HISTORIA MILITAR Y HÉROES OLVIDADOS, News

Del caballo al tanque y del globo al avión (1) (segunda parte).Andrés P. Mohorte Periodista

                                                                  Del caballo al tanque y del globo al avión (1)
                                                                (segunda parte)

Andrés P. Mohorte Periodista

Las trincheras un lugar confortable.De nuevo, fueron los dirigentes alemanes quienes tuvieron más acierto a la hora de leer la guerra. Como cuenta Paul Fussell en su clásico “La Gran Guerra” y la memoria moderna sobre los pormenores de la vida en el frente, el alto mando alemán había ordenado construir trincheras espaciosas, higiénicas y cómodas.
La mezcla de obsesión por la perfección fabril de Alemania y la rápida asunción de que la guerra, pese a todo lo creído antes de su estallido, sería lenta y muy larga, provocó que los alemanes se desempeñaran a fondo en hacer la vida de sus soldados más fácil.
Y como bien noveló Erich María Remarque en “Sin novedad en el frente”,
Alemania había elaborado un reflexivo sistema de rotación que, hacía que un soldado cualquiera no pasara más de dos semanas seguidas en primera línea.
Se habían asentado diversos puntos en las líneas de abastecimiento de la trinchera (que no consistía sólo en la primera línea, sino en una profundidad de hasta tres niveles), y tras su periodo en el frente, todos los hombres regresaban a la retaguardia a pasar días descansando y recuperándose, pese a todas las
calamidades. Fueron los alemanes quienes antes comprendieron el sino de la guerra, lo que, combinado con su natural eficiencia productiva, derivó en trincheras más saludables, protegidas y habitables que las de los franceses o ingleses.
La situación era distinta al otro lado del frente. Los altos mandos franceses e ingleses, personificados en militares tan clásicos, pagados de sí mismos y reacios al cambio como Robert Nivelle, continuaban creyendo que la guerra sería rápida y que duraría poco, por lo que no invirtieron mucho tiempo en acomodar las trincheras y atender las necesidades inmediatas de sus soldados. Así, los ingleses y franceses en el frente estaban más empapados en barro, sufrían de peores condiciones de alojamiento y se las veían conviviendo de forma amarga con las ratas. En una trinchera francesa, por ejemplo, los soldados no solían pasar demasiado tiempo en primera línea, iban rotando y siendo relevados ante el estrés y lo intenso de las batallas, pero sin un descanso efectivo como el que tenían sus rivales alemanes.

Tras las carnicerías de Verdún y el Somme, ofensivas respectivas de Alemania y Reino Unido para conquistar puntos claves de sus rivales, el tiempo de la guerra cambió. Como constataría Churchill tras los espurios kilómetros ganados en Bélgica, las victorias costaban tanto que se asemejaban demasiado a las derrotas.
Lo cierto es que mediado el conflicto, Francia, Reino Unido y Alemania se desangraban ante la cruda realidad de una guerra librada al uso antiguo con instrumentos modernos. Sí se quería avanzar, había que cambiar, aunque implicara correr mayores riesgos y afrontar cismas internos en los altos mandos.
Y que mejor modo de hacerlo que abrazando la modernidad en su esplendor más puro.

El aire: el otro punto de inflexión en la historia de la guerra.
Saltar por encima de las trincheras implicaba tres cosas: Primero, diseñar proyectiles más eficaces que tuvieran un impacto real en el denso entramado defensivo del enemigo. Segundo, apuntar mejor y evitar el reguero de cráteres que hacían impracticable utilizar el terreno conquistado, para seguir avanzando.
Tercero, posicionar a la artillería lo más atrás posible en retaguardia, para protegerla de los daños de sus colegas enemigos, cuyas direcciones de disparo tenían demasiada incertidumbre. Para ello, la tecnología moderna ofrecía una solución brillante: los aviones.
La Primera Guerra Mundial significó poner en la escena bélica, en forma paulatina y definitiva a la aviación. La referencia estaba en España y otros países que habían utilizado elementos experimentales con anterioridad, como el globo en la Guerra hispanoamericana de 1898, tan cercana por aquel entonces, a la novedad a gran escala, que significó la aparición del avión.
Desde los primeros vuelos de aviones, que la historia le entrega méritos tanto a los hermanos Wright en Estados Unidos y a Alberto Santos Dumont, en Francia,
a inicios del siglo XX, el desarrollo de esos ingenios fue sorprendente, impulsado por la proyección comercial y bélica que sus creadores visualizaban en el corto plazo. Fue así como, ya en la Primera Guerra de los Balcanes, el impulso tecnológico permitió pasar de aparatos primitivos a ingenios de mayor estabilidad y autonomía

Pese a que la leyenda de figuras como el Barón Rojo y los duelos de ases del aire colocan a la aviación en un estadio idílico e imaginario durante aquellos años, su función era más de apoyo y por más que, a ras de suelo, los infantes se sorprendían con las pequeñas maniobras aéreas de los avezados pilotos, a estos se les pedía que, utilizaran esa nueva dimensión para observar y fotografiar, más allá de las líneas propias. De hecho, gracias a sus labores de investigación al otro lado del frente, hoy podemos disfrutar de espectaculares imágenes cenitales de la Primera Guerra Mundial.

Los biplanos se dedicaban a surcar el aire con diversos propósitos estratégicos.
Para predecir el movimiento de tropas enemigas y con ello ser más certeros en la movilización rápida de las propias. También para informar de la posición de la artillería rival, con visos de atacarla. Y finalmente, señalar con precisión la posición de las trincheras enemigas, para ajustar la puntería de sus obuses y cañones.
Mas allá de las leyendas como las de Manfred von Richthofen, el Barón Rojo, con 80 derribos sin confirmar, la principal misión de la aviación durante los cuatro años de guerra fue de observación, llamado más tarde de reconocimiento.
Con toda esa información bastante completa la guerra avanzaba la guerra, no obstante, el alto mando germano de turno insistía en la ofensiva, ahora con mayor precisión, hacia dónde se iban a dirigir los próximos ataques. Ello no significó que la aviación quedara limitara a meros trabajos de exploración, sino que, en el verano de 1916, la aviación alemana ya había desarrollado los primeros escuadrones aéreos de combate y en los años siguientes no era raro toparse con pilotos ametrallando desde el aire a la infantería enemiga, cuando la ocasión lo requería, para espanto de los soldados.

La Primera Guerra Mundial también fue testigo de los primeros intentos de bombardeo de población civil, un elemento tan terrorífico y presente en los conflictos subsiguientes tras la matanza de Gernika. Fueron los alemanes quienes se prodigaron en el asunto, aunque no sobre los ligeros biplanos, incapaces de recorrer largas distancias o de portar bombas pesadas, sino sobre los legendarios zeppelines, enormes bolas de gas que surcaban los aires cual destructor los mares, y cuya impresión visual no guardaba relación con su
inestabilidad y alta tasa de siniestralidad.
Los generales alemanes, al provenir de la casta militar prusiana que tan poco aprecio recibían de las gentes comunes propias y muy especialmente de otras naciones, experimentaron con bombardeos a pequeña escala de núcleos urbanos.
Fueron los VI, VII y VIII los primeros zeppelines germanos en lanzar bombas en ciudades belgas, como Lieja o Amberes, causando pocas bajas humanitarias y escasos desperfectos. Asimismo, lanzó a sus zeppelines a explorar el Báltico y a bombardear Londres y París, lo que aterrorizó a las poblaciones civiles en una guerra en la que, en líneas generales, estuvieron al margen de la carnicería que
representó el frente.
Más tarde, aquellos globos gigantes que en muchas ocasiones también ejercieron de exploradores en el frente oriental (en el Báltico), bastante más dinámico de lo que recuerda la memoria colectiva (y abandonado a propósito en este artículo, dado lo inabarcable del largo conflicto), se adentraron en las capitales de los imperios rivales, París y Londres, causando la muerte de hasta 500 personas en la ciudad londinense. Aquel estadio de alarma inusitado
en una población que observaba con terror la llegada de los enormes zeppelines, causó que Inglaterra se tomara más en serio la cuestión aérea y dotara de independencia jerárquica dentro de su ejército la RAF.

Las campañas de bombardeos civiles de los zeppelines causaron un enorme malestar en Francia y muy especialmente en Reino Unido, lo que contribuiría al relato acusador y poco dialogante de los vencedores sobre Alemania, cuando el bloqueo económico y militar le hiciera firmar la paz con sus enemigos.
Pero, en fin, aquellos zeppelines de corto recorrido no serían más que una rareza en una guerra librada y determinada por otras fuerzas. La principal, la artillería, a la que la aviación ayudaría enormemente en su radical reformulación de su estrategia de guerra. Pasado 1916 y tras el fracaso sin atenuantes de las ofensivas alemanas de Verdún y el Somme, donde la artillería se centraba en el bombardeo durante días (o semanas, como el inicial británico frente a los alemanes en el Somme), de las trincheras enemigas, los aliados comprendieron que nada iban a extraer de sus tácticas tradicionales, y que si querían avanzar necesitaban neutralizar a la artillería enemiga. Sin embargo, y como ya hemos visto, el larguísimo alcance de los nuevos proyectiles impedía visualizar las posiciones enemigas, por lo que en muchas ocasiones disparar más allá de las trincheras se convertía en un inmenso ejercicio de azar. Era entonces apremiante que la artillería propia pudiese acceder a las posiciones de sus similares adversarias, en aras de neutralizarla. Para ello se valieron de la punta de lanza de la aviación, que les permitió conocer en tiempo real la ubicación de las líneas enemigas.
Post 1916 el Reino Unido, en paralelo con su proyección aérea, introdujo varias novedades que le permitirían hacer daño real a la artillería alemana. Por un lado, mejoró la capacidad explosiva de sus proyectiles, que antes eran incapaces de estallar a no ser que se estrellaran directamente contra figuras muy sólidas, como un búnker de hormigón, ahora productos más efectivos como el proyectil Number 106 Fuze que, con una espoleta de acción inmediata, requerían tan sólo de un ligero roce con el alambre de espino para saltar por los aires, mejorando la efectividad de los ataques artilleros. Asimismo, y más importante aún, Reino Unido y por extensión Francia dejaron de apuntar hacia las trincheras, conocedores de las brutales sangrías perpetradas por las ametralladoras intactas de los alemanes. El ejercicio de cartografía realizado por los aviadores, indispensable en este punto, y delicados cálculos matemáticos (en los que se mezclaban coordenadas desplegadas por los pilotos, avistamientos a ras de suelo y la identificación del humo y de los estallidos de luz obligados en cada disparo enemigo), permitieron a los ingenieros balísticos determinar en forma rápida la posición de la artillera enemiga para su posterior destrucción.

Así, tras la mejora de la identificación de un objetivo, esa información era comunicada de inmediato al cañón que tenía que disparar, el Reino Unido obtuvo una ventaja táctica relevante frente a la tradicional potencia artillera de Alemania.
La eficiencia del sistema se complementó con innovaciones técnicas que contribuyeron a neutralizar el efecto del viento durante el disparo, mejorando el perfil aerodinámico de los proyectiles y su trayectoria de vuelo. En aquel complejo proceso en el que el avistamiento aéreo era el primer paso, el Reino Unido llegó al punto de localizar y disparar sobre un objetivo tan pronto como como era detectado.
La situación, durante 1917 y 1918, favoreció enormemente la capacidad militar de los aliados, que luchaban frente a una potencia en progresivo estado de ebullición interna por el bloqueo y las penurias de la población alemana y que, ante lo impracticable del campo de batalla, había desplegado un nuevo elemento revolucionario: el tanque.

1 Nota del editor: La publicación original del periodista español Andrés P. Mohorte, disponible el sitio Web Xataka.com indicada, ha sido editada y complementada por Luis Filippi de Solminihac con referencias históricas de aquellos episodios más relevantes mencionados en el escrito. Ello con el propósito de entregar al lector una visión integral de ese importante episodio, que fue la Primera Guerra Mundial. Para su publicación se consideraron 3 partes con similar número de páginas. Agradecimientos por esta colaboración a Jean Pierre Hulaud y su permanente aporte a la Revista Tres Espadas.

Fuente:

Edición del sitio Web de Cosur Chile y de su revista digital “Tres Espadas” Av. Bernardo O’Higgins 1452, piso 3, Santiago. www.cosur.cl y contacto@cosur.c

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News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

EL RIESGO DE UNA GUERRA NUCLEAR CON RUSIA. Dr. Luis Pérez Gil. Centro de Graduados de Estado Mayor

                                                                     DERECHO Y POLÍTICA INTERNACIONAL

Web dedicada a temas de Derecho Internacional, Relaciones Internacionales y Ciencia Política en forma de artículos y comentarios desde la comunidad de la Universidad de La Laguna (Tenerife, España). «Contemplando el centro de la Historia»

Dr. Luis Pérez Gil

https://ullderechointernacional.blogspot.com/

                                                                                      EL RIESGO DE UNA GUERRA NUCLEAR CON RUSIA

El 29 de febrero de 2024 durante su tradicional discurso anual a la Asamblea Federal en Moscú, Vladimir Putin volvió a advertir a las potencias occidentales sobre las potenciales consecuencias que tendría una intervención directa de éstas en la guerra en Ucrania. Su extenso discurso (disponible completo aquí) tuvo tres partes principales, pero que están íntimamente ligadas entre sí (la retórica de la guerra en Ucrania en defensa de la soberanía, la permanencia de Rusia como gran potencia y los objetivos de desarrollo nacional a largo plazo) y cuyo resultado final se resume en dos ideas fundamentales: la defensa de la soberanía y la autosuficiencia son una tarea permanente y todas las acciones del gobierno ruso están orientadas a entregar un país estable y basado en el bien común a las generaciones futuras. Es precisamente en esa defensa de la soberanía, que no se acota sólo a su territorio reconocido internacionalmente, sino que se extiende también a aquellos territorios históricamente rusos o con presencia significativa de ciudadanos rusos o de origen ruso y que han sido definidos como su extranjero cercano, áreas en las que Rusia estaría llamada a ejercer poder e influencia y que, en última instancia, garantizarían la seguridad de sus fronteras internas, en una suerte de zona de amortiguación (buffer zone) que alcanzó su máxima expansión durante la Guerra Fría, con su presencia militar permanente en Alemania Oriental y la creación del Pacto de Varsovia. Como en esa época, también ahora las autoridades rusas estiman que su zona de amortiguación debe y puede ser defendida con armas nucleares. De ahí, las reiteradas referencias a la existencia y vigencia de sus armas nucleares como mecanismo de disuasión por parte de las principales autoridades y funcionarios rusos desde el inicio de la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 -véase la entrada LAS ADVERTENCIAS SOBRE DISUASIÓN  ESTRATÉGICA DE RUSIA CON OCASIÓN DE LA INVASIÓN DE UCRANIA, de febrero de 2022-. Estas advertencias están dirigidas contra Occidente y, en concreto contra los países de la OTAN que, con su apoyo a Ucrania, impiden alcanzar los principales objetivos rusos, entre ellos su sometimiento y neutralización. Por tanto, como hemos dicho en otras ocasiones, para el bando ruso la guerra en Ucrania tiene un carácter existencial, porque afecta a sus intereses nacionales (de seguridad), mientras que para el Bloque Occidental, encabezado por los Estados Unidos, es sólo un modo para desgastar a Rusia (guerra por delegación o proxy war) y lograr que deje de ser una amenaza para sus vecinos. Al contrario que en el primer caso, en el que es concebible que Rusia pueda combatir durante años aplicando todos los recursos del Estado, es decir, asumiendo cualquier costo, el segundo es inalcanzable simple y sencillamente porque no se puede derrotar (o someter por la fuerza) a una gran potencia nuclear que, en el caso de Rusia, es necesario recordarlo, acumula el mayor arsenal nuclear del mundo y que junto con los Estados Unidos cuentan con el noventa por ciento de las armas nucleares existentes -véase la entrada ARSENALES NUCLEARES DE LAS GRANDES POTENCIAS EN 2023: ENTRE LA AMENAZA NUCLEAR RUSO-AMERICANA Y LAS FALACIAS SOBRE CHINA de junio de 2023-. Ante esta evidencia, Putin afirmó en su discurso del 29 de febrero de 2024 que “Occidente se ha olvidado de las consecuencias que tiene una guerra”, que “piensan que son dibujos animados” y “eso les hace perder la razón y crear riesgos para todos” (argumentos que ya fueron puestos sobre la mesa por el académico ruso y antiguo asesor presidencial Sergey Karaganov en sendos artículos publicados en junio y octubre de 2023).
Sin embargo, algunos dirigentes europeos (los antiguos testigos silenciosos) apelan a continuar escalando contra Rusia, a atacar objetivos en el interior del territorio ruso y, a más, desplegar fuerzas militares en territorio ucraniano para tratar de sostener el frente, pero que se convertirían inevitablemente en objetivo de las armas rusas. Estas posiciones ponen de manifiesto dos cuestiones fundamentales en la teoría de las relaciones internacionales: la primera es que desconocen el poder limitador del conflicto que tienen las armas nucleares y, segunda, la ausencia del interés nacional en el cálculo de sus decisiones. Pero, ambas tienen un curso que lleva a un enfrentamiento directo con una gran potencia nuclear. Por tanto, un conflicto de estas características tendría como resultado previsible el empleo masivo de armas nucleares, con las consecuencias que pusieron de manifiesto los bombardeos atómicos americanos de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Se debe descartar, como hemos dicho en reiteradas ocasiones, la falacia de que es posible combatir (y ganar) una guerra nuclear limitada, porque, una vez iniciada, se desconoce el punto más alto de la escalada y los poseedores de dichas armas no estarán dispuestos a perder una guerra de tales características, además de que, conceptualmente, la idea de la guerra nuclear limitada fue rechazada por los dirigentes soviéticos y después por los rusos -sobre este debate véanse las entradas ARMAS NUCLEARES Y CONFLICTOS ASIMÉTRICOS: PERSPECTIVAS DE EMPLEO de mayo de 2015 y DE VUELTAS CON LA IDEA DE GUERRAS Y ATAQUES PREVENTIVOS de octubre de 2018. Esta concepción se plasma en los Fundamentos de la política estatal sobre disuasión nuclear de 2 de junio de 2020 -véase la entrada LA ACTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA DE EMPLEO DE ARMAS NUCLEARES DE RUSIA, UNA APUESTA POR EL RÉGIMEN DE ESTABILIDAD ESTRATÉGICA de junio de 2020- y es la que sirve de fundamento a Putin para afirmar el 29 de febrero de 2024 que el arsenal nuclear ruso tiene un nivel de disponibilidad total y que tienen la capacidad (y también la voluntad) para escalar hasta el punto más alto y combatir una guerra con armas nucleares bajo la premisa de que nadie podrá ganar porque el resultado será la desaparición de la civilización. Sin embargo, desde el lado occidental, se obvian las consecuencias que entrañan en sí mismas el peligro de un conflicto nuclear ilimitado. Como es propio de los dirigentes rusos, sus advertencias suelen ir seguidas de actos de demostración para tratar de mantener la vigencia de la disuasión nuclear. De este modo, el 1 de marzo de 2024 (un día después del discurso de Putin en Moscú) las Fuerzas de Misiles Estratégicos (RVSN) ejecutaron un ejercicio de preparación para el combate. Una tripulación perteneciente a la 14ª División de Misiles de Yoshkar-Ola, en los Urales, llevó a cabo el lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) RS- 24 Yars móvil desde un sitio de pruebas en Plesetsk, en el norte de la Rusia europea -vídeo del lanzamiento disponible aquí-. El misil voló unos seis mil kilómetros hasta que sus ojivas inertes alcanzaron los objetivos programados en el polígono de pruebas de Kura, en Kamchatka, en Extremo Oriente. Ahora bien, ni esta prueba es nueva ni es una sorpresa, sino que forma parte de las actividades regulares que realizan todos los componentes de las fuerzas de disuasión nuclear con la finalidad de validar el funcionamiento de los sistemas de mando y control y lanzamiento -véase la entrada GROM-23: EJERCICIO DE GUERRA NUCLEAR GLOBAL de octubre de 2023- y, casi más importante, mostrar a terceros esas capacidades, de tal modo que las armas nucleares sigan cumpliendo su misión primordial: evitar la guerra entre grandes potencias. Entonces, las cuestiones que se plantean son: ¿estamos preparados para afrontar una guerra contra Rusia? ¿somos conscientes de las consecuencias que podría tener tal guerra? ¿quiénes están adoptando tales decisiones? ¿Nos veremos arrastrados a una guerra donde no nos jugamos nada, en aras de una lucha entre las grandes potencias por la supremacía mundial?

Ver artículo completo en:el riesgo de una guerra nuclear con Rusia (2)

Un aporte del Crl. Julio Soto Silva, Secretario del Centro de Graduados de Estado Mayor (Academia de Guerra del Ejército)

 

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News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

ENTREVISTA A JORGE SANZ, ACADÉMICO UDD, SOBRE ATAQUE DE IRÁN A ISRAEL. Radio Universo

 

                                                            Entrevista Jorge Sanz, académico UDD, sobre ataque de Irán a Israel


 Link: http://conectamedia.s3.amazonaws.com/661e78a21402a6ba6a61cc14.mp3  Descargar archivo

Pese a las advertencias que ha hecho Irán a la intermediación que EE.UU. ha tenido en el conflicto con Israel, el jefe de las FF.AA. israelíes aseguró que habrá una respuesta al ataque de Irán. Académico de UDD, Jorge Sanz, aborda el tema.

Menciones: Universidad Del Desarrollo.
Cuñas: Jorge Sanz, Académico Universidad Del Desarrollo

 

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Columna de Opinión, News

EL MISTERIO DE LA COMUNICACIÓN HUMANA, EL LENGUAJE Y EL TIEMPO. Eva Aladro Vico, Catedrática de Teoría de la Información, Universidad Complutense de Madrid

 

                                                                            EL MISTERIO DE LA COMUNICACIÓN HUMANA, EL LENGUAJE Y EL TIEMPO

Eva Aladro Vico, Catedrática de Teoría de la Información, Universidad Complutense de Madrid

The Conversation, 03/04/2024

El mundo vive trágicamente el fracaso de la comunicación de paz que los medios no usan. Escasea la comunicación creativa que puede solucionar los conflictos y la falta de empatía.

Hay autores que consideran que no es posible comunicarse, y que en realidad vivimos aislados: afirmaba Wittgenstein que hay cosas de las que no podemos hablar, y sobre las que es mejor callarse.

Algunos autores creen que comunicar es alinearse en una misma sintonía en la que se comparten similares longitudes de onda semántica. Poetas como Rilke, o Helen Keller creen en la belleza en el lenguaje como energía comunicativa.

Walter Benjamin pensaba que comunicarse es un proceso de incubación de la experiencia mediante la que ciertos mensajes nos trasladan a su dimensión de realidad.

André Malraux o Saint Exupéry creen firmemente que puede transmitirse una experiencia, que esta puede cruzar la barrera de la piel de un individuo hasta llegar a otro, mediante los signos.

Cooperación esencial e identidad creada. La teoría de la comunicación probablemente más optimista que existe es la de Paul Grice, que mostró cómo unos principios de cooperación interpretativa nos conducen a creer que quien nos habla tiene intención de transmitir mensajes bienintencionados, y adecuados a la lengua. Grice pensaba que la simple constitución de una lengua presuponía estos principios.

Y en esta línea, Martin Buber creía que la comunicación es esencialmente una aceptación del otro, ética y metafísica. Usar el lenguaje para dirigirse a los demás es un proceso de amor cósmico, en el que creamos una relación con el mundo, que es la que nos hace dignos de existir.

Decía Buber que la identidad de quien se comunica en el lenguaje cambia con dicha comunicación, y que cuando nos comunicamos con los demás es cuando construimos nuestro propio yo, que es resultado del proceso, y no su origen.

Nuestro yo, entregado a la comunicación, pertenece esencialmente al futuro.

La comunicación crea el lenguaje. Los lingüistas generativistas y semiólogos han pensado a fondo sobre el hecho increíble de que la lengua sea un proceso en creación constante. El lenguaje es más el resultado que la causa de la comunicación: es un río profundo que va siendo transformado por los hablantes.

Afirmaba Paolo Fabbrique que las lenguas son sensibles al contexto: nacen y mueren por las necesidades de comunicación entre individuos dispares y comunidades aisladas entre sí, y se transforman a cada momento.

Chomsky, mostró cómo los hablantes fuerzan las palabras en las estructuras, para que encajen en el aquí y ahora de la comunicación, que es siempre esencialmente nuevo.

Creación colectiva. Las lenguas son creaciones colectivas. En el proceso de la comunicación entre hablantes se generan innovaciones y expresiones que van obedeciendo a las necesidades de comunicación. No hay un creador único que produzca las formas del lenguaje: estas son fijadas por los usuarios hablantes que van lanzando sus formas al uso comunitario, y en este interior es donde esas formas son asumidas.

Es muy interesante cómo, al tiempo que las comunidades acuñan su lengua, también la lengua permite que esa comunidad se reconozca en ella como en un espejo: la identidad de un grupo se materializa a través de la lengua común en la que se expresa.

Así lo mostró Halliday y tenemos ejemplos muy recientes, como los memes, de cómo cuando un grupo humano necesita generar un lenguaje común ante una realidad que vive, esa lengua común, hecha de rastros y residuos de otras lenguas, termina siendo una obra colectiva.

El acierto en el decir de los hablantes, que nada tiene que ver con la corrección gramatical, va generando un lenguaje compartido que es obra de todos. Esta creación, el lenguaje, es probablemente la única forma de una inteligencia colectiva.

Cómo la lengua no muere. Mediante el proceso creador la lengua no le pierde el paso al tiempo, no muere. En los procesos del habla, parece progresar en dos direcciones: hacia la comunicación y hacia su propia creación. El lenguaje debe adaptarse a la vida, que es un proceso en constante cambio e individuación.

Por eso desafía las reglas y las normas gramaticales, rompe las normas temáticas, se recrea constantemente.

Cuando hablamos, el acierto en el decir de quien nos habla es también una cosa compartida. Cooperamos, no solamente para reforzar palabras ya sabidas, sino para buscar expresiones nuevas, mejoras que nos ofrecen otros, para nuestras sensaciones o vivencias.

Cada comunicación con los demás trabaja en fijar formas que están más unidas a la vida, y que nos expresan. Gracias a dicho proceso, nos entendemos.

Pero esto ocurre no solamente en el presente, sino en el instante en el que el futuro besa su umbral aún sin traspasarlo. El lenguaje, por su naturaleza generativa, está íntimamente unido no solamente al aquí y ahora, sino a lo que será, que nos llega atrapado por las palabras y los signos.

El lenguaje común que hemos acordado para traducir la experiencia increíble del futuro que se intuye es el medio que nos pone de acuerdo. El acuerdo, la unión comunicativa, es una unión de futuro.

Un entusiasmo creador garantiza la transmisión de contenidos, y se convierte en el cauce para volcar todo cuanto queramos decir.

No se trata sólo de un acuerdo, sino de una unión en el esfuerzo, de una energía sentida y desencadenada en la creación de signos, que mueve nuestra alma.

Para comprendernos, necesitamos una lengua innovadora, porque sólo esta es fiel a la inefable experiencia de vivir.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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Columna de Opinión, News

LA FELICIDAD, SEGÚN LA FILOSOFÍA DE DESCARTES. Pablo Mora, Periodista científico

                                                                               LA FELICIDAD, SEGÚN LA FILOSOFÍA DE DESCARTES

Pablo Mora, Periodista científico

Muy Interesante, 31/03/2024

Abordamos el concepto de felicidad desde la perspectiva de Descartes, uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos.

René Descartes, probablemente uno de los mayores filósofos de todos los tiempos, abordó la cuestión ética en varias de sus obras, aunque no trató la felicidad de manera exhaustiva como algunos otros filósofos de la época. Sin embargo, podemos obtener algunas ideas sobre su visión de la felicidad a partir de sus escritos y de su filosofía en general.

Desde la perspectiva de este filósofo del siglo XVII, la felicidad no es simplemente una emoción pasajera o un estado de ánimo placentero, sino que está vinculada a una vida honesta y, sobre todo, al ejercicio de la razón.

En su obra ‘Discurso del Método’ (1637), Descartes sostiene que el auténtico bienestar radica en la búsqueda del conocimiento. Plantea que la razón es el camino hacia la verdad y que el conocimiento, por tanto, es la clave para vivir una vida verdaderamente satisfactoria.

Descartes también aborda este asunto en relación con la libertad y el libre albedrío. En su obra ‘Meditaciones Metafísicas’ (1641), argumenta que la libertad de elección es esencial para esa satisfacción con la vida. Se entiende que para Descartes, la capacidad de elegir y actuar de acuerdo con la razón y la moralidad es lo que nos permite vivir una vida plena y realizada.

Además, del pensamiento de este sabio se desprende que la felicidad no debe depender de circunstancias externas, sino que debe encontrarse dentro de uno mismo. En sus escritos, enfatiza la importancia de la autorreflexión y la introspección como medios para alcanzar una auténtica vida satisfactoria.

Así, se extrapola la idea de que la felicidad implica una especie de armonía interior y una tranquilidad del espíritu que no se ve afectada por los cambios externos o las vicisitudes de la vida.

Según la interpretación de Marvin Sebastián Estrada, investigador de la Universidad del Norte (Colombia), Descartes ofrece una nueva forma de entender la felicidad, enfocándose en el estado de contento y satisfacción de la mente. Esta perspectiva difiere de la concepción tradicional de filósofos clásicos que la identificaban con un tipo de vida o la consideraba un bien en sí misma.

No en vano, Descartes presenta una reflexión propia sobre este asunto y el bien supremo, proponiendo una reforma de este modelo.

Sebastián Estrada destaca la diferencia que establece Descartes entre la felicidad y el bien supremo.

Mientras que en el modelo tradicional (eudamonista) la felicidad ocupaba el lugar del bien supremo, Descartes propone una nueva interpretación al separar estos conceptos.

Así pues, Descartes habría sostenido que la virtud, al ser el mayor bien del individuo, constituye el fin último de nuestras acciones. Un enfoque que priorizaría la búsqueda y práctica de la virtud como objetivo fundamental en la vida de las personas.

Y aunque Descartes pueda considerar que la virtud es el mayor bien, también habría reconocido que practicarla conduce al contentamiento y satisfacción de la mente. Por lo tanto, la felicidad también podría ser vista como el fin de nuestras acciones.

Padre de la filosofía moderna. René Descartes (1596-1650) nació cerca de Tours (Francia), y falleció en Estocolmo (Suecia). Este filósofo, matemático y científico francés está considerado uno de los padres fundadores de la filosofía moderna y de la matemática moderna.

Descartes recibió una educación jesuita en el Colegio Real de La Flèche, donde estudió matemáticas, ciencias naturales, lógica y filosofía. Después de completar sus estudios, Descartes se unió al ejército y viajó por Europa, donde tuvo la oportunidad de encontrarse con algunos de los pensadores más destacados de su tiempo.

En 1628, este influyente pensador se retiró a los Países Bajos, donde pasó la mayor parte de su vida dedicado a la investigación y la escritura. Es en esta época cuando publicó sus obras más importantes, incluyendo el ‘Discurso del Método’ (1637), ‘Meditaciones Metafísicas’ (1641), y ‘Principios de Filosofía’ (1644).

Uno de los aspectos más destacados de la filosofía de Descartes es su énfasis en la duda metódica y su búsqueda de una base firme para el conocimiento. En su famoso ‘Cogito, ergo sum(“Pienso, luego existo”), Descartes establece que la existencia del pensamiento es indudable y sirve como fundamento para la certeza de la existencia del yo.

Pero además de su trabajo filosófico, Descartes también realizó importantes contribuciones a las matemáticas, especialmente en el desarrollo de la geometría analítica.

Su obra ‘La Geometría’ (1637) introdujo la idea de representar las formas geométricas con coordenadas numéricas, lo que sentó las bases para el cálculo infinitesimal y la geometría cartesiana.

Descartes murió en 1650 en la capital sueca, donde se encontraba como invitado de la reina Cristina. A pesar de su prematura muerte, su legado perdura hasta el día de hoy, y su influencia se extiende a través de la filosofía, las matemáticas, la ciencia y la cultura en general.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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News, RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

EL “MAD MAX” DE UCRANIA RASTREA PANTANOS Y CAMPOS MINADOS EN BUSCA DE PROYECTILES. Ian Lovett y Nikita Nikolaienko/The Wall Street Journal. La Tercera

                                                                       EL “MAD MAX” DE UCRANIA RASTREA PANTANOS Y

                                                                    CAMPOS MINADOS EN BUSCA DE PROYECTILES

Ian Lovett y Nikita Nikolaienko/The Wall Street Journal

La Tercera, 11/04/2024

La escasez de municiones en Kiev es tan grave que un soldado que busca proyectiles rusos y fabrica sus propias bombas se ha convertido en un importante proveedor de algunas unidades.

Al borde de un arroyo en esta aldea diezmada, Max Polyukhovich excavó en el barro con las manos en busca de un grial esquivo. Después de unos momentos, sacó un trozo de metal gris liso, de varios pies de largo: un proyectil de artillería ruso sin usar.

Ucrania tiene tanta escasez de municiones que Polyukhovich, un soldado de 36 años, se ha convertido en una importante fuente de proyectiles para las brigadas en todo el frente oriental.

Las entregas de armas desde Estados Unidos están retrasadas en el Congreso, y la escasez ha llevado a Kiev a recurrir a soluciones muy reducidas -como drones explosivos y restos de proyectiles rusos- para tratar de contener a las fuerzas de Moscú.

En parte carroñero, en parte fabricante de bombas domésticas, Polyukhovich se ha sumergido en pantanos y caminado kilómetros a través de campos minados en busca de las municiones no utilizadas que las tropas rusas dejaron cuando se retiraron. Parte de lo que encuentra puede ser disparado inmediatamente por la artillería ucraniana; parte del mismo lo lleva a su laboratorio improvisado, donde transforma el explosivo en munición para drones de ataque.

Conocido por el distintivo de llamada “Mad Max”, ha suministrado al menos 14.000 proyectiles a brigadas en todo el este de Ucrania, además de 4.000 municiones para que aviones no tripulados arrojen sobre tropas y vehículos rusos, calcula.

“El apetito de los comandantes está aumentando”, afirmó. “Si envío 100 balas, me llaman al día siguiente pidiendo más munición”.

Los oficiales de la 92ª Brigada de Asalto de Ucrania, que lucha alrededor de la destruida aldea oriental de Andriivka, dijeron que la escasez de proyectiles de artillería es tan crítica, que incluso cuando los drones detectan objetivos rusos, la brigada no siempre puede dispararles.

“Si los rusos realizaran un ataque a gran escala más tarde, nos quedaríamos sin proyectiles”, dijo un mayor de la brigada, que utiliza el distintivo de llamada Ángel. “Estamos en modo de economía constante”.

Aunque las contribuciones de Polyukhovich ayudan, no pueden compensar por completo el enorme déficit de proyectiles de Kiev, y los comandantes estiman que Rusia dispara alrededor de cinco veces más por día.

Polyukhovich, una figura corpulenta, con una rebelde barba oscura y brillantes ojos verdes, ha estado luchando durante ocho años en el este de Ucrania, donde la guerra ha estado en pleno apogeo desde la invasión rusa encubierta en 2014.

Aunque trabajó principalmente como desminador, a veces se unió a los asaltos durante el primer año de la guerra a gran escala, que comenzó en febrero de 2022. Luego, el verano pasado, le dispararon. Su chaleco antibalas lo salvó de una lesión grave y vio la creciente hambre de proyectiles durante su recuperación. Desde entonces, ha convertido la búsqueda y fabricación de municiones en su trabajo de tiempo completo.

Concentra sus búsquedas en zonas que Moscú ocupó al principio de la guerra. Sólo en los pantanos alrededor de Izyum, en la región nororiental de Kharkiv, afirmó haber recuperado 2.500 proyectiles utilizables, que los rusos arrojaron al agua antes de huir en septiembre de 2022, cuando Ucrania retomó la zona durante una ofensiva relámpago.

“Si liberas un área, debes controlar los pantanos”, dijo Polyukhovich, señalando que ésta era una estrategia común que usaban los rusos para tratar de impedir que los ucranianos usaran sus municiones.

El agua no dañó los proyectiles, dijo. Pero si encuentra incluso una pequeña abolladura en el cuerpo de uno, la tira. La abolladura podría cambiar la trayectoria del proyectil, poniendo a los equipos de artillería en riesgo de impactar accidentalmente a sus propias tropas.

Una tarde reciente, The Wall Street Journal acompañó a Polyukhovich a Kamyanka, una aldea en la región de Kharkiv, donde las fuerzas rusas habían establecido varias posiciones de artillería al comienzo de la guerra. Los tejados de todas las casas, salvo unas pocas, habían volado. Sólo un puñado de lugareños permaneció en la ciudad.

Polyukhovich ya había realizado decenas de viajes a la aldea, registrando cada casa y recuperando alrededor de 1.000 casquillos.

Cuando llegó, dos mujeres locales lo recibieron con un plato de panqueques rellenos de carne. “Encontré algo cerca del arroyo”, dijo una de las mujeres, Svitlana Kordyenko. “Ve a mirar”.

El banco estaba lleno de cajas de madera utilizadas para transportar proyectiles. Polyukhovich pronto sacó una concha del barro.

Pero buscaba una recompensa mayor: los lugares donde las fuerzas rusas guardaban sus proyectiles durante la ocupación. Al hablar con los lugareños, sabía que los rusos tenían tres posiciones de artillería en el área.

“Tiene que haber más proyectiles”, afirmó. “Dada la cantidad de artillería que tenían, debería haber 10.000 proyectiles en esta aldea”.

En un campo, cerca de una de las posiciones de artillería, encontró unos tablones de madera en el suelo.

“Podría haber más debajo”, dijo. Decidió que tendría que regresar con equipo de excavación para mirar.

Después de registrar a Kamyanka, Polyukhovich regresó a su laboratorio. Su esposa vive no lejos del pueblo, pero él dijo que no tuvo tiempo de visitarla. Sólo la había visto unas pocas veces desde que comenzó la guerra a gran escala. Su exesposa y su hijo abandonaron el país; no está seguro de dónde están.

Durante sus últimas vacaciones, dedicó uno de sus dos días libres a buscar proyectiles.

“¿Cómo puedo explicarle a mi esposa que ella no es lo más importante para mí en este momento?”, dijo.

Los oficiales de la 92ª Brigada dijeron que Polyukhovich les había suministrado más de 8.000 proyectiles. Aun así, las acciones de Polyukhovich no compensan la caída en las entregas desde Occidente. Las fuerzas ucranianas están disparando ahora unos 2.000 proyectiles por día, un marcado descenso respecto al verano pasado.

Polyukhovich encuentra principalmente proyectiles de calibre 152 mm, que funcionan con cañones de artillería de la era soviética. Ucrania también está aumentando su producción de municiones de 152 mm, dijeron los oficiales.

Pero las piezas de artillería occidental de la brigada utilizan proyectiles de 155 mm y el suministro de ese tipo de munición desde el extranjero ha disminuido.

“El problema es que tenemos tres veces más piezas de calibre 155 que de calibre 152”, dijo Ángel, añadiendo que los proyectiles de 155 mm también eran más precisos. Como resultado, la mayoría de las armas de la brigada están inactivas.

Además de buscar proyectiles rusos, Polyukhovich ha organizado una operación para fabricar bombas para drones, que se han vuelto cada vez más importantes en los últimos meses, a medida que se han agotado las municiones occidentales.

Polyukhovich suele levantarse a las 4 de la mañana. “No duermo bien”, dijo, y añadió que cuando se queda dormido, “veo las cosas horribles que he presenciado en esta guerra”.

Antes del amanecer, a menudo conduce hacia la línea del frente y luego camina hacia la tierra de nadie entre las posiciones ucranianas y rusas.

Camina con cuidado por los campos, desarmando las minas antitanques rusas y llevándoselas consigo. Cuando el sol sale por completo, lleva el botín a su laboratorio.

“Max” está garabateado en la puerta oxidada fuera del complejo de Polyukhovich, junto con una calavera y tibias cruzadas pintadas con aerosol. En el patio, camina entre montones de minas antitanques y proyectiles de artillería. Duerme en una de las casas. La otra la ha convertido en una fábrica de bombas.

Abre las minas antitanque y vacía el polvo explosivo en ollas de cocción lenta. Una máscara de Guy Fawkes, que conspiró para volar el Parlamento inglés en el siglo XVII, cuelga de una viga en lo alto.

“Aquí soy el jefe de cocina”, dijo.

Una vez licuado el explosivo, él y algunos asistentes lo vierten en proyectiles caseros. Levantó una de sus creaciones: una funda de plástico, llena de explosivos y unida con cinta adhesiva a una bola de metralla, que un dron podía arrojar sobre la infantería.

“Estos bastardos cubren mi patria con sus malditas minas”, dijo Polyukhovich. “Las recogemos, las volvemos a montar y luego las devolvemos”.

A medida que la escasez de proyectiles de artillería se ha agudizado en las últimas semanas, las brigadas han comenzado a enviar sus desminadores a Polyukhovich, con la esperanza de que les enseñe cómo encontrar más municiones.

Es un trabajo peligroso. Hace varios meses, mientras Polyukhovich estaba fuera, su equipo intentó desactivar una mina antipersonal, que es más sensible que las minas antitanque con las que normalmente trabajan. Estalló, mató a uno de ellos y abrió un costado de la casa de Polyukhovich.

“Me he convertido en el tipo de persona que no puede consolar a alguien mientras está muriendo”, dijo Polyukhovich. “Prefiero simplemente darme la vuelta. Es imposible olvidar los ojos de un moribundo”.

Por ahora, ha contratado a un protegido, un sargento de 40 años que utiliza el distintivo de llamada Tikhy, que significa tranquilo. Vive con Polyukhovich en su casa y lo ayuda a administrar el laboratorio.

En las últimas semanas, Polyukhovich comenzó a dejar que Tikhy lo acompañara a recoger minas. Recientemente también encontraron drones de vigilancia rusos derribados, que los comandantes ucranianos habían estado buscando, para poder analizarlos y encontrar una manera de bloquearlos.

Aunque Tikhy ha sido entrenado como desminador, Polyukhovich lo vigila mientras caminan por los campos.

“Me preocupo demasiado por él”, dijo Polyukhovich. “Es demasiado amable, demasiado educado. No es la actitud que necesitas en la guerra”.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

News, Seguridad y defensa

COSTÓ 800 MILLONES DE EUROS Y MIDE 175 KM.: CÓMO ES EL MURO ANTIINMIGRANTES LEVANTADO POR HUNGRÍA QUE VISITARÁ J. A. KAST. R. Jara. EMOL

                                                                                 COSTÓ 800 MILLONES DE EUROS Y MIDE 175 KM.: CÓMO                                                                                  ES EL MURO ANTIINMIGRANTESLEVANTADO  POR HUNGRÍA                                                            QUE VISITARÁ J. A. KAST

  R. Jara

EMOL, 12/04/2024

El líder republicano tiene previsto visitar esta extensa estructura levantada en la frontera con Serbia que generó polémica en toda Europa. La estructura fue levantada en 2015

Luego de su comentado paso por El Salvador, donde visitó la megacárcel impulsada por Nayib Bukele, el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, tiene presupuestado nuevos viajes a otras partes del mundo, como parte de una intensa agenda con el objetivo de preparar una propuesta de Gobierno de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.

Es en esa línea que el exdiputado visitará Hungría, país conocido por sus controvertidas medidas migratorias.

En concreto, el presidenciable participará a fines de abril en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que reúne a líderes conservadores de varias partes del mundo, incluyendo al primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Además, Kast visitará el extenso “muro” antiinmigrantes levantado por el Mandatario europeo en la frontera con Serbia, cuya construcción levantó una gran polémica en el viejo continente.

Desde su llegada al gobierno en 2010, el ultranacionalista Orbán se ha convertido en el “díscolo” de la Unión Europea en diversos temas, y uno de ellos es cómo abordar la crisis migratoria.

Sin ir más lejos, justo ayer el Gobierno húngaro anunció su rechazo al pacto migratorio aprobado esta semana por el Parlamento Europeo, el cual contempla el reparto de inmigrantes y multas para aquellos países que se nieguen a acogerlos.

El tema migratorio no es un asunto menor para Hungría. Dada su ubicación geográfica (donde limita con países como Serbia, Rumania y Ucrania), es una de las puertas de entrada a la Unión Europea, convirtiéndose en un país de tránsito, origen y destino de numerosos refugiados, la mayoría pertenecientes a países del mundo islámico que sufrían con sus conflictos internos.

El alto flujo, sumado al aumento de la islamofobia, fueron suficientes para que Orbán anunciara una serie de drásticas medidas, distanciándose del resto de sus socios del bloque.

El Gobierno se escudaba en las cifras: solo en 2015 Hungría interceptó a más de 400.000 personas que entraron por cruces ilegales. Esto llevó al Mandatario a ordenar en junio de ese año la construcción de un extenso muro en la frontera Serbia; asimismo, se aprobó una serie de leyes contra la migración ilegal, con penas de cárcel para aquellos que fueran sorprendidos pasando por cruces ilegales.

La construcción de este muro, además, tenía una carga simbólica, justo en el país que en mayo de 1989 botó la llamada “Cortina de Hierro”, dando inicio al proceso que culminó con la caída del Muro de Berlín, ícono de la Guerra Fría.

En el lugar donde se botó una división, volvía a nacer otra.

Una alta inversión. Tras el anuncio hecho en junio, el 31 de agosto de 2015 los medios europeos comunicaban el fin de la construcción de este muro de 175 kilómetros de extensión y cuatro metros de alto hecho principalmente de alambre y elementos cortopunzantes. A eso, se le suma el despliegue de unos 3.000 militares para labores de vigilancia.

El levantamiento de esta estructura duró sólo un par de meses y fue realizado por personal del Ejército. Y pese al rechazo general de Europa y la comunidad internacional, el gran apoyo interno de la comunidad húngara a la gestión de Orbán fue un impulso para desarrollar las duras políticas migratorias.

“Con la construcción del muro y el despliegue y formación de 3.000 vigilantes nuestro país está protegiéndose a sí mismo y a toda Europa contra el torrente de inmigrantes ilegales. No es una exageración decir que la seguridad de los ciudadanos europeos ha sido financiada por los contribuyentes húngaros”, afirmó el Mandatario en una carta enviada en 2017 al entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

En la misma misiva, Orbán aseguraba que tanto la construcción del muro como la preparación y despliegue de personal militar al lugar costó un total de 270.000 millones de florines, equivalentes a 883,2 millones de euros.

“En los dos últimos años Hungría ha asumido esta enorme carga sola. Es hora de que prevalezca la solidaridad europea. Estamos convencidos de que, al igual que en los casos de Grecia e Italia, la UE debería asumir su parte de estos extraordinarios gastos, pagados por Hungría pero que sirven al interés común de toda la Unión”, afirmó el dirigente, razón por la cual pidió al bloque que pague al menos la mitad del costo total.

El llamado de Orbán, no obstante, fue en vano, ya que la UE aseguró que no paga por muros.

Cifras migratorias. Tras la construcción de las vallas fronterizas y la promulgación de una serie de leyes restrictivas, el flujo migratorio ha bajado considerablemente en Hungría.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2015 las autoridades húngaras detuvieron a 441.515 personas cruzando por pasos ilegales, mientras que en 2021 la cifra bajó a 122.000.

“Una serie de enmiendas a las leyes de asilo provocaron muchos cambios en los procedimientos de llegada y el trato general de los solicitantes de asilo y beneficiarios de protección internacional en Hungría. Entre agosto y septiembre de 2015, junto con la finalización del muro, Hungría designó a Serbia como tercer país seguro, permitió una determinación acelerada de asilo y garantías procesales limitadas. Además, saltar la valla fronteriza o dañarla se convirtió en un delito punible con prisión”, detalló esta entidad perteneciente a la ONU.

Los cambios también se notaron en las solicitudes de asilo. De acuerdo con la OIM, el número de estos trámites cayó de 177.135 en 2015 a 29.432 en 2016. Un año, después, en tanto, las peticiones bajaron a 3.397.

La cifra continuó cayendo en los años siguientes, al punto de que en 2020 solo se registraron 55 solicitudes, aunque hay que considerar que ese fue el año de la pandemia.

“En términos relativos, Hungría registró la tasa más baja de solicitantes de primer asilo registrados entre los Estados miembros de la UE durante el tercer trimestre de 2021 (1 solicitante por millones de habitantes), seguida de Eslovaquia (20) y Estonia (21)”, afirmó la OIM.

Al día de hoy, Hungría sigue oponiéndose a las cuotas de migrantes e incluso ha recibido el respaldo de otros países europeos, como Polonia.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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