Cincuenta años del asesinato del Subteniente Héctor Lacrampette Calderón.
Como cada año en un día como hoy, recordamos al joven Subteniente de Ejército, Héctor Lacrampette Calderón, asesinado a mansalva y sin contemplación alguna por el mexicano Jorge Albino Soza Gil, llegado al país como parte de los grupos terroristas que querían instaurar en nuestro país un gobierno marxista en donde predominaría la lucha de clases. Todo ello bajo el amparo y protección de la Unidad Popular.
El Subteniente Lacrampette, había egresado unos días antes como oficial de ejército y se dirigía a la Escuela Militar cuando fue victima de la acción terrorista y cobarde que le quitaría la vida.
Para nuestra clase política, este deleznable hecho no ha sido importante a la hora de defender los valores patrios y los principios democráticos. Total el asesinado era un militar que aún no alcanzaba los veinte años.
Han pasados cincuenta años desde que Héctor Lacrampette Calderón fuera asesinado y a diferencia de los que ocurre ahora en que se persigue solo a los militares, el autor de este crimen, fue identificado y luego amnistiado, el año 1978 volviendo a su país.
“El Ministro de Defensa de la época, califico el asesinato de Héctor como un hecho policial a sabiendas que quien le quito la vida era un extremista ingresado al país protegido por quienes gobernaban país.”
El Subteniente Lacrampette, fue el primer mártir de la promoción 1969- julio de 1973. A él se le fueron sumando otros que también entregaron su vida por darnos la paz que hoy en cierta medida disfrutamos y que nunca será completa en la medida de que una vez por toda las autoridades en forma decidida y sin claudicaciones adopten medidas para detener definitivamente la delincuencia y en forma particular el terrorismo que azota a parte de nuestro territorio y que lenta y sostenidamente va avanzando de región en región.
En estos días en que se habla de conmemorar los 50 años del pronunciamiento (golpe) militar con un país dividido, en donde no se ven actos posibles de reconciliación, la clase política que en gran medida fue en esos años la responsable del caos que se vivía en el país, obligó a las Fuerzas Armadas a intervenir para recuperar la democracia y el estado de derecho en Chile sigue dividida y miran los hechos ocurridos desde diferentes ópticas, sin analizar las verdaderas causas que llevaron a lo ocurrido en esos tiempos. Es necesaria la mirada histórica y con objetividad para no volver a caer nuevamente en lo mismo cuando el país va por el despeñadero.
Ya han transcurrido cincuenta años, desde ese día que marcó a una promoción y dejó a una familia destruida por la acción terrorista sin que se haya hecho justicia. “Era militar”.
Queremos recordar a Héctor y a su familia y desearles de todo corazón que hayan encontrado el consuelo por tan irreparable pérdida.
Héctor, entregó su vida por la libertad y abrió |las puertas a la legión de camaradas que le han seguido y hoy forman en el cielo, para rendirle el justo homenaje en un día en que como hoy emprendió el viaje al encuentro del Señor.
Fernando Duarte M-C
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Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en retiro de la Defensa Nacional