News, Seguridad y defensa

ALTO MANDO INSTITUCIONAL AÑO 2023:

ALTO MANDO INSTITUCIONAL AÑO 2023:

1. General Director:
General Director Ricardo A. Yáñez Reveco.
2. General Subdirector:
General Inspector Marcelo L. Araya Zapata.
3. Director Nacional de Personal:
General Inspector Rodrigo H. Cerda Navarro.

4. Director Nacional de Orden y Seguridad:
General Inspector Enrique E. Monras Álvarez.
5. Director Nacional de Apoyo a las Operaciones Policiales:
General Inspector Ramón A. Alvarado Donoso.

6. Jefe Zona “Metropolitana”:
General Inspector Carlos A. González Gallegos.

7. Contralor General:
General Inspector Patricio A. Escobar Torres.
8. Director de Compras Públicas:
General Eduardo A. Quijada Acuña.
9. Director de Salud:
General Patricio Figueroa Esperguel.
10. Jefe Zona “Santiago Este”:
General Jean R. Camus Dávila.
11. Jefa VII Zona “Maule”:
General Berta E. Robles Fernández.
12. Director de Inteligencia Policial:
General Luigi E. Lopresti Isasmendi.
13. Director Control Drogas e Investigación Criminal:
General Álex M. Chaván Espinosa.
14. Secretario General de Carabineros:
General Pablo Silva Chamorro.

ALTO MANDO INSTITUCIONAL AÑO 2023:

1. General Director:
General Director Ricardo A. Yáñez Reveco.
2. General Subdirector:
General Inspector Marcelo L. Araya Zapata.
3. Director Nacional de Personal:
General Inspector Rodrigo H. Cerda Navarro.

4. Director Nacional de Orden y Seguridad:
General Inspector Enrique E. Monras Álvarez.
5. Director Nacional de Apoyo a las Operaciones Policiales:
General Inspector Ramón A. Alvarado Donoso.

6. Jefe Zona “Metropolitana”:
General Inspector Carlos A. González Gallegos.

7. Contralor General:
General Inspector Patricio A. Escobar Torres.
8. Director de Compras Públicas:
General Eduardo A. Quijada Acuña.
9. Director de Salud:
General Patricio Figueroa Esperguel.
10. Jefe Zona “Santiago Este”:
General Jean R. Camus Dávila.
11. Jefa VII Zona “Maule”:
General Berta E. Robles Fernández.
12. Director de Inteligencia Policial:
General Luigi E. Lopresti Isasmendi.
13. Director Control Drogas e Investigación Criminal:
General Álex M. Chaván Espinosa.
14. Secretario General de Carabineros:
General Pablo Silva Chamorro.

Columna de Opinión

CONVIVENCIA DETERIORADA

CONVIVENCIA DETERIORADA

El Mercurio, Editorial, 27/10/2022

Fuertes reacciones han suscitado los dichos del senador y presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, en reciente entrevista con “El Mercurio”.

El tono pero sobre todo el fondo de sus palabras generó molestia entre aquellos miembros de la antigua Concertación que hoy se agrupan en el llamado Socialismo Democrático (SD) y que, junto a Apruebo Dignidad (AD), conforman la plataforma política del Gobierno.

“Tal vez ellos —dijo Latorre, en referencia a SD— tienen una historia de falta de lealtad política con sus liderazgos, pues ni a Bachelet ni a Lagos los trataron muy bien. Entonces, que no vengan a decirnos cómo gestionar una coalición, porque en su momento también tuvieron crisis”, señaló, en uno de los muchos pasajes controversiales de la entrevista.

El rechazo a los dichos de Latorre fue extendido en el Socialismo Democrático, pero la molestia alcanzó incluso a sectores de Apruebo Dignidad.

La idea de las “dos almas” parece quedarse corta para describir el paisaje oficialista.

Las razones son varias, partiendo por la oportunidad: las palabras del senador desataron una odiosa controversia justo cuando el Gobierno prepara un cónclave del oficialismo, convocado para la próxima semana, en la idea de lograr un rearme de sus filas, fuertemente golpeadas tras la derrota plebiscitaria.

En ese contexto, Latorre ha reavivado aquella controversia que abriera el ministro Giorgio Jackson antes del plebiscito, cuando afirmó que “nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió”, en lo que se entendió como una grave descalificación moral hacia quienes participaron en las administraciones concertacionistas.

De lo que en definitiva da cuenta este episodio es de la cada vez más difícil convivencia al interior del oficialismo. Si bien este deterioro es un proceso más o menos inevitable en los gobiernos, la novedad es que ocurra cuando la gestión de esta administración apenas se ha iniciado.

En ello, evidentemente, han sido factores decisivos el resultado del plebiscito y la aguda caída de la popularidad presidencial, que debilita la capacidad ordenadora del Ejecutivo. Más aún, tras la derrota, La Moneda permanece sin encontrar un rumbo claro y con dificultad —cuando no reticencia— para zanjar las diferencias entre sus partidarios.

De hecho, la idea de las dos almas parece quedarse corta si se consideran las distintas posiciones que se expresan en el Socialismo Democrático, un sector del Frente Amplio (donde Revolución Democrática parece endurecerse) y el Partido Comunista.
La paradoja es que mientras una parte del oficialismo denuesta a la ex-Concertación, las encuestas muestran una buena evaluación ciudadana hacia los miembros del gabinete que fueron parte de ella, como Mario Marcel, Carolina Tohá y el subsecretario Monsalve.

El protagonismo que estos han alcanzado y sus esfuerzos por establecer una agenda de mayor realismo, lejos de ser objeto de reproche, debiera ser valorado por el oficialismo, pues aparece hoy como la única alternativa de conducción y gobernabilidad para la administración Boric.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

RÍOS SÍ, URREJOLA NO: EL PLAN DE ACUSACIONES CONSTITUCIONALES DE CHILE VAMOS QUE TIENE EN ALERTA A LA MONEDA

RÍOS SÍ, URREJOLA NO: EL PLAN DE ACUSACIONES CONSTITUCIONALES DE CHILE VAMOS QUE TIENE EN ALERTA A LA MONEDA

Luciano Jiménez y Isabel Caro

La Tercera PM, 27/10/2022

Durante los últimos días, en Chile Vamos han continuado analizando lo que será la arremetida de acusaciones constitucionales en contra de los ministros del gobierno de Gabriel Boric. En esas conversaciones han estado involucrados los jefes de bancada Andrés Longton (RN), Jorge Alessandri (UDI) y Francisco Undurraga (Evópoli) y, hasta ahora, han adoptado dos lineamientos de cómo serían los libelos en contra de secretarios de Estado.

La idea es acusar a la ministra de Justicia, Marcela Ríos, algo que todavía no se oficializa pero que hay ánimo de hacerlo, y también se bajó la acción acusatoria que se había evaluado en contra de la canciller Antonia Urrejola.

En el caso de la titular de Justicia, ella es cuestionada en la derecha por el manejo que ha tenido en la crisis que se desató en Gendarmería en Angol, entidad dependiente del ministerio que dirige. Esto último debido a que esa institución autorizó el traslado de unos reos mapuches hacia otro penal, lo que se produjo después de que el alcaide del recinto fuera amenazado de muerte por grupos radicales mapuches.

La situación provocó protestas internas de los mismos gendarmes, y acusaciones de que Ríos no hizo gestiones para revertir al tema.

“En virtud de los nuevos antecedentes, donde el exdirector regional de Gendarmería en La Araucanía, y ahora de Ñuble, quien suscribió este acuerdo ilegal y fuera de sus atribuciones, no ha concurrido a la comisión investigadora en dos oportunidades, teniendo la obligación de hacerlo. Por ello vamos a enviar los antecedentes a Contraloría para que sea sancionado como corresponde y tener mayores antecedentes de que acá hubo una confabulación y se utilizó a este director para poder negociar con presos condenados”, dijo Longton.

Y agregó: “En virtud de esto, y de lo que esperamos de la respuesta a los antecedentes que enviamos a Contraloría, será información muy relevante para poder reactivar una posible acusación constitucional”.

Bajan arremetida por TPP. Otra de las materias que resolvieron en la coalición es bajar la acusación constitucional que se estaba evaluando en contra de la Canciller Antonia Urrejola. La acción nació el pasado 14 de octubre principalmente de parte de RN -específicamente del secretario general, el diputado Diego Schalper-, y contó con el apoyo de Evópoli, mientras que la UDI se abrió analizarla.

En esa oportunidad, se planteó que se cumplía lo dispuesto en el artículo 52 de la Constitución que establece que los ministros son acusables “por infringir la Constitución o las leyes o haber dejado éstas sin ejecución”, y se interpretaba que Urrejola dejaba sin ejecución la legislación, dado que el gobierno no promulgaba el TPP11 a la espera de las side letters.

La idea de La Moneda es esperar las cartas laterales o acuerdos paralelos con los que quieren despejar algunos puntos del tratado, como el mecanismo de solución de controversias entre los inversionistas y el Estado. En esa oportunidad, se cuestionó que no se promulgara el tratado -pese a haber sido despachado desde el Congreso Nacional- y que la espera de las side letters podría demorarse años.

En la derecha tienen contemplado impulsar un libelo en contra de la ministra de Justicia, mientras que ya descartaron hacer lo mismo con la canciller, ofensiva que se evaluó a raíz de la postergación en la ratificación del TPP11. Las declaraciones de la semana pasada de la titular de Relaciones Exteriores, Antonia Urrrejola, quien aseguró que a más tardar este año adherirán al acuerdo económico, calmó las aguas en la oposición. Eso sí, la secretaria de Estado para lograr el cambio de discurso tuvo que primero convencer al Presidente Boric.

Sin embargo, la semana pasada Urrejola entregó como plazo a finales de este 2022 para la promulgación del tratado, lo que calmó las aguas en la derecha. “Estamos haciendo toda la urgencia para conseguir los side letters con los países signatarios del TPP, pero nos hemos puesto un plazo para aquello que es fin de año”, dijo.

“No me cabe ninguna duda que la ministra jugó un rol clave para hacerle entender a los sectores más extremos del gobierno de los beneficios y las ventajas de adherirnos lo antes posible a este tratado internacional. Además, para que este sector abandonara de una vez los complejos y las posturas que terminan por desincentivar la inversión e instalan fake news acerca de un tratado ya suscrito por tantos países, y una apertura comercial muy importante para no abandonar una senda de crecimiento que nos ha acompañado durante tantas décadas”, añadió Longton.

Mientras que Alessandri agregó: “Agradecemos al gobierno que haya tomado nuestro comentario sobre la importancia del TPP11 y que no se haya girado el Presidente en sus opiniones anteriores y que hoy día agricultores que dependen de este tipo de tratados para aumentar sus ventas, tengan antes del 31 de diciembre una buena noticia. Por supuesto que la posibilidad de acusar constitucionalmente que habíamos planteado si no mantenían el TPP queda descartada y vamos a seguir vigilantes, especialmente al señor Ahumada”.

Por su parte, Schalper sostuvo que “nos alegramos de que el gobierno haya entendido que la necesidad de construir un tratado de los países que tienen salida al pacífico tenía que ver no con un clamor de Chile Vamos, sino que con un clamor de la economía, de la inserción en el mundo. En vista de que la canciller ha aclarado que eso va a quedar resuelto a la brevedad nos parece que se da cumplimiento a la ley y, por lo tanto, no habría causal para insistir en acusar constitucionalmente a la ministra. El gobierno da un giro razonable”.

El tenso intercambio Boric-Urrejola y el tironeo en el comité político. Las ofensivas que planea la derecha, en todo caso, no son indiferentes para el gobierno.

De hecho, para Urrejola la posibilidad de una acusación constitucional en su contra era un escenario más que complejo. Su gestión ha estado marcada por varias polémicas y, por lo mismo, se especuló desde distintos sectores que podría dejar el cargo en el último cambio de gabinete que realizó el Mandatario.

Su complicado aterrizaje, han dicho en la Cancillería, ha respondido muchas veces a que ha tenido que ser ella quien da las explicaciones por decisiones presidenciales que salen de los protocolos de la política exterior o que van en contra de lo que profesó el Frente Amplio antes de llegar al poder: por ejemplo, terminar con los premios de consuelo y “pitutos” en las embajadas.

Y lo cierto es que el TPP11 y las señales que había dado tras su aprobación en el Congreso el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, se volvió un nuevo dolor de cabeza para la ministra cercana al Partido Socialista.

Era ella, quien tendría que poner la cara ante el Congreso frente a una eventual acusación constitucional y, según explican en el gobierno, eso era algo a lo que no estaba dispuesta.

Por eso, la semana pasada, sostuvo una conversación con el Presidente que, según quienes conocieron de su tenor, fue “franca” y “severa”.

En esa cita, la canciller le pidió al Jefe de Estado dar una señal concreta en términos de los plazos para el depósito del tratado, cambiando la estrategia inicial que defendía La Moneda por esos días y que implicaba no hacer ese trámite hasta que no se firmaran acuerdos laterales para dejar sin efecto los mecanismos de solución de controversias entre inversionistas y Estados miembros.

Después de esa conversación, fue la misma Urrejola quien comunicó a través de los medios que el gobierno se daría hasta fin de año, dando una señal de “certeza” y despejando la idea de que con las denominadas side letters el Ejecutivo solo estaba buscando dilatar la suscripción del tratado como una señal política a Apruebo Dignidad, quienes están en contra de su ratificación.

Según quienes conocieron del debate al interior del comité político, además, aseguran que mientras Urrejola, el ministro Mario Marcel (Hacienda), Carolina Tohá (Interior) y Ana Lya Uriarte (Segpres) estaban por dar señales para sacar el tema de la agenda, las ministras de Apruebo Dignidad, Camila Vallejo (Segegob) y Antonia Orellana (Mujer), buscaban mantener la estrategia original.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Seguridad y defensa

¡QUE 30 AÑOS NO ES NADA! Richard Kouyoumdjian Inglis —-LA EDUCACIÓN MILITAR EN CHILE Eduardo Santos Muñoz

¡QUE 30 AÑOS NO ES NADA! Richard Kouyoumdjian Inglis —-LA EDUCACIÓN MILITAR EN CHILE Eduardo Santos Muñoz

Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

Lo que sería propio de un análisis lógico, va en línea con tomar el texto en comento a la luz de las condiciones del entorno: la Constitución Política de la República de 1980, la Ordenanza de la Armada vigente en 1992, y las leyes y reglamentos que regían el quehacer de la República y de las FF. AA. como instituciones permanentes de ella. Eso permitiría analizar el texto del artículo en el contexto del proceso político vigente el año 1992, con todas sus luces y sombras. Han transcurrido 8 períodos presidenciales desde dicho texto. La Armada de Chile ha tenido 8 distintos comandantes en Jefe. La Constitución de 1980 fue reemplazada por la de 2005; la ordenanza de la Armada que rige hoy es bastante distinta de aquella vigente en 1992 y nuestra sociedad ha cambiado tanto, que el actual Presidente de la República tenía 6 años al momento de la publicación del artículo que el ingeniero Santos utiliza como referencia para su comentario.

¡QUE 30 AÑOS NO ES NADA!

Richard Kouyoumdjian Inglis

El Mostrador, Opinión, 27/10/2022

A raíz de la discusión pública y notoria que generó el Partido Comunista, al emitir uno de sus militantes, ejerciendo un puesto de poder como subsecretario de las Fuerzas Armadas, un decreto que podríamos llamar “inquisitorio” respecto de los planes, programas, currículos y profesores que llevan adelante los procesos de formación profesional de las FF. AA., resulta interesante la columna recientemente publicada en este medio por el ingeniero Eduardo Santos, apoyando la gestión del subsecretario comunista.

El Sr. Santos lo hace en una forma muy especial. Argumenta sobre la base de un artículo publicado en la Revista de Marina N°. 06 del año 1992, es decir, hace 30 años.

Este artículo es propio de su tiempo. Fue escrito por el vicealmirante don Germán Goddard Dufeu, por entonces contraalmirante, y dado que el Sr. Santos lo utiliza como base de su argumentación, es altamente recomendable su lectura.

El artículo comienza con un fragmento del poema épico “La Araucana”, que destaca la formación que recibían los guerreros mapuches que se entrenaban para defender a su sociedad con las armas.

Lo que sería propio de un análisis lógico, va en línea con tomar el texto en comento a la luz de las condiciones del entorno: la Constitución Política de la República de 1980, la Ordenanza de la Armada vigente en 1992, y las leyes y reglamentos que regían el quehacer de la República y de las FF. AA. como instituciones permanentes de ella.

Eso permitiría analizar el texto del artículo en el contexto del proceso político vigente el año 1992, con todas sus luces y sombras.

Han transcurrido 8 períodos presidenciales desde dicho texto. La Armada de Chile ha tenido 8 distintos comandantes en Jefe. La Constitución de 1980 fue reemplazada por la de 2005; la ordenanza de la Armada que rige hoy es bastante distinta de aquella vigente en 1992 y nuestra sociedad ha cambiado tanto, que el actual Presidente de la República tenía 6 años al momento de la publicación del artículo que el ingeniero Santos utiliza como referencia para su comentario.

Lo que sería propio de un análisis lógico, va en línea con tomar el texto en comento a la luz de las condiciones del entorno: la Constitución Política de la República de 1980, la Ordenanza de la Armada vigente en 1992, y las leyes y reglamentos que regían el quehacer de la República y de las FF. AA. como instituciones permanentes de ella. Eso permitiría analizar el texto del artículo en el contexto del proceso político vigente el año 1992, con todas sus luces y sombras. Han transcurrido 8 períodos presidenciales desde dicho texto. La Armada de Chile ha tenido 8 distintos comandantes en Jefe. La Constitución de 1980 fue reemplazada por la de 2005; la ordenanza de la Armada que rige hoy es bastante distinta de aquella vigente en 1992 y nuestra sociedad ha cambiado tanto, que el actual Presidente de la República tenía 6 años al momento de la publicación del artículo que el ingeniero Santos utiliza como referencia para su comentario.

Pareciera que lo lógico es centrarnos en una línea de tiempo coherente y hacernos las preguntas correctas. Situémonos en octubre del año 2022, después del 4 de septiembre, con la Constitución, las leyes y reglamentos y la sociedad que tenemos.

¿Por qué en la negociación de balance de poder dentro de la coalición de gobierno se le entregó la Subsecretaría de las Fuerzas Armadas al Partido Comunista? ¿Por qué, a poco de recibido del cargo, se despidió a funcionarios de carrera de la subsecretaría para llenarlos con cupos de militantes comunistas? ¿Por qué este subsecretario de las FF. AA., a mediados de 2022, saca un decreto con las características del que envió a las instituciones de la Defensa Nacional? ¿Cómo conversa este accionar y cómo se alinea con el documento del pleno del Partido Comunista realizado a mediados de octubre de este año, especialmente sus menciones a Unasur y a los 50 años del 11 de septiembre de 1973? ¿Es demasiado descabellado pensar que el Partido Comunista está desarrollando una estrategia de “democratización” que no es otra cosa que una politización encubierta de las Fuerzas Armadas?

Finalmente, es bueno que nos preguntemos: ¿por qué los partidos políticos que avalan, o no rechazan en forma decidida, la violencia revolucionaria como legítima para el logro de sus objetivos políticos, son los que lideran las “refundaciones”, “democratizaciones”, “reeducaciones”, “adoctrinamiento” e injerencia directa en las instituciones que detentan el monopolio del uso legítimo de la fuerza por parte del Estado? La respuesta aflora con fuerza como obvia y evidente.

La Revista de Marina es una publicación más que centenaria, fundada el 1 de julio de 1885. En ella, el lector podrá encontrar artículos interesantísimos que reflejan las preocupaciones profesionales y el quehacer de su tiempo, de muchas generaciones de marinos, servidores y funcionarios civiles de la Marina.

Esos artículos dan cuenta de los más de 200 años de servicio a la Patria de una institución que nació con la República y la acompaña hasta el día de hoy.

Existen múltiples artículos sobre la educación en la Marina y en las FF. AA., mucho anteriores y otros tantos posteriores al artículo citado por el ingeniero Santos. Todos ellos pueden dar cuenta, tanto de aquellos valores y ejes que son de carácter permanente, como es el ejemplo de Arturo Prat, como de aquellos elementos que van cambiando en el tiempo, producto de la evolución tecnológica y los cambios que ha sufrido nuestra sociedad.

Puede que 30 años se hagan nada, parafraseando el famoso tango; sin embargo, para las actuales autoridades que detentan el Poder Ejecutivo de la República, 30 años son toda una vida.

LA EDUCACIÓN MILITAR EN CHILE

Eduardo Santos Muñoz

El Mostrador, Opinión, 25/10/2022

Tratando de entender las razones del oscurantismo sobre la educación militar, encontré un artículo de la Revista de Marina sobre “La Educación Militar en Chile” (Revista de Marina), elaborado nada menos que por un director de Educación de la Armada, que fue escrito treinta años atrás y aclara conceptos que permiten identificar algunas razones de su vehemente defensa por parte de escuderos civiles que, defendiendo sus intereses, no les conviene su cambio.

Particularmente resultan muy relevantes las siguientes citas:

“La Actual Constitución Política de la República de Chile reconoce en el hombre, en tanto creatura de Dios, el fundamento del orden social, según la visión de la cultura cristiana-occidental…”.

“La educación militar chilena está orientada por los valores permanentes de la cultura cristiana-occidental…”.

Para justificar esta autoimpuesta cruzada valórica, se continúa validando oscuras amenazas ideológicas de la Guerra Fría y supuestas confrontaciones vecinales que afectarían a la forma de vida en Sudamérica y que no se resolverían en la zona de paz, que ha caracterizado a nuestro continente desde el siglo XX y es crecientemente fortalecida por las democracias del siglo XXI.

Las duras reacciones públicas en contra del pedido del Ministerio de Defensa –dentro de sus atribuciones de conducción de la Defensa Nacional– para conocer algo más de nuestra educación militar, me reafirma que para algunos este diseño es consistente con sus objetivos políticos y que será un largo trabajo lograr una educación militar realmente sintonizada con el país justo, humano y fraterno que queremos construir.

De esta forma, parece que han ideado una misión superior, que me recuerda a los Caballeros Templarios, que asimila esta “cultura cristiana-occidental” con un modelo económico del abuso, al cual resultan protegiendo, aun cuando la Constitución de 1925 haya separado al Estado de Chile de la Iglesia católica.

En mi opinión, a nuestras Fuerzas Armadas no les corresponde intervenir, directa o indirectamente, en esta segmentación ideológica y cultural, pues ella es una decisión democrática, política y soberana de los chilenos.

Las duras reacciones públicas en contra del pedido del Ministerio de Defensa –dentro de sus atribuciones de conducción de la Defensa Nacional– para conocer algo más de nuestra educación militar, me reafirma que para algunos este diseño es consistente con sus objetivos políticos y que será un largo trabajo lograr una educación militar realmente sintonizada con el país justo, humano y fraterno que queremos construir.

Espero que más temprano que tarde podamos terminar con estos enclaves autoritarios de la dictadura.

La democracia es más fuerte.

Un aporte del Director de la Revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

Columna de Opinión

PREGUNTAS FUERTES Y VALIENTES por Max Silva Abbott

PREGUNTAS FUERTES Y VALIENTES por Max Silva Abbott Doctor en Derecho Profesor de Filosofía del Derecho Universidad San Sebastián

Las opiniones en esta columna son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión

¿Están sirviendo nuestros sistemas democráticos para limitar al poder? ¿Son los gobernantes de verdad servidores de los gobernados? Tómese en cuenta, como también hemos advertido, de la creciente influencia que sobre la actividad de estos últimos están teniendo una serie de organismos internacionales sobre los cuales no existe ningún tipo de control.

PREGUNTAS FUERTES Y VALIENTES

La porfiada insistencia de la gran mayoría de nuestra clase política en continuar con el proceso constituyente pese a la abrumadora derrota sufrida en el último plebiscito, no puede menos que obligar a reflexionar profundamente sobre nuestro actual sistema político.

            En efecto, resulta desconcertante la falta de conexión de esta clase política con la realidad y las verdaderas necesidades de la gente, pese a las cada vez más fuertes peticiones de buena parte de la ciudadanía en este sentido, al haber problemas mucho más urgentes que solucionar que tener un nuevo texto constitucional. De hecho, a momentos da la impresión que para ella, el resultado del plebiscito hubiera sido exactamente el contrario al real.

            Así las cosas, ¿tiene sentido nuestra democracia? Si ante un veredicto tan claro y contundente como este, muy superior al del plebiscito de entrada, se hacen oídos sordos, fundamentando su actuación en autorizaciones “supuestas” o “evidentes” para seguir con este proceso constituyente, ¿para qué se solicita entonces el voto popular? Si éste sólo va a ser respetado y alabado cuando coincide con las pretensiones de esa clase política (y viceversa), sería mejor instaurar un régimen oligárquico (algo así como “el grupo de los 200”) y no hacer perder el tiempo y recursos a la ciudadanía para ir a las urnas.

            Pero el asunto da aún para más: ¿cuál es la razón de este persistente empeño por crear una nueva Carta Fundamental? En una columna pasada señalábamos que como esto muestra de forma evidente y palmaria que la clase política no está escuchando el clamor popular (y que sólo lo hace cuando le conviene), lo anterior significa que se encontrarían sirviendo a otros intereses: a los suyos propios o a los de alguien superior a ellos.

            Con todo, siendo esto último lamentable en extremo, un poco de realismo político debe hacernos caer en la cuenta de que lo anterior resulta perfectamente posible. Mal que mal, la historia humana ha mostrado que durante casi todo el tiempo, los gobernantes han abusado del poder que detentan. Sólo en épocas muy recientes y luego de mucha reflexión y sacrificio, se ha intentado cambiar esta lamentable situación. Y pese a los avances que supuso el constitucionalismo moderno, al regular y dividir al poder a fin de limitarlo y hacerlo menos arbitrario, ha prometido bastante más de lo que en los hechos ha podido dar.

            Lo anterior significa que por su propia naturaleza, el poder siempre buscará sacudirse de sus hombros cualquier limitación que pretenda apresarlo o quitarle fuerza. Sería completamente contradictorio con su esencia que aceptara de buen grado este sometimiento. Así, metafóricamente podría comparárselo con un animal salvaje imposible de domesticar, y al cual únicamente cabe mantener a raya con mucho esfuerzo.

            Por tanto, más allá de dogmas, ideales o tabúes: ¿están sirviendo nuestros sistemas democráticos para limitar al poder? ¿Son los gobernantes de verdad servidores de los gobernados? Tómese en cuenta, como también hemos advertido, de la creciente influencia que sobre la actividad de estos últimos están teniendo una serie de organismos internacionales sobre los cuales no existe ningún tipo de control.

            En el fondo, debemos hacernos esta pregunta de manera directa, fuerte y valiente: ¿Está cumpliendo hoy la democracia el papel para el que idealmente debiera existir?

Max Silva Abbott

Doctor en Derecho

Profesor de Filosofía del Derecho

Universidad San Sebastián

Estimado Max:

Comparto lo que dices en tu lúcida columna.

En cuanto a tu pregunta: ¿está cumpliendo hoy la democracia el papel para el que idealmente debiera existir? te recuerdo que la democracia es solo una forma de gobierno, un sistema de designación de gobernantes, el “arte de acarrear analfabetos a las urnas”, y a la que no podemos exigirle algo que ella no puede dar.

En mi libro Política y Fuerzas Armadas —que deberías tener en tus archivos, si no lo tienes en papel— le dediqué algunas páginas al tema (46-52 de la segunda edición) en las que me refiero a las consecuencias devastadoras del sistema de representación proporcional (hay una carta sobre el tema en pp. 514-515 de mi último libro Sapiens et fidele consilium), a la ideología de la democracia liberal y a otros asuntos de interés.

Complemento lo anterior en el apartado 1.1.6. Formas de gobierno (pp. 43-46) en la que cito a Santo Tomás de Aquino y cual es, según él, la mejor forma de gobierno y más concorde con la esencia humana.

Por lo antedicho, como el padre Osvaldo Lira, “soy un furibundo antidemócrata”.

Al final copio una página de la entrevista que Rosario Guzmán le hizo al padre Lira, publicada en la revista Ercilla 2247, 23 de agosto de 1978.

Te enviaré mis últimas cartas.

Un abrazo.

Adolfo

Un aporte de nuestro Director Adolfo Paúl Latorre

Columna de Opinión

AGONÍA DEL OCTUBRISMO por Alejandro San Francisco

AGONÍA DEL OCTUBRISMO

Alejandro San Franciscoacadémico de la Universidad San Sebastián y de la Universidad Católica de Chile. Director de Formación Instituto Res Pública.

El Líbero, 23/10/2022

Uno de los grandes derrotados en el plebiscito del 4 de septiembre fue el llamado octubrismo, debido al aplastante triunfo del Rechazo contra la propuesta de constitución hecha por la Convención, con un gobierno desplegado por el Apruebo y bajo el espíritu revolucionario y refundacional que animó los últimos tres años de vida del país. Por lo mismo, se podría pensar que el octubrismo está viviendo su momento de agonía, la etapa que precede a la su muerte.

Aunque se trata de un concepto que todavía está en etapa de definición y disputa, su esencia incluye una crítica radical al orden establecido en Chile, tanto en lo político como en lo económico social, y los medios utilizados para ello incluyen la violencia y la destrucción, a lo que se suma la justificación de sus acciones debido a la imposibilidad de generar cambios al interior del sistema vigente.

La dinámica incluía terminar con la Constitución de 1980 (o 2005) y contra el sistema económico (capitalista, neoliberal, de libre mercado o como se le denomine); no solo contra el legado de Pinochet, sino también contra los “30 años”.

De esta manera, el octubrismo estaría marcado por la primacía de la calle sobre las instituciones, una valoración positiva de la “primera línea” y la comprensión o apoyo a la destrucción de negocios, bienes públicos y privados, el incendio de iglesias y otras formas de furia revolucionaria.

La violencia y la vía de los hechos había permitido correr el cerco de lo posible, cuestión que debía admitir y apreciar la clase política, como apareció claramente en el manifiesto de los partidos opositores del 12 de noviembre de 2019.

Es interesante constatar que estos sentimientos y convicciones –y su expresión como acción política– no se restringieron a un grupo de jóvenes radicalizados, sino que tuvo una expresión más amplia en los medios de comunicación, el mundo político y la sociedad en su conjunto, según mostraron diversas encuestas.

En materia política, la izquierda frenteamplista y comunista basculó entre el octubrismo y el novembrismo. Este último ilustraría una actitud abierta a los acuerdos políticos, como el que adoptaron los partidos el 15 de noviembre, sobre La Paz y la Nueva Constitución, que a su vez pretendía una solución institucional y no fáctica al difícil momento que enfrentaba la sociedad, si bien presionado por la violencia octubrista y la vía fáctica impuesta por la calle.

En 2019 la izquierda, y ciertamente el propio diputado Boric, estaban en la calle alentando las protestas, en el Congreso acusando constitucionalmente al Presidente de la República y en los medios de comunicación en una línea diferente a la que hoy explica el gobernante.

A dicho acuerdo se sumó Boric, pero no el PC ni algunos grupos de izquierda. De ahí en adelante las actitudes fueron mixtas, algunas en el límite (buscar la salida del presidente Piñera) y otras en la línea de conducir el proceso de manera legal, ciertamente orientada a grandes transformaciones.

En el orden discursivo había momentos más radicales, como aquel del candidato Gabriel Boric anunciando que Chile, que fue la cuna del neoliberalismo, “será también su tumba”, en tanto el líder de la segunda vuelta apareció como una figura más abierta a levantarse sobre los hombros de la historia reciente, incluyendo los éxitos de la Concertación.

Me parece que la esencia del octubrismo estuvo muy bien representada por la Convención constituyente, cuyos grupos mayoritarios desde un comienzo mostraron una voluntad de avanzar hacia un cambio radical, sin acuerdos con la centroderecha, en claro quiebre con el constitucionalismo chileno de dos siglos y en un ambiente que hacía ver un microclima refundacional, con escasas capacidades para comprender la evolución y los anhelos de la sociedad.

De alguna manera, la Convención instaló un modelo de entrada, que fueron las demandas del octubrismo, con sus aspectos indigenistas, su ruptura con el pasado reciente e incluso con la validación de los métodos violentos de lucha política. En ese plano se inscribe el llamado a indultar a los presos de la revuelta –sin los cuales no habría existido proceso constituyente, como argumentaron algunos convencionales en su momento-. Por cierto, lo mismo ocurre con la autoproclamación de ser un poder constituyente originario, como aseguraron algunos de los elegidos para la Convención, sosteniendo que su labor no tenía límites en el poder constituido.

Finalmente, en esa misma línea se inscribe el resultado de su trabajo: una constitución con un marcado sello indigenista, de carácter plurinacional, que representaba un profundo cambio en el sistema político del país también en las bases de su desarrollo económico social. Eso, a juicio de la mayoría de los convencionales y del gobierno, era lo que Chile necesitaba para un futuro mejor, por lo cual era necesario votar Apruebo el 4 de septiembre: los ciudadanos dijeron exactamente lo contrario.

Precisamente tras haberse cumplido tres años del 18 de octubre de 2019, las cosas han cambiado bastante y el estado de la opinión pública es muy diferente al de entonces, en los más diversos aspectos. Las encuestas muestran una desilusión de la población sobre lo que se generó en el país después del estallido social; los números advierten un deterioro económico y social en los más diversos aspectos; los resultados electorales de septiembre fueron tan nítidos como contundentes contra la refundación de Chile. A ello se suman algunas señales recientes, como la reorganización del gabinete, con un comité político con mayor presencia del socialismo democrático.

La vorágine revolucionaria y la ilusión que una nueva constitución podría solucionar los males del país ha chocado con la dura realidad de la inflación y la delincuencia, temas que aparecen de mayor urgencia para la población.

Finalmente, debemos mencionar un importante cambio en el mundo político, presente en el reciente discurso del presidente Gabriel Boric, con ocasión de cumplirse los tres años del estallido, que el gobernante caracterizó de la siguiente manera: “Hace tres años miles de personas se manifestaron expresando un malestar acumulado por largo tiempo, que clamaba por mayor justicia, igualdad y el fin de los abusos. Se manifestaron para que ni el tamaño de la billetera, ni el lugar de nacimiento fueran condición para acceder a una vida segura, salud digna, educación de calidad, y pensiones que garanticen jubilaciones dignas tras una vida de esfuerzos”.

Es decir, una interpretación muy lejana a lo que se percibió entonces y con una serie de esperanzas que la gran mayoría de los chilenos puede compartir, asegurando que “no fue una revolución anticapitalista” ni tampoco “una pura ola de delincuencia”“fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad que la política, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuestas”.

Con todo, el Presidente reconoció ciertos elementos propios del octubrismo, sin llamarlo así: “En esos días del estallido se dijeron y se hicieron cosas excesivas. Nos agredimos unos a otros, y creo que somos muchos los que sentimos que en ese periodo las cosas llegaron a un extremo que no debieran haber llegado”. Por cierto, toda esta interpretación está marcada por un presentismo que debemos mirar con reservas.

Una de las conclusiones del Presidente Boric es ilustrativa de la agonía del octubrismo: “Hoy vemos que las personas que tienen exigencias materiales, del día a día, están, muchas veces, alejadas de las recetas políticas de unos y de otros. Quieren derechos sociales garantizados, pero también quieren defender su autonomía y su posibilidad de elección. Quieren un Estado que proteja, pero no que ahogue. Quieren igualdad y reivindican, a su vez, su libertad. El desafío, entonces, es político y nos plantea un desafío tremendo. Yo creo que esto es el mandato más elocuente del Estallido Social, salir, justamente, de estas trincheras”. Es decir, una fórmula opuesta a lo que demandaban las trincheras de octubre.

Lo que ocurre es que Chile ha cambiado en tres años y, efectivamente, la sociedad no está dispuesta a perder lo ganado, la demanda constitucional que se impuso en noviembre de 2019 no tiene el mismo respaldo en la actualidad, en la cual la ciudadanía exige mejorar la situación económica y las condiciones de seguridad, gravemente afectadas en la vida cotidiana. Así lo empiezan a reconocer algunas autoridades de gobierno.

La fuerte autocrítica gubernativa, si bien tardía, es indicativa de la apreciación que hoy existe sobre el octubrismo y la dinámica revolucionaria de fines de 2019: “El Estallido Social fue un campo fértil para la expansión de conductas violentas destructivas, que también han dejado víctimas y secuelas, y desde todas las posiciones políticas tenemos que decirlo con claridad. Esa violencia se volvió contra las propias causas del Estallido al producir una creciente ola de rechazo en la sociedad, cansada de ver cómo el vandalismo destruye los barrios, el comercio y el patrimonio, abriéndole paso a acciones que son delictuales. Este tipo de violencia no es inocente. Causa daño. Alienta el odio, genera inseguridad y termina fomentando regresiones políticas antidemocráticas que no queremos para Chile”. La izquierda, asegura el Presidente, debe poner un dique a esas conductas, “enfrentarlas sin complejos, denunciarlas y castigarlas”.

Es verdad que –en el caso de Gabriel Boric– no solo hay una diferencia de perspectiva, sino también de ubicación en el mapa políticoEn 2019 esa izquierda, y ciertamente el propio diputado Boric, estaban en la calle alentando las protestas, en el Congreso acusando constitucionalmente al Presidente de la República y en los medios de comunicación en una línea diferente a la que hoy explica el gobernante.

Hoy habla el Presidente Gabriel Boric, desde La Moneda, con toda su carga simbólica y sus consecuencias, con sus responsabilidades de Estado y una perspectiva diferente de las dificultades de gobernar, que a él mismo le significan acusaciones de traidor y amarillo. ¿Cuál es el verdadero Boric?, se preguntan muchos: ¿El de la primera o el de la segunda vuelta? ¿El de octubre o el de noviembre de 2019? ¿El de las acusaciones constitucionales o el de la visión de Estado? ¿El del ascenso del octubrismo o el de su agonía?

Con todo, es preciso considerar que agonía tiene otra definición importante, que nunca debe dejarse de lado. Significa “ansia, deseo vehemente” o “lucha, contienda”.

Por lo mismo, mientras algunos advierten que el octubrismo se acerca a la muerte, sus defensores y partidarios saben que viven un momento de decadencia que puede llevarlos al ostracismo político por largas décadas o, peor aún, los conduciría a desaprovechar el momento más épico de la historia, el que los tuvo más cerca de la victoria, a un paso del poder, con esperanza revolucionaria y respaldo popular.

Por ello, es necesario recuperar “la iniciativa política”, como enuncian con claridad las “Resoluciones del X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Chile”, del 16 de octubre pasado. Por cierto, el documento plantea una visión muy distinta a la del Presidente Boric sobre el significado del “estallido”.

Por lo mismo, seguramente mantendrán la lucha, ciertamente desde más abajo y con menos respaldo, pero sin abandonar su deseo de cambiar radicalmente el orden existente, desde el poder político y desde la calle.

Es preciso observar con atención si el septembrismo, la multitudinaria manifestación popular del plebiscito de salida del 4 de septiembre pasado, tendrá la fuerza y la decisión para orientar el futuro de Chile en una dirección diferente.

Un aporte del Director de la revista UNOFAR, Antonio Varas Clavel

Las opiniones en esta sección, son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el pensamiento de la Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional

RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD

PORTAVOZ DEL PREMIER ISRAELÍ: “SI EL PRESIDENTE DE CHILE CREE QUE POR LA MUERTE DE UN TERRORISTA TIENE QUE CAMBIAR LA DIPLOMACIA DE SU PAÍS, ES UNA DECISIÓN QUE NOSOTROS VEMOS EQUIVOCADA”

 

PORTAVOZ DEL PREMIER ISRAELÍ: “SI EL PRESIDENTE DE CHILE CREE QUE POR LA MUERTE DE UN TERRORISTA TIENE QUE CAMBIAR LA DIPLOMACIA DE SU PAÍS, ES UNA DECISIÓN QUE NOSOTROS VEMOS EQUIVOCADA”

Gloria Faúndez, desde Jerusalén

La Tercera, 23/10/2022

Lior Hayat, portavoz de la oficina del primer ministro israelí, señaló hoy que se “sorprendió” cuando el mes pasado el Presidente de Chile, Gabriel Boric, no recibió las cartas credenciales del embajador israelí Gil Artzyeli debido a que esa medida “va contra el protocolo y estaba basada en información equivocada”.

El pasado jueves 15 de septiembre, el Mandatario canceló a último minuto una reunión con el representante israelí, Artzyeli para recibir sus cartas credenciales, debido a la muerte de un joven palestino, que falleció ese mismo día en un enfrentamiento con el Ejército de Israel en una zona del norte de Cisjordania.

En conversación con periodistas latinoamericanos en Jerusalén, Lior Hayat señaló que “en muchos casos hay gente en el mundo que cree que ser propalestino significa ser antisemita y creo que es un error”.

Ante eso, el Mandatario consideró que se vería como una mala señal concretar el encuentro.

“Si el Presidente de Chile cree que la muerte de un terrorista, porque ha sido terrorismo, tiene que cambiar la agenda y la diplomacia de su país, es una decisión que nosotros vemos equivocada. Ahora, el Presidente de Chile ya entendió su error y mi amigo, el embajador Gil Artzyeli ya presentó sus credenciales en Chile”, dijo Hayat durante una conversación en Jerusalén con periodistas latinoamericanos, entre ellos de La Tercera.

“Pero eso sigue estando en la agenda. En muchos casos hay gente en el mundo que cree que ser propalestino significa ser antisemita y creo que es un error. El que realmente es propalestino, tiene que ser propaz y apoyar los factores que apoyan a un acuerdo de paz y estar en contra de los extremistas y en contra a los terroristas. Porque los terroristas palestinos no hacen la vida de los palestinos mejor, sino les traen más miseria y más violencia. Y mucha de esa violencia se hace dentro del pueblo palestino”, añadió.

El diplomático lamentó que los países latinoamericanos importen “el de Medio Oriente a su país”. Debido a que primero lo “hacen irrelevante para la resolución del país del conflicto”.

“Lo segundo que hace es que lo que podían sacar de beneficio de las relaciones entre Israel y su país, no lo van a tener y es un precio que ellos tienen que tomar en cuenta. Una cosa es apoyar la causa palestina y otra cosa es adoptar el antisemitismo e importarlo al país e importar el conflicto”, indicó.