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Batalla de ANGAMOS 08 de octubre de 1879

La Unión saluda en este día a todos los marinos de la patria, al conmemorar un nuevo aniversario de la batalla Naval de Angamos y en forma muy especial a los que integran la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Luego de que en horas de la noche, el “Huáscar” y la “Unión” que regresaban del sur fueran sorpr08endidos a la altura de Antofagasta por el “Almirante Blanco Encalada”, la “Covadonga” y el “Matías Cousiño”, el blindado “Almirante Cochrane”, la “O’Higgins II” y el “Loa”, la división mandada por el Capitán de Fragata Juan José Latorre, logró dar caza al monitor del Almirante Grau el que a las 10.55 horas arrió su pabellón.

Esta batalla tuvo una extraordinaria importancia en el desarrollo de la guerra, pues constituyó el aniquilamiento del Poder Naval enemigo. Con el dominio del mar asegurado, el Ejército obtuvo la libertad de acción estratégica que le permitiera atacar al adversario donde, cuando y como lo estimara más conveniente

Fuente: Efémerides

Columna de Opinión, News

Reforma de humo

Reforma de humo
Publicado en La Tercera

Alex Buchheister, Abogado, La Tercera, Opinión, 30/12/2018



El presidente Sebastián Piñera anunció una reforma constitucional para terminar con el decreto fundado y la comunicación previa al Congreso, para que un primer mandatario pueda llamar a retiro a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el general director de Carabineros, ya que éstos “tienen que estar subordinados al poder civil y cuando el presidente les pide la renuncia tienen que renunciar en el acto”.

Un argumento que es dudoso que justifique la reforma que se plantea. Desde luego, las FF. AA. y Carabineros están sometidas al poder civil, cuando la Constitución las define como esencialmente obedientes y no deliberantes.

Además, lo están por el hecho que el presidente puede llamar a sus jefes máximos a retiro según su criterio y en cualquier momento.

Así es: que deba dictar un decreto fundado y comunicar la decisión a las cámaras no limita jurídicamente la atribución, ya que sólo él califica los fundamentos -el contralor únicamente verifica que se expresen en el decreto, pero no los puede calificar- y los cuerpos legislativos no están llamados a prestar su aprobación, sólo se les informa.

Entonces, ¿para qué se hacen esas exigencias si al final no constituyen mayor restricción? Porque considerando la Constitución a las FF. AA. y Carabineros como instituciones fundamentales de la república, quiere evitar que se politicen o se les maneje de forma inadecuada por el poder de turno.

De esta manera, se ha establecido que llamar a retiro a uno de sus máximos jefes tiene un costo político para el presidente, pues debe fundar sólida y formalmente su decisión, e informar a las cámaras legislativas, que sí pueden deliberar sobre el punto, que de hecho es su tarea.

Y la ciudadanía resolverá en la siguiente elección. En suma, porque se genera un momento institucional que impide que la atribución se ocupe con liviandad u oportunismo.

Además, no se ha dado una explicación de por qué se hace necesario innovar en un mecanismo que se puso a prueba y funcionó bien. No pasó nada. De hecho, el único que puede haber salido perjudicado fue el saliente general director, porque -como dijo un comentarista- el contenido del decreto es “brutal”.

Bueno, ese era el riesgo que corrió al no renunciar y pedir que se siguiera el procedimiento de llamarlo a retiro. Pero lo concreto fue que primó la voluntad presidencial, el trámite demoró 48 horas y nadie ha criticado el uso que se hizo de la atribución.

La propuesta parece tener perfume a distracción del debate público, con la discusión de una reforma constitucional que en verdad no aporta nada nuevo, pero que de tomar impulso cubriría las responsabilidades políticas “civiles” de lo sucedido, el deterioro de la aprobación gubernamental y la falta de una agenda de fondo en otras materias.

Y eso es precisamente lo que la Constitución pretende evitar: que se use a las Fuerzas Armadas y Carabineros como factor en la discusión política contingente. Así es que todo aconseja dejar las cosas donde están.

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Arenga de la diputada Camila Flores en el consejo general de RN

Arenga de la diputada Camila Flores en el consejo general de RN
Publicado por La Tercera, 15/12/2018

En medio del consejo general de RN, que se realizó en el Hotel W, la diputada Camila Flores realizó un breve discurso a los más de quinientos militantes que asistieron a la actividad en la que se ratificó la directiva del partido encabezada por Mario Desbordes.

En sus palabras, la parlamentaria llamó a los presentes a ser valientes y reconocerse de derecha, sin permitir que sean encasillados como de extrema derecha.

“Les quiero pedir amigos, que salgamos con valentía a decir que somos de derecha. A decir de una vez por todas que nosotros somos las mejores personas para guiar los países. A decir con valentía a que no nos encasillen que somos de extrema derecha por decir que nos gusta el orden, la libertad, la democracia”, señaló.

Y agregó: “Ustedes me conocen, yo soy pinochetista, y lo digo sin problemas. Soy una agradecida del gobierno militar, y lo voy a decir siempre, aunque eso a la gente del Partido Comunista y del Frente Amplio les dé urticaria. Yo soy una mujer valiente y les pido esa misma valentía a ustedes”.

La parlamentaria continuó sus palabras señalando que “dejémonos de los complejos, dejemos de ser aguas tibias, de ser amarillos. Demostremos que efectivamente nosotros construimos la derecha en Chile, como decía René Manuel (García) todos los demás de nuestro sector nacieron gracias a nosotros, en el año 87, queridos amigos, que no se les olvide.

Basta de que nos cambien la historia. Basta de que digan de que desde el año 73 en adelante se formó Chile, porque no es cierto. El quiebre institucional, el peor gobierno que ha tenido Chile, la Unidad Popular, que fue con Salvador Allende, destruyó las bases institucionales, que el gobierno militar lo que hizo fue levantar a un país en ruinas”.

Y finalizó su exposición haciendo un último llamado: “Ya basta de los complejos, seamos valientes, consecuentes queridos amigos, que vamos a seguir creciendo”.

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CÓMO SE PROYECTA LA EXTENSIÓN DE LA CARRERA MILITAR

CÓMO SE PROYECTA LA EXTENSIÓN DE LA CARRERA MILITAR
Publicado en La Tercera

Cinco años. Ese es el lapso, según ya ha comunicado el gobierno, en que se extenderá la carrera militar en Chile para las tres ramas de las FF.AA.

Esta modificación es una de las más profundas que afectará al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y apunta a la optimización del uso de los recursos, humanos y económicos, para su formación, ejercicio profesional y pago de pensiones.

La iniciativa, sin embargo, está llena de detalles. Uno de ellos es que aquella extensión no será igual para oficiales y el cuadro permanente (suboficiales). Y, además, se buscaría potenciar los últimos grados del escalafón de ambas líneas.

El propio presidente Sebastián Piñera planteó, a fines de octubre, que “estamos trabajando un proyecto de ley que va a extender la carrera militar en cinco años (…) Analizamos la experiencia de otros países y creemos que al tener cinco años más, vamos a lograr dos cosas: que un oficial no se retire cuando está en la flor de su vida, y que eso signifique un alivio fiscal importante”.

Además, el ministro de Defensa, Alberto Espina, subrayó hace una semana, en entrevista con La Tercera, que esta iniciativa “también incluye el respaldo al ascenso por mérito y no solo antigüedad”.

Carreras paralelas. La carrera militar se divide en las áreas de oficiales y de suboficiales. El concepto central de la modificación que se prepara apunta a dos ejes: alargar la “vida útil” de los efectivos más experimentados, es decir, que, en los últimos años de su formación, cuando están más capacitados, no deban dejar la institución; y a redestinar parte de los recursos que actualmente se gastan en pensiones del personal en retiro hacia los uniformados activos.

El universo actual de las tres ramas bordea los 90 mil efectivos, de los cuales la llamada “dotación de planta”, aquella sujeta a la carrera militar, supera los 50 mil uniformados.

En el proyecto se ampliaría el escalafón de suboficiales en cinco años (de 35 a 40) y el de oficiales en dos o tres (probablemente de 38 a 41). Ambas áreas quedarían casi a la par y estaría en estudio la aplicación gradual del cambio.

¿Cuál es el proceso formativo de este cuadro? El límite legal máximo de permanencia para los oficiales es de 38 años, mientras que el de suboficiales llega a 35. Sin embargo, en ambos casos la carrera está partiendo cada vez más tarde.

Según cifras de Defensa, la edad promedio de comienzo en 1982 era de 20 años. Esta entrada temprana, entre otros factores, estaba determinada porque en ese entonces no era obligatorio terminar la enseñanza media para ingresar a las escuelas matrices, por lo que varios miembros de las FF.AA. iniciaban su carrera incluso a los 15 años. Hoy, en cambio, es obligatorio el cuarto medio. Esto hizo que la edad promedio actual de inicio de la carrera militar sea de 24 años.

Seis principios. La lógica del sistema militar vigente se funda en seis principios, los cuales lo convierten en un ejercicio profesional con características únicas.

Por una parte, está el juramento de dar la vida, si es necesario, en el cumplimiento de sus funciones; el de desempeñar tareas en situaciones críticas a nivel país; tener capacidad a reacción a corto plazo; la especificidad del personal, que es irreemplazable, ya que nadie más en todo Chile hace ese trabajo; el de movilidad territorial permanente; y la disponibilidad horaria completa.

Debido a estas premisas, tanto la carrera como el sistema previsional funcionan como un incentivo para que no existan retiros prematuros hacia otros empleos, producto de la inversión que hace el Estado en la formación.

“Lo primero es definir qué Fuerza Armada es la que Chile necesita. Y para saber eso se requiere tener claros los objetivos del país de aquí al 2050. Y en eso tiene mucho que ver la tecnología, el tipo de riesgo y las amenazas”, plantea el analista de Defensa Guillermo Holzmann.

Según un análisis desarrollado este año en la cartera, la inversión que se hace en cada oficial y suboficial, durante su vida activa y retiro, ha cambiado considerablemente desde 1966. Para explicar las proporciones de esa inversión, estos análisis de gobierno utilizaron el ejemplo hipotético (y promedio) de un coronel con 30 años de servicio. A mediados de los años 60, de todo lo que el Estado invertía en este oficial durante su vida, un 78% se destinaba a sus remuneraciones mientras estaba activo y el 22% a la pensión tras el retiro. Actualmente, para el mismo caso hipotético, el país invierte cerca del 54% de los recursos en la remuneración y el 46% en el ítem de su pensión.

Así, uno de los objetivos de alargar la carrera militar justamente tiene que ver con que se destinen mayores recursos cuando el personal está activo. Y, de hecho, hacerlo en los últimos grados del escalafón, cuando más conocimientos y experiencia se ha alcanzado.

Andrés Allamand, exministro de Defensa, sostuvo que “la extensión de la carrera militar busca aprovechar por más tiempo al personal de las FF.AA. Algunos deben abandonar las instituciones cuando han adquirido altas capacidades y el país se ve privado de aprovecharlas. Además, de esta forma se acorta el tiempo en que se pagan pensiones”.

El subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, ha señalado que “en la carrera, al ser hoy piramidal, se retira obligadamente mucha gente muy capaz. Creemos que hay que avanzar en aumentar esos espacios y retener a gente valiosa”.

Un general (R) de Ejército, quien pidió reserva de su identidad, dijo que “yo pasé a retiro cerca de los 58 años, cuando podía trabajar. Hay que aprovechar mejor el elemento entrenado durante años”.

Pensiones. La carrera del mundo uniformado ha sido un tema presente para la actual administración de gobierno. En abril, por ejemplo, en un discurso institucional, el general director de Carabineros, Hermes Soto, dio a conocer su propuesta de extender la carrera policial en servicio activo de 30 a 35 años, junto con ascender al personal en la escala de sueldos.

Para el caso de los militares, uno de los puntos que se viene discutiendo desde hace años es el pago de pensiones y el personal recontratado.

Un reportaje de La Tercera de julio del año pasado, a partir de cifras obtenidas por Transparencia, dio cuenta de que más de 1.050 funcionarios en retiro de las FF.AA. cumplían funciones remuneradas en las mismas tres ramas, con sueldos promedio de $ 940 mil.

El diputado Jorge Brito (RD), presidente de la Comisión Investigadora de Irregularidades en las FF.AA., opinó que “Chile gasta muchos recursos en formar altos oficiales que salen a retiro a muy temprana edad. Y después, algunos son recontratados por la misma institución, recibiendo su pensión y otro sueldo. Es importante extender la carrera militar y acercarla a la vida laboral de todos los chilenos”.

El senador PPD Felipe Harboe destacó que “el alargamiento de la carrera es un buen paso, porque va a permitir aprovechar el capital humano con buena formación”.

Pero agregó que “eso no debe afectar los ingresos de las personas que están cumpliendo funciones ni generar un estancamiento en el desarrollo de su carrera. Quedarse más tiempo en el mismo grado significa una demora en ascender y con ello un perjuicio”.

De allí la idea de que la extensión de la carrera sea no proporcional en cada grado del escalafón, sino enfocada en los últimos. Guillermo Holzmann también planteó otras dudas. “Si bien esto podría representar un alivio para las arcas fiscales, el debate es bastante más complejo. Va a ser un tema de discusión enorme, porque no todos entraron a las FF.AA. pensando en que su carrera se podía alargar”.

Añadió que “hay buenos militares, pero se tiene que generar incentivos, y lograr eso sin que alguien esté amarrado 40 años en una institución es complejo. Era válido en el siglo XX, pero hoy no”

Cinco años. Ese es el lapso, según ya ha comunicado el gobierno, en que se extenderá la carrera militar en Chile para las tres ramas de las FF.AA.

Esta modificación es una de las más profundas que afectará al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y apunta a la optimización del uso de los recursos, humanos y económicos, para su formación, ejercicio profesional y pago de pensiones.

La iniciativa, sin embargo, está llena de detalles. Uno de ellos es que aquella extensión no será igual para oficiales y el cuadro permanente (suboficiales). Y, además, se buscaría potenciar los últimos grados del escalafón de ambas líneas.

El propio presidente Sebastián Piñera planteó, a fines de octubre, que “estamos trabajando un proyecto de ley que va a extender la carrera militar en cinco años (…) Analizamos la experiencia de otros países y creemos que al tener cinco años más, vamos a lograr dos cosas: que un oficial no se retire cuando está en la flor de su vida, y que eso signifique un alivio fiscal importante”.

Además, el ministro de Defensa, Alberto Espina, subrayó hace una semana, en entrevista con La Tercera, que esta iniciativa “también incluye el respaldo al ascenso por mérito y no solo antigüedad”.

Carreras paralelas. La carrera militar se divide en las áreas de oficiales y de suboficiales. El concepto central de la modificación que se prepara apunta a dos ejes: alargar la “vida útil” de los efectivos más experimentados, es decir, que, en los últimos años de su formación, cuando están más capacitados, no deban dejar la institución; y a redestinar parte de los recursos que actualmente se gastan en pensiones del personal en retiro hacia los uniformados activos.

El universo actual de las tres ramas bordea los 90 mil efectivos, de los cuales la llamada “dotación de planta”, aquella sujeta a la carrera militar, supera los 50 mil uniformados.

En el proyecto se ampliaría el escalafón de suboficiales en cinco años (de 35 a 40) y el de oficiales en dos o tres (probablemente de 38 a 41). Ambas áreas quedarían casi a la par y estaría en estudio la aplicación gradual del cambio.

¿Cuál es el proceso formativo de este cuadro? El límite legal máximo de permanencia para los oficiales es de 38 años, mientras que el de suboficiales llega a 35. Sin embargo, en ambos casos la carrera está partiendo cada vez más tarde.

Según cifras de Defensa, la edad promedio de comienzo en 1982 era de 20 años. Esta entrada temprana, entre otros factores, estaba determinada porque en ese entonces no era obligatorio terminar la enseñanza media para ingresar a las escuelas matrices, por lo que varios miembros de las FF.AA. iniciaban su carrera incluso a los 15 años. Hoy, en cambio, es obligatorio el cuarto medio. Esto hizo que la edad promedio actual de inicio de la carrera militar sea de 24 años.

Seis principios. La lógica del sistema militar vigente se funda en seis principios, los cuales lo convierten en un ejercicio profesional con características únicas.

Por una parte, está el juramento de dar la vida, si es necesario, en el cumplimiento de sus funciones; el de desempeñar tareas en situaciones críticas a nivel país; tener capacidad a reacción a corto plazo; la especificidad del personal, que es irreemplazable, ya que nadie más en todo Chile hace ese trabajo; el de movilidad territorial permanente; y la disponibilidad horaria completa.

Debido a estas premisas, tanto la carrera como el sistema previsional funcionan como un incentivo para que no existan retiros prematuros hacia otros empleos, producto de la inversión que hace el Estado en la formación.

“Lo primero es definir qué Fuerza Armada es la que Chile necesita. Y para saber eso se requiere tener claros los objetivos del país de aquí al 2050. Y en eso tiene mucho que ver la tecnología, el tipo de riesgo y las amenazas”, plantea el analista de Defensa Guillermo Holzmann.

Según un análisis desarrollado este año en la cartera, la inversión que se hace en cada oficial y suboficial, durante su vida activa y retiro, ha cambiado considerablemente desde 1966. Para explicar las proporciones de esa inversión, estos análisis de gobierno utilizaron el ejemplo hipotético (y promedio) de un coronel con 30 años de servicio. A mediados de los años 60, de todo lo que el Estado invertía en este oficial durante su vida, un 78% se destinaba a sus remuneraciones mientras estaba activo y el 22% a la pensión tras el retiro. Actualmente, para el mismo caso hipotético, el país invierte cerca del 54% de los recursos en la remuneración y el 46% en el ítem de su pensión.

Así, uno de los objetivos de alargar la carrera militar justamente tiene que ver con que se destinen mayores recursos cuando el personal está activo. Y, de hecho, hacerlo en los últimos grados del escalafón, cuando más conocimientos y experiencia se ha alcanzado.

Andrés Allamand, exministro de Defensa, sostuvo que “la extensión de la carrera militar busca aprovechar por más tiempo al personal de las FF.AA. Algunos deben abandonar las instituciones cuando han adquirido altas capacidades y el país se ve privado de aprovecharlas. Además, de esta forma se acorta el tiempo en que se pagan pensiones”.

El subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, ha señalado que “en la carrera, al ser hoy piramidal, se retira obligadamente mucha gente muy capaz. Creemos que hay que avanzar en aumentar esos espacios y retener a gente valiosa”.

Un general (R) de Ejército, quien pidió reserva de su identidad, dijo que “yo pasé a retiro cerca de los 58 años, cuando podía trabajar. Hay que aprovechar mejor el elemento entrenado durante años”.

Pensiones. La carrera del mundo uniformado ha sido un tema presente para la actual administración de gobierno. En abril, por ejemplo, en un discurso institucional, el general director de Carabineros, Hermes Soto, dio a conocer su propuesta de extender la carrera policial en servicio activo de 30 a 35 años, junto con ascender al personal en la escala de sueldos.

Para el caso de los militares, uno de los puntos que se viene discutiendo desde hace años es el pago de pensiones y el personal recontratado.

Un reportaje de La Tercera de julio del año pasado, a partir de cifras obtenidas por Transparencia, dio cuenta de que más de 1.050 funcionarios en retiro de las FF.AA. cumplían funciones remuneradas en las mismas tres ramas, con sueldos promedio de $ 940 mil.

El diputado Jorge Brito (RD), presidente de la Comisión Investigadora de Irregularidades en las FF.AA., opinó que “Chile gasta muchos recursos en formar altos oficiales que salen a retiro a muy temprana edad. Y después, algunos son recontratados por la misma institución, recibiendo su pensión y otro sueldo. Es importante extender la carrera militar y acercarla a la vida laboral de todos los chilenos”.

El senador PPD Felipe Harboe destacó que “el alargamiento de la carrera es un buen paso, porque va a permitir aprovechar el capital humano con buena formación”.

Pero agregó que “eso no debe afectar los ingresos de las personas que están cumpliendo funciones ni generar un estancamiento en el desarrollo de su carrera. Quedarse más tiempo en el mismo grado significa una demora en ascender y con ello un perjuicio”.

De allí la idea de que la extensión de la carrera sea no proporcional en cada grado del escalafón, sino enfocada en los últimos. Guillermo Holzmann también planteó otras dudas. “Si bien esto podría representar un alivio para las arcas fiscales, el debate es bastante más complejo. Va a ser un tema de discusión enorme, porque no todos entraron a las FF.AA. pensando en que su carrera se podía alargar”.

Añadió que “hay buenos militares, pero se tiene que generar incentivos, y lograr eso sin que alguien esté amarrado 40 años en una institución es complejo. Era válido en el siglo XX, pero hoy no”

Cinco años. Ese es el lapso, según ya ha comunicado el gobierno, en que se extenderá la carrera militar en Chile para las tres ramas de las FF.AA.

Esta modificación es una de las más profundas que afectará al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y apunta a la optimización del uso de los recursos, humanos y económicos, para su formación, ejercicio profesional y pago de pensiones.

La iniciativa, sin embargo, está llena de detalles. Uno de ellos es que aquella extensión no será igual para oficiales y el cuadro permanente (suboficiales). Y, además, se buscaría potenciar los últimos grados del escalafón de ambas líneas.

El propio presidente Sebastián Piñera planteó, a fines de octubre, que “estamos trabajando un proyecto de ley que va a extender la carrera militar en cinco años (…) Analizamos la experiencia de otros países y creemos que al tener cinco años más, vamos a lograr dos cosas: que un oficial no se retire cuando está en la flor de su vida, y que eso signifique un alivio fiscal importante”.

Además, el ministro de Defensa, Alberto Espina, subrayó hace una semana, en entrevista con La Tercera, que esta iniciativa “también incluye el respaldo al ascenso por mérito y no solo antigüedad”.

Carreras paralelas. La carrera militar se divide en las áreas de oficiales y de suboficiales. El concepto central de la modificación que se prepara apunta a dos ejes: alargar la “vida útil” de los efectivos más experimentados, es decir, que, en los últimos años de su formación, cuando están más capacitados, no deban dejar la institución; y a redestinar parte de los recursos que actualmente se gastan en pensiones del personal en retiro hacia los uniformados activos.

El universo actual de las tres ramas bordea los 90 mil efectivos, de los cuales la llamada “dotación de planta”, aquella sujeta a la carrera militar, supera los 50 mil uniformados.

En el proyecto se ampliaría el escalafón de suboficiales en cinco años (de 35 a 40) y el de oficiales en dos o tres (probablemente de 38 a 41). Ambas áreas quedarían casi a la par y estaría en estudio la aplicación gradual del cambio.

¿Cuál es el proceso formativo de este cuadro? El límite legal máximo de permanencia para los oficiales es de 38 años, mientras que el de suboficiales llega a 35. Sin embargo, en ambos casos la carrera está partiendo cada vez más tarde.

Según cifras de Defensa, la edad promedio de comienzo en 1982 era de 20 años. Esta entrada temprana, entre otros factores, estaba determinada porque en ese entonces no era obligatorio terminar la enseñanza media para ingresar a las escuelas matrices, por lo que varios miembros de las FF.AA. iniciaban su carrera incluso a los 15 años. Hoy, en cambio, es obligatorio el cuarto medio. Esto hizo que la edad promedio actual de inicio de la carrera militar sea de 24 años.

Seis principios. La lógica del sistema militar vigente se funda en seis principios, los cuales lo convierten en un ejercicio profesional con características únicas.

Por una parte, está el juramento de dar la vida, si es necesario, en el cumplimiento de sus funciones; el de desempeñar tareas en situaciones críticas a nivel país; tener capacidad a reacción a corto plazo; la especificidad del personal, que es irreemplazable, ya que nadie más en todo Chile hace ese trabajo; el de movilidad territorial permanente; y la disponibilidad horaria completa.

Debido a estas premisas, tanto la carrera como el sistema previsional funcionan como un incentivo para que no existan retiros prematuros hacia otros empleos, producto de la inversión que hace el Estado en la formación.

“Lo primero es definir qué Fuerza Armada es la que Chile necesita. Y para saber eso se requiere tener claros los objetivos del país de aquí al 2050. Y en eso tiene mucho que ver la tecnología, el tipo de riesgo y las amenazas”, plantea el analista de Defensa Guillermo Holzmann.

Según un análisis desarrollado este año en la cartera, la inversión que se hace en cada oficial y suboficial, durante su vida activa y retiro, ha cambiado considerablemente desde 1966. Para explicar las proporciones de esa inversión, estos análisis de gobierno utilizaron el ejemplo hipotético (y promedio) de un coronel con 30 años de servicio. A mediados de los años 60, de todo lo que el Estado invertía en este oficial durante su vida, un 78% se destinaba a sus remuneraciones mientras estaba activo y el 22% a la pensión tras el retiro. Actualmente, para el mismo caso hipotético, el país invierte cerca del 54% de los recursos en la remuneración y el 46% en el ítem de su pensión.

Así, uno de los objetivos de alargar la carrera militar justamente tiene que ver con que se destinen mayores recursos cuando el personal está activo. Y, de hecho, hacerlo en los últimos grados del escalafón, cuando más conocimientos y experiencia se ha alcanzado.

Andrés Allamand, exministro de Defensa, sostuvo que “la extensión de la carrera militar busca aprovechar por más tiempo al personal de las FF.AA. Algunos deben abandonar las instituciones cuando han adquirido altas capacidades y el país se ve privado de aprovecharlas. Además, de esta forma se acorta el tiempo en que se pagan pensiones”.

El subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, ha señalado que “en la carrera, al ser hoy piramidal, se retira obligadamente mucha gente muy capaz. Creemos que hay que avanzar en aumentar esos espacios y retener a gente valiosa”.

Un general (R) de Ejército, quien pidió reserva de su identidad, dijo que “yo pasé a retiro cerca de los 58 años, cuando podía trabajar. Hay que aprovechar mejor el elemento entrenado durante años”.

Pensiones. La carrera del mundo uniformado ha sido un tema presente para la actual administración de gobierno. En abril, por ejemplo, en un discurso institucional, el general director de Carabineros, Hermes Soto, dio a conocer su propuesta de extender la carrera policial en servicio activo de 30 a 35 años, junto con ascender al personal en la escala de sueldos.

Para el caso de los militares, uno de los puntos que se viene discutiendo desde hace años es el pago de pensiones y el personal recontratado.

Un reportaje de La Tercera de julio del año pasado, a partir de cifras obtenidas por Transparencia, dio cuenta de que más de 1.050 funcionarios en retiro de las FF.AA. cumplían funciones remuneradas en las mismas tres ramas, con sueldos promedio de $ 940 mil.

El diputado Jorge Brito (RD), presidente de la Comisión Investigadora de Irregularidades en las FF.AA., opinó que “Chile gasta muchos recursos en formar altos oficiales que salen a retiro a muy temprana edad. Y después, algunos son recontratados por la misma institución, recibiendo su pensión y otro sueldo. Es importante extender la carrera militar y acercarla a la vida laboral de todos los chilenos”.

El senador PPD Felipe Harboe destacó que “el alargamiento de la carrera es un buen paso, porque va a permitir aprovechar el capital humano con buena formación”.

Pero agregó que “eso no debe afectar los ingresos de las personas que están cumpliendo funciones ni generar un estancamiento en el desarrollo de su carrera. Quedarse más tiempo en el mismo grado significa una demora en ascender y con ello un perjuicio”.

De allí la idea de que la extensión de la carrera sea no proporcional en cada grado del escalafón, sino enfocada en los últimos. Guillermo Holzmann también planteó otras dudas. “Si bien esto podría representar un alivio para las arcas fiscales, el debate es bastante más complejo. Va a ser un tema de discusión enorme, porque no todos entraron a las FF.AA. pensando en que su carrera se podía alargar”.

Añadió que “hay buenos militares, pero se tiene que generar incentivos, y lograr eso sin que alguien esté amarrado 40 años en una institución es complejo. Era válido en el siglo XX, pero hoy no”

Cinco años. Ese es el lapso, según ya ha comunicado el gobierno, en que se extenderá la carrera militar en Chile para las tres ramas de las FF.AA.

Esta modificación es una de las más profundas que afectará al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y apunta a la optimización del uso de los recursos, humanos y económicos, para su formación, ejercicio profesional y pago de pensiones.

La iniciativa, sin embargo, está llena de detalles. Uno de ellos es que aquella extensión no será igual para oficiales y el cuadro permanente (suboficiales). Y, además, se buscaría potenciar los últimos grados del escalafón de ambas líneas.

El propio presidente Sebastián Piñera planteó, a fines de octubre, que “estamos trabajando un proyecto de ley que va a extender la carrera militar en cinco años (…) Analizamos la experiencia de otros países y creemos que al tener cinco años más, vamos a lograr dos cosas: que un oficial no se retire cuando está en la flor de su vida, y que eso signifique un alivio fiscal importante”.

Además, el ministro de Defensa, Alberto Espina, subrayó hace una semana, en entrevista con La Tercera, que esta iniciativa “también incluye el respaldo al ascenso por mérito y no solo antigüedad”.

Carreras paralelas. La carrera militar se divide en las áreas de oficiales y de suboficiales. El concepto central de la modificación que se prepara apunta a dos ejes: alargar la “vida útil” de los efectivos más experimentados, es decir, que, en los últimos años de su formación, cuando están más capacitados, no deban dejar la institución; y a redestinar parte de los recursos que actualmente se gastan en pensiones del personal en retiro hacia los uniformados activos.

El universo actual de las tres ramas bordea los 90 mil efectivos, de los cuales la llamada “dotación de planta”, aquella sujeta a la carrera militar, supera los 50 mil uniformados.

En el proyecto se ampliaría el escalafón de suboficiales en cinco años (de 35 a 40) y el de oficiales en dos o tres (probablemente de 38 a 41). Ambas áreas quedarían casi a la par y estaría en estudio la aplicación gradual del cambio.

¿Cuál es el proceso formativo de este cuadro? El límite legal máximo de permanencia para los oficiales es de 38 años, mientras que el de suboficiales llega a 35. Sin embargo, en ambos casos la carrera está partiendo cada vez más tarde.

Según cifras de Defensa, la edad promedio de comienzo en 1982 era de 20 años. Esta entrada temprana, entre otros factores, estaba determinada porque en ese entonces no era obligatorio terminar la enseñanza media para ingresar a las escuelas matrices, por lo que varios miembros de las FF.AA. iniciaban su carrera incluso a los 15 años. Hoy, en cambio, es obligatorio el cuarto medio. Esto hizo que la edad promedio actual de inicio de la carrera militar sea de 24 años.

Seis principios. La lógica del sistema militar vigente se funda en seis principios, los cuales lo convierten en un ejercicio profesional con características únicas.

Por una parte, está el juramento de dar la vida, si es necesario, en el cumplimiento de sus funciones; el de desempeñar tareas en situaciones críticas a nivel país; tener capacidad a reacción a corto plazo; la especificidad del personal, que es irreemplazable, ya que nadie más en todo Chile hace ese trabajo; el de movilidad territorial permanente; y la disponibilidad horaria completa.

Debido a estas premisas, tanto la carrera como el sistema previsional funcionan como un incentivo para que no existan retiros prematuros hacia otros empleos, producto de la inversión que hace el Estado en la formación.

“Lo primero es definir qué Fuerza Armada es la que Chile necesita. Y para saber eso se requiere tener claros los objetivos del país de aquí al 2050. Y en eso tiene mucho que ver la tecnología, el tipo de riesgo y las amenazas”, plantea el analista de Defensa Guillermo Holzmann.

Según un análisis desarrollado este año en la cartera, la inversión que se hace en cada oficial y suboficial, durante su vida activa y retiro, ha cambiado considerablemente desde 1966. Para explicar las proporciones de esa inversión, estos análisis de gobierno utilizaron el ejemplo hipotético (y promedio) de un coronel con 30 años de servicio. A mediados de los años 60, de todo lo que el Estado invertía en este oficial durante su vida, un 78% se destinaba a sus remuneraciones mientras estaba activo y el 22% a la pensión tras el retiro. Actualmente, para el mismo caso hipotético, el país invierte cerca del 54% de los recursos en la remuneración y el 46% en el ítem de su pensión.

Así, uno de los objetivos de alargar la carrera militar justamente tiene que ver con que se destinen mayores recursos cuando el personal está activo. Y, de hecho, hacerlo en los últimos grados del escalafón, cuando más conocimientos y experiencia se ha alcanzado.

Andrés Allamand, exministro de Defensa, sostuvo que “la extensión de la carrera militar busca aprovechar por más tiempo al personal de las FF.AA. Algunos deben abandonar las instituciones cuando han adquirido altas capacidades y el país se ve privado de aprovecharlas. Además, de esta forma se acorta el tiempo en que se pagan pensiones”.

El subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, ha señalado que “en la carrera, al ser hoy piramidal, se retira obligadamente mucha gente muy capaz. Creemos que hay que avanzar en aumentar esos espacios y retener a gente valiosa”.

Un general (R) de Ejército, quien pidió reserva de su identidad, dijo que “yo pasé a retiro cerca de los 58 años, cuando podía trabajar. Hay que aprovechar mejor el elemento entrenado durante años”.

Pensiones. La carrera del mundo uniformado ha sido un tema presente para la actual administración de gobierno. En abril, por ejemplo, en un discurso institucional, el general director de Carabineros, Hermes Soto, dio a conocer su propuesta de extender la carrera policial en servicio activo de 30 a 35 años, junto con ascender al personal en la escala de sueldos.

Para el caso de los militares, uno de los puntos que se viene discutiendo desde hace años es el pago de pensiones y el personal recontratado.

Un reportaje de La Tercera de julio del año pasado, a partir de cifras obtenidas por Transparencia, dio cuenta de que más de 1.050 funcionarios en retiro de las FF.AA. cumplían funciones remuneradas en las mismas tres ramas, con sueldos promedio de $ 940 mil.

El diputado Jorge Brito (RD), presidente de la Comisión Investigadora de Irregularidades en las FF.AA., opinó que “Chile gasta muchos recursos en formar altos oficiales que salen a retiro a muy temprana edad. Y después, algunos son recontratados por la misma institución, recibiendo su pensión y otro sueldo. Es importante extender la carrera militar y acercarla a la vida laboral de todos los chilenos”.

El senador PPD Felipe Harboe destacó que “el alargamiento de la carrera es un buen paso, porque va a permitir aprovechar el capital humano con buena formación”.

Pero agregó que “eso no debe afectar los ingresos de las personas que están cumpliendo funciones ni generar un estancamiento en el desarrollo de su carrera. Quedarse más tiempo en el mismo grado significa una demora en ascender y con ello un perjuicio”.

De allí la idea de que la extensión de la carrera sea no proporcional en cada grado del escalafón, sino enfocada en los últimos. Guillermo Holzmann también planteó otras dudas. “Si bien esto podría representar un alivio para las arcas fiscales, el debate es bastante más complejo. Va a ser un tema de discusión enorme, porque no todos entraron a las FF.AA. pensando en que su carrera se podía alargar”.

Añadió que “hay buenos militares, pero se tiene que generar incentivos, y lograr eso sin que alguien esté amarrado 40 años en una institución es complejo. Era válido en el siglo XX, pero hoy no”

Columna de Opinión, News

“Reunión con Fiscal Nacional Jorge Abbott nos abre una luz de esperanza para todos nuestros militares y policías procesados y prisioneros en Punta Peuco

Afirma Presidente de la Multigremial de Militares (R)Alejo Riquelme Solis: “Reunión con Fiscal Nacional Jorge Abbott nos abre una luz de esperanza para todos nuestros militares y policías procesados y prisioneros en Punta Peuco”

LAS OPINIONES CONTENIDAS EN ESTA COLUMNA DE OPINIÓN SON DE RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REFLEJAN NECESARIAMENTE EL PENSAMIENTO DE UNOFAR

Dirigentes gremiales extendieron invitación a la autoridad nacional para que visite Punta Peuco y constate el estado de salud física y mental de los internos, a objeto que se pronuncie en Derecho sobre una eventual vulneración a los derechos fundamentales de quienes están en el recinto penitenciario.

  

Como esperanzadora calificó el Presidente de la Multigremial de Militares y Policías (R), Alejo Riquelme Solis, la recepción por parte del Fiscal Nacional, Jorge Abbott Charme, de la propuesta que le formulasen al Ministerio Público para que sea esta instancia quien asuma -bajo el nuevo sistema procesal- la investigación penal de los procesos judiciales por presuntas violaciones de los DD.HH. que actualmente pesan sobre los militares y policías a través del sistema penal antiguo.

“Queremos agradecer la disposición del Fiscal Abbott frente al tema, así como también valorar la atención que colocó ante cada uno de los planteamientos que realizamos respecto del por qué los casos deben ser abordados bajo el actual sistema penal vigente en el país. Esta sería la primera iniciativa formal de las organizaciones militares y policíacas en retiro, que constituyen la Multigremial, así como los representantes de procesados y condenados por causas de Derechos Humanos ante el Ministerio Público, después de casi 18 años de vigencia del nuevo sistema procesal penal”, comentó Alejo Riquelme Solis.

Dijo que este requerimiento a la autoridad nacional responde a que frente a tanta arbitrariedad e inconstitucionalidad que pesa en las causas de Derechos Humanos que afectan a militares y policías en retiro se vuelve necesario respetar el Principio de Igualdad ante la Ley y de no discriminar de forma injusta en contra de los ex servidores del Estado.

En la reunión, a la que asistió también el vicepresidente de la Multigremial de Militares y Policías(R), Pedro Veas Diabuno, así como el comisario de la PDI, Daniel Calderón Araya, y el abogado asesor de algunos prisioneros políticos de Punta Peuco, Raúl Meza, se expuso al Fiscal Nacional la creación del Observatorio de DD.HH. de la Multigremial, cuyos objetivos son efectuar un consolidado sobre cada uno de los juicios realizados contra militares y policías, de manera que quede registrado para la historia acerca de las ilegalidades e iniquidades cometidas contra quienes – por expresa disposición del Estado de Chile – debieron combatir la violencia extremista, totalitaria dirigida y financiada desde el exterior.

Finalmente, Alejo Riquelme señaló que se extendió una invitación al Fiscal Abbott, que se materializará por escrito, para que visite con la Unidad de DD.HH. del Ministerio Público, a los internos con enfermedades crónicas y terminales que cumplen condena en el penal de Punta Peuco, y para que se constate el estado de salud física y mental de los internos y emita, si lo tiene a bien, un informe en Derecho sobre una eventual vulneración de sus Derechos fundamentales.

Valparaíso, 30 de abril del 2018