Columna de Opinión

El presbítero Enrique Pascal García-Huidobro, nació en Viña del Mar, el 04 de Abril de 1917, en el seno de una distinguida familia de la ciudad, formada por la señora Marta García-Huidobro y el señor Enrique Pascal Valdés.

El presbítero Enrique Pascal García-Huidobro, nació en Viña del Mar, el 04 de Abril de 1917, en el seno de una distinguida familia de la ciudad, formada por la señora Marta García-Huidobro y el señor Enrique Pascal Valdés.

Don Enrique Pascal (como lo llamaban sus conocidos) fue un destacado alumno de los colegios Sagrados Corazones de Viña y Valparaíso, donde cursó su enseñanza básica y de humanidades (actualmente Educación Media). Después de recibir su bachiller en humanidades ingresó al curso de leyes que se dictaba en el Colegio de los Sagrados Corazones, (origen a la fundación de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso).

Más tarde, ingresó a la Universidad de Chile obteniendo en 1942 la Licenciatura de Derecho, después de haber rendido un brillante examen de grado y haber aprobado su memoria titulada “De las Presunciones”, con la máxima distinción otorgada por la comisión examinadora y premiada por el Colegio de Abogados de Valparaíso. Esta obra fue reconocida como un instrumento de gran envergadura en lo referido a “Medios Probatorios”, (consultada hasta del extranjero), lo que la convirtió en un clásico del Derecho Procesal.

Hombre dotado de grandes facultades que buscaba lo más refinado y digno para todo, especialmente para las cosas de Dios; de gran sensibilidad, pedagogo por naturaleza, artista; intelectual, de gran carácter, y por sobre todo, hombre de Dios, que vive la justicia por profesión primera.

Desde joven su vida estuvo orientada al servicio y defensa de los postulados católicos. Realiza diversas actividades en la Acción Católica Universitaria donde ejerce la presidencia, desempeñando una excelente labor en Chile como en otros países.

Asistió a dos Congresos de Paz Romana en España y Suiza en el año 1949.

Participa en la II Semana Internacional de la Acción Católica en Cuba, donde se relaciona con jóvenes de diversas realidades y culturas que tenían en común la fe en Jesucristo y la Iglesia Católica.

Todo este nutrido apostolado va a despertar su vocación hacia un servicio más comprometido, lo que lo lleva a ingresar al Seminario Pontificio, cuando cuenta con 36 años de edad.

Por otra parte, su gran sensibilidad artística quedó plasmada en la música que compuso para su primera misa en base a órgano y cuatro voces de los coros del Kirie, Gloria, Sanctus y Anus Dei. Lo que hizo que esta misa fuera original y lo acreditara como el concertista en piano que era.

El 19 de septiembre de 1953, el entonces Obispo de la Diócesis Monseñor Rafael Lira Infante, lo invistió Sacerdote.

Dentro de sus funciones sacerdotales se desempeñó como Capellán Honorario de la Escuela Naval de Valparaíso a partir del año 1959. Pasando a integrar la planta de Capellanes Navales, donde desarrolla labores de asesoría.

Aspecto importante es su continua preocupación por los problemas alusivos a la Familia Naval , sus prédicas sobre este tema fueron un gran aporte no sólo para la familia naval, sino también allí donde celebraba misas, matrimonios, charlas, etc. Prestaba servicio en la parroquia San Benito de Chorrillo su barrio y la Catedral de Valparaíso.

Hizo una gran contribución en la formación iniciativa de sacerdotes, propiciando y apoyando la idea de fundar un Seminario Diocesano; que se concreta el 19 de marzo de 1969. Fue profesor de Teodícea, Psicología, Etica y Metafísica en esta casa de formación.

Recordado como el Maestro por Excelencia, que con su entrega contribuye de manera significativa a la formación de todos aquellos que le conocieron y que seguieron sus huellas a través de las diferentes generaciones, las cuales quedaron impregnadas de su sabiduría talento manifestado por su particular metodología de la “Ironía” que pretendía remover hasta al más desinteresado de sus alumnos; combinado con un sentido de humor muy propio, hacía de don Enrique el maestro respetado, exigente consigo mismo y con sus discípulos, que enseñaba lo que El Sabía enseñar: la senda de la corrección, el ejercicio de la voluntad, la entrega a sus hermanos, el amor a Dios, a la Iglesia y a la Patria.

Testigo de este legado, son las instituciones donde ejerció la docencia. En la Universidad Católica de Valparaíso dictó la cátedra de Derecho Constitucional y cursos de Cultura Religiosa. Además, fue profesor de Estética en la Escuela de Arquitectura de esta misma casa de estudios.

Estas labores docentes las combinaba con sus estudios de Filosofía en el Seminario Pontificio de Santiago y los de Teología, en la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Chile, de donde egresó como licenciado.

Cabe señalar que fue miembro del Consejo Superior de la Universidad Católica de Valparaíso por más de 10 años.

En la Escuela Naval Arturo Prat fue profesor de las asignaturas de Filosofía y Oratoria, director de las Academias Culturales, de Derecho Moral, en la Academia de Guerra Naval de Derecho Internacional Público, contribuyendo de esta manera en la formación de muchas generaciones de oficiales de esta Institución.

El Capellán Pascal era una persona de gran inquietud intelectual, lo que se vio reflejado en todas sus obras, sobre todo, las vinculadas con el campo del Derecho Político, Derecho Internacional Público, tratados sobre el Derecho Internacional Marítimo, Teoría Política y problemas limítrofes de nuestro país.

Poseedor de una biblioteca donde atesoró libros de diversos temas producto de sus estudios, publicaciones y de su deseo de acrecentar su conocimiento en otras áreas. Una cantidad importante de textos están relacionados con la música clásica, tema que era de su dominio.

Otra instancia que tuvo para desarrollar este admirable bagaje cultural, fueron los viajes que realizó tanto por América como por Europa.

Como difusor de la cultura, incursionó en el campo de las Comunicaciones Escritas. Durante varios años fue Director del Círculo de la Prensa de Valparaíso, Jefe de Redacción del Diario La Unión de Valparaíso durante los años 1935 a 1967, redactaba artículos sobre temas como: Arte Musical, Literarios, Política Internacional, Nacional y Humanismo.

Fue Miembro del Colegio nacional de Periodistas de Chile por dos períodos.

El día 29 de Octubre, producto de una afección cardíaca parte de esta vida a reunirse con “Aquel” en quien puso su confianza para proyectarse como hombre, abogado, maestro y sacerdote, consiguiendo la meta defenitiva por la cual luchó toda su vida.

El día 31 de Octubre de 1985 en el Cementerio de Santa Inés de Viña del Mar, se llevaron a efecto sus funerales después de celebrar la eucaristía, presidida por el Señor Obispo de Valparaíso Francisco de Borja Valenzuela, junto a sus hermanos sacerdotes de la diocesis.

El Capellán Enrique Pascal García-Huidobro nos deja como legado la responsabilidad de educar en el amor de Dios, porque él lo conoció; en la justicia; lo intelectual; el amor a la patria reflejado en un vasto conocimiento de la historia de Chile; la formación de personas: humanitarias, cristianas, integrales, capaces de autorrealizarse y colocarse al servicio de sus hermanos, con la misión de multiplicar los valores y principios que él vivió.

Gran amigo del mundo intelectual, docente y artístico, . Recibió en vida variadas felicitaciones que quedaron grabadas en la prensa y hoja de vida.

“Profesor de mucho mérito e inteligencia, puntual, gran habilidad para exponer sus asignaturas….”

“Desarrolla sus clases en excelente forma, motiva al alumno obteniendo un rendimiento altamente satisfactorio….”

“Excelente profesor y consejero espiritual, cumple de manera integral una valiosa labor docente, educativa y de fomento de la vocación entre sus alumnos. Colaborador espontaneo y franco….” (hoja de calificaciones de la Escuela Naval ).

“….Hoy será investido sacerdote uno de los más distinguidos colaboradores del diario ” La Union “, don Enrique Pascal García-Huidobro, cuya personalidad es bastante conocida en los círculos intelectuales y periodísticos de nuestro puerto….”(diario La Unión 19 de septiembre de 1953).

“Formó en su cátedra de Derecho Constitucional, que desempeñó por más de cuarenta años, generaciones de abogados quienes recordarán siempre la calidad de su enseñanza y el estilo inimitable de su docencia……..Universitario ejemplar,……Aporta su consejo a la conducción de la universidad, hasta que su salud se lo permite.” (extracto entrevista a Don Raúl Bertelsen, ex-rector U.C.V. y su albacea personal).

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

¿DÓNDE ESTAMOS EN DEFENSA, SEGURIDAD Y RELACIONES EXTERIORES?

¿DÓNDE ESTAMOS EN DEFENSA, SEGURIDAD Y RELACIONES EXTERIORES?
La lógica indica que, para hablar de Defensa y Fuerzas Armadas, primero se debe entender de la materia, ya que si no pasa lo que les pasa a muchos, que solo lo miran desde de la perspectiva constitucional, o que se quedan pegados en el gobierno militar, los derechos humanos, los estados de excepción constitucionales y cosas de ese tipo, como le pasa a Mireya Dávila en su columna en este medio, titulada “Constituyentes y Fuerzas Armadas: el deber de volver las cosas a su lugar en la Carta Magna”, la que refleja la percepción no solo de ella sino de muchas personas que desconocen mayormente el tema, y asumen cosas del pasado, como que las Fuerzas Armadas no se reportan al poder político (también llamado poder civil), que son deliberantes y autónomas, siendo que reportan al Presidente de la República a través del Ministerio de Defensa y se declaran abiertamente constitucionalistas, no se meten en temas políticos contingentes (definición correcta de ser no deliberantes), y operan con un presupuesto definido por el Ejecutivo y aprobado por el Congreso.
Muchas cosas han pasado en este mes de mayo, un mes en que históricamente el mar de Chile, Prat y las glorias navales se llevan la atención, cosa que no ha sido así en los últimos dos años, los que han estado dominados por la pandemia y la agitación política que se vive en nuestro territorio, dejándole poca visibilidad a otros temas que son importantes de cara al desarrollo de nuestro país.
En esta oportunidad quiero revisar tres temas que tienen un grado de asociación que puede no ser evidentes para los ciudadanos y el estamento político, ahora aumentado por la existencia de 155 constituyentes.
Esta semana se publicaron la segunda encuesta de AthenaLab-IPSOS sobre percepciones de política exterior y seguridad nacional, y la política de defensa del Gobierno del Presidente Piñera, las que en conjunto y por separadas son un excelente insumo para los interesados en estas materias, pero en particular para quienes asumen de constituyentes y tendrán que abordar temas que usualmente son del mundo de los expertos, pero que ahora les va a requerir su atención.
Definir el cómo se hacen las relaciones exteriores de Chile, se maneja su seguridad nacional y los roles que juegan las Fuerzas Armadas no son temas intrascendentes. Dicho eso, se van a sorprender con las opiniones del público general vertidas en la encuesta y verán que el sentido común de los chilenos logra indicar con bastante claridad cuáles deberían ser las prioridades en estas materias, qué países debieran nuestros amigos y socios comerciales.
La encuesta de AthenaLab-IPSOS es única en su categoría, ya que no hay otra similar que se realice en Chile. Va en la segunda versión, se hace en forma anual y ayuda a sistematizar la toma de decisiones en materias de seguridad, relaciones internacionales y defensa, pues saca el tema del mundo de los sesgos personales. Tiene la gracia adicional de que encuesta tanto a expertos como a público general, lo que le da más potencia aún, por no solo estar basada en las opiniones de expertos.
Muy resumidamente qué nos dice la encuesta. Nos dice que para los chilenos los objetivos de política exterior más importantes son combatir el narcotráfico, combatir el cambio climático, regular la migración, proteger fronteras y defender los intereses marítimos.
Los expertos, en cambio, ven las prioridades en el siguiente orden: proteger fronteras, combatir el narcotráfico, la proyección al Asia-Pacífico, la defensa de los intereses marítimos y la promoción del comercio exterior con otros países.
En ambos segmentos la valorización de la importancia de la protección de fronteras y combate al narcotráfico han subido su importancia, y el tema de la migración es un gran tema para la población general.
En esta oportunidad no busco entrar en los temas específicos de defensa y seguridad nacional. Eso se los dejo a los constituyentes, expertos y académicos interesados en esas materias, pero sí me parece destacar qué países son los modelos que los chilenos miran y, en ese sentido, sorpresas hay.
Para los no expertos, los 3 primeros son EE.UU., Nueva Zelanda, Alemania, y en el caso de los especialistas, Nueva Zelanda, Australia y Singapur. Esto también se puede mirar desde la perspectiva de países socios o competidores.
Para la población general el listado está encabezado por China, EE.UU., Japón, y en las últimas posiciones están ubicados países como Argentina, Perú, Colombia, Bolivia y Venezuela. Algo que se debería tener en cuenta cuando miramos con tanta amistad a nuestros vecinos.
Para los expertos en relaciones internacionales, en cambio, nuestros principales socios deberían ser USA, Colombia y el Reino Unido, reflejando una mirada menos económica y más valórica-política, pero coinciden con el público general, dejando a Argentina, Perú, Bolivia y Venezuela en las últimas posiciones.
Cambiando de tema, la política de defensa publicada esta semana refleja bien esta realidad internacional que recién describimos, los objetivos de política exterior y las amenazas que se entiende preocupan a los chilenos. Ello sucede porque el documento fue consensuado y trabajado con el Ministerio de Relaciones Exteriores, y es producto de muchas horas de trabajo de especialistas en la materia y, junto con la encuesta, debería ser lectura obligada para los constituyentes cuando aborden los temas de defensa en la Constitución.
En ese sentido, la lógica indica que, para hablar de defensa y Fuerzas Armadas, primero se debe entender de la materia, ya que si no pasa lo que les pasa a muchos, que solo lo miran desde de la perspectiva constitucional, o que se quedan pegados en el gobierno militar, los derechos humanos, los estados de excepción constitucionales y cosas de ese tipo, como le pasa a Mireya Dávila en su columna en este medio, titulada “Constituyentes y Fuerzas Armadas: el deber de volver las cosas a su lugar en la Carta Magna”, la que refleja la percepción no solo de ella sino de muchas personas que desconocen mayormente el tema, y asumen cosas del pasado, como que las FF. AA. no se reportan al poder político (también llamado poder civil), que son deliberantes y autónomas, siendo que reportan al Presidente de la República a través del Ministerio de Defensa y se declaran abiertamente constitucionalistas, no se meten en temas políticos contingentes (definición correcta de ser no deliberantes), y operan con un presupuesto definido por el Ejecutivo y aprobado por el Congreso, y por último, adivinen quién va a designar al futuro jefe de la Marina cuando termine el Almirante Leiva su periodo constitucional de 4 años: lo hará el Presidente de la República de una quina conformada por los 5 vicealmirantes más antiguos, tal como lo dice la Constitución, y no serán ellos quienes decidan quién los va a comandar.
En definitiva, cuesta entender las percepciones que algunos chilenos tienen de sus instituciones armadas. Hora de conocer la defensa y los institutos que la conforman, como también los aspectos legales que las regulan. Haciendo eso vamos a evitar muchas discusiones inútiles y aprovechar bien el tiempo, y no vamos a generar riesgos innecesarios a la seguridad y defensa de Chile, la que –como bien se indicó anteriormente– tanto la población general como especialistas conocen mejor de lo que se piensa.

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

EL CHILE QUE VIENE

EL CHILE QUE VIENE
“Luego de tantas movilizaciones, represión y dolor, el pueblo chileno comienza un nuevo camino. Han dado una clara señal sobre su contundente rechazo al neoliberalismo salvaje, a través del voto popular. Felicitaciones por este gran paso histórico. ¡Viva Chile!”, indicó Nicolás Maduro.
Las elecciones históricas llevadas a cabo en Chile, durante los días 15 y 16 de mayo, vienen a reflejar un ingrediente más de un proceso revolucionario en curso que tuvo el 18 de octubre de 2019 su punto de incineración de la democracia, y el 15 de noviembre del mismo año, el pacto de rendición o acuerdo por la paz y la nueva constitución.
Y posteriormente una culminación y inicio de un nuevo orden político tras el rotundo fracaso de la opción rechazo a una nueva constitución.
El resultado de este proceso, donde se entregó la constitución política al extremismo, era de esperar. Las derechas tradicionales cedieron todos los fundamentos de su ideario político, optaron por un centrismo radical y las reformas del segundo gobierno de Michelle Bachelet quedaron intactas: reforma tributaria, educación y un proceso constitucional, este último explícitamente iniciado el año 2015.
Las mismas derechas tradicionales optaron por buscar tomar el legado de la Concertación, un conglomerado político de centro izquierda que gobernó el país por más de 20 años, y terminó por alejarse de la defensa de la vida, libertad y propiedad.
Es tan claro el panorama sobre la anomia cultural de la centroderecha que, ni hoy en día realizan un diagnóstico certero sobre el proceso revolucionario en curso.
El bolivarianismo en Chile opera hace bastante tiempo, y son 12 partidos políticos que adscriben a dicha alianza, según indica el sitio web del Foro de Sao Paulo. Se insistió en buscar explicar un “estallido social” cuando fue una insurrección, y ya se comienzan a ver los resultados. Y además se ha subestimado profundamente el carácter revolucionario del Partido Comunista de Chile y la alianza de partidos que conforman el Frente Amplio.
Mientras no exista una percepción de amenaza de camino de servidumbre hacia el socialismo y el bolivarianismo, no podrá levantarse una alternativa patriótica
Algunos riesgos que se visualizan en la futura convención constitucional obedecen a revisar los agenciamientos internacionales, recordemos que la desestabilización institucional de cualquier nación es el escenario propicio para las injerencias externas, para moldear u orientar un nuevo orden hacia intereses de grandes potencias.
Por otro lado, también emergen las dudas sobre el respeto a las reglas del juego relativas a cómo debería desarrollarse esta convención constitucional, así también la pugna política que se establecerá entre esta convención y el congreso de Chile, que renovará sus diputados junto con la elección presidencial de noviembre de este año, y que hoy está siendo liderado en preferencias por dos radicales de izquierdas: Pamela Jiles y Daniel Jadue.
Asimismo, se ha hablado y teorizado de la conformación de una nueva derecha en Chile, sin embargo, mientras no exista una percepción de amenaza de camino de servidumbre hacia el socialismo y el bolivarianismo, no podrá levantarse una alternativa patriótica que defienda la soberanía y el ideario de una sociedad libre y responsable.
En este caso, surgirá dicha alternativa, sí y solo sí se entiende debe avanzarse hacia un bloque macizo y efectivo, que deje la mochila de los partidos políticos tradicionales que entregaron Chile el día 15 de noviembre de 2019, solo así correremos el eje ante el avance del socialismo.
Si no existe en la derecha chilena convicción de un proyecto histórico no habrá freno alguno al escenario que nos ofrece la izquierda en el país
Queda un plebiscito de salida, claro está, ante lo que surja de esta nueva constitución, mientras los fondos de pensiones (de capitalización individual) tambalean ante un congreso radicalizado.
En Chile se ha demostrado que si se tiene tomada la agenda y la pauta mediática puedes producir profundos cambios institucionales.
La politiquería superficial inculcada por los programas de la mañana (matinales) ha sido un complemento para incinerar lo que nos ha ido quedando de los pilares de la defensa de una democracia liberal.
Un ejemplo más tenemos acerca de la narrativa política y cultural, que está tomada por la izquierda y ha trabajado en ello durante generaciones. Si no existe en la derecha chilena convicción de un proyecto histórico no habrá freno alguno al escenario que nos ofrece la izquierda en el país ¿surgirá una alternativa al proceso? Ya veremos.

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Columna de Opinión

EL FUTURO DE LA LIBERTAD DE RELIGIÓN

EL FUTURO DE LA LIBERTAD DE RELIGIÓN
“…la autonomía de las comunidades religiosas no es una delegación hecha por el Estado o por el Derecho Internacional, sino una facultad y autonomía que tienen por derecho propio…”.
El caso Pavez vs. Chile, que días atrás inició sus audiencias ante la Corte Interamericana de DD. HH., dice relación con la profesora señora Sandra Pavez, a quien le fue revocado su certificado de idoneidad para enseñar religión, pero continuó trabajando en la misma escuela de la comuna de San Bernardo en el cargo de inspectora.
La profesora llevó el caso a instancias internacionales al estimar que se habían violado sus derechos a la igualdad y no discriminación, vida privada y autonomía, y derecho al trabajo, entre otros.
En nuestro país, la enseñanza de religión está regulada por el Decreto 924 del Ministerio de Educación, que en atención a las diferentes religiones que se profesan, reconoce que cada denominación religiosa es la única que puede determinar sobre la idoneidad para enseñar su credo y doctrina.
Las escuelas no están obligadas a impartir clases de religión, pero si decide hacerlo, el profesor que contrate debe tener un certificado de idoneidad de la religión que enseñará, que otorga cada diócesis. Esto garantiza, a modo ilustrativo, que en una clase de religión islámica se enseñe el Corán y no la Biblia, con lo cual los padres de los estudiantes que asistan a clases pueden asegurarse de que sus hijos recibirán la formación que corresponde a su tradición.
La señora Pavez impartía clases de religión católica, por lo que se esperaba que transmitiera con fidelidad la enseñanza de la Iglesia Católica sobre el matrimonio. Según esta, “Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales” (Catecismo, 1618). Por ello es que la Iglesia señala que el matrimonio “no es una institución puramente humana”. Y para los católicos, “el amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona” y “exige la indisolubilidad y la fidelidad de la donación recíproca definitiva; y se abre a fecundidad”.
Tal definición implica que no toda relación de pareja configura un matrimonio, como es el caso de las uniones de personas del mismo sexo. La Iglesia proclama el deber de acoger “con respeto, compasión y delicadeza” a las personas con una tendencia homosexual, pero también las invita “a la castidad” (Catecismo, 2358-59).
Dos milenios de experiencia en lo humano nutren la conclusión de la Iglesia de que el paso de la tendencia a la vivencia de una relación homosexual no constituye matrimonio, entre otras razones, porque clausuran el acto sexual al don de la vida y de la complementariedad afectiva y sexual.
Pues bien, en 2007, el Vicario para la Educación de la Diócesis de San Bernardo fue informado de que la profesora Pavez mantenía una relación afectiva con otra mujer. Con respeto y delicadeza, se habló con ella y se le señaló que era indispensable que procurara vivir su vida conforme a las enseñanzas que estaba llamada a impartir.
Frente a las respuestas negativas de la señora Pavez, el Vicario revocó el certificado de idoneidad para seguir enseñando religión, lo que no implicó la pérdida de su carrera o fuente de sustento, sino que fue nombrada inspectora del mismo establecimiento. No obstante mantener su relación laboral, Sandra Pavez interpuso un recurso de protección en contra de la autoridad religiosa, el que fue desestimado por los tribunales chilenos, señalando que, debido a la separación entre Iglesia y Estado, carecían de competencia para juzgar las decisiones de cada credo, ni juzgar su doctrina.
Sandra Pavez llevó una denuncia ante la Comisión Interamericana de DD. HH. contra el Estado de Chile, que refirió el caso a la Corte Interamericana en septiembre de 2019.
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Conferencia Episcopal de Chile, la Mesa Ampliada de Organizaciones Evangélicas y la Unión Evangélica Nacional, las Iglesias Ortodoxa y Anglicana de Chile, y las Comunidades Musulmana y Judía de Chile enviaron el 7 de mayo un escrito a la Corte Interamericana con preocupación por lo que la sentencia de este caso podría implicar para la autonomía de las comunidades religiosas.
En este complejo caso, no se puede perder de vista que la autonomía de las comunidades religiosas no es una delegación hecha por el Estado o por el Derecho Internacional, sino una facultad y autonomía que tienen por derecho propio.
Así lo ha determinado reiteradamente la Corte Europea de Derechos Humanos, que ha resuelto que, en el caso de profesores de religión, es razonable que las comunidades religiosas exijan a quienes la enseñan un mínimo deber de coherencia con las creencias que profesa.

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DEL DICHO AL HECHO…

DEL DICHO AL HECHO…
Humberto Julio Reyes
Leo en EL Mercurio del 26 del presente mes que hace 30 años el Presidente Aylwin expresó: “las experiencias vividas en algunos países del continente revelan que el empeño por obtener plena sanción en violaciones a los derechos humanos ocurridas en el pasado ponen en peligro el sistema institucional, por lo que en esa tarea se debe conjugar la exigencia de justicia con la virtud de la prudencia, y así dar estabilidad al sistema democrático”.
¿En qué momento este pensamiento quedó en el olvido y nada se hizo para conjugar justicia con prudencia?
Contrariando mi reticencia a la autorreferencia, recurro aquí a una experiencia personal de una fallida gestión intentada años atrás, otra más de varias.
A través de un intermediario que me merecía confianza llegó a mi conocimiento que el entonces expresidente habría expresado su deseo de hacer algo por nivelar el péndulo que se había inclinado a obtener la plena sanción. Así lo entendí yo al menos.
Reunidos con una respetada tercera persona creímos llegado el momento de sondearlo a objeto confirmar ese deseo y ver hasta dónde estaba dispuesto a llegar.
Pero el Diablo metió su cola y don Patricio, ya de avanzada edad, se enfermó y ya no se volvió a presentar la oportunidad de que reiterara lo expresado en 1991 quedando sus dichos sólo en eso.
Tiempo después falleció, posiblemente en paz consigo mismo.
Así, en los treinta años transcurridos desde que pronunciara tan prudentes palabras, se ha institucionalizado el indebido proceso para condenar a toda costa a cualquiera que haya sido acusado de violar los derechos humanos.
Pero, vaya sorpresa lo recientemente sucedido con una iniciativa legislativa para indultar nada menos que a los autores de innumerables delitos cometidos a partir del 18 de octubre de 2019.
En apoyo de esta curiosa pero comprensible pretensión se ha argumentado que se trataría de presos políticos y que su prisión preventiva ha sido muy prolongada, de tal forma que se violarían sus derechos humanos.
A lo primero ha respondido negativamente nada menos que el Sr. José Miguel Vivanco de Human Rights Watch, siempre escuchado cuando de condenar ex uniformados se trata.
A lo segundo digo yo que dados los altos estándares de prueba exigidos por nuestra garantista justicia procesal, la investigación de los delitos cometidos requiere necesariamente de múltiples diligencias las que demandan muchos recursos, tiempo entre ellos.
No ha faltado un respetado ex integrante de la Corte Suprema, don Carlos Künsemüller, recordado por haber casi invariablemente condenado a ex uniformados cuando integró la Sala Penal, quien ha hecho ver que incluso no cabría un indulto y que se estaría buscando una amnistía disfrazada.
Recordemos que amnistía deriva de amnesia, olvidar.
¿Olvidar la violencia desatada y organizada para que se repita a futuro?
Agrego que se ha sumado al apoyo una candidata del PS a la Presidencia porque considera que estas personas no han tenido un debido proceso mientras no faltan otros que intentan minimizar los delitos usando la conocida frase “sólo piensan distinto”.
Una flamante constituyente, antes de comenzar la labor para la cual fue elegida, ya desinforma alegando que una persona fue detenida por “saltar un torniquete” cuando en realidad dejó fuera de uso la Estación San Joaquín del Metro, destruyendo cinco torniquetes a vista y paciencia de todos los que presenciaron la vandálica acción como lo acredita la grabación que circuló profusamente en redes sociales y que también reprodujeron los medios.
¿Veremos que ahora sí se busca justicia con prudencia, incluso llegando a asegurar la impunidad y de paso incentivar la repetición de conductas criminales a título de legítimas protestas?
29 de may. de 21
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Academia Naval del Japón rinde tributo al Capitán chileno Arturo Prat Chacón

Academia Naval del Japón rinde tributo al Capitán chileno Arturo Prat Chacón
El año 1985 en la Isla de Tajimo, la Academia Naval del Japón rindió tributo a quienes consideraba los tres héroes máximos en la historia naval mundial: el Almirante inglés Nelson (héroe de la batalla de Trafalgar), el Almirante japonés Togo (héroe de Tsushima) y el Capitán chileno Arturo Prat Chacón, (héroe del combate naval de Iquique). Para conmemorar a estos héroes, se erigió un monolito con sus tres bustos. Pero ¿por qué los japoneses consideran a Prat como uno de los grandes héroes navales de la historia mundial? Mi respuesta está en el vínculo entre el capitán de La Esmeralda y el Código del Bushido con el cual se regían los célebres guerreros samurái.
La forma en que se retrata a Prat, nos plasma las siete virtudes del Bushido en un hombre real y contemporáneo.
Los samurái eran la casta guerrera del Japón feudal, pero si bien la entrada de país nipón a la modernidad hacia fines del siglo XIX, significó la extinción de los samurái como habían existido hasta entonces, se puede sostener que el espíritu samurái sigue vivo en el alma de Japón. Como lo plantea Inazo Nitobe autor de “Bushido: El código ético del samurái”, el camino del guerrero japonés poseía siete virtudes: Rectitud, Cortesía, Valor, Honor, Benevolencia, Honestidad y Lealtad.
La rectitud implica una resolución, la facultad de decidir cierta forma de conducta de forma racional y seguirla hasta el final sin titubear: matar cuando sea necesario matar, pero más aún, morir cuando es justo morir. Sin duda, la historia destaca a Prat como un hombre íntegro y que supo sobreponerse a la adversidad, mostrando siempre consecuencia entre su pensamiento y sus actos.
Los relatos que nos llegan de sus subalternos y familiares nos dicen que era un hombre modesto, atento y generoso, enmarcando los valores del respeto y la cortesía.
Con respecto al valor, sabemos que es vergonzoso para un guerrero dar la espalda al enemigo, sobre todo cuando sabemos que un samurái no le teme a la muerte, sino que el destino de su vida está en una muerte honorable. En este sentido el valor samurái no implica solamente no temer a la muerte –ya que la muerte por causa indigna se le llamaba “muerte de perro”–, el valor implica no temer a morir por las causas justas. En el caso del Capitán Prat, no duda exponer su vida de forma heroica, en un ultimo acto de combate en una contienda desigual, el ultimo recurso para no rendirse ante el enemigo, manteniendo firme la lealtad a la patria.
Además, el samurái solo tiene como juez su propio honor. Qué decisiones toma y como las lleva a cabo son un reflejo de lo que es en realidad, de su propia conciencia. La muerte en combate defendiendo a la patria se considera entonces el fin más honorable.
La forma en que se retrata a Prat, nos plasma las siete virtudes del Bushido en un hombre real y contemporáneo. De esta manera, no me cabe duda de que para los marinos japoneses, el acto de combate en condiciones de adversidad y el no arriar la bandera ante el enemigo, llegando incluso a un acto valor evidente como el abordaje, hacen que el Capitán Prat sea la imagen de un samurái icónico, moderno y occidental que debe ser homenajeado. Más aun, cuando los valores que nos muestra son los mismo que necesitamos en estos momentos difíciles para el mundo.
Columna de Opinión

“MI NOMBRE ES ESMERALDA…”

“MI NOMBRE ES ESMERALDA…”
Carlos Blamey Ponce
La Corbeta “Esmeralda” es el buque que todos los chilenos identificamos con el heroico combate. De ella, muchas veces escuchamos hablar como la corbeta débil, hablamos con nostalgia y, por qué no decirlo, muchas veces con un dejo de lástima. Sin embargo, todos aquellos que alguna vez hemos pisado las cubiertas de un buque, sabemos que todo buque tiene alma, el alma de cada uno de los marinos que han servido a bordo y que ella, desde su propia perspectiva, vivió el combate como un marino más… Escuchemos su relato y encontremos en éste, esos sentimientos de amor a la Patria, valentía y abnegación, que año a año revivimos en el Mes de las Glorias Navales. – “Mi nombre es Esmeralda…”.
Mi dotación había completado su preparación en aquella bahía que sería nuestra sepultura definitiva. Yo era una corbeta anciana, con más de 22 años de servicios a nuestra Patria. Era veterana de una guerra y en mi historial se registraban dos varadas, la segunda de las cuales había sido provocada para evitar mi naufragio. No habiendo cumplido misiones operativas en los últimos años, permanecía en Valparaíso como buque tender, durante muchos años inactiva y con mi dotación reducida. La guerra me sorprendió en muy precarias condiciones, aunque, sin lugar a dudas, podía aún dejar el pabellón bien puesto.
Para mis marinos, la noticia de la guerra y el prepararse para el combate fue una sola cosa. ¡Cómo hubiera querido ser más joven para retribuir en mejor forma tan nobles esfuerzos! Cada vez que disparábamos un cañón era un parche más en mis calderas…, las costuras se me abrían, mis mamparos gemían y todas mis maderas se lamentaban cuando hacíamos ejercicios de artillería. Mi dotación hacía sus mejores esfuerzos para dejarme en la condición más operativa posible; trabajaban sólo con corazón y con los escasos medios con que contábamos a bordo. El 11 de mayo tuve cambio de Comandante. Thomson se fue a la “Abtao” y Prat quedó a mi mando.
Prat era un hombre joven y valiente, inteligente y de actitudes resueltas; así lo había demostrado en distintas facetas de su vida: cuando en Valparaíso se lanzó al mar para nadar hasta mi bordo y evitar mi naufragio, o cuando con vehemencia defendió a su amigo Uribe, haciendo gala de su profesión de abogado. Ahora, estos dos amigos entrañables se volvían a juntar. El 16 zarparon al norte los buques más modernos de la escuadra y a nosotros se nos confiaba el bloqueo de Iquique, como si fuéramos algo inútil para librar batalla. Escuché cuando mi Comandante, como si presagiara nuestro destino, al despedirse del Almirante Williams le dijo: “Si viene el Huáscar, lo abordo”… Chile entero sabe cómo cumplió su promesa.
La noche del 20 de mayo se escuchaba música de violín y una amena conversación en la Cámara de Oficiales. Era el Gama Riquelme que como muchas otras noches tocaba el violín como para adormecernos en las tranquilas aguas del norte. En ese momento, no hubiera pensado siquiera en una gesta tan heroica como la que íbamos a vivir horas más tarde. El día del combate no era distinto del resto. El cielo estaba despejado, sin más bruma que una neblina escasa. Estaba todo tranquilo, la mar en calma y no se oía más ruido que el grito de alerta de los guardias peruanos en la playa. Sorpresivamente, un cañonazo rompió el silencio: era una señal de alarma; vimos humos al norte y reconocí al Monitor “Huáscar”.
El corneta, poco mayor que un niño, pero valiente como el mejor de los chilenos, tocó “a las armas” y mis hombres, uno en uno, se fueron formando para tomar su fusil y el morral con balas. Y entonces habló mi Comandante. Parado en el puente y con la dotación formada dijo estas palabras que al escucharlas a una se le entra el habla: “Muchachos, la contienda es desigual, pero ánimo y valor; nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo, y espero que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar y os aseguro que si muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber”. Se quitó la gorra y gritó: “¡Viva Chile!” y un “¡Viva!” fue contestado por todos nosotros, estremeciendo las quietas aguas del puerto. Todos se fueron a sus puestos con la esperanza de abordar el monitor. Cuando comenzó el tiroteo, se me coló una bala entre las costillas y, con gran dolor sentí mojarse mis cubiertas con la sangre de los primeros caídos… pero nadie bajó la guardia.
Con orgullo veía cómo los heridos se reincorporaban para seguir peleando hasta caer. Cuál no sería mi sorpresa cuando vi que Prat, ese gigante que con una fuerza inimaginable nos había hablado, en un gesto de sensibilidad solo propia de los grandes hombres, se llevaba la mano al corazón en busca de la foto de su Carmela; después me daría cuenta que era su despedida. Entonces, sentí una puñalada en mi aleta de babor y entre el humo alcancé a ver dos figuras que saltaban. Eran el Sargento Aldea y mi Comandante, que espada en mano corrían sobre la cubierta enemiga señalando qué se debía hacer;…el sólo mencionarlo hace que vuelva a mi mente la trágica visión de su muerte.
Fue muy grande nuestro dolor y vi cómo lloraba la gente. Mas la pena se nos convirtió en rabia y el miedo en coraje. ¡Esa fue la banderilla que nos clavaron en la mitad del pecho! Serrano gritaba al cielo: “¡Mi Comandante, yo lo vengo!”. Después, Uribe tomó el mando. Entre las balas y los gritos oí el toque de “Oficiales”. Mi nuevo Comandante estaba llamando a consejo; junto con eso el “Huáscar” paró el fuego…y a todos nos entró la duda: ¿Qué pasa?

De repente, el Guardiamarina Fernández trepó al Mesana. Pensé, ¿irán a arriar la bandera? ¡Ese era mi real miedo! Pero oí el golpe fuerte de un martillo….¡está clavando el pabellón chileno! ¡Y eran dos!, por si acaso a uno lo destrozaba la metralla, e izaron en mi tope un trapo negro en señal de guerra a muerte y de que no se rinde ningún chileno. Y vi venir el monitor de frente, como queriendo terminar luego. Una nueva puñalada… dolor, crujidos, sangre y humo negro, gritos, maldiciones y lamentos. Mi Teniente Serrano y otros doce chilenos se fueron al abordaje a vengar a mi Comandante muerto.

Ya no quedaban balas, el agua me llegaba a las parrillas y mis calderas habían reventado. Uribe desde toldilla, con todas sus fuerzas daba ánimo. Todos los que quedaban habían subido a cubierta a tomar un fusil: los fogoneros, los mozos y los enfermeros. ¡No había que rendirse, eso ni pensarlo! En la playa, los peruanos estaban asombrados y ya ni echaban vivas cada vez que una granada destrozaba mi costado. Todos esperaban mi muerte, todos mudos y resignados. Cuando se nos vino el monitor encima, los que quedaban se juntaron en toldilla, como para ver en qué terminaba esto. No eran ni cincuenta de esos doscientos chilenos. Riquelme, con su espada en alto, gritó furioso: “Esta es la última bala”, cargó el cañón y apuntó de nuevo. Cuando me embistió el “Huáscar”, no sé qué se escuchó más fuerte, si los vivas a Chile, o el postrer disparo.

Lo último que vi fue mi bandera en el mesana, envuelta en una guirnalda que formaba la espuma en el agua. En la superficie, entre los que nadaban, habían algunos que se lamentaban: “Mi pobre Mancarrona, hizo todo lo que pudo…”. ¡Hice lo que debía…, caer al igual que mis marinos chilenos! Muchos se fueron conmigo, fieles a su juramento. ¡Murieron por la Patria porque era necesario! Había que despertar al pueblo chileno que estaba aletargado. Lo que mi dotación logró con ese ejemplo tan gallardo fue una explosión de patriotismo y entusiasmo.

“¡Y ganamos la guerra…, y de nosotros nadie se ha olvidado…!”.

 

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