Seguridad y defensa

Un nuevo militar

Un nuevo militar ( 1 )

Nicolás Luco Rojas*

Periodista

 “Preferimos certezas, pero el análisis militar nos señala lo volátil, lo incierto, lo complejo y lo ambiguo”. ¿Cómo matar menos gente? Me puse en los zapatos de Putin, Biden, que podrían optar por una bomba nuclear.

 Aunque fuera una “bombita”, no una de las grandes. Pesquisando sobre bombas nucleares de efecto reducido en el Centro de Estudios Estratégicos de la Academia de Guerra (www.ceeag.cl) encontré el libro “Nuevas formas de empleo de la fuerza militar”, de marzo.

Cambió mi percepción. Yo pensaba que la fuerza militar consistía, al final, en arrasar territorios y gente (quizás la migración ilegal se arregla con un batallón, elucubraba. No es así). El libro aludido describe los cambios en la búsqueda del control y la paz, hoy, cuando un Elon Musk se siente mariscal de campo.

El coronel Jaime Castro Valdivieso, autor del capítulo “Desafíos para el empleo de la fuerza militar: construyendo el futuro para hacerle frente”, dirige la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales; ha encabezado el Centro de Estudios Estratégicos de la Academia de Guerra.

Conversé con él. Las definiciones que marcan su artículo se me hicieron válidas para otras organizaciones, no solo la militar. Ya no corren las separaciones en las acciones tierra, mar, aire. Y más. La teoría militar incorpora el espacio y las ondas electromagnéticas; la inteligencia y las redes sociales. No mira a la destrucción del adversario, sino a la paz. No busca solo objetivos de corto plazo: los planes estratégicos en la Academia de Guerra miran el 2040. O sea, no basta un arsenal contundente; las comunicaciones o lo legal resultan claves. Y los adversarios pueden ser nuevos, como el crimen organizado.

 (Aplicándolo a los exportadores de fruta, por ejemplo, no les basta un proceso agroindustrial impecable. Hay otras áreas que atender). Vivimos un entorno “volátil, incierto, complejo y ambiguo”, que lleva a emplear fuerzas bajo el umbral de agresión bélica, en una zona “gris de conflicto”, escribe el coronel Castro.

Las amenazas pueden ser híbridas: de origen estatal o no estatal, que combinan formas tradicionales y no convencionales en el uso de su poder. (Si llevo los objetivos militares a otra organización, la lección puede ser la misma. Un equipo de fútbol debe analizar su plantel, su entrenador, sus tácticas… y, además, su entorno).

El ambiente operacional de las fuerzas armadas llama a otear posibles conflictos y tendencias para América Latina en 2040. El coronel Castro cita algunas, siguiendo al Centro de Estudios e Investigaciones Militares: Atender a la infraestructura energética, las migraciones masivas, el crimen organizado transnacional, el dominio del ciberespacio y el espacio ultraterrestre, las tecnologías disruptivas, las amenazas híbridas (que usan, por ejemplo, campañas de información, terrorismo, insurgencia, empleo de terceros, incluso mercenarios), la inestabilidad económica mundial, el cambio climático, las pandemias. El entorno. Preferimos certezas, pero el análisis militar nos señala lo volátil, lo incierto, lo complejo y lo ambiguo.

*Periodista especializado en Ciencias y Tecnología, Diario Columnista El Mercurio
de Santiago

  1. Publicado por El Mercurio de Santiago el 12 de diciembre de 2022 Página 2 de 2 Edición del sitio Web de Cosur Chile y de su revista digital “Tres Espadas” Av. Bernardo O’Higgins 1452, piso 3, Santiago. www.cosur.cl y contacto@cosur.
  2. Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional
Columna de Opinión

BUENAS NOTICIAS

BUENAS NOTICIAS

Gerardo Varela

El Mercurio, Columnistas, 10/12/2022

Escribo preocupado por el pesimismo de algunos jóvenes. He escuchado a varios hablar del estrés que los abruma por las exigencias de la vida moderna. A otros, apesadumbrados por el apocalipsis climático o las injusticias de este mundo. Y a algunos, que no quieren tener hijos, para que no vengan a depredar el medio ambiente.

Es importante apreciar también las buenas noticias y conocer la historia para poner las cosas en perspectiva. Está bien preocuparse por el cambio climático, pero hay que entender que el clima nunca ha sido estable sobre la tierra.

Solo en los últimos dos mil años tuvimos el gran calentamiento medieval seguido de la miniglaciación entre 1645 y 1715 que causó grandes hambrunas. Pero esas no son las buenas noticias.

Según muestran los satélites de la NASA, el mundo hoy está más verde que hace 20 años (nasa.gov). En algo puede haber ayudado el vilipendiado CO2 de la atmósfera (que cualquier cultivador de plantas sabe se alimentan de él).

Si hasta ha crecido la población de osos polares. Y esto no significa que niegue el cambio climático, sino que lo estoy confirmando.

“Si les duele la desigualdad que provoca el desarrollo, no se olviden que la desigualdad nos provoca envidia, pero la pobreza, hambre y sufrimiento”.

Pero los seres humanos tienen la capacidad instintiva de adaptarse y la tecnología para facilitarla (aire acondicionado, desalinización, etc…). El nivel del mar ha tenido fluctuaciones de hasta 100 metros en la historia y, que se sepa, nadie quedó esperando ahogarse para migrar.

El futuro no está escrito en piedra y lo construimos día a día. Acuérdense del agujero de la capa de ozono que nos iba a quemar a todos y, sin embargo, hemos logrado reducirlo.

Con la pobreza, lo mismo: hoy, un 8,4% de la población mundial vive bajo la línea de la pobreza versus un 35,9% de 1990. Ese es un salto brutal en calidad de vida para millones de personas.

Esto es fruto de la globalización del comercio (a la que el TPP11 ayuda) y gracias al abandono del estatismo económico en China, India y algunos países de África.

Y si les duele la desigualdad que provoca el desarrollo, no se olviden de que la desigualdad nos provoca envidia, pero la pobreza, hambre y sufrimiento. De desigualdad no se muere nadie, de hambre sí.

En sus primeros 50 años de vida, los nacidos el año 1900 enfrentaron dos guerras mundiales, la gripe española, la crisis económica de 1929 (la más grande de la historia moderna), amén del resto de las enfermedades sin cura a la época (a Franklin D. Roosevelt lo postró la polio a los 39 años).

Frente a esos cataclismos, el coronavirus, la crisis subprime o la guerra de Ucrania son juegos de niños.

La historia de la humanidad es una historia de estrés e infelicidad causados por las hambrunas, las guerras, la mala medicina, el analfabetismo y la pobreza. A nuestros antecesores se les morían los hijos al nacer. Si sobrevivían, costaba alimentarlos, y cuando llegaban a adultos iban a la guerra o podían morir de cualquier enfermedad.

Hoy, las mujeres controlan su fertilidad, no mueren de parto, y las occidentales tienen más libertad y oportunidades que nunca. La mayoría de los jóvenes pueden educarse, viajar y tener acceso a una mejor medicina.

Por eso, a los jóvenes que inician sus vacaciones y no quieren hacerle caso a la histérica de Greta, sino cumplir el dictum de Kant de “aprender a pensar por sí mismos”, les voy a recomendar dos libros: “En defensa de la Ilustración”, del psicólogo Steven Pinker, y “Abierto: la historia del progreso humano”, del economista Johan Norberg.

Esto les dará una mejor perspectiva de los tiempos que viven.

Hoy tienen acceso remoto a los mejores museos y bibliotecas del mundo. Pueden ver en la web clases magistrales de la disciplina que quieran. No tienen excusa para no educarse e informarse. La formación se la darán sus padres y mentores, pero la cultura está disponible para cualquiera que tenga un celular.

Pero no hay que relajarse con las buenas noticias. El progreso nunca está asegurado y países ricos, como Venezuela o Argentina, retrocedieron por malas políticas.

En Chile, en los últimos 40 años, avanzamos en todo hasta que llegaron los de la retroexcavadora y empeoraron la educación, las ciudades, la seguridad…

Y ahora apuntan a las pensiones y a la economía. Así es que, jóvenes: a vacacionar e ilustrarse para que los pesimistas y fanáticos no les arruinen su futuro.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

News, Seguridad y defensa

CALOR

 

CALOR

  1. B. Cooper

El Mercurio, Día a día, 17/12/2022

Es a veces inhumano. En la pobreza casi no se puede hacer nada en su contra. ¿Adonde refugiarse? No hay árboles, no hay plazas, y los techos de ardoroso zinc se derriten sobre sus cabezas… Sacarse la ropa, mojarse el pelo, esperar a que llegue la noche. Y entonces todo sigue caliente.

Niños bañándose en las pilas de agua, abriendo los grifos para los incendios, manguereándose gracias a la vecina.

Ancianos fatigados, casi sin aire, a punta de improvisados abanicos de cartón o tapas de ollas. Con suerte por ahí un ventilador que mueve los soplos abrasadores y los hace más llevaderos.

Otra cosa es el campo. Ahí si hay árboles, y acequias, y sombras hasta frías debajo de parrones y castaños. Bajo los sauces también.

Un tranque o un río, donde ir a darse “consumidas” y volver a la vida. Otra cosa es el campo.

Y también cerca del mar. Las temperaturas distintas, corren brisas y esperan las playas.

El mar, tempestuoso a veces, en otras todo lo aquieta y lo equilibra. “Puras brisas te cruzan también … Y ese mar que tranquilo te baña …”

Majestuosa era la blanca montaña, hoy parda como un viejo ratón muerto…

Hay que hacer plazas para los pobres, plantar árboles para los pobres, construir piscinas para los pobres, entregarles viviendas frescas y bien acondicionadas.

Si no, todo se perpetúa. Y como dijo un columnistas esta semana, comienza el malestar. Y con razón.

¿Quién quiere vivir en el infierno? Tal vez ni siquiera los demonios.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

PERÚ Y LA INTEGRACIÓN EN TOTAL INCERTIDUMBRE

PERÚ Y LA INTEGRACIÓN EN TOTAL INCERTIDUMBRE

Hernán Felipe Errázuriz

El Mercurio, Columnistas, 17/12/2022

”AMLO está asumiendo actitudes autocráticas, hasta imperialistas”.

Los presidentes Fernández, de Argentina; Arce, de Bolivia, y Petro, de Colombia, liderados por el mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), solidarizaron con el depuesto Presidente del Perú, Pedro Castillo. AMLO ha ido más allá: “Castillo sigue siendo Presidente de Perú”, dijo.

Los mandatarios avalaron el autogolpe peruano. Castillo intentó asumir todos los poderes públicos, gobernar por decreto, disolver el Congreso e intervenir el Poder Judicial. El Congreso respondió destituyéndolo por 103 votos, 10 en contra.

AMLO está asumiendo actitudes autocráticas, hasta imperialistas; presionó a todos los jefes de Estado sudamericanos para que se sumaran al rescate de Castillo. Solo tres lo siguieron.

El inefable Castillo nos visitó días antes de ser depuesto. Su visita sirvió para que el Presidente Boric y ministros chilenos, participantes en la IV Reunión Binacional, pudieran conocer directamente, durante todo un día, las evidentes limitaciones e incompetencias de los visitantes, hoy algunos prófugos de la justicia por complicidad con Castillo.

De poco vale el compromiso peruano de una side letter, en apoyo de Chile, para el TPP11.

Lo que se viene en Perú es una total incertidumbre. La Presidenta Dina Boluarte, constitucionalmente designada, carece de apoyo parlamentario.

Reticente a asumir, pidió al Congreso acortar su período y llamar a nuevas elecciones. Como era predecible, los parlamentarios, temerosos de no ser reelectos, rechazaron la solicitud, dejando a la mandataria en extrema vulnerabilidad.

La Presidenta podría renunciar y no está previsto quién puede sucederle.

Decisivo del futuro podría ser el presidente del Congreso, general en retiro José Williams, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, considerado héroe por haber dirigido con éxito el rescate de los diplomáticos secuestrados por terroristas en la Embajada de Japón, en 1997.

Los eventos trascienden al Perú, son también demostrativos de las divisiones y dificultades de la integración latinoamericana. Afectan severamente a la única organización regional que funciona razonablemente, la Alianza del Pacífico, ahora descabezada.

Correspondía que Castillo asumiera la presidencia, lo que fracasó por suspensión —a instancias de AMLO— de la Cumbre en México y, luego, de la prevista en Lima en estos días. Descabezamiento que se repite en la Comunidad Andina y que también repercute en Celac.

De paso, AMLO y aliados han desencadenado divisiones y contribuido a otro fracaso de la integración regional.

Mérito del Presidente Boric, de la Cancillería y de los presidentes de Uruguay, Paraguay y Ecuador; también de Luiz Inácio Lula da Silva.

Correspondía tomar distancia y restarse a la maniobra mexicana, tan fallida como la de Castillo.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

Borrascas en la Aldea Global

Mirador Mundial N° 02/2022 de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE)

 

Las difíciles condiciones por las que atraviesa la economía mundial post Pandemia, a las que se sumó como agravante la guerra de Ucrania, más algunas catástrofes naturales en ciertas zonas del planeta propias del calentamiento global, que ya se deja sentir, han ido configurando una situación que da pie para pensar que éstos elementos que se asemejan a una borrasca, pudieran convertirse en una tormenta perfecta. El Mirador Mundial, titulado “Borrascas en la Aldea Global”, le invita a reflexionar sobre estas inestables condiciones.

Ver Mirador Mundial  (pinche sobre Ver Mirador Mundial)

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RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

“COP 27: Entre el discurso y la acción”

“COP 27: Entre el discurso y la acción”

Finalizó la COP-27, esta vez la sede fue Sharm El Sheikh, Egipto. Las sensaciones que ha dejado esta Conferencia aún no logran convencer a la comunidad internacional. En primer lugar, por la dificultad que hubo para alcanzar los acuerdos, poniendo en riesgo la declaración final de cierre del encuentro. En segundo lugar, la velada reticencia de la Unión Europea frente al grado de cumplimiento de las metas propuestas para las anteriores versiones. En esta oportunidad, las críticas de sus miembros fueron más severas que en anteriores versiones.
Convengamos que los efectos del cambio climático se están percibiendo de manera más evidente y los datos aportados en conversaciones de alto nivel así lo confirman, aunque para algunos expertos estas conferencias no logran los resultados que requiere la Aldea Global. El fundamento de las críticas se relaciona con la manera de hacer cumplir los tan anhelados acuerdos frente a antecedentes que reflejan que se transita a paso de tortuga.
Con todo, una pequeña luz de esperanza se asomó en la COP-27. Las últimas movidas en el tablero global hacen presagiar nuevos aires. Por un lado; una renovada conceptualización geopolítica sustentada en un sistema financiero que logre acomodarse a los nuevos estándares del cambio climático; por otro, el greenwashing, el impulso renovable, la descarbonización, y finalmente; otras iniciativas que conciten el cumplimiento de reducir
en 1,5º C. constituyen una muestra que se transita por buen camino ¿Será suficiente?, habrá que observar su avance.
El mayor logro ha sido el anuncio de la creación de un fondo para financiar pérdidas y reparar daños causados por efecto del fenómeno ambiental. Las contribuciones provendrán de países desarrollados hacia los más afectados. Aunque la polémica surgió tras la ponencia de los representantes de China quienes sostuvieron que, para algunos países, este aporte debería ser “voluntario”. Transformándose así en una de las piedras de tope que retrasó la declaración final de la Conferencia.
En resumen, podemos señalar que los esfuerzos por combatir el cambio climático siguen siendo mezquinos, pocas han sido las mejoras a nivel global. Durante este año hemos sido testigos de grandes olas de calor en Europa, sequías en Norteamérica e inusuales inundaciones en Oceanía, una tendencia que se suma a otros hechos climatológicos de los últimos años.
Considerando el interés que despierta este tipo de iniciativas, como CIEE, nos parece relevante poder
proporcionar diferentes análisis de lo que fue esta COP-27. Una Conferencia muy diferente a sus antecesoras destacando, esta vez, la urgencia por adoptar medidas menos ambiciosas y más concretas, evitando quedarse en el discurso, tal como lo sostienen las autoridades europeas. El fenómeno del cambio climático debiese combatirse de manera mancomunada, cualquier otra solución individual sería un fracaso del colectivo global.
CIEE-ANEPE

Newsletter-N°9-2022

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Columna de Opinión

¿QUE PARTE DEL FALLO NO SE ENTENDIÓ EN BOLIVIA?

¿QUE PARTE DEL FALLO NO SE ENTENDIÓ EN BOLIVIA?

                                                                                                          Humberto Julio Reyes

            Es lo que me he preguntado al enterarme por la prensa de la forma en que las autoridades del vecino país acogieron y han comentado el reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya (C.I.J.).

            Como la Corte concedió a Chile la razón en la parte medular de su demanda, cuesta entender que en Bolivia se asuma que fueron sus argumentos los que el  fallo ha respaldado, aunque podría suponerse que si han quedado satisfechos, la controversia por las aguas del río Silala habría quedado definitivamente resuelta.

            Sin embargo la Historia nos enseña que de parte de nuestros vecinos siempre ha existido mucha creatividad para plantear y revivir pleitos lo que impone moderación y prudencia de nuestra parte a la hora de “celebrar”.

            Esto último, en particular, a raíz de las declaraciones de la titular de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores que hace ver que el resultado es fruto de una política de Estado. Ello es efectivo pero atribuible a los dos gobiernos anteriores ya que al asumir las actuales autoridades ya todo estaba dicho en este juicio y, afortunadamente, ya no cabía “revisar” nuestra posición, tentación que se ha manifestado en otros aspectos de nuestra política exterior.

            En cuanto al resultado y sin entrar en detalles creo que basta con señalar que la Corte ha confirmado el carácter internacional del río, reconocido por largo tiempo por Bolivia pero controvertido con posterioridad, razón esencial de la demanda chilena: el río nace en Bolivia y desagua hacia Chile cruzando el límite político internacional, una evidente verdad geográfica.

Establecido lo anterior sólo cabe aplicar aquello que corresponde en derecho internacional: sus aguas deben ser compartidas en forma razonable y equitativa. lo que correspondería a la actual situación, toda vez que resulta absurdo que quien está agua abajo pueda alterar su curso o caudal en su beneficio. Eso sólo podría hacerlo Bolivia que tiene, por así decirlo, la llave, al estar aguas arriba.

Por supuesto los términos “razonable y equitativa” admiten interpretaciones pero conllevan a un mutuo aprovechamiento lo que puede ser regulado por un ente ad-hoc, tal como se hace en muchos ríos internacionales.

En todo caso, no existiendo certeza alguna en que no se planteen nuevas controversias, el tema del eventual retiro del Pacto de Bogotá ha vuelto a ser planteado, en particular por un excanciller con quien suelo estar de acuerdo.

Confieso que, sin considerarme experto en estos temas sino más bien un generalista interesado en ellos, he tendido a ser crítico de este instrumento que permite que nuestro país sea periódicamente sometido a la jurisdicción inapelable de la Corte de La Haya. Pido excusas a los que sí lo son si mi punto de vista parece atrevido.

Sin embargo otra reciente columna presenta, a mi juicio, sólidas y empíricas razones para sostener que “hemos sido exitosos en nuestras contiendas relacionadas con la C.I.J.” lo que me ha llevado a cuestionar mi aproximación al tema.

El columnista, también excanciller en el pasado reciente, nos hace ver que, de seis pleitos, cuatro fueron resueltos favorablemente por jueces de la Corte; otro satisfactoriamente por jueces británicos y sólo uno negativamente por jueces latinoamericanos.”

En conclusión pareciera que retirarse del Pacto de Bogotá no conduciría necesariamente a una mejor defensa de nuestra soberanía.

Por otra parte, hace años, el 7 de abril de 2016, Hernán Corral en su columna de El Mercurio sugirió que podría efectuarse un retiro unilateral del tratado, sólo respecto a Bolivia. Nada lo prohíbe hace ver el autor.

Así, pareciera que no se ha dicho la última palabra en este aspecto.

En todo caso y volviendo al titular de estas reflexiones, sigo pensando que algo de la sentencia no se ha entendido en Bolivia o bien que quizás nunca tuvieron claro lo que se pedía a la Corte que fallara.

Y si Ud. estimado lector desea profundizar en el fallo, le sugiero consultar la página del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica.

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