Columna de Opinión

1 de octubre de 1963, creación del Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF. —[EXCLUSIVO] Historia de la Escuadrilla de Alta Acrobacia Halcones Pitts S2 y Extra 300, Fach 1994 ( ver al final video)

1 de octubre de 1963, creación del Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF. —[EXCLUSIVO] Historia de la Escuadrilla de Alta Acrobacia Halcones Pitts S2 y Extra 300, Fach 1994 ( ver al final video)

Información de nuestra sección de Efemérides

La implementación y operación de la estación terrena satelital y captura de las imágenes del satélite Fasat Charlie constituyen la primera plataforma nacional para la descarga y tratamiento de imágenes de alta resolución, generando información permanente del territorio para usos militares, científicos, académicos, y civiles, permitiendo de esta manera integrar a la FACH al quehacer nacional.

  Se crea el Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF.

En Chile, la historia de la aerofotogrametría y la percepción remota, se inician juntamente con el desarrollo de la aeronáutica nacional.

Ya en el año 1915, el capitán don Manuel Ávalos Prado, utilizó la fotografía aérea para planificar el desarrollo de ejercicios militares, con fotografías tomadas desde los primeros aviones que llegaron al país.

Como parte de la naciente Fuerza Aérea de Chile, el 12 julio de 1930, se crea el Gabinete de Fotogrametría, dependiente de la Escuadrilla de Bombarderos, cuya misión era efectuar los levantamientos aerofotogramétricos que sirvieran de apoyo para elaborar las primeras cartas aeronáuticas del territorio nacional.

Es así como en el año 1948, egresa el primer curso de fotógrafos aéreos, desde la nueva sección de fotogrametría, dependiente de la Escuela de Aviación.

En el año 1956, el capitán de bandada don Juan Soler Manfredini, consciente de la importancia de incorporar las técnicas cartográficas a la institución, impulsa un proyecto para la creación de una organización dedicada a esta labor.

Es así, que mediante la Ley N° 15.284 de 1963, se crea el actual Servicio Aerofotogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile (SAF), como servicio oficial técnico y permanente del estado, en actividades geográficas.

Con el paso del tiempo, el SAF ha incrementado en forma significativa su participación en el quehacer nacional, al llevar a cabo importantes iniciativas y proyectos tanto a nivel institucional como nacional, aportando con ello al desarrollo del país.

La implementación y operación de la estación terrena satelital y captura de las imágenes del satélite Fasat Charlie constituyen la primera plataforma nacional para la descarga y tratamiento de imágenes de alta resolución, generando información permanente del territorio para usos militares, científicos, académicos, y civiles, permitiendo de esta manera integrar a la FACh al quehacer nacional.

El inicio de esta nueva era proyecta al SAF como un servicio cada vez más comprometido con el desarrollo nacional, una capacidad técnica y humana ya consolidada y proyectos orientados a satisfacer las necesidades del Estado y de organismos nacionales públicos y privados, vinculados al uso de información geoespacial

 

[EXCLUSIVO] Historia de la Escuadrilla de Alta Acrobacia Halcones Pitts S2 y Extra 300, Fach 1994

www.youtube.com/watch

Columna de Opinión

11 de octubre de 1963, creación del Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF.

11 de octubre de 1963, creación del Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF.

Información de nuestra sección de Efemérides

La implementación y operación de la estación terrena satelital y captura de las imágenes del satélite Fasat Charlie constituyen la primera plataforma nacional para la descarga y tratamiento de imágenes de alta resolución, generando información permanente del territorio para usos militares, científicos, académicos, y civiles, permitiendo de esta manera integrar a la FACH al quehacer nacional.

11 1963 Se crea el Servicio Aerofogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, SAF.

En Chile, la historia de la aerofotogrametría y la percepción remota, se inician juntamente con el desarrollo de la aeronáutica nacional.

Ya en el año 1915, el capitán don Manuel Ávalos Prado, utilizó la fotografía aérea para planificar el desarrollo de ejercicios militares, con fotografías tomadas desde los primeros aviones que llegaron al país.

Como parte de la naciente Fuerza Aérea de Chile, el 12 julio de 1930, se crea el Gabinete de Fotogrametría, dependiente de la Escuadrilla de Bombarderos, cuya misión era efectuar los levantamientos aerofotogramétricos que sirvieran de apoyo para elaborar las primeras cartas aeronáuticas del territorio nacional.

Es así como en el año 1948, egresa el primer curso de fotógrafos aéreos, desde la nueva sección de fotogrametría, dependiente de la Escuela de Aviación.

En el año 1956, el capitán de bandada don Juan Soler Manfredini, consciente de la importancia de incorporar las técnicas cartográficas a la institución, impulsa un proyecto para la creación de una organización dedicada a esta labor.

Es así, que mediante la Ley N° 15.284 de 1963, se crea el actual Servicio Aerofotogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile (SAF), como servicio oficial técnico y permanente del estado, en actividades geográficas.

Con el paso del tiempo, el SAF ha incrementado en forma significativa su participación en el quehacer nacional, al llevar a cabo importantes iniciativas y proyectos tanto a nivel institucional como nacional, aportando con ello al desarrollo del país.

La implementación y operación de la estación terrena satelital y captura de las imágenes del satélite Fasat Charlie constituyen la primera plataforma nacional para la descarga y tratamiento de imágenes de alta resolución, generando información permanente del territorio para usos militares, científicos, académicos, y civiles, permitiendo de esta manera integrar a la FACh al quehacer nacional.

El inicio de esta nueva era proyecta al SAF como un servicio cada vez más comprometido con el desarrollo nacional, una capacidad técnica y humana ya consolidada y proyectos orientados a satisfacer las necesidades del Estado y de organismos nacionales públicos y privados, vinculados al uso de información geoespacial

U al dia

LA POLÍTICA EXTERIOR DE CHILE: ESTRATEGAS O DIPLOMÁTICOS por Jorge Guzmán (El Mostrador, Blogs y Opinión, 08/10/2021)

La política exterior es, por supuesto, una política pública especializada y compleja, pero aun así debe ser “objeto y sujeto” del escrutinio ciudadano, especialmente del escrutinio de los ciudadanos “de regiones” directamente afectados por los resultados del desempeño de la diplomacia nacional. La Unión ha querido publicar este articulo que nos llama a la meditación y analizar los escenarios a los cuales se enfrenta nuestro país y a los problemas que son una constante en el manejo de nuestra Política Exterior.

  La política exterior es, por supuesto, una política pública especializada y compleja, pero aun así debe ser “objeto y sujeto” del escrutinio ciudadano, especialmente del escrutinio de los ciudadanos “de regiones” directamente afectados por los resultados del desempeño de la diplomacia nacional. Sostener lo contrario, esto es, afirmar que nuestra política exterior está a cargo de una “diplomacia 007” (con “licencia para matar”), no deja de ser una simple “expresión de deseo”. Esto es, por supuesto, también aplicable a los funcionarios “a contrata”, a los “asesores” y a aquellos “directores” de la Cancillería seleccionados “por concurso”. Todos ellos –incluidos los embajadores de profesión y políticos– deben ser objeto del escrutinio ciudadano. Una larga lista de temas pendientes y trascedentes para el “pueblo chileno” (en la acepción del Himno de Yungay) así lo aconsejan.

Con sus limitaciones e inconvenientes, la instalación de los Gobiernos Regionales marcó el comienzo de un proceso de descentralización orientado a fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones del Estado.

 

Relevante es que la “regionalización” haya comenzado a ocurrir en paralelo a un proceso constituyente de vocación ajena al centralismo, con lo cual es posible suponer que, en conjunto, ambos procesos democratizarán no solo la toma de decisiones, sino también la elaboración de las prioridades de todas las políticas públicas.

 

En todos los ámbitos de las políticas públicas, la priorización y la toma de decisiones paulatinamente gravitarán desde el Gobierno central (hoy casi omnímodo) hacia las comunidades regionales y locales (municipalidades).

 

Por años, organizaciones de la sociedad civil (por ejemplo, la Fundación “Chile Descentralizado”) han puesto a disposición de sucesivos gobiernos y generaciones de parlamentarios, estudios y propuestas dirigidas a “iluminar” dicho proceso de descentralización con vistas a –ordenadamente– fortalecer la participación ciudadana en problemas y asuntos que les afectan directamente, por ejemplo, en la sensible cuestión de la gestión territorial.

 

En este último ámbito debe inscribirse la defensa de la integridad de los territorios regionales, hasta ahora privilegio exclusivo de la Cancillería y su política exterior.

 

Se trata de un capítulo de la gestión del Estado que hasta la fecha admite escasa “accountability”, una cuestión impensable en un país progresivamente descentralizado y participativo.

 

Sostener que para el ciudadano de regiones las cuestiones vecinales son “ininteligibles” (una “ciencia oculta solo para iniciados”), que deben mantenerse ajenas al escrutinio ciudadano es, hoy por hoy, no solo inconcebible sino que también inaceptable.

 

En la coyuntura resulta evidente que ciertos “problemas vecinales” no pueden seguir siendo privilegio exclusivo de funcionarios públicos hasta hoy poco conocidos e “inamovibles”, sin importar el efecto que sus desempeños tengan para el interés superior del país.

 

En un Chile cada vez más participativo eso es –obviamente– inconcebible.

 

La política exterior es, por supuesto, una política pública especializada y compleja, pero aun así debe ser “objeto y sujeto” del escrutinio ciudadano, especialmente del escrutinio de los ciudadanos “de regiones” directamente afectados por los resultados del desempeño de la diplomacia nacional.

 

Sostener lo contrario, esto es, afirmar que nuestra política exterior está a cargo de una “diplomacia 007” (con “licencia para matar”), no deja de ser una simple “expresión de deseo”. Esto es, por supuesto, también aplicable a los funcionarios “a contrata”, a los “asesores” y a aquellos “directores” de la Cancillería seleccionados “por concurso”.

 

Todos ellos –incluidos los embajadores de profesión y políticos– deben ser objeto del escrutinio ciudadano. Una larga lista de temas pendientes y trascedentes para el “pueblo chileno” (en la acepción del Himno de Yungay) así lo aconsejan.

 

Es el caso de la extracción abusiva que Perú realiza de recursos hídricos que se comparten con Chile pero que, denunciada en la prensa por las comunidades aimaras, no ha sido atendida ni por el Gobierno central ni por la Cancillería. Es la misma circunstancia de 1975, cuando el Gobierno militar ofreció ceder a Bolivia un corredor de miles de km2 en esa misma región, o el fallo de la Corte Internacional de Justicia de 2014, que implicó la pérdida de otros miles de km2 de mar patrimonial ariqueño.

 

Tampoco las comunidades atacameñas han sido consultadas ante el entubamiento del Río Silala y del Río San Pedro de Inacaliri (con fines mineros), ambos vitales para el pastoreo y la agricultura de nuestros pueblos originarios del altiplano antofagastino. Un desastre humanitario a los ojos de nuestra “diplomacia progresista”, ágil para participar de foros, reuniones y declaraciones internacionales que protegen los derechos de los pueblos originarios. Mucho más glamoroso un viaje a una “cumbre” en Nueva York que una visita a terreno a los Ojos de San Pedro, al interior de Calama.

 

Más al sur, en el Valle del Huasco, solo la insistencia de algunas organizaciones de la sociedad civil permitieron detener el proyecto minero Pascua Lama, la “joya de la corona del Tratado minero” suscrito con Argentina en 1997. Una diplomacia al servicio del lucro de las multinacionales y desacostumbrada a los caminos de tierra con calamina y polvo incluidos.

 

La misma ausencia de la política exterior sucede en La Araucanía y en las regiones adyacentes, capturadas por el narcotráfico y la violencia transfronteriza de grupos organizados a ambos lados de la frontera, bajo el mismo rótulo ideológico de estar “librando una lucha ancestral” en nombre del pueblo Mapuche (igualmente afectado por la violencia y la pasividad del Estado). En las provincias argentinas de Río Negro, Neuquén y Chubut se libra la misma violencia, bajo el mismo formato ideológico, pero, como dice la canción, la “diplomacia ciudadana” prefiere “no hablar de ciertas cosas”.

 

El del Campo de Hielo Patagónico Sur constituye otro caso emblemático del fracaso de una política exterior abstracta, privilegio de un grupo de “expertos” que, con cargo al erario fiscal, se ha ocupado de “defender’ a Chile.

 

Junto con el desgraciado caso de Laguna del Desierto (sometida a la jurisdicción de un tribunal arbitral de competencias más que dudosas), la inclusión de la cuestión del Campo de Hielo Sur (una materia resuelta entre 1898 y 1902) entre los temas “pendientes” con Argentina ilustra, de la manera más dramática posible, la incompetencia de la diplomacia chilena tradicional (incapaz de comprender cuestiones geográficas y distintas a aquellas de orden técnico-jurídica).

 

Es esa incompetencia la que terminó por transformar una cuestión de “demarcación en terreno” en una cuestión de “delimitación pendiente” que –en la tesis argentina– incluye numerosos errores geográficos lesivos para la integridad de la Patagonia chilena.

 

A pesar de la férrea resistencia de algunos pocos (liderados por el entonces senador Antonio Horvath), para emplear una expresión de Diego Portales, en 1998 y los años siguientes, cierto interesado “peso de la noche” logró imponerse al sentido común y al patriotismo más elemental. Gravísimo. Hasta ahora nadie ha sido identificado como “responsable” de este error de “lesa patria”.

 

 

A final de cuentas, en este asunto, “Chile” aceptó discutir un tema ya zanjado, en el que ciertos “nuevos antecedentes geográficos” argentinos podrían terminar por cortar en dos el territorio nacional (6 kilómetros de hielo en el sector de Laguna Escondida, Región de Magallanes). Así de perjudiciales son para el interés ciudadano los errores de una política exterior inconsulta, abstracta y en “modo 007”.

Este es también el caso de la integridad territorial submarina del Chile más allá del Cabo de Hornos, las Islas Diego Ramírez y ambas costas de la Antártica Chilena (Mar de Bellinghausen y Mar de Weddell).

  Con su inactividad de más de 10 años, la “diplomacia chilena 007” logró conceder a Argentina un argumento que, aunque “accesorio”, hará incluso más difícil la solución de un problema esencialmente político y geopolítico que, en principio, había sido superado con el Tratado de Paz y Amistad de 1984. Desgraciadamente no ha sido así. En la ausencia de análisis prospectivo de nuestra política exterior actual se encuentran las raíces de este problema que, nos guste o no, en lo que queda de la década improntará la relación con Argentina.

Hasta que el excanciller Teodoro Ribera dispusiera una acción afirmativa del Estado en materia de la extensión de la plataforma continental en el sector chileno del Océano Austral (mayo 2020), sostenida en razones técnico-jurídicas antes que geográficas y políticas (de política exterior), para “no afectar la relación bilateral”, la diplomacia de sucesivos gobiernos practicó una actitud contemplativa ante la pretensión argentina que, al reinstalar el llamado “principio bioceánico” (derrotado por el Laudo Arbitral de 1977 y la Mediación Papal), de manera unilateral e inconsulta, de hecho y de derecho, prolongó el límite binacional más allá de lo pactado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984.

 

Solo la actualización de los límites de la plataforma continental legal de 200 millas (a solicitud del Ministerio de Defensa y dispuesta por el propio Presidente de la República) ha puesto cierto orden en este delicado asunto.

 

Antes de eso nuestra “diplomacia profesional” prefirió soslayar el problema para que, “más adelante”, “alguien” se hiciera cargo del tema.

 

Así, privilegiando la plataforma continental de RapaNui (que, aunque relevante, no es prioritaria), esa misma “diplomacia” (que no es la de la Academia Andrés Bello) por años pudo sostener que “estamos trabajando para usted”. La ausencia de una acción concreta y afirmativa en el Océano Austral chileno logró –como lo demuestra la reciente discusión del problema en el Senado argentino– convencer a nuestra contraparte que, en este materia específica, “Chile consintió”.

 

Aunque esto no es efectivamente así, con su inactividad de más de 10 años, la “diplomacia chilena 007” logró conceder a Argentina un argumento que, aunque “accesorio”, hará incluso más difícil la solución de un problema esencialmente político y geopolítico que, en principio, había sido superado con el Tratado de Paz y Amistad de 1984.

 

Desgraciadamente no ha sido así. En la ausencia de análisis prospectivo de nuestra política exterior actual se encuentran las raíces de este problema que, nos guste o no, en lo que queda de la década improntará la relación con Argentina.

Como en el caso de la pérdida de miles de km2 en Laguna del Desierto y el límite marítimo con el Perú (Arica), en este serio asunto “no hay responsables”. Incluso peor: para demostrar que en este asunto “se ha hecho lo correcto” (por años desde Magallanes hemos reclamado que no es así), el “Gobierno de turno” ha “cumplido” con confirmar en sus puestos a los responsables de ambos fracasos. Increíble.

 

La cuestión de la plataforma continental magallánico-antártica ya ocupa un lugar en la preocupación de los ciudadanos. Cualquier autoridad política se engaña si cree que jugar al status quo puede traer dividendos políticos. Las elecciones generales de noviembre demostrarán que nuevos parlamentarios y consejeros regionales (imbuidos de una agenda propiamente “regional”) impondrán una dinámica política que impactará a la “práctica diplomática tradicional”. Será especialmente el caso de la diplomacia vecinal que, en el futuro cercano, deberá, necesariamente, consultar a las comunidades regionales y locales.

 

No es impensable suponer que, bajo una nueva Constitución y división político-administrativa, los gobiernos regionales puedan participar de negociaciones internacionales en materias que directamente afectan a sus comunidades y territorios. Tampoco es impensable suponer que en el futuro las comunidades regionales tendrán, vía plebiscitos o referendos, opinión y/o derecho a veto en materia de tratados internacionales que, una vez aplicados, puedan tener impacto sobre sus territorios, sus comunidades y su recursos naturales, vivos y no vivos.

 

Obviar esta nueva realidad equivale a intentar tapar el sol con un dedo. La diplomacia chilena tradicional tiene “fecha de vencimiento”.

 Un aporte del Direcor de la revista UNOFAR , Antonio Varas Clavel

Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Sede Valp

OCTUBRE – FÍESTA NAVAL

octubre fiesta naval
Cuando el tiempo es primavera,
Octubre, fiesta guerrera
De la Escuadra Nacional.
Octubre batalla letal
Donde el Huáscar capturamos,
Y el peligro eliminamos
Al dominar todo el mar,
Muerto el Almirante Grau
En el Combate de Angamos.

Que la vida y sus bemoles
Reabran aquí la historia,
Sub Oficiales Mayores.
Hoy reitero los honores
Por su entrega y sacrificio,
Su valencia y oficio
Demostrada en el Combate,
Cuando al enemigo abate,
a Costa su sacrificio.

Por eso el Bogatún
Instituído en su honor,
Nos recuerda su valor,
Del marinero común,
No fue combate al tuntún
Sino estrategas certeros,
Que nos mostraron sus fueros,
Cumpliendo a cabo su misión,
Chilenos de corazón
Como Latorre y Riveros.

Columna de Opinión

NEGACIONISMO, LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DD. HH. por Luis Eugenio García-Huidobro

NEGACIONISMO, LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DD. HH. por Luis Eugenio García-Huidobro, Centro de Estudios Públicos y Francisco Javier Urbina, Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica de Chile (El Mercurio, Columnistas)

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores, pero no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

“…la formulación de esta restricción a la libertad de expresión es sumamente vaga, abarcando un período de tiempo amplísimo (más de 200 años solo respecto de la Colonia) y a propósito de situaciones en los que la sociedad ha llegado a distintos niveles de certezas y consensos…”.

La pasada fue una mala semana para la libertad de expresión en nuestro país. El Reglamento de Ética aprobado por la Convención Constitucional consagra la controvertida figura del negacionismo como falta y la sanciona en términos excesivamente amplios.

Esta abarca “toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique” las violaciones a los DD. HH. cometidas durante la dictadura y tras el 18 de octubre de 2019, así como similares conductas referidas a las “atrocidades y genocidio cultural de las que han sido víctimas los pueblos originarios” durante el período de la “colonización europea” y desde “la construcción del Estado de Chile”.

Esta figura es en sí misma cuestionable. Toda democracia constitucional que se precia de tal supone el reconocimiento y protección de una robusta libertad de expresión que facilite la coexistencia de una pluralidad de visiones.

Por lo demás, su importancia trasciende lo puramente nacional: para el Derecho Internacional de los DD. HH., las limitaciones a la libertad de expresión exigen una justificación inequívoca, muy especialmente en asuntos de relevancia pública.

Las restricciones a la libertad de expresión de convencionales son especialmente graves, pues se trata de un órgano deliberativo. Los parlamentarios en general gozan de una mayor protección a su libertad de expresión, precisamente para facilitar un debate lo más transparente y plural posible, en el que se puedan expresar posiciones representativas de todo el electorado.

Tal es el parecer de la Corte Europea de Derechos Humanos: la libertad de expresión es “especialmente importante para un representante electo”, pues aquí se trata de un “discurso político por excelencia”, preocupando a la Corte “la protección de la minoría parlamentaria frente a abusos de la mayoría” (Selahattin vs. Turquía (2) de 2020).

Si ello aplica a parlamentarios, con mayor razón es procedente respecto de quienes redactan una Constitución: esta es la instancia de deliberación más profunda que puede darse en una democracia.

Jurídicamente, esta situación es preocupante. La formulación de esta restricción a la libertad de expresión es sumamente vaga, abarcando un período de tiempo amplísimo (más de 200 años solo respecto de la Colonia) y a propósito de situaciones en los que la sociedad ha llegado a distintos niveles de certezas y consensos.

  “…la formulación de esta restricción a la libertad de expresión es sumamente vaga, abarcando un período de tiempo amplísimo (más de 200 años solo respecto de la Colonia) y a propósito de situaciones en los que la sociedad ha llegado a distintos niveles de certezas y consensos…”.

En otros países, el establecimiento de esta sanción ha ido precedido de muchas mesas de diálogo o comisiones de la verdad, pero en nuestro país todavía ni siquiera han concluido los procedimientos penales iniciados con motivo del estallido social.

Esto entrega pocas seguridades a los posibles sancionados, aumenta la autocensura y facilita su manipulación con propósitos políticos. Al igual que su par europeo, la Corte Interamericana de DD. HH. ha enfatizado la importancia de que las restricciones a la libertad de expresión sean aprobadas legislativamente y tengan la precisión suficiente (Álvarez Ramos vs. Venezuela de 2019).

Asimismo, el Comité de DD. HH. de la ONU ha sostenido que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (del que Chile es parte) “…no autoriza las prohibiciones penales de la expresión de opiniones erróneas o interpretaciones incorrectas de acontecimientos pasados” (Obs. Gen. 34).

En estos meses, varios convencionales han invocado una y otra vez el Derecho Internacional de los DD. HH. Harían bien entonces en recordar el importante rol que los tratados internacionales le atribuyen a la libertad de expresión, como presupuesto básico de una democracia pluralista.

No solo por el riesgo de posibles infracciones al Derecho Internacional, sino especialmente porque un propósito central del proceso constituyente es dotarnos de una Constitución que sea realmente la casa de todos.

Fuente:El Mercurio, Columnistas, 05/10/2021

 Aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas C.

Columna de Opinión

Debemos Exorcizar la Política por Cristián Labbé Galilea —— Optimismo, pesimismo y realismo por nuestro Director Adolfo Paúl Latorre (Carta publicada en este sitio el 05 de octubre)

Debemos Exorcizar la Política por Cristián Labbé Galilea —— Optimismo, pesimismo y realismo por nuestro Director Adolfo Paúl Latorre (Carta publicada en este sitio el 05 de octubre)

Las opiniones en esta columna, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales de la Defensa Nacional

Debemos exorcizar nuestra realidad y para ello, un sólo camino… “la cruz” que, con el lápiz, hay que hacer en noviembre.

Que el Presidente de la República apareciera a nivel mundial entre los personajes implicados en supuestos delitos económicos, producto de transacciones comerciales realizadas en las Islas Vírgenes, era lo que nos faltaba en nuestra ya convulsionada contingencia política.

Es tan asombroso lo que está pasando en el país, que hay quienes sospechan -con algún fundamento- que el gobierno estaría poseído por un maleficio concertado entre algunos “brujos políticos” y el mismísimo diablo; y si no… ¿Cómo explicarse tanto desvarío?

Si la política estaba endemoniada, los “Pandora Paper” vinieron a azuzar el infierno político en el que estamos.

Elecciones presidenciales y parlamentarias “a la vuelta de la esquina” con encuestas que suben y bajan candidatos; tensos forcejeos para aprobar o rechazar un cuarto retiro de los fondos previsionales; una Convención Constitucional que sigue “haciendo de las suyas” sin ningún contrapeso; un gobierno ausente que “no se la puede” con la inmigración ni con la Araucanía… En esta suerte de maldición… aparece, además, la amenaza de destituir al Presidente.

La actual situación se presenta muy compleja en al menos tres dimensiones, una de orden jurídico, otra de carácter ético y una política, esta última, de insospechadas consecuencias.

En lo jurídico hay mucho paño que cortar: las discusiones se han centrado en si existió o no el delito de “notable abandono de funciones”, si se comprometió el “honor y seguridad nacional” o si se “infringió la constitución y las leyes”. Hay también quienes sostienen que el caso está prescrito, que ya fue investigado y que se cerró sin acreditar ningún ilícito… Lo cierto es que las opiniones jurídicas sobran, por lo que es fácil suponer que el tema se mantendrá por un largo tiempo.

En lo ético, el tema es muy complejo porque cualquier persona puede tener cuentas en “paraísos tributarios” sin que ello sea un ilícito, pero en ningún caso un mandatario y menos el nuestro a quien se le conocen ciertas “mañas” en materias de negocios. Sobre el tema, la opinión pública tiene su veredicto… el Presidente ha faltado a la probidad y una vez más aparece involucrado en negocios de dudosa trasparencia.

En lo político el asunto es aún más grave: los “Panamá Paper” representan un “golpe de gracia” al sector de la Sociedad Libre (derecha y centro derecha) y constituyen “un regalo” para la izquierda, la que se está dando un festín con el caso procurando, a su vez, causarles el mayor daño posible a los candidatos Sichel y Kast, y no descartan la posibilidad de destituir al Primer Mandatario, antes que termine su mandato.

Así las cosas, como nunca en nuestra historia, estamos ad-portas que se concrete un “maleficio político” tan grave como serían la destitución del Presidente junto a una debacle electoral parlamentaria. Por lo mismo, “no podemos caer poseídos en el infierno al que nos quieren arrastrar los hechiceros de la política”.

Debemos exorcizar nuestra realidad y para ello, un sólo camino… “la cruz” que, con el lápiz, hay que hacer en noviembre.

Debemos Exorcizar la Política

 Fuente de la imagen: https://aterceiramargem.org/2020/07/23/e-preciso-exorcizar-a-politica-fiscal/

Optimismo, pesimismo y realismo

Señor Director:

¿Cómo aprecia la situación que estamos viviendo una persona optimista, una pesimista y otra realista?

El realista ve las cosas tal como son: el extraordinario avance de las posiciones de izquierda radical que atentan contra los principios de una sociedad libre y que llevan en sí el germen del totalitarismo y la posibilidad real que una coalición en la que el Partido Comunista es una pieza clave, conquiste la Presidencia de la República; la ausencia del Estado de Derecho y el terrorismo desatado e impune en La Araucanía; la lenidad de las autoridades de gobierno que no se atreven a usar la violencia física legítima del Estado para cumplir con su obligación esencial que es la conservación del orden público y la promoción del bien común, dejándole el campo libre a vándalos, guerrilleros y terroristas; la vulneración por parte de los congresistas de la Constitución que juraron o prometieron guardar; la actuación desorbitada de la Convención Constitucional y su empeño por derribar la institucionalidad vigente y refundar a Chile; un proceso revolucionario marxista que amenaza con destruir a Chile y una insurrección revolucionaria latente; jueces que fallan contra leyes expresas y vigentes; la caída de la inversión y del crecimiento; la elevada deuda pública, etc.

En fin, el realista piensa que estamos ante una situación de incertidumbre tal, que cualquier cosa podría pasar: desde que primarán la cordura y la sensatez y superaremos exitosamente esta crisis hasta una catástrofe política, económica, social e institucional monumental.

El pesimista solo ve tres opciones: a) una revolución tipo bolchevique y la instauración del comunismo puro y duro con todo lo que ello significa, que podría serlo con o sin una cruenta guerra civil de por medio -si las Fuerzas Armadas tomaren partido y se dividieran-; b) una situación como la de Venezuela y c) en el mejor de los casos, una situación como la de Argentina.

El optimista piensa que no debemos desanimarnos, pues siempre queda la posibilidad de un milagro.

 EL LÍBERO, publicada el 4 de octubre 2021

Adolfo Paúl Latorre Abogado 

U al dia

La Academia de Guerra Naval inicia su primer curso de Estado Mayor para Oficiales. —- Aniversario del zarpe de la Primera Escuadra Nacional. Por Caballero O’higginiano Mario Barrientos Ossa.

La Unión saluda en este día a todos los Oficiales de nuestra Armada Nacional especialistas en Estado Mayor en el día en que se realizó el primer curso en la Academia de Guerra Naval en el año 1911

 La Academia de Guerra Naval inicia su primer curso de Estado Mayor para Oficiales.

La Academia de Guerra Naval inicia su primer curso de Estado Mayor para Oficiales el 09 de octubre de 1911, cuyas actividades dirigió el Capitán de Navío Charles Burns de la Royal Navy.

La Unión saluda con especial afecto a todos los especialistas de Estado Mayor y en forma muy especial a quienes son parte de nuestra organización.

ANIVERSARIO DEL ZARPE DE LA PRIMERA ESCUADRA NACIONAL. Por Caballero OHigginiano Mario Barrientos Ossa.

Un día como hoy, 9 de octubre de 1818, zarpó desde Valparaíso la Primera Escuadra Nacional de Chile, creación de nuestro admirado Capitán General y Director Supremo del Estado de Chile, don Bernardo OHiggins Riquelme.

Desde que asumió el mando supremo, don Bernardo entendió que solo dominando el mar era factible sostener la independencia tan trabajosamente obtenida.

Hizo suyo el acariciado proyecto de don José de San Martín, en orden a llevar  a cabo una Expedición Militar que, partiendo de Chile, aportara decisivamente a la independencia y libertad del entonces Virreinato de Lima, hoy nuestra hermana República del Perú.

Tal Expedición no era factible si primero no se constituía una Escuadra Naval capaz de derrotar a los navíos españoles y tomar el control del Pacífico Sur, dando origen al Poder Naval de la naciente república de Chile.

Luego de ardorosos esfuerzos, primero económicos, pues las naves había que comprarlas, de tripulación, pues se debió recurrir a oficiales extranjeros e improvisar la marinería, de mantención y avituallamiento de las naves, poco a poco la soñada Escuadra comenzó a tomar forma.

Su Comandancia en Jefe la asumió don Manuel Blanco Encalada, quien era oficial de artillería, y que con el correr de los años sería el primer ciudadano que asumió el mando supremo con el título de Presidente de la República, en 1826.

En conocimiento que la Corona había enviado a Chile una expedición encabezada por la fragata “Reina María Isabel”, que encabezaba varios barcos de guerra y de transporte de tropas, se dispuso el zarpe de la naciente Escuadra Nacional para acometerla, y lo hizo desde Valparaíso ese 9 de octubre de 1818.

Los navíos que zarparon fueron cuatro, a saber: el navío San Martín, la fragata Lautaro, la corbeta Chacabuco y el bergantín Araucano, quedando en el puerto el bergantín Pueyrredón. Portaban 142 cañones y una tripulación de 1.109 hombres.

Nuestro prócer contempló el zarpe desde uno de los cerros de Valparaíso y se le atribuye la siguiente frase: “De estas cuatro tablas penden los destinos de América”. Según destacados historiadores, lo que verdaderamente habría dicho fue: “Tres barquichuelos le dieron América a España, estos cuatro se la arrebatarán”.

Esta fecha es relevante no solo para Chile, también lo es para América del Sur, atendido que la creación de la Primera Escuadra hizo posible la Expedición Libertadora del Perú y con ella contribuyó a la posterior proclamación de su independencia el 28 de julio de 1821.

Un aporte de nuestro Vicepresidente Gustavo Basso C.