RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

ALEMANIA DEBATE LA REINTRODUCCIÓN DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO

 

ALEMANIA DEBATE LA REINTRODUCCIÓN DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO

DW

El Mostrador, 02/02/2023

Casi un año después del inicio del ataque ruso a Ucrania, en tiempos de guerra en Europa, cuando países como Letonia reintroducen el servicio militar obligatorio, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, pronuncia una frase que Patrick Sensburg suscribiría de inmediato: “Fue un error suspender el servicio militar obligatorio”. El acalorado debate subsiguiente estaba servido.

Sensburg es político y presidente de la Asociación de Reservistas de la Bundeswehr, las Fuerzas Armadas alemanas.

El 24 de marzo de 2011 fue el único miembro del grupo parlamentario de la CDU que votó en contra de la supresión del servicio militar obligatorio alegando que “no podía asumir tal responsabilidad” en una decisión “que no sería fácilmente reversible en décadas”.

No solo se enfrentó a sus compañeros de partido, sino también, aunque esta ha variado desde entonces, a la opinión pública de ese momento.

Doce años después, el coronel en la reserva ya no es la voz que clama en el desierto. Y advierte: “No es suficiente si solo podemos defender uno o dos estados federados porque la Bundeswehr demasiado pequeña y está mal equipada. Por supuesto, un ejército de reclutas cuesta dinero, la defensa nacional cuesta dinero. Esa es una decisión política que tenemos que tomar previamente: ¿queremos realmente ser capaces de defender nuestro país, sí o no?”.

Del ejército de reclutas al ejército de voluntarios. En dos décadas, la Bundeswehr se ha reducido de más de 317.000 soldados a unos 183.000.

Sin embargo, Sensburg está convencido de que ese número, junto a los aproximadamente 100.000 reservistas, no es suficiente en caso de emergencia. Al mismo tiempo, el servicio militar voluntario está lejos de ser suficiente para incorporar a la Bundeswehr los jóvenes que se necesitan con urgencia.

“No solo necesitamos a los super especialistas, no solo necesitamos a las KSK como fuerzas especiales, también necesitamos una cierta masa numérica de soldados para poder defender el país”, dice el presidente de la Asociación de Reservistas. “Y eso solo puede conseguirse con el servicio militar obligatorio”, concluye.

El ministro federal de Defensa, Boris Pistorius, ha reabierto el debate sobre el servicio militar obligatorio, suspendido en Alemania desde 2011. ¿Solo un debate fantasma? El canciller alemán, Olaf Scholz, advirtió que no hay por el momento “el espacio requerido” para mediar ante el presidente ruso, pero defendió que pese a la guerra lanzada por Rusia, seguirá en diálogo con Moscú.

El Ministerio alemán de Defensa no se plantea la cuestión. El ministro alemán de Defensa ha dicho, en cualquier caso, que el servicio militar obligatorio no ayudaría en absoluto a Alemania en los próximos dos o tres años. Sin embargo, debe discutirse abiertamente el tema independientemente de la situación actual de amenaza.

Preguntado por DW, un portavoz contestó que “el Ministerio no está considerando reintroducir el servicio militar obligatorio”. “La Bundeswehr es hoy muy diferente a la de hace diez años o más“, explica. En caso de “tensión o estado de defensa” se prevé un aumento de hasta 60.000 reservistas más. “Esto significa que la Bundeswehr, con su mandato parlamentario actual, está en condiciones de llevar a cabo sus tareas de defensa nacional junto a las fuerzas de nuestros socios de la OTAN”, concluye.

¿”Discusión teórica” o “discusión fantasma”? Para la parlamentaria de la Comisión de Defensa, Eva Högl, el debate sobre el reclutamiento es una “discusión teórica”.

El líder del FDP, Christian Lindner, va más allá y lo considera una “discusión fantasma”. Por eso Wolfgang Hellmich prácticamente rechaza entrar en él. “Este debate sobre el servicio militar obligatorio surge una y otra vez [la última en 2018 y, antes, en 2016], pero tiene muy poco que ver con la realidad actual”, dice en entrevista con DW.

“¿Para qué sirve el servicio militar obligatorio?”, se pregunta, Hellmich. Supone miles de millones en costos de introducción o restablecimiento de unas estructuras de reclutamiento que ya no existen. Y no vamos hacia un ejército de reclutas, sino hacia uno profesional”.

Hasta hace dos años, Hellmich era presidente del Comité de Defensa del Bundestag alemán y todavía hoy es miembro de este. Al igual que Sensburg y Pistorius, considera que la decisión de 2011 fue un gran error, improvisado y desorganizado.

Doce años después, no hay nada en absoluto que hable a favor de una reintroducción del servicio militar obligatorio, dicen los críticos: ni hay oficinas militares para el reclutamiento, ni equipo militar suficiente, ni instructores para los reclutas. No hay un plan para establecer un sistema justo para los 700.000 hombres y mujeres que cumplen cada año los 18 años, de los cuales, sin embargo, solo una pequeña parte estaría obligada al servicio militar. Y, sobre todo, no hay el presupuesto necesario, que ascendería a decenas de miles de millones.

El servicio voluntario debe volverse más atractivo. En lugar de perder un tiempo valioso en reintroducir el servicio militar obligatorio, Alemania debe centrarse en reclutar profesionales, afirma Hellmich. “No tenemos problemas para reclutar oficiales, sino para los servicios técnicos, el abastecimiento logístico de la tropa y el área cibernética”. Y la Bundeswehr tiene un gran problema para reclutar mujeres: todavía en 2023 solo hay una mujer soldado por cada siete.

Su conclusión: “Tenemos que hacer que el servicio voluntario sea más atractivo para reclutar también personas que luego permanecerán con la Bundeswehr. Pero el servicio militar obligatorio no ayudaría en absoluto”.

Olaf Scholz cree que “no hay espacio” para mediar con Putin, pero defiende diálogo. El camino hacia unas negociaciones de paz debe marcarlo “la retirada de las tropas rusas de Ucrania”, aseguró el líder alemán, en un foro de debate con ciudadanos alemanes, donde el tema dominante fue la guerra de Ucrania y los suministros de armas por parte de los aliados occidentales a Kiev.

Preguntado por una ciudadana sobre la propuesta de mediación formulada en su viaje por América Latina por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, Scholz consideró que “no se llegado al momento” para que ésta sea posible. Insistió, sin embargo, en la necesidad de seguir “hablando las horas que haga falta” con el líder del Kremlin, como han venido haciendo tanto él como el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

La apuesta por la diplomacia “no puede hacernos perder de vista que el presidente Putin ha vulnerado por la fuerza las fronteras de otro país” y que su propósito es “ganar ilegalmente su territorio”, además de llevar dolor, desesperación y muerte a su población.

El canciller se vio así reiteradamente cuestionado por su decisión de entregar tanques de combate “Leopard 2” a Ucrania, que defendió en la determinación, de su Gobierno como de otros aliados occidentales, de apoyar a Kiev a defenderse “de la guerra de agresión” rusa.

Berlín ayuda a Kiev a “defenderse de la guerra de agresión” rusa, El canciller se vio así reiteradamente cuestionado por su decisión de entregar tanques de combate “Leopard2” a Ucrania, que defendió en la determinación, de su Gobierno como de otros aliados occidentales, de apoyar a Kiev a defenderse “de la guerra de agresión” rusa.

Recordó asimismo que Alemania está siendo el país de la Unión Europea (UE) que más ayuda militar, humanitaria y financiera ha aportado a Ucrania desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero, aunque descartó que ese apoyo vaya a significar el envío de aviones de combate.

El propósito, tanto de Alemania como de Estados Unidos, es evitar que la OTAN se convierta en parte del conflicto, como ocurriría si hubiera una participación activa de soldados de la Alianza en la guerra, aseveró. Cada decisión que ha adoptado el Gobierno alemán en relación a esa guerra ha sido “cuidadosamente reflexionada” y orientada a evitar ese peligro, insistió ante la que era su quinta intervención en un foro de estas características desde que asumió el cargo de canciller, en diciembre de 2021.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones consideradas en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

Columna de Opinión

NO NOS PASEMOS PELÍCULAS

NO NOS PASEMOS PELÍCULAS

Jorge Correa Sutil

El Mercurio, Columnistas, 04/02/2023

El nuevo proceso constituyente se ha iniciado con un intenso debate acerca de las alianzas electorales que se formarán para la elección de los consejeros constitucionales. Si bien es enorme la importancia que tiene la conformación de esas coaliciones, no debe pasarse por alto que ese intenso debate electoral no ha tenido relación alguna con la Constitución que se quiere.

No son posiciones acerca de la Constitución las que han determinado o siquiera influido en la decisión de conformar una o dos listas entre la centroizquierda y la izquierda para elegir constituyentes. ¿Será que los actores políticos dan por sentado el texto que saldrá de este proceso? ¿Será que los partidos no tienen proyectos constitucionales que debatir?

En las pocas oportunidades que las vocerías políticas hablan de la Constitución, el discurso es vago y lleno de lugares comunes. Derecha, centro e izquierda dicen querer una buena y nueva, sin definir cuál sería una buena; todos proclaman la necesidad de una Constitución para el siglo XXI, como si la apelación a lo contemporáneo pudiera determinar algún contenido y como si las que han sobrevivido siglos carecieran de valor y vigencia.

La expresidenta Bachelet, en cambio, en la clausura del Congreso del Futuro, fue un poco más allá e hizo ver la dificultad que tenemos de alcanzar un texto que nos una: “Yo comparto —sostuvo— que una Constitución nueva tiene que ser la casa común. Sin embargo, no estoy segura que pueda ser la casa común de todos, porque no todos creemos lo mismo sobre el modelo de sociedad, el modelo económico, qué sé yo”. Luego agregó: “Hay que hacer el mayor esfuerzo por tener la mayor casa común posible, pero no nos pasemos películas, porque hay diferencias. Estas son válidas, porque estamos en una democracia”.

¿Será que los actores políticos dan por sentado el texto que saldrá de este proceso? ¿Será que los partidos no tienen proyectos constitucionales que debatir?”

Ciertamente que no es bueno pasarse películas en el plano político o en el constitucional. También es evidente que tenemos legítimas diferencias acerca del modelo económico y social que queremos, diferencias que la democracia debe tolerar. Entonces, ¿es forzoso concluir que nos pasamos películas cuando pensamos que una misma Constitución nos interprete y cobije a todos?

Es difícil discernir cuán vastas y profundas son las grietas que nos dividen. A juzgar por el ambiente político actual, no parecieran enormes. Este no es un país a punto de irse a las manos.

Sin embargo, hace tres años, un porcentaje significativo de la población justificaba, cuando no celebraba, el uso de la violencia. Recién ayer, mayorías eran atraídas por ideas refundacionales que proponían barrer con el orden establecido. En septiembre pasado, esas mismas ideas resultaron rechazadas.

Constatar aquello y las elecciones consecutivas de Bachelet, Piñera, Bachelet, Piñera, Boric no muestra tanto un país dividido, como uno que cambia de opinión constantemente acerca del modelo que quiere y que, rápidamente, se muestra insatisfecho de lo que elige.

¿Cómo hacer una Constitución adecuada para una población en momentos de constante mutación? ¿Cómo acertar en un texto adecuado para los próximos 40 años, si difícilmente podemos atisbar los próximos cuatro?

La expresidenta tiene razón: Nos pasaríamos películas si pretendiéramos que un modelo económico y social nos dejara satisfechos a todos. Y aunque un proyecto así pudiera ser aprobado en un plebiscito de salida, ¿cómo podría durar, si el país elige periódicamente autoridades que le prometen modelos económico-sociales distintos?

La solución para lograr una Constitución duradera que nos una es otra, y consiste en expurgar del debate constitucional la cuestión de los modelos económicos y sociales y concentrarnos en la pregunta de cuál es la democracia que necesitamos. ¿Cuáles son las reglas electorales, la arquitectura del poder, la distribución de competencias, los procesos de toma de decisiones, las medidas de participación y transparencia que nos pueden permitir encauzar de una manera legítima y eficiente nuestras diferencias sobre modelos económicos y sociales?

No desconozco que la Constitución algo tendrá que decir acerca de lo que el Estado no puede hacer y sobre los fines que les son obligatorios. Esto, sin embargo, puede mantenerse en un nivel mínimo y general, como para que prosiga libremente el legítimo debate acerca de los modelos económicos y sociales.

Pero claro, si en la campaña los candidatos prometen solucionar problemas sociales concretos en el texto constitucional, como son definir el sistema de pensiones, de salud o de seguridad ciudadana, volveremos inevitablemente a pasarnos películas.

 

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

Columna de Opinión

CEMENTERIO DE ELEFANTES.

 

CEMENTERIO DE ELEFANTES. 

Por Toribio

 

Pasos cortos y esforzados, muchos con ayuda, con sillas de ruedas, miradas perdidas y tristes, soledad compartida, rostros arrugados con la ancianidad presente en cada surco de sus caras, intercambio de saludos con la amargura del abandono, cuerpos achacosos y doblados por los años.

 

Este grupo humano deambula, aquellos que pueden, por pasillos y una pequeña superficie que nos permite algo de espacio para mover músculos vencidos y arruinados.

Algunos con las últimas energías tratan de hacer deportes, en cámara lenta y muchas veces inútiles por la vejez

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Escritos del alma, presentaciones, peticiones de libertad o de un simple beneficio de un día domingo, libres… que no llegan a ninguna parte.

 

Documentos que nos entregan anunciando nuevas condenas que traspasan por décadas nuestras expectativas de vida, que nos quiebran y desmoronan debido a la impotencia de sabernos perseguidos por un enemigo atroz y prevaricador.

 

La amargura de ver partir a camaradas que lucharon con nosotros y que nunca volverán, dejando vacíos en nuestras almas y dolores irremediables con un angustioso recuerdo de la amistad que obtuvimos en este trágico encierro.

 

Son tantos y tantos a los que no veremos más, que terminaron conversaciones de vida, de apropiación mutua de sentimientos, alegrías y penas de cada una de nuestras historias.

 

Caras nuevas que se nos integran, nuevas historias personales, nuevos sufrimientos, nuevas angustias, nuevas familias rotas por la distancia, la dolorosa prisión.

 

Nuevas personas a las cuales tratar de levantar ante la cruel realidad de esta cárcel desconocida por muchos y olvidada por muchos más.

 

Este es nuestro “CEMENTERIO DE ELEFANTES”, donde vienen a terminar sus vidas quienes, en plena juventud, creyeron en la causa de la LIBERTAD y se entregaron a ella con todas sus fuerzas, arriesgando sus vidas y la serenidad de sus hogares.

 

Nadie nos obligó, nadie nos forzó a cumplir las órdenes de entonces y con la fuerza de la juventud y nuestro inclaudicable amor por la PATRIA nos enfrentamos a un enemigo cruel y fanático, que quería destruirnos por dentro

 

No hay arrepentimiento entre nosotros, sólo existe la conciencia del deber cumplido y que la integridad nacional nunca se quebró. Sólo existe la seguridad de ser triunfadores, vencedores en esa guerra, pero en forma contradictoria está nuestra situación actual de estar pagando en forma injusta por nuestros esfuerzos libertadores debido al olvido y traición de un país que no supo aquilatar nuestra dedicación y nuestro sacrificio.

 

Es así como estamos en este “CEMENTERIO DE ELEFANTES” al cual llegamos, como estas bestias agonizantes, a entregar los pocos años que nos quedan, abatidos, enfermos, ancianos pero también, como aprendimos desde niños y juramos … “CUMPLIR CON NUESTRO DEBER Y OBLIGACIONES HASTA RENDIR LA VIDA SI FUESE NECESARIO”.

 

Febrero de 2023.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Fuente de la imagen: https://listindiario.com/la-vida/2016/04/14/415413/un-cementerio-de-elefantes

Columna de Opinión

LA IZQUIERDA CHILENA. REDEFINICIONES Y PERSPECTIVAS

LA IZQUIERDA CHILENA. REDEFINICIONES Y PERSPECTIVAS

Alejandro San Francisco, Académico UC y USS. Director de formación del Instituto Res Pública. Director General de “Historia de Chile 1960 – 2010” (USS)

La izquierda chilena vive un momento crucial, tras una década de cambios y luchas por la hegemonía. Históricamente hubo dos grandes fuerzas que, en su momento, reflejaban las posturas revolucionarias: eran el Partido Comunista y el Partido Socialista, agrupadas desde 1956 en el Frente de Acción Popular (FRAP) y en 1969 en la Unidad Popular (UP, que era una coalición más amplia que incorporaba también al MAPU y al Partido Radical, por ejemplo).

Dicho sea de paso, a la fecha del colapso de la democracia todos ellos se definían como marxistas leninistas.

Tras el regreso a la democracia en 1990, la situación había cambiado, producto del aprendizaje político y la renovación socialista –que se había aliado con sus históricos adversarios de la Democracia Cristiana–, así como la radicalización del PC y su opción por la vía armada.

Se podría decir que ahora había una izquierda extraparlamentaria, que integraban los comunistas y otras fuerzas, en tanto dentro de la Concertación primaban los socialistas y el novedoso Partido por la Democracia (PPD).

Tras diez años de gobiernos de líderes DC –Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz Tagle– siguió una “década socialista”, como trata el fascinante libro de Ascanio Cavallo y Rocío Montes, esta vez con administraciones encabezadas por Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

¿Qué ha ocurrido en estos últimos quince años? Al menos tres cosas.

La primera, ciertamente decisiva, fue la derrota de la Concertación en la elección presidencial de 2009, que cambió el ánimo y la actitud de muchos líderes de ese conglomerado y, en la práctica, marcó el fin de ese histórico y exitoso proyecto.

La segunda, que requiere más estudios, es la movilización estudiantil de 2011, que modificó la forma de hacer política: la calle reemplazó a los salones parlamentarios y los jóvenes dirigentes estudiantiles a los tradicionales líderes concertacionistas.

Finalmente, el cambio en la posición dominante al interior de la izquierda, durante años en manos del Partido Socialista y el Partido Por la Democracia.

En esta última década se produjo un importante renacimiento del Partido Comunista, con una gran presencia social y liderazgos reconocidos, y el nacimiento del Frente Amplio, que superó política y electoralmente a las dos fuerzas históricas de la izquierda, es decir, a socialistas y comunistas. Adicionalmente Gabriel Boric, uno de sus principales líderes, llegó a La Moneda el 11 de marzo de 2022.

Chile vive hoy no solo la ruptura histórica del socialismo democrático, sino también la resurrección de la alianza histórica entre el Partido Socialista y el Partido Comunista, en cuya unidad el presidente Salvador Allende cifraba las esperanzas del éxito de la revolución. Y ocurre precisamente a 50 años del 11 de septiembre de 1973 y ad-portas de la celebración de los 90 años de vida del Partido Socialista de Chile.

Esta es la realidad al comenzar el 2023, y lo que explica la actual situación del país y de las izquierdas. La falta de renovación generacional dañó profundamente a la Concertación, que además sufrió un problema de desgaste intelectual y de falta de fortaleza de carácter, que hirieron no solo su obra de casi un cuarto de siglo, sino también la comprensión histórica de una etapa crucial de la democracia chilena.

En medio de esta realidad, el Frente Amplio y el Partido Comunista formaron una coalición exitosa –al menos para llegar al gobierno– frente a la cual el socialismo democrático siempre ha aparecido como una fuerza subordinada, necesaria pero auxiliar, de segunda categoría frente a quienes controlan realmente la agenda y el programa gubernativo.

En ese contexto debemos entender los flirteos del Partido Socialista con el Frente Amplio y el PC, que comenzaron con la posibilidad fallida de participar en las primarias presidenciales de Apruebo Dignidad, que enfrentaron a Gabriel Boric con Daniel Jadue.

Posteriormente hubo una evidente falta de entusiasmo en las escuálidas primarias de la antigua Concertación y en la campaña presidencial de la candidata elegida.

Finalmente, tras la primera vuelta, en forma rápida el socialismo democrático se sumó a la candidatura Boric y luego al gobierno frenteamplista-comunista, incluso en posiciones importantes de poder. Pero siempre afirmaba la existencia de dos polos dentro de la coalición gobernante, manteniendo su historia y proyecto.

El llamado socialismo democrático implica una afirmación y una negación. En lo primero, hay una definición doctrinaria por la democracia, un Estado más robusto, el orgullo por la labor realizada durante la época de la Concertación y ciertas convicciones básicas sobre el futuro del país. Por otra parte, en contraste existe una evidente señal implícita: también habría un socialismo –o una izquierda– “no democrático”, que coquetea con las dictaduras chavistas y castristas, que sigue validando la violencia como método de acción política y que es de una lógica izquierdista ajena a la Concertación. Es decir, el gobierno de Gabriel Boric tiene dos almas y lógicas diferentes, aunque exista un proyecto coyuntural unitario.

En la práctica, la discusión por la lista única de la izquierda o por las eventuales dos listas ha generado el enfrentamiento intelectual o mediático de sus liderazgos históricos más relevantes –Michelle Bachelet en el primer caso y Ricardo Lagos en el segundo–, además del involucramiento del propio Presidente de la República para lograr integrar a todas las fuerzas de gobierno en la lucha por conquistar la mayoría en el Consejo constituyente.

Todo indica que ni la oferta de cargos ni la presión oficialista ni las tres décadas de unidad socialista-pepedeísta lograrán mantener la tesis de una sola lista y, a un día de la inscripción de las listas, habrá dos fórmulas inéditas: la lista del Frente Amplio/Partido Comunista/Partido Socialista (sin PPD) y otra con el PPD/Democracia Cristiana/Partido Radical (sin socialistas).

La redefinición de las izquierdas es una de las noticias más importantes de la política a comienzos de este 2023. Las alianzas políticas no son meros acuerdos electorales, sino que reflejan algo más profundo.

La unidad socialista-comunista se extendió desde 1956 hasta 1973; la Concertación se extendió casi un cuarto de siglo; el PPD-PS fueron aliados por más de treinta años. De esta manera, Chile vive hoy no solo la ruptura histórica del socialismo democrático –con todo lo que ello pueda significar– sino también la resurrección de la alianza histórica entre el Partido Socialista y el Partido Comunista, en cuya unidad el presidente Salvador Allende cifraba las esperanzas del éxito de la revolución.

Y ocurre precisamente a 50 años del 11 de septiembre de 1973 y ad portas de la celebración de los 90 años de vida del Partido Socialista de Chile.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

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Columna de Opinión

Desastres en Chile, una historia sin fin

Desastres en Chile, una historia sin fin

Señor Director

El Subsecretario del interior le “agradece” a la empresa privada el apoyo a este tipo se desastres lo que obviamente desnuda una visión que hasta ahora no ha sido abordada como corresponde y que la Ley 21364, se supone en los reglamentos que aún no son publicados, deberían considerar ya que ellos , los empresarios son parte del SINAPRED (Sistema Nacional de Prevención de Desastres) y que es SU RESPONSABILIDAD es adoptar medidas de MITIGACIÓN estructurales (obras ) en este caso en beneficio de las comunidades que se “podrían” ver afectadas en sus ZZJJ (Zonas Jurisdiccionales) y de esa manera hacer GR (Gestión del Riesgo) Proactiva

Otro tema es el que dice relación con CONAF (Corporación Nacional Forestal), que por ya más de 10 años descansa el proyecto de ley para que pase de ser una “Corporación de Derecho Privado” a un organismo fiscal o sea del Estado. Eso es una vergüenza legislativa, así como aún no nombrar al nuevo Director del SENAPRED (Servicio nacional de prevención de desastres)

¿Y finalmente Proactividad “cero” recién y en forma reactiva se contratan los servicios de los aviones súper tanque y porque no estaban aquí antes de ayer?

Respuesta no hay Gobernanza para la GRD y seguimos en la GR Reactiva

Vale decir la nueva institucionalidad necesita y requiere de voluntad política y no solo un anuncio.

Las últimas situaciones de desastres pareciera que nos hace volver a antes del 27F, los incendios de Viña otro desastre con la ayuda humanitaria, ahora rumas de ropa en desuso, víveres en malas condiciones, no hubo Evaluación de Daños y Necesidades y el Min Desarrollo Social ausente con las Fichas de Información Básica de Emergencia

El decreto de EEC ((Estado Excepción de Catástrofe) retrasado entre Palacio y la CGR (Contraloría General de la República)

Y qué decir de las 15 muertes ahora en Santa Juana, pérdidas que se pudieron evitar aplicando la norma del “perímetro de seguridad “; se requiere de nuevos liderazgos y desarrollar capacidades para enfrentar los efectos del CC (Cambio climático), nada de eso ha pasado ahora

Y aún no se nombra al director nacional del SENAPRED

O sea, la RRD no es una “Prioridad Nacional” como lo señaló el MAH ( Marco de Acción de Hyogo) el 2005 y el SENAPRED ya hace un mes debió estar en plenas funciones

Las amenazas avanzan a mayor velocidad que la GRD en esta historia sin fin.

Bernardo Castro

Profesor Experto en GRD

Nota del editor: El autor de esta carta, a fines del mes de marzo presentará su libro “Una historia sin fin: La Gestión del Riesgo de Desastres Internacional un enfoque hacia Chile”

Bernardo Castro, es profesor del Magíster de Gestión de Riesgo de Desastre, versión 2022-2023 que se imparte en la Academia de Guerra del Ejército.

 

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Imagen:https://www.induambiente.com/incendios-forestales-en-zona-centro-sur-ya-han-afectado-un-centenar-de-viviendas-y-8-000-hectareas

Seguridad y defensa

INSTITUCIONALIDAD DEL ESTADO Y FUERZAS ARMADAS

INSTITUCIONALIDAD DEL ESTADO Y FUERZAS ARMADAS

Luis Rothkegel Santiago[1]

Resumen:

Este trabajo elaborado desde la perspectiva contemporánea de la política nacional, se propone recordar algunos pasajes de la historia relativos al comportamiento de las instituciones militares en el entorno de la Institucionalidad del Estado. Se refiere, al rango constitucional y legal en que se desenvuelven las Fuerzas Armadas, haciendo hincapié en los efectos acarreados en las relaciones política-militares y en la sociedad en general, cada vez que el marco reglamentario ha sido objeto de interpretaciones, por ende vulnerado.

Palabras clave: Institucionalidad – Fuerzas Armadas – Constitución.

Ver trabajo completo en PDF:Institucionalidad y FAs[16970]

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Seguridad y defensa

Responsabilidad política e interacción civil militar

Responsabilidad política e interacción civil militar

Las decisiones complejas en materia de defensa tienen la particularidad de combinar, en su etapa de análisis o como proyecto, dos tipos de visiones que en ocasiones pueden no coincidir, en especial, cuando se trata del  empleo de una fuerza militar en tareas de orden interior. De hecho, la sensibilidad y  complejidad de este tipo de tareas hace que normalmente sean consideradas excepcionales y, como tales, dentro de un marco jurídico especial.

Y es que por muy bien intencionado y bien pensado sea  el propósito que se busca alcanzar desde una perspectiva política,  la concepción militar no  puede dejar de tener en cuenta la realidad de los frentes donde se van a emplear las fuerzas. Rupert Smith, general británico, con amplia experiencia en distintos tipos de conflicto, ha enseñado que lo más difícil en el uso de la fuerza es hacerlo en medio de la población. Desde lo militar, no sólo se deben limitar al máximo los efectos colaterales y asegurar el logro del propósito fijado con el mínimo de bajas, sino que también es imperativo evitar deteriorar la capacidad de disuasión de la fuerza militar, sin la cual pierde sentido su empleo.

Por eso, en el ámbito de la defensa, cuando se trata del empleo de la fuerza, es indispensable que en la toma de decisiones se genere una integración de la visión y determinación de propósitos de la autoridad política, con el conocimiento especializado que poseen los institutos armados, lo que no significa poner en duda o alterar la autoridad política.

No es extraño, entonces, que los mandos militares deban expresar sus opiniones y advertir sobre los riesgos que conlleva una determinada misión, más aún cuando se trata de tareas excepcionales. De hecho, en los estudios de relaciones civiles-militares hay casos paradigmáticos que se analizan, precisamente, porque en ellos se evidenciaron fallas en la necesaria interacción entre la autoridad política y los líderes militares con consecuencias no deseadas. Dentro de estos, por ejemplo,  la “Declaración acerca de la Apreciación de Defensa en el Reino Unido”, de 1992, y como experiencia de la operación “Tormenta del Desierto”, en la que se establece como una de las deficiencias, el no haber otorgado peso suficiente a la voz de los militares para el desarrollo de políticas.

Algo similar sucedió en el “Reporte del Grupo de Estudios de Irak, del Congreso de los Estados Unidos, de 2006, donde la recomendación 46 estableció que “El nuevo Secretario de Defensa debe hacer todo lo posible para construir un estado de relaciones civiles militar saludables, creando un entorno en el que los altos mandos militares se sientan libres de ofrecer asesoramiento independiente no sólo al liderazgo civil en el Pentágono, sino también al Presidente y al Consejo de Seguridad Nacional, como se prevé en la legislación Goldwater-Nichols”. Es cierto que son realidades muy particulares, pero denotan la complejidad de este tipo de interacción.

En nuestro país, en los últimos años las instituciones de la defensa han estado sometidas a múltiples exigencias en términos de variedad de misiones y complejidad de los escenarios donde han debido actuar. Su empleo en situaciones de catástrofes y de emergencia en forma prolongada, además de sus misiones permanentes de preparación, en lo concerniente a la defensa nacional y a la participación en operaciones de paz, ha impuesto desarrollar nuevas capacidades en el uso de la fuerza y también en materia organizativa. Son tareas que, además, conllevan una interacción con autoridades locales de distintos niveles y con organismos con culturas y  estilos de trabajo muy diversos.

Asimismo, en el ejercicio de sus actividades, el personal militar de distintos grados ha estado expuesto a un eventual uso de las armas, lo que implica asumir constantemente un nivel de riesgo crítico, en un ambiente altamente complejo y volátil.  Alberts y Hayes, que desde comienzo de siglo han estudiado el desempeño de las fuerzas militares en ambientes complejos, advierten que cuantos más actores y organizaciones participan directa o indirectamente en una tarea y más incierto es el escenario, más difícil es cumplir las misiones, producto de lo cual los riesgos se incrementan y, más delicado, se transforman.

Esto último podría parecer evidente, sin embargo, no siempre es asumido en plenitud en los procesos de toma de decisiones de alto nivel, puesto que exige, como premisa básica, una  conciencia situacional y un conocimiento que se exprese  en la asignación de misiones claramente definidas, con reglas de uso de la fuerza efectivas, que no debiliten la capacidad de disuasión, y, por cierto, con los medios adecuados a los eventuales escenarios.

En este panorama, la responsabilidad política es cada vez mayor, ya que así como se han puesto en ejecución tareas que en principio son excepcionales y temporales, los riesgos también se incrementan y la incertidumbre es inevitable. Por otra parte, no se puede asumir la polivalencia de una fuerza militar como la posibilidad de cumplir con los mismos medios todo tipo de misiones; es sabido que eso atenta contra la especialización y deteriora la eficacia operativa y táctica en las misiones más propias de la defensa, las que sin duda, siguen siendo prioritarias teniendo en cuenta el horizonte político estratégico de nuestro país, en particular, los intereses de distinto orden que convergen en nuestra posición y situación geográfica.

Cuando existe la certeza de que el nivel de las exigencias que recaen en las Fuerzas Armadas y en quienes deben cumplir las misiones se multiplican, y cuando las tareas que son excepcionales comienzan a ser permanentes, la responsabilidad de los líderes políticos y de los mandos militares es mayor; y el dilema no es tanto si estas tareas se deben asumir o no, sino, cómo crear las condiciones para que logren su propósito con el mínimo riesgos y de efectos no deseados,  sin perder su condición de fuerza militar. (Red NP)

Gral. (R) José Miguel Piuzzi Cabrera

Doctor en Sociología, y académico

03 de febrero 2023

Fuente: http://www.nuevopoder.cl/responsabilidad-politica-e-interaccion-civil-militar/

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