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La encrucijada de los cascos azules de la ONU en el sur del Líbano. Cristina Cifuentes

 

                                                                                      LA ENCRUCIJADA DE LOS CASCOS AZULES DE

                                                                                   LA ONU EN EL SUR DEL LÍBANO

Cristina Cifuentes – La Tercera, 14/10/2024

Las fuerzas de la ONU en el Líbano se encuentran en medio de la escalada del conflicto entre Israel y Hezbolá. Durante la última semana, la ONU afirmó que el Ejército israelí disparó contra sus fuerzas de paz, entró por la fuerza en su base, detuvo la logística e hirió a más de una docena de sus tropas en el sur del Líbano.

Los ataques de Israel contra la misión de paz, que opera en el Líbano desde hace más de 45 años, han sido ampliamente condenados por la comunidad internacional. La FPNUL (Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano) ha calificado las violaciones de “escandalosas”.

La misión no tiene la capacidad ni la voluntad para entrar en combate, pese a las ofensivas que recibe. La UE advirtió a Israel que los “inaceptables” ataques contra los uniformados violan el derecho internacional.

Cinco soldados de las fuerzas de paz han resultado heridos en ataques contra sus posiciones desde que Israel inició una campaña terrestre contra el grupo militante Hezbolá, y la mayoría de los ataques han sido atribuidos a las fuerzas israelíes.

Los ataques israelíes contra la misión de paz de las Naciones Unidas en el Líbano deben cesar de inmediato, dijeron Italia, Gran Bretaña, Francia y Alemania, según informa Reuters. En una declaración conjunta, los cuatro países reafirmaron “el papel estabilizador esencial” desempeñado por la FPNUL en el sur del Líbano, añadiendo que Israel y otras partes tenían que garantizar la seguridad de las fuerzas de paz en todo momento.

Por su parte, Israel ha acusado a Hezbolá de operar en zonas cercanas a los puestos de la FPNUL. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó las acusaciones de que las fuerzas israelíes atacaron deliberadamente a las fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano. “La acusación de que Israel atacó deliberadamente al personal de la FPNUL es completamente falsa”, dijo en un video publicado el lunes.

“Es exactamente lo contrario. Israel ha pedido repetidamente a la FPNUL que se retire del peligro. Les ha pedido repetidamente que abandonen temporalmente la zona de combate, que está justo al lado de la frontera de Israel con Líbano”, asegura Netanyahu.

Dijo que los militares hicieron todo lo posible para evitar dañar al personal de la FPNUL mientras atacaban a los combatientes de Hezbolá. “Israel tiene todo el derecho a defenderse contra Hezbolá y seguirá haciéndolo”, afirmó, y añadió: “Pero la mejor manera de garantizar la seguridad del personal de la FPNUL es que ésta atienda la petición de Israel y se retire temporalmente del peligro”.

Previamente Netanyahu había lamentado que algunos miembros de las fuerzas de paz de la ONU resultaran heridos durante la semana pasada y pidió al secretario general de la ONU, António Guterres, que retire a los soldados de paz “inmediatamente”.

Guterres afirmó que los ataques contra las fuerzas de paz “pueden constituir un crimen de guerra” y que “la FPNUL y sus instalaciones nunca deben ser objeto de ataques”. La ONU ha dicho que sus tropas permanecen en el Líbano a pesar de los ataques.

Las fuerzas de la ONU constan de 10.500 soldados de unos 50 países cuyo comandante en jefe hasta febrero de 2025 es el teniente general español Aroldo Lázaro. Fue establecida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas después de la primera invasión de Israel al sur del Líbano en 1978.

Su mandato era confirmar la retirada de las fuerzas israelíes del país, restablecer la paz y la seguridad internacionales y ayudar al gobierno libanés a restablecer su autoridad efectiva en la zona.

En junio de 1982, Israel invadió Líbano por segunda vez y posteriormente estableció una zona de seguridad dentro del país, que permaneció hasta su retirada en 2000.

En 2000, la FPNUL estableció la Línea Azul, una zona de 120 kilómetros de longitud a lo largo del sur del Líbano para garantizar la retirada completa de las fuerzas israelíes. Actúa como frontera de facto entre los dos países, ya que Líbano e Israel mantienen una disputa fronteriza en curso.

Las tropas de la FPNUL tienen la misión de vigilar las violaciones fronterizas y mantener segura la zona, que incluye bastiones de Hezbolá. Según la cadena CNN, si bien se trata de una misión de mantenimiento de la paz, las tropas pueden usar la fuerza en determinadas circunstancias, incluida la legítima defensa, para proteger a los civiles ante la amenaza inminente de violencia y para proteger las instalaciones y el equipo del personal de las Naciones Unidas.

En este sentido, fuentes militares consultadas por el diario El País señalaron que “los soldados de la FPNUL tienen las manos atadas”. En este sentido, recordó el periódico lo que el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, cuyo país tiene 870 soldados en el Líbano, se preguntó la semana pasada sobre si los cascos azules deberían responder a los ataques de Israel y entrar en combate con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

“Sin embargo, las capacidades de la FPNUL y la voluntad de los países que aportan tropas distan mucho de contemplar su entrada en combate. La misión se puso en marcha partiendo de la premisa de que existía un alto el fuego entre Israel y Hezbolá que era necesario hacer cumplir. El papel de los cascos azules fue concebido como una subsidiaria de las Fuerzas Armadas libanesas, para apoyar su despliegue en el sur del país. Cuando las tropas de la FPNUL sospechan la presencia de una instalación de Hezbolá en su zona, alertan a los militares libaneses y les piden que la registren. La mayoría de las veces, el Ejército libanés no lo hace”, indicó el diario.

“Hasta ahora, el papel de la FPNUL se ha limitado a tomar nota de las rupturas del alto el fuego, a ser meros notarios de la realidad. Sin embargo, las Fuerzas Armadas libanesas se han retirado del sur, el alto el fuego que venían a verificar se ha desmoronado y los ataques israelíes han convertido a los cascos azules en protagonistas involuntarios de la guerra. Antes de Navidad está previsto que sean relevados numerosos contingentes de la ONU, incluido el español, algo que en las condiciones actuales, según fuentes militares, es inviable. Será el momento de estudiar si se mantiene y en qué condiciones”, añadió.

La Unión Europea condenó el lunes los ataques contra las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano y rechazó las acusaciones israelíes de que la ONU las mantenía allí para obstruir las operaciones militares contra Hezbolá. “Estos ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU constituyen una grave violación del derecho internacional y son totalmente inaceptables”, señaló el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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Un año desde el masivo ataque de Hamás a Israel. John Griffiths y Marcelo Masalleras. AthenaLab

 

                          Un año desde el masivo ataque de Hamás a Israel

John Griffiths. Jefe de estudios AthenaLab

Marcelo Masalleras. Investigador senior AthenaLab

3 DE OCTUBRE 2024

Hace casi un año, el grupo palestino Hamás lanzó un ataque sorpresivo, masivo y coordinado sobre territorio de Israel, que causó la muerte de unas 1.200 personas y permitió la captura 220 rehenes, muchos de ellos aún en cautiverio. En los momentos en que se escribe este artículo —2 de octubre de 2024— muchos acontecimientos se están desarrollando, en un conflicto que, como se proyectó tras el 7 de octubre de 2023, ha ido trascendido la Franja de Gaza.

QUÉ HA PASADO DESDE EL 7 DE OCTUBRE DE 2023

Ver artículo completo:

Un año Hamas

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Medio Oriente: Escala el conflicto. El Mercurio, Editorial

 

                                                                              MEDIO ORIENTE: ESCALA EL CONFLICTO

El Mercurio, Editorial, 05/10/2024

La probable reacción del gobierno de Benjamin Netanyahu a los 180 misiles hipersónicos lanzados el martes desde Irán a Israel podría desencadenar un nuevo escalamiento en el conflicto entre Israel, Irán y sus instrumentales aliados Hamas, Hezbolá y Houthis, con repercusiones en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Aunque las autoridades iraníes han manifestado que no persistirían en nuevos ataques, Netanyahu ha declarado que habrá consecuencias; de hecho, ayer lanzó un nuevo bombardeo en el Líbano contra los líderes de Hezbolá.

El despliegue balístico iraní, frustrado en gran parte por las defensas aéreas de EE. UU. e Israel, fue una reacción a la operación aérea que culminó con la muerte de Hassan Nasralá, clérigo libanés, secretario general de Hezbolá y cercano a Alí Jamenei, autoridad suprema de Irán.

La evolución podría incluso repercutir en la elección presidencial estadounidense.

Dos meses antes, Israel, en una operación de inteligencia, había dado muerte, en Irán, al presidente del buró político de Hamas.

Irán no podría permanecer indiferente a los ataques israelíes, que han provocado presiones de sus sectores más duros, los que alegan humillaciones, desprestigio, abandono a sus aliados y fortalecimiento del gobierno de Netanyahu, que se opone al cese el fuego apoyado por Estados Unidos y líderes europeos.

Hasta ahora Teherán se había negado a participar directamente en operaciones de gran escala, delegando en las organizaciones terroristas aliadas la primera línea. Le preocupa evitar el riesgo de forzar la intervención directa de Estados Unidos y sus aliados, postergando negociaciones para romper con su aislamiento y levantar las severas sanciones que mantienen deprimida su economía y debilitadas sus capacidades militares.

Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y varios otros europeos han sido explícitos en condenar el ataque iraní y, a la vez, en exigir restricción en la respuesta israelí, rechazando cualquier golpe a la infraestructura para el desarrollo nuclear iraní.

Hay, en efecto, inquietud por una eventual reacción desmesurada de Israel que agrave el conflicto, aportando, además, un elemento de lo que los norteamericanos califican como “sorpresa de octubre”, un acontecimiento, a semanas de la elección presidencial, que pueda influir significativamente en sus resultados.

Así ocurrió con el anuncio de las negociaciones para poner fin a la guerra de Vietnam, que favoreció a Richard Nixon, y también con el fracasado rescate de los diplomáticos norteamericanos secuestrados por Teherán, que influyó en la derrota de Jimmy Carter frente a Ronald Reagan.

Mientras Donald Trump, cercano a Netanyahu, es defensor incondicional de Israel y duro opositor de Irán, Kamala Harris se distancia del líder judío y matiza su apoyo a Israel, con sensibilidad acerca de los aspectos humanitarios del conflicto.

Así, el aumento de las tensiones con Israel perjudicaría a Harris y favorecería a Trump, que se presenta como el único presidente —salvo el centenario Carter— que en más de 50 años no ha introducido a Estados Unidos en guerras.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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¿DÓNDE ESTÁ EL EJÉRCITO DE EL LÍBANO MIENTRAS SE ENFRENTAN ISRAEL Y HEZBOLÁ? Carine Torbey BBC News

                                                                            ¿DÓNDE ESTÁ EL EJÉRCITO DE EL LÍBANO MIENTRAS

                                                                                      SE ENFRENTAN ISRAEL Y HEZBOLÁ?

Carine Torbey

BBC News, Beirut, 02/10/2024

El conflicto actual entre Israel y el grupo armado chiita Hezbolá se basa en dos posiciones claramente definidas, que se han mantenido afianzadas durante más de cuatro décadas.

Israel dice que está decidido a eliminar la amenaza que Hezbolá representa desde el vecino Líbano, mientras que Hezbolá sigue atacando posiciones israelíes en un esfuerzo por destruir el Estado de Israel.

Durante los últimos 11 meses, las hostilidades transfronterizas diarias entre ambos bandos han aumentado aún más la tensión. Ahora que está en marcha una invasión israelí en el Líbano, por primera vez desde 2006, muchos se preguntan dónde está el ejército libanés en toda esta situación y qué hizo para evitar que esto sucediera, dadas las ramificaciones de tal escalada para toda la región.

Sin recursos. A primera vista, el ejército libanés ha estado ausente de las hostilidades, mientras que Israel y Hezbolá (que está proscrito como organización terrorista por Estados Unidos, el Reino Unido y otros países) han asumido el centro de atención. En teoría, es tarea del ejército luchar contra el enemigo de la nación, e Israel es oficialmente el enemigo del Líbano. Pero el ejército libanés carece de equipo y del arsenal necesario para semejante enfrentamiento.

El ejército israelí está sólidamente equipado y posiblemente cuenta con el mayor apoyo de las potencias occidentales, tanto financieramente como en términos del arsenal más avanzado. Además, existe una creencia generalizada, apoyada por testimonios de varios exoficiales de alto rango, que acusa a Estados Unidos de presionar activamente a sucesivos gobiernos libaneses para impedir que el Estado adquiera armas sofisticadas que puedan suponer una amenaza para Israel.

Una profunda crisis económica, agravada por la devastadora explosión del almacén de fertilizantes de Beirut en 2020, ha empeorado mucho las cosas para el ejército libanés.

La falta de fondos ha afectado a su personal y a sus necesidades operativas más básicas, como el combustible.

Para complicar aún más las cosas, EE. UU., considerado por Hezbolá como su mayor enemigo, es el principal donante del ejército libanés. Durante un tiempo, Washington contribuyó a los magros salarios del personal de este ejército. Pero su ayuda se limita a vehículos, accesorios y armas individuales y no se compara con la ayuda que proporciona a Israel.

Mientras tanto, algunos observadores señalan que la ineficacia del ejército libanés contra Israel es similar a la de todos los demás ejércitos nacionales de la región. “Ni el ejército libanés ni ningún ejército árabe tiene la capacidad para enfrentarse al enemigo israelí”, señala el general Mounir Shehade, excoordinador del gobierno libanés en la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL). “Con el ejército israelí, ninguna lucha es adecuada, salvo la guerra de guerrillas, similar a la que ocurrió en Gaza”.

Khalil El Helou, general retirado del ejército libanés, afirma que “el papel del ejército libanés es mantener la estabilidad interna, porque hoy la situación interna es delicada”. “El desplazamiento de medio millón de partidarios libaneses de Hezbolá a zonas que están en contra de Hezbolá crea fricciones que podrían derivar en disturbios de seguridad y quizás en una guerra civil”, agrega.

Tras la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, a manos de Israel, el ejército libanés se desplegó en gran medida en muchas zonas consideradas “sensibles” donde había una gran posibilidad de tensión entre los diferentes grupos del país. El domingo también emitió un comunicado en el que instaba a “los ciudadanos a preservar la unidad nacional”, subrayando que seguía tomando medidas para preservar la paz civil en el país.

El frente de combate ¿Tiene entonces el ejército algún papel en las hostilidades actuales? En realidad no.

Sin embargo, está presente en el sur y en cantidades significativas.

El ejército anunció recientemente que un soldado libanés murió por un dron israelí que atacó una motocicleta cuando pasaba por un puesto de control.

Además, es probable que cualquier alto el fuego futuro implique un mayor despliegue del ejército en el sur, algo que el primer ministro libanés ha insinuado recientemente.

Todo esto, sin embargo, implicará su propio conjunto de desafíos. Se necesita más personal y, para ello, se requiere más dinero, fondos que el ejército simplemente no tiene.

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MADURO Y EL CAMBIO DE PARADIGMA MUNDIAL. Karin Ebensperger. El Mercurio

 

                                                 MADURO Y EL CAMBIO DE PARADIGMA MUNDIAL

Karin Ebensperger

El Mercurio, Columnistas, 23/08/2024

No se puede hablar de Nicolás Maduro sin referirse a China, Irán y Rusia. Ya no es posible analizar ningún tema mundial, sin considerar el nuevo paradigma del sistema internacional.

Durante el siglo XX, el paradigma era un sistema de reglas occidentales, incluso durante la Guerra Fría, en que precisamente se trataba de preservar ese orden basado en el Derecho Internacional y la democracia occidental liberal.

“Si Maduro no fuera tan burdo en su fraude, podría prevalecer por décadas”.

Pero hoy ha surgido con enorme fuerza una ola que desafía esos conceptos de libertades democráticas. No es que los líderes autócratas de China, Rusia, Irán o Corea del Norte estén unidos como un bloque; algunos han sido rivales históricos. Pero los motiva la idea instrumental de desestabilizar las democracias occidentales, porque eso les permite expandir sus influencias.

China primero usa su soft power, el comercio; pero luego amenaza con su hard power, un enrome poder militar y de control, con el que respalda a déspotas como el venezolano.

Maduro no podría desafiar así a su pueblo y al mundo si no contara con potencias que se nutren de la inestabilidad de un país rico como Venezuela.

A Xi Jinping no le interesan los ocho millones de personas que emigraron, ni la sufrida resistencia de un pueblo que está siendo aplastado. Le motiva clavar otra de sus banderas de influencia en el tablero mundial.

A propósito: hasta hoy me asusta pensar que Chile estuvo a un tris de darle el manejo de nuestro Registro Civil —con todos los datos de cada chileno, su historia, sus bienes, sus movimientos— al gobierno chino. Habría sido el peor e irreparable error político en este nuevo escenario mundial. Y es grave que empresas chinas (es decir, el gobierno chino) influyan tanto en algunos rubros estratégicos de Chile.

Se sabe que Rusia aporta a Maduro y que Cuba, con su economía quebrada, se beneficia del petróleo venezolano, a cambio de enviar a Venezuela fuerzas de choque y su experiencia en espionaje y crimen organizado. Se suma a este coctel Irán, vía Hezbollah, como lo han revelado expertos en seguridad regional.

La agresiva actitud de estos regímenes despóticos solo es posible por la debilidad occidental en la defensa de sus valores democráticos. Hay una decadencia cultural implícita cuando se acepta cualquier cosa, por horrorosa que sea, so pretexto de respetar la diversidad.

Los derechos de esforzados ciudadanos, en muchos países democráticos, quedan subyugados cuando gobiernos populistas aceptan que se agreda la esencia de la civilización.

Si Maduro no fuera tan burdo, tan primitivo en su fraude, podría prevalecer por décadas, como los propios regímenes que lo respaldan. En Cuba, el PC lleva 65 años en el poder; en China, 75; Putin domina hace más de 20 años, y el ex régimen soviético duró más de siete décadas.

Pero ahora está por verse si, incluso esos opresores gobernantes, deciden que la torpeza del venezolano es demasiado grande y lo dejan caer. El resultado de este incordio es esencial para la región.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de  Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional.

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CONSOLIDACIÓN DEL FRAUDE ELECTORAL EN VENEZUELA. La Tercera

 

                                                                   CONSOLIDACIÓN DEL FRAUDE ELECTORAL EN VENEZUELA

La Tercera, Editorial, 24/08/2024

La resolución de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, según la cual “certifica de forma inobjetable el material electoral peritado”, convalidando así los resultados de la elección presidencial del pasado 28 de julio en que Nicolás Maduro fue reelecto para un tercer período, solo es el broche final de un fraude a gran escala orquestado por el régimen, burlando de manera grotesca la voluntad popular, que abrumadoramente respaldó al candidato opositor Edmundo González.

A pesar de que restan pocos días para enterar un mes desde que tuvieron lugar los comicios, ni el Consejo Nacional Electoral ni el TSJ -todos órganos completamente serviles al régimen- han sido capaces de exhibir una sola acta en que se acredite el supuesto “triunfo” de Maduro, no así la oposición, que esta vez fue capaz de montar una efectiva vigilancia en todos los lugares de votación, obteniendo registros de más del 80% de las actas, que prueban inequívocamente el arrollador triunfo de González.

Frente a la tragedia de Venezuela, resulta fundamental una defensa clara de la democracia, así como la denuncia sin ambigüedades de los atropellos a las garantías fundamentales. El Presidente Boric ha hecho en ese sentido una valiosa interpelación a la izquierda.

Con la resolución del TSJ -organismo que al día siguiente de las elecciones felicitó a Maduro por su triunfo, y que calificó a este proceso electoral como un “ejemplo en el mundo”- el régimen pretende dar por concluida la controversia por los resultados, pero la mayor parte de la comunidad internacional no reconoce la validez de estos comicios.

Un comunicado emitido el viernes por 11 países del continente -entre ellos Chile, Estados Unidos, Argentina y Perú- dejó en claro que rechazan categóricamente el anuncio del TSJ, exigiendo una auditoría imparcial de las actas. Una postura similar ha expresado la Unión Europea.

Un hecho como este no solo despierta el estupor, ante la destrucción de la democracia venezolana a manos del chavismo -emulando el mismo destino de Nicaragua, donde la dictadura de Ortega se han enquistado producto de elecciones farsa, tal como ocurrió en 2021-, y por los imprevisibles efectos que un fraude así puede causar dentro de Venezuela -distintas voces han advertido sobre el riesgo de que se desate una crisis política a gran escala, que además derive en una nueva ola migratoria de venezolanos en la región-, sino que además se está traduciendo en gravísimas violaciones a los derechos humanos, con masivas represiones por parte de agentes estatales, encarcelamientos de disidentes e intentos de censurar incluso las redes sociales, prácticas que han sido denunciadas por distintos organismos internacionales.

En este aciago contexto, donde resulta fundamental una defensa clara de la democracia, así como la denuncia sin ambigüedades de los atropellos a las garantías fundamentales, el Presidente Gabriel Boric nuevamente ha sido una voz clara en ello. Ya lo fue apenas emitidos los resultados oficiales, poniendo en duda su validez y exigiendo una verificación imparcial.

Y ahora, apenas conocida la resolución del tribunal superior de Venezuela, denunció que este “termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia. No hay duda de que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo, solo comparable con el de Siria (…) Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía”.

El Mandatario también envió un claro mensaje al mundo político que él representa: “La dictadura de Venezuela no es de izquierda. Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere”.

La claridad de las palabras del Presidente Boric contrasta con el bochornoso papel que han jugado los presidentes de Brasil y Colombia, quienes han evitado referirse al régimen como dictadura, e incluso propusieron como salida la repetición de las elecciones, o la conformación de un gobierno de coalición, minimizando así el grotesco fraude que se ha cometido y entregando espacios de legitimidad a Maduro.

Aún más cuestionable es el rol que ha jugado el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha limitado a esperar una verificación de las actas.

La izquierda latinoamericana tiene una enorme responsabilidad en haber validado el régimen chavista, que desde la llegada de Maduro al poder en 2013 la erosión de la democracia y de las instituciones se amplificó a niveles inauditos.

Los medios independientes fueron clausurados, los opositores perseguidos, se desconocieron resultados electorales que no favorecían al régimen, desatando además una crisis económica y humanitaria sin precedentes en dicho país. Venezuela figura como el segundo país más corrupto del mundo -según mediciones de Transparencia Internacional-, y el Índice de la Democracia elaborado por The Economist Intelligence Unit ya venía mostrando al país entre los más autoritarios de la región.

Sin embargo, ante esta degradación se guardó un escandaloso silencio, cuando no complacencia, permitiendo que se llegara hasta esta tragedia.

Es sin duda un avance que en nuestro país un amplio sector de la izquierda esté tomando distancia del régimen de Maduro y reconozca su carácter dictatorial -muy simbólico y señero ha resultado en ese sentido que la senadora Isabel Allende planteara que “es una dictadura con todas sus letras”-, pero la ambigüedad en que se ha mantenido el Partido Comunista -su línea más “tradicional” ya había reconocido el triunfo de Maduro, pero tras los dichos del Presidente la colectividad se apronta a debatir qué postura adoptará- es un recordatorio de que no todos los sectores de la izquierda han acogido el llamado que con tanta claridad formuló el jefe de Estado.

Para el gobierno sin duda es muy complejo que dentro de su propia coalición convivan visiones tan dispares a las que ha trazado el propio Mandatario.

La tragedia de Venezuela obliga a que la comunidad internacional mantenga una presión constante hacia el régimen, y vele por que la democracia no siga siendo amagada en la región, lo que exige -en un acto de elemental coherencia- interpelar por la situación de Cuba, sumida hace décadas en una dictadura comunista, lo que ha sido tolerado sin mayores cuestionamientos.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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EL DÍA EN QUE LOS COMUNISTAS PACTARON CON HITLER Y SUS REPERCUSIONES EN CHILE. Amanda Ugarte S. y Pedro Villarino. El Mercurio

 

                                                                                    EL DÍA EN QUE LOS COMUNISTAS PACTARON

                                                                                 CON HITLER Y SUS REPERCUSIONES EN CHILE

                                                                                                

Amanda Ugarte S. y Pedro Villarino

El Mercurio, Reportajes, 18/08/2024

El 24 de agosto de 1939, “El Mercurio” titulaba: “En presencia de Stalin, Mólotov y Ribbentrop firmaron en Moscú el pacto de no agresión germano-soviético”. Un acuerdo, conocido como la “alianza de los diablos” –según el historiador británico Roger Moorhouse–, selló uno de los pactos más polémicos de la Segunda Guerra Mundial.

A una semana de cumplirse 85 años de la firma del documento, recordamos su historia, sobre la que aún hoy se discute.

Para comprender este pacto, es necesario retroceder un año, señala Rosario Rodríguez, académica del Instituto de Historia de la Universidad Católica. En marzo de 1938, Alemania invadió Austria y, poco después, ocupó el territorio de los Sudetes, una región de Checoslovaquia. “Estos eventos marcaron el inicio de la expansión de la ideología del Lebensraum, o espacio vital alemán (voluntad de expandir el territorio germano)”, sostiene Rodríguez.

Añade que “los planes de Hitler incluían la invasión de Polonia y Francia, pero también revertir el Tratado de Versalles”, un acuerdo de paz firmado tras terminar con la Primera Guerra Mundial, “que había dejado mal parada a Alemania”, porque había perdido mucho territorio y a gran parte de su ejército, explica Rodríguez.

En 1939, a pesar de tener ideologías opuestas, Alemania y la Unión Soviética firmaron un pacto de no agresión con un anexo secreto que establecía que ambas potencias se repartirían Polonia. Algo que no tuvo consecuencias en Chile pues el Partido Comunista, hasta ese momento férreo crítico del régimen nazi, apoyó la decisión de Stalin, lo que le valió el quiebre con los socialistas y el fin del Frente Popular. Esta es la historia de un acuerdo del que aun se habla, más de ocho décadas después.

Sería esa necesidad, entonces, la que “llevó a Hitler a buscar un acuerdo con su principal enemigo ideológico, la Unión Soviética.

Hitler exigió a los polacos “construir una autopista y una línea de ferrocarril con estatuto de extraterritorialidad en el corredor para unir las dos partes de Alemania”, que habían quedado divididas tras el Tratado de Versalles, explica el historiador y académico de la Universidad de los Andes Enrique Brahm. Agrega que “se trataba de un pretexto para iniciar su expansión hacia el este y el gobierno polaco no estaba dispuesto a ceder. La guerra parecía inevitable. Más todavía cuando el gobierno británico, que empezaba a superar su política de apaciguamiento, daba su respaldo a Polonia”.

“En esas circunstancias, y como una forma de localizar el conflicto –aniquilar a Polonia sin que intervinieran las potencias occidentales–, empezó a ser interesante para Hitler buscarla alianza de Stalin”, sostiene Brahm.

LAS INTENCIONES DE CADA PARTE. Este pacto surgió por el “mutuo interés de los dictadores en mejorar su posición internacional”, destaca el historiador dela Universidad de los Andes. Por un lado, Hitler tenía la intención de conquistar Polonia y “prevenir una invasión desde el este, evitando una alianza de Stalin con Francia y Reino Unido”, explica Rodríguez.

Por otro lado, la URSS era “un país paria, aislado en el contexto internacional, y Stalin temía que las potencias occidentales se unieran en su contra. Al llegar a un acuerdo con Alemania, superaba ese aislamiento y, además, obtenía ciertas ventajas territoriales. Lo más importante, sabía que Hitler iría a la guerra con Polonia, un país que Gran Bretaña y Francia debían apoyar”, destaca Brahm.

Rodríguez agrega que “al mismo tiempo, el pacto le daba a Stalin tiempo para rearmarse y modernizar su ejército, lo que en última instancia no se logró, pero el objetivo era ganar tiempo, hacer una pausa para preparar al ejército, ante la posibilidad de enfrentarse a las fuerzas alemanas”.

Pero Stalin tenía ideas que iban más allá de la defensa nacional, tenía “también un plan secreto a largo plazo”, establece el autor alemán Orlando Figes en “La historia de Rusia”. “El 7 de septiembre informó a su círculo íntimo de que iban a esperar a que las potencias occidentales y la Alemania nazi se agotaran en una larga guerra antes de incorporarse al combate para y proclamarse como los vencedores. El sistema capitalista (en el que incluía a los es fascistas) quedaría debilitado y ello permitiría al Ejército Rojo exportar la revolución soviética a medida que fuera avanzando por Europa”, escribe Figes en su libro.

En este contexto es que se establece el pacto de no agresión firmado por los ministros de Asuntos Exteriores del III Reich, Joachim von Ribbentrop, y Viacheslav Mólotov, de la URSS. Nueve días antes de la segunda Guerra Mundial con la invasión alemana a Polonia.

Por su parte, Moscú invadiría el mismo país desde el este, dos semanas después que los alemanes, el 17 de septiembre de 1939.

Si bien el pacto Ribbentrop-Molotov fue entendido como un pacto de no agresión, en la práctica fue mucho más que eso. No solo acordaron el reparto de Polonia entre ambas naciones El texto incluyó un protocolo adicional secreto en el que se repartían el continente: el acuerdo suponía que Hitler, una vez tomada Polonia, podría dirigir sus esfuerzos hacia Francia y Gran Bretaña, sin preocuparse por los rusos, que no lo atacarían desde el otro frente.

En tanto, los soviéticos obtenían el visto bueno alemán para invadir Polonia desde el este y el reconocimiento de Finlandia, Estonia y Letonia bajo la influencia de Moscú.

DESCLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS. Pese a que el pacto tenía una duración de diez años prorrogables, las buenas relaciones entre ambos países culminaron el 22 de junio de 1941, cuando Hitler decidió invadir el territorio polaco anexado por la Unión Soviética a través de la operación Barbarroja. El protocolo secreto sobrevivió a la quema de documentos oficiales nazi que siguió tras la toma de Berlín.

De hecho, el texto sería encontrado a fines de la guerra por tropas británicas, en archivos abandonados por el III Reich y sacados a la luz pública poco después.

Y aunque durante muchos años la Unión Soviética calificó como falsos los documentos hallados, en agosto de 1989 Moscú crearía una comisión especial para investigarla veracidad de las “cláusulas secretas”. y las conclusiones fueron afirmativas.

Así, el gobierno ruso presidido por Mijaíl Gorbachov, en el marco de su política de glásnost (apertura), no pudo evitar la verdad.

Y emitió una declaración oficial admitiendo como verdadero el contenido en 1989, “Lo que se conoció fue el sorpresivo acuerdo entre los dictadores totalitarios que parecían enemigos irreconciliables”, finalizó Brahm.

“Para los socialistas, este pacto fue objeto de fuertes críticas porque el Partido Comunista lo respaldó por completo, considerándolo un acto en favor de la paz y una muestra de la vocación pacifista de la Unión Soviética. Así, el PC chileno terminó apoyando el pacto de manera total”, señala Joaquín Fermandois

RUPTURA PC-PS EN CHILE. El historiador y académico de la Universidad Católica Joaquín Fermandois señala que en Chile el tratado marcó el inicio de la ruptura del Frente Popular, integrado por el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Radical.

El PC hasta entonces había sido un férreo crítico del régimen nazi. Fermandois describe el efecto como un “divisor de aguas”, porque “fue impactante; el Frente y la Unión Soviética representaban el antifascismo, que incluía la oposición a la Alemania nazi. De pronto, se conoció este pacto de no agresión, pero nadie creía que fuera solo eso”.

“Para los socialistas, este pacto fue objeto de fuertes críticas porque el Partido Comunista lo respaldó por completo, considerándolo un acto en favor de la paz y una muestra de la vocación pacifista de la Unión Soviética. Así, el PC chileno terminó apoyando el pacto de manera total” señala Fermandois.

Un año después, a consecuencia del pacto, terminaría la unidad del Frente Popular en Chile. Según precisa, “todo lo establecido por la Unión Soviética era apoyado por el PC chileno. Nunca hubo una crítica, salvo cuando los soviéticos mismos hacían la crítica. Cuando muere Stalin, viene la desestalinización, ahí es cuando el Partido Comunista reconoce que este cometió algunos excesos”.

El académico sostiene que el tratado “revela que las creencias y las ideologías son importantes, pero a veces pueden significar todo lo contrario de lo que establecen, Entonces, por ambas partes, fue una negación de todo lo que habían declarado”.

“TENSIÓN CONSTANTE”. El académico de la Universidad San Sebastián Milton Cortés coincide en que el pacto “profundizó la división entre los dos partidos de izquierda más poderosos en Chile”, los socialistas usaron “el pacto Ribbentrop-Molotov cada vez de forma más creciente para atacar a los comunistas”.

Sostiene que esta era una alianza “difícil porque estos dos partidos competían por el mismo espacio político y electorado. Existía esa tensión constante y nunca funcionó muy bien como coalición de gobierno. No fue como la Concertación o la Nueva Mayoría, en que hay un enlace constante entre el Gobierno y la coalición, aquí había una mayor distancia. Los comunistas decidieron no participar con ministros en el mandato de Pedro Aguirre Cerda, mientras los socialistas sí”.

“También influyó en que ciertos militantes de izquierda, que se habrían ido hacia el comunismo, se decantaran por el Partido Socialista precisamente porque veían que el Partido Comunista seguía firmemente el lineamiento de Moscú”, agrega Cortés.

El Frente se había unido para llevar a Pedro Aguirre Cerda a la presidencia en 1938. “Lo irónico”, comenta Cortés, “es que lograron la victoria gracias al apoyo de los nazis”.

Inicialmente, estos respaldaron a Carlos Ibáñez del Campo, quien retiró su candidatura tras el fracaso de un intento de golpe de Estado, que culminó con la muerte de 59 jóvenes nazis por parte de los policías en la llamada Matanza del Seguro Obrero.

Fermandois explica que “lo apoyaron porque Aguirre Cerda les ofreció hacer un juicio a los asesinos”, pero finalmente “decretó la amnistía inmediata para todos, apenas asumió el gobierno, con excepción de dos oficiales”.

Un aporte del director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

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