Columna de Opinión

“El diputado Gutiérrez cruzó un límite que como sociedad no debemos permitir”

“El diputado Gutiérrez cruzó un límite que como sociedad no debemos permitir”
Afirmó categóricamente presidente de la Multigremial de Militares y Policías (R). Señalan que sembrar el odio y la animadversión entre chilenos es algo muy grave que va más allá de declararse de derecha, izquierda, conservador o liberal.
 
El presidente de la Multigremial de Militares y Policías (R), Pedro Veas Diabuno, emplazó a los poderes del Estado a actuar prontamente frente a las declaraciones de odio del diputado Hugo Gutiérrez, e hizo un llamado a los medios de comunicación, y a quienes se dedican a las comunicaciones especialmente a través de medios digitales, a no dar tribuna a declaraciones de odio como los vertidos por el parlamentario.
“Como sociedad existen ciertos límites que no podemos permitir que sean cruzados, sembrar el odio y la animadversión de chilenos hacia chilenos es algo muy grave que va más allá de que alguien se declarare de derecha, izquierda, conservador o liberal”.
“Las declaraciones del parlamentario deben ser llevadas a las instancias judiciales por parte del Gobierno y de ética por la Cámara de Diputados, porque más allá del efecto que él pretendía de generar antipatía hacia la Armada de Chile, existen detrás de sus palabras mensajes de odio y de incitación al repudio entre chilenos que no deben ser tomadas a la ligera, ni menos ser aceptadas porque se dicen bajo el amparo cobarde que le da su cargo”, señaló el presidente de la Multigremial de Militares y Policías (R).
“Si el diputado Hugo Gutiérrez cree que con sus dichos generará animadversión hacia la Armada de Chile y sus miles de miembros quiero decirle que está profundamente equivocado, y sería bueno que alguien le dijera al Honorable que esas añejas tácticas comunistas de polarización, propias de la Guerra Fría, no tendrán efecto alguno, sino todo lo contrario porque hay ciertos límites que sencillamente no se cruzan, y él ha cruzado esa delicada línea”, puntualizó Pedro Veas Diabuno.
Santiago, 21 octubre del 2020

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

 

Columna de Opinión

Convencer de la verdad a quien no quiere verla

Convencer de la verdad a quien no quiere verla
Los constitucionalistas han usado el terror como herramienta, manteniendo a Chile bajo amenaza de un segundo golpe insurreccional. Fuente: https://viva-chile.cl/ de Juan Pablo Zúñiga
   Fuente:    https://viva-chile.cl/  de  Juan Pablo Zúñiga
En una amena conversa de otoño en Cassago Brianza, San Agustín pregunta a sus amigos “¿Y si pudiéramos ser felices incluso sin comprender la verdad, creen que sería necesaria la comprensión de esta?” (extracto de Against the Academics, St. Augustin’s Cassiciacum Dialogues). Basta ofrecer una falsa verdad, o una verdad a medias junto con una suculenta promesa de plenitud y felicidad sin costo ni esfuerzo adicional para su beneficiario, como para conseguir seducir y manipular sociedades enteras. En las actuales circunstancias nacionales, y creo hablar por muchos, nos hemos dado cuenta de cómo, desde las grandes esferas hasta la simple conversa con un conocido, todos aquellos que han caído en la trampa del apruebo, como una catarata que nubla la visión, se niegan tozudamente a ver la verdad.
La verdad libera; la mentira ciega. Ciega a tal punto que retuerce los principios. Aquellos que durante décadas hicieron uso y abuso de los DD.HH., que hicieron el papel de paladines de la justicia para ir al rescate de los menesterosos y desvalidos, hoy, envenenados y cegados por la catarata que genera el opio constitucional, no son capaces de ver ni de levantarse con la misma pasión de antaño por los miles de chilenos que lo perdieron todo de manos de lo que sádicamente llaman “primera línea romántica”, brazo armado de la extrema izquierda. Su indiferencia para con los DD.HH. de tanto carabinero desfigurado luego de ser quemados vivos; su silencio ante el asesinato de pequeños agricultores, transportistas, comerciantes, empresarios y emprendedores, simplemente repugna.
En este gran conglomerado, que al contrario de Bartimeo, no están dispuestos a someterse al acto de humildad que les haga caer las escamas de sus ojos y así poder ver, encontramos no solo al ciudadano común que cayó en el vicio del opio constitucional, sino también a un importante bloque de la prensa, algunos sectores progresistas con pretensiones intelectualoides, y, los más penosos de todos, aquellos que por miedo o afán de poder, dando manotazos de ahogados lanzaron por la borda sus convicciones para estirarle la mano al progresismo, pasándose definitivamente a las hordas del apruebo. Aunque encarados por la violencia sin igual durante el último año en Chile, no la ven. Enfrentados a las evidencias irrefutables del progreso experimentado por Chile en los últimos 40 años, no son capaces de aceptarlas como suficientes. Interpelados por los innumerables testimonios de inmigrantes llegados a nuestro país arrancando de estados fallidos, violencia, miseria y de la crueldad del socialismo, los desechan como inventos. Ante tanta ceguera y capricho infantil, no hay verdad que valga; pero como dice el refrán, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Por su naturaleza intrínsecamente violenta, los afiebrados constitucionalistas no solamente se han hecho notar extendiendo sus redes comunicacionales, sino que también han usado el terror como herramienta, manteniendo a Chile bajo constante amenaza de un segundo golpe insurreccional y de mantener la presión hasta hacer caer al país. Pero la última palabra siempre la tiene el elector en las urnas. Acercándose el 25 de Octubre, la tendencia de la ciudadanía ha ido aumentando en favor de rechazar, quizás no en el sentido explícito de la opción de la primera papeleta, sino de rechazar la violencia, rechazar el terror, rechazar parlamentarios de un nivel de ignorancia y ambición de poder vergonzosas, rechazar el estado ineficiente infestado de funcionarios públicos, de entre los cuales 37.000 no tuvieron escrúpulos de falsear información para quedarse con el llamado bono clase media siendo que no les ha faltado el trabajo ni el sueldo, mientras 37.000 familias que sí lo necesitaban quedaron esperando. En definitiva, rechazar la institucionalización de la corrupción, la violencia, el narcoterrorismo y vivir a la merced de organismos internacionales de dudosa reputación.
Pero, al igual que el pez se arranca de las manos de su captor cuando se ve acorralado, de la misma manera la izquierda, en un intento inútil de zafarse del estigma y desprestigio ciudadano, lanza a los cuatro vientos, a dos semanas del plebiscito, condenas a la violencia “en todas sus formas, venga de donde venga”. Durante un año utilizaron e incentivaron el uso de la violencia y el terror para destruir la democracia, el estado de derecho y forzar un proceso constituyente; mas ahora, viendo que el botín se les arranca de las manos, rasgan vestiduras.

A menos de dos semanas del plebiscito, vemos que una porción creciente de la ciudadanía ha cambiado su postura en favor del rechazo. Luego de poner al país de rodillas y, al más puro estilo de Robespierre, imponer un proceso constituyente, no haciendo rodar cabezas, pero sí incendiando, saqueando, destruyendo e inclusive asesinando, el abrir los ojos a la verdad y sumarse al rechazo no solamente es un acto de valentía en sí mismo sino de responsabilidad ciudadana. Mientras tanto, el ciudadano observa y prepara su veredicto. Que este ejercicio no sea alimentado por las pasiones como quien anima al equipo de sus amores, sino haciendo uso de la racionalidad, visualizando lo que sea mejor para Chile y su destino, transformando la raya en la papeleta un golpe de timón que permita la corrección del curso y retorno a la ruta del progreso.

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   Fuente:    https://viva-chile.cl/  de  Juan Pablo Zúñiga

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HASTA CUÁNDO BAQUEDANO

HASTA CUÁNDO BAQUEDANO
Oscar Acuña Poblete: El mercurio, Cartas al Director
¡HASTA CUÁNDO BAQUEDANO!
Óscar Acuña Poblete, Abogado
El Mercurio, Cartas al Director, 17/10/2020
Señor Director:
Nuevamente turbas vandálicas han atacado la tristemente célebre zona cero de nuestra capital. Han pintado de rojo el monumento del general Baquedano (frustrados por no poder echarlo abajo), martillado el león alado (donación de la colonia italiana) y han vivido su tradicional fiesta de destrucción, terror a los vecinos y matonaje cultural.
Nuestras autoridades de todo orden brillan por su ausencia (sin excluir por cierto entre ellos al contralor general de la República, de penoso desempeño), pues en Chile hoy impera la ley del más fuerte y algunos prefieren callar, hacer mutis por el foro o dejarse llevar por la ola, pues, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Frente a estos luctuosos hechos que denotan intolerancia y ausencia de valores de todo tipo, aspiro a que, al menos, se tomen definiciones que eviten seguir mancillando a personajes que dieron todo por nuestra patria.
Es tiempo de que el Consejo de Monumentos tome postura y salve este monumento, disponiendo su traslado a un lugar digno y apropiado para el general Baquedano, que claramente no es el actual.
Quizás, para no entregar este espacio a esta chusma inconsciente, sería bueno instalar a otro prócer que merece ser destacado y que esperemos no genere esta controversia: ¿Por qué no poner en ese lugar de privilegio de nuestra capital a Manuel Rodríguez Erdoiza, que hoy está invisibilizado en el cabezal norte del Parque Bustamante?

Sea cual sea la definición que adopten, que hagan algo de una vez por todas y actúen, pues claramente la Ley de Monumentos, en lo que dice relación con estos monumentos públicos, es letra muerta.

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EL ABRAZO DEL OSEZNO

EL ABRAZO DEL OSEZNO
El Partido Comunista (PC) ha sido parte de la coalición de gobierno en tres ocasiones del devenir político chileno. En los años 30*s y 40*s integró el llamado Frente Popular, en los 70*s fue parte de la llamada Unidad Popular (UP) y en este ultimo tiempo integró la llamada Nueva Mayoría.
EL ABRAZO DEL OSEZNO
En las tres ocasiones, su participación terminó en catástrofes: en los años 40*s, fue expulsado, proscrito por una ley aprobada trasversalmente y en tiempo récord (la “Ley de Defensa de la Democracia”) y perseguido con dureza; en 1973 terminó en un golpe de estado militar seguido de una dura y prolongada represión; en la ocasión másreciente, el epílogo fue un fracaso como gobierno y la peor derrota electoral de la izquierda en toda la historia republicana, con el PC por debajo del 5% de la votación. La insólita recurrencia de estos sonados y hasta trágicos fracasos impone una pregunta trascendente: ¿han sido solo una desafortunada coincidencia o son el obligado resultado de una causa estructural?
Toda duda razonable al respecto la disipa un somero análisis de la doctrina histórico – filosófica marxista y de su traducción en una praxis política leninista que conforman la esencia de lo que son todos los PC*s que existen o han existido en el pasado, incluido por supuesto el chileno. Para comprender la singularidad de estos PC*s en relación a los otros partidos políticos, es imprescindible repasar esos fundamentos. Y ello porque el comunismo, como muchas veces he afirmado, tiene mucho mas parecido con una religión que con los demás partidos que actúan en el campo político convencional. Es, como el propio cristianismo, una causa confesional en que toda la forma de la existencia y de la acción derivan de la absoluta aceptación de ciertos dogmas fundamentales. Así como cuando una persona se declara cristiana asume toda una serie de dogmas que suponen la definición de un sistema vivencial, y ello aunque jamás haya siquiera oído nombrar la “Suma Teológica” de Santo Tomás, cuando un joven se decide por ingresar al PC porque lo abruman las obvias injusticias de nuestra sociedad, esta también asumiendo un conjunto de dogmas de que deriva un sistema de vida y de acción completamente diferentes, y ello aunque jamás haya leído “El Capital” o “El Manifiesto del Partido Comunista” que son el equivalente de los Evangelios para el cristiano.
Ahora bien, cuando surge un genio que trasforma ese tipo de adicción confesional en una organización para la acción política, obtiene una fuerza capaz de redibujar la historia y la sociedad. Es lo que hizo Constantino y sus sucesores con el cristianismo, es lo que hizo Mahoma con el islamismo, es lo que hizo Lenin con el marxismo. Y lo que lograron está a la vista: los emperadores romanos le dieron vida milenaria a una estructura imperial que ya decaía en la emblemática fecha de 312 DC; Mahoma y los primeros califas conquistaron medio mundo y sus seguidores todavía hoy son capaces de abatir las Torres Gemelas en Nueva York; Lenin y sus sucesores en la Secretaria General del PCUS gobernaron la mitad de la humanidad durante casi un siglo y plantaron bombas de tiempo en todo el resto del mundo, como es el PC en Chile.
Pero ¿en que consiste la cosmovisión marxista y la praxis leninista para ser capaz de amenazar con tales efectos? No bastan los estrechos márgenes de una simple reflexión para siquiera resumirlas, pero podemos anunciar sus capítulos esenciales. El universo no es más que la ciega y eterna evolución de la materia bajo la acción de leyes físico – químicas inalterables; no existe un “deux ex machina” y no existe un plan con algún propósito; la especie humana no trasciende su existencia física y, como toda otra, se esfuerza por sobrevivir con los productos que le ofrece el entorno y los que logra con su industria; todo lo que aprende y aplica para mejor producir es solo fruto de la experiencia histórica (el principio del “materialismo histórico”) puesto que no existe nada parecido a una “revelación” divina; la tecnología inventada y la inevitable división del trabajo producen clases sociales en perpetua pugna por los bienes materiales y solo eso determina el devenir de la historia (principio de la “lucha de clases”); la sobrevaloración de los medios de producción en deprimento del trabajo produce el capitalismo que oprime a las grandes mayorías.
Sobre ese imponente edificio de dogmas, que hunde sus raíces en aquellos filósofos griegos del siglo VI AC que fueron los primeros en atreverse a pensar en la aterradora posibilidad de un universo sin Dios y sin propósito, Lenin construyó la estructura de un partido político cuya meta es alcanzar el poder absoluto necesario para forjar una sociedad sin clases, en que todos los medios de producción están en manos del estado, en que todos los bienes son comunitarios, en que no cabe ni el individualismo ni la disidencia. En armonía con la cósmica amplitud de los dogmas, lo diseñó a escala mundial porque los explotados, cuya representación y dirección asume, existen en todas partes y las fronteras políticas son antojadizas divisiones de una humanidad en que las únicas fronteras reales son las de las clases sociales (de allí el slogan “¡proletarios del mundo, uníos!”). Consiente de la enorme superioridad que adquiere una minoría organizada, jerarquizada y con jefatura suprema omnipotente frente a una mayoría amorfa y anárquica, organizó su partido exactamente como lo tiene la Iglesia Católica y que acumula una eficiencia probada durante dos milenios. Sobre todo, su partido tendría la superioridad adicional de ser el único en comprender que las normas éticas tradicionales no fluyen de un decálogo grabado por Dios en el alma humana (que no existen, según sus dogmas) si no que, como todo conocimiento humano, fluyen de la experiencia histórica, de modo que la verdadera norma ética y valida es que lo bueno es todo lo que ayuda a alcanzar el objetivo propuesto y que lo malo es todo lo que se le opone. Es este postulado el que le posibilitó al partido actuar con la convicción de que los términos “crimen”, “mentira”, “derecho humano” son relativos y solo dependen de las circunstancias.
El efecto de esta explosiva combinación de dogma y praxis lo tenemos todos muy presente. Durante casi un siglo, el PCUS y sus satélites, sembrados por todas partes, controlaron completamente la mitad del mundo y convulsionaron sin descanso a la otra mitad. Tres circunstancias facilitaron ese prodigioso resultado: la rápida conquista del poder absoluto en Rusia, la miseria y desesperación que fueron la herencia de dos Guerras Mundiales y la rápida descomposición de los imperios coloniales con su secuela de muy vulnerables nuevos estados. En ese periodo de gloria comunista, en que la Secretaria General del PCUS fue el equivalente del Pontificado Romano para el mundo católico, se creó un órgano “ad hoc” para la dirección, adiestramiento y apoyo de los PC*s que tenían que coexistir, en todas partes del mundo, con otros partidos políticos en la administración de sistemas democráticos representativos. Fue en ese órgano, el Comintern, en que se forjó la estrategia del desdoblamiento y del doble estándar que todavía hoy caracteriza la acción comunista en todas las partes en que es minoría. Es necesario enfatizar que el PC chileno fue siempre alumno distinguido del Comintern y todos sus dirigentes más característicos fueron asiduos asistentes a sus aulas, aun en las peores épocas del terror stalinista. Para los comunistas, todo estado, incluso el propio, es el instrumento con que una clase social oprime y explota a otras. En las democracias representativas y de economía capitalista, el estado es el instrumento de opresión de la burguesía para explotar al proletariado, así como en el estado socialista es el instrumento del proletariado para destruir a la burguesía. De esa visión surge la estrategia del desdoblamiento y del doble estándar. Mientras tenga que actuar dentro de un sistema democrático, el PC debe desdoblarse siempre en dos frentes, uno dentro del sistema y otro en la clandestinidad. La porción del partido que entra en el juego democrático y hasta logra elegir parlamentarios, aprovecha todas las ventajas del sistema pero siempre tratando de desestabilizarlo, ya sea que esté en el gobierno o en la oposición; la que permanece en la clandestinidad, aprovecha todos los conflictos sociales para fomentar el descontento, la protesta, la violencia, con miras a lograr una sedición. Dentro de estas dos líneas paralelas de acción, perfectamente coordinadas, se dan todas las combinaciones posibles: los pactos temporales con otras fuerzas políticas, la creación de grupos violentistas aparentemente descontrolados, la utilización de compañeros temporales de ruta, etc.
Pero el objetivo es siempre uno y básico, y no es otro que el de la sustitución del detestado sistema democrático representativo por la soñada dictadura del proletariado, que es la que permitirá construir la nueva sociedad y dar a luz a los “hombres nuevos” que no tienen ambiciones y que son perfectamente dóciles y solidarios. Creo del todo innecesario subrayar la cantidad de contradicciones, dobles estándares, disimulos y falsedades que derivan de la práctica del desdoblamiento dentro de un sistema democrático como el chileno. Supongo que, después de considerar todo esto, a nadie le quedarán dudas de la naturaleza estructural que han tenido las tres catástrofes políticas en que han terminado las participaciones del PC en coaliciones de gobierno. Todas ellas fueron fruto de las contradicciones que resultan de la presencia de un proyecto totalitario en un conjunto de otras fuerzas políticas que, sin perjuicio de extremo progresismo social, tienen por meta el perfeccionamiento de la democracia y no su destrucción. No puedo terminar este análisis sin una reflexión sobre las razones por las que, finalmente, el comunismo ha sufrido un fracaso histórico, dejando solo algunos fragmentos fósiles que, como el PC chileno, siguen impulsando un proyecto político superado y trasnochado. Son los dispersos restos de un colosal edificio que se desmoronó; como ese emblemático soldado japonés que, escondido en una selva, sigue combatiendo porque nunca supo que la Segunda Guerra Mundial había terminado.

El derrumbe del comunismo se produjo, en primer lugar, porque su principal fuerza matriz, el PCUS, se hundió con la Unión Soviética que perdió una insensata Guerra Fría con Estados Unidos. Pero las ideas no mueren con los descalabros políticos y lo que realmente ocurrió con el comunismo es que ya estaba muerto cuando cayó la Cortina de Hierro. En realidad murió con el fracaso económico de los países que llegó a gobernar, con la evolución tecnológica y social del mundo libre que hizo desaparecer las clases sociales y el capitalismo de la Revolución Industrial contra los que teorizo Marx, con los horrores de las purgas de Stalin, con la absurda Revolución Cultural de Mao, con la marcha hacia la nada de la Cuba de los Castros, etc. Fue una muerte multisistémica en que, en última instancia, el corazón se detuvo porque no pudo seguir soportando el frio del mundo vacío y sin propósito que Marx postuló. En chile queda un osezno hijo del que fue el gran oso ruso. No tiene futuro, pero tiene un gran y escabroso pasado. Ya no puede matar con su abrazo a partidos políticos bien parados, pero todavía puede ahogar a los tontos útiles.

Orlando Sáenz 

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

Comandantes chilenos de U-Boote (Clemente Balladares Castillo, 05 de abril de 2019)

Comandantes chilenos de U-Boote (Clemente Balladares Castillo, 05 de abril de 2019)
Un santiaguino y otro oriundo de Viña del Mar en la marina nazi. Erwin Schwager, quien nació en la capital chilena el 9 de enero de 1917, comandó el U143 a sus 25 años; aunque este era un submarino-escuela, su experiencia de guerra fue notable. Se graduó como oficial de la Kriegsmarine en 1937 con promociones sucesivas en los tres años siguientes.
Erwin Schwager, quien nació en la capital chilena el 9 de enero de 1917, comandó el U143 a sus 25 años; aunque este era un submarino-escuela, su experiencia de guerra fue notable. Se graduó como oficial de la Kriegsmarine en 1937 con promociones sucesivas en los tres años siguientes.
Antes de ser comandante estuvo en el U573 en su última patrulla de combate como Primer Oficial de Cubierta (IWO) que en realidad era el segundo al mando y encargado de dirigir los torpedos al blanco. Salió de Pola, en Croacia, el 20 de abril de 1942 con la misión de patrullar el Mediterráneo teniendo como capitán a Heinrich Heinsohn. Particularmente buscaban los portaviones de la Royal Navy que operaban entre Gibraltar y Malta. Nueve días después tuvieron problemas con los motores que los mecánicos intentaron arreglar durante la navegación.
El primer día de mayo, ya cerca de las costas de Argelia, un avión Hudson inglés los bombardeó con cargas de profundidad dañándolos gravemente en la popa a la altura de la quilla. Por radio reportaron su condición al U74 y al U375 e incluso a los submarinos italianos Emo y Mocenigo, pero los aliados ya habían despachado más aviones y dos destructores desde Gibraltar. La situación se estaba haciendo desesperada y el capitán pensó que debía hundir su bote, pero los mecánicos repararon uno de los motores y recibieron órdenes de alcanzar la neutral España en el Puerto de Cartagena. Lamentablemente el U74 fue hundido por los destructores. Antes del mediodía del día siguiente el U573 llegó a salvo.
El U573 pasó el tiempo estipulado por las leyes internacionales para reparación sin éxito y fue decomisado por España; antes de esto la tripulación destruyó toda la documentación importante y parte de equipos estratégicos. Luego fueron repatriados a Alemania en julio. Al mes siguiente fue asignado al U404 bajo las órdenes del capitán Otto von Bulow, igualmente como primer oficial partiendo de Saint Nazaire el 23 de agosto a una patrulla en el Atlántico Norte precisamente al oeste de Irlanda para emboscar convoyes aliados. Para la medianoche del 11 de septiembre el grupo de caza Stier, donde estaba el U404, ubicó al convoy ON127. Uno de los barcos en el grupo era el tanquero noruego Marit II. Schwager apuntó y disparó tres torpedos. Igualmente el U608 lanzó sus armas a esa sección del convoy, es casi confirmado que solo uno de los torpedos del U404 fue el que impactó al noruego dañándolo. No obstante el Marit II logro continuar y alcanzar puerto destino.
Al día siguiente continuó la caza sobre ese convoy atacando a otro tanquero noruego, el Daghil, a las 6 de la mañana le disparó un solo torpedo que impactó directo al buque; sin embargo, el mismo no se hundió a pesar del grave daño que abrió un boquete de lado a lado. Tampoco se incendió el diésel transportado ni sufrieron daños los aviones y barcazas que eran su carga adicional.
El día 20 de septiembre fueron reabastecidos por el U461 y para el 26 a las 10:30 de la mañana, en medio del Atlántico Norte, Erwin lanzó tres torpedos al convoy RB1 y alcanzó al destructor inglés HMS Veteran (D72). Esta vez dos de los torpedos impactaron al destructor hundiéndolo de inmediato, los 159 tripulantes y 78 náufragos rescatados previamente por el Veteran murieron. A principios de octubre el U404 recibió la orden de regresar a la Francia ocupada.
Un detalle final del U404 es que en su segunda patrulla antes de que Schwager fuera su primer oficial, este submarino hundió al barco neutral chileno Tolten con puerto base de Valparaíso. De 27 tripulantes solo sobrevivió uno. Esto hizo que Chile casi entrará en la guerra.
Dos meses después a Erwin se le comandaría el U143 en patrullas de entrenamiento hasta febrero de 1943, no lucharía más en la guerra pero alcanzó el grado de capitán al año siguiente. No se tiene más información de Erwin luego del fin del conflicto. Buscando someramente en la red encontré su nombre con año de nacimiento aproximado: murió el 5 de octubre de 1992 en Estados Unidos, la genealogía dice origen alemán y aparentemente tuvo un hijo en 1945 con Marge Lieberman.
Heinrich von Holleben, de Viña del Mar, aparece en la placa memorial que corresponde al U1051 en Möltenort ubicado en la costa norte de la Bahía de Kiel, en Alemania. Un águila de piedra con sus alas abiertas hacia el mar y abajo el símbolo de los laureles con el perfil de un submarino anuncian que bajo sus garras están citados los nombres de 35.000 hombres que murieron en los U-Boote de ambas guerras mundiales.
Von Holleben destaca de primero en esa placa como comandante de ese bote precediendo a sus otros 46 tripulantes. Nació en esa ciudad chilena el 13 de marzo de 1919 y se graduó de subteniente marino en abril de 1943. El 4 de marzo del año siguiente sería nombrado comandante del U1051, no obstante se entrenaría con la 5ta Flotilla hasta noviembre y abordaría en Kiel su submarino desde el 18 hasta el 23 de diciembre de 1944 llegando a Noruega. Pasó la Nochebuena con su esposa e hijo antes de embarcarse a su patrulla de combate el 28 en Horten.
Navegó hacia Dinamarca para luego subir al norte de Escocia y penetrar el Mar de Irlanda: era meterse en aguas internas del Reino Unido prácticamente. El 21 de enero de 1945 hundieron al barco noruego Galatea con un solo torpedo en la proa de estribor justo en la línea de flotación lo que ocasionó se hundiera en segundos pereciendo todos los 21 tripulantes menos uno cerca de el Canal de San Jorge.
Cinco días después torpedea a la fragata HMS Manners (K568) a 20 millas al sur de la Isla de Man. El Manners se quebró a la mitad, asombrosamente siguió a flote aunque solo se hundió la popa con 4 hombres, 15 heridos y 35 ilesos fueron remolcados. Esta acción ocasionó el contrataque de la fragata HMS Bentinck, que lo atacaría con varias cargas de profundidad. Al acoso se unirían dos fragatas más: HMS Aylmer y HMS Calder. Luego de las repetidas descargas Heinrich se vio obligado a subir a la superficie momento en el que sería embestido por la fragata HMS Aylmer. Hay fotos dramáticas de este enfrentamiento en esas frías aguas del Mar de Irlanda. Para este autor oriundo del azul caribeño pero quien vivió en la Isla de Man, esas aguas son gélidas y oscuras. Esa sería la tumba del U1051 y sus hombres.
Su viuda e hijo regresaron a Chile en 1947 a bordo del transporte de la Armada nacional Errazurriz. Por internet no hay más detalles de esa familia.
  Clemente Balladares Castillo
Sus notas las ha escrito primero para el sitio virtual ¨codigonezuela¨ y el portal ¨natura-digital¨, órgano divulgativo de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle
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Cadete Eduardo Aldunate, en “La Tercera” de hoy: La disuasión y el orden público

Cadete Eduardo Aldunate, en “La Tercera” de hoy: La disuasión y el orden público
En el ámbito de la estrategia militar, la disuasión se refiere al conjunto de medidas que generan en un adversario la convicción que asumir una decisión- por las potenciales consecuencias que le puede acarrear- lo lleva a la decisión de desistir de hacerlo. En nuestro caso, más de 100 años de paz nos indican que esta estrategia ha sido eficaz. Para el control del orden público creo que este tema es atingente.
Cadete Eduardo Aldunate, en “La Tercera” de hoy:
 La disuasión y el orden público
SEÑOR DIRECTOR:
En el ámbito de la estrategia militar, la disuasión se refiere al conjunto de medidas que generan en un adversario la convicción que asumir una decisión- por las potenciales consecuencias que le puede acarrear- lo lleva a la decisión de desistir de hacerlo. En nuestro caso, más de 100 años de paz nos indican que esta estrategia ha sido eficaz. Para el control del orden público creo que este tema es atingente.
A la luz de las experiencias recientes, mi sugerencia se orienta a que quienes participen en el proceso de modernización de Carabineros, observen en aquellos países que tomamos de modelos a seguir, cómo ellos han generado conductas en los ciudadanos para que actúen en la forma debida dentro de un legítimo régimen democrático. Hay que explorar cómo han logrado transmitir el mensaje y lo han concretado en acción, para que aquellos que pretendan alterar el orden público o atacar a las policías, sepan -de antemano y con claridad- que de hacerlo, dentro del marco legal tendrán severas consecuencias, lo que en nuestro caso, ha resultado muy deficitario.
Por cierto que la importancia de las normas de convivencia con sus límites se construye desde la familia, con educación cívica en los colegios, con leyes adecuadas, tribunales eficientes, con procedimientos policiales ajustados a derecho e instituciones respetadas y que funcionen. Así considerado, creo que la disuasión en este ámbito tiene sentido ya que es la sociedad toda quien la ejerce y no solo las policías.
Por otra parte, estoy seguro que en esos países, la sociedad no es neutral ante la violencia -sin sectores que la validen cuanto sea buena para sus objetivos- y, desde luego, sus autoridades respaldan a sus policías cuando ellas actúan conforme a la ley.
En síntesis el desafío es más amplio que modificar las estructuras o procesos administrativos u operativos.

Eduardo Aldunate Herman

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Carta al Director: Asalto al Palacio de Invierno

Carta al Director: Asalto al Palacio de Invierno
LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN, SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE LA UNIÓN DE OFIALES EN RETIRO DE LA DEFENSA NACIONAL
Comentando lo manifestado por Agustín Squella —hay que preocuparse más del millón doscientos mil chilenos presentes en la marcha de octubre 2019 y no de cincuenta vándalos— el destacado columnista Andrés Montero Jaramillo dijo: “Los vándalos fueron miles en todo Chile, estaban organizados y el daño que le hicieron a Chile y a los chilenos fue terrible. No es descartable que vuelvan a la carga y para eso hay que tener un plan preciso de acción, de lo contrario es posible que bajen por Alameda y se instalen en La Moneda”.
Viña del Mar, 4 de octubre de 2020.
Señor Director:
Comentando lo manifestado por Agustín Squella —hay que preocuparse más del millón doscientos mil chilenos presentes en la marcha de octubre 2019 y no de cincuenta vándalos— el destacado columnista Andrés Montero Jaramillo dijo: “Los vándalos fueron miles en todo Chile, estaban organizados y el daño que le hicieron a Chile y a los chilenos fue terrible. No es descartable que vuelvan a la carga y para eso hay que tener un plan preciso de acción, de lo contrario es posible que bajen por Alameda y se instalen en La Moneda”.
            No es por ser catastrofista, pero estas crudas palabras de Andrés Montero describen una posibilidad que debe ser tomada en serio.
En cualquier momento podrían reanudarse los actos de violencia y de destrucción vandálica iniciados con el estallido terrorista del 18 de octubre, impulsados por los promotores de la subversión y de la insurrección revolucionaria en curso, quienes se sienten libres y envalentonados para cometer tales actos porque no encuentran resistencia alguna, ni moral —ya no han sido condenados categóricamente; por el contrario, hay quienes los legitiman— ni física, puesto que no ha habido Fuerzas de Orden ni FF.AA. que se les opongan eficazmente. Esto último porque tales Fuerzas están sometidas a unas Reglas de Uso de la Fuerza tan extremada e imprudentemente restrictivas que, prácticamente, le impiden a los miembros de tales instituciones utilizar armas letales, dejándolos  sin capacidad disuasiva o represiva —ni siquiera serían capaces de evitar que turbas descontroladas destruyeran las mesas (urnas y libros de registro) e, incluso, incendiaran los locales de votación durante el próximo acto plebiscitario—, dejando a Chile indefenso y condenado a caer en manos de quienes están promoviendo la anarquía, el caos, la disolución social y la insurrección revolucionaria a fin de derrocar al gobierno legalmente constituido, hacerse con el poder total e instaurar una tiranía totalitaria que ahogaría la vida, la libertad, la propiedad y los demás derechos humanos de los ciudadanos. En un eventual asalto decisivo al “palacio de invierno” los revolucionarios usarían todo su potencial, incluidas las armas que tienen guardadas “por si las moscas”.
El Estado no solo tiene el derecho, sino que el deber de defenderse, con todos los medios a su alcance, aunque para ello sea preciso adoptar medidas extremas. Los gobernantes, por deber de autoridad, están obligados en justicia a aplicar la violencia física legítima del Estado para reprimir a quienes subvierten el orden social; los que no están dispuestos al diálogo o a escuchan razones, que no desisten en su empeño por llamados al orden y no son disuadidos por amenazas de “querellas contra quienes resulten responsables”.
Salus populi suprema lex est (la salvación del pueblo es ley suprema) era el primer principio del Derecho Público Romano. La historia solo condena a los pueblos que renuncian a defenderse.
            
                                  Atentamente le saluda.
Adolfo Paúl Latorre
Abogado