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DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES, EL GADFA Y SU DECLARACIÓN DE APOYO A BORIC. Richard Kouyoumdjian

 

                                                                   DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES,                                                                       EL GADFA Y SU DECLARACIÓN DE APOYO A BORIC

Richard Kouyoumdjian, Vicepresidente AthenaLab

AthenaLab.

La declaración del GADFA reviste mucha importancia para el debate en Defensa. Las políticas públicas en el ámbito de la Defensa han estado ausentes del espacio público por demasiado tiempo. Cuesta mucho encontrar especialistas en Defensa y cuesta mucho encontrar espacios y foros dedicados a debatir temas trascendentales para el devenir de la República. Los desafíos en Defensa que nos plantea el futuro son inmensos y muy complejos. Urge generar sinergia entre la Política Exterior y la Política de Defensa. Urge definir con claridad el interés nacional y el posicionamiento que queremos alcanzar en el entorno internacional. Necesitamos hablar de nuestra presencia en el espacio, en el ciberespacio, en los mares del mundo, en la Antártica. El GADFA ha hecho todo lo contrario de aquello que creemos urgente y necesario para nuestro futuro. Con una mirada añeja de Guerra Fría y anclada en el pasado, fundamenta su adhesión a uno de los candidatos presidenciales haciendo un análisis del programa del otro candidato, aduciendo que el planteamiento expuesto es la “militarización de Chile”.

No hay dicho popular más apropiado a las circunstancias políticas que vivimos y que ante dos alternativas políticas completamente distintas, nos obliga a decidir con cuál de las dos opciones nos alineamos, no teniendo más la posibilidad de quedarnos en la comodidad que nos daban las candidaturas de la primera vuelta, o en su minuto, de las primarias de los varios sectores que buscaban que uno de los suyos llegara a la primera magistratura.

Digo lo anterior porque, en la tradición chilena, la condición de no deliberantes de las FF. AA., resguardada en sucesivos textos constitucionales, ha sido mayoritariamente aceptada.

Es cierto que aplica solamente a las instituciones de la Defensa Nacional, las que cargan con el peso del monopolio del uso de la fuerza en nuestra sociedad, subordinadas al poder político ejercido por civiles elegidos democráticamente.

No es menor el hecho de que en forma persistente la opinión pública nacional ha conferido los mejores niveles de apoyo y confianza a las instituciones de la defensa así concebidas.

En esta elección presidencial elegir a uno u otro candidato no da lo mismo. En el caso de que uno se incline por la izquierda dura, se debe tener claro que uno de sus socios principales o derechamente su socio principal es el Partido Comunista.

Se trata de un partido que sigue defendiendo su doctrina marxista-leninista, que no respeta las libertades humanas como muchos las entendemos en el mundo occidental y que subyuga a la persona al Estado.

En la doctrina comunista, existe una forma muy particular de tratar el monopolio del uso de la fuerza y que es muy distinta de la tradición chilena. En efecto, la historia está plagada de ejemplos que señalan que donde el Partido Comunista accede al poder totalitario, uno de los objetivos es subordinar el monopolio del uso de la fuerza a la estructura de poder del partido.

Es así como en Cuba y en China, las FF.AA. dependen del secretario general del PC y no del Jefe de Estado.

En efecto, el mundo está plagado de ejemplos poco felices que es conveniente tener en cuenta si es que uno se inclina por esa opción. No se olviden de los ejemplos de Stalin y Lenin en la Unión Soviética, de Mao en China, de los Castro en Cuba, de Chávez y Maduro en Venezuela, de Ortega en Nicaragua, de Pol Pot en Camboya y de la dinastía de los Kim en Corea del Norte, todos regímenes que se mantuvieron o se mantienen en el poder gracias a la subordinación de las Fuerzas Armadas a una ideología representada por el partido único, que es el Partido Comunista.

El eufemismo utilizado en estos casos va variando según la cultura local, pero el eje conductor es el mismo. Ejército de Liberación, FF.AA. Bolivarianas, FF.AA. democráticas, FF.AA. populares, son nombres otorgados por los países totalitarios de izquierda que se amparan en un proceso de “democratización” de las Fuerzas Armadas que se debe entender como lo que realmente es, la subordinación de las instituciones que ostentan el monopolio del uso de la fuerza a la ideología marxista.

En relación con los puntos anteriores, existe un grupo de analistas de Fuerzas Armadas y de Defensa conocidos como GADFA que recientemente en este medio y otros publicaron su pública adhesión a Gabriel Boric porque creen que él va a lograr el sometimiento definitivo de las instituciones de la Defensa a los intereses de ideologías o a partidos políticos extremos que adhieren a esas formas de pensar.

La otra alternativa es anularlas, intervenirlas o bien crear milicias alternativas, con recursos del Estado, para quitar el monopolio del uso de la fuerza a instituciones no deliberantes, dejando la pista libre en el asalto al poder total.

No hay problema alguno en que ciudadanos civiles, en un país libre y democrático, declaren su adhesión a un candidato a la Presidencia inscrito legalmente en elecciones generales.

Lo que sí preocupa es que lo hagan desde la perspectiva de las Fuerzas Armadas y de la Defensa Nacional, un territorio que las buenas prácticas y la tradición republicana de Chile han tratado de mantener libre de la política partidista.

Lo más peligroso son los argumentos esgrimidos para fundamentar su adhesión, pues son argumentos falaces, parciales o derechamente incorrectos, tratando de sustentar una posición que no tiene otra lógica que la de las ideologías totalitarias.

Si vamos a discutir de las Fuerzas Armadas, y en particular de sus roles y propósitos, hagámoslo desde la vereda del interés nacional, de lo que exige la realidad geopolítica en la cual estamos insertos.

Lo más importante es mantener a las FF. AA. en roles y funciones institucionales, obedientes a la autoridad política civil democráticamente elegida y regulando los alcances del monopolio del uso legítimo de la fuerza en el marco constitucional y del Estado de derecho.

La dinámica de los partidarios de ideologías y de partidos políticos tienen la tendencia a generar lealtades personales con sus líderes y expresar apoyos a una determinada persona para acceda al poder.

Las FF. AA., en cambio, obedientes y no deliberantes, son leales y obedecen a la institucionalidad, es decir, al Presidente de la República, no importa de qué partido político provenga o a qué ideología represente, mientras cumpla con la Constitución y las leyes de la República. Ese es el sentido profundo del rol de las Fuerzas Armadas y de la estabilidad que provee el monopolio del uso de la fuerza en manos no deliberantes y solo preocupadas del interés nacional que afecta a todos los chilenos.

La declaración del GADFA reviste mucha importancia para el debate en Defensa.

Las políticas públicas en el ámbito de la Defensa han estado ausentes del espacio público por demasiado tiempo. Cuesta mucho encontrar especialistas en Defensa y cuesta mucho encontrar espacios y foros dedicados a debatir temas trascendentales para el devenir de la República.

Los desafíos en Defensa que nos plantea el futuro son inmensos y muy complejos. Urge generar sinergia entre la Política Exterior y la Política de Defensa. Urge definir con claridad el interés nacional y el posicionamiento que queremos alcanzar en el entorno internacional.

Necesitamos hablar de nuestra presencia en el espacio, en el ciberespacio, en los mares del mundo, en la Antártica. Urge consolidar visiones integradoras de cómo vamos a orientar las capacidades del país en la mejor forma para velar por nuestros intereses, disuadir nuestras amenazas y producir el bien público seguridad y defensa.

El GADFA ha hecho todo lo contrario de aquello que creemos urgente y necesario para nuestro futuro. Con una mirada añeja de Guerra Fría y anclada en el pasado, fundamenta su adhesión a uno de los candidatos presidenciales haciendo un análisis del programa del otro candidato, aduciendo que el planteamiento expuesto es la “militarización de Chile”, lo cual es incorrecto y cualquier lector puede verificarlo, y constatar que, no dice nada de lo que el GADFA menciona en su última declaración y documentos anteriores.

En resumen, el GADFA puede y tiene la libertad para tener la opinión que quiera, pero, si la van a tener, asuman que son un grupo militante, ideológicamente cercano al marxismo, y que en la fundamentación de sus adhesiones no utiliza rigor académico ni una visión del interés nacional, sino una visión de los hechos que ha sido deformada por la ideología.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional (Unión)

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GAFDA PIDE “CAMBIOS PRIORITARIOS” EN LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE DEFENSA NACIONAL. Mesa de noticias de El Mostrador

 

                                                                          GAFDA PIDE “CAMBIOS PRIORITARIOS” EN LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE                                                                                DEFENSA NACIONAL

Mesa de noticias de El Mostrador, 03/01/2024

“El término del momento constitucional no ha dado por finalizada la necesidad de modificar la actual constitución en materia de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas”, dice el Grupo de Análisis de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas (GADFA) en una declaración.

El Grupo de Análisis de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas (GADFA) entregó sus propuestas para realizar reformas a la actual Constitución en materia de defensa nacional.

“El término del momento constitucional no ha dado por finalizada la necesidad de modificar la actual constitución en materia de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas. Por el contrario, estos cambios son condición necesaria para la apropiada definición y conducción de la política de defensa nacional en un Estado democrático. El actual diseño constitucional y la Ley Orgánica Constitucional (LOC) que rige las Fuerzas Armadas inhiben la discusión y aprobación de políticas en que la subordinación al poder civil sea efectiva”, señalan.

En esa línea, dicen que “los cambios prioritarios” tienen que partir estableciendo “el mando superior de la/el Presidenta/e sobre las instituciones armadas en tiempo de paz y guerra y su responsabilidad de presentar al Legislativo una propuesta de Ley de Política de Defensa Nacional”.

“Eliminar el Capítulo XI sobre FF.AA. y la reasignación de sus normas dentro del actual cuerpo constitucional” y “erradicar la vaga noción de seguridad nacional en el cuerpo constitucional, en la LOC y las correspondientemente ordenanzas internas”, son otras materias en donde GADFA pide cambios.

“Restringir la acción de las FF.AA. en el orden interno a los estados de excepción constitucional, eliminado su rol en la protección de la infraestructura crítica y de fronteras tan pronto como la reforma a Carabineros de Chile lo permita”, es otra medida.

Cambios legales complementarios. En su declaración, GADFA añade que son “necesarios” otros cambios legales y que son complementarios a lo que ya habían expuesto.

En primer lugar, piden “reemplazar la LOC por una de quórum simple que: establezca las apropiadas atribuciones del presidente de la República sobre el mando de las FF.AA. en democracia; la forma de designación de los Comandantes en Jefe y sus atribuciones en la composición y nombramientos de los mandos superiores; la modernización de la carrera militar; la eliminación del piso para los aportes al Fondo de Capacidades Estratégicas; y el uso de fondos provenientes de enajenaciones y ventas institucionales”.

También solicitan “modernizar Ley Orgánica del Ministerio de Defensa estableciendo que el Estado Mayor Conjunto sea conducido por un oficial de cuatro estrellas con mando efectivo sobre las tres ramas; empoderar el rol del Congreso en la elaboración de una nueva Política de Defensa Nacional, basada en una postura de legítima defensa, según el artículo 51 de la Carta de la ONU y dándole a las definiciones estratégicas los medios para su efectiva operacionalización a través de políticas públicas democráticamente debatidas y aprobadas”.

Y finalmente piden cambios y mejoras en el “proyecto de ley sobre la Agencia de Compras Militares para fortalecer lo conjunto y la capacidad civil del Ministerio de Defensa”.

“La priorización de la reforma constitucional y cambios legales en materia de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas es un aspecto clave a ser incluido en las reformas políticas que se deben implementar en esta nueva etapa”, cierran.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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LA CRISIS DE SEGURIDAD DE LA VOCERA. Pilar Lizana

 

                                                                      LA CRISIS DE SEGURIDAD DE LA VOCERA

Pilar Lizana

El Líbero, 29/12/2023

Para este gobierno la crisis se ubica en marzo de 2022, pues ese era el momento para analizar y decidir. Hoy, deben reaccionar. La bola de nieve se ha hecho cada vez más grande y ya se requieren medidas fuertes para detenerla.

Crisis. Ese estado de caos o incertidumbre que para los griegos significa separar o decidir, detenerse y analizar, esta semana fue utilizada por la ministra vocera, Camila Vallejo, para referirse al panorama de seguridad después de que 9 personas fueran asesinadas durante el fin de semana de Navidad.

Bastante tarde llega la ministra, pues ya hacia fines de 2021 se observaba que la tasa de homicidios en Chile iba subiendo, el 2022 se alcanzó un peak en los asesinatos y este 2023 ha mantenido la tendencia.

Un salto de 4,7 a 6,7 muertes por cada 100.000 habitantes arrojó el consolidado de homicidios entregado por el Ministerio del Interior para 2022, cambio relevante si lo ubicamos en el contexto regional.

Si bien no estamos cerca de los países más violentos, sí aparecemos como uno donde más ha aumentado la violencia de acuerdo con el estudio anual de Insight Crime.

No vale la pena describir un panorama ampliamente comentado en los distintos medios de comunicación, pero sí es relevante revisar los elementos que contribuyen a su avance y, en ese sentido, no es posible dejar de mencionar la corrupción.

El caso fundaciones da para mucho, sin embargo, evidencia dos aspectos sumamente preocupantes: la posibilidad de sobornar agentes del Estado y la negligencia de los líderes políticos.

En otras palabras “debilidad institucional” al más puro estilo definido por Victoria Murillo en La ley y la trampa en América Latina.

Entonces, hablar de crisis hoy es inexacto pues el momento preciso donde había que detenerse y decidir fue años atrás.

Es más, este gobierno pudo haber llegado a habitar La Moneda con una estrategia clara, con la tarea hecha para poder realmente haber transformado la crisis en una oportunidad.

En vez de eso, asumieron queriendo refundar Carabineros, o sea, debilitando aún más a la institución; y, hablando del Wallmapu, es decir, revalidando de alguna manera el relato de orgánicas violentas.

Llegaron a levantar los diagnósticos y a indultar a presos del estallido social, y solamente cuando la ciudadanía presionaba con fuerza desde abajo comenzaron un trabajo legislativo que buscaba crear institucionalidad, modernizar figuras penales y actualizar procedimientos en materias de seguridad.

Para este gobierno la crisis se ubica en marzo de 2022, pues ese era el momento para analizar y decidir. Hoy, deben reaccionar.

La bola de nieve se ha hecho cada vez más grande y ya se requieren medidas fuertes para detenerla.

La clave eso sí, está en la capacidad que tengan los conductores políticos de la seguridad para generar acuerdos transversales de largo plazo y estrategias que den sostenibilidad a las acciones reactivas, es decir, diseñen una política de Estado.

¿Cómo hacerlo?

Reconociendo el problema con un grado de generosidad que les permita ceder los puntos políticos y poniendo el bienestar de los chilenos primero.

Aunque tarde, siempre se puede transformar la crisis en oportunidad. Todo dependerá de la real voluntad política que tenga el oficialismo.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

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HABLEMOS DE CARABINEROS DE CHILE. Fernando Thauby García

                                                           HABLEMOS DE CARABINEROS DE CHILE

Fernando Thauby García
Melosilla, 29 diciembre 2023

El 19 de octubre de 2019, pese a las señales previas de lo que venía y ante la completa incapacidad y descontrol de Piñera y su Gobierno, entramos en un período de locura, en una borrachera violenta que,luego de cuatro años de perder el tiempo, gastar enormes cantidades de dinero y crear un ambiente negativo que nos afectó a todos en todo sentido, pareciera que la votación del 17 de diciembre recién pasado nos hubiera devuelto la serenidad y el buen juicio que nunca debimos abandonar.
Esta nueva situación entonces es el momento para volver a atender nuestras inquietudes e intereses críticos y, a mi juicio, los intentos de la izquierda de demoler (REFUNDAR) a las Policías chilenas, son las más relevantes.
Desde hace años, la izquierda mantiene una ofensiva intensa contra el Cuerpo de Carabineros de Chile. Su degradación, control y politización es uno de sus objetivos prioritarios y permanentes.
Desde el gobierno de Aylwin, con distintas intensidades, el Partido Comunista y sus cómplices han montado una persistente campaña contra esa querida institución, bajo el pretexto de una presunta necesidad de REFUNDARLA, diagnosticada y establecida por si ante si.
Una policía débil y corrupta es la antesala inevitable de un gobierno débil y caótico como el de Boric. Un partido político antidemocrático malvado y siniestro, como el Partido Comunista, es la vía rápida para que se nos imponga un gobierno despótico y liberticida.
Ambos, juntos son mortales.

Ver artículo completo: Hablemos de Carabineros de Chile.

Un aporte de nuestro Pas Presidente Humberto Julio Reyes

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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A cuarenta y cinco años del día D en el Conflicto del Beagle. Rene Norambuena V .

                                                                          A cuarenta y cinco años del día D en el Conflicto         del Beagle.

René Norambuena V . General (R)

Ex Mayor Comandante del Batallón de Telecomunicaciones del RT5 Patagonia

Hace cuarenta y cinco años un día veintidós de Diciembre de mil novecientos setenta y ocho, las FFAA, Carabineros Investigaciones y reservistas, esperábamos en nuestros puestos de combate, buques y bases aéreas el ataque por tierra, mar y aire Argentino. Nuestros mandos ya habían comunicado del ataque e invasión, siendo objetivos simultáneos en toda la frontera desde la Patagonia hasta el norte de Chile y con centro de gravedad en las islas del Canal Beagle y Punta Arenas, todo esto que  por el desconocimiento de un fallo por las islas del Canal Beagle.

En Magallanes, los soldados en posición de combate, los buques preparados para recibir a la Armada adversaria y nuestros pilotos en sus aviones listos para el despegue. La población civil en un silencio expectante.

Cero miedo o pánico por nuestro lado, solo deseábamos que esto se iniciara y defender con nuestras vidas nuestras ciudades y a nuestra Población. Toda la planificación estaba en marcha y nosotros en silencio de radios mirando el cielo y tratando de escuchar sus aviones o el desplazamiento de tanques y tropa para protegernos y contraatacar ferozmente.

 Esperamos todo el día, repasando el terreno y situaciones que podían venir, sin comer porque no había tiempo para ello y en silencio sepulcral para no delatar posiciones ni movimientos.

El ataque finalmente no llegó. Hubo decepción en la tropa, estar un año esperando en terreno una amenaza de guerra para que no ocurriera nada, produjo una extraña sensación interna de frustración de no enfrentarnos con quienes tanto jugaron a la amenaza y al triunfalismo.

Al año siguiente volvimos a nuestros cuarteles. Gran experiencia que hoy parece que Chile la olvido.

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ASESINATO EN EL METRO. Humberto Julio Reyes

                                                            ASESINATO EN EL METRO

  Humberto Julio Reyes. General de Brigada (R). Past Presidente de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

A través de una carta en El Mercurio del sábado 16 de diciembre, me entero del asesinato de un ingeniero de 75 años de edad, en el Metro Los Héroes, noticia que me parece ha pasado desapercibida en medio del reciente plebiscito de salida.

Como un hecho delictual de esta gravedad no es habitual, uno podría esperar mayor cobertura al respecto o algún seguimiento de la noticia, pero, si ha existido, no me he enterado y, aunque no soy devoto de noticieros o matinales, me considero una persona medianamente informada.

También alguien podría argumentar que, dado el nivel de delincuencia que soportamos hoy en día, esta noticia sería algo ya rutinario y sólo la calidad de la víctima, un profesor guía de prestigio en la USACH, constituiría la excepción a la regla de que nadie está a salvo de ser asesinado, sea en un medio de locomoción, asaltado en su domicilio o en la calle, víctima de un portonazo o por bala loca.

Frente a un escenario tan negativo, varios alcaldes han solicitado que se convoque al Consejo de Seguridad Nacional o que en sus comunas se establezca estado de excepción, cosa que a más de alguna autoridad le ha parecido un despropósito y también nos hemos enterado de la organización de un “batallón de protección ciudadana” de guardias privados para colaborar con las policías que, aparentemente, estarían sobrepasadas por delincuentes que, al decir de una autoridad, no temen ser enfrentados.

¿Ese sería el problema?

¿Policías sobrepasadas que requieren que otras organizaciones les colaboren en forma directa a controlar la delincuencia?

Posiblemente sea prematuro emitir juicio respecto al mencionado “batallón” donde sin duda habrá personas que tengan las competencias requeridas, aunque otra cosa es que cuenten con atribuciones para actuar en forma efectiva.

Donde sí me adelanto a pronunciarme es respecto a un estado de excepción que implique desplegar personal militar, que carece de preparación y equipamiento para funciones policiales, esperando sean eficientes y efectivos para enfrentar delincuentes dispuestos a todo.

¿No sería mejor solución contar con más y mejores policías y el respaldo de una legislación que no los convierta en “victimarios” si deben actuar con la firmeza que requiere la actual situación?

Se me dirá que eso requiere tiempo y que, en el intertanto y tal como ya se ha hecho en las macrozonas norte y sur, también se pueden emplear las fuerzas armadas “en subsidio”, pero puedo imaginar la reacción que provocaría el uso de sus armas, aún cumpliendo con las restrictivas RUF, si se diera muerte a los delincuentes que lleguen a enfrentar.

Un regalo caído del cielo para el INDH y jueces que practican el activismo judicial. Sin olvidar a dirigentes políticos que expresan sin tapujos que siguen considerando a las fuerzas armadas como sus declarados enemigos.

Por ello, antes de pedir, proponer o adoptar soluciones de dudoso efecto, convendría que se definiera el problema con la mayor claridad posible, evitando toda ambigüedad, por difícil que sea.

La situación lo exige.

18 de dic. de 23

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
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COMENTARIO ACERCA DE POSICIÓN DE GADFA SOBRE PROPUESTA CONSTITUCIONAL EN DEFENSA NACIONAL John Griffiths y Marcelo Masalleras

                                                                       COMENTARIO ACERCA DE POSICIÓN DE GADFA                                                                         SOBRE PROPUESTA CONSTITUCIONAL EN                                    DEFENSA NACIONAL

John Griffiths y Marcelo Masalleras, Jefe de investigación e investigador de AthenaLab.

El Mostrador, Opinión, 07/12/2023

Existe una animadversión, sesgo y prejuicio, al concepto de “seguridad nacional”, siendo que dicha noción es aceptada y oficializada en el ámbito de las relaciones internacionales, los estudios de seguridad y estratégicos a nivel global.

Con fecha 03 de diciembre, en una publicación de este medio, el Grupo de Análisis de Defensa Nacional y Fuerzas Armadas (GADFA) llama a rechazar la propuesta constitucional que será sometida a votación el 17 de diciembre, por no cumplir “los estándares democráticos básicos”, con algunas observaciones a lo establecido en ella respecto de la defensa nacional y las FF. AA.

El motivo de esta respuesta no es revertir la intención de voto, sino que abordar las objeciones realizadas por este grupo de especialistas.

Primero, existe una animadversión, sesgo y prejuicio, al concepto de “seguridad nacional”, siendo que dicha noción es aceptada y oficializada en el ámbito de las relaciones internacionales, los estudios de seguridad y estratégicos a nivel global.

Como fundamento de lo anterior, bien vale la pena establecer que, dentro de los países de la OCDE, existe arquitectura de seguridad nacional (en estos términos) en el 71,05 % de los países integrantes.

Ahora, si examinamos los Estados de la OTAN, el porcentaje en donde se encuentra dicha arquitectura de seguridad nacional, sube a un 80 %.

Si aún a pesar de lo anterior existen dudas del estudio de la seguridad nacional –como concepto–, podemos citar la revisión de la oferta educativa de las 30 mejores universidades del mundo, de acuerdo con el ranking elaborado por CONICYT-Chile, para el año 2019, y en ellas encontramos que en un 76,7 % ofrecen programas en donde se estudia la seguridad nacional, sin ambigüedades ni eufemismos.

Es decir, el concepto existe, se estudia, y es parte del cuerpo teórico de una disciplina como las relaciones internacionales, siendo clave hoy para entender los desafíos del Estado frente a los riesgos, amenazas y oportunidades que debe enfrentar en esta transición de orden internacional en que nos encontramos.

Segundo, indica que los roles propuestos llevan a militarizar el Estado, incorporando normas constitucionales, como la protección de la infraestructura crítica o el resguardo de zonas fronterizas.

Nuevamente, es necesario revisar la tendencia a nivel global en este aspecto, ya que evidentemente nos encontramos en un cambio de paradigma a nivel global en materia de seguridad y bien sabemos que los paradigmas al entrar en crisis ya no explican necesariamente los fenómenos actuales.

La protección de infraestructura crítica es una misión que cada vez más requiere la colaboración de las capacidades de las Fuerzas Armadas, cuando dicha infraestructura sea vital para la seguridad de la población.

No en vano, la Unión Europea, el 2008; Alemania, el año 2009; Australia, el 2010, y Estados Unidos, el mismo año, entre otros países, han definido la noción de infraestructura crítica y han diseñado estrategias para su protección en la que integran a todos los actores para su protección, sin excluir las capacidades de las Fuerzas Armadas, por cierto.

Ahora, en relación con el resguardo de zonas fronterizas, habrá que coincidir en que el control militar de frontera es función básica del Ejército, es el lugar donde se entrenan, se aclimatan, planifican la defensa de la soberanía nacional.

Distinto es que estos desarrollen funciones policiales permanentes. Pero el solo hecho que estén en frontera no cabe duda de que beneficia la seguridad de nuestro país.

Nada se ha escuchado hasta ahora del mismo grupo de analistas cuestionando el rol permanente de la Policía Marítima, dependiente de la Armada de Chile, la cual cumple funciones similares. Por cierto que lo anterior requiere de un proceso de integración y coordinación de los actores estatales en frontera, todos actuando bajo sus misiones constitucionales o legales.

Restarse al beneficio que aportan las Fuerzas Armadas en el control fronterizo, terrestre, marítimo y aéreo, no ayudará a contar con un país más seguro.

La policía fronteriza será un actor más que deberá ser integrado y coordinado en un esquema de seguridad de frontera más amplio.

Un tercer elemento referido es el capítulo especial, el capítulo VI, del proyecto constitucional que incluye a las FF. AA.

En este punto es importante destacar que el tema de fondo no es el capítulo, sino que sus misiones, y si están en la Constitución como capítulo no es por su autonomía ni porque están en el mismo nivel de los poderes del Estado, sino porque son esenciales para la seguridad del Estado y lo han acompañado desde su formación como república.

Si el fin del Estado es el bien común y este se expresa en términos de seguridad, desarrollo y bienestar para la población, qué problema existe en detallar sus misiones constitucionales en un capítulo, más aún cuando hoy el principal problema del país es su seguridad, como factor decisivo para el bienestar del ciudadano.

Cuarto, se señala que se limita la jefatura suprema del Presidente de la República, solo al caso de guerra, que se restringe su atribución de nombrar a los comandantes en Jefe de los cinco oficiales de mayor antigüedad, y que solo puede llamarlos a retiro por decreto fundado, todo lo que reforzaría la autonomía corporativa de sus mandos.

Al respecto, no existe tal autonomía corporativa, aunque se repita majaderamente. En nuestro entramado legal, las Fuerzas Armadas están sometidas al poder político de turno, que ejerce cada gobierno a potestad. La jefatura es suprema en caso de guerra, porque es el Presidente quien ejerce directamente la conducción de las operaciones militares, pero en tiempo de paz no está dedicado a conducirlas, sino que delega su función en el ministro de Defensa Nacional.

A mayor abundamiento, puede llamar cuando lo desee a retiro a los comandantes en Jefe, mediante decreto fundado, del que solo toma conocimiento el Congreso Nacional.

Lo anterior, no limita sus facultades presidenciales, sino que las confirma.

El Presidente de la República nombra al futuro comandante en Jefe dentro de las cinco primeras antigüedades, por ser una norma que otorga estabilidad, en una función tan delicada como la defensa y la seguridad nacional.

Se asegura que quien ejerza dicho cargo posea no solo las competencias, sino que la experiencia adecuada y esperada para ello.

Si no le acomoda, lo puede llamar a retiro cuando le parezca. La norma apunta a la rendición de cuentas de los actos presidenciales, pero no a limitar la autoridad presidencial.

Con todo, se estima que el contenido de la proposición no afecta el rol profesional de las Fuerzas Armadas, que hoy claramente –dados los desafíos del contexto internacional– está colaborando en un espectro mayor de sus funciones, tal como ocurre en la mayoría de las democracias europeas y países desarrollados.

Lo relevante no es dejarlas al margen, sino que establecer las atribuciones legales específicas, que deben cumplir en colaboración con las instituciones del Estado en un proceso interagencial, o interinstitucional, conducido políticamente, del que no sería sensato restarlas.

Por lo demás, en el actual desempeño operacional regido por la actual Constitución ya lo están haciendo y no hay mayores cuestionamientos a las decisiones del actual Gobierno en emplearlas en el norte y sur de Chile.

Donde sí estamos de acuerdo con GADFA, es en que dichas funciones no deben ser desarrolladas ni utilizadas más allá del límite en que vean afectadas su misión principal, siendo esto solo un empleo excepcional, tal como está definido en el proyecto constitucional.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

 

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional