciar acciones ilícitas que afecten el patrimonio histórico y cultural de nuestro país, pero además, asumir en caso que posean en forma personal o familiarmente un objeto patrimonial, que lo mejor para preservarlo hacia el futuro, es entregarlo a un Museo, pudiendo donarlo o pasarlo en comodato por un tiempo específico.
Cuidar nuestro patrimonio es, aunque usted no la asuma, una tarea de todos.
Fuente: El Tipógrafo y del Instituto O”Higginiano de Rancagua
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