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Una Historia Sin Fin: La Gestión del riesgo de Desastre a nivel internacional con un enfoque hacia Chile

Una Historia Sin Fin: La Gestión del riesgo de Desastre a nivel internacional con un enfoque hacia Chile.

Autor: Bernardo Castro Salas

Hace unos días, tuvimos la oportunidad de asistir al lanzamiento del libro “Una Historia Sin Fin: La Gestión del Riesgo de Desastre a nivel internacional con un enfoque hacia Chile”, cuyo autor es el Coronel (R) Bernardo Castro Salas.

La larga trayectoria del autor con más de treinta años vinculado a los temas de Gestión del Riesgo de Desastre, le ha permitido plasmar en una obra de la mayor trascendencia internacional, como para nuestro país, su visión oportuna y de actualidad cuando vemos los fenómenos de origen natural especialmente los ocasionados por el factor cambio climático siguen causando estragos y sumados a  ellos, los antropológicos, que lamentablemente dejan al descubierto  la ausencia de medidas preventivas para  mitigar los efectos de estos eventos adversos y aún más preocupante es la falta de una planificación estratégica adecuada y eficiente de gestión para la Reducción del Riesgo de Desastres.

Hemos visto como los actuales desastres han causado efectos en cascada afectando normalmente a los más vulnerables a nivel global, desde el incremento marcado en el costo de la energía, la disrupción de la cadena de suministros alimenticios y el retraso en la implementación de las políticas de mitigación del cambio climático hasta el aumento de la cibercriminalidad y la espiral inflacionaria, en síntesis, afectando al desarrollo sostenible de los pueblos.

La obra que ha tenido un gran impacto  que obliga a tomar de una vez por toda, la importancia de estos temas relacionados con la Reducción del Riesgo de Desastres, como señala Ricardo Mena Speck, Exjefe Regional para las Américas y el Caribe UNDRR y Director de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) en la presentación del libro, “el trabajo de Bernardo Castro, es una valiosa obra de recopilación histórica sobre la  evolución del concepto de la reducción del Riesgo de Desastres y su gestión, tanto en el ámbito internacional como en la región de las Américas y  el Caribe –en particular en Chile—a lo largo de las últimas cuatro décadas”.

Desde la perspectiva del desarrollo sostenible, la obra presenta con la estrecha relación entre los desastres con modelos de lo que llamamos “desarrollo”, que por error u omisión han contribuido a generar nuevos riesgos y no han priorizado la reducción de los ya existentes, es lo que conocemos como la “construcción social del riesgo”.

También es importante indicar que este libro analiza las relaciones entre la reducción del Riesgo de Desastres, el papel que desempeñan las Fuerzas Armadas Chilenas en estado de normalidad y en estado de excepción constitucional de “catástrofe”, asimismo, la evolución del marco jurídico internacional en estas materias.

El autor, indica que a la fecha las acciones han estado dirigidas a la Gestión de Emergencia o sea a la “respuesta” luego de la ocurrencia de eventos disruptivos,  resaltando con fuerza la necesidad de incorporar los nuevos conceptos y prácticas internacionales para reducir el riesgo de desastre en los procesos de planificación estratégica de RRD con una visión más prospectiva que reactiva que permita una respuesta humanitaria eficaz y eficiente.

Es así que, su obra ha recibido muy buenos comentarios, en especial de la Representante Especial del secretario general de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres Ms. Mami Mizutori.

En una reciente entrevista con Tomás Mosciatti en Bio Bio TV, que vinculamos al final de este artículo, que además de ser profesor en el magíster de GRD en la Academia de Guerra de Ejército, ha sido nombrado Director Académico del Diplomado en Gestión del Riesgo de Desastres de la Facultad de Derecho de  la Universidad Finis Terrae; durante la entrevista,  analizó los avances y vulnerabilidades de Chile en la materia, a la luz del reciente río atmosférico indicando que en el área de la gestión de riesgo de desastres en Chile “puede que hayan muchas preocupaciones, pero ocupaciones pocas”, planteando que debido a la alta vulnerabilidad del país frente a las amenazas, especialmente a las asociadas al cambio climático, la RRD debiera ser “una prioridad nacional”, tarea que el Estado de Chile se compromete a desarrollar acciones desde el año 2005.

Asimismo, el académico y autor de Una historia sin fin: la gestión del riesgo de desastres internacional con un  enfoque hacia Chile (2023), primera publicación de la materia a nivel regional,  expresó que los mapas de riesgo en el país no existen, y los mapas de amenazas son la base para su desarrollo y algunos de ellos o no existen o estan obsoletos, razón por la cual , desde la entrada en vigor de la Ley 21.364 el 07 de agsto de 2021, se incorporan nuevos organismos técnicos responsables de la identificación y monitoreo de nuevas amenazas, entre estos, la CCHEN, DOH,DGA,CONAF Y BOMBEROS.

Y concluye, señalando que Chile no es un país de catástrofes, es un país altamente vulnerable” a todo tipo de amenazas.

Asimismo, el docente señalo un dato importante, que la UNDRR desde el año 2013 viene precisando, cando dice que: “por cada dólar que invierten los Estados en reducción de riesgos de desastres, se ahorran siete dólares en los procesos de recuperación y rehabilitación”. El 27F al Estado de Chile le costó 29 mil millones de dólares, 1/3 del PIB del país. ¿Tenemos que esperar otro evento de mayor amplitud para aprender la lección?”.

Le invitamos a ver la entrevista completa en este enlace.

El 22 de julio el autor firmó un Convenio con la División Bienestar del Ejército donde se fijó el valor del libro en $20.000 más costos de envío.

También pueden ser adquiridos directamente con el autor al correo: bcastrosalas@gmail.com

Los invitamos a ver la entrevista que le hizo Tomás Mosciatti en Radio Biobío en el siguiente link:

https://noticias.uft.cl/biobio-tv-profesor-bernardo-castro-analiza-el-estado-juridico-e-institucional-de-la-gestion-de-riesgo-de-desastres-en-chile/

Nota del Editor:

Parte del CV del autor de este libro que ya se encuentra en su segunda edición debido al éxito de la primera.

El Coronel (R) Bernardo Castro Salas, posee una amplia trayectoria como oficial de Ejército, es oficial de Estado Mayor, licenciados en Ciencias Militares, Magíster en Panificación y Gestión Estratégica, Graduado del Curso de Defensa Continental del Colegio Interamericano de Defensa; es Magíster en Educación de la Universidad de Los Andes; Profesor de Academia en la asignatura de Logística; hasta el año 2013 fue asesor de Gestión de Riesgos de Desastres del MINDEF/ Jefe del Estado Mayor Conjunto; entre el 2013 y 2017 se desempeñó como Jefe de gabinete del Director de la ONEMI y como consultor senior experto en Gestión del Riesgo de Desastres Res.ONU A. 71/644 del año 2016: desde el año 2021 es nombrado Asesor Senior voluntario de la Cruz Roja y Media Luna Roja para la Delegación del Cono Sur.

Actualmente es profesor del Magíster de Gestión de Riesgos de Desastres 2022-2023 en la Academia de Guerra del Ejército, del Diplomado de Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos de la Universidad de Chile y director académico del Diplomado en Gestión del Riesgo de Desastres de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae, programa que impartirá online a partir de octubre 2023.

Fernando Duarte M-C

 

 

 

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COMENTARIOS DE LUIS MAIRA TERGIVERSAN LOS HECHOS PREVIOS AL 11

   

COMENTARIOS DE LUIS MAIRA TERGIVERSAN LOS HECHOS PREVIOS AL 11

Ricardo Hormazábal, Exsenador DC. Expresidente PDC

El Mostrador, 31/08/2023

Se puede entender que se tenga una opinión política distinta, pero nobleza y conocimiento obligan, sobre todo en el trato a las personas. Maira pretende desfigurar la estatura moral y política de figuras como Bernardo Leighton, Renán Fuentealba, Mariano Ruiz-Esquide, Claudio Huepe, Andrés Aylwin, entre otros. Si estos camaradas (como yo) apoyaron el acuerdo, no fue por miedo o por formar parte de la conspiración para el golpe: emitimos un juicio político legítimo, que se conectaba con las opiniones que habíamos repetido en diversas oportunidades en la valoración de las acciones del Gobierno de la UP. Además, nuestra conducta frente al golpe fue clara y no puede ser desvirtuada por Maira.

Con motivo de cumplirse 50 años de un Acuerdo que aprobó la Cámara de Diputados el 22 de agosto de 1973, Luis Maira, entonces diputado, sostiene que ese texto señalaba “que el Presidente Salvador Allende había abandonado el orden constitucional, que era el fundamento de su legitimidad” y formula comentarios que tergiversan hechos y que pretenden afectar la consecuencia democrática de algunos destacados líderes de la DC.

Yo también fui testigo de ese debate, ya que era diputado en esa fecha, elegido por primera vez, a los 26 años, en mi condición de presidente nacional de la Juventud Demócrata Cristiana.

Reviso el texto del proyecto analizado y mis conclusiones son diferentes a lo que señala Luis Maira, como lo prueban las opiniones que dimos los tres DC que hablamos en ese debate. El mal uso del acuerdo como luz verde al golpe, u otras, son expresiones sesgadas, no confirmadas por el debate de ese día ni por la conducta de muchos de los que lo apoyamos.

El proyecto señalaba en su considerando quinto “que es un hecho que el actual Gobierno de la República, desde sus inicios, se ha ido empeñando en conquistar el poder total, con el evidente propósito de someter a todas las personas al más estricto control económico y político por parte del Estado y lograr de ese modo la instauración de un sistema totalitario, absolutamente opuesto al sistema democrático representativo, que la Constitución establece”.

El considerando sexto afirmaba que “para lograr ese fin, el Gobierno no ha incurrido en violaciones aisladas de la Constitución y de la ley, sino que ha hecho de ellas un sistema permanente de conducta, llegando a los extremos de desconocer y atropellar sistemáticamente las atribuciones de los demás Poderes del Estado, violando habitualmente las garantías que la Constitución asegura a todos los habitantes de la República y permitiendo y amparando la creación de poderes paralelos, ilegítimos, que constituyen un gravísimo peligro para la nación, con todo lo cual ha destruido elementos esenciales de la institucionalidad y del Estado de Derecho”.

Los hechos mencionados lesionaban normas constitucionales que el Presidente Allende se había comprometido a respetar, establecidas especialmente en el Estatuto de Garantías Democráticas, en cuya redacción había participado el propio Maira cuando militaba en la DC.

Si bien en el PDC casi nadie hablaba de apoyar a Alessandri, Maira presentó un documento al Consejo Nacional en el que se argumentaba la necesidad de exigir algunas garantías especiales, basado en los siguientes argumentos:

  • La posición del PS y el MAPU, que querían crear las condiciones para un enfrentamiento político con el uso de todos los medios para crear un Estado autoritario.
  • La conducta hegemónica del Partido Comunista en todas las organizaciones que controlaba.
  • Las experiencias históricas de los países socialistas en que implantaban regímenes de fuerza y liquidaban las libertades fundamentales (La experiencia política de la Unidad Popular, Patricio Aylwin, 2023, páginas 95-96).

También es innegable que, en marzo del 71, Salvador Allende, ya como Presidente, declaró a Régis Debray que su firma en dicho Estatuto, convertido en norma constitucional, fue solo un paso táctico para obtener los votos DC.

En su discurso de agosto del 73, Luis Maira, hablando en nombre de la UP, no reconoce nada de estas graves situaciones, aunque no puede negar que hay una tensión entre la forma en que la UP interpreta las normas jurídicas vigentes y la visión distinta de la oposición.

Sostuvo Maira entonces: “Había en consecuencia, entre una parte importante del ordenamiento jurídico y la necesidad de encauzar un proceso de cambios, una importante contradicción que debía ser resuelta”. Ello, señaló, “se torna posible en el contexto de una compatibilización entre el ordenamiento jurídico en sus partes progresivas y la realización real, eficaz y resuelta de las principales transformaciones y reformas revolucionarias contenidas en el programa UP”, para luego  enfatizar que “el gobierno usa la legislación progresista, reforma agraria, cobre y adquiere las acciones de los bancos”.

En mi breve intervención de ese día, en una sesión llena de tensión, gritos e insultos, señalé que nuestra fortaleza radicaba en la razón y no en la fuerza, y sobre todo en el respaldo que el pueblo nos daba.

Expresé que pedíamos “a través del proyecto de acuerdo, que se clarifiquen situaciones pendientes, que tienen al país enfrentado a una situación dramática, extraordinariamente grave”. Hice un llamado a la consecuencia de los sectores de Gobierno, ya que opiniones como la de Maira eran similares a las de Joan Garcés, cercano asesor del Presidente Allende, quien sostenía que “en el caso de Chile estamos viendo el desarrollo del mencionado proceso, como consecuencia de las modificaciones experimentadas por el contenido de ciertas normas jurídicas de importancia crucial. El Poder Ejecutivo las respeta formalmente y el Gobierno constitucional las invoca como legitimación de su actuación. Pero, simultáneamente, les da el contenido que corresponde a la definición de clase de las fuerzas sociales que están detrás del Gobierno. Por su parte, el bloque burgués de oposición les atribuye el contenido que corresponde a su propia definición de clase. ¡La contradicción entre forma y contenido que se está dando ante nuestros ojos entraña un grave peligro para el futuro del Estado de derecho! ¡Eso habíamos dicho nosotros y nos acusaban de sediciosos!”.

Más adelante, argumenté que los cambios en democracia seguirían, ya que “cambios se harán, porque estamos por el proceso de cambios, en contra de la visión que el Gobierno tiene en muchos casos, pero a favor del proceso de cambios”. También pedí “responsable y democráticamente” al Gobierno que fuera coherente con el marxismo que profesaban, con la visión de Marx que enseña que la forma no tiene valor sino como la forma del contenido, “forma y contenido que este Congreso está dispuesto a dar para realizar el cambio legal y revolucionario que Chile quiere”.

Las conclusiones son también claras, pues la Cámara de Diputados acordó:

“PRIMERO. – Representar a S.E., el Presidente de la República y a los señores Ministros del Estado, miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República que entrañan los hechos y circunstancias referidos en los considerandos Nos 5º a 12 precedentes.

“SEGUNDO.- Representarles, asimismo, que en razón de sus funciones, del juramento de fidelidad a la Constitución y a las leyes que han prestado y, en el caso de dichos señores Ministros, de la naturaleza de las instituciones a las cuales son altos miembros y cuyo nombre se ha invocado para incorporarlos al Ministerio, les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las leyes, con el fin de encauzar la acción gubernativa por las vías del Derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos. Se ha criticado que enviarlo a los ministros uniformados era meterlos en política. Seamos claros, a esas alturas los uniformados ya deliberaban abiertamente, empujados por todos los sectores. Eso no debe repetirse”.

Se puede entender que se tenga una opinión política distinta, pero nobleza y conocimiento obligan, sobre todo en el trato a las personas.

Maira pretende desfigurar la estatura moral y política de figuras como Bernardo Leighton, Renán Fuentealba, Mariano Ruiz-Esquide, Claudio Huepe, Andrés Aylwin, entre otros. Si estos camaradas (como yo) apoyaron el acuerdo, no fue por miedo o por formar parte de la conspiración para el golpe: emitimos un juicio político legítimo, que se conectaba con las opiniones que habíamos repetido en diversas oportunidades en la valoración de las acciones del Gobierno de la UP. Además, nuestra conducta frente al golpe fue clara y no puede ser desvirtuada por Maira.

Es el propio Luis Maira el que recuerda que, en agosto del 73, vivíamos “en medio de una crisis política terminal que dividía a Chile”. En ese tiempo, los aliados de Maira buscaban soluciones distintas: el enfrentamiento armado o un acuerdo político.

También había diferencias en la oposición y en la DC, y terminamos como la trágica historia nos recuerda. A diferencia de esa época, tenemos el deber de dar salidas pacíficas, que respondan a las urgencias que tiene la mayoría de los chilenos, pero que profundicen la democracia y no la destruyan.

En sus memorias, el general Prats recuerda que él le propuso al Presidente Allende, como solución, que saliera del país por un año. La respuesta fue negativa. La DC propuso la renuncia de todos los parlamentarios y del Presidente, para que fuera el pueblo el que resolviera la crisis. Tampoco fuimos escuchados.

La situación en Chile es muy delicada y los políticos debemos aportar lo que creemos, pero generando puntos de encuentro o estableciendo diferencias con el máximo respeto.

Todos podemos ser objeto de críticas, pero desconocer el valor de las personas que conociste y dijiste respetar, no es el camino. Mirar la historia es esencial para aprender de ella, como lo hicieron, entre otros, Aylwin y Almeyda, Valdés y Lagos, Leighton y Briones, que nos permitieron salir de una cruel dictadura.

Maira tiene la solvencia intelectual y el carácter para ser un aporte positivo. Por ello, espero que no insista en descalificaciones tan injustas como las de su columna.

 

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

         

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en retiro de la Defensa Nacional

 

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Mensaje de CAPREDENA a sus pensionados

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Mensaje de CAPREDENA a sus pensionados.

Estimados amigos pensionados de Capredena.

Por encargo del Vicepresidente Ejecutivo de Capredena, les informo que aquellos pensionados que tienen registrado ante la Caja un poder para que un apoderado pueda retirar por caja la pensión mensual como asimismo, un apoderado para recibir en su cuenta personal la pensión mensual, deben actualizar sus poderes.

Los actuales poderes firmados ante notario pierden su vigencia con fecha 31 de agosto, debido a que tienen una duración de dos años.

Con motivo de la emergencia sanitaria y otras causales, fueron prorrogados directamente por la Caja, sin necesidad de concurrir a una notaría.

Habiendo pasado las emergencias, los poderes cumplen su período de vigencia, como se indicó, con fecha 31 de agosto de 2023, es decir, mañana.

De no actualizarse los poderes, no podrán cobrar sus pensiones correspondientes a septiembre y meses posteriores, lo que produciría una situación negativa económica importante.

Por lo tanto, aquellos que sus poderes se vencen mañana, deben actualizarlos a la brevedad. Si alguno de los pensionados conoce de algún caso relativo a lo expresado, les agradeceremos avisarles para que cumplan con el trámite requerido.

Fdo. Antonio Varas C., Consejero Oficiales en Retiro pensionados.

 

Columna de Opinión, News

NO ENFRENTAR LA JUSTICIA. Por la boca muere el pez. Por Humberto Julio Reyes

 

NO ENFRENTAR LA JUSTICIA

Por la boca muere el pez.

                                                                                     Humberto Julio Reyes

         A raíz del reciente fallecimiento de quien ostentara por un largo período la presidencia del Partido Comunista, de pretendidas y discutibles credenciales democráticas, el presidente ha sido pródigo en homenajes y alabanzas para con su persona.

         Nada sorprendente dirá usted paciente lector, toda vez que el Partido Comunista apoya disciplinadamente al gobierno, tal como sus miembros saben hacerlo, así que más allá que probablemente el presidente lo haya realmente admirado, parece natural y de elemental conveniencia política que deje constancia de todo aquello que le parezca digno de ser destacado.

         Prudentemente en la oposición las expresiones han sido las que corresponden al fallecimiento de cualquier ser humano, lo que me parece correcto en todos los que no festejamos con champaña la muerte de alguien que hemos considerado nuestro enemigo o de quien en vida mereció nuestro repudio por sus actuaciones.

         Así las reacciones en público han ido desde distintas formas de honrar al fallecido, hasta las políticamente correctas, las que lamentan su partida y enaltecen su dedicación a lograr que en Chile finalmente se alcance el sueño de Marx y Lenin, pasando por la indiferencia en privado, sin descartar de parte de quienes creen en la vida eterna, el deseo que posiblemente sea sometido a la justicia divina, toda vez que fue sobreseído por la justicia terrenal.

         Sin embargo, debo sumarme a quienes ya han hecho ver ciertos excesos, al menos dos, porque agravian innecesariamente a personas que probablemente nada han hecho para merecerlo y. además, imprudentemente generan reacciones quizás contrarias al efecto buscado.

         La imposición de un duelo nacional por dos días conlleva la obligación de que el pabellón patrio permanezca a media asta en las reparticiones públicas, incluyendo, naturalmente, a cuarteles de las Fuerzas Armadas y Carabineros, instituciones destinadas a desaparecer en el “levantamiento popular” que preparó el homenajeado y que sufrieron bajas en sus componentes por las resoluciones que él adoptó.

         ¿Era conveniente este agravio o fue una nueva oportunidad “en bandeja” de expresar lo que el presidente ha cantado festivamente y de lo cual no se le conoce arrepentimiento?

Pero la guinda de la torta ha sido la comparación, odiosa como toda comparación, pero esta vez doblemente odiosa, del fallecimiento del homenajeado con el suicidio de un general en situación de retiro que, a sus 87 años había sido condenado a una pena de 25 años de presidio.

¿No pensó en el dolor de familia, camaradas y amigos de quien tomó tan definitiva resolución enfrentado a terminar sus días en prisión como producto de un interminable proceso donde ninguna de las garantías a que tenían derecho los acusados fueron respetadas?

Al manifestar que su suicidio era producto de su cobardía para no enfrentar la justicia, olvidó o desconocía que la había enfrentado con entereza durante todo el largo proceso, pese a que seguramente preveía en qué terminaría.

Pero parece que también olvidó a otro homenajeado suicida, cuyo supuesto legado se siente llamado a destacar y proseguir.

 Resumo: algo de mesura en los homenajes quizás hubiera evitado agravios innecesarios y ofensas de doble filo.

31 de ago. de 23

 

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