Columna de Opinión

Pobre Más Pobre y Rico Más Rico. Blog de Hermogenes Perez de Arce, 11 de abril 2014.//// ¡Por la FUT, otra vez el Faraón!. El Mercurio, 12 de abril 2014, Gerardo Varela, abogado.

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Como es característico de las democracias populares, en una de las cuales se convertirá Chile, estas reformas nos harán a todos los chilenos más pobres, con excepción del más rico entre nosotros, el Estado, que se hará todavía más rico, naturalmente que a expensas de los demás.////////Acabo de ver la declaración de impuestos que preparó mi contador, cuyo nombre guardaré en reserva, porque con la reforma tributaria su actividad y la mía se transformarán en una actividad sospechosa. Pasaremos a ser un “gasto rechazado”.
La primera etapa de la revolución socialista chilena en curso es la Reforma Tributaria. La segunda consistirá en la Reforma Educacional y la tercera en la Reforma Constitucional. Tal como lo pidió “la calle” en 2011, cuyos postulados eran exactamente esos, aunque se voceaban con un fraseo ligeramente diferente: educación pública gratuita, financiada con mayores impuestos y asamblea constituyente.
El mandatario de la época dijo que se trataba de un movimiento “noble, grande, hermoso”, pero yo le aclaré en este blog que era un alzamiento revolucionario en su contra. Sin embargo, parece que no lo leyó.
Afortunadamente, los revolucionarios no tuvieron necesidad de emplear la fuerza para hacerse del poder, porque a poco andar quedó claro que la candidata de la rebelión de la izquierda tenía la elección presidencial de 2013 asegurada, de modo que podían revolucionar a la sociedad chilena desde sus cimientos desde el propio gobierno. Y es lo que están haciendo.
Como es característico de las democracias populares, en una de las cuales se convertirá Chile, estas reformas nos harán a todos los chilenos más pobres, con excepción del más rico entre nosotros, el Estado, que se hará todavía más rico, naturalmente que a expensas de los demás.
Los propietarios chilenos serán más pobres porque el precio de sus inmuebles será menor, debido a que, al venderlos, deberán pagar un 35% de impuesto sobre la plusvalía que se haya generado desde que adquirieron su propiedad, urbana o rural. Sólo quienes tengan nada más que una vivienda y vivan en ella, quedarán exentos del nuevo impuesto por las primeras UF8.000 de plusvalía, si la venden.
Los trabajadores que cotizan en AFPs serán más pobres, porque sus fondos, invertidos en acciones chilenas, valdrán menos debido a que el alza de impuestos disminuirá las ganancias de las sociedades anónimas y, por tanto, su valor como empresas. Se ha calculado que las futuras pensiones de los trabajadores serán un 6% más bajas a raíz de los mayores impuestos.
Por lo mismo, todos los accionistas de sociedades anónimas resultarán empobrecidos en razón de que recibirán dividendos reducidos por esos mayores impuestos.
Y los que hayan constituido sociedades de inversión para no ser gravados con la tasa máxima actual del 40%, y pagaban 20% sobre utilidades, ahora deberán pagar 35%, a raíz del término del Fondo de Utilidades Tributables que les permite reinvertir en la empresa esa diferencia de 15%. Todas esas sociedades valen ahora menos y sus socios son, por eso, más pobres.
Otros empresarios que se acogían a franquicias tributarias también serán más pobres en la medida en que tales franquicias sean derogadas.
El único que realmente ganará con esta Reforma será el más rico de todos, el Estado, que es dueño de innumerables empresas y de 17 mil bienes raíces a lo largo del territorio. En lo sucesivo, en cifras redondas, verá aumentadas sus rentas en 15% de lo que hoy ganan todas las empresas chilenas.
Y, además, cuando se reemplace la Constitución, la principal reforma a que aspiran los revolucionarios del Gobierno es la de reducir el quórum de dos tercios que garantiza el derecho de propiedad, y rebajarlo a la simple mayoría de los parlamentarios. Y como ellos ya tienen esa mayoría, podrán expropiar cualquier cosa. De modo que, también por ese capítulo, los bienes de los chilenos valdrán menos, porque la propiedad sobre los mismos se tornará más precaria.
Son suficientes razones para que el más rico de todos se sienta más rico y los demás nos volvamos más pobres

POR LA FUT OTRA VEZ EL FARAÓN
Acabo de ver la declaración de impuestos que preparó mi contador, cuyo nombre guardaré en reserva, porque con la reforma tributaria su actividad y la mía se transformarán en una actividad sospechosa. Pasaremos a ser un “gasto rechazado”.

Viendo lo que debo pagar el próximo 30 de abril y a propósito de la discusión tributaria me enteré, con júbilo, que yo era uno de los 28.000 chilenos que pagaban el 40% de impuestos. El primer registro que se tiene del pago de impuestos está en el Génesis (Cap. 47, versículo 24). La Biblia nos cuenta que, en ese modelo de participación social que era el Egipto de las pirámides, el faraón cobraba 1/5 de sus cosechas a los súbditos. Nuestro Estado sin embargo cobra el doble.

Pero no solo eso, además el Estado cobra otro quinto en IVA. Como si los 3/5 fueran poco, cobra contribuciones de bienes raíces, patente de auto y peajes, y cuando me muera cobra impuesto de herencia por lo que queda. Además me cobra patente municipal para ejercer mi profesión, que ahora condena por “elusiva”.

El faraónico Estado chileno recibiendo 3 veces más que el Faraón original y con un gasto público anual mayor que el PIB uruguayo no es capaz de darme servicios básicos de calidad y por eso además pago AFP, isapre, colegios, universidades y seguridad privada, con lo cual tengo que gastarme otro quinto más. No vamos a mencionar gastos “superfluos” como vivienda, luz, agua, gas, mesadas, etc.

Entonces, para las buenas cosas de la vida, como comer, vacacionar y pololear con mi señora, me queda algo menos de un quinto de lo que produzco. De ese quinto sin embargo ahorro para mi vejez en una sociedad familiar. Ese ahorro se llama FUT, y hasta ese recóndito lugar de mi vida privada, ahora llega el Faraón. Él contribuía a mi ahorro cobrándome “solo” un bíblico 20% de impuestos si no me gastaba esa plata. Ahora me dice que no es suficiente y que me lo va a subir al 35%.

El Faraón me dice que es injusto que haya tantos chilenos que tengan que pagar por su universidad, mientras yo ahorro para la vejez con mi señora. De hecho, no sé si a esas alturas, ya transformado en un egipcio pobre y esquilmado, me siga aguantando. Tal vez me quiera cambiar por un miembro de la corte del Faraón donde terminará nuestro FUT.

Un abogado como yo paga un 40% de impuestos sobre lo que gasta y un 20% de impuesto sobre lo que ahorra. Eso se llama FUT. La diferencia del otro quinto la pagaremos con mi señora cuando retiremos ese ahorro de nuestra sociedad. Ese ahorro lo canaliza el mercado de capitales hacia proyectos de inversión que crean empleo y crecimiento. Cambiar ese ahorro de muchos chilenos por gasto fiscal es un disparate. Lo más probable es que ese FUT termine en una pirámide tipo Transantiago o en algún museo o centro cultural faraónico.

Algún ayudante del Faraón cree que los egipcios somos lesos y que los problemas de Chile se arreglan si a algunos vivos se les prohíbe pedir factura en el Jumbo cuando en realidad el SII ya castiga eso con un 35% de impuesto. ¿Alguien creerá que ese es el problema tributario chileno?

La verdad es que el Faraón nos está tratando de echar arenas en los ojos. Nos dice que otros países tienen más carga tributaria, lo que es obvio si pagan pensiones que él no hace; nos dice que somos los más desiguales del mundo, lo que es falso si se calcula honestamente; nos dice que solo afecta a los ricos, cuando los impuestos son un costo transitorio para ellos y permanente para la clase media y los pobres. Chile tiene un déficit de ahorro, no de gasto fiscal, y esta reforma profundiza el problema. Chile tiene un problema de gestión estatal y esta reforma solo posterga enfrentarlo.

Por eso, al igual que Tutankamón, que derramó su maldición contra todos los que interrumpieron su descanso, yo condeno a los amanuenses del Faraón a escribir, por toda la eternidad, “mientras no use bien las pirámides que tengo, no usaré el FUT para construir otra”, y los condeno además a tener hijos abogados y contadores que se dediquen a eludir impuestos.

La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos
de apoyar una causa que creemos que es justa.
Abraham Lincoln

Columna de Opinión

EL GOBIERNO MÁS ORIGINAL DE LA HISTORIA POR Joaquín García Huidobro “El Mercurio” 23. ENTRE ABORTOS Y… SILLAS MUSICALES POR Lillian Calm Periodista Temas.cl 26 03 2014. LOS MISMOS DE SIEMPRE. POR Axel Buchheister Abogado “La Tercera” 23 03 2014

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
:Escribe Lillian Calm “Distinto es cuando se aborta terapéuticamente a una autoridad… porque entonces lo que se procura es sanar, curar, la institucionalidad democrática abortando lo que no se condice con un buen gobierno”.Escribe Axel Buchheister: “Pero instalado el flamante gobierno, poco ha cambiado. Si bien en el gabinete ministerial hay caras nuevas y prometedoras, a nivel de subsecretarios comenzaron los problemas”.

“Uno pensaría que un gobierno que no ha logrado armar bien sus equipos tendrá especial prudencia a la hora de pedir renuncias. Parece, sin embargo, que resulta más excitante aplicar la guillotina cuando no se sabe lo que vendrá…”

Los críticos del nuevo gobierno son tan obcecados que no son capaces de reconocer que esta es la administración más original de nuestra historia.

La primera originalidad consiste en que, desde hace un par de años, todos los chilenos sabíamos que Michelle Bachelet ocuparía la Presidencia de la República en 2014. Como ella se hacía la silenciosa, pensábamos que su silencio estaba lleno de contenido, que estaba preparando los mejores equipos para gobernar y que tendríamos un programa a la medida de las necesidades del nuevo Chile.

La primera alarma sonó con el retraso del programa, pero nadie le dio mucha importancia, porque los chilenos esperaban que pronto se develaría el secreto y que vendría algo muy poderoso, como esos regalos en que una caja gigantesca esconde a otra, y ésta a otra, hasta que se llega a una cajita minúscula que alberga un diamante de enorme valor.

¿Y qué escondía el silencio de Michelle Bachelet? En estos días hemos descubierto que el mutismo no contenía nada. Como se ve, muy original.

El silencio no era más que un ardid para seducir a los electores, que ahora se preguntan desconcertados: “¿Y qué hizo ella en los últimos dos años? ¿Cómo no organizó las cosas de modo que nos ahorrara este festival de improvisaciones?”.

Las originalidades continúan. Nunca nos había pasado que los subsecretarios tuvieran que renunciar antes de haber asumido. Bastante original. En esos casos, la política es muy indulgente y quien hace de cabeza suele perdonar una y quizás otra vez. Pero a la tercera, no hay gobernante en el planeta que no cambie de asesores. Aquí, sin embargo, no solo han permanecido, sino que en estos días han repetido el espectáculo, esta vez con varios gobernadores. Al momento de redactarse estas líneas iban cuatro, pero todo es tan dinámico que uno nunca sabe.

El caso más notable fue el de la gobernadora de Chiloé, cuestionada por contar con puntaje propio de una persona indigente en su Ficha de Protección Social, sin que, al parecer, cumpliera con esa condición. Menos mal que el senador Girardi se apresuró a avisarnos antes que cualquier vocero que la Presidenta le había pedido la renuncia, y pudimos respirar tranquilos, mientras aprendíamos, de paso, que para saber lo que pasa hay que preguntarle a Guido.

Las rarezas no quedan ahí. Uno pensaría que un gobierno que no ha logrado armar bien sus equipos tendrá especial prudencia a la hora de pedir renuncias. Y si su misma coalición (en su versión concertacionista) ha establecido un sistema especial y objetivo de selección en la Alta Dirección Pública, lo menos que cabe esperar es que lo respete, máxime cuando la Presidenta había dicho que se someterían a evaluación esas personas antes de proceder a despidos. Pero en el Gobierno Original lo que diga la Presidenta no es lo relevante. Además, resulta más excitante aplicar la guillotina cuando no se sabe lo que vendrá.

Por otra parte, uno imaginaría que los despidos afectarían a enemigos particularmente poderosos, pero no: aquí nadie se salva, aunque sea el ayudante del maestro de cocina o la cuidadora del patrimonio de La Moneda. Y si el Gobierno, a pesar de todo, procede a realizar esas desvinculaciones, no puede justificarse diciendo que “la Alianza hizo lo mismo”, como si el adversario fuera el máximo modelo moral que debe ser imitado.

Pero hay más. Normalmente uno echa a los enemigos, pero aquí se ha cortado la cabeza a personas de izquierda, que habían aguantado estoicamente los cuatro años de la Alianza, esperando que vinieran tiempos mejores. No sabían que en el Gobierno Original se castiga a los amigos. Ya lo decía Stalin: “El Evangelio dice que hay que amar a los enemigos, pero en ninguna parte dice que hay que amar a los amigos”.

Por favor no se aburra, porque le dejé para el final la originalidad más interesante de todas, porque el Gobierno Original se llama así porque prescinde de su mejor gente. ¿Qué diríamos si a Sampaoli se le ocurriera partir al Mundial de Brasil sin convocar a Alexis, Medel, Valdivia y Vidal? Ni en la peor de las pesadillas podríamos pensar en algo semejante. Todos sabemos que la Concertación tenía figuras notables, verdaderos astros de la política. Estamos convencidos de que cualquier coalición del mundo querría contar en sus filas con Escalona, Alvear, Martínez o Vidal. Pero en el Gobierno Original todo es distinto: aquí los mejores han quedado fuera de la cancha.?

Joaquín García Huidobro

“El Mercurio”

23 03 2014

Primero se me vino a la memoria el juego aquél de las sillas musicales. Según se detiene y recomienza la melodía hay que retirar una de las muchas sillas, tantas como participantes, y quien no encuentra donde sentarse debe salir de escena y así hasta que queda un solo ganador y, por supuesto, una sola silla.

Pero al comprobar que, unas tras otras, las nuevas autoridades iban retirando sillas, es decir, se veían obligadas a entregar el “sobre azul” a los recién designados por ellas mismas —subsecretarios, gobernadores, seremis y de un cuantuay—, y prácticamente en todos los casos (menos uno, me parece) por carecer de antecedentes impolutos, pensé más bien que ya el Ejecutivo había comenzado a aplicar el tan anunciado aborto terapéutico.

Entendámonos bien: el aborto (que a secas o que con el apellido de “terapéutico” sigue siendo aborto) está proscrito de nuestra legislación, pero la verdad es que, ¿qué son sino abortos terapéuticos los que se han practicado con este desfile de autoridades no natas que ni siquiera han podido emerger del vientre materno?

Dejándonos de metáforas, científicos serios —aquellos no ideologizados— argumentan que no existe el aborto terapéutico, simplemente porque terapéutico significa curar, sanar, y ningún aborto cura ni sana a nadie. Con esa acción sólo se está asesinando a un inocente no nacido y creándole a la madre una culpa que arrastrará de por vida. Es por ello que el término es considerado una simple falacia (del latín fallacia, engaño) cuando se plantea en el caso del embrión.

Distinto es cuando se aborta terapéuticamente a una autoridad que sin pergaminos osó tener la pretensión de acomodarse en su silla musical, porque entonces lo que se procura es sanar, curar, la institucionalidad democrática abortando lo que no se condice con un buen gobierno.

Hemos observado cómo altos mandamases de la administración entrante —claro que con indisimuladas pugnas de por medio, según el partido al que pertenezcan— se han visto obligados a recurrir a esta medida sin retorno para sanear algunas reparticiones. Así se ha evitado que ciertos cargos fueran detentados por personajes dispuestos a lucir el rótulo de funcionarios “de confianza”, a pesar de estar muy lejos de ostentar los requisitos requeridos.

Sumando, ya han sido cerca de una decena los abortados. A mí no me queda sino celebrar esta acción de parte de la mandataria: aplicar el aborto con autoridades y no con niños, pues como médico pediatra experta en salud pública, ella tiene a su haber el Juramento Hipocrático al que se comprometen los de su profesión y entre los que está muy arraigada esa máxima del propio Hipócrates según la cual “no introduciré a ninguna mujer un pesario o abortivo en la vagina para impedir la concepción o el desarrollo del niño” (Corpus Hippocratícum, Libros Éticos, siglo IV a. C.).

Por todo lo anterior estoy segura de que a pesar de lo que se diga oralmente o en el papel, la Presidenta no puede estar con lo que se ha dado en llamar aborto terapéutico de no nacidos (no de autoridades), aquél que para reconocidos científicos no existe, pero con el que muchos ideólogos buscan matar a pequeños inocentes. Por eso me quedo a la expectativa. Si el aborto terapéutico se aprueba en la legislación chilena, es que simplemente alguien logró doblarle la mano a Su Excelencia.?

Lillian Calm Periodista Temas.cl 26 03 2014

LOS MISMOS DE SIEMPRE
Al terminar su primer mandato, la Presidenta Bachelet tenía una enorme popularidad, la que sin embargo era un activo netamente personal, pues no impidió que la Concertación fuera derrotada. La gente se agotó de una coalición que había devenido en una trenza de “apitutados” en el aparato público, con su secuela de sectarismo, ineptitud y corrupción.

El activo era tan valioso, que bien administrado redituó en una arrolladora reelección. Bien administrado fue sinónimo de callar —exitosamente— que junto a ella estaban los mismos políticos de la Concertación. La campaña se hizo centrada en su persona y “pasando”, sin aclarar nada. Se creó una imagen de ensueño, en que todo lo malo del famoso modelo sería corregido por arte de magia y vendría entonces la igualdad, la inclusión, la reducción de las diferencias de ingreso, etc. Y todo lo haría ella sola, porque los políticos del sector no figuraron para nada. Mejor aún, lograron que la vieja Concertación fuera sustituida por la Nueva Mayoría, conformada por los mismos de siempre más el Partido Comunista. Las encuestas indican que la gente valora más ésta que aquélla, en un margen que supera el aporte del mero partido de la hoz y el martillo, cuando no hay gran diferencia.

Pero instalado el flamante gobierno, poco ha cambiado. Si bien en el gabinete ministerial hay caras nuevas y prometedoras, a nivel de subsecretarios comenzaron los problemas. Dos de ellos cayeron por simple sectarismo interno y otros dos por cuestionamientos de probidad o moralidad. Luego, vinieron las controversias en torno a cuatro gobernadores por situaciones relacionadas, de una u otra manera, con la probidad y el ejercicio anterior de una función pública, que tuvieron que ser sustituidos. También han surgido acusaciones respecto de otros gobernadores e incluso al reemplazante de uno de los caídos, que no está claro si tienen base u obedecen a una revancha de algún postergado. Tampoco los seremis se han escapado de los cuestionamientos. Llama la atención que antes las descalificaciones dentro del conglomerado no afloraban con tanta facilidad; sin duda hay más pugnas intestinas.

Asimismo, entregan luces de cómo vienen las cosas, las peticiones de renuncia a funcionarios de confianza, pero de carácter técnico, y algunos intentos de sacar a quienes no lo son. Si bien en los primeros la facultad legal existe, contradicen el espíritu del sistema de Alta Dirección Pública de tecnificar y despolitizar la administración del Estado, iniciativa que fue adoptada en la época de la Concertación. A la mayoría se les pidió sin más la renuncia. Según los relatos, las conversaciones (para los que tuvieron esa oportunidad) siempre terminaron en un más o menos explícito “necesito el puesto”. Agreguemos los despidos de quienes estaban a contrata u honorarios, incluido personal meramente administrativo. Cuatro años sin pegas públicas han aumentado la presión de los partidarios por lograr un cupo.

Para los que encantados con la sonrisa y empatía de la candidata de la Nueva Mayoría, que la eligieron pensado que todo sería distinto de la vez anterior, se deben desayunar que no ha llegado sola; vienen con ella los mismos de siempre y con las mismas prácticas. Y quizás peor.?

Axel Buchheister Abogado “La Tercera” 23 03 2014

Columna de Opinión

¿Señal de buen corazón?. Blog de Hermógenes Pérez de Arce, sábado 22 de marzo 2014. Bolivia, Chavez y el mar. Fernando Thauby, La Tercera, 17 de marzo 2014.

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Parece indiscutible que no fue Chile quien se alejó de Sudamérica sino parte de Sudamérica, -los bolivarianos Venezuela, Brasil y Argentina y los de Alba, receptores de los subsidios petroleros de Chávez-, los que excluyeron a Chile por razones ideológicas, varios años antes de la existencia de la Alianza del Pacífico y mucho antes del gobierno de Presidente Piñera. Una clara muestra del sectarismo ideológico fundacional del grupo es la mofa que Chávez hacía del Presidente Lagos, quien según Hugo “dice que es socialista” y de Evo que exige a Bachelet que de pruebas de su socialismo cediendo ante Bolivia.
Veo un mal futuro para Chile. Todo lo que se está proyectando va dirigido a demoler lo bueno que queda del modelo que se construyó bajo el gobierno que “le cambió el chip al país”, hoy innombrable hasta en las Declaraciones de Principios de los partidos que lo apoyaron. Ese modelo fue posteriormente preservado por casi un cuarto de siglo con sólo daños secundarios, algunos “rayones en la pintura”. Y ése fue el verdadero “milagro chileno”: que los izquierdistas no lo echaran todo a perder durante casi un cuarto de siglo. Pero ahora está en curso una revolución de izquierda que, como todas las de esa índole, pretende cambiar el modelo por completo, cosa que traerá consigo mucho retraso y sufrimiento.
Pues “la calle”, es decir, una masa primitiva e ignorante, está al mando. A su turno, las élites están ciegas o confundidas. Terriblemente confundidas. El otro día leí con interés en “La Tercera” una entrevista a un escritor e intelectual habitualmente lúcido, Arturo Fontaine Talavera, describiendo el tránsito de Chile hacia la izquierda y haciendo una afirmación inaudita: tras recordársele que alguna vez él había declarado que Sebastián Piñera era muy inteligente, pero debía demostrar que tenía corazón, se le pregunta si ahora ha demostrado que lo tiene, y contesta que sí, “con los derechos humanos, al hablar con ocasión de los 40 años del Golpe y al cerrar el Penal Cordillera”.
Es decir, la jugada política fría, despiadada y cruel del ex Presidente, en el curso de la cual traicionó la palabra empeñada, falsificó la historia, denostó a quienes lo llevaron al poder y castigó y vejó a militares ancianos y enfermos (al costo del suicidio de uno y la muerte del más enfermo de todos), es descrita por este intelectual como prueba de que aquél “tiene corazón”. ¿Es que está la élite aún más ciega que “la calle”?
Pues nadie tiene menos corazón que quien abusa para propio beneficio (remontar en las encuestas) a expensas de los más débiles de nuestra sociedad, como sabidamente lo son los soldados del ’73.
El abogado Adolfo Paúl Latorre, que ha escrito un libro sobre los atropellos al derecho cometidos por los jueces contra esos desventurados, me ha informado de algo que ellos mismos le revelaron: uno de los ministros sumariantes que los procesan ilegalmente les dijo con crudeza: “Ustedes no tienen cómo zafar, porque están solos, no los apoya nadie, ni los activos, ni los retirados, ni los políticos, ni los empresarios, ni las iglesias, ni nadie en Chile ni en el extranjero”. La verdad en toda su crudeza. El Chile de hoy.
Desde luego, se ve que ese ministro conoce a la justicia chilena, ésa que va a “cenas republicanas” bien servidas, en las cuales se hace un elevado recuento y elogio, sin el menor ánimo de rectificación, de las (malas) prácticas políticas y judiciales imperantes, muchas de ellas inconstitucionales, por cierto.
Se ha perdido tanto el sentido de la más elemental decencia y compasión que Teletrece ha exhibido tres veces el penoso y vejatorio traslado a un presidio peor de las desventuradas víctimas de la traición oficial. Familiares de éstas protestan en cartas al diario por la reiteración del vejamen. Pues les resulta doloroso el espectáculo de sus deudos, personas ancianas, algunas de ellas con dificultades para desplazarse (que en cualquier país civilizado habrían obtenido su libertad por razones de edad o salud) siendo sacadas del Penal Cordillera bajo las piedras e insultos de los comunistas oportunamente avisados para funarlos; y luego encerrados en un presidio bajo peores condiciones.
El diario digital “Chile Informa” ha revelado que esa filmación fue obra del gobierno de Piñera y no del Canal 13 que la exhibió, la voz de cuyo locutor fue posteriormente incorporada para presentar la pieza propagandística destinada a asegurar al calculador político, al inspirador de todo, mejoría en las encuestas gracias a la adhesión de los portaestandartes del odio, los adherentes del partido rojo (cuyo emblema de la hoz y el martillo Gendarmería, debidamente autorizada, naturalmente, admitió que se izara en el portón del Penal cuando salían los vehículos trasladando a los desventurados).
¿Qué se puede esperar de un país en que hasta las mentes más lúcidas confunden la perfidia y el cálculo con el buen corazón? ¿Y en que todo el mundo permanece impasible cuando se hace escarnio de la ley, la justicia y la compasión?

Blog de Hermógenes Pérez de Arce, sabado 22 de marzo 2014.

Fernando Thauby, La Tercera, 17 de marzo 2014.

Bolivia, Chavez y el mar.
Los días 11 y 12 de noviembre del año 2004, siete años antes de la creación de la Alianza del Pacífico nacida en 12 de abril del 2011, el comandante Chávez se dirigió a los “señores gobernadores, gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, diputados, diputadas, dirigentes de nuestros partidos políticos, Alto Mando Militar, dirigentes sociales, ministros, ministras, señor vicepresidente y todos ustedes. Presidentes de empresas del Estado, dirigentes de distintos entes públicos de los más diversos”, para explayarse sobre “El nuevo mapa estratégico” en que se movía la Revolución Bolivariana.
El texto del Seminario fue editado por Marta Harnecker, su asesora marxista chilena, quien “suprimió repeticiones y datos de menor interés”, trabajo que sin duda todos agradecemos.
En una de sus intervenciones el Comandante expuso la visión del mundo en que estimaba que se movía Venezuela. Respecto a América Latina señaló:
“En América Latina, vivimos un momento bastante interesante. En América Latina hay un gran forcejeo, es un forcejeo histórico de dos siglos por lo menos. Veamos el mapa de la América Latina y el Caribe. Vamos a mirar América del Sur. Se han venido definiendo dos ejes contrapuestos, Caracas, Brasilia, Buenos Aires. Ese es el eje sobre el cual corren vientos fuertes de cambio con mucha fuerza. El imperio va a tratar de debilitarlo siempre o de partirlo, incluso. Cuando nos dieron el golpe a nosotros antes de que ganara Lula, estaban tratando de evitar la conformación del eje, ya se preveía, pero no pudieron. Además ganó Tabaré Vásquez y el Frente Amplio en el Uruguay, lo cual fortalece el eje que pudiéramos llamar Orinoco-Amazonas-Río de la Plata. … Existe el otro eje, Bogotá-Quito-Lima-La Paz-Santiago de Chile, ese eje está dominado por el Pentágono, es el eje monrroísta y éste (muestra en el mapa) es el eje Bolívar, en referencia al eje Orinoco-Río de la Plata. Bolivia pudiera estarse convirtiéndose en una excepción y pudiera estarse acercando más a este eje. Sin embargo, aún es temprano para concluir en eso, así que Bolivia pudiéramos dejarla todavía allí. Claro que la estrategia nuestra debe ser quebrar ese eje y conformar la unidad Sudamericana y creo que no es un sueño, creo que nunca antes en América se había dado una situación como ésta”.

Parece indiscutible que no fue Chile quien se alejó de Sudamérica sino parte de Sudamérica, -los bolivarianos Venezuela, Brasil y Argentina y los de Alba, receptores de los subsidios petroleros de Chávez-, los que excluyeron a Chile por razones ideológicas, varios años antes de la existencia de la Alianza del Pacífico y mucho antes del gobierno de Presidente Piñera. Una clara muestra del sectarismo ideológico fundacional del grupo es la mofa que Chávez hacía del Presidente Lagos, quien según Hugo “dice que es socialista” y de Evo que exige a Bachelet que de pruebas de su socialismo cediendo ante Bolivia.

Después del fallido golpe de estado del 11 de abril del 2002 que casi lo derriba, Chávez adquirió una sólida antipatía por Lagos y por Chile, a quien acusó de simpatía por los golpistas y a partir de entonces se trasformó en el vocero de la aspiración marítima boliviana. Con la simpatía de los gobiernos de izquierda de la región, mas el apoyo de Fidel Castro el insultador profesional de la izquierda latinoamericana, Hugo las emprendió contra Chile y su Presidente. El 13 de enero del 2004, en la Cumbre de Monterrey, Chávez acusó a Lagos de mentiroso y repitió por enésima vez y en cuanto lugar y auditorio encontró, su voluntad de bañarse en una playa boliviana en el Océano Pacífico. Luego insistió en que Chile debía dar salida al mar a Bolivia y que él le regalaría “todo el asfalto que pudiera necesitar para hacer una carretera hacia al mar”.
En ese mismo contexto, entre Brasil y Venezuela le regalaron un lote de aviones de entrenamiento a la Fuerza Aérea Boliviana. Nada relevante como poder aéreo, pero todo un símbolo político. Poco tiempo después, Evo Morales se declaraba “uno de los admiradores de Fidel Castro y de Hugo Chávez”, y que los consideraba los principales aliados de su gobierno. El 26 de mayo del 2006, Venezuela y Bolivia firman el Acuerdo de Cooperación Técnica “para el mejoramiento y la complementación de las capacidades de defensa de cada país”. Nuevamente, nada para asustarse, pero clara muestra de antipatía hacia nuestro país, ya que se hacían alusiones a la protección de las fronteras bolivianas y la instalación de guarniciones en el Río Silala y otros lugares conocidos por los chilenos.

Brasil, como aspirante a líder regional no podía quedarse atrás, el año 2012, Marco Aurelio García, asesor de Dilma Rousseff para asuntos estratégicos internacionales, propuso que Unasur –una criatura parida por Chávez y adoptada por Brasil a los pocos meses de edad- con el mismo García a la cabeza, tomara cartas en el asunto: “El asesor internacional de Dilma Rousseff aseguró que le gustaría “ayudar” en estos temas”. “estos diferendos se pueden resolver de manera generosa”. Obviamente el peso de la generosidad la pondría Chile. Argentina tampoco se inhibió de dar vuelo al columpio y hacer ruido para que “el problema se resolviera”.

Todo el grupo bolivariano, concertadamente, haciendo fuerza por Bolivia y en contra de Chile.

Es muy curioso que en estos días se diga que, a partir de este gobierno, la política exterior de Chile no tendrá sesgos ideológicos, en circunstancias que hemos sido objeto de un trato excluyente por parte de la izquierda chavista y petista (del PT) precisamente por razones ideológicas.

Morales se creyó el cuento. En su imaginación doblegar a Chile estaba al alcance de la mano, solo faltaba un poco mas de presión y juego de piernas. En uno de sus viajes a Chile los grupos bolivarianos, financiados por Chávez y en parte también por el gobierno argentino, se concentraron en el velódromo del Estadio Nacional para corear “Mar para Bolivia”. Evo se manifestó conmovido y atribuyó este apoyo a la “diplomacia de pueblos”, que saltando por sobre los gobiernos, incluso del que lo había invitado, imponía los deseos de las bases directamente.
Que los concurrentes aplaudieran a Evo y gritaran Mar para Bolivia no era extraño, ya que era la barra organizada y financiada por ellos mismos. El balde agua fría vino pocos días después cuando una encuesta señaló que el 80% de los chilenos ahora se oponía a cualquier dádiva territorial a Bolivia. El tiro había salido por la culata.

Hoy día el bolivarianismo se desfonda y estalla en cámara lenta pero inexorable. Venezuela se aproxima al auto golpe de estado o a la guerra civil, en medio de la quiebra económica, la violencia, el desabastecimiento y la rabia popular, y responde a las demandas de los estudiantes con balas y grupos de choque en motocicletas. Argentina en medio de una crisis económica dramática, con inflación, estancamiento y crisis macroeconómica vuelve al Banco Mundial, el Club de París y al odiado Fondo Monetario Internacional en busca de crédito y Brasil busca ansiosamente como salir del atolladero político y económico en que se metió, haciendo como que no se da cuenta de lo que pasa en Venezuela, lo que muestra en la práctica que su pretendido “liderazgo” no es tal.

El sectarismo y la exclusión no corrió por cuenta nuestra, sino que fue el arma de los bolivarianos y petistas para tratar de forzarnos a ingresar a su grupo, hoy fallido, y que usó la aspiración boliviana como arma contra nuestro país.
Evo Morales perdió esta vuelta y haría bien en tomar nota de ello. La respuesta de la Presidente de Chile respecto al asunto es demoledora: “Aquí hubo una decisión del gobierno de Bolivia de llevar este tema a un tribunal internacional, y Chile expondrá su posición allá”.

No más lloriqueo, quejas de que lo desprecian ni referirse a los chilenos como “hermanos”. Si Morales quiere algo de Chile que lo diga con claridad y concretamente. No más vaguedades. Que por una vez actúe responsablemente y que jamás olvide que conspiró con los enemigos de Chile creyendo que nuestro país estaba débil y vulnerable.

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La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos
de apoyar una causa que creemos que es justa.
Abraham Lincoln

UNOFAR FILIAL VALPARAISO

Columna de Opinión

Venezuela se desangra. Blog de Sergio Melnick, La Segunda, 27 de febrero 2014. ¡Al Fin Chile Está Plenamente Reconciliado! por H. Pérez de Arce

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
En la Nueva Mayoría, la mayor parte de la DC ha sido categórica en condenar lo que ocurre hoy en Venezuela (y Cuba, por cierto), lo que genera un grave conflicto al interior de esa coalición. Por cierto, Bachelet no ha hecho pronunciamiento alguno en la materia. Quizás no corresponda aún, pero tampoco lo ha hecho acerca de la tremenda falta de prolijidad en sus nombramientos.

Ya van varias semanas en las que finalmente el mundo ha tomado conciencia de lo que es el marxismo autoconfeso gobernando un país latinoamericano. Un país que sigue los lineamientos de la revolución cubana al pie de la letra. Un país que, de hecho, financia a Cuba con su petróleo y otros recursos. La defensa de que Venezuela es democrática hoy no es realmente determinante, ya que ser elegido por votación no significa necesariamente ser democrático. Hitler también fue elegido. En la democracia real se respeta al adversario y, en especial, el Estado de Derecho, lo que no parece ocurrir en Venezuela (menos en Cuba).

Por mucho que le moleste a una buena parte de la izquierda chilena,Venezuela ha cometido exactamente los mismos errores que el Chile de la UP. Gobiernan formalmente sólo para su sector, no para el país (como lo declaró Allende públicamente); son absolutamente incompetentes en el manejo de la economía y culpan de los problemas a sus adversarios; atacan o cierran a los medios de comunicación opositores; fomentan sistemáticamente el odio, predican la lucha de clases y denuestan a sus adversarios con grueso lenguaje; buscan todos los resquicios legales posibles para abusar del poder Ejecutivo, etc.

Es casi impensable que un país petrolero, con el barril a US$ 100 o más, esté literalmente quebrado, tal como ocurrió en Chile usando exactamente las mismas políticas económicas. La inflación en Venezuela está desatada, no hay divisas, hay escasez de alimentos y otros productos básicos, no hay crecimiento, la deuda es casi impagable, etc. Por cierto, el gobierno de Nicolás Maduro culpa a la derecha acaparadora y a la CIA de un complot, lo mismo que hizo la UP.

Es absurdo y ridículo el expediente majadero de acusar a todos sus opositores, incluyendo a los estudiantes, de ser fascistas empleados de la CIA (algo típico del lenguaje castrista). Es simplemente ridículo, pero es el mismo discurso que utilizan el PC chileno y una buena parte de la izquierda. De hecho, el PC apoya hoy formalmente las atrocidades de Maduro e insiste en la desfachatez de que Cuba es plenamente democrática. Igual ocurrió con Alemania Oriental y la URSS, países que la izquierda siempre apoyó. La FECh ha dado un triste espectáculo apoyando la represión de Maduro y no a los estudiantes que protestan. Para qué hablar de la ACES, que aún son niños que opinan sobre estos temas como si entendieran algo.

En la Nueva Mayoría, la mayor parte de la DC ha sido categórica en condenar lo que ocurre hoy en Venezuela (y Cuba, por cierto), lo que genera un grave conflicto al interior de esa coalición. Por cierto, Bachelet no ha hecho pronunciamiento alguno en la materia. Quizás no corresponda aún, pero tampoco lo ha hecho acerca de la tremenda falta de prolijidad en sus nombramientos.

Respecto de Venezuela, es importante reiterar que no se gobierna con sólo buenas intenciones, sino con seriedad y calidad de políticas públicas. No es lo mismo querer mejorar el transporte público, que implementar un Transantiago. Es fácil hablar de la pobreza, difícil disminuirla (es más, aumentó en el primer período de Bachelet).

Seriedad y calidad de políticas públicas es lo que no tiene Venezuela, que va en rumbo de colisión evidente. El país está con hambre, con alta inflación, paralizado, desabastecido y polarizado. En mi opinión, se viene alguna forma de autogolpe del chavismo, que ya controla a las FF.AA. Será interesante ver cómo reaccionará el gobierno de la Nueva Mayoría frente a un escenario de esa naturaleza o un agravamiento del actual. Será difícil pasar “piola”, comolastimosamente lo ha hecho la OEA dirigida por Insulza hasta ahora.

Blog de Hermogenes Perez de Arce
sabado 1o. de marzo 2014.

El libro más importante del año pasado, “Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos: Inconstitucionalidades, Arbitrariedades e Ilegalidades”, del abogado y marino (r) Adolfo Paúl Latorre, agotó su primera edición de mil ejemplares, lo que dará lugar al lanzamiento de la segunda esta semana, en medio del temor de que la izquierda se dé cuenta y “fune” el acto, obligándonos a los asistentes a salir del local (cuya ubicación no daré, por el peligro que ello implica para los que concurran) en medio de la protección policial y bajo piedrazos, salivazos, empujones y golpes de las brigadas marxistas, como ha sucedido otras veces en que el minúsculo grupo de los casi inexistentes actuales partidarios del Gobierno Militar ha querido reunirse públicamente. Pues Chile está casi unánime y completamente reconciliado en la idea de condenar a ese Gobierno y no admitir que su recuerdo sea defendido por nadie. Incluso hay una moción de ley para tipificar como delito semejante conducta y es seguro que la Nueva Mayoría del Congreso pronto lo aprobará. El propio libro que he calificado de tan importante no ha tenido casi publicidad, pues de él apareció un solo comentario, en “El Mercurio”, expresando que estaba destinado a no ser leído por nadie. De modo que yo, es decir, nadie, lo estoy leyendo.

Entonces, supongo que está claro por qué Chile está reconciliado, pero añadiré otras explicaciones “a mayor abundamiento”. En una frase, lo está porque todos aquellos cuya opinión tiene alguna significación han llegado a opinar lo mismo que la izquierda sobre el pasado histórico que en algún momento anterior nos dividió. Puede quedar todavía alguien, como el autor de este blog, que opine distinto, pero, como me dijera en un foro de televisión con tanta gracia el director de “The Clinic”, Patricio Fernández, soy un personaje insignificante, digno de figurar sólo en un insectario que contenga bichos prehistóricos raros, sin ninguna relevancia presente.

Bueno, en el curso de mi lectura a marchas forzadas del libro, antes del lanzamiento de su segunda edición (no es tarea breve, pues ésta tiene 718 páginas, es decir, 82 más que la primera) cada vez me sorprendo más, y en particular me ha llamado la atención el capítulo 9 y su párrafo “Algunas miradas sobre la reconciliación”, donde se cita extensamente otro libro, lanzado el año pasado por el senador Hernán Larraín Fernández y el ex senador Ricardo Núñez Muñoz, ambos completamente reconciliados entre sí y que piensan lo mismo, es decir, condenan al Gobierno Militar: Larraín, porque se ha declarado arrepentido de haberlo apoyado y ha pedido público perdón por esa grave falta (que en breve puede constituir delito); y Núñez, que ha sintetizado su pensamiento en la siguiente frase para el bronce del “Hall of Fame” de las reconciliaciones: “Mientras haya algunos que justifiquen el Golpe, la reconciliación no se hace posible”.

Pero, de hecho, ya nadie “justifica el Golpe”. Ninguna entre las “Voces de la Reconciliación” citadas en el libro de Larraín-Núñez lo hace. La que llega más lejos es la del diputado chileno-sueco Mauricio Rojas, que hoy se declara “más que arrepentido” de haber formado parte de un grupo extremista armado de izquierda, durante la UP, pero no por eso deja de condenar al régimen que la derrocó.

Más aún, los que fueran baluartes del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden ya lo han condenado explícitamente. “El Mercurio”, uno de ellos, ha pasado a opinar oficialmente así, en su primer editorial de 1° de julio de 2012: “El Gobierno Militar cometió las violaciones de los derechos humanos que el Informe Rettig estableció como verdad consensuada”.

Y nada menos que el propio Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, declaró el 10 de diciembre de 2004: “El Ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables el pasado”.

¿Qué más reconocimiento quieren? ¿No les basta con la condena de “El Mercurio” al Gobierno Militar ni con la rendición incondicional del Ejército? ¿No se cumple así la exigencia de repudio de Núñez, o la que posteriormente hizo el prohombre socialista Ricardo Solari (“La Segunda”, 29.08.13) de “un repudio generalizado, y sólo entonces la sociedad mirará ese período con otra perspectiva”.

Bueno, el “repudio generalizado” ya se ha producido. El o los disidentes que pueda todavía haber están clavados en un insectario, completamente inermes e inanes. Todo el país está de acuerdo, ha elegido un gobierno que está de acuerdo y también el gobierno saliente de Piñera está de acuerdo, como lo manifestó al encabezar el repudio al Pronunciamiento con motivo de su 40° aniversario.

¡Chile entero condena al Gobierno Militar! Entonces, es hoy un país cabal, completa y totalmente reconciliado. ¿Qué más se podría pedir? Y, sin embargo, hay gente que todavía no está satisfecha. Vaya uno a entenderla. ¿O querrá que se destruyan hasta los insectarios?

Imagen COMISION DE COMUNICACIONES

UNOFAR FILIAL VALPARAISO

Columna de Opinión

LAS DOS TEORÍAS DEL MAESTRO. (BLOG de Máximo). POLIGAMIA GUBERNAMENTAL porGónzalo Rojas.

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Los comunistas, expertos en estas prácticas, han querido marcar desde el primer día el estilo con que fiscalizarán a su propio gobierno. Son apenas seis diputados, tienen apenas dos personeros entre los cuarenta más importantes en el futuro Poder Ejecutivo, pero han levantado su voz, como si fueran los primeros entre sus pares, para emparejar sus fuerzas con los socios evidentemente más numerosos, por afines que sean. Pregúntenle a Fulvio Rossi.
El gran Álvaro Bardón nos contaba que el gran mérito chileno desde el ’73 en adelante, fue tener suerte, solo eso. Chile tuvo suerte, ya que la UP terminó de destruir el país pichiruche que ¿construimos? desde los años ’30 en adelante. Solo la UP era capaz de destruirlo. Tuvo suerte que Pinochet, Merino y cia. adoptaran el modelo de mercado que el mismo Bardón y el resto de lo “Chicago Boys” les presentaron. Los militares, quienes no tenían un plan de reconstrucción definido, pudieron haber hecho muchas cosas, pero tomaron esa decisión. El ’89, mientras la izquierda se sobaba las manos pensando en “terminar con el modelo heredado de la dictadura” tal como habían prometido durante la campaña, se encontraron con el derrumbe del comunismo, con Muro de Berlín incluido. ¿Justito, verdad?. Eso, más la constitución de Jaime Guzmán, “enclaves autoritarios” incluidos, fueron el último golpe de suerte que impediría que “la chilenidad” volviera a tomar las riendas del país.

Hoy, “la calle” vocea antiguas y fracasadas recetas extraídas desde añejos libros marxistas; desde informes evacuados por algún investigador comunista de pacotilla; desde “papers” explicativos de la razón de la sinrazón del porqué de la explotación del hombre por el hombre; desde los razonamientos irracionales de algún joven idealista iluminado; y desde el Manuel de Carreño comunista que mantiene sus procedimientos intactos desde hace un siglo.

Sin embargo, las noticias que nos llegan desde los paraísos terrenales revolucionarios del barrio pueden mantener nuestra suerte intacta. ¿Qué pasará con la revolución chilena si Argentina y Venezuela revientan como guatapique?. Colas, hambre, delincuencia galopante, asesinatos a la orden del día, dólar desbocado, inflación ídem, protestas diarias transmitidas por las redes sociales, encarcelamiento de disidentes, Cristina I “la loca” peinando la muñeca y Maduro hablando con el ave, etc. En fin, la anarquía o el autogolpe. ¿Serviría todo esto para que el populacho bárbaro escarmiente?. ¿Sería suficiente la destrucción de dos o más países en manos de los compinches de Vallejo, Teillier, Kariola, Meo, Navarro y Girardi para que los descendientes de Michimalonco acepten la realidad?.

Chile está a pasos de volver a ser administrado por el pueblo, es decir, a pasos de su autodestrucción. ¿Estará vigente aun la “teoría Bardón”?.

Lamentablemente don Álvaro además manejaba una segunda teoría, la de los 40 años. ¿Recuerdan?: Cada 40 años Chile se pega un balazo en el pie…..y ya llevamos 44. ¿Aguantaremos hasta que Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador colapsen?.

¿Qué será mas poderosa, nuestra evidente estupidez o nuestra aparente buena suerte?.

Álvaro nuestro que estás en los cielos, ………….líbranos de todo mal. Amen.

Las elecciones se ganan con coaliciones amplias, pero los gobiernos necesitan equipos estrechamente unidos.

Es la diferencia entre el 15 de diciembre y el 11 de marzo, ya anticipadamente puesta de manifiesto en estos agitados días de enero y febrero.

Lo que la Concertación -aumentada con el PC y otras fuerzas menores- ganó en amplitud, lo va a ir perdiendo en profundidad y en cohesión. Es una de las paradójicas válvulas de seguridad que tienen las democracias: mientras más amplia una mayoría conformada por elementos muy diversos, más garantías tiene la minoría de poder sobrevivir (por eso, los partidos con ideología y mentalidad totalitarias han procurado siempre eliminar pronto a sus socios de talante democrático, ya que sus proyectos de control total del Estado requieren de la férrea disciplina del partido único).

El segundo gobierno Bachelet va a enfrentar -más que cualquier otro, desde 1990 en adelante- la durísima realidad de lo heterogéneo, especialmente perturbadora cuando cada una de las piezas del engranaje que se quiere hacer funcionar encaja poco con las demás, porque todas creen tener la condición de motor.

Las disputas de estos días por la concreta cuestión de las eventuales inhabilidades son solo las primeras escaramuzas y, además, no serán las más importantes: los sacrificios de nombres que se anunciarán desde el lunes 24 próximo no aplacarán a los dioses, porque los sacerdotes de cada una de las corrientes que conforman la nueva administración, con el paso de los días y de los meses, irán pidiendo más y más sangre de sus hermanos en la fe, de aquellos no suficientemente ortodoxos. Los dioses del poder son insaciables y sus ministros, implacables: no conocen la misericordia.

Los comunistas, expertos en estas prácticas, han querido marcar desde el primer día el estilo con que fiscalizarán a su propio gobierno. Son apenas seis diputados, tienen apenas dos personeros entre los cuarenta más importantes en el futuro Poder Ejecutivo, pero han levantado su voz, como si fueran los primeros entre sus pares, para emparejar sus fuerzas con los socios evidentemente más numerosos, por afines que sean. Pregúntenle a Fulvio Rossi.

Mientras más sólida sea su presencia, mejor lograrán neutralizar a sus rivales de alguna hora futura, los democratacristianos (¿llegará ese momento?), cuando deban enfrentarse en materias culturales y morales; de paso, con estas denuncias sobre ética pública, están blindando a Teillier, ideólogo, cómplice o encubridor -según su propia declaración- del asesinato de los cinco escoltas del Presidente Pinochet, y, finalmente, un buen día podrán bajarse del carro gubernamental, argumentando no haber sido suficientemente acogidos en sus sacrosantas demandas y denuncias.

Socialistas, PR y PPD, a su vez, encontrarán numerosos motivos de conflictos entre ellos, por razones ciertamente más prosaicas: sus electorados potenciales son tan parecidos, que cada intendente, gobernador, alcalde, concejal, core o seremi del partido del lado será considerado una amenaza potencial de cara a noviembre de 2017. La aplicación concreta del programa en cada localidad será el pretexto, y la defensa de la propia posición, la verdadera razón para descuerarse unos a otros.

A todos con todos los tensionarán las relaciones que unos u otros entablen con el activismo social, o la influencia en Chile de la crisis de los chavismos latinoamericanos, o uno que otro escandalillo que surgirá por aquello de la debilidad humana.

Bachelet ha guardado silencio por ahora: es su norma fundamental. Pero, desde el 11 de marzo, esta poligamia gubernamental va a exigir sus definiciones.

Gonzalo Rojas

Columna de Opinión

Los Jueces iluminados. Teresa Marinovic (Las Ultimas Noticias, sábado 15 de febrero 2014). John Creyó que Chile Era un País Libre.(Blog de Hermógenes Pérez de Arce, viernes 14 de febrero 2014.)

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
Porque los tribunales modernos no pueden pretender que son algo así como el Consejo de Ancianos. Están conformados (o deberían estarlo) por individuos competentes en lo que se refiere al conocimiento y a la aplicación de la ley y no por hombres que en atención a su excelsa sabiduría, están facultados para pronunciarse ex cathedra sobre cualquier cosa, como tampoco para resolver todos los males de la humanidad.
Los jueces iluminados
La convicción de algunos magistrados es que su propia sensibilidad respecto de los asuntos que debe discernir les permite dictar sentencia al margen de la norma.

“No tiene argumentos legales y, en consecuencia, no tiene destino”. Lo dijo Piñera a propósito de la última controversia limítrofe con el vecindario y lo dijeron quienes le antecedieron en la historia. El hecho es que se equivoca, como se equivocaron también los demás al suponer que son criterios jurídicos los que priman en los jueces al momento de fallar.

Porque la verdad es que más allá de la ideología personal del juez de turno (que evidentemente siempre incide en las decisiones que toma), es un hecho que en la actualidad la convicción de algunos magistrados es que su propia sensibilidad respecto de los asuntos que debe discernir les permite dictar sentencia al margen de la norma.

La ideología predominante, y la verdaderamente peligrosa, es precisamente esa, porque induce al juez a pensar que su ardiente deseo de hacer justicia legítima que sus fallos sigan los dictados de su conciencia, incluso cuando ella los conduce por caminos opuestos a los de la ley.

Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando un juez toma decisiones en cuestiones medioambientales y se pronuncia sobre aspectos técnicos que no le competen (y lo que es peor, que desconoce). Y lo que ocurre también cuando asume a priori la causa de los trabajadores, como si en la relación con el empleador este último no pudiera tener nunca la razón. Es lo que determina, en definitiva, que fallos de tribunales internacionales hagan referencia explícita a criterios de equidad cuya aplicación se realiza a veces en desmedro de lo jurídico.

Y aunque para algunos esta coherencia de los jueces consigo mismo sea digna de alabanza, la verdad es que en la práctica es fuente de profundas injusticias.

Porque los tribunales modernos no pueden pretender que son algo así como el Consejo de Ancianos. Están conformados (o deberían estarlo) por individuos competentes en lo que se refiere al conocimiento y a la aplicación de la ley y no por hombres que en atención a su excelsa sabiduría, están facultados para pronunciarse ex cathedra sobre cualquier cosa, como tampoco para resolver todos los males de la humanidad.

De otra forma se contraviene un principio básico de justicia, cual es que los ciudadanos estén sometidos a reglas objetivas (previamente establecidas, conocidas y por tanto aceptadas) y no al arbitrio de “alguien” en particular. El principio de igualdad ante la ley es impracticable cuando no es en virtud de ella que se juzga, sino en virtud de una supuesta y autoconferida superioridad moral de un ciudadano respecto de otro; superioridad que, por lo demás, es inadmisible en un régimen democrático.

Cuando un juez estima, por tanto, que puede dirimir por un carril paralelo al de la ley, supone en el fondo que su jurisdicción no tiene límites. Su obligación de resolver una cuestión puntual se transforma así en una oportunidad, en una mera excusa, para cumplir con una función que en realidad no tiene. la de hacer justicia universal. Y esa concepción mesiánica de sí mismo y de la propia tarea suele ser el origen de injusticias y arbitrariedades mayores que las que se pretenden resolver.

“No tiene argumentos legales y, en consecuencia, no tiene destino”. Es de esperar que la evidencia de los hechos recientes y pasados le permitan a Chile no seguir apostando tanto a la verdad de esa sentencia, no al menos mientras haya tanto juez con complejo de iluminado.

John Creyó que Chile Era un País Libre
John es norteamericano y de derecha, pero, como casi todos los norteamericanos, es ingenuo y sostiene que éste es un país libre. Tanto lo cree, que ha formado un movimiento para que sus compatriotas dejen los Estados Unidos, porque estima que ése si es un país cada vez más socialista, y les aconseja venirse a vivir acá. Su movimiento se llama “Leave America Now”. Y John ha escrito libros y folletos promoviendo a Chile y alentando a sus compatriotas a radicarse acá. Muchos le han hecho caso, en su mayoría gente adinerada y todos con buenas capacidades para ganarse la vida. De hecho, yo contribuí a que un ingeniero aeronáutico fuera contratado para hacer clases en una universidad privada chilena.

Pero John y yo tenemos una discrepancia fundamental: desde un principio yo le he dicho que Chile es un país básicamente socialista y que la Junta Militar de Gobierno lo transformó en una sociedad transitoriamente libre, pero que la mayoría de los chilenos va a terminar convirtiéndolo de nuevo en una nación socialista. Le he dicho que lo que algunos llaman “el milagro chileno” no consiste en lo que el país ha logrado gracias al régimen de libertades que le heredó la Junta a la civilidad, sino en que los socialistas de diferente signo que han estado en el poder entre 1990 y 2014 no hayan desmantelado por completo la sociedad libre estructurada bajo la Junta. Ése ha sido el milagro.

Y le he dicho a John que justamente ahora los chilenos se han puesto firmes para terminar con la sociedad libre y han elegido a Michelle Bachelet, que va a instaurar el “Otro Modelo”, que obviamente es el socialista. Le he añadido que él debería formar un movimiento que se llamara “Leave Chile Now” y facilitarles a los chilenos, cuando todavía es tiempo, irse a vivir a algún país verdaderamente libre, si es que queda alguno.

Pues yo estoy convencido de que en América Latina las mayorías son básicamente adversas a vivir en libertad y lo que realmente quieren es un Estado grande que les dé las cosas gratis y que, en lo posible, persiga a los particulares que las producen y les estatice las empresas para que sean manejadas por el Gobierno y en ellas se contrate a muchos miles de personas más de las que se necesita, con altos sueldos. En resumen, quieren todo lo más posible trabajando lo menos posible y teniendo ”buenas pegas” en las empresas estatales. Es el ideal que se conoce como socialismo.

Obviamente, eso no funciona, como lo estamos viendo en Venezuela y en Argentina y lo estamos comenzando a ver en Brasil. Pero eso no significa que no puede permanecer y eternizarse, como en Cuba. De hecho, mi pronóstico es el siguiente: Brasil es la próxima Argentina; Argentina es la próxima Venezuela; y Venezuela es la próxima Cuba. Bueno, yo pienso que Chile es el próximo Brasil, pero lo que está claro es que todos vamos para allá. “Leave Latin America Now”, sería el “motto” más racional de un movimiento con visión de futuro. Advierto que esto no es original mío, sino parte de lo anterior lo dijo un inversionista extranjero y se lo oí citar en una conferencia a Hernán Büchi.

Bueno, mi amigo John no sólo ha cometido el error de no hacerme caso, sino que ha cometido tres errores más, lo que revela lo ingenuos que pueden ser los norteamericanos: el primero es que se ha nacionalizado chileno, cuando lo que más quiere el 90% de los chilenos (pregúnteles usted a todos los que conozca) es tener un pasaporte norteamericano. Incluso los marxistas, por supuesto. El segundo error de John consistió en escribir cartas a los diarios defendiendo la sociedad libre cada vez que veía surgir alguna idea socialista. Lo peor de todo es que muchos diarios del país se las han publicado y ya han surgido los marxistas de siempre (basta ver los comentarios al pie de este blog para saber que están en todas partes repartiendo odio) para vituperarlo, y hasta el mismísimo Douglas Tompkins, un gran adalid para impedir que los chilenos seamos libres de crear y producir, lo ha atacado públicamente, a raíz de que John lo criticara a él por conspirar contra las libertades de los demás.

Bueno, como dije y tal como si fuera un chileno común y corriente, John no me ha hecho caso y ha actuado como si Chile no fuera socialista: utilizando su libre iniciativa, ha organizado una empresa para facilitar a los norteamericanos instalarse acá y, naturalmente, como no es socialista, lo hace “con fines de lucro” y le ha ido muy bien.

Los socialistas locales (es decir, casi todos) han encontrado que esto es el colmo: ser norteamericano, traer a más norteamericanos, cobrar por sus servicios y ganar dinero; y más encima atacar al socialismo y predicar la bondad de un clima de libertades ya fue como mucho. Y John se ha encontrado ahora con que la PDI anda tras sus pasos y lo tiene sometido a investigación. Él no sabe por qué y me lo pregunta a mí, y yo le contesto que porque: 1) Chile no es un país libre; aquí el Estado se mete en todo; 2) Eres norteamericano y eso constituye presunción de culpa; 3) Quieres hacer negocios en Chile y eso es casi por sí solo constitutivo de delito y todos te van a querer perseguir; 4) Crees que acá hay “debido proceso” y que no te pueden investigar sin notificarte; y creer que nadie puede ser acusado de un delito si no hay una ley que lo haya establecido antes (“principio de legalidad”) o creer que se te presume inocencia (“presunción de inocencia”) es como para decirte “¿en qué país vives, John?”. Y entonces le recomienzo leer el libro “Procesos Sobre Violación de Derechos Humanos: inconstitucionalidades, arbitrariedades, ilegalidades”, donde está la mejor prueba de que Chile no es un Estado de Derecho, porque si no eres socialista ni subversivo acá no tienes ninguna protección y careces de derechos y te pueden tomar preso sin motivo y condenarte y después trasladarte a un penal peor nada más que para conseguir mayores aplausos.

Entonces, la PDI se encuentra persiguiendo a John, John me llama a mí y yo le contesto que se lo advertí desde un principio. Gasta plata en abogados para defenderse de no sabe qué y yo le digo que la PDI acá te puede perseguir sin necesidad de decirte por qué y que el recurso de protección establecido por el Gobierno Militar sólo les sirve a los izquierdistas, porque los Tribunales tienen mayoría de jueces de izquierda y si eres norteamericano, derechista autoproclamado y empresario tienes las tres condiciones necesarias y suficientes como para que te rechacen el recurso de protección (lo que no te excusará de pagar los honorarios de tu abogado) y que por qué no me hiciste caso desde un principio.

Un señor europeo que conocí durante la UP y cuando temíamos que el socialismo se hiciera de todo el poder en Chile por las armas me dijo un día: “Yo quiero vivir en un país en que, cuando suene el timbre en la mañana, yo sepa que es el diario o la leche, y no un agente de Investigaciones”. Bueno, John, ahora Investigaciones te está persiguiendo sin siquiera tocar el timbre.

Te lo advertí desde un principio.

Columna de Opinión

¿Qué perspectivas tienen ahora las relaciones internacionales de Chile después del fallo de La Haya?por Ricardo Israel. MIÉRCOLES, 29 DE ENERO DE 2014. Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

LAS OPINIONES DE ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR
o tengo buenos recuerdos de La Haya, porque un indonesio al volante de un mini casi me atropelló allá en 1990 y después, cuando fui a un café a tomarme algún bebestible reparador del susto, un mozo, presunto exiliado chileno, se negó a tomar mi pedido, y tuve que ir a reclamarle a su jefe, que reparó la desatención pero no logró tranquilizarme de que lo que me sirvieron no hubiera sufrido alguna alteración fitosanitaria.

¿Qué perspectivas tienen ahora las relaciones internacionales de Chile después del fallo de La Haya?

Lo más importante es empezar a conformar una mirada estratégica de las relaciones de nuestro país, de la que hoy carecemos, lo que se demuestra no sólo en estos elementos de política exterior, sino también en la incapacidad de abordar como país elementos de seguridad nacional, tales como la situación de las zonas extremas, el hecho que la población apenas se esté reproduciendo, la previsible escasez de energía, una obsoleta estructura centralista en perjuicio de las Regiones y los gobiernos locales, sólo por mencionar algunos.

Una visión estratégica también incluye la necesidad de un proceso de toma de decisiones que reduzca la excesiva separación que ha existido históricamente entre la parte uniformada y la civil del Estado.

Hay que enfrentar el hecho de que las diferencias con nuestros vecinos no son primordial ni exclusivamente de tipo jurídico, sino de fuerte raíz histórica, lo que incluye una visión educacional de memoria selectiva que pone acento en las guerras, y no en el esfuerzo de la naciente república chilena para conformar la Expedición Libertadora, como tampoco el apoyo posterior a Perú en su conflicto con España, que terminó en ataque a un indefenso Valparaíso.

Por lo tanto, hay mucho que avanzar en la forma cómo se educa a las nuevas generaciones, como también en entender que las relaciones entre los países no son sólo ni exclusivamente económicas, sino que están fuertemente influenciadas por una variedad de elementos, ya que buenos negocios se han hecho también entre ambos países en periodos donde no ha existido un hecho tan inamistoso como esta demanda.

Chile debe actuar en forma más proactiva y no sólo reactiva, como lo ha estado haciendo por demasiado tiempo. Ello pasa por una acción más abierta en lo político, donde sin complejos se exponga nuestra posición ante el mundo, incluyendo organismos internacionales. Por lo demás, es lo que hacen nuestros vecinos, lo que no me merece crítica alguna sino sana envidia, ya que sólo defienden sus intereses. Lo mismo se puede decir de la forma cómo Perú se preocupa de su sur en comparación a lo que hacemos con nuestro norte, y, en el otro extremo geográfico, tenemos a Argentina y su eficaz inversión patagónica en comparación a nuestro descuido.

Chile necesita plantearse una urgente reforma y modernización de ese instrumento que es el Ministerio de Relaciones Exteriores (en la década del 90 me tocó organizar desde la Universidad una comisión que entregó una propuesta donde distintos actores identificaban 14 puntos, sin que se conociera respuesta).

Chile no ha expresado con claridad cuáles son los intereses no negociables, las líneas rojas que no se deben cruzar; en qué condiciones está disponible para comprometer tropas para acciones de la comunidad internacional y en cuáles no está. En el fondo, Chile debe actuar siempre en la forma más conveniente a sus intereses, como lo hacen tantos países en el mundo y en la región, lo que debe trasladarse a una total coherencia en nuestras votaciones en los organismos internacionales cuando el tema que se discute tiene que ver con elementos similares, es decir, fronteras, territorios y paz. También, pasa por la decisión de país de buscar ser más respetado, aunque ello a veces signifique no ser igualmente querido.

Si algo hay que aprender de la forma como Perú nos llevó a La Haya, es en relación a Bolivia, ya que por mucho que nos parezca sin base jurídica la pretensión altiplánica, Perú nos demostró que con constancia se puede construir un caso artificial. Por lo tanto, la lección es no subestimar de manera alguna lo que está haciendo Bolivia, que crece además en el tribunal de la opinión pública internacional que condiciona actitudes de gobiernos, y lo que se supera únicamente con mucha actividad por parte de Chile, ya que implica tratados totalmente firmados, y es de imaginar lo imposible que habría sido la Unión Europea si se hubiese seguido por el camino del Presidente Morales. Pero ello pasa por nuestra actitud de explicar lo que no necesariamente otros tienen la obligación de saber o entender, y también usar en forma distinta a nuestros recursos diplomáticos.

Las lecciones no son sólo para el Estado sino también para la sociedad chilena, ya que es notoria la diferencia con nuestros vecinos, quienes tienen una mucho más acabada comprensión de su versión que nosotros de la nuestra. Contribuye un excesivo secretismo y la falta de debate público en temas internacionales, y donde la contribución de partidos políticos, medios de comunicación y universidades es escasa.

Especial responsabilidad existe en la televisión, ya que no deja de llamar la atención que mientas más viajan y comercian los chilenos, menor presencia existe de temas internacionales en la programación y en los noticieros. De hecho, los comentarios especializados han prácticamente desaparecido también en las radios. Aún más, no sólo poca gente participa en la definición de la política exterior sino casi no ha figurado en los últimos debates presidenciales. De hecho, tengo mi propio testimonio, ya que como candidato el tema sólo me fue preguntado como algo importante en Arica, no teniendo mayor respuesta comunicacional el esfuerzo de intentar poner este y otros temas internacionales en el debate. Aún más, en los propios foros de ANATEL, en días seguidos, distinguidos periodistas me preguntaron por el caso puntual de un mismo diputado, no apareciendo La Haya en parte alguna. Esto también contribuye a la falta de debate e interés público.

Perú posee claridad en sus definiciones estratégicas y, por lo tanto, Chile debiera pedir dos declaraciones, no a los medios de comunicación, sino definiciones que deben ser hechas con la solemnidad que exige el Derecho Internacional. La primera es que este fallo de La Haya es la última reclamación del país del norte, no existiendo por lo tanto ninguna pendiente. La segunda declaración necesaria es la que proporcione seguridad de que Perú no va a interferir en ningún acuerdo o negociación bilateral con Bolivia, ya que en el pasado esto no ha ocurrido.

FUENTE: voxpress, enero 29, 2014
Por Ricardo Israel, Universidad Autónoma, ex precandidato presidencial.

La Columna de Hermógenes Pérez de Arce

Como en este mundo todas las cosas suceden por algo, supuse entonces que la Corte de la misma ciudad, con certeza enterada del pronóstico acerca de su fallo contenido en un reciente blog mío, lo iba a desatender. Y así sucedió, lo cual es una lástima.

Yo sostenía que, ante la evidencia de que Chile tenía toda la razón, salvo en un punto menor, la Corte le iba a conceder a Perú este punto menor, los peruanos celebrarían y quedarían felices, nosotros bastante conformes y así ambos países podrían continuar existiendo como vecinos eternamente separados por rencores históricos imposibles de superar y que comenzaron en el mismo momento en que financiamos y realizamos la expedición libertadora del Perú y ellos no nos compensaron en nada por el gasto ni el esfuerzo. Veinte años después los libramos del Mariscal Santa Cruz y tampoco dieron las gracias. Y cuarenta años más tarde de eso se aliaron con Bolivia en un tratado secreto en nuestra contra y nos obligaron a ir a la guerra, una muy mala idea tratándose de los chilenos del siglo XIX, que, no hace falta decirlo, eran mucho mejores en todo sentido y, desde luego, más valientes y patriotas que los de los siglos XX y XXI.

Pues el Perú tiene razón en una sola cosa: que el punto Concordia es el comienzo de la frontera, según el Tratado de 1929, y si el Hito Uno se construyó donde está, a unos doscientos noventa metros al noreste del Punto Concordia, fue porque la línea de la frontera subía hasta ahí y por la simple razón de que Concordia está a la orilla del mar y si se levantaba el Hito Uno ahí el oleaje se lo iba a volver a llevar, pues más de una vez lo hizo.

Entonces, si la Corte hubiera reconocido eso, le hubiera dado al Perú las cuatro hectáreas del triángulo y hubiera dicho que el paralelo de la frontera marítima partía del Punto Concordia, los peruanos habrían quedado felices y para Chile eso no habría significado casi nada, porque la frontera marítima sólo habría estado unos centenares de metros más abajo y habrían alcanzado hasta las 200 millas.

Pero los jueces de La Haya se tomaron años para discurrir una fórmula llena de agujeros lógicos, que de manera inexplicable pretende conciliar lo inconciliable, como lo es fijar la frontera en el paralelo y la línea de equidistancia al mismo tiempo, y dejando un cabo suelto que va a ser motivo de indefinidas discrepancias entre Chile y Perú, país este último que no necesita ningún pretexto para desavenirse con Chile y que ahora lo va a seguir haciendo teniendo uno bueno: que el triángulo formado por la línea del paralelo, la costa y la unión del Punto Concordia con el Hito Uno, con una superficie de cuatro hectáreas, es territorio peruano.

El desconocimiento de La Haya a la validez del Punto Concordia es insostenible: ¿cómo se explica que la frontera marítima empiece en un Hito Uno que está lejos de la costa y al norte del punto acordado por ambos países en el Tratado de 1929 como inicio de la frontera terrestre? Hace años leí las actas pertinentes al Tratado y comprobé los reconocimientos chilenos al hecho de que ahí comienza el límite terrestre y, por tanto y por lógica elemental, también cualquier límite marítimo que hubiere.

¿Cuántos peruanos están dispuestos a morir por ese triángulo de cuatro hectáreas? No sé, pero es seguro que son más que los chilenos dispuestos a morir por eso, si es que hay alguno, porque acá, en este país degradado, en que las únicas vidas que están disponibles para ser ofrendadas son las de los que están por nacer, porque no pueden defenderse, lanzar bombas molotov ni “tomarse” ningún recinto, los verdaderos ideales patrióticos han muerto y, al contrario, hay una conspiración ilegal y generalizada para meter presos a quienes alguna vez se jugaron el pellejo por defenderlos.

¿Dónde estamos hoy, entonces, con Perú? A fojas uno, con 22 mil kilómetros cuadrados menos de mar, sin haber superado una impenitente disputa vecinal y listos para explicar por qué vamos a tener, tarde o temprano, “otro pedacito menos”.

Publicado por Hermógenes Pérez de Arce