Una consumidora compra en un supermercado un producto de una cámara frigorífica
Columna de Opinión

CADA VEZ COMEMOS MÁS ALIMENTOS PROCESADOS A PRESIONES MÁS ALTAS QUE LAS DE LA FOSA DE LAS MARIANAS (INCLUSO SIN SABERLO

Una consumidora compra en un supermercado un producto de una cámara frigorífica

CADA VEZ COMEMOS MÁS ALIMENTOS PROCESADOS A PRESIONES MÁS ALTAS QUE LAS DE LA FOSA DE LAS MARIANAS (INCLUSO SIN SABERLO)

Laura Otero García, Científico Titular, Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN – CSIC) y Miriam Pérez-Mateos, Científico Titular, Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN – CSIC)

The Conversation, 19/09/2023

En las últimas décadas, la creciente demanda por parte de los consumidores de alimentos naturales y saludables, sin conservantes ni aditivos pero, a la vez, seguros y con larga vida útil, ha despertado el interés de la industria alimentaria por nuevas técnicas de procesado que permitan satisfacer estas exigencias.

Dentro de las nuevas tecnologías desarrolladas (irradiación, luz ultravioleta, pulsos eléctricos, entre otras), las altas presiones hidrostáticas son las que han alcanzado mayor éxito en la industria.

Así, hoy en día, podemos encontrar en cualquier supermercado una amplia gama de productos procesados por alta presión, desde zumos, cremas de verdura o embutidos en lonchas hasta platos preparados listos para consumir.

Sin embargo, no siempre es fácil reconocerlos dado que la ley no obliga a distinguirlos en su etiquetado.

Por eso, aunque probablemente todos los hemos probado ya, no siempre somos conscientes de ello.

Presiones cinco veces mayores que las alcanzadas en la fosa de las Marianas. El procesado a alta presión consiste en someter a los alimentos a presiones muy elevadas, del orden de 300-600 megapascales (MPa), durante un período de tiempo corto, normalmente menor de 10 minutos.

Para comprender la magnitud de estas presiones basta pensar que en la fosa de las Marianas, el punto conocido más profundo de los océanos, existe una presión de 110 MPa.

Otro ejemplo muy gráfico sería imaginar cuatro elefantes de 5.000 kilos cada uno colocados uno encima de otro sobre una moneda de un euro. La presión que ejercerían estos paquidermos sobre la moneda sería de aproximadamente 600 MPa.

Y, ahora, la pregunta que surge, sin duda, es ¿semejantes presiones no machacan irreversiblemente a los alimentos?

Alimentos perfectos tras ser comprimidos con la fuerza de cuatro elefantes. Pues, depende… Para el procesado a alta presión, los alimentos se introducen en un cilindro de acero sumergidos en un fluido, normalmente agua.

Después, un equipo de bombeo inyecta más y más agua en el cilindro hasta alcanzar la presión deseada que, de acuerdo al principio de Pascal, se va a ejercer de forma homogénea en todas las direcciones.

Por eso, en principio, los alimentos no se van a chafar. Incluso es posible tratar alimentos delicados como fresas o uvas a 600 MPa sin machacarlos.

Sin embargo, para evitar que los alimentos se aplasten durante el tratamiento a alta presión es importante elegir aquellos que no contienen mucho aire en su estructura. ¿Por qué? Pues porque durante la compresión el aire va a disminuir mucho más de volumen que el resto de las componentes del alimento y, como consecuencia, puede provocar el colapso irreversible de su estructura.

Por ejemplo, debido a la cámara de aire presente en los huevos, el procesado a alta presión provocaría la ruptura de su cáscara, mientras que el aire ocluido en panes y bizcochos provocaría su aplastamiento irreversible durante la presurización.

Alimentos mínimamente procesados que se conservan en buen estado durante más tiempo. Las altas presiones pueden provocar, a nivel molecular, la ruptura de algunos tipos de enlaces e interacciones químicas tales como los enlaces iónicos o las interacciones hidrofóbicas.

Otros tipos de enlaces, como los enlaces covalentes, son más estables bajo presión.

Ambas son buenas noticias. Por un lado, la ruptura de enlaces iónicos e interacciones hidrofóbicas afecta muchas funciones celulares y causa la inactivación de muchos microorganismos presentes en los alimentos.

De esta forma, se consiguen alimentos seguros que se conservan en buen estado durante más tiempo. Eso sí, siempre en refrigeración, pues las altas presiones no provocan esterilización.

Además, las vitaminas, los pigmentos y los compuestos volátiles responsables de los aromas son moléculas pequeñas constituidas principalmente por enlaces covalentes. Y, según lo que acabamos de decir, no se ven afectadas por el procesado a alta presión.

Por eso los alimentos sometidos a estas técnicas conservan sus propiedades organolépticas (color, sabor, aroma) y nutricionales.

En definitiva, el procesado a alta presión permite obtener alimentos seguros con una vida útil prolongada causando efectos mínimos en su sabor, olor, color y propiedades nutricionales. Todo ventajas.

Y todo ello de forma respetuosa para el medio ambiente. El coste energético del procesado a alta presión es menor que el que conlleva el procesado térmico convencional, pues se requiere electricidad sólo para llevar a cabo la compresión del producto.

Además, durante el procesado, se emplea agua que se reutiliza en un 85 %, y el resto se puede reciclar para otras labores.

Por otra parte, al prolongar su vida útil, el procesado a alta presión contribuye a la producción sostenible de alimentos, evitando su desperdicio.

Con semejante carta de presentación, se espera que en los próximos años el mercado de alimentos procesados con alta presión siga en alza continua.

Visiones estratégicas: ¿el negocio primero o la ética por encima de todo?
Columna de Opinión

VISIONES ESTRATÉGICAS: ¿EL NEGOCIO PRIMERO O LA ÉTICA POR ENCIMA DE TODO?

Visiones estratégicas: ¿el negocio primero o la ética por encima de todo?

VISIONES ESTRATÉGICAS: ¿EL NEGOCIO PRIMERO O LA ÉTICA POR ENCIMA DE TODO?

Santiago Iñiguez de Onzoño, Presidente IE University, IE University

The Conversation, 19/09/2023

Tengo la enorme suerte de impartir cada año, desde hace 30, la asignatura de Dirección Estratégica. Gracias a mi interacción con los alumnos he aprendido mucho, quizás más de lo que ellos han aprendido de mí.

Sobre todo a entender mejor las diferencias culturales, a utilizar herramientas analíticas, a ejercitar el pensamiento crítico y el arte de desarrollar una visión estratégica.

Filosofía y gestión. En la primera sesión del curso debatimos la base filosófica de una serie de cuestiones clave en la gestión de una empresa. Por ejemplo, la afirmación clásica de Milton Friedman de que el compromiso de los directivos es maximizar el valor de la inversión de los accionistas, que suele ser cuestionada por la mayoría de mis estudiantes.

Es lógico el compromiso y el deber de lealtad de los directivos para con los dueños de la empresa, pero lo que hoy se entiende por buena gestión incluye otras perspectivas. Por ejemplo, la sostenibilidad, el impacto social y, en general, la búsqueda del equilibrio entre los intereses (no siempre coincidentes) de las partes interesadas.

Otra cuestión que les planteo a mis alumnos se basa en el dilema propuesto por Maquiavelo en El Príncipe sobre si un líder debe ser temido o amado. Algunos responden que es preferible ser respetado, una respuesta que parece eludir la pregunta: el respeto se basa a veces en una combinación de miedo y amor.

En cualquier caso, una lectura sosegada de la obra ofrece una interpretación menos maquinadora de la que tradicionalmente se le atribuye. El propósito de Maquiavelo era que los mandatarios contaran con el apoyo y el respeto de su pueblo.

Otra obra clásica citada muy a menudo por los líderes empresariales es El arte de la guerra, atribuida a Sun Tzu, táctico militar chino del siglo V a.e.c.

Reeditado cada año, se encuentra en muchas estanterías, aunque a menudo sin leer.

Lo que dijo Sun Tzu. La mejor forma de definir al estratega, según Sun Tzu, es como un “maestro del engaño”, porque en la guerra, como en los negocios, se aplican reglas muy diferentes a las que seguimos con amigos y familiares, o con aquellos con los que tenemos un compromiso profesional, como las partes interesadas de nuestra empresa.

Muchas de las máximas de Sun Tzu son fácilmente reconocibles para los gestores empresariales:

“Un gran estratega no comunica nada antes de tiempo”.

En mi opinión, la cuestión clave es qué se entiende por el momento adecuado para anunciar algo. Por ejemplo el lanzamiento de un producto, la compra de una empresa o la decisión de entrar en un nuevo mercado.

Recordemos la importancia que Steve Jobs le daba al misterio antes del lanzamiento de un nuevo producto. El punto dramático de este secretismo forma parte de la estrategia de marketing de Apple.

Dicho esto, también creo que, a veces, puede ser ventajoso lanzar un producto o servicio aunque todavía no esté configurado por completo. Recientemente pudimos ver cómo la carrera para conseguir una vacuna eficaz contra el covid-19 fue, en parte, una cuestión de comunicación corporativa.

“En la batalla, la victoria debe ser rápida”.

La cuestión aquí es cómo se interpreta esa victoria. Para una empresa consultora la pregunta sería: “¿Cómo definiría usted el éxito?”. Y la respuesta podría ser algo así como “llegar rápido y conseguir resultados cuantificables”.

Para Sun Tzu, la victoria no consiste en aniquilar al competidor porque, para preservar el sistema y evitar la confrontación total, es necesaria la supervivencia de los contendientes.

Ser pionero no implica regirse sólo por el plan preestablecido. Sun Tzu dice que hay que ser el primero en llegar al campo de batalla, pero también que la victoria se consigue cuando se tiene la capacidad de cambiar y de cultivar lo que denomina misterio. Quizá se refiera a las características mágicas de los líderes, que les da el control sobre su gente.

La cuestión aquí son las ventajas que genera ser la primera empresa en entrar en un mercado.

Por ejemplo, conseguir reducir los costes de explotación y aumentar el volumen de producción para generar así un círculo virtuoso que puede hacer bajar los precios y aumentar la cuota de mercado.

“El control de una fuerza enorme tiene el mismo principio que el control de unos pocos hombres: es meramente una cuestión de repartirlos en grupos”.

Esta idea suena bien, lo difícil es ponerla en práctica. Es atractiva porque dirigir grupos pequeños es más inclusivo, más proactivo y posiblemente genere mejores resultados.

Sin embargo, aplicado a la empresa, ¿cuántas personas acabarían reportando directamente al CEO? La lógica y la experiencia dictan que cuanto mayor sea el número de personas que dependen del CEO, más difícil será coordinarlas e implicarlas.

Uno de los retos para las grandes empresas es ser dinámicas dentro de una estructura amplia, que abarca todas las funciones de gestión, con actividades diversificadas y presencia en distintos sectores y países.

El planteamiento de Sun Tzu de dividir las actividades en grupos más pequeños, ¿redundaría en una mayor diligencia, inventiva y excelencia?

“Ningún gobernante debe poner tropas en campaña simplemente para satisfacer su arrogancia. Ningún general debe librar una batalla por simple resentimiento”.

En el mundo empresarial, las reacciones exaltadas suelen estar limitadas por los controles y equilibrios de la gobernanza corporativa. Dicho esto, todos hemos visto a directivos tomar decisiones en caliente, a menudo sobre la base de malentendidos.

Sobre todo cuando se plasman por escrito, los malentendidos suelen estar en el origen de los conflictos empresariales. Reaccionar de forma exagerada puede acarrear a menudo problemas indeseables e imprevistos.

“Todo hombre inteligente es prudente. Todo buen general es prudente”.

La recomendación de Sun Tzu es, pues: Si no se está tranquilo a la hora de tomar decisiones conflictivas, es mejor esperar a estarlo.

Obras como El Príncipe o El arte de la guerra son guías sobre cómo comportarse en contextos estratégicos y competitivos, pero no son guías morales. Conviene leerlas con prudencia.

No se trata de aplicar sus máximas al pie de la letra, sino de inspirarse en ellas para tener una mejor visión estratégica.

Justo equilibrio. El mundo de los negocios tiene sus propias reglas específicas. Para explicar mejor la divergencia entre cuestiones empresariales y éticas suelo hablar de dos niveles:

  1. El nivel empresarial. Aplica cuando tomamos decisiones basadas en la rentabilidad, la eficiencia, el éxito de una iniciativa y, en general, el crecimiento de la empresa y su sostenibilidad. Construir una institución o, en el caso de Maquiavelo, un Estado, significa abordar dilemas complejos. A menudo se trata de elegir el menor de dos males o de sacrificar los intereses de algunos en favor de la organización. En general, el argumento empresarial suele ser utilitarista, basado en las consecuencias o resultados de las acciones. De ahí la popularidad de obras como El Príncipe o El arte de la guerra.
  2. El nivel ético. Se toman decisiones o se pasa a la acción siguiendo criterios éticos, que no necesariamente tienen que ver con la rentabilidad y sus consecuencias empresariales. Su expresión extrema sería la máxima fiat iustitia, pereat mundus (“que se haga justicia y perezca el mundo”). A veces la decisión correcta puede tener consecuencias devastadoras.

Es deseable buscar un equilibrio entre el nivel empresarial y el nivel ético pero, a menudo, ambas esferas entran en conflicto.

La prueba fundamental de resiliencia será poder justificar la decisión ante la opinión pública con argumentos razonables que, aunque controvertidos, puedan convencer a la mayoría.

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TERRITORIALISMO VS. MULTILATERALISMO: NUEVOS EQUILIBRIOS

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TERRITORIALISMO VS. MULTILATERALISMO: NUEVOS EQUILIBRIOS

Teodoro Ribera, rector de la U. Autónoma de Chile y ex ministro de Relaciones Exteriores

La Tercera, Opinión, 19/09/2023

La publicación por parte del SHOA del gráfico ilustrativo de los espacios marítimos bajo jurisdicción chilena en el Pacífico y el Mar Austral en agosto, no solo posee la virtud de ilustrar nuestros espacios de Zona Económica Exclusiva y plataforma continental, sino que, en cuanto al sur más extremo, resignifica la atención del Estado sobre una enorme región que constituye, tal vez y de cara a las próximas décadas, el polo más desafiante para Chile.

Las incertidumbres derivadas de la crisis climática nos obligan mirar hacia el sur, en especial hacia la Antártica, en la cual siguen concentrándose las ambiciones geoeconómicas de diversas potencias.

Sin embargo, mientras a través del SHOA el Estado avanzaba en la singularización de los territorios de soberanía nacional, el senador por Magallanes Alejandro Kusanovic dejaba constancia del estancamiento en que se encuentra el Estatuto Antártico de Chile (Ley 21255/2020), diseñado tras un largo trabajo de priorización de objetivos y de adecuación de la legislación al Sistema del Tratado Antártico y otros instrumentos vigentes.

Se trata de un inquietante síntoma en materia de prioridades que afecta a nuestra política exterior pues, en este caso, los reglamentos del Estatuto Antártico debieron estar vigentes a más tardar en marzo de 2023.

No obstante, aún no han sido dictados, lo cual no solo constata una infracción legal, sino que afecta sensiblemente la implementación de la Política Nacional Antártica que, conforme con la ley, está destinada a fortalecer los derechos antárticos.

Esta demora podría leerse como un acto de vacilación por parte de Chile, es decir, una señal negativa que puede afectar la credibilidad del país en los debates antárticos que se avecinan.

Prepararnos para enfrentar peligros derivados de la posible fractura del consenso antártico es parte del eje central que inspira a dicho Estatuto, pensado, justamente, para robustecer nuestras capacidades de control político sobre la Antártica Chilena.

Asimismo, son conocidas las dificultades sorteadas para dar estatus constitucional a nuestra Antártica en el proceso constitucional, asunto resistido por el oficialismo.

Finalmente, la decisión de todo el espectro político desautorizó esa resistencia que, pareciera, es la misma que posterga la aplicación del Estatuto Antártico.

En relación con la defensa del territorio (especialmente las zonas extremas), existe la impresión de que los problemas de política exterior responden a la pugna entre dos visiones muy distintas respecto de cómo Chile debe encarar su propia territorialidad.

La defensa de la soberanía no implica romper con el multilateralismo como método de negociación, pero es imprescindible avanzar hacia un nuevo equilibrio, abandonando miradas ancladas en el pasado.

Es de esperar que la ausencia de reglamentos de la Ley Antártica se supere y que, con visión de largo plazo, los responsables cumplan con la ley.

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PROYECTO DE LEY JACINTA REABRE EL DEBATE SOBRE LAS EXIGENCIAS PARA OTORGARLES LICENCIA DE CONDUCIR A MAYORES DE 65 AÑOS

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PROYECTO DE LEY JACINTA REABRE EL DEBATE SOBRE LAS EXIGENCIAS PARA OTORGARLES LICENCIA DE CONDUCIR A MAYORES DE 65 AÑOS

Gabriela Mondaca

La Tercera, Nacional, 19/09/2023

Ley Jacinta. La iniciativa busca modificar los requisitos para obtener, o renovar, el carnet de conducir en adultos mayores con el fin de “evitar que más familias sufran la pérdida de seres queridos a manos de personas que, debido a su avanzada edad, se encuentran imposibilitadas de conducir un vehículo con la expertise requerida”, sostiene el proyecto.

El 28 de agosto de 2022, Jacinta, una bebé de cinco meses, falleció a raíz de un atropello que se produjo tras un choque múltiple en Lo Barnechea, en la Región Metropolitana.

Quien causó el accidente fue un adulto mayor de 80 años, que confundió el freno con el acelerador. El conductor padecía un cáncer en fase cuatro: una enfermedad cuyo tratamiento generó que sus capacidades sensoriales y físicas no fuesen aptas para la conducción de un vehículo motorizado.

Esta tragedia reabrió el debate sobre la renovación de licencias de conducir para personas mayores de 65 años. En concreto, el proyecto Ley Jacinta busca establecer mayores exigencias a los adultos mayores que quieran solicitar o renovar su carnet de conductor con el fin de “evitar que más familias sufran la pérdida de seres queridos a manos de personas que, debido a su avanzada edad, se encuentran imposibilitadas de conducir un vehículo con la expertise requerida para no causar daño, en razón de su estado de salud deteriorada producto de su edad”, dice la propuesta.

El texto, entre otras materias, señala que si una persona padece alguna enfermedad o alteración que pueda considerarse invalidante, ésta deberá presentar un informe del médico tratante donde se certifique que la deficiencia está compensada y que se encuentra en condiciones de salud normal y en control periódico, lo que debe acompañar con exámenes.

En casos calificados y siempre que la deficiencia no sea grave, se podrá otorgar licencia de conductor no profesional restringida. Pero si la persona padece cáncer en etapa II o superior, o cualquier enfermedad que por su tratamiento afecte de cualquier forma la capacidad psicomotora, se denegará sin más trámite la solicitud.

Las personas mayores de 65 años deberán anexar un certificado emitido por un médico geriatra o neurólogo, que certifique que el solicitante de la licencia tiene todas su capacidades físicas y motoras aptas para conducir un vehículo motorizado, y que no padece ninguna enfermedad cuyo tratamiento afecte de cualquier forma su capacidad psicomotora.

El médico que entregue un certificado o informe falso será sancionado con una multa de 200 UTM en caso de que se produzca un accidente con resultado de lesiones graves o gravísimas y de 500 UTM si el accidente tiene resultado de muerte.

Los diputados patrocinadores son Erika Olivera (Demócratas), Ximena Ossandón (RN), Marisela Santibáñez (PC), Emilia Nuyado (PS), Jorge Saffirio, Vlado Mirosevic (PL), Mauricio Ojeda y Cosme Mellado (PR).

Para ellos, este accidente develó un vacío legal pues, con el paso de los años, los sentidos y otras capacidades motoras se van deteriorando. Además, los municipios no pueden establecer si una enfermedad grave afecta las habilidades para la conducción.

Según los parlamentarios, hay especialistas en geriatría que señalan que “desde los 65 años en adelante, el 90 % de la población sufre disminución de la agudeza visual. Mientras que a los 85 años el 40 % presenta deterioro cognitivo. El debilitamiento de tales aptitudes ocasiona lentitud y errores frecuentes al interpretar las señales de tránsito”.

Sin embargo, expertos en la materia han evaluado el fondo del proyecto y han presentado ciertos reparos a lo discriminatorio que sería limitar el acceso a las licencias debido a la edad que tenga el solicitante.

Sobre todo porque en la actual Ley de Tránsito no se establece un límite máximo para la entrega de licencias de conducir, sino que solo se establece el mínimo -18 años- con algunas excepciones que admiten su obtención antes de la mayoría de edad.

Frente a las críticas, la diputada Erika Olivera explica que el proyecto no busca discriminar sino que, al contrario de lo que se ha dicho, busca “prevenir y mejorar la seguridad vial aumentando los requisitos (…) porque actualmente si una persona toma medicamentos o tiene una grave enfermedad que disminuye sus habilidades, no tiene obligación de declararlo. Hemos hecho un llamado a los parlamentarios y parlamentarias para que tramitemos esta iniciativa, para que escuchemos a los actores y mejoremos la ley. Si hay personas que puedan aportar con ideas que mejoren el proyecto, siempre estamos disponibles a que eso ocurra”.

Las miradas contrapuestas. El Dr. Felipe Salech, geriatra y director de la Clínica de Caídas y Fracturas del Hospital Clínico Universidad de Chile, señala que las normativas que permitan o limiten ciertas capacidades basados exclusivamente en la edad cronológica “no parece ser el camino más adecuado”.

Esto, según el experto, debido a que “una característica básica de la población mayor es que es muy heterogénea. Es decir, en un mismo rango etario conviven personas mayores con muy altos niveles funcionales (tanto cognitivos como motores), con sujetos que han ido perdiendo estas capacidades por distintas razones. En este sentido un corte basado solo en edad cronológica podría ser discriminatorio para muchas personas mayores”.

Además de proponer que las personas mayores de 65 años deban anexar un certificado médico emitido por un médico geriatra o neurólogo que certifique, bajo su responsabilidad, que el solicitante o conductor se encuentra con todas sus capacidades físicas y motoras aptas, el proyecto busca una segunda modificación.

Esta es la duración de la licencia y periodo tras el cual se deben rendir los exámenes para su renovación. En el tramo de 65-69, tendría una vigencia de cuatro años. En el de 70-79 años, tres años. Por último, en el segmento que va desde los 80 años en adelante, la licencia solo duraría un año.

Max Schnitzer, abuelo de la menor Jacinta y promotor de la ley que lleva el nombre de su nieta, dice que el proyecto se hace necesario porque, actualmente, la Ley de Tránsito contempla solo 13 enfermedades que deben ser notificadas en caso de que una persona quiera sacar licencia B o C.

Mientras que si uno quiere sacar licencia A1 o A2, también debe notificar otras 10 enfermedades más.

Aun así existe un rango de enfermedades que una persona puede padecer sin tener que avisar, dice Schnitzer. Y complementa: “O el doctor o la municipalidad no se da cuenta. Por ejemplo, insuficiencia respiratoria, cardiaca, hipertensión arterial, alzhéimer, demencia, cáncer, entre otros. Por eso pedimos que a los conductores mayores de 65 años se les obligue a presentar un certificado médico. Porque el conductor que atropelló a Jacinta tenía un cáncer grado cuatro que afectó sus coordinaciones y facultad para manejar. Hay un montón de gente que está manejando y no debería hacerlo. Es una manera de controlar lo que ya está legislado”, explicó.

Pero para el Dr. Jaime Hidalgo, geriatra del Centro del Adulto Mayor de Clínica Universidad de los Andes, la respuesta para evitar este tipo de situaciones no es la limitación de las licencias de conducir. “Hay condiciones o enfermedades que, cuando aparecen, hay que hacer una evaluación completa del caso. Pero no es un contexto que solo se da en adultos mayores. Un accidente cerebrovascular le puede dar a una persona tanto a sus 50 como a sus 80 o 90 años. Ahí tenemos que mirar nuestra normativa. ¿Está nuestra reglamentación preparada para poder discernir o hacer una calificación del perfil de la persona que está postulando a sacar por primera vez su carnet de conducción?”, dice.

Es más, el especialista ahonda en cómo tales limitaciones podrían vulnerar los DD. HH. de personas mayores, que forman parte de la Convención Interamericana para la Protección de las Personas Mayores en este ámbito y a las que Chile suscribió en 2017. “Aquí resguardamos como Estado que a las personas mayores se les va a resguardar su capacidad para poder evolucionar o desenvolverse en forma adecuada dentro de una sociedad sin discriminación por edad. Tenemos que mirar esa situación”.

Expertos señalan que, para mantener una fiscalización adecuada a los conductores, la medida no debe discriminar por edad y se debe aplicar homogéneamente a todos los conductores.

Incluso, se propone mirar un estudio más acabado para certificar -desde punto de vista cognitivo y osteomuscular- la competencia de cada postulante, más que declarar incompetente a una persona solo por un factor de edad. “Los sistemas no deben evadir a quienes, pese a su edad, cuenten con las competencias para que les sigan dando el carnet de conducir”, ahonda el Dr. Juan Carlos Molina, presidente de la Fundación de Envejecimiento Activo y Saludable.

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COOPERAR CON LA JUSTICIA EN TODO CUANTO SE NOS EXIJA”: CÓMO SE GESTÓ LA FRASE DE ITURRIAGA QUE MARCÓ GESTO DEL EJÉRCITO A 50 AÑOS DEL GOLPE

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“COOPERAR CON LA JUSTICIA EN TODO CUANTO SE NOS EXIJA”: CÓMO SE GESTÓ LA FRASE DE ITURRIAGA QUE MARCÓ GESTO DEL EJÉRCITO A 50 AÑOS DEL GOLPE

Víctor Rivera

La Tercera, 20/09/2023

Antes de iniciarse la Parada Militar, el comandante en jefe de la institución castrense entregó una reflexión respecto de la fecha. Allí advirtió que si bien ya se había entregado información a los tribunales y no había nada en el tintero, se comprometió a seguir aportando, en la medida que se le requiera. En el Ejecutivo tomaron estas declaraciones como un “guiño” y en el mando buscan “sacar la política de los cuarteles”.

Era una declaración esperada, no solo en el Ejército, sino que también en el gobierno. Lo que dijera el comandante en jefe de la institución, Javier Iturriaga, era seguido atentamente desde La Moneda.

Sería su primera intervención pública, en medio de las conmemoraciones de los 50 años del golpe de Estado, algo en lo que el general Iturriaga había querido mantenerse al margen. No emitir opinión y mantener en alto su máxima: “No meter la política en los cuarteles”, ha transmitido entre los distintos eslabones del Ejército.

Por lo mismo, lo que dijera antes de la Parada Militar era clave. El espacio fue el tradicional, en medio de una entrevista pactada con TVN, antes de la ceremonia que albergó a 7 mil uniformados: “El Ejército hoy día está compuesto por una generación que no vivió el 11 de septiembre; yo, como uno de los más viejos, tenía recién siete años, por lo tanto, a nuestra generación lo que le corresponde es hacerse cargo del pasado, como lo ha hecho, y cooperar con la justicia en todo cuanto se nos exija”, dijo el jefe de la institución castrense.

Las declaraciones de Iturriaga, sin embargo, no fueron improvisadas. Hubo una preparación previa, pues se tenía agendado -hace al menos un mes- que se haría esta tradicional entrevista. En el gobierno también sabían que existiría este espacio, donde el comandante en jefe podría hacer una mención a los 50 años, por lo que la expectativa era saber en qué tenor se realizarían sus declaraciones.

Sus dichos encontraron respaldo y simpatía en La Moneda.

Es más, terminada la actividad, el Presidente Gabriel Boric agradeció sus palabras, también con la señal oficial de las transmisiones del canal estatal: “Valoro mucho las palabras del general Iturriaga. Él señaló que el Ejército actualmente está compuesto mayoritariamente por personas que no participaron en los tristes hechos que dividieron a nuestro país y que significaron las terribles violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, la disposición a la colaboración es muy valiosa”.

Cómo se alineó el discurso con Defensa. Si hubo o no un libreto previo, donde se prepararon estas palabras en coordinaciones con el gobierno y el Ejército, entre los uniformados lo descartan. Dicen que no se planificó nada, ni con Defensa, ni Presidencia.

En el Ejecutivo, sin embargo, hacen una advertencia. No admiten una “intervención” directa en sus declaraciones, pero hacen una prevención: la entrevista que el 9 de septiembre dio la ministra de Defensa, Maya Fernández, en La Tercera.

“No tengo por qué desconfiar de que las FF.AA. han entregado toda la información en casos de DD. HH.”, dijo la ministra, lo cual -advierten en el gobierno- coincide con lo expresado por Iturriaga.

Hay una segunda frase también, apuntan desde La Moneda. “Se ha producido un recambio generacional en las Fuerzas Armadas. Los hombres y mujeres que hoy en día son oficiales, suboficiales, son la generación de la vuelta de la democracia. Hoy en día no tenemos oficiales activos que tuvieron un rol para el Golpe, que eran oficiales ya para el Golpe. Entonces creo que es importante también ese punto”, dijo la ministra.

Esta frase coincide con lo expuesto más tarde por el comandante en jefe del Ejército. “El Ejército hoy día está compuesto por una generación que no vivió el 11 de septiembre; yo, como uno de los más viejos, tenía recién siete años, por lo tanto, a nuestra generación lo que le corresponde es hacerse cargo del pasado, como lo ha hecho, y cooperar a la justicia en todo cuanto se nos exija”.

Un día después de esta intervención, la ministra Fernández sostuvo a La Tercera: “Quiero valorar las declaraciones del comandante en jefe, el Ejército, como lo ha señalado el general Iturriaga, ha colaborado con la justicia y lo continuará haciendo como corresponde a una institución del Estado. Las Fuerzas Armadas están compuestas hoy por una nueva generación de hombres y mujeres, son instituciones comprometidas con la soberanía, la democracia y con el respeto a los derechos humanos”.

En las huestes uniformadas valoraron los dichos del mandamás del Ejército. Dicen que aportaron a no tensionar las relaciones y no seguir “politizando” un tema que siempre es incómodo en la institución, pero tampoco rehuyó del debate. Iturriaga sorteó el esperando gesto que buscaba La Moneda.

 

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POR FIN ES 12 DE SEPTIEMBRE ¿Y AHORA QUÉ?

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POR FIN ES 12 DE SEPTIEMBRE ¿Y AHORA QUÉ?

Humberto Julio Reyes

12/09/2023

El título elegido obedece a mi primer pensamiento de este día ya que imaginaba que agotada, al menos temporalmente, la creatividad conmemorativa, podríamos volver a una existencia menos crispada por la confrontación política.

Repito, menos crispada, ya que la pacificación de los espíritus, siendo deseable, parece hoy algo muy alejado de la realidad. Ni en la tumba se encuentra paz, como quedó en evidencia en el día de ayer donde, no bastando las profanaciones cometidas por personas que habrían estado “molestas por la represión sufrida” durante la habitual romería, escuché en la noche justificaciones para esos actos de parte de un panelista invitado al popular programa “Sin filtros”.

Por otra parte, tampoco es deseable volver a iniciar el día con el boletín delictual que nos entregan los matinales de televisión o, más tarde, el informe de los problemas que enfrenta la red de Metro por disturbios de quienes “se manifiestan” por alguna razón, pero es lo que hay.

En cuanto al subtítulo, que recuerda una hermosa canción francesa, reconozco que carece absolutamente de originalidad toda vez que esa pregunta la he visto planteada en diversas cartas y columnas, reflejando la incertidumbre de muchos respecto a la dirección que ahora adoptará el gobierno para el tiempo que le resta, tal como el cantante reflexiona: ¿qué haré durante lo que me resta de vida?

En el intertanto yo quisiera que se entendiera que vivir es recordar y que no se puede pretender que recordar lo que uno vivió, ya como adulto, es una forma de negacionismo; que no se insista en levantar un secreto que fue la condición para recoger testimonios de parte de las personas que fueron agraviadas y que son libres para querellarse toda vez que no están inhibidas de hacerlo en forma alguna; tampoco que se abuse de un supuesto negacionismo cuando se requiere de información que por elemental transparencia debe estar disponible, como lo pretende una parlamentaria irreductible en su estulticia.

Quisiera finalizar destacando la noticia de lo planteado por un grupo de oficiales que cumplen condenas por procesos de derechos humanos y que, probablemente, generará todo tipo de controversias y diversas interpretaciones.

Han solicitado conmiseración del poder político y judicial respecto a quienes no tenían capacidad alguna para negarse a cumplir una orden y pedido que se tomen medidas para que sus subalternos – suboficiales, empleados civiles, conscriptos – puedan volver junto a sus seres queridos.

Es un gesto que los honra, toda vez que nada piden para ellos mismos. Otra cosa es que, al menos, sea analizado antes que los poderes aludidos manifiesten su previsible rechazo.

Hace cerca de veinte años, en una entrevista, recuerdo haber planteado que en el Ejército donde serví, los subalternos no hacían lo que les venía en gana y, por ello mismo, no era razonable asignárseles responsabilidades propias de quienes tomaron las decisiones.

Creo haberlo resumido diciendo que era una vergüenza que hubiera suboficiales en prisión.

Naturalmente que de nada sirvió y dudo incluso que alguien la haya leído, pero ello no me impide compartir plenamente este gesto de camaradería.

Esta noticia “me hizo el día”.

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PERMÍTANME DISENTIR

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PERMÍTANME DISENTIR

GDB Humberto Julio Reyes

La reciente declaración del Senado, leída por su presidente, ha sido, en términos generales, bien acogida, por expresar un ánimo transversal de concordia que contrasta con diversas intervenciones en la Cámara de Diputados a raíz de la conmemoración de los 50 años.

La nota discordante ha provenido del partido comunista, vaya novedad, al marginarse posteriormente de ella aludiendo razones diversas y dejando en curiosa posición a sus propios senadores.

Sin embargo y aunque también dicho pronunciamiento me pareció adecuado, existen en él dos aseveraciones que no puedo compartir y, por ello, disiento.

Me explico:

Cuando se expresa que “todos” fuimos responsables del quiebre de nuestra democracia, imagino se quiso aludir a quienes, por su investidura, debieron haber superado la crisis y no a quienes, como simples ciudadanos, especialmente si no militábamos en partido alguno, nada hicimos que se nos pudiera reprochar, como no fuera soportar pacientemente esos funestos 1.000 días previos al aniversario que se ha conmemorado.

En mi caso particular y como padre de familia mi principal preocupación era asegurar la subsistencia de nuestros hijos, labor en que nos colaboraban diversos miembros de la familia comprando esos alimentos para niños tan difíciles de obtener en esos días.

En segundo lugar y quizás más importante aún, se menciona que el quiebre de la democracia se produjo el 11 de septiembre y no previamente, tal como declararon los diputados que aprobaron la histórica resolución del 22 de agosto de 1973.

Imagino que así se redactó para hacer posible el consenso de todos los senadores, incurriéndose así en esas habituales ambigüedades, imprecisiones o inexactitudes, que se encuentran en los textos consensuados, especialmente cuando se busca la convergencia de puntos de vista difíciles de conciliar.

Por lo expresado, permítaseme disentir.

También disiento de casi todas las reacciones frente a los recientes planteamientos de oficiales en retiro que, cumpliendo penas de prisión, abogan por conmiseración hacia sus subalternos que se limitaron a cumplir órdenes.

Salvo una reacción positiva, todos replican pidiendo información sobre personas desaparecidas o descartando absolutamente cualquier trato preferente, que los jueces no consideraron en su momento, respecto a personas de los grados más bajos del escalafón militar, ¡incluso conscriptos que cumplían con la ley del servicio militar obligatorio!

Tampoco se valora el gesto, por simbólico que pueda parecer, de parte de esos oficiales que también eran muy jóvenes cuando sucedieron los hechos por los cuales han sido condenados y que, en ausencia de quienes dieron las órdenes, han asumido esa responsabilidad.

Finalmente se incluye en la calidad de secuestradores “permanentes” a todos los condenados y, por ello se les pide que digan primero “dónde están”. Absurdo me parece, así no se llega a ninguna parte.

Resumo: estas negativas reacciones me han parecido mezquinas y apresuradas y confirman por qué nunca se pudo concordar en formas de colaboración eficaz que facilitaran encontrar los restos de personas desaparecidas en lugar de privilegiar una condena “por secuestro permanente” y una reparación económica.