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ESTADO DE SITIO Y LAS RUF: MEDIDAS INÚTILES, SI…. Excomandantes en Jefe de la Armada y Generales del Aire (r) ex C.J.FACHEl Mercurio

 

                                                                 ESTADO DE SITIO Y LAS RUF: MEDIDAS INÚTILES, SI…

Jorge P. Arancibia Reyes, Miguel A. Vergara Villalobos, Rodolfo Codina Díaz, Edmundo González Robles, Enrique Larrañaga Martin, Julio Leiva Molina, Almirantes (r), excomandantes en jefe de la Armada; Osvaldo Sarabia Vilches y Ricardo Ortega Perrier, Generales del Aire (r), ex C. J. FACh

El Mercurio, Columnistas, 01/05/2024

”Así, quienes quieren destruir el alma de nuestro país lo habrán logrado, con el apoyo de aquellos que quieren ese modelo de sociedad y la falta de coraje de quienes no se atreven a oponerse”.

Luego del cruel asesinato de tres carabineros en Cañete, con justa razón, se ha acrecentado la sensación de vulnerabilidad ante la delincuencia, carteles e insurgentes terroristas.

Otros, también con recta intención, piden desesperadamente declarar estado de sitio en la zona, creyendo que esto traerá la anhelada paz.

Nuestra experiencia nos dice que este estado de sitio no servirá para los propósitos que se desean, mientras las FF. AA. y Carabineros carezcan del respaldo jurídico, con leyes que protejan a quienes deban imponer la ley (con resistencia armada de los insurgentes, terroristas o delincuentes) en lugares de nuestro territorio nacional donde no impera el Estado de Derecho.

De paso, no sirven para nada los grandilocuentes respaldos retóricos de las autoridades nacionales. Nadie cree que serán efectivos y la experiencia así lo demuestra. Basta ver lo ocurrido con los infantes de marina en el caso Yordan Llempi.

¿Cómo lograr ese indispensable respaldo jurídico? Lo primero es entender que no se necesitan las RUF para regular el accionar de las fuerzas del Estado, basta cumplir los eximentes de responsabilidad del Código de Justicia Militar (art. 208) y aquellos contenidos en el Código Penal referentes a la defensa propia o a terceros amenazados.

También es bueno recordar que las FF. AA. se forman, entrenan y equipan para la guerra y no tienen equipo para control de orden público como carros lanzagua, gas pimienta, escopetas o lumas; su armamento son fusiles, pistolas y carros blindados. Punto.

Sin embargo, como existen fiscales del Ministerio Público que, sesgadamente, se han negado a aplicar las mencionadas leyes vigentes, han perseguido y procesado a militares y carabineros —sin considerar ni investigar en profundidad a quienes atacan vilmente a civiles y militares—, se requiere un segundo paso: que se devuelva a los tribunales militares la competencia de juzgar a militares y carabineros cuando en un enfrentamiento haya víctimas civiles, producto del cumplimiento de un mandato legítimo de la autoridad política responsable, en períodos de estado de excepción constitucional o decreto presidencial para protección de infraestructura crítica o resguardo de fronteras o elecciones.

Si no se cumplen las dos condiciones anteriores, todo lo que se haga respecto de la tramitación de leyes como las RUF o declarar estados de sitio u otros será totalmente inútil.

Las FF. AA. y policías estarán completamente atadas de manos, sin respaldo jurídico y no podrán cumplir con lo que se espera de ellas.

Así, quienes quieren destruir el alma de nuestro país lo habrán logrado, con el apoyo de aquellos que quieren ese modelo de sociedad y la falta de coraje de quienes no se atreven a oponerse.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

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PRESIDENTA DE LA ONG QUE DEFIENDE A UNIFORMADOS: «EL USO DE LA FUERZA NO PUEDE SER PROPORCIONAL» Gracia Rodrigo. El Líbero

 

                                                                                PRESIDENTA DE LA ONG QUE DEFIENDE A UNIFORMADOS:                                                                              «EL USO DE LA FUERZA NO PUEDE SER PROPORCIONAL»

Gracia Rodrigo

El Líbero, 01/05/2024

Alejandra Cruzat, de Nos Importan, cuenta a El Líbero que existe mucha tristeza y frustración ante el asesinato de los tres carabineros en Cañete, pero recuerda que desde hace un tiempo los funcionarios se están inhibiendo de usar sus armas por miedo a una persecución penal que, denuncia, tiene sesgo ideológico desde el Ministerio Público. Sobre la discusión de las Reglas del Uso de la Fuerza y la amnistía que propuso la UDI, sostiene que estas no se pueden convertir en una “camisa de fuerza” y que la idea del gremialismo es ideal, pero en este momento, poco viable.

Al día siguiente de conocerse el asesinato de tres carabineros tras una emboscada en Cañete, Alejandra Cruzat, la presidenta de la ONG Nos Importan, que apoya legalmente a uniformados que deben enfrentar la justicia por su actuación durante el estallido, escribió una carta al director en El Mercurio.

Allí recordaba que en 2021 y en la misma comuna, un grupo de carabineros fue atacado a tiros por desconocidos, por lo que pidieron apoyo a la Armada, institución a cargo del estado de excepción de la zona y cuya actuación terminó con la muerte de una persona y un infante de marina formalizado por homicidio, arriesgando 15 años de cárcel.

A su juicio, el caso es un ejemplo en que el Ministerio Publico ha mostrado un sesgo ideológico respecto al apoyo que se le pide a las Fuerzas Armadas en materia de orden y donde, denuncia, Fiscalía ha desconocido las eximentes que les brinda la ley respecto al uso de armas y por el contrario, ha invocado la Ley de Control de Armas contra algunos funcionarios.

Lo que subyace a ese caso y al del asesinato de los carabineros Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid el fin de semana, es la duda acerca de si usaron o no sus armas, o si ni siquiera tuvieron tiempo para evaluarlo.

En el caso de 2021 “los carabineros no dispararon para defenderse. Lo único que tiraron fue una lacrimógena”, relata Cruzat a El Líbero luego de que el martes en la mañana se desarrollara la audiencia de preparación de juicio oral de ese cabo de la Armada.

Según su relato, ese día fue de conmoción: comenzó con la detención del hermano de la víctima fatal circulando en una camioneta robada y portando municiones de escopeta, hubo barricadas e incluso se quemó un paradero y a los carabineros trataron de atropellarlos. El ataque bajo el que se mantuvieron los carabineros se prolongó durante casi dos horas y, cuando llegó la Armada, recordó, los uniformados primero dispararon salva. Luego usaron elementos antidisturbios y, como medida final, utilizaron armas de fuego, en una intervención que se extendió por un lapso similar.

“Yo estoy hablando ahora con gente de La Araucanía y les pregunté: ‘¿es normal que a ti te ataquen y no disparen?’ Y me dijeron que sí. Es tanto el susto que tienen a disparar, que prefieren no hacerlo. O sea, es efectivo que se inhiben de disparar por la persecución penal”, cuenta Cruzat y reflexiona que “pensar que los carabineros (de Cañete) eventualmente se inhibieron de disparar y defenderse, produce mucha frustración”.

A su juicio, no sólo falta mayor preparación de fiscales y jueces sobre la materia militar, sino que también debe haber un consenso respecto a que la fuerza que deben usar los uniformados tanto para enfrentar los delitos comunes como para el crimen organizado, debe ser superior a la del delincuente: “La proporcionalidad no tiene sentido, sí la racionalidad”.

  • ¿Debería ser la justicia militar la que investigue estos casos y no la civil? De hecho es un punto de discusión en las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF)…
  • El que la eximente (del uso de armas) esté en el Código de Justicia Militar no significa que no lo puedan aplicar los jueces que están en el sistema no militar.
  • Pero no lo han aplicado. ¿Es algo de voluntad o de conocimiento?
  • Es de voluntad. Ellos tienen dos eximentes de responsabilidad que están súper claras y definidas en la ley. Uno es el artículo 208 del Código de Justicia Militar que dice “será causal eximente de responsabilidad para los militares, el hacer uso de armas cuando no exista otro medio racional de cumplir la consigna recibida” y el número 10 del artículo 10 del Código Penal (“El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo”).

Entonces ¿cuál es la consigna recibida? la misión es controlar el orden. En este caso es seguramente detener o controlar a francotiradores civiles. ¿Cómo lo hacen? Lo hacen con el único medio que tienen, que es su arma, de lo contrario, muere él.

¿Entonces, por qué la justicia no le está reconociendo este eximente de responsabilidad que está en el Código de Justicia Militar clarísimamente establecido? Ahora no importa si es justicia militar o no militar, la justicia tradicional también tiene que reconocerlo.

Creo muy importante que haya tribunales especializados en el tema, de la misma manera que hay tribunales laborales y de familia. El análisis de las causas post estallido social nos ha demostrado que la disparidad de criterios a nivel del Ministerio Público y de los tribunales (para hechos similares) es enorme.

Desgraciadamente todavía existe una connotación negativa asociada a los tribunales militares, como si aquello significara impunidad, pero si pretendemos sacar a las FF.AA. a la calle tenemos que darles garantías de un juicio justo y profesional. Podemos tal vez cambiar el nombre, para generar menos anticuerpos”.

  • ¿Y por qué no estaría aplicando las eximentes?
  • Bueno, ese es el tema. Porque el Ministerio Público actúa de manera muy discrecional. Y para nosotros, el gran problema acá está en la discrecionalidad del Ministerio Público. Porque si tú tienes un fiscal que entiende o que comparte esto, simplemente no te acusa de asesinato.

Entonces, le interesa que el militar está cumpliendo un deber y que para cumplir ese deber necesita hacer uso de su arma y por ende tenemos que asumir que cuando usen las armas, puede haber determinadas consecuencias no queridas, como la muerte de alguien.

  • En la experiencia de ustedes, ¿esto es porque ellos no están lo suficientemente preparados en esta área o más bien se trata de un sesgo que puede ser político?
  • Un sesgo, absolutamente. Porque a todo abogado defensor de los militares o de incluso Carabineros, le sacan las eximentes. No necesitamos nuevas leyes para esto, necesitamos voluntad para aplicarlas (…). El Ministerio Público y eventualmente los jueces hacen caso omiso de las eximentes de responsabilidad ya contenidas en Código Penal y en el Código de Justicia Militar. ¿Por qué? Generalmente es por un tema absolutamente intencional e ideológico.

En esa línea, Cruzat recuerda que incluso se ha invocado la Ley de Control de Armas a dos carabineros y a dos miembros de las FF. AA. para negarles solicitudes de cumplimiento alternativo de penas, siendo que la norma “está pensada para el control de armas ilegales, pero cuando un carabinero o un militar usa su arma, él la está portando de manera legal, no sólo legal, sino que la ley lo obliga a portarla y a usarla cuando sea necesario. Es una aberración legal impactante (…). Si tú le empiezas a aplicar eso a cada militar que usa su arma, mayor razón para inhibir usar el arma. Y volvemos a lo mismo: ¿Hay ideologización acá? La hay. Ese tipo de condenas, sólo responde a ideologización, de todas maneras”.

  • ¿Ustedes valoran que exista esta actualización de las RUF? ¿Les preocupa cómo se van a aplicar, cómo se va a juzgar con ellas?
  • Para mí las RUF mientras más claras sean, mejor. Pero siempre en el entendido que no puedes con esto inhibir el uso de la fuerza cuando sea necesario aplicarla. Entonces si tú haces RUF con advertencia uno, dos, tres y hasta el 10, haces una camisa de fuerza. Eso no sirve. No pueden ser una camisa de fuerza.
  • ¿Los uniformados tienen miedo a usar las armas?
  • Los uniformados tienen más miedo a la persecución judicial que a enfrentar a los delincuentes más violentos. Es un contrasentido.
  • Parece cada vez más inminente que las Fuerzas Armadas van a salir a las calles, ya sea para resguardar infraestructura crítica o no, pero van a salir con el mismo armamento de guerra…
  • Lo que quedó claro para el estallido social es que los uniformados no pueden salir al control de la calle para controlar manifestaciones violentas. No pueden salir porque el armamento que tienen es un armamento letal y tú para controlar las manifestaciones no puedes ir con armamento letal. Un caso muy específico de la consecuencia haber salido con armamento letal, es el caso de Pedro Lavín en Colina o el de los militares en La Serena.

En ambos casos por haber tenido que disparar para cumplir la misión que les habían encomendado, terminaron condenados uno a siete años y en el caso de La Serena, a cinco, 10 y a 15 años.

Es tanto así que no están preparados para el control de orden público, que Cruzat recuerda que no hay carabineros condenados por muertes por uso de armamento durante el estallido social, pero sí hay militares condenados por ello (casos Kevin Gómez y Romario Veloz).

  • Hay alcaldes del Frente Amplio pidiendo militares en algunos lugares de la ciudad, pero luego el oficialismo no los respalda en el uso de su implementación y preparación. ¿Cree que hay un doble estándar en ese sentido?
  • Son peticiones que tienen mucha hipocresía, porque claro, sabemos todos que está todo el mundo muy preocupado con el tema de la delincuencia y la violencia. Pero tenemos que ser súper claros y realistas: también sabemos que en el minuto que tengamos a los militares en la ciudad, si ellos tienen que disparar y hieren a alguien, nadie los va a proteger y siempre van a decir que usaron la fuerza de manera excesiva.
  • Ahí entramos en el tema de la proporcionalidad, también en las RUF
  • La proporcionalidad en realidad no tiene sentido, es obvio, que el uso de la fuerza no puede ser proporcional, por último habla de racional.

Usemos el sentido común. La fuerza tiene que ser eventualmente algo superior para lograr tu objetivo. No puede estar el militar o el carabinero a la misma altura que el delincuente. Si esto es una batalla ¿quién la gana? La gana el que tiene más poder de fuerza, eso es también sentido común.

Entonces, qué pasa si tú llevas militares a las estaciones de buses. ¿Los vas a llevar con qué tipo de armas? ¿Los vas a dejar usar su elemento letal contra la ciudadanía?

Porque si nos ponemos todos de acuerdo y les damos la garantías para que lo hagan, estamos OK, pero yo dudo -porque lo he visto en los tribunales- que realmente tengan las garantías y se les vaya a respaldar en el minuto que la tengan que usar.

Distinto es contra el crimen organizado (…). Si queremos controlar el terrorismo en La Araucanía, tenemos que darle todas las atribuciones a las Fuerzas Armadas.

Respecto al mismo tema, Cruzat agrega que personas de las FF.AA. “nos dicen que ‘si a nosotros nos dejaran actuar con fuerza, esto sería muy diferente y podríamos eventualmente controlar La Araucanía. Pero para eso necesitamos un respaldo político total y hoy en día no contamos con eso’”.

La propuesta de amnistía y nuevos casos ligados al estallido

  • Los parlamentarios de la UDI presentaron un proyecto de ley para amnistiar a los carabineros y militares condenados y formalizados en el contexto del estallido. ¿Qué les parece la iniciativa?
  • Yo creo que si queremos de verdad lograr una paz social y reconciliarnos post 18 de octubre, sería una buena medida, me hace sentido, pero tengo claro que no lo van a lograr, así que yo creo que es un poco más más mediático que realista.

“Creo que sí es importante que la gente sepa que todavía hay muchas causas que están recién siendo formalizadas del 18 de octubre, en el fondo esto sigue hoy día y muy activo”, dice Cruzat recordando que el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó más de tres mil querellas y que hay 45 carabineros condenados por diversos delitos de la época, entre siete y ocho militares y más de 150 uniformados formalizados.

En efecto, cuenta que recientemente acaba de conocer dos casos en que carabineros recién fueron informados de que su escopeta antidisturbios emanó un balín que hirió a una persona: “A ambos se les decretó prisión preventiva y no tenían ningún conocimiento de los hechos”.

“¿Qué te demuestra esto? Dos cosas: todavía está muy activo el tema y, segundo, que hubo mucha querella irrelevante y falsa. Al final no se concentraron en las querellas que eran reales e importantes, porque cuando tú inflas tanto el número, no sabes discernir cuáles eran las que eran graves y cuáles eran denuncias muy menores. Entonces, ¿qué opino de una amnistía? Creo nuevamente que para lograr la paz social, sería el ideal, sería ideal cerrar este capítulo ya (…). Es un quiebre muy grande en nuestra convivencia, pero siendo realista, con el gobierno que tenemos, dudo muchísimo que se logre avanzar un paso en eso. ¿Entonces yo qué pido? Que seamos más activos en los juicios que se están llevando actualmente, de los carabineros que están recién siendo formalizados para que esto no siga creciendo”, agrega.

Donde Cruzat sí ve una posibilidad de abordar un indulto para quienes debieron usar las armas “es en un futuro gobierno o una futura campaña, que yo creo que va a ser así”.

  • ¿Cuál es el sentimiento general de los familiares de los carabineros y los militares ante lo que pasó este fin de semana y respecto a lo que se viene para adelante?
  • Es una mezcla de pena, tristeza, rabia, frustración e impotencia y muchos me han comentado que la angustia más grandes es pensar que los carabineros eventualmente se inhibieron de disparar y defenderse. Eso les causa mucha tristeza. Tienen un sentimiento de frustración, de que ‘nos tienen las manos amarradas

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión, News

¿UNIDAD DE LA IZQUIERDA PARA QUÉ? Patricio Hales

                                                ¿UNIDAD DE LA IZQUIERDA PARA QUÉ?

Patricio Hales

La Tercera, Opinión, 01/05/2024

Volodia Teitelboim, con la culta agudez1 Unidad de la izquierda para qué – Patricio Hales 01 05a que lo caracterizaba, dijo al día siguiente del triunfo del Presidente Allende en 1970: “…hemos conquistado toda la enorme cantidad de problemas que queríamos tener”. Se imaginaba las tareas de gobierno que prometía su programa.

Para eso era la Unidad. Del mal resultado y de los errores que cometimos hay abundante literatura autocrítica, incluida la mía, pero partidarios y adversarios sabían a qué atenerse pues había ideología, propósito y programa.

No es el caso de la actual alianza política del gobierno del Presidente Boric con programa confuso, errático, más bien marcado por consignas variables que por ideas. La unidad electoral de algunas izquierdas, sumando a parte del centro, anunció aspiraciones municipales, parlamentarias y nuevamente presidenciales, sin haber podido resolver en el presente cómo gobernar.

¿La Unidad es para repetir lo actual?

Ya no basta la ilusión electoral de: primero ganar y después “arreglar la carga en el camino” porque, cumplidos dos años, el gobierno del Presidente Boric y su variopinta parlamentaria han llevado la “carga” con reconocida impericia, ineficacia, con un desorden evidenciado y asumido desde el primer día, justificado por más de algún ministro como un “aprendizaje” cuya colegiatura costeamos en dinero los que pagamos impuestos y lo sufren los que esperan las soluciones prometidas.

Por sobre los errores, la causal agravante que ha caracterizado esta “unidad” es la falta de unidad programática en los contenidos.

En los mismos días de autocelebración de esta oferta de unidad electoral, sus partidos disputan la hegemonía zamarreando a su gobierno de un lado a otro. Así fracasó la reforma tributaria que ahora cambió el impuesto a los super ricos por un impuesto a los profesionales y empresarios medios; la frustrada Empresa Nacional del Litio que solo creó incertidumbres; la locura de la “democratización” de carabineros; la promesa de no desalojar la “tomas”; la voltereta desde demonizar a carabineros a su actual veneración y defensa de los policías acusados en los procesos que promovieron electoralmente; calificando a las FF. AA. desde repudiable “recurso represivo” a varita mágica contra la delincuencia y otros ejemplos que superan la sana diversidad del debate en unidad.

Esta unidad electoral podría haber contribuido a la recomposición de la centro izquierda, que bien a condujo al país, si comenzara por limpiarse de esa imprudencia originaria con que insultaban política, ideológica y moralmente a los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet.

Dijeron que los gobiernos de la Concertación, que lograron los mayores éxitos de reducción de la pobreza y aumento del crecimiento, no habrían hecho nada y que ellos eran su “conciencia moral”, suponiendo que nuestro pueblo habría votado equivocadamente las cinco veces que eligió a esos presidentes entre 1989 y 2014.

De muchos éxitos pero también errores e insuficiencias cometidos por la Concertación, surgen propuestas serenas que Chile para gobernar Chile si reconstruye una centro izquierda social demócrata.

Esa Social Democracia que ha evolucionado desde que se creó en el primer del siglo XX de modo alternativo a los modelos socialistas leninistas que promovíamos los que éramos comunistas cuando creíamos, como algunos aún lo creen en Chile, que para progresar y resolver la pobreza hay que cumplir con la doctrina aún vigente de arrebatar para el Estado bajo la conducción del Partido todos los medios de producción, aplicar la Dictadura del Proletariado, poner fin a la democracia, a la libertad de expresión individual y colectiva, tapándose los ojos y los oídos, como yo lo hice en los 70 para no ver el Muro de Berlín ni escuchar de Stalin.

El debate socialdemócrata indispensable permite no resignarse a que la derecha tenga el camino pavimentado por las incapacidades políticas, no personales, de quienes desde el actual gobierno que prometió remediar los supuestos males de los últimos 30 años.

Reconstruir centroizquierda, por ahora, será una tarea de “catacumbas” en la que muchos estamos dispuestos a participar aunque ni siquiera alcancemos a vivir sus frutos.

Hoy, al elector le corresponde, no solamente preguntarse para qué es esta oferta de unidad electoral sino, comprometerse en construir otra forma de unidad para no retroceder en progreso social ni padecer el conservadurismo.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión, News

MAÑANA SERÁ TARDE.+ Fernando Chomalí Garib, Arzobispo de Santiago de Chile

 

                                                  MAÑANA SERÁ TARDE.

+ Fernando Chomalí Garib, Arzobispo de Santiago de Chile

El Líbero.cl, Opinión, 28/04/2024

Chile vive una situación política y social muy compleja y deplorable. Si esto no se revierte pronto, se avecinan tiempos aciagos para la inmensa mayoría de los chilenos.

El crimen organizado acampa en Chile y se mueve como en su casa impunemente. Se siente muy a gusto con la “trilogía mortal”: deserción escolar, armas a destajo y tráfico de drogas.

El retroceso que ha significado en lo humano, familiar y social, las escuelas cerradas en el norte y la pauperización de la educación pública es difícil de cuantificar. Desde el punto de vista económico para ellos, sus familias y el país, sin duda, esta situación solo acarreará más pobreza.

El crimen organizado no valora la dignidad del ser humano. No respeta la ley y menos a Dios. Tiene claro sus objetivos perversos y actúa sin piedad. Cada día aparece un cuerpo cercenado, descuartizado, y lo peor, es que nos estamos acostumbrando.

Lo más lamentable de este escenario es que los más perjudicados son los más pobres. Viven atemorizados, tienen sus casas enrejadas y muchos están día a día bajo amenaza. Los prestamistas mantienen en vilo a sus víctimas con amenazas de muerte. Muchos pequeños comerciantes han cerrado sus negocios, atendido a que delincuentes se han arrogado el cobro de “rentas por protección”, las que si no son pagadas se convierten en violencia directa a sus locales levantados con tanto esfuerzo.

En las cárceles, además de hacinadas -según relatan los expertos- se dan abusos de todo tipo y lo que es peor, se sigue delinquiendo desde dentro.

Queda claro que los millones de chilenos y extranjeros que viven en Chile están hartos de este escenario que hasta hace algunos años atrás era impensable. Escucho quejas todos los días desde amplios sectores de la población.

Si hay algo que tiene la Iglesia es una gran capilaridad en la sociedad lo que le permite escuchar ampliamente la voz de las personas, la gran mayoría sin voz, y la posibilidad de traspasar estos gritos de angustia a los centros de decisión que quieran escucharlas.

La desesperación es grande; el daño que se está haciendo al país es inmenso; y, si no se pone atajo, es irreversible.

El Estado tiene el deber de actuar a todos los niveles para terminar con este flagelo y ahora. Mañana será tarde. Las personas que disponen de recursos están mirando para el exterior. Cientos de miles de millones de dólares han salido del país por la desconfianza que les produce este clima de inseguridad a los inversionistas.

A la debacle social y política se sumará la económica. Y cuando las personas ven el pan de la mesa amenazado para sus familias no trepida en hacerse sentir.

A ello se le suma un ambiente político muy complejo, fraccionado, desorientado y sin proyectos de país claros y convincentes que generen consensos.

Percibo a muchos partidos políticos más preocupados de las candidaturas a alcaldes, con la vista puesta en las elecciones presidenciales en dos años más que en la dramática situación que viven millones de chilenos que con el sudor de su frente llevan el pan a la mesa.

Esa distancia que media entre los responsables de los destinos del país y la vida diaria de nuestros compatriotas en el trabajo, la familia y la salud, entre otros, irrita y desencanta.

Desalienta ver cada día un escándalo más de corrupción protagonizado por quienes están llamados a custodiar los bienes públicos para promover el desarrollo integral de las comunas.

La desesperanza ha comenzado a tomarse el corazón de la ciudadanía. Sin esperanza no hay futuro porque los proyectos personales son a muy corto plazo. Me duele el alma escuchar a tantas personas que no quieren comprometerse con nada ni con nadie por miedo al futuro.

Su meta es pasarlo bien aquí y ahora porque mañana es “sólo un adverbio de tiempo” parafraseando la canción de Joan Manuel Serrat. En este contexto, eso es gravísimo.

En estos momentos urge una mirada realista de cuanto acontece. No están los tiempos para optimismos ingenuos, ni tampoco para pesimismos estériles. La verdad duele, por cierto, pero la mentira duele mucho más.

De lo que se puede apreciar por analistas de confianza, por estudios varios y la experiencia internacional, amplios sectores del país está cooptado por bandas criminales. Tan simple como eso.

Son grupos organizados, con jerarquías muy definidas, con vínculos internacionales, que poseen armas y tienen conexiones con el negocio de la droga. Nadie está libre de ser secuestrado, asaltado, timado, asesinado, extorsionado, engañado, y suma y sigue.

Las velocidades con que actúan son infinitamente más rápidas que las velocidades del aparato estatal para detenerlos y juzgarlos según el Estado de Derecho que nos rige. Avanzan a pasos agigantados al punto que se sabe que hay lugares donde la ausencia del Estado es clara y manifiesta.

En estos momentos urge un gran acuerdo nacional para darle atajo a esta situación o iremos de mal en peor. Todos los actores políticos, sociales, empresariales y líderes religiosos estamos llamados a tomar acuerdos para que el rumbo de Chile sea el de la seguridad y la prosperidad.

Este es el momento de la grandeza de espíritu para comprender que el retroceso en materia de seguridad toca la esencia misma de lo que es una sociedad civilizada en donde el respeto incondicional por el otro es el punto de partida de cualquier otro logro social.

La pérdida de confianza entre los ciudadanos se logra en muy pocos años, pero tardará decenas de años en recomponerse. Hoy es el momento de decisiones valientes y creativas donde todos participemos con gran magnanimidad y generosidad.

La Iglesia, por su parte, reza incesantemente por Chile y sus habitantes; invita a los católicos y personas de buena voluntad a ser factores de unidad y de esperanza y a tener la mirada puesta en el bien común. Esta invitación se vuelve en un fuerte llamado a los católicos que participan en la cosa política.

Es la hora de la grandeza, de ampliar la mirada y apelar a los valores que sustentan la democracia, comenzando por el derecho de los habitantes a estar seguros y el deber del estado de protegerlos.

También la Iglesia los anima a no responder al mal con mal sino siempre con el bien teniendo a Jesucristo como modelo; y a participar activamente en la vida pública y política del país para mostrar la belleza del diálogo, el acuerdo, y el trabajo a favor de la justicia y de la paz.

En lo personal, los animo a que con más fuerza que nunca en todas nuestras comunidades brille la solidaridad como un elemento distintivo y siempre con la confianza puesta en Dios y la Santísima Virgen tan amada y venerada por los chilenos.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS, News

HISTORIA MILITAR DE CHILE DEL SIGLO XX. Episodio dos “Guerra entre hermanos”. GDD Roberto Arancibia Clavel

 

                                                                   HISTORIA MILITAR DE CHILE DEL SIGLO  XX

                                                                     Episodio dos “Guerra entre hermanos”.

GDD Roberto Arancibia Clavel

Ver video en:https://youtu.be/3K7t0L_DPG8?si=D6AC5fSRGucRiXF3

 

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Columna de Opinión, News

UN PÉSAME A CHILE. Óscar Guillermo Garretón, economista

                                            UN PÉSAME A CHILE

Óscar Guillermo Garretón, economista

La Tercera, 29/04/2024

El asesinato de tres carabineros ha sido como una campanada que ha hecho despertar a Chile entero sobre la situación de violencia y degradación que estamos viviendo.

Los “¡hasta cuando!” y los “¡ya basta!” se escuchan en todo el país, con la convicción de que esta no es una maldición divina caída del cielo, sino el efecto acumulado de una descomposición que tiene culpas en nuestra sociedad.

Culpas de quienes han precipitado al país en esta espiral de violencias, polarización, estancamiento económico, desprecio a lo hecho con esfuerzo por años.

Y culpas también, por no poner freno enérgico a una situación intolerable.

Lo presentí con angustia el 18/O de 2019 cuando desperté con la destrucción del Metro. Lo conocí demasiado de cerca para que me vendan que fue algo “espontáneo”.

No temí que vencieran, rara vez han triunfado, pero destruirían lo construido por años; y sabía que correría sangre, sobre todo sangre joven como la de los tres carabineros y la de los crímenes que se nos informan día tras día. Tengo demasiados años y experiencias, para desconocer las consecuencias de apostar a la violencia.

Luego vino la quema de iglesias, el saqueo en las poblaciones, la progresiva creación de verdaderas “zonas liberadas” donde no puede entrar la fuerza pública, dominadas por terroristas como en Temucuicui o derechamente bajo control de organizaciones del crimen organizado como en poblaciones y campamentos de nuestras ciudades.

Por cierto, todo esto acompañado por un desprestigio sistemático al gobierno anterior y a Carabineros, mientras justificaban la violencia y buscaban asociar con ella a manifestaciones de verdad pacíficas; distintas a aquellas que llamaban “pacíficas” y acompañaban con denuncias tronantes de violaciones de derechos humanos mientras lo destruían todo.

Los mismos que azuzaron esto, son parte de quienes gobiernan. Pues bien, les toca hacerse responsables de revertir lo que contribuyeron a crear. Usar la institucionalidad que demolían; dejar de ser reacios a reprimir con ella la violencia y el crimen.

Estabilizar y hacer crecer la economía que desestabilizaron y aprender a convivir con empresarios que denostaban. Facilitar la inversión que obstaculizaron. Controlar una inmigración descontrolada y de ingredientes criminales.

Arrepentirse de lo que han sido, para hacer lo que la nación chilena le exige a todo gobernante: construir paz, orden, convivencia y prosperidad.

Ojalá lo hagan, tienen un plazo de dos años por delante. Pero es mucho pedir que confiemos en su voluntad y capacidad para lograrlo.

Es obligación democrática que, en las elecciones próximas, la ciudadanía cese a los responsables de esto y elija otros para dar gobernabilidad a Chile. No podemos resignarnos a extender día tras día condolencias por víctimas que no tenían por qué morir.

Una a una se van convirtiendo en un pésame colectivo a Chile como nación.

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Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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