Entre la Reforma de Pensiones y el negocio de Allende
Columna de opinión de Tomás Mosciatti.
Biobío TV
Ver en: https://youtu.be/i9A0fequg18?si=Xi3NY-4_HSU7VYHI
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LA ESCUELA DE SALAMANCA, LA COLONIZACIÓN
DE AMÉRICA Y EL GERMEN DE LA SOBERANÍA POPULAR
Nuria Belloso Martín, Catedrática de Filosofía del Derecho, Universidad de Burgos – The Conversation, 15/01/2025
En 2026 se celebrará el quinto centenario de la Escuela de Salamanca y eso hará que sus valiosas aportaciones estén muy presentes no solo en el ámbito académico, sino también en el social.
Es un buen momento entonces para recordar cómo sus teóricos abrazaron, entre muchas otras doctrinas, la idea de que todos los seres humanos eran libres por naturaleza y nadie estaba por encima de otra persona.
El derecho natural. El derecho natural se fundamenta en la naturaleza humana. Tiene su origen en la infancia, cuando se comienza a tener uso de razón y la conciencia nos indica que no matemos, que no perjudiquemos, que no hiramos, que respetemos a los demás, etc. El derecho natural pertenece a la definición del hombre como animal racional. Sin él no existiría la conciencia moral.
La esencia del derecho natural ha estado presente desde la Antigüedad. Por ejemplo, en el siglo V a.e.c., en Grecia, se manifestó el problema de las relaciones entre la ley establecida por la voluntad del Estado y las normas de conducta que el hombre ya encontraba dentro de sí.
Tal diferencia entre el derecho natural (aquello que por su propia naturaleza es justo) y el derecho positivo (aquello que una vez que se ha recogido en una ley, es obligatorio, y cuya desobediencia va acompañada de una sanción) se ha proyectado en el ámbito jurídico-político a lo largo de los siglos.
El derecho natural ha sostenido su primacía sobre el derecho positivo, y el derecho positivo no le ha dado la categoría de derecho al natural.
La teoría de la soberanía popular. Durante el Siglo de Oro en España destacó la “Escuela de Salamanca”, llamada así porque la mayoría de sus miembros tenían una vinculación con esa ciudad, aunque también se denomina “Escuela Española del Derecho Natural y de Gentes”.
Las doctrinas de Santo Tomás servían como punto inicial de unión para sus miembros, aunque cada uno mantenía distintos enfoques, y entre ellos despuntaron relevantes juristas teólogos –dominicos, jesuitas, franciscanos–.
Podemos destacar como sus principales aportaciones la aplicación del derecho natural al imperio español en las Indias, la cuestión de la soberanía política desde una perspectiva católica y su reconocida contribución a la historia del pensamiento económico, prefigurando el pensamiento liberal.
Históricamente han existido dos grandes grupos de teorías que han pretendido legitimar el poder del gobernante y, por tanto, explicar el porqué de la obediencia de los súbditos al poder constituido.
Una atribuye a los reyes un poder que les ha sido otorgado directamente de Dios. La otra sostiene que el pueblo es el titular primario del poder político, por lo que el poder del gobernante tiene que derivarse forzosamente del poder que tiene el pueblo sobre sí mismo.
La escolástica aristotélico-tomista mantuvo sin excepciones la idea de la soberanía popular. Según Francisco Suárez, el poder político ha sido conferido inmediatamente por Dios a la comunidad, a la que corresponde naturalmente, sin pertenecer a priori a nadie en concreto. Es la comunidad la que decidirá a quién tiene que entregárselo.
Esta transacción es un acto puramente humano, porque la comunidad no sólo designa al titular, sino que le confiere ella misma la potestad. De esta forma, el titular del poder político lo es así por un acto amparado por el derecho natural, y que reviste la forma de un pacto.
Tal defensa de que el poder reside en la comunidad –a lo que en la Edad Moderna y de las revoluciones se denominará “soberanía popular”– permite entender que la Escuela de Salamanca, siguiendo la teoría tomista, defendiera el derecho de resistencia frente al tirano.
Todos los hombres nacen libres por naturaleza. El monarca y el papa simbolizaban entonces los dos grandes poderes para los asuntos políticos y religiosos. La conquista y colonización del Nuevo Mundo supuso el mayor desafío al que tuvieron que hacer frente.
La colonización de las nuevas tierras descubiertas había sido justificada por el papa Alejandro VI, quien, a través de sus bulas, autorizó la colonización para que se cristianizara a sus habitantes.
Sin embargo, la denuncia del padre dominico Fray Antonio de Montesinos del trato que los colonizadores españoles estaban dando a los nativos, sometiéndolos a trabajos excesivos y condiciones de esclavitud, preocupó al rey Fernando de Castilla. Esto le llevó a convocar una comisión para que teólogos y juristas establecieran unas leyes por las que regirse en el Nuevo Mundo, en las que se aunaran la evangelización y la consecución de los intereses de la Corona.
Como resultado de estos trabajos se redactaron las Leyes de Burgos de 1512, un texto pionero en su época. Era la primera vez que una fuerza que conquistaba se auto cuestionaba sobre cómo se estaba llevando a cabo tal conquista.
Además, en estas Leyes se reconocían derechos a los indígenas –tanto sobre sus condiciones de vida como de trabajo, su evangelización– y se declaraba que eran hombres libres y debían ser tratados como tales.
Las Leyes fueron progresivamente actualizándose y mejorándose, a petición de los frailes dominicos, especialmente en lo que se refería a las mujeres y a los niños. Así se fueron conformando, en legislaciones sucesivas, las Leyes de Indias, técnicamente muy buenas, pero que lamentablemente no fueron eficaces, pues los colonizadores apenas las respetaron.
Avances jurídicos. Otro momento significativo fue la conocida como “Controversia de Valladolid”, convocada por Carlos V. En ella, fray Bartolomé de las Casas y fray Juan Ginés de Sepúlveda, presididos por fray Domingo de Soto, y durante diversas sesiones celebradas entre 1550 y 1551, intentaron acercar posturas extremas sobre el trato que había que darle a los indígenas. El acercamiento no fue posible, pero se puso de relieve cómo Corona, teólogos y juristas se interesaron por la cuestión.
En concreto, la discusión sobre temas como el poder temporal del papa, la condición humana y libre de los indios, la guerra justa, el derecho a comerciar con otras gentes y otras cuestiones semejantes contribuyó decisivamente a la elaboración de unos principios filosófico-jurídicos que sirvieron para fundamentar un naciente Derecho Internacional.
El también dominico Francisco de Vitoria fue pionero en esto, sustituyendo el concepto de “cristiandad” por el de “género humano”. Así defendió que todos los seres humanos, con independencia del lugar que habitasen en la tierra, pertenecían al género humano, lo que les convertía en sujetos libres.
La tarea intelectual de las grandes figuras de la Escuela de Salamanca fue, entre otras, defender esta libertad universal y justificar que la esclavitud tenía que dejar de ser considerada una institución perteneciente al derecho natural para pasar a ser contra natura y, por tanto, ilegítima.
En definitiva, la Escuela de Salamanca ha sido una precursora de la soberanía popular, y de la necesidad de fundar un orden civil basado en el imperio de la ley que tenga como principal orientación la consecución del bien común.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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LA CORTE SUPREMA APLICA LA PRESCRIPCIÓN
Humberto Julio Reyes
¿Y eso qué tendría de extraño?, dirá cualquiera medianamente entendido en leyes, como este servidor.
Lo que ocurre es que, en la actualidad, diversas disposiciones o interpretaciones, dejan en manos de los tribunales, el aplicarla o no, según las circunstancias.
Lo anterior, a estas alturas, tampoco debiera extrañar a quien, de cuando en cuando, lea las noticias del poder judicial, pero, una situación recientemente resuelta, sirve de ejemplo para justificar el título de esta columna.
Desde que reapareciera ante el Consulado General de Chile en La Paz, el ex frentista Pablo Muñoz Hoffman, evadido de la “Cárcel de Alta Seguridad” en 1996, se ejercieron diversas diligencias, tanto para que compareciera ante la justicia chilena, como para que se le aplicara la prescripción de su responsabilidad penal, dado el tiempo transcurrido desde que fuera condenado por diversos delitos.
Finalmente, la segunda sala penal de la Corte Suprema acogió los argumentos de su defensa y la recomendación del fiscal judicial, aplicando la prescripción, cesando así la persecución judicial de esta persona, quien podrá volver tranquilamente a Chile.
Se ha hecho justicia, aplicando la ley vigente y, según declara su abogado defensor, su cliente está feliz y muy agradecido. Naturalmente, me permito agregar.
También expuso que “con esto se pone término a este incono, odio y ánimo de venganza de algunos sectores de nuestro país”.
¿Qué dirán aquellos “sectores de nuestro país” que son querellantes en causas de derechos humanos que siempre claman por más “verdad, justicia y reparación”?
Útil es recordar, estimado lector, que la mayoría de las instituciones judiciales tiene su basamento en el sentido común, en este caso en que el simple paso del tiempo extingue un derecho, responsabilidad u obligación.
Lo anterior está íntimamente relacionado con el plazo razonable para ejercer justicia, toda vez que la obtención de pruebas, procedan de personas o documentos, se dificulta “según pasan los años”.
Sin embargo, esta misma segunda sala es la que confirma los fallos de las instancias inferiores, donde se recurre a la imprescriptibilidad de cualquier delito cometido por ex uniformados hace ya medio siglo, entre otras arbitrariedades y prevaricaciones, para condenarlos a altas penas, junto con acordar, por parte del estado, gravosas reparaciones.
¿Y cuáles son las consecuencias?
Reciente información aparecida en el cuerpo B2 de El Mercurio, nos dice “Juicios que enfrenta el fisco aumentan y causas de DDHH representan el 22% de los montos en disputa”.
Así, en 2019 había 704 causas por indemnización de perjuicio por derechos humanos y, el año pasado, llegaron a 5.885.
Hablamos de 2.485.830 (MM$), pelos de la cola.
Aquí el tiempo parece haber retrocedido y, cada año, mayor cantidad de personas recuerda pasados agravios, sin que tribunal alguno se atreva a declararlos prescritos.
Claro, mejora la memoria y se despierta el apetito.
Habiendo estado presente en los alegatos en que el Consejo de Defensa del Estado es un querellante más, que por otra parte intenta, con escaso empeño y consiguiente resultado, defender al fisco del pago de las abultadas reparaciones que generosamente concede el poder judicial, que gira sobre una imaginaria e inagotable cuenta corriente sin fondos, puedo fácilmente predecir que los casos y montos seguirán aumentando.
¡Cómo si sobraran recursos!
Bueno, el Consejo Fiscal ha llamado a monitorear la evolución de los pasivos contingentes del Estado. Veremos qué ocurre.
Si esta situación quita el sueño al dueño de la billetera fiscal, nuestro ministro de hacienda, me atrevo a sugerir dos medidas, que pueden ser alternativas o aplicarse en conjunto.
La primera, asignarle en el presupuesto anual un monto para reparaciones al poder judicial. Extinguido el monto, la reparación acordada queda en el pasivo para el próximo año. Así los jueces practicarían la administración de recursos e imagino, serían menos generosos.
La segunda, más fácil, apliquen la prescripción sin buscar subterfugios, si era válida para delitos cometidos en 1992, con mayor razón para los anteriores a 1990. Desaparecerían todas estas causas y se contribuiría a paliar el actual déficit fiscal.
Finalizo con la carta de un lector de El Mercurio, titulada “Justicia tuerta”, publicada en esta misma fecha, que lo dice todo:
“¿Por qué será que los casos prescriben para un lado y no para el otro?”
17 de ene. de 25
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Me alegro mucho por Jorge Valdivia, a quien creo inocente de aquellos delitos. También por ser un ex jugador de futbol de exquisita técnica y de un gran y único Equipo. También me alegro por Ud. abogado y comparto que un tribunal, más aún cuando son Cortes superiores, deben valorar los escritos y pruebas de unos y otros, sin tomar partido y fallar en estricto derecho, aunque ello vaya contra sus convicciones o ideologías particulares, deben fallar conforme a lo estipulado en la ley.
PERO, lamento desilusionarlo abogado, no siempre los señores Supremos son tan acuciosos, tan estudiosos, tan apegados a la ley, tan justos y tan preocupados de no vulnerar los derechos y las garantías constitucionales como lo han sido en este fallo.
En efecto, como Ud. bien debe saber, en Chile maliciosamente operan en paralelo dos sistemas procesales penales, uno nuevo para casi todos los chilenos y uno antiguo, oscuro, inquisidor, falto de garantías y derechos mínimos, un mismo juez investiga, acusa y falla, no se acepta guardar silencio, acusado no puede asistir con abogado, acusado no conoce de qué se le acusa y no conoce ni se proporciona el expediente. Ese sistema opera solo para militares en retiro. Qué le parece?????? Eso no es todo, este sistema opera con las reglas del póker, tus dos y dos más….Ministro de primera instancia tira 10 años, Corte de Apelaciones 15, Segunda Sala Suprema 20……siempre o casi siempre es así, una mecánica…
Pero, tampoco es todo, son los únicos presos o prisioneros políticos que no acceden a ningún derecho penitenciario, no salen a la mitad de la pena, tampoco en 2/3, hasta el último día. No acceden a salidas dominicales, diurnas, a nada. No se les autoriza a concurrir a funeral de sus esposas o hijos. Y, ahí termino???? No. Viene la guinda de la torta. Después de estas prevaricadoras condenas copy paste, viene lo bueno, la locomotora que tira. Las generosas condenas civiles que paga el Estado de Chile con recursos de todos nosotros en beneficio de las víctimas. Aquí se abre la noche, oscura, siniestra, siciliana. Los abogados litigantes, todos zurditos, son casi siempre los mismos, 4, 5, 8, saben de antemano que sus copy paste ganarán,…..los jueces Supremos finales 5…..
Sería muy bueno y sanador que algún día, más temprano que tarde se destape esta cloaca, se abran las cuentas corrientes de aquellos abogados, ministros instructores, ministros apelaciones y Supremos sala penal, seria el inicio de retomar la decencia y el estado de derecho.
Fuente:
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CUATRO BULOS SOBRE INMIGRACIÓN DESMONTADOS
DESDE LA EPIDEMIOLOGÍA[1]
Miriam Navarro Beltrá, Médica epidemióloga, Centro de Salud Pública de Elche, Generalitat Valenciana y Susana Monge Corella, Científica Titular. Grupo de epidemiología y vigilancia de virus respiratorios. Centro Nacional de Epidemiología., Instituto de Salud Carlos III – The Conversation, 04/03/2024
Asegurar la protección de los derechos humanos es hoy más necesario que nunca. En especial, la Asamblea General de las Naciones Unidas está preocupada por proteger plenamente los derechos humanos de todos los migrantes.
Razones para la preocupación no le faltan, dada la proliferación de comentarios xenófobos y racistas. Hasta se ha llegado a acusar a las personas migrantes de traer enfermedades como el tifus.
Ante este tipo de comentarios carentes de rigor contra personas que han dejado atrás su hogar buscando un futuro mejor, no podemos sino posicionarnos como ciudadanos y como científicos. Como ciudadanos, nos mostramos perplejos e indignados. Como científicos, nuestro deber es ofrecer información veraz y libre de partidismos.
Por ello, desde el grupo de Vigilancia Epidemiológica de la Sociedad Española de Epidemiología hemos decidido desmentir, apoyados por estudios y datos rigurosos, cuatro de los bulos más recurrentes sobre la inmigración.
Bulo 1: los inmigrantes nos invaden. El ser humano ha migrado desde la prehistoria. Siempre ha habido personas que dejan sus hogares y sus países buscando mejores oportunidades económicas y vitales, o huyendo de la persecución política y los conflictos, como en el caso de los refugiados.
En un mundo globalizado en el que las poblaciones se mueven, deberíamos aprender a mirar al fenómeno migratorio como algo común y atemporal, y no como un acontecimiento dramático y puntual de nuestra época.
En 2020, el número de migrantes internacionales se cifraba en 281 millones, un incremento importante respecto a los 150 millones estimados en el año 2000.
Aun así, la proporción representada por los migrantes internacionales en la población mundial era solo de un 3,6 % en 2020, habiendo aumentado proporcionalmente menos que la población mundial.
Por otro lado, en los últimos años estamos observando un aumento de los movimientos poblacionales provocados por desastres naturales. Algunos de los efectos de la crisis climática –-cuya causa fundamental son los factores humanos, y no la naturaleza-– aparecen en forma de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías o huracanes.
Estos eventos desembocan a su vez en escasez de agua, inseguridad alimentaria, hambrunas, epidemias y conflictos armados, entre otros. Tal es su impacto que, actualmente, podemos afirmar que el cambio climático es un motor más potente para las migraciones que todos los factores económicos y políticos juntos.
No olvidemos que las poblaciones que menos contribuyen al cambio climático son las que más están sufriendo sus consecuencias, lo que alimenta las inequidades y constituye un problema de justicia social global.
Bulo 2: Europa soporta el mayor peso de la inmigración. La gran mayoría de las personas que migran no cruzan fronteras internacionales, sino que permanecen dentro de sus países. La última estimación disponible es del año 2009, cuando se cifró en 740 millones el volumen de migrantes internos, tres veces y media más del número de migrantes internacionales estimados ese año (214 millones).
Las migraciones internas se producen, fundamentalmente, de zonas rurales a zonas urbanas, en gran parte motivadas por los cambios ambientales y en los sistemas de producción, acelerados por la crisis climática ya mencionada.
En 2021, el 56 % de la población mundial vivía en ciudades, siendo la creciente urbanización uno de los grandes retos actuales. A ello hay que añadir los desplazados internos por situaciones de catástrofes, crisis o conflictos que, a finales de 2022, alcanzaron la cifra récord de 71,1 millones, fundamentalmente en África y Oriente Medio.
En cuanto a migraciones internacionales, Europa y Asia están más o menos al mismo nivel como receptores de inmigración. Estos dos continentes acogieron en 2022 alrededor de 87 millones de migrantes internacionales cada uno, pero el incremento más marcado entre 2000 y 2020 se registró en Asia, no en Europa.
Es más, en relación con el tamaño de la población de cada región, las proporciones más altas de migrantes internacionales en 2020 se observaron en Oceanía (22 %) y América del Norte (16 %), seguidas de Europa (12 %).
En enero de 2022, el 5,3 % de la población de los 27 países de la Unión Europea (UE) eran ciudadanos de fuera de la UE, lo que se incrementaría al 12,5 % si tenemos en cuenta los movimientos entre países de la UE.
Por último, no hay que olvidar que Europa es también emisora de migrantes: en 2021, los 2,9 millones de nuevos permisos de residencia en países de la UE contrastaban con los 2,3 millones de emigrantes registrados.
Bulo 3: los migrantes nos traen enfermedades. Nada más lejos de la realidad. Hace ya varias décadas se describió un fenómeno conocido como “efecto del migrante sano”.
Este concepto, empleado en epidemiología y salud pública, se utiliza para describir que la población migrante, independientemente de su origen, tiene un nivel de salud mayor que el de la población autóctona tanto de su país de origen como del país de destino.
Al fin y al cabo, se sabe que no emigra quien quiere sino quien puede, y el trayecto migratorio puede ser muy exigente, tanto física como económicamente.
Se ha observado, sin embargo, que la salud de los migrantes va empeorando conforme aumenta la estancia en el país de destino, debido sobre todo a las condiciones de vida, como hacinamiento, malnutrición, situación irregular que dificulta el contacto con los programas de salud pública y el acceso al sistema sanitario, entre otras.
Estas condiciones impactan negativamente en su salud al aumentar su vulnerabilidad social y su susceptibilidad a enfermedades, tanto infecciosas como crónicas.
Si bien es cierto que algunos grupos de migrantes pueden provenir de zonas de alta prevalencia de enfermedades como el VIH o la tuberculosis, los estudios muestran que más de la mitad de los migrantes que viven con el VIH en España se infectaron aquí.
Por otro lado, las barreras de acceso al sistema sanitario hacen más difícil que los pacientes tengan un adecuado seguimiento médico de sus patologías, sufriendo interrupciones de tratamientos crónicos e incluso denegaciones de los mismos. En España, esto se hizo especialmente patente entre 2012 y 2018, años en que su sistema sanitario perdió la universalidad.
En cuanto a las enfermedades crónicas, un estudio de 2020 reveló que la prevalencia de estas era menor en las personas migrantes en situación irregular en comparación con las que se encontraban en situación regular y con la población autóctona.
Estos resultados, al igual que el concepto del “migrante sano”, refutan las afirmaciones previas de que la carga de enfermedad en los migrantes es superior a la de la población nativa del país de destino.
Por el contrario, muchos migrantes pueden padecer enfermedades desatendidas. Son enfermedades infecciosas clásicamente presentes únicamente en zonas tropicales y asociadas a la pobreza.
En líneas generales, no son transmisibles a la población autóctona de los países de destino, bien porque no se dan las condiciones ambientales adecuadas para que los ciclos de estas enfermedades se completen, bien porque las posibles vías de transmisión están reguladas, como es el caso de las transfusiones sanguíneas y los trasplantes de órganos.
Bulo 4: los migrantes nos roban los recursos. La evidencia científica muestra cómo los migrantes no sólo no utilizan más recursos sanitarios, sino que los usan mucho menos que la población autóctona.
En cuanto a los inmigrantes en situación irregular, los más demonizados sobre el uso de recursos, se ha comprobado que, en condiciones de igualdad de acceso, la utilización de la asistencia sanitaria es mucho menor entre este grupo de migrantes que entre los nacionales españoles, y también inferior a la de los inmigrantes documentados, independientemente del país de origen o de la duración de la estancia en España. Lo mismo ocurre con el consumo de medicamentos.
Igualmente, la situación de irregularidad conlleva la ausencia de derecho a bajas laborales retribuidas u otros derechos sociales que sí tienen las personas trabajadoras en situación regular, con ahorros en impuestos que habitualmente no redundan en el empleado, sino en el empleador.
Por último, se puede afirmar que la migración constituye un factor de alivio de la crisis demográfica y que es beneficiosa para el mercado laboral. De ahí que desde la Oficina Regional Europea de la Organización Internacional de las Migraciones se haga un llamamiento a considerar la migración como una oportunidad, y no como un problema.
El ser humano siempre ha temido a lo desconocido. Conocer y tratar de entender lo extraño es la base para comenzar a aceptar aquello que nos resulta diferente.
Recordar nuestro pasado también es un ejercicio saludable, ya que España ha sido, en muchos momentos de su historia, un país de emigrantes. En nuestras manos está combatir el odio y la falsedad con los datos y la evidencia científica.
[1] Nota: Artículo escrito con el asesoramiento de la Sociedad Española de Epidemiología.
“MANICURE” Y DESAFUERO
El Mercurio, Editorial, 13/01/2025
Hace algunos días, se conoció la decisión del tribunal de garantía de Temuco de dejar en prisión preventiva al desaforado diputado Mauricio Ojeda, investigado por la arista “manicure” del caso Convenios.
El parlamentario habría defraudado de modo repudiable la confianza de sus electores. |
El parlamentario independiente, elegido en un cupo del Partido Republicano, enfrenta cargos por los $730 millones transferidos desde el gobierno regional de La Araucanía a dos fundaciones que debían realizar capacitaciones en peluquería, manicure y masoterapia a 200 mujeres en las comunas de Temuco y Padre Las Casas, actividades que nunca se completaron.
Según la fiscalía, el diputado tendría responsabilidad como autor y cooperador en el delito, pues, valiéndose de su posición, habría facilitado el acceso de esas fundaciones a fondos públicos al tiempo que supuestamente se habría beneficiado de ellos.
En este sentido, y aunque habrá que esperar a que la justicia determine su real participación, los hechos investigados son de evidente gravedad. De comprobarse las imputaciones, el parlamentario habría defraudado de modo repudiable la confianza depositada en él por sus electores.
Con todo, aunque el episodio alerta una vez más sobre la responsabilidad de las colectividades al momento de seleccionar candidaturas, cabe reconocer que el Partido Republicano ha marcado distancia —Ojeda renunció a la bancada— y condenado con claridad los hechos.
La celeridad con que ha avanzado la investigación respecto del parlamentario contrasta con otras aristas del mismo caso Convenios, como la que vincula a la también diputada Catalina Pérez.
Si bien fue precisamente esta arista la primera en ser conocida, al estallar en 2023 el escándalo, recién hace tres semanas la fiscalía solicitó su desafuero. En el intertanto, la parlamentaria recibió, sucesivamente, un inicial apoyo de su expartido, Revolución Democrática, para luego ver suspendida durante un año su militancia, volver a las filas del Frente Amplio e incluso ser invitada a una gira presidencial.
Posteriormente, al conocerse nuevos antecedentes, otra vez fue cuestionada y terminó renunciando a su colectividad.
Ciertamente, la corrupción es un fenómeno independiente de banderías ideológicas pero que va minando la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. Por lo mismo, es importante la reacción de los distintos sectores cuando las indagatorias involucran a una figura de sus filas, apoyando la investigación y evitando interferir en el actuar de la justicia.
En este sentido, la distancia asumida respecto de Ojeda por su sector político marca una clara diferencia con la actitud con la que, hace menos de un año, el Partido Comunista enfrentó la formalización del exalcalde Jadue, con manifestaciones afuera de los tribunales y hasta la conformación de un insólito comité internacional en su apoyo.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel
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LA PLASTISFERA ANTÁRTICA, UN NUEVO ECOSISTEMA
ÚNICO Y POTENCIALMENTE PELIGROSO
Pere Monràs i Riera, Investigador predoctoral en conservación y gestión de la biodiversidad, Universitat de Barcelona y Elisenda Ballesté, Profesora agregada en Microbiología, Universitat de Barcelona – The Conversation, 15/01/2025
La Antártida, el continente más remoto, hostil y aparentemente prístino del planeta, no está libre de contaminación marina. Allí donde llega la actividad humana, inevitablemente los desechos plásticos le siguen.
¿Qué pensarían los primeros exploradores de este paraíso helado hoy en día si descubrieran un continente transformado por actividades pesqueras, estaciones de investigación, presencia militar, turismo y todos los impactos ambientales asociados?
Entre ellos, destaca la contaminación por plásticos, al convertirse estos en un nuevo nicho ecológico, especialmente en el océano.
Cuando los plásticos llegan al agua, sus superficies son rápidamente colonizadas por comunidades microbianas que forman una biopelícula. Esta comunidad se conoce como plastisfera, y puede representar una amenaza para los ecosistemas marinos, especialmente en las frías y poco estudiadas aguas del océano Austral.
La plastisfera: una amenaza emergente. A medida que los residuos plásticos se desplazan por los océanos, la plastisfera se desarrolla siguiendo una sucesión ecológica típica, hasta convertirse en una comunidad microbiana compleja y especializada.
Los plásticos no solo proporcionan refugio a estos microorganismos, sino que también actúan como vectores. Permiten así la dispersión de patógenos potencialmente dañinos, como Vibrio spp., Escherichia coli y bacterias portadoras de genes de resistencia a antibióticos hacia entornos remotos y aparentemente intactos.
Más allá de ser un hogar para los microbios, la plastisfera puede alterar el equilibrio natural de la vida marina a nivel microscópico. Estos cambios no se limitan al agua, sino que pueden expandirse, afectando potencialmente la forma en que el océano absorbe carbono y produce gases de efecto invernadero. Esto tiene consecuencias para el aire que respiramos en todo el mundo.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Bacterias con potencial biotecnológico para degradar plásticos o hidrocarburos, como Alcanivorax sp., Aestuariicella sp., Marinobacter sp. Y Alteromonas sp., son frecuentemente identificadas en los plásticos.
Un entorno hostil para la investigación. Sabemos muy poco sobre la plastisfera, particularmente en el océano Austral, donde desentrañar sus dinámicas es clave para comprender sus impactos en uno de los entornos marinos más remotos y vulnerables del planeta.
Por ello, nuestro reciente estudio se centró en investigar la abundancia y diversidad de comunidades microbianas en la plastisfera antártica, especialmente durante las primeras etapas de formación de este ecosistema microscópico.
Trabajar en la Antártida no es tarea fácil. Llegar al continente ya supone un desafío, y una vez allí, los científicos afrontan condiciones extremas: temperaturas bajo cero, vientos intensos, icebergs y la presión constante de disponer de un tiempo limitado para realizar su trabajo.
Por ello, diseñamos un experimento en condiciones semicontroladas en acuarios con agua de mar obtenida cerca de la base española en la isla Livingston, en las islas Shetland del Sur.
Añadimos pélets de los tres tipos de plástico más comunes en el océano: polietileno, polipropileno y poliestireno, los cuales se mantuvieron en condiciones ambientales (alrededor de 0 C y entre 13 y 18 horas de luz solar) durante 5 semanas, simulando posibles escenarios reales.
Comparamos la colonización de los plásticos con la del vidrio, una superficie inerte, y recolectamos muestras periódicas para analizar las bacterias colonizadoras.
Dinámicas de la plastisfera en la Antártida. Estudiar bacterias implica hacer visible lo invisible, por lo que combinamos diversas técnicas para comprender mejor la plastisfera. Utilizamos microscopía electrónica de barrido para obtener imágenes de las biopelículas, citometría de flujo y cultivos bacterianos para cuantificar células y colonias y secuenciamos el gen ARNr 16S para identificar la sucesión bacteriana.
Este meticuloso enfoque reveló que el tiempo es el principal impulsor del cambio. En menos de dos días, bacterias no mayoritarias en el agua como Colwellia ya se habían adherido a la superficie plástica, mostrando una progresión desde colonizadores iniciales hasta biopelículas maduras y diversas, incluyendo otros géneros como Sulfitobacter, Glaciecola y Lewinella.
Aunque estas especies también están presentes en el agua, muestran una clara preferencia por la vida en comunidad en la plastisfera. Además, no detectamos diferencias significativas entre las comunidades bacterianas de plásticos y vidrio, lo que sugiere que cualquier superficie estable puede albergar estas comunidades.
En la Antártida, sin embargo, el proceso de colonización parece ser más lento debido a las bajas temperaturas, que ralentizan el desarrollo bacteriano.
¿Bacterias que “comen” plástico? Un hallazgo clave fue la presencia de Oleispira sp. en el polipropileno. Esta bacteria, capaz de degradar hidrocarburos, pertenece a un grupo de microorganismos que descomponen petróleo y otros contaminantes.
Su papel en la plastisfera antártica plantea preguntas importantes, como si estas bacterias podrían mitigar los impactos de la contaminación plástica. Si es así, podrían ser clave para el futuro de la Antártida y nuestros océanos.
Sin embargo, aún queda mucho por descubrir, especialmente sobre su potencial para la biorremediación en entornos extremos. Comprender estos procesos podría abrir la puerta a estrategias innovadoras para abordar el creciente desafío de los residuos plásticos en los ecosistemas marinos.
Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel