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COP29: ¿Qué podemos esperar de esta cumbre climática? Víctor Resco de Dios

 

                                                                      COP29: ¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE ESTA

                                                                                      CUMBRE CLIMÁTICA?

Víctor Resco de Dios, Profesor de Ingeniería Forestal y Cambio Global, Universitat de Lleida – The Conversation, 07/11/2024

Corría el año 1987 cuando se celebraba en Montreal una cumbre para poner fin a un grave problema ambiental: el agujero de la capa de ozono. Las emisiones de unos compuestos clorofluorocarbonados, presentes en los aires acondicionados y refrigeradores, estaban erosionando esa capa estratosférica que nos protegía de la radiación ultraviolada.

El resultante Protocolo de Montreal fue un gran ejemplo sobre cómo las cumbres internacionales pueden lograr solucionar problemas.

Son casi cuarenta los años que han trascurrido desde entonces y las cumbres internacionales por problemas ambientales se han multiplicado. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, que se celebra en Baku, Azerbaiyán, empieza este 11 de noviembre.

¿Será útil, como la de aquel ya lejano 1987 en Montreal, o será otra reunión insustancial?

¿Qué son y para qué sirven las reuniones COP? Antes de explicar qué podemos esperar de la conferencia de este año convendría, aunque sea brevemente, recordar la historia de este tipo de reuniones.

En 1992 se celebró la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (Brasil), más conocida como la Conferencia de Río, donde se estableció la Convención Marco sobre el Cambio Climático (UNFCC, por sus siglas en inglés), entre otros acuerdos.

Las cumbres conocidas como COP (siglas en inglés de conferencia de las partes) son uno de los instrumentos para intentar alcanzar acuerdos internacionales vinculantes en relación con la reducción de emisiones.

La UNFCC ha auspiciado una COP anual desde la primera de 1995 en Berlín hasta la vigesimoctava de Dubái (Emiratos Árabes) el año pasado. Tal vez la COP más famosa fue la tercera (COP3), en 1997, ya que se estableció el Protocolo de Kioto: una serie de compromisos para lograr la descarbonización de la sociedad y limitar los daños por el cambio climático.

Otra COP particularmente importante fue la COP21 de París de 2015, donde se firmó un acuerdo para limitar el calentamiento climático a 2°C y donde se incluía la aspiración de limitarlo a 1,5°C. La de Bakú será la COP29.

¿Qué ocurrió en la COP28? La COP28 se celebró en un país que aumentará su producción de petróleo hasta 2030. La reunión empezó con polémica cuando su presidente, un sultán del petróleo, declaró que no había pruebas de que los combustibles fósiles afectaran al clima. Considerando quién asumía la presidencia de la cumbre, el resultado que ésta tuvo era previsible.

Se esperaba que la reunión concluyera marcando el objetivo de “eliminar gradualmente” los combustibles fósiles, pero el documento final solo recogió una conclusión mucho más tibia: “Alejarnos de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, para lograr el cero neto para 2050 de acuerdo con la ciencia”.

Otras acciones destacables fueron el espaldarazo que recibieron las energías solar y eólica para su despliegue; la promesa de un fondo de compensación a los países del sur global por las pérdidas y daños que están sufriendo, y que previsiblemente sufrirán, como consecuencia del cambio climático, y una serie de medidas que, en su conjunto, dinamitaron la vieja aspiración parisina de limitar el calentamiento a 1,5ºC.

¿Qué podemos esperar de la COP29? Se ha bautizado a la COP29 como la COP de la financiación. Según un grupo internacional de investigadores en financiación climática, sería necesario movilizar 2,4 billones de dólares para 2030 para los países emergentes (excluyendo China) para programas de transición energética justa, adaptación y resiliencia, pérdidas y daños y conservación y restauración de la naturaleza.

La financiación no es un asunto nuevo. En la COP15, celebrada en Copenhague en 2009, ya se acordó la creación de un fondo anual de 100.000 millones de euros. En la COP27 (2022), se aprobó un Fondo para Pérdidas y Daños. En la actualidad, según la OCDE, se destinan 116.000 millones a estos países emergentes, lo que aporta una cierta esperanza a la cumbre actual.

En cualquier caso, la financiación necesaria para esos fondos sigue sin acuerdo internacional. La revista Nature proponía a la COP29 que solicitara al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) la realización de un estudio consensuado sobre la necesidad de financiación. Se trataría, sin duda, de una buena medida.

Trump y las limitaciones a los combustibles fósiles. Azerbaiyán no es Emiratos Árabes, pero también tiene una economía basada en el petróleo. Es poco probable que se alcance algún acuerdo sobre la eliminación de combustibles fósiles. De hecho, la agenda que ha propuesto el presidente ni tan siquiera incluye el asunto.

Es probable que la reciente elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos sea un tema frecuente en los mentideros de la COP. Lo cierto es que los Estados Unidos nunca han sido fiables en cuestiones medioambientales.

Nunca ratificaron el protocolo de Kioto, ni la Convención para la Diversidad Biológica y, durante el primer mandato de Trump, el país abandonó los Acuerdos de París.

2025 como año clave. Los acuerdos que se alcanzan en estas cumbres no suelen ser vinculantes. La clave está en las contribuciones determinadas por cada nación (CDN). Las CDN son los documentos que realmente detallan las promesas de cada país y el año que viene toca una actualización (la última fue en París 2015).

En definitiva, este año esperamos los aspavientos habituales de este tipo de reuniones, con los anuncios de algún “acuerdo histórico”, pero que en realidad muestren una repercusión escasa tanto en las emisiones de gases invernadero como en las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.

Las ausencias de líderes mundiales como los presidentes de Francia, Alemania, la Comisión Europea, India, China o los Estados Unidos nos dan una idea sobre la falta de ambición de la cumbre actual.

Pero ojalá nos equivoquemos, y la reunión de este año recuerde más a la Montreal que a la de Dubái.

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

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Qué hizo a la DANA tan destructiva? Factores ambientales y humanos

 

                                                                                ¿QUÉ HIZO A LA DANA TAN DESTRUCTIVA?

                                                                                      FACTORES AMBIENTALES Y HUMANOS

Carolina Boix Fayos, Investigadora científica, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC); Adolfo Calvo-Cases, Catedrático de Geografía Física Jubilado, Universitat de València; Eva Arnau Rosalen, Investigadora Postdoctoral en Earth Sciences/Observation, Manchester Metropolitan University; Jorge López Carratalá, Docente/investigador. Doctor en Geografía Física, Universitat de València y Joris de Vente, Científico titular, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) – The Conversation 06/11/2024

La catástrofe provocada por la Dana nos ha atravesado, causando una conmoción y un profundísimo dolor colectivo: las pérdidas humanas, la angustia, el espanto, las pérdidas materiales, el futuro.

Nos preguntamos: ¿cómo ha podido pasar esto en una sociedad desarrollada e hipercomunicada?

Los expertos apuntan desde hace tiempo a un incremento de las crecidas fluviales intensas y repentinas en las ramblas. El aumento de las denominadas en inglés “flash-floods” está relacionado con el cambio climático, en un contexto de riesgos crecientes.

Aunque los impactos de la Dana del 29 de octubre de 2024 afectaron a varias comunidades autónomas y varias zonas de la Comunidad Valenciana, vamos a centrar este análisis en la cuenca hidrográfica del Barranc de Torrent y la rambla del Poyo (622 km²), una de las áreas más devastadas debido a la concentración de tejido urbano y población en su cuenca baja.

Nuestra intención es aportar un dibujo general de los factores geográficos (físicos, geomorfológicos, socioeconómicos, espaciales) que convergieron creando una situación de gran complejidad.

  1. La distribución de la precipitación. Entre las 08:00 del 29 de octubre del 2024 y la misma hora del día siguiente, la lluvia acumulada en algunos puntos de la cabecera y centro de la cuenca fue elevadísima.

En Chiva llovió 491 l/m²; dentro de su término municipal, en Los Felipes se superaron los 600 l/m². En Cheste se alcanzó una precipitación de 392 l/m².

La precipitación media anual que recibe toda la zona fue superada en muchos puntos en tan sólo 24 horas.

Mientras tanto, apenas llovió en la parte baja de la cuenca, dónde se sitúan parte de los municipios más afectados. La población de estos municipios no tuvo una percepción clara del riesgo en las horas previas a la catástrofe.

  1. La respuesta de los caudales. La cuenca posee una densa red de drenaje –red de ríos, barrancos y ramblas– en su parte alta que tuvo una respuesta hidrológica inmediata, con una crecida del caudal de la rambla del Poyo que se multiplicó por seis en dos horas.

Alcanzó una magnitud de casi 2.000 m³/s, valor al que se asigna un período de ocurrencia estadística de una vez cada 500 años.

Esta magnitud de la crecida multiplica por cuatro el caudal medio del río Ebro y comparativamente pasa a ser casi la cuarta parte del caudal medio del Danubio, inimaginable en ramblas mediterráneas de este tamaño.

  1. La geomorfología o formas del terreno. Gran parte de las poblaciones se sitúan en una zona natural de convergencia-divergencia de aguas de toda la red fluvial, entre abanicos aluviales y la llanura aluvial del Turia –área que anega el río cuando desborda el cauce–, espacios donde el agua busca su salida natural en momentos de crecida. Pero actualmente las vaguadas y cauces están cubiertos por un denso tejido urbano y, por tanto, son invisibles para la población que no tiene conocimiento de ello.

Todo este sistema desemboca en La Albufera, un humedal natural que recoge agua y sedimentos.

  1. La ocupación del suelo. La cuenca tiene un elevado grado de impermeabilización (aproximadamente un 20 %), particularmente en su parte media y baja, debido al denso tejido urbano e industrial. Esta zona es además un importante nudo de comunicaciones con principales vías de entrada y salida a Valencia.

Esta impermeabilización de la superficie, y un gran desarrollo urbanístico lleno de obstáculos (estructuras arquitectónicas, mobiliario urbano, muros, vehículos) obstruyeron, recanalizaron y concentraron los flujos en zonas donde naturalmente podría dispersarse el agua.

  1. El cambio climático. El cambio climático produce eventos climáticos más extremos. En la cartografía existente, gran parte de las poblaciones arrasadas tienen un peligro de inundación cada 100 o 500 años. Sin embargo, con el cambio climático y la virulencia actual de las Danas, estos períodos de retorno están cambiando.

Todos estos factores facilitaron que toda la red de drenaje quedara conectada rápidamente en la tarde-noche del 29 de octubre del 2024, con unos caudales extremos de gran energía que se dispersaron por las zonas inundables impermeabilizadas, ocupadas por poblaciones, áreas industriales y comerciales con gran cantidad de obstáculos.

Los vehículos, además de ser arrastrados, obstruyeron calles y túneles. Esto provocó alturas enormes de agua y remolinos, que constituyeron una trampa mortal, arrasando todo a su paso y provocando una grandísima devastación. Todo ello encontró a la población totalmente desprevenida en una franja horaria de gran movilidad.

Soluciones complejas. El cambio climático es una realidad dura y una amenaza real que aumenta la frecuencia e intensidad de los eventos con precipitaciones y temperaturas extremas. Confiemos en los expertos, no nos dejemos contaminar por los bulos y la desinformación y luchemos contra el negacionismo.

Las soluciones para adaptarnos a esta nueva realidad y disminuir los impactos son complejas. Implican desde la educación y concienciación social del riesgo de inundaciones para toda la población hasta combinaciones de soluciones de ingeniería con incorporación de medidas basadas en la naturaleza.

Las cuencas hidrográficas deben convertirse en una especie de “esponjas” que absorban el agua, reduciendo la velocidad y energía de las corrientes e intentando que no se conviertan en coladas de barro.

La ordenación territorial, la planificación urbanística y rural son prioritarias, así como mejorar la percepción del riesgo e índices de vulnerabilidad que reflejen las características socioeconómicas, ambientales e institucionales de cada zona.

Es absolutamente necesario mejorar la gobernanza y los sistemas de alerta y prevención en los organismos competentes para desarrollar protocolos que permitan en el futuro evacuar lo más rápidamente a la población de las zonas de peligro y mantenerla en lugares seguros.

Ante la extraordinaria magnitud del evento no caben medidas de contención, sino de laminación de la inundación –lograr que la misma cantidad de agua pase con menos velocidad durante más tiempo– utilizando todos los elementos al alcance en cada parte de la cuenca, y una impecable gestión de los riesgos, con sistemas de alerta temprana, concienciación y protocolos interiorizados por la sociedad.

Una sociedad que ha respondido con una ola de solidaridad y empatía emocionante. Una tragedia así no debería repetirse jamás.

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

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La expansión de la inteligencia artificial en el sur global supone muchos riesgos, pero también soluciones. Robert Muggah,

                                                                                LA EXPANSIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

                                                                                        EN EL SUR GLOBAL SUPONE MUCHOS RIESGOS,

                                                                   PERO TAMBIÉN SOLUCIONES

Robert Muggah, Co-founder of Igarapé Institute and Lecturer, Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (PUC-Rio) – The Conversation, 05/11/2024

Aunque la inteligencia artificial (IA) promete una revolución en la gobernanza, los negocios y la sociedad, también conlleva enormes riesgos, como la aceleración de la desinformación, los ciberataques sofisticados y el aumento del consumo energético.

Otros riesgos, como la posibilidad de que máquinas superinteligentes tomen decisiones sin supervisión humana, están todavía un poco más lejos. Además, hay peligros que aún no se han identificado.

A pesar de los mensajes tranquilizadores del sector tecnológico, crece la preocupación por el impacto negativo de la rápida adopción de la IA en la sociedad, también en el sur global.

El año pasado, el Instituto Igarapé (Brasil) y la Fundación New America convocaron un grupo de trabajo global, formado por expertos en IA de toda América, África y Asia, para debatir formas prácticas de mejorar la seguridad de la IA.

En 2024, este grupo de trabajo ha publicado un documento con una serie de estrategias para mitigar los riesgos y mejorar la resiliencia, así como para reducir las brechas de gobernanza y regulación de la IA entre el norte y el sur globales.

Menos empleos. Uno de los mayores riesgos destacados por el grupo de trabajo es la automatización masiva y la eliminación de puestos de trabajo. Se espera que el despliegue de la IA afecte a la mano de obra en sectores que van desde la agricultura, la industria y el comercio minorista hasta los ámbitos jurídico y médico y las consultorías de gestión.

Aunque inevitablemente se crearán nuevas formas de empleo, se calcula que el trabajo de al menos 800 millones de personas corre el riesgo de ser automatizado de aquí a 2030.

Una preocupación real es que los sectores poco cualificados de los países en desarrollo se vean desproporcionadamente afectados. La Organización Internacional del Trabajo estima que más del 56 % de todos los empleos en los países de ingresos bajos y medios corren un “alto riesgo” de automatización.

Sin las salvaguardias adecuadas, esto podría exacerbar la desigualdad económica y excluir a los trabajadores jóvenes y poco cualificados.

Exclusión digital. Otro riesgo asociado a la IA es la profundización de la exclusión digital y el aumento de la desigualdad. Es probable que la brecha entre los que tienen acceso a las tecnologías avanzadas y los que no aumente en los próximos años, lo que conducirá a una menor productividad, un menor crecimiento económico y una mayor desigualdad social y económica.

Esto es especialmente preocupante en los países de renta baja y media que ya se enfrentan a déficits de talento digital y servicios relacionados. Una de las principales razones es la relativa dificultad de acceso a la infraestructura digital y la escasa alfabetización digital de amplias zonas del sur global.

Otra amenaza importante es la intensificación de los prejuicios y la discriminación. Los sistemas de IA desarrollados en Estados Unidos, China y la Unión Europea pueden perpetuar y amplificar los prejuicios ya presentes en los datos utilizados para entrenar la IA.

Esto puede dar lugar a resultados discriminatorios en ámbitos como la puntuación crediticia, la contratación de personal, las primas de seguros, la vigilancia policial y la justicia penal.

Los algoritmos siguen siendo en gran medida entrenados con conjuntos de datos proporcionados por los países más ricos. Como consecuencia, los trabajadores, estudiantes y empresarios de los países en desarrollo pueden verse injustamente excluidos de las oportunidades en el mercado laboral, los préstamos, las becas o los servicios sanitarios debido a algoritmos sesgados.

Todo ello, a su vez, refuerza la discriminación estructural, incluidos los prejuicios raciales, de género y de clase.

Vigilancia y privacidad. La intensificación de la vigilancia y la violación de la privacidad también son motivo de preocupación. La integración de la IA en la vigilancia –desde ciudades inteligentes hasta la aplicación de la ley– puede vulnerar, intencionadamente o no, la privacidad, las libertades civiles y los derechos humanos. Esto es especialmente preocupante en países con instituciones democráticas más débiles, protecciones legales insuficientes y mecanismos de supervisión deficientes.

Una de las principales preocupaciones es que los regímenes autoritarios desplieguen sistemas basados en IA para vigilar a sus oponentes políticos, reprimir la disidencia y atacar a las comunidades marginadas por motivos étnicos, religiosos o ideológicos.

Incluso en entornos democráticos, las plataformas de IA han contribuido al exceso de vigilancia policial, la elaboración de perfiles discriminatorios y las detenciones injustas.

Otro riesgo está relacionado con la excesiva dependencia de los actores del sur global de las tecnologías y los conocimientos extranjeros. Aunque en gran medida inevitable, la fuerte dependencia de las tecnologías e innovaciones de IA de EE. UU., China y Europa puede reducir los incentivos para que algunos países desarrollen sus propios sectores tecnológicos nacionales.

Estas dependencias podrían degradar su poder de negociación, dar lugar a costes más elevados para la tecnología y disminuir el control sobre las normas.

La erosión de la soberanía de los datos es una realidad, y la dependencia de proveedores extranjeros significa que los datos pueden ser más fácilmente accesibles, controlados, manipulados y explotados por actores externos. Esto, a su vez, puede aumentar vulnerabilidades como las violaciones de la privacidad y el robo de propiedad intelectual, además de reducir el control sobre infraestructuras tecnológicas críticas.

Las soluciones. Ante todos estos riesgos, ¿cuáles son las posibles soluciones para el sur global? Cada vez son más las voces que abogan por normas mundiales, cooperación internacional y programas específicos, como los propugnados en una resolución de la Asamblea General de la ONU de 2024 sobre inclusión de la IA y el recientemente acordado Pacto Digital, cuyo objetivo es superar las desigualdades digitales, de datos y de innovación.

El enviado tecnológico de la ONU y un órgano consultivo de alto nivel sobre IA han instado a gobiernos, empresas e investigadores a diseñar, desarrollar y desplegar tecnologías de IA de forma equitativa, inclusiva y sensible a los retos específicos a los que se enfrentan los países del sur global.

Estos y otros grupos han propuesto una serie de estrategias para mitigar los riesgos.

  1. Formación y capacitación. Frente a la automatización y la reducción de puestos de trabajo, se reconoce la necesidad urgente de invertir en educación y formación profesional.

Los trabajadores actuales y futuros deben poseer las competencias adecuadas para el mercado laboral en evolución, ya sea el conocimiento del mundo digital y la ciencia de datos, o el desarrollo de habilidades interpersonales.

Esto requiere la puesta en marcha de centros de formación profesional y cursos en línea, recursos de reciclaje, servicios de recolocación y subsidios de desempleo progresivos, así como programas de renta básica universal.

Algunos ejemplos prometedores son la iniciativa AI for All de la India, los embajadores digitales de Ruanda y el programa Conecta de Brasil, que están ayudando a personas y empresas a hacer la transición a la economía digital.

Además, grupos no gubernamentales como Platzi, de América Latina, y M-Pesa Academy, de África, están formando a la mano de obra del futuro.

Mientras tanto, países como Kenia, Namibia e India están probando la renta básica universal, con algunos resultados prometedores.

  1. Expansión de infraestructuras y conexión. En cuanto a las desigualdades digitales, los agentes públicos y privados tendrán que realizar una inversión significativa en infraestructura digital.

Esto incluye ampliar el acceso a internet y a la banda ancha a los 2.600 millones de personas del sur global que aún no están conectadas, así como apoyar la creación y gestión de centros tecnológicos, especialmente en zonas desatendidas.

También son esenciales las políticas que promuevan el acceso equitativo a los servicios digitales y los programas tecnológicos de bajo coste. Los socios internacionales y regionales, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo y las empresas multinacionales, desempeñan un papel importante.

Un ejemplo positivo de cómo ampliar este tipo de actividad es el programa AI for Development (AI4D) de la Smart Africa Alliance, que está desarrollando marcos éticos de IA para la gobernanza, la agricultura y la salud.

  1. Transparencia algorítmica y protección de la privacidad. Los prejuicios y la discriminación pueden reducirse estableciendo y aplicando directrices y normas éticas para el desarrollo y la aplicación de la IA.

Como ha demostrado, entre otros, el grupo de trabajo global del Instituto Igarapé, los países y las empresas deben apoyar marcos normativos que exijan transparencia algorítmica y auditorías periódicas.

Identificamos más de 640 estrategias de este tipo, aunque más de dos tercios se formularon en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que pueden ofrecer ideas prácticas. Además, existen grandes oportunidades para exigir que los datos utilizados para entrenar los sistemas de IA sean más diversos y representativos.

Abordar de forma integral las violaciones de la privacidad y la vigilancia requiere la creación y aplicación de leyes sólidas de protección de datos y privacidad para proteger la información personal.

La Unión Europea y países como Brasil, India, Kenia, Sudáfrica y Tanzania, entre otros, se están ocupando de estas cuestiones.

También es necesaria una normativa clara sobre el uso de la IA para la vigilancia con el fin de minimizar las prácticas invasivas, así como campañas de concienciación pública junto con la defensa por parte de la sociedad civil de unas protecciones más estrictas.

  1. Apoyo a la investigación e innovación. Por último, para reducir la dependencia excesiva de los proveedores de tecnología extranjeros es necesaria una gran inversión no sólo en investigación y desarrollo locales de IA, sino también en la formulación de políticas de IA.

Una de las prioridades es ampliar las subvenciones y los incentivos para las aceleradoras, las startups y las instituciones de investigación locales.

Las asociaciones y la colaboración internacionales también desempeñan un papel clave, al igual que los centros dedicados a formar y educar a la mano de obra.

Socios internacionales como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD) y otros han ayudado a promover la acción tanto en el desarrollo de competencias técnicas como en la capacitación de legisladores y funcionarios públicos para promover políticas de IA seguras y responsables.

Aunque es necesario abordar cuestiones estructurales como la legislación antimonopolio, urge aumentar la inversión y la innovación en IA en el sur global. Los gigantes tecnológicos como Google, Intel y Microsoft. Organizaciones internacionales como UIT, Unesco, PNUD y otras también están ayudando a formar tanto a responsables como a trabajadores.

Necesitamos mucho más. La buena noticia es que la nueva Resolución de la ONU sobre IA Inclusiva, el Grupo de Alto Nivel sobre IA, el Pacto Digital y el Enviado de Tecnología de la ONU apuntan hacia un camino positivo.

Impulsar la gobernanza de la IA en el sur global. Para hacer frente a estos riesgos y ampliar la aplicación de soluciones, es esencial reducir la diferencia en la gobernanza de la IA entre el norte y el sur global. Esta diferencia se manifiesta no sólo en las capacidades tecnológicas y la infraestructura digital y energética subyacente, sino también en el acceso a los recursos, el talento e incluso la formulación de políticas.

Como mínimo, esto requiere aumentar la participación de responsables de la toma de decisiones y expertos del sur global en el desarrollo, la regulación e incluso la formulación de políticas de IA, incluso en los contextos del G20 y la OCDE. También es fundamental promover el desarrollo de capacidades y el intercambio de conocimientos a través de institutos y centros de investigación especializados en IA.

El grupo de trabajo global dirigido por el Instituto Igarapé hizo hincapié en que los países de renta baja y media necesitan desarrollar simultáneamente estructuras de gobernanza de la IA que estén en consonancia con los contextos sociales y económicos locales.

A pesar de la legítima preocupación por la fragmentación normativa, es necesario equilibrar las extraordinarias oportunidades que ofrece la IA con los riesgos asociados a la automatización del empleo, las violaciones de la privacidad y las dependencias del exterior.

Las estrategias recientemente establecidas por la Unión Africana sobre IA y transformación digital ofrecen señales prometedoras en este sentido.

Todos estos ambiciosos compromisos requieren un esfuerzo concertado para atraer inversiones en programas de apoyo a la infraestructura de la IA, en asociación con los países en desarrollo.

Esto requerirá importantes compromisos financieros y técnicos para construir nuevos centros de datos, aumentar la capacidad informática y ampliar la conectividad de banda ancha, así como ofrecer herramientas y plataformas de IA de código abierto.

El Pacto Mundial Digital se compromete a crear un fondo internacional bajo los auspicios de la ONU para estimular el uso de la IA para el desarrollo sostenible, así como a establecer un panel científico independiente y un diálogo mundial para anclar la IA en los derechos humanos.

Este fondo tendrá que hacer apuestas ambiciosas (similares a las iniciativas lideradas por el sector privado, como el reciente fondo lanzado por IBM y Blackrock) si quiere ayudar a cerrar la brecha de gobernanza y competencias relacionadas con la IA.

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

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Donald Trump. Jorge Villarroel Carmona

                     Donald Trump

Jorge Villarroel Carmona

Los tiempos actuales con cambios bruscos vaticinaban otros resultados, según Allan Lichtman, historiador que ha cobrado fama por su precisión al predecir los resultados electorales en la que según su análisis vaticinaba la victoria de Kamala Harris, sus aciertos le preceden desde 1984 con excepción del año 2000 cuando George W Bush se impuso a Al Gore y ayer con el triunfo de Trump.

No obstante, las experiencias vividas por el pueblo norteamericano con los destemplados movimientos sociales contrarios a las estructuras sociales del país de las oportunidades reflejaron en estas elecciones la connotación que el votante da a la importancia de retomar los valores de la familia; mejorar la economía y a la participación de ese país en las relaciones internacionales y recuperar el sentimiento patriótico frente al avance inconmensurable del globalismo.

El resultado electoral sin dudas tendrá un efecto de carácter mundial, dada la importancia que tiene EEUU en el concierto internacional.

 

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

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Activismo judicial: La estela del exministro Muñoz

 

                                                                   ACTIVISMO JUDICIAL: LA ESTELA DEL EXMINISTRO MUÑOZ

Julio Alvear – 30/10/2024

El exministro Sergio Muñoz encarnó en cierto grado un modelo de activismo judicial de perniciosas consecuencias para el Estado de Derecho. Tras ese ideario se han formado un buen número de jueces chilenos que hoy ejercen labores en el Poder Judicial, sin que haya existido una discusión en la sociedad sobre si queremos que asuman ese rol anómalo.

Sería injusto afirmar que el exministro impulsó en todas sus facetas el activismo en cuestión. Hay fallos ejemplares que no tienen ninguna de las características que se suelen atribuir al activismo. ¿Cómo no recordar, por ejemplo, la sentencia del caso farmacias, que condenó por colusión a importantes actores del área (Corte Suprema Rol N° 2578-2012, 7 de septiembre de 2012)? Sentencia notable, que tras una cuidada argumentación, hace justicia material sin descuidar un ápice la justicia formal.

“…El problema, claro está, es que existe la posibilidad de utilizar las fuentes como piezas de un lego: unas se sacan (las que no convienen a la valoración del juez), otras se ponen (las que sí convienen). O sea, en rigor, no te juzgan a partir del derecho, sino de la valoración subjetiva del juez. Valoración que puede (o no) llegar a utilizar el derecho como pretexto…”

Pero junto a las luces, desgraciadamente están las sombras. Quizás por más de un equívoco acostumbramos a identificar al juez Muñoz con lo que conocemos como activismo. Quizás un activismo bien a la chilena, pero activismo al fin.

Y es que él mismo, desde hace más de una década, comenzó a destacar aspectos de ese modelo: prescindencia de la textualidad de la ley (a veces de la misma ley), voluntad de marcar pautas de conductas generales a la sociedad (y al Estado), búsqueda aleatorias de fuentes jurídicas para sustentar sus tesis jurisdiccionales, auto retrato de juez “héroe” (Sunstein, 2015), etc.

Pero, ¿cómo definir el “activismo judicial”? ¿Es una doctrina? ¿Es una actitud teórico- práctica? ¿Es una mentalidad? Sí, es todo eso, pero, sobre todo, es un modo de asumir las potestades jurisdiccionales que va más allá (mucho más allá) del ámbito propio. Es como una patología por exceso. Una obesidad judicial morbosa. Se expande con soltura en el área de los derechos fundamentales y el derecho regulatorio

Hay dos ideas del exministro —dichas a conciencia— que retratan oportunamente lo que conocemos como activismo. La justicia, escribió en una ocasión, “tiene entre sus ejes sólidos, principios que van más allá de ejercer la función jurisdiccional”. Aquí, para quien entienda, ya está dicho todo.

La otra frase es más conocida. Sugiere una imagen: “Interpretar el derecho es un arte, no es una ciencia (…). Esto es igual que la pintura. Antes era rupestre, luego en doble plano. Después se fue creando la perspectiva. Posteriormente nacieron otras formas, como el realismo, el cubismo. Después es la concepción de la figura y no necesariamente de una forma, etc.”.

La alusión al cubismo y a la trayectoria posterior de la pintura moderna es decidora. El cubismo es subjetivo, no es arte de imitación, sino de invención: descompone (objetos), fragmenta (líneas y superficies), rechaza (la tradición del modelo y la perspectiva).

Si se permite el símil, el juez activista reivindica como una de sus operaciones hacer lo que haría un cubista frente a la positividad de lo normativo: descomponer, fragmentar, rechazar la tradición del modelo y de la perspectiva (lo enunciado en la norma). El problema es que no estamos hablando de pintura, sino de derecho, donde la subjetividad creativa no debiera ser el motor de la “ratio decidendi”.

Sigamos en este ejercicio ilustrativo y vinculemos otras ideas del exministro a algunas sentencias por él redactadas.

  1. a) En entrevista a La Tercera (13/10/2024) distinguió entre el modelo de “juez ponderado” y “juez no ponderado”. El exministro se identificó con este último describiéndolo (describiéndose) como el juez que se preocupa de buscar una solución en todas las fuentes del ordenamiento jurídico, para dar una satisfacción efectiva a una pretensión (pensemos en la sede de protección).

El problema, claro está, es que existe la posibilidad de utilizar las fuentes como piezas de un lego: unas se sacan (las que no convienen a la valoración del juez), otras se ponen (las que sí convienen). O sea, en rigor, no te juzgan a partir del derecho, sino de la valoración subjetiva del juez. Valoración que puede (o no) llegar a utilizar el derecho como pretexto.

Utilizar las fuentes jurídicas como un lego es lo que, en mi opinión, ha hecho la Corte Suprema cuando deja sin efecto el sistema de protección financiera de la Ley N° 20.850 a fin de mandatar el financiamiento de una terapia que no tiene cobertura. Con lo que se arrumba el principio de legalidad de los actos de la Administración, elemento basal del derecho público.

Y es que, como afirma Luiz Guilherme Marinoni, teórico del activismo brasileño, “el pleno conocimiento del derecho legislado no solo es imposible, sino igualmente, dispensable”.

En esta línea de jurisprudencia abierta y sostenida por el juez Muñoz se ha invocado el derecho a la vida para orillar la ley (Corte Suprema, sentencias roles 43250-2017, 8523-2018, 2494-2018, 63091-2020, 25123-2022, 22.932-2024, etc.). El punto es que es la propia Constitución la que establece el principio de legalidad para la actuación de los órganos del Estado (art. 7). Y es la propia Constitución (art. 20) la que no prevé la extensión de la tutela de protección para tales situaciones.

Con esta clase de jurisprudencia los jueces interfieren en el ámbito de acción de los otros poderes del Estado. Se transforman sin las competencias adecuadas en actores de políticas públicas, con poder incluso para desviar recursos de una necesidad a otra.

  1. b) El exministro ha justificado este modo de operar sobre las fuentes con la idea de “interpretación sistemática”. En el discurso pronunciado el 4 de junio de 2014 en la Corte Suprema sostuvo que “los jueces debemos resolver cada uno de los litigios considerando todo el sistema de fuentes del derecho y no solamente por medio de la aplicación literal de una de sus fuentes: la ley. Incorpora en su tarea al juez integral: conocedor, social, lógico, axiológico, ético y consensual. Su advertencia permite plantearse una interpretación sistemática de las fuentes del derecho y, en lo que respecta a la determinación del sentido y alcance de la ley, corresponde aplicar las normas de los artículos 19 al 24 del Código Civil, pero en el sentido inverso al que han sido consignadas por el legislador”.

Sería interesante estudiar en qué medida la Tercera Sala de la Corte Suprema aplicó este criterio, particularmente si la “interpretación sistemática” se proyecta a los instrumentos internacionales de derechos humanos.

En este plano, el ministro Muñoz reconoció como derecho fundamental el denominado “derecho al agua” (sentencia rol N° 72.198-2020, 18 de enero de 2021), que no solo no se encuentra en nuestra Constitución, sino tampoco en los tratados de derechos humanos ratificados por el Estado chileno. Se trata solo de una pretensión recogida en instrumentos no vinculantes para Chile, como la Observación General N° 15 del Comité de Derechos, Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.

Una digresión: como casi todos los “nuevos derechos” del llamado “soft law” de derechos humanos de las Naciones Unidas, son pretensiones que se ofrecen como absolutas, con caracteres utópicos, que regularizan deseos, más que relaciones de justicia, con un enorme potencial para entrar en conflicto con los derechos clásicos de la mayoría de los ciudadanos.

Los alcances del denominado “derecho al agua”, si los tomamos en serio, chocan con el régimen constitucional y legal que sobre las aguas se ha establecido en el país. Más aún, para muchos de sus teorizadores —no podemos citarlos aquí— la noción de agua como derecho humano presenta incompatibilidades relevantes con el régimen de propiedad y el sistema capitalista.

¿Un juez decidiendo sobre estos asuntos? ¿No le corresponde a la sociedad chilena hacerlo?

Ese es el problema que nos trajo el exministro. Es la estela que nos ha dejado. Jueces que se pueden erigir en semidioses.

Y pensar que son tan humanos como nosotros. Y debieran estar tan apegados al derecho como nosotros

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

Columna de Opinión, News

Política y sentido común. Orlando Sáenz Rojas. BioBio Chile

 

                                 POLÍTICA Y SENTIDO COMÚN

Orlando Sáenz Rojas, Escritor y empresario – BioBio Chile, Columna de opinión, 31/10/2024

Si yo proclamo que quiero hincar clavos en una tabla, pero me acerco a ella empuñando un serrucho, puedo estar seguro de que todos los que me observan están concluyendo que nunca tuve intenciones de hincar clavos y que siempre tuve intenciones de aserruchar la tabla.

Esa conclusión es algo de sentido común.

Es justo reconocer que lo de Boric con Cordero no es el único acto irracional que observamos en las acciones de los gobiernos. Pareciera que el sentido común está en desuso en todos los poderes del Estado chileno y son innumerables las situaciones en que esto se demuestra.

Pero ¿qué es el sentido común? Es nada menos que nuestra cédula de identidad que nos acredita como seres humanos, puesto que el uso de la razón es lo único esencial que nos diferencia de todas las demás especies animales. Fue el filósofo francés René Descartes (1596 – 1650) el que sintetizó eso con su célebre aforismo “cojito ergo sum” (“pienso, luego existo”).

Se supone que el sentido común es un atributo siempre presente en todo ser humano, pero la verdad es que no es así. Muchas veces vemos a personas que actúan en estricta contradicción con el sentido común y nos tenemos que preguntar si es que no pertenecen a nuestra misma especie. La sabiduría popular refleja esa duda cuando afirma que “el sentido común es el menos común de los sentidos”.

Nombramiento de Cordero: ¿Un error de sentido común de Gabriel Boric? Lamentablemente, esa duda nos invade cuando apreciamos las muchas y continuas diferencias entre lo que nuestro actual Presidente Gabriel Boric dice, hace y es su deber hacer. Acaba de ocurrir eso con el nombramiento del comunista Sr. Cordero en el puesto de manejo de las Fuerzas de Seguridad Pública.

El Presidente sabe que la seguridad es la preocupación máxima de los chilenos hoy día. Sabe, además, que es el principal deber de su gobierno el garantizar la seguridad de sus conciudadanos.

Sabe que el Subsecretario del Interior es el que maneja directamente los servicios del Estado en materia de inteligencia criminal y seguridad.

Sabe que su Ministra del Interior es frecuentemente objetada por las deficiencias en esa materia, y, sabiendo todo eso, coloca a un conocido miembro del Partido Comunista en la jefatura que ha dejado vacante el desgraciado asunto de Manuel Monsalve.

Parece increíble que el Presidente Gabriel Boric no se dé cuenta de que, al nombrar a Luis Cordero en ese cargo, está enviando una señal poderosa e inequívoca de que sus intenciones no son precisamente la enérgica contención de la delincuencia y el crimen organizado.

Estoy seguro de que muchos me juzgaran de prejuicioso porque le atribuyo malas intenciones al nuevo subsecretario y creen que se debe a una obsesión anticomunista. Pero ocurre que, aparte de los antecedentes del Sr. Cordero, la aprobación de la violencia como herramienta política está en la doctrina y en los manuales de praxis de todos los partidos comunistas que existieron o existen por todo el mundo.

El Partido Comunista es el único que no ha abdicado públicamente de la violencia en Chile, apoya abiertamente a regímenes que, como el venezolano y el cubano, llegaron al poder utilizando la violencia y se mantienen en él a través de su uso descarado y diario. Esas son verdades que yo no tengo en primordial consideración, sino que son hechos suscritos por buena parte de la humanidad.

“Es que he leído a Mark, a Lenin, a Mao”. El Presidente Gabriel Boric no es tonto y, por lo tanto, no se puede suponer que no comprende los mensajes que transmite cada nombramiento de un comunista en los poderes del Estado.

No puede ignorar que, para una amplia mayoría de los chilenos, siempre un comunista significa anti iniciativa privada, eliminación de la salud, de la educación y de la previsión privadas, partidario de la educación utilizada como proselitismo y, ciertamente, cuidadoso trato de los violentos porque son una herramienta de presión política siempre dispuesta a ser utilizada para desvirtuar las emociones democráticas.

Y esas posiciones no son escondidas, sino que están en sus programas y en todos sus actos históricos, aquí y en todas partes.

El Presidente no puede dejar de saber que un comunista al mando de la Ministra Tohá es una bomba de tiempo política, que el Sr. Cordero, haga lo que haga va a ser siempre blanco y vulnerable a las críticas del manejo de la seguridad, no puede dejar de saber, en suma, que ese nombramiento envía una fuerte señal de duda sobre sus propias intenciones.

Para amenguar la previsible acusación de sicosis anticomunista, voy a recordar un hecho histórico. En la Francia de principios del siglo XX existió una famosa periodista llamada Genevieve Tabouts (1892 – 1985) que se hizo famosa porque, a partir de los años 20, comenzó a alertar a su patria sobre los peligros que representaba Hitler y el nazismo alemán.

Por eso sus enceguecidos colegas la llamaron Casandra, aludiendo a la agorera hija del Rey Príamo que predijo la caída de Troya, contrariando la opinión de toda la corte de su padre.

Cuando las críticas se convirtieron en alabanzas por su perspicacia y su capacidad para predecir el futuro, ella se limitó a decir: “No hay magia alguna. Es que yo leí Mi Lucha”. Ese es el libro escrito por Hitler cuando estaba en la cárcel por intentar un golpe de Estado y en el cual se explaya sobre sus ideales, sus propósitos y sus proyectos de gobierno y de conquista.

A los que puedan acusarme de obsesión anticomunista, yo, imitando a la Tabouts, les digo: “Es que he leído a Mark, a Lenin, a Mao y hasta me he tragado el libro que Stalin mandó escribir para dárselas de intelectual”. Además de eso, me he dado el penoso trabajo de repasar la Historia de Chile y las actuaciones del PC desde su fundación y no he encontrado nada que contradiga las vocaciones que le adjudico.

El sentido común está en desuso en todos los poderes del Estado. Es justo reconocer que lo de Gabriel Boric con Cordero no es el único acto irracional que observamos en las acciones de los gobiernos. Pareciera que el sentido común está en desuso en todos los poderes del Estado chileno y son innumerables las situaciones en que esto se demuestra. Por solo nombrar una:

¿Hay algún político preocupado del colapso que sufrirá Santiago en fechas totalmente predecibles y cercanas por el aumento indiscriminado de automóviles que se incorporan todos los años? Pareciera como si el cobro de permisos de circulación fuera más importante que comprender que muy pronto llegará el colapso de la ciudad, como demuestra un simple cálculo aritmético y sobre todo, el sentido común.

Hay muchas otras situaciones de sentido común que, sin embargo, nadie corrige y a nadie parecen preocupar. Por ejemplo, se discute la mejora de las pensiones de los jubilados, pero se les cobran contribuciones a los que tienen casa propia y que muchas veces no han terminado de pagar sus dividendos hipotecarios.

Por ejemplo, se han borrado del curriculum educacional las importantísimas asignaturas de respeto y orden y se ha inventado una especie de extra territorialidad al interior de los colegios y universidades, con las consecuencias que están diariamente a la vista.

Las medidas para corregir esto son de sentido común, pero no existen en la bitácora gubernamental. Por ejemplo, se trata de suprimir la salud y la educación privada cuando se tiene colapsados esos servicios públicos y el Estado debería agradecer a los ciudadanos que optan por pagar más para tener un servicio alternativo.

Es un problema de sentido común, pero que tampoco está en los programas de este gobierno.

Podríamos prolongar la lista casi indefinidamente, pero creo que esos ejemplos bastan para entender que estamos equivocados al buscar alienígenas en el espacio infinito, cuando en realidad nos abundan en nuestra patria.

 

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

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Columna de Opinión, News

Chile, la patria amenazada. Karin Ebensperger. (El Mercurio)

                             Chile, la patria amenazada

Karin Ebensperger

 

Fuente:https://www.nuevopoder.cl/chile-la-patria-amenazada/

10 de Mayo 2024.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional