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EL APOCALIPSIS ALGORÍTMICO YA ESTÁ AQUÍ Y NOS ESTÁ DESTROZANDO LA VIDA. Claire Merchlinsky, para Business Insider – España

 

                                                             EL APOCALIPSIS ALGORÍTMICO YA ESTÁ AQUÍ

                                                           Y NOS ESTÁ DESTROZANDO LA VIDA

Claire Merchlinsky, para Business Insider – España, Ed Zitron, Traducido por: Cristina Gálvez

Flipboard, Tecnología, 22/08/2024

Imagina que eres un gestor de fondos de alto riesgo intentando ganar dinero. Para aumentar beneficios, decides instalar la última tecnología que permite a un ordenador interpretar los flujos del mercado y realizar miles de órdenes en milisegundos. El programa ayuda a impulsar tu fondo durante un tiempo, pero el entusiasmo inicial se convierte en miedo al ver que se vuelve loco y compra cientos de millones de acciones en menos de una hora.

Tu empresa se apresura a detener las operaciones, pero no puede, y de repente pierdes muchísimo dinero, todo por culpa de un algoritmo mal instalado.

Suena distópico, ¿verdad? Sin embargo, no es una hipótesis sobre la creciente amenaza de la inteligencia artificial; ocurrió realmente hace más de una década, cuando un error de programación provocó pérdidas de 440 millones de dólares a Knight Capital, lo que finalmente hizo que la empresa se viera obligada a una venta a un precio ridículo.

No hay razón para temer que la inteligencia artificial tome decisiones por ti en el futuro: los ordenadores ya controlan tu vida. La automatización empezó siendo algo positivo, mejorando la productividad, pero en un determinado momento se cedió el control de decisiones importantes a los ordenadores, afectando principalmente a las minorías y clase trabajadora. Los algoritmos que sustentan nuestra vida digital toman cada vez más decisiones cuestionables que enriquecen a los poderosos y arruinan la vida de la gente corriente. 

La “inteligencia artificial” no es “el futuro”: es solo un término de marketing para una versión ligeramente actualizada de la automatización que lleva años gobernando nuestras vidas. Las empresas han ido cambiando el nombre para disfrazar su tecnología (automatización, algoritmos, aprendizaje automático y ahora IA), pero todos estos sistemas hacen lo mismo: entregar la toma de decisiones a los ordenadores para que ejecuten tareas a velocidades mucho más rápidas de lo que podría hacerlo un ser humano.

Aunque cada vez se teme más que la nueva IA infecte nuestra vida cotidiana, deje sin trabajo a millones de personas y, en general, trastorne la sociedad, la mayoría de la gente no se da cuenta de hasta qué punto la toma de decisiones informatizada afecta a todo lo que nos rodea. Estos sistemas se basan en conjuntos de datos y en las reglas que les enseñan los seres humanos, pero tanto si se trata de ganar dinero en los mercados como de informar de las noticias, cada vez estamos más en manos de sistemas digitales que no rinden cuentas.

En muchos casos, estos algoritmos han resultado útiles para la sociedad. Han ayudado a eliminar tareas cotidianas y aumentar la productividad. Pero los algoritmos implicados en nuestras actividades digitales favorecen cada vez más a los poderosos en detrimento de la gente corriente. No hay por qué tener miedo de un futuro donde la inteligencia artificial tome decisiones: los ordenadores ya lo hacen constantemente desde hace algún tiempo.

Los primeros tiempos de internet fueron una experiencia relativamente humana: una colección dispar de webs a las que solo se podía acceder si conocías la dirección o veías su enlace en otra web. Esto cambió en junio de 1993, cuando el investigador Matthew Gray creó uno de los primeros “robots web”, un algoritmo primitivo diseñado para “medir el tamaño de la web”. El invento de Gray ayudó a crear motores de búsqueda e inspiró a una generación de sucesores: Jump Station, Excite, Yahoo, etc.

En 1998, los estudiantes de Stanford Sergey Brin y Larry Page dieron el siguiente salto en la automatización de internet al publicar un artículo académico sobre un “motor de búsqueda web de hipertexto a gran escala” llamado Google. El artículo explicaba cómo su algoritmo “PageRank” valoraba la importancia de un resultado web en función de la consulta del usuario y mostraba el más relevante en función del número de páginas enlazadas a él, lo que tenía mucho sentido en una red de internet mucho más pequeña.

En algún momento, sin embargo, la industria tecnológica pasó de automatizar provechosamente los trabajos que ralentizaban nuestras vidas a distorsionar la sociedad entregando decisiones cruciales a los ordenadores

Casi tres décadas después de la fundación de Google, internet no ha hecho más que automatizarse. Las recomendaciones de Spotify y Netflix nos ayudan a encontrar nuevo contenido, los roboadvisors pueden hacer crecer nuestros ahorros a bajo coste y las aplicaciones industriales, como la robótica utilizada para fabricar muchos vehículos modernos, han hecho que nuestra economía sea más eficiente.

En algún momento, sin embargo, la industria tecnológica pasó de automatizar provechosamente los trabajos que ralentizaban nuestras vidas a distorsionar la sociedad entregando decisiones cruciales a los ordenadores.

En muchos sentidos, el documento original de Google parece una oscura advertencia. Sostiene que los motores de búsqueda financiados con publicidad estarían “intrínsecamente sesgados” hacia esos anunciantes. No es de extrañar, pues, que los investigadores hayan descubierto que, al dar prioridad a los ingresos publicitarios sobre los resultados útiles, el algoritmo de Google está empeorando, degradando una fuente crucial de información para más de 5.000 millones de personas. Y no se trata solo de los motores de búsqueda.

Los algoritmos centrados en los ingresos que hay detrás de redes como Facebook, Instagram, TikTok y Twitter han aprendido a alimentar a los usuarios con un flujo constante de contenidos molestos o irritantes para fomentar el engagement. A medida que disminuye el control humano, se acumulan las consecuencias en el mundo real: el algoritmo de Instagram se ha relacionado con una crisis de salud mental entre las adolescentes.

Twitter admitió que su tecnología tendía a amplificar los tuits de políticos, influencers y fuentes de noticias de tendencia conservadora, y esto no ha hecho más que empeorar desde que Elon Musk compró la red social. Cambridge Analytica utilizó un algoritmo para rastrear los datos de Facebook e hiperdirigirse a millones de personas en el periodo previo a la votación del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea y las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.

Los algoritmos que supuestamente deberían facilitar el trabajo o aumentar la productividad de los empleados han contribuido a inclinar la economía en contra de la clase trabajadora y las personas negras. Empresas como Amazon están tomando decisiones de contratación y despido basadas en los caprichos de una calculadora.

Y los clientes también están recibiendo el extremo corto del palo de la IA: una investigación realizada en 2019 por Associated Press y The Markup descubrió que los algoritmos utilizados en la toma de decisiones sobre préstamos estaban muy sesgados contra las personas negras, siendo los prestamistas un 80 % más propensos a rechazar a solicitantes negros que a solicitantes blancos con perfiles similares.

Y estos problemas se trasladan al sector público, envenenando los servicios gubernamentales con sesgos algorítmicos. El Gobierno del Reino Unido se enfrentó a un escándalo nacional en 2020 cuando los administradores sustituyeron casi el 40 % de los exámenes de nivel A de los estudiantes (una prueba crucial que puede determinar la capacidad de un estudiante para ir a la universidad) por calificaciones elegidas algorítmicamente.

Los resultados subestimaron significativamente a los estudiantes de las escuelas públicas, favoreciendo, en cambio, a quienes estudiaron en colegios privados en zonas acomodadas. Un algoritmo de “autoaprendizaje” utilizado por las autoridades fiscales neerlandesas penalizó falsamente a decenas de miles de personas por defraudar supuestamente al sistema de guarderías del país, empujando a la gente a la pobreza y llevando a miles de niños a centros de acogida.

En Estados Unidos, ProPublica descubrió en una investigación de 2016 que un algoritmo utilizado en múltiples sistemas judiciales estatales para juzgar la probabilidad de que alguien cometiera un delito en el futuro tenía un sesgo en contra de los estadounidenses de raza negra, lo que llevó a que los jueces dictaran sentencias más duras.

Tanto en el sector público como en el privado, hemos entregado las llaves a una telaraña de algoritmos construidos con escasa información pública para la toma de decisiones. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos está intentando regular el uso que hacen las empresas de los algoritmos, pero aún no lo ha hecho de forma significativa. Y en términos más generales, parece que los Gobiernos se han resignado a permitir que las máquinas gobiernen nuestras vidas.

Al igual que sucede con la fábula de la rana y la olla de agua hirviendo, el lento avance de los algoritmos ha pasado desapercibido para el público en general. Es fácil pasar por alto un pequeño ajuste en el algoritmo de Instagram o incluso celebrar el software de impuestos que simplifica tu declaración.

Pero ahora, gracias a la nueva ola de “inteligencia artificial”, la gente empieza a darse cuenta de que la olla está hirviendo. El entusiasmo alimentado por los inversores significa que casi todas las grandes empresas están considerando o integrando activamente la IA generativa (la mayoría de las cuales es mediocre en el mejor de los casos) en sus servicios. Mientras persista este hype en torno a la IA, nos precipitamos hacia la muerte del internet útil.

Tanto en el sector público como en el privado, hemos entregado las llaves a una telaraña de algoritmos construidos con escasa información pública para la toma de decisiones

Los grandes modelos lingüísticos, como los que hay detrás de ChatGPT y Gemini de Google, están diseñados para rastrear la información disponible públicamente en Internet y en varios motores de búsqueda. Esto plantea un problema, ya que la web está cada vez más llena de páginas genéricas diseñadas para jugar con el SEO en lugar de proporcionar información útil. Muchas webs están generadas por la propia IA, creando un sinfín de información mediocre y poco fiable.

Piensa, por ejemplo, en Quora, la web de preguntas y respuestas que antes era muy apreciada por la calidad de las respuestas generadas por los usuarios. Ahora, Quora ofrece respuestas generadas por ChatGPT de OpenAI, que alimenta los resultados generativos de Google y acaba diciendo tonterías a los usuarios como que los huevos se pueden derretir.

Y a medida que los ejecutivos sustituyan a los editores humanos por IA (como hizo Microsoft con MSN.com, lo que dio lugar a que más de 1.000 millones de personas al mes recibieran información errónea), entraremos en un ciclo en el que los modelos generativos se entrenarán con los restos de un Internet envenenado por el contenido generativo. Incluso el ámbito supuestamente humano de las redes sociales se ha inundado de spam de IA, convirtiendo X, Facebook, Reddit e Instagram en una batalla constante contra la desinformación y las estafas.

Aunque la IA generativa no es más que la extensión más reciente del algoritmo, plantea una amenaza única. Antes, las personas controlaban las entradas y establecían las reglas del juego, mientras que los ordenadores producían los resultados. Ahora permitimos que estos modelos establezcan las reglas del juego por nosotros, generando tanto las entradas como las salidas.

Ya estamos empezando a ver algunos de los efectos nocivos: en 2023, la Asociación Nacional de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Estados Unidos sustituyó a su personal humano por un chatbots de inteligencia artificial, pero tuvo que retirarlo poco después cuando empezó a dar consejos perjudiciales para perder peso.

Los ricos y poderosos podrán optar por no participar en este futuro dirigido por algoritmos o moldearlo a su imagen conectándose directamente con los seres humanos que hay detrás de las empresas envueltas en estos procesos algorítmicos.

Cuando uno tiene un banquero privado, no tiene que preocuparse por una revisión financiera anónima y automatizada: tiene a una persona con una dirección de correo electrónico y un número de teléfono. Así pues, los más privilegiados no tendrán que preocuparse de que las enfermeras o los médicos sean sustituidos por procesos de IA, porque podrán permitirse servicios médicos privados. Tampoco tendrán que preocuparse por la automatización de sus puestos de trabajo, porque serán ellos los que elijan dónde y cuándo se entrega un trabajo a un proceso automatizado. Pero para el resto de nosotros, parece como si cada vez más de nuestras vidas fueran dictadas por la caja negra de los algoritmos, y ya sabemos cómo va eso.

La automatización puede ser útil para escalar y acelerar las operaciones de una empresa o un gobierno, pero la contrapartida es casi siempre el sufrimiento humano: despidos, actuaciones policiales injustas, pérdidas financieras y un entorno mediático distorsionado. Incluso la mayor fuente de información del mundo, internet, está a punto de saturarse de contenidos creados para atraer a los algoritmos o generados por los propios algoritmos, dejando de lado el material generado por el ser humano que hizo especial a internet.

La IA no es nueva en este sentido, pero acelera la tendencia a apartar a las personas de las maquinaciones del mundo que las rodea. Quizá la superinteligencia omnipotente nunca fue lo que había que temer. Tal vez la verdadera amenaza era la codicia que llevaría a las empresas a descargar voluntariamente procesos críticos que eliminan el control humano: simulaciones basadas en simulaciones que toman decisiones en el mundo real que erosionan la capacidad de decidir por nosotros mismos.

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Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión, News

MUNICIPIOS: EL ESTADO SOY YO. Michel Figueroa, Director ejecutivo Chile Transparente

                             MUNICIPIOS: EL ESTADO SOY YO

Michel Figueroa, Director ejecutivo Chile Transparente

El Mostrador, 21/08/2024

A mediados del siglo XVII en Francia gobernaba el rey Luis XIV, conocido por tener el reinado más largo de la historia (72 años). Sus enemigos le atribuyeron haber dicho “el Estado soy yo” ante el Parlamento de París, tratando de dejar en evidencia que el derecho divino de gobernar incluso podía ponerlo por sobre la ley, pues no existía una división entre el rey y el Estado.

Esta célebre frase hoy podría ser interpretada de dos formas en el contexto de los municipios: yo les doy vida a las funciones del Estado en la vida de las personas; o yo (quien dirige el municipio) concentro el poder de ejecutar todas las atribuciones que se me han dado.

No obstante, el Estado está al servicio de las personas y su finalidad es promover el bien común. Este tiene diversas manifestaciones para cumplir con dicho objetivo y el municipio es la entidad más inmediata para atender las necesidades de las personas que habitan los distintos territorios del país. Es la entidad que se ocupa desde mantener el aseo de las comunas o asistir socialmente las necesidades de sus habitantes, hasta ser la primera respuesta ante situaciones de catástrofe, lo que lo convierte, para millones de personas, en el único rostro del Estado en sus vidas.

Si queremos tener municipios e instituciones estatales que sirvan realmente a las necesidades de las personas, necesitamos repensar el diseño institucional, las discrecionalidades que hemos dado a las autoridades locales, la responsabilidad de los concejales, los mecanismos y procesos de control.

Es tal la relevancia que poseen los municipios que, para que puedan cumplir este sinnúmero de funciones, se les ha dado autonomía en cuanto a sus decisiones, al destino de sus recursos, a la visión de desarrollo que se le quiere dar a la comuna y la gestión del personal, entre otras tantas.

Esas mismas discrecionalidades y la concentración de poder son los factores que ponen en riesgo al municipio. Sumado ello a las deficiencias en los mecanismos de control y la escasa responsabilidad a la que están sujetas sus autoridades, hacen más parecida la administración de las comunas a un Estado absolutista que a una institución democrática moderna.

Los problemas de los Estados absolutistas son conocidos y van desde el nepotismo y la agudización de desigualdades sociales, hasta la desviación de los medios públicos para caprichos de sus autoridades, la manipulación de los habitantes y, en definitiva, la corrupción, hechos que en los últimos años se han convertido en el hábito de muchos municipios a lo largo de nuestro país.

Si queremos tener municipios e instituciones estatales que sirvan realmente a las necesidades de las personas, necesitamos repensar el diseño institucional, las discrecionalidades que les hemos dado a las autoridades locales, la responsabilidad de los concejales, los mecanismos y procesos de control. En definitiva, poner en el foco la modernización de los municipios.

Hoy, los candidatos a alcaldes pueden asumir un compromiso proactivo que no requiere grandes cambios normativos ni la aprobación de grandes transformaciones, sino asumir la responsabilidad de hacer las cosas pensando en el bienestar de las personas. Ese es el llamado que desde Chile Transparente estamos haciendo a todos quienes quieren realmente transformar la vida de las personas que habitan cada comuna.

Y es que utilizar bien los recursos municipales y los cargos para hacer el bien y solucionar los problemas más inmediatos de las personas, puede partir por asegurar la transparencia de los procesos de contratación y adquisición en los municipios, fortalecer los propios mecanismos de control, robustecer los canales y mecanismos de apertura y establecer mecanismos que permitan prevenir cualquier tipo de irregularidad.

Si queremos que realmente los municipios sean ese Estado que está en el día a día de las personas, ayudándolas a mejorar su calidad de vida y no el espacio en que autoridades inescrupulosas terminen sirviéndose a sí mismas, necesitamos poner los intereses de los vecinos en primer lugar y promover gestiones que sean basadas en el valor de la integridad.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

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OLIMPIADAS PROGRESISTAS. Gerardo Varela. El Mercurio

 

                                      OLIMPIADAS PROGRESISTAS

Gerardo Varela

El Mercurio, Columnistas, 17/08/2024

Es curioso lo que les pasa a los progres. Posan de virtuosos, pero se comportan como unos verdaderos sátrapas.

Lo del expresidente de Argentina es escandaloso. Su plataforma política estaba en el índice del progresismo, con lenguaje inclusivo y feminismo militante incluidos. Creó el Ministerio de la Mujer para protegerla, pero ahora descubrimos —a propósito de una investigación por corrupción en la contratación de seguros— que golpeaba a su señora y metía a su amante a la Casa Rosada.

”En síntesis, el progresismo sigue sin dar el tono. Tienen problemas para distinguir entre hombres y mujeres, entre dictaduras y democracias, entre libertad de expresión y cancelación; entre arte y religión (…)””.

Pero no está solo en eso. Recordemos al ideólogo del Frente Amplio y hoy convenientemente desaparecido Carlos Ruiz —otro entusiasta feminista y denunciante de las miserias y abusos masculinos— que también terminó acusado por violencia en contra de su pareja.

Yo a ambos les recomendaría que se hagan atletas olímpicos, porque en el boxeo olímpico femenino los hombres les pueden pegar a las mujeres y ganarse una medalla. En París un(a) argeline con un taiwanés(e) —que tienen cromosomas masculinos—, pelearon por la medalla de oro. Ese fue el único combate parejo que enfrentaron ambos.

A este escándalo (que sería para la risa si no fuera peligroso para las mujeres, una de la cuales declaró hincada y sollozando tras 46 segundos de pelea, que nunca le habían pegado tan fuerte) se suma la ofensa gratuita en la ceremonia de inauguración al buen gusto, a Da Vinci y a la última cena con una parodia grotesca.

Total, como a diferencia de los musulmanes que cuando se ofenden acuchillan, ametrallan o ponen bombas, los cristianos ponen la otra mejilla. Alguien en el comité organizador se olvidó que las olimpíadas celebran el templo de Olimpo y no a Sodoma y Gomorra y que se trata de inaugurar unos juegos deportivos y no un festival del orgullo gay.

Otro caso tragicómico fue el de la australiana que participó en la competencia de breakdance. Ella, profesora de estudios culturales, y más estudiosa que cultora de la disciplina, decidió que quería participar con un baile que combinaba la emulación de los movimientos espasmódicos de un canguro epiléptico con la gracia de las evoluciones de un cetáceo varado.

Lamentablemente para el equipo australiano, el jurado no comprendió la rutina y le concedió cero puntos. Unos verdaderos fascistas los del jurado. Consultada la progresista profesora sobre las razones que motivaron su participación, dio una respuesta que solo Irina podría traducir.

Pero el progresismo no empezó ahí. Ya en Tokio, 3 autoridades (incluido el director de la ceremonia inaugural), fueron despedidos/cancelados por pecados anteriores a las olimpiadas, uno por un chiste de mal gusto y 2 por haber hecho bullying (pero uno en el colegio).

No es de extrañar entonces que el director de la ceremonia de Paris se fuera a la segura llenándola de travestis. ¿Para qué filmar una linda mujer francesa si podemos exhibir un barbudo disfrazado de mujer? También hubo un escándalo porque unos hawaianos denunciaron por “apropiación cultural” que se incluyera en los juegos olímpicos el surf.

Por supuesto la polémica terminó cuando alguien les hizo saber que el futbol era inglés, el badminton indio, el tenis francés y las olimpíadas griegas y que el propósito de unas olimpiadas era unir la diversidad en torno al deporte.

No puedo dejar de celebrar a nuestros medallistas, Francisca Crovetto (tiro skeet) y Yasmani Acosta (lucha grecorromana), que demostraron que las olimpiadas se tratan de Citius, Altius, Fortius, más rápido, más alto y más fuerte y no más raro, más grotesco y más extravagante.

Puede ser un signo de los tiempos que nuestros medallistas sean expertos en repeler atacantes a disparos o luchando por su vida. Como vamos, en las próximas olimpíadas uno de nuestros lanzas a chorro se gana los 100 metros.

En síntesis, el progresismo sigue sin dar el tono. Tienen problemas para distinguir entre hombres y mujeres, entre dictaduras y democracias, entre libertad de expresión y cancelación; entre arte y religión, entre una competencia y un abuso, entre deporte y política y entre corrupción y probidad.

En definitiva, tienen serios inconvenientes para distinguir entre la verdad y la mentira.

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

EL DÍA EN QUE LOS COMUNISTAS PACTARON CON HITLER Y SUS REPERCUSIONES EN CHILE. Amanda Ugarte S. y Pedro Villarino. El Mercurio

 

                                                                                    EL DÍA EN QUE LOS COMUNISTAS PACTARON

                                                                                 CON HITLER Y SUS REPERCUSIONES EN CHILE

                                                                                                

Amanda Ugarte S. y Pedro Villarino

El Mercurio, Reportajes, 18/08/2024

El 24 de agosto de 1939, “El Mercurio” titulaba: “En presencia de Stalin, Mólotov y Ribbentrop firmaron en Moscú el pacto de no agresión germano-soviético”. Un acuerdo, conocido como la “alianza de los diablos” –según el historiador británico Roger Moorhouse–, selló uno de los pactos más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.

A una semana de cumplirse 85 años de la firma del documento, recordamos su historia, sobre la que aún hoy se discute.

Para comprender este pacto, es necesario retroceder un año, señala Rosario Rodríguez, académica del Instituto de Historia de la Universidad Católica. En marzo de 1938, Alemania invadió Austria y, poco después, ocupó el territorio de los Sudetes, una región de Checoslovaquia. “Estos eventos marcaron el inicio de la expansión de la ideología del Lebensraum, o espacio vital alemán (voluntad de expandir el territorio germano)”, sostiene Rodríguez.

Añade que “los planes de Hitler incluían la invasión de Polonia y Francia, pero también revertir el Tratado de Versalles”, un acuerdo de paz firmado tras terminar con la Primera Guerra Mundial, “que había dejado mal parada a Alemania”, porque había perdido mucho territorio y a gran parte de su ejército, explica Rodríguez.

En 1939, a pesar de tener ideologías opuestas, Alemania y la Unión Soviética firmaron un pacto de no agresión con un anexo secreto que establecía que ambas potencias se repartirían Polonia. Algo que no tuvo consecuencias en Chile pues el Partido Comunista, hasta ese momento férreo crítico del régimen nazi, apoyó la decisión de Stalin, lo que le valió el quiebre con los socialistas y el fin del Frente Popular. Esta es la historia de un acuerdo del que aun se habla, más de ocho décadas después.

Sería esa necesidad, entonces, la que “llevó a Hitler a buscar un acuerdo con su principal enemigo ideológico, la Unión Soviética.

Hitler exigió a los polacos “construir una autopista y una línea de ferrocarril con estatuto de extraterritorialidad en el corredor para unir las dos partes de Alemania”, que habían quedado divididas tras el Tratado de Versalles, explica el historiador y académico de la Universidad de los Andes Enrique Brahm. Agrega que “se trataba de un pretexto para iniciar su expansión hacia el este y el gobierno polaco no estaba dispuesto a ceder. La guerra parecía inevitable. Más todavía cuando el gobierno británico, que empezaba a superar su política de apaciguamiento, daba su respaldo a Polonia”.

“En esas circunstancias, y como una forma de localizar el conflicto –aniquilar a Polonia sin que intervinieran las potencias occidentales–, empezó a ser interesante para Hitler buscarla alianza de Stalin”, sostiene Brahm.

LAS INTENCIONES DE CADA PARTE. Este pacto surgió por el “mutuo interés de los dictadores en mejorar su posición internacional”, destaca el historiador dela Universidad de los Andes. Por un lado, Hitler tenía la intención de conquistar Polonia y “prevenir una invasión desde el este, evitando una alianza de Stalin con Francia y Reino Unido”, explica Rodríguez.

Por otro lado, la URSS era “un país paria, aislado en el contexto internacional, y Stalin temía que las potencias occidentales se unieran en su contra. Al llegar a un acuerdo con Alemania, superaba ese aislamiento y, además, obtenía ciertas ventajas territoriales. Lo más importante, sabía que Hitler iría a la guerra con Polonia, un país que Gran Bretaña y Francia debían apoyar”, destaca Brahm.

Rodríguez agrega que “al mismo tiempo, el pacto le daba a Stalin tiempo para rearmarse y modernizar su ejército, lo que en última instancia no se logró, pero el objetivo era ganar tiempo, hacer una pausa para preparar al ejército, ante la posibilidad de enfrentarse a las fuerzas alemanas”.

Pero Stalin tenía ideas que iban más allá de la defensa nacional, tenía “también un plan secreto a largo plazo”, establece el autor alemán Orlando Figes en “La historia de Rusia”. “El 7 de septiembre informó a su círculo íntimo de que iban a esperar a que las potencias occidentales y la Alemania nazi se agotaran en una larga guerra antes de incorporarse al combate para y proclamarse como los vencedores. El sistema capitalista (en el que incluía a los es fascistas) quedaría debilitado y ello permitiría al Ejército Rojo exportar la revolución soviética a medida que fuera avanzando por Europa”, escribe Figes en su libro.

En este contexto es que se establece el pacto de no agresión firmado por los ministros de Asuntos Exteriores del III Reich, Joachim von Ribbentrop, y Viacheslav Mólotov, de la URSS. Nueve días antes de la segunda Guerra Mundial con la invasión alemana a Polonia.

Por su parte, Moscú invadiría el mismo país desde el este, dos semanas después que los alemanes, el 17 de septiembre de 1939.

Si bien el pacto Ribbentrop-Molotov fue entendido como un pacto de no agresión, en la práctica fue mucho más que eso. No solo acordaron el reparto de Polonia entre ambas naciones El texto incluyó un protocolo adicional secreto en el que se repartían el continente: el acuerdo suponía que Hitler, una vez tomada Polonia, podría dirigir sus esfuerzos hacia Francia y Gran Bretaña, sin preocuparse por los rusos, que no lo atacarían desde el otro frente.

En tanto, los soviéticos obtenían el visto bueno alemán para invadir Polonia desde el este y el reconocimiento de Finlandia, Estonia y Letonia bajo la influencia de Moscú.

DESCLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS. Pese a que el pacto tenía una duración de diez años prorrogables, las buenas relaciones entre ambos países culminaron el 22 de junio de 1941, cuando Hitler decidió invadir el territorio polaco anexado por la Unión Soviética a través de la operación Barbarroja. El protocolo secreto sobrevivió a la quema de documentos oficiales nazi que siguió tras la toma de Berlín.

De hecho, el texto sería encontrado a fines de la guerra por tropas británicas, en archivos abandonados por el III Reich y sacados a la luz pública poco después.

Y aunque durante muchos años la Unión Soviética calificó como falsos los documentos hallados, en agosto de 1989 Moscú crearía una comisión especial para investigarla veracidad de las “cláusulas secretas”. y las conclusiones fueron afirmativas.

Así, el gobierno ruso presidido por Mijaíl Gorbachov, en el marco de su política de glásnost (apertura), no pudo evitar la verdad.

Y emitió una declaración oficial admitiendo como verdadero el contenido en 1989, “Lo que se conoció fue el sorpresivo acuerdo entre los dictadores totalitarios que parecían enemigos irreconciliables”, finalizó Brahm.

“Para los socialistas, este pacto fue objeto de fuertes críticas porque el Partido Comunista lo respaldó por completo, considerándolo un acto en favor de la paz y una muestra de la vocación pacifista de la Unión Soviética. Así, el PC chileno terminó apoyando el pacto de manera total”, señala Joaquín Fermandois

RUPTURA PC-PS EN CHILE. El historiador y académico de la Universidad Católica Joaquín Fermandois señala que en Chile el tratado marcó el inicio de la ruptura del Frente Popular, integrado por el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Radical.

El PC hasta entonces había sido un férreo crítico del régimen nazi. Fermandois describe el efecto como un “divisor de aguas”, porque “fue impactante; el Frente y la Unión Soviética representaban el antifascismo, que incluía la oposición a la Alemania nazi. De pronto, se conoció este pacto de no agresión, pero nadie creía que fuera solo eso”.

“Para los socialistas, este pacto fue objeto de fuertes críticas porque el Partido Comunista lo respaldó por completo, considerándolo un acto en favor de la paz y una muestra de la vocación pacifista de la Unión Soviética. Así, el PC chileno terminó apoyando el pacto de manera total” señala Fermandois.

Un año después, a consecuencia del pacto, terminaría la unidad del Frente Popular en Chile. Según precisa, “todo lo establecido por la Unión Soviética era apoyado por el PC chileno. Nunca hubo una crítica, salvo cuando los soviéticos mismos hacían la crítica. Cuando muere Stalin, viene la desestalinización, ahí es cuando el Partido Comunista reconoce que este cometió algunos excesos”.

El académico sostiene que el tratado “revela que las creencias y las ideologías son importantes, pero a veces pueden significar todo lo contrario de lo que establecen, Entonces, por ambas partes, fue una negación de todo lo que habían declarado”.

“TENSIÓN CONSTANTE”. El académico de la Universidad San Sebastián Milton Cortés coincide en que el pacto “profundizó la división entre los dos partidos de izquierda más poderosos en Chile”, los socialistas usaron “el pacto Ribbentrop-Molotov cada vez de forma más creciente para atacar a los comunistas”.

Sostiene que esta era una alianza “difícil porque estos dos partidos competían por el mismo espacio político y electorado. Existía esa tensión constante y nunca funcionó muy bien como coalición de gobierno. No fue como la Concertación o la Nueva Mayoría, en que hay un enlace constante entre el Gobierno y la coalición, aquí había una mayor distancia. Los comunistas decidieron no participar con ministros en el mandato de Pedro Aguirre Cerda, mientras los socialistas sí”.

“También influyó en que ciertos militantes de izquierda, que se habrían ido hacia el comunismo, se decantaran por el Partido Socialista precisamente porque veían que el Partido Comunista seguía firmemente el lineamiento de Moscú”, agrega Cortés.

El Frente se había unido para llevar a Pedro Aguirre Cerda a la presidencia en 1938. “Lo irónico”, comenta Cortés, “es que lograron la victoria gracias al apoyo de los nazis”.

Inicialmente, estos respaldaron a Carlos Ibáñez del Campo, quien retiró su candidatura tras el fracaso de un intento de golpe de Estado, que culminó con la muerte de 59 jóvenes nazis por parte de los policías en la llamada Matanza del Seguro Obrero.

Fermandois explica que “lo apoyaron porque Aguirre Cerda les ofreció hacer un juicio a los asesinos”, pero finalmente “decretó la amnistía inmediata para todos, apenas asumió el gobierno, con excepción de dos oficiales”.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS, News

Expedición libertadora del Perú. JORGE VILLARROEL CARMONA. Presidente del Círculo Ignacio Carrera Pinto

 

                                 Expedición libertadora del Perú

Entre los días 20 y 21 de agosto de 1820, zarpan desde Valparaíso rumbo al Perú 7 naves de guerra y 16 transportes con una fuerza militar de 4.642 hombres mayoritariamente chilenos, y contingente proveniente de las provincias unidades del río de la plata, con todo el avituallamiento logístico para combatir a los realistas del virreinato, operación financiada con el erario nacional de Chile. El mando de las fuerzas se entregó al General José de San Martín y la Marina de guerra al mando del almirante Thomas Cochrane, ambos lo hicieron al servicio de Chile y en las embarcaciones flameó nuestra bandera, pero, con tres estrellas blancas inclinadas en la franja superior azul del emblema patrio, que representaban a las tres naciones (Chile, Argentina conocida en ese tiempo como provincias unidas del río de la plata y Perú, respectivamente).

JORGE VILLARROEL CARMONA
Presidente del Círculo Ignacio Carrera Pinto

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